enero 21, 2025

Conecta con nosotros

#4 Tiempos

La amistad en fuga | Columna de Carlos López Medrano

Publicado hace

el

MEJOR DORMIR

 

En la fila del baño de una fiesta, entre desconocidos simpatiquísimos que jamás volveremos a cruzar, llegan algunas de las mejores conversaciones, de esas que te imbuyen un rush de concierto. Qué muchacha tan agradable, ojalá la encuentre otra vez, te dices, aunque sepas bien que es una quimera propia de una serie de elementos conjugados que no se repetirán.

De igual manera pasa con el vecino de mesa en un almuerzo de cumpleaños al que te invitaron, con quien compartes aspiraciones, opiniones de futbol y nostalgias de provincia. Surge un entendimiento de ligereza, camaradería para adornar el trago y sentirte un poco menos solo en la ciudad.

Esto seres se van como llegaron, dejando una brizna de ánimo que conforma una linda tarde, una buena noche; un refuerzo a las suposiciones que tenemos del jet-set que tejemos en el aire. Algunas veces intercambias teléfonos con ellos. Y al otro día mandas un mensaje. Me dio gusto conocerte, Juan. Hay que volvernos a ver, ya tienes mi número. Claro que sí, Manuel, el gusto es mío. Eres un tipazo. A ver qué día vamos por esos cortes de carne que me comentaste, estamos aquí para lo que se ofrezca.

Ambos canjean palabras que preservan la amabilidad, pero un hilo se ha perdido. De paso te truena la rodilla y lo comprendes: ya está, no volverás a ser joven. No siempre ocurre de este modo (amistades longevas se hacen a cada rato), aunque lo pasajero tiende a ser norma.

Nada que reprochar. Las amistades fugaces son un pilar de la dinámica social. En su calidad de relámpago no echan raíces y por eso mismo jamás se marchitan. No viven el desgaste, los tiros y afloja de los vínculos prolongados, esos que traen tantas bondades como sinsabores. Tampoco implican una responsabilidad. No tienes que pagar una fianza para sacarlos de la comisaría a altas horas madrugada ni cargar a sus bebés mientras ellos pagan el boleto del estacionamiento.

Todas esas apariciones de una hoja calendario son, de cierto modo, la misma: el eterno desconocido que alumbra el último rincón de la memoria. Siempre hay un sujeto para hacer el rato especial si uno tiene la valentía de decir «hola, qué tal, qué frío hace, ¿no crees?».

A veces ni siquiera es necesario hablarles. Hay una clase de familiaridad con la mujer que pasa a tu lado tras la presentación de un libro en el museo y que con vestido de otra época revive en ti lo perdido. Sin mediar palabra, tan solo con el estímulo de la belleza, llega el impulso que necesitabas para hacer cambios en tu vida. Saldrás a correr. Comerás sano. Te anotarás en clases de un tercer idioma por la impresión causada por ese encuentro lejano en la galería.

En alguna parte del mundo debería alzarse un monumento para el amigo fugaz. El cómplice inesperado que aparece cuando estás hastiado del bullicio y sales a tomar el aire. Ahí afuera, durante unos minutos, se confían eso que ya es incomunicable ante aquellos con los que coincides a diario. El sujeto que, tras escucharte atento, tira una frase que es verdad a puños, la perspectiva que en la endogamia de tus andares no habías vislumbrado.

Gustavo y José que vienen de Puebla y te invitan el mezcal que promueven en un evento de negocios internacionales

. Y un extranjero que vacaciona por México y que está harto de que preguntas sobre sus orígenes, de lo que se come en su pueblo, de su opinión sobre los tacos. Tú, al decirle que no entiendes cómo le hacen lo saxofonistas para que el oído no les truene al soplar la boquilla, representas también aire fresco en su pelo.

Todos cargamos fisuras confidenciales que en la liviandad de la noche liberan su contenido. Atesoras a estos confidentes con los que no tienes que andar de puntillas, con los que puedas saltar, abalanzarte y contar lo que tanto te aflige. En estas figuras hay retazos de la vida que siempre quisiste y que no llega más que en ráfaga, en luciérnagas que, como ellos, no se dejan atrapar.

Amistad de vapor: la bondad de alguien que te escucha a sabiendas de que no estarás allí mañana y nunca harás nada por él.

La brevedad de su paso no permite que se vengan a pique, y te preguntas si tuviste suerte para topar justo con la persona que te hace clic o si tal vez los jipis estén en lo cierto: todos los humanos tenemos alguna coincidencia y podríamos llevarnos bien si tuviéramos la disposición; libres de barreras tribales y con la apertura de un vagabundo sin norte o un perro que deambula buscando un hogar.

Hay sentimientos que demoran meses en formarse, otros caen de pleno sin la maduración del desencanto. Con estas personas te olvidas por un rato de la rutina. Del rol que exige tu posición en el mundo. Rejuveneces por unos instantes. Al cabo envejecer es medir más el tiempo. El joven va al cine en pareja sin estar al pendiente de los segundos; el hombre cuenta las horas, lleva cronometrada la salida para llegar a casa y dormir un poco que al día siguiente hay que ir al trabajo. Que ya se acabe la película, por favor, todavía tengo que preparar mi camisa.

Cuando regresas con la tropa de siempre, notas un desbalance. Aquella joven tan fresca y desparpajada, fruto del encuentro circunstancial, hacía que los nervios te vibraran de forma en que los sospechosos habituales no logran. Pero agradece y blíndate de una vez contra la cursilería. Ellos te aguantan por más de una hora, por días enteros… son años ya que no te da la amistad en fuga, para quien serás si acaso en lo remoto aquel tío tan majo que no recuerdo su nombre. Había echado muchas cubatas, no sé qué le dije.

 

Contacto:
Correo electrónico:
[email protected]
Twitter: @Bigmaud

También lee: Saborear el dolor | Columna de Carlos López Medrano

#4 Tiempos

Gente que se rindió | Columna de Carlos López Medrano

Publicado hace

el

Mejor dormir

 

Sobran maneras de identificar a quienes han sido derrotados por la vida. Basta con observar al que no responde a los buenos días soltados por un desconocido, rocas impermeables ante un bello gesto. O al que, en el elevador, presiona con ansia el botón de cerrar la puerta, apenas por ganar un par de segundos, como si el destino que lo espera —ay, el trabajo— fuese algo más que una condena.

Se rinden también quienes ya no se detienen a disfrutar las curiosidades ofrecidas por las calles: la estampa de un borrego pegada en un poste, una hoja seca con forma de corazón, un perro rascándose el lomo con la ayuda de una banca. Poco queda de espíritu en quienes llevan semanas, quizá meses, sin alzar la vista al cielo para contemplar las estrellas por la noche o descubrir, como niños, las formas caprichosas de las nubes.

Hemos perdido a los que olvidan vacacionar al menos una vez al año. No se trata del dinero, que al final siempre encuentra su acomodo; basta con cruzar la esquina para pasarlo en grande si uno sabe cómo acomodar las piernas. También se pierden los que llevan demasiado tiempo sin brindar, como si faltaran motivos, cuando cualquier pretexto sirve para alzar la copa y desbordarse en espuma, aunque sea por el estreno de un tapete en la cocina. Y sabemos que estamos ante un alma en coma cuando alguien deja de celebrar la Navidad. Porque, cariño, aunque la ilusión se haya marchado, hay que forzarse a poner el árbol con luces y esferas. Así es como comienza el ascenso.

Sobre todo, alguien está derrotado cuando deja de arreglarse. Cuando sale al supermercado en pijama o se olvida de la ducha. El pudor es síntoma de amor propio y de cortesía hacia los demás. Soy muy importante como para ser visto en fachas por el vecino, debería pensar uno. Pero mal vamos si ni siquiera eso te detiene. Un hombre conserva su dignidad mientras se afeita o da forma a su bigote; sé que sigo en pie de lucha cuando me miro al espejo y trato componer lo que ya no tiene compostura.

Es un fantasma quien ha perdido el pulso amoroso. Quien ha dejado de coquetear y no intenta ya ninguna aventura. El que no suelta un piropo a su pareja, quien no imagina una nueva vida con la mesera o la cajera en el supermercado, muy lejos de aquí, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal; alejados del mundo, donde no haya leyes ni nada.

 

Está muerto en vida quien no se cree merecedor del amor y el deseo, quien descuidado su cuerpo como si no tuviera nada bello que preservar.

 

He topado tantas veces con estos derrotados. Se les percibe en la mirada, en el vacío que se abre paso hacia la negrura. Gente que se rindió. Banderas blancas —lavadas con llanto— tras tantas decepciones y reveses. Los ves derrumbados en el transporte público, indiferentes incluso a las injusticias más obvias, conformes con lo que hay, sin hervidura de sangre (otro síntoma de la debacle: dejar de ceder el asiento a mujeres y ancianos; desprovisto de galantería, un ideal perdido). Son piltrafas resignadas, oxidadas allí donde un día hubo fuentes y jardines.

Y, con todo, me consuela saber que hay remedio para un buen número de estos casos. Los suficiente como para creer que merece la pena luchar por la resurrección. Porque, al final, se trata de un arte: el arte de remontar. Y de entender que nadie lo hará por ti. Nadie ayudará con la parte que más cuenta, la más difícil. Y no desanimarse por ello, al contrario, encontrar ahí un estímulo para imponerse ante la adversidad.

Como Richard Dadier le decía a su esposa en Blackboard Jungle: Sí, me han golpeado, pero no estoy derrotado. Hay una gran diferencia. No estoy derrotado, y no voy a rendirme. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado, frase de Hemingway.

El truco está en la determinación. Seguir el consejo de San Agustín: ser mejores que los tiempos malos. Una fe que baja el humo a los demonios. Levantarse un round más tras notar que el lloriqueo te dejó seco. Eres ya tu propia tierra firme.

Contacto:

Twitter: @Bigmaud
Correo: [email protected]

También lee: Cary Grant en la regadera | Columna de Carlos López Medrano

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Del semi desierto potosino a misiones espaciales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Publicado hace

el

EL CRONOPIO

A principios del siglo XX y durante su primera mitad, hubo una emigración importante de familias del altiplano potosino a los Estados Unidos. Varios matrimonios comenzaron a formar sus familias en los Estados Unidos mientras trabajan para subsistir e incluso apoyar a familiares que quedaban en México, en especial en esa región del semi desierto potosino. Uno de esos matrimonios fueron los padres de Dorothy Ruiz Martínez que de Matehuala emigraron a Texas, donde Dorothy nacería.

En su niñez sus padres la trajeron a Matehuala a casa de sus abuelos donde vivió toda su niñez y parte de su adolescencia, porque la situación de sus padres no era muy estable. Estudió secundaria en la escuela Francisco Zarco, entre otras cuestiones se caracteriza por dar buena enseñanza en matemáticas, es una de las características que tiene esta región comparada con el resto del estado y del país. De esa escuela ha salido mucha gente destacada en matemáticas para posteriormente trasladarse a Texas a continuar sus estudios en busca de mejores opciones de preparación en los temas que ya le habían llamado la atención desde su vida en Matehuala. El área aeroespacial le había llamado la atención cuando, en 1986, le tocó ver en la televisión el accidente del transbordador Challenger, lo que la hizo interesarse por su actual profesión.

Su formación básica en Matehuala le permitió desarrollarse en un lugar donde se suele ser muy competitivo como es en Estados Unidos, donde después de estudiar la preparatoria, Dorothy Ruiz ingresara a la Universidad de Oklahoma y posteriormente a la Universidad de Texas, conocida como A&M a estudiar ingeniería espacial. Al titularse hizo, en 1998, una pasantía académica por medio del programa de Langley Aerospace Research Summer Scholars del centro de investigaciones de NASA Langley lo que le permitió tener su primer acercamiento a lo que sería su carrera profesional.

Tuvo la oportunidad de entrar a varios de los proyectos de la NASA cuando empezaba su formación y eso le ha permitido ingresar a varias áreas relacionadas todas con ingeniería espacial que fue donde se interesó en formarse, pero además dentro de esos proyectos ha estado en contacto con otras agencias aeroespaciales como la Rusa, donde trabajó un tiempo.

Dotothy Ruíz Martínez es una ingeniera aeroespacial que actualmente trabaja para National Aeronautics and Space Administration (NASA), la agencia del gobierno estadounidense más importante del programa espacial, donde realiza actividades como control de misiones de vuelo

. El trabajo de Dorothy Ruíz consiste en enlazar comunicaciones entre la tierra y los astronautas que se encuentran en un satélite espacial.

De sus primeros trabajos en el área aeroespacial fungió como instructora de astronautas y de operadores de vuelo en el sistema de control y propulsión para el Transbordador Espacial, de ahí pasó al área de Operaciones de Misiones Espaciales como Ingeniera de Planificación de Actividades Espaciales en Tiempo Real (RPE). Ha participado en la planificación total de actividades espaciales de 12 misiones espaciales del transbordador, contribuyendo desde la tierra con otros ingenieros y científicos, en el ensamblaje final de la Estación Espacial Internacional.

Dorothy Ruiz dice con orgullo:

Los nopales, representan la región del desierto del altiplano donde crecí, pero también son parte de mi historia de vida y de mis tradiciones en familia. Mi bisabuela removía las espinas y cortaba las pencas de los nopales en trocitos con una destreza y rapidez incomparables y luego los cocinaba muy al estilo ranchero (de la región donde ella creció en los ejidos de La Puerta de Aguilar y San Miguel, en el municipio de Doctor Arroyo). Esa manera de cocinar los nopales fue traspasado a mi abuela y después a mí.

En el 2011 propuse un proyecto de investigación en la NASA junto con otro colega para estudiar el nopal opuntia y sus posibles usos en la Estación Espacial Internacional. En este proyecto también invitamos a un colaborador científico de México. El proyecto fue aprobado e hicimos la investigación, pero nunca fue mandado al espacio. Aun así, espero un día retomar este proyecto y, que fregón sería, mandar nopales a la luna y a Marte”.

Dorothy Ruiz es un ejemplo de inspiración para jóvenes mujeres que quieren desarrollarse en áreas que en principio no consideran socialmente para mujeres. Su desempeño y formación es digno de alabarse.

También lee: Educación en ciencias a través de las letras, el papel de Ana María Romo | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Tiempo de mejora | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Publicado hace

el

TESTEANDO

Hoy, San Luis enfrenta a Puebla, un equipo que viene con sed de revancha, justo después de dar un muy buen partido en Monterrey, donde salieron vivos con un punto. San Luis, por su parte, tuvo su primer tropiezo en casa en la era Torrent, una dolorosa derrota frente a Tigres que jugó bien y, a pesar de sus errores, pudo controlar el partido y salir con los 3 puntos del Lastras.

En el trámite, parece un partido no tan complicado, tomando en cuenta los últimos torneos de cada equipo, pero las realidades cambian y cada encuentro es una nueva oportunidad. Hay que poner atención a Puebla, equipo al que es más peligroso enfrentar en la jornada 2 que en la 15. Pero hablemos de lo visto en el Lastras.

San Luis perdió en los primeros 90 minutos del torneo su principal fortaleza del campeonato anterior, su invicto en casa. Pero además cometió el único error que no había hecho antes: una expulsión, la de Yan Phillipe fue la primera tarjeta roja de un equipo de Torrent en Liga MX. Lo del brasileño fue un partido para el olvido.

En la zona baja, la ausencia de Cata y de Chávez fue bien cubierta, pero falta coordinación. Tanto Piccini como Águila y Cruz son defensas que pueden sacar el partido, siempre y cuando atiendan en todo momento y se coordinen. Dos goles a balón parado en el mismo partido es imperdonable en jornadas avanzadas.

Por la lateral derecha, Galdames bien, a secas, un jugador que normalmente no veíamos defender, ahora tuvo que cargar con el recuerdo de Chávez y correr toda la banda. Lo hizo bien, pero se nota que necesita acostumbrarse a esa posición.

El verdadero problema de San Luis, al menos en ese partido, fue la zona ofensiva: un equipo perdido, de poca creatividad en la última zona.

En pocas palabras, no hubo delanteros. Vitinho volvió a ser ese jugador que conduce mucho y define poco. Murillo tan solo flotó en la cancha y no tuvo oportunidades. Villal solo estuvo dentro unos minutos, y de Yan Phillipe, mejor no hablamos.

Es preocupante el panorama ofensivo del equipo, teniendo la salida de Boli, la ausencia (espero temporal) de Bonatini y la confianza en un Yan que no ha demostrado ser solución en los partidos que tiene con la camiseta de San Luis. Es criticable que no se haya reforzado aún en esa zona, que se haya dicho que se jugará con jóvenes y sigan los mismos. Algo tendrán que resolver para no tener ese problema.

Confío en que el cuerpo técnico tiene propuestas, confío en que saben bien lo que están enviando a la cancha. Espero que no estén solo intentando, y más bien estén proponiendo. Creo que Torrent y su cuerpo técnico tienen la capacidad y la experiencia para saber si algo hace falta en este cuadro, si es necesario reforzar de forma inteligente lo que pueden tener en el terreno de juego.

El partido de hoy es complicado por la presión del torneo anterior, por haber perdido en el arranque y porque, en el papel, Puebla parece un equipo a modo. Si esta noche San Luis no saca puntos de su visita al Cuauhtémoc, la presión comenzará a subir en un equipo que hasta el momento poco la ha sentido. Sí o sí, es tiempo de mejora.

También lee: Tiempo de sumar | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Continuar leyendo

Opinión

La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V.
Miguel de Cervantes Saavedra 140
Col. Polanco
San Luis Potosí, S.L.P.
Teléfono 444 244 0971

EL EQUIPO:

Director General
Jorge Francisco Saldaña Hernández

Director Administrativo
Luis Antonio Martínez Rivera

Directora Editorial
Ana G. Silva

Periodistas
Bernardo Vera

Daniel Rocha

Santiago Herrera Robles

Diseño
Karlo Sayd Sauceda Ahumada

Productor
Fermin Saldaña Ocampo

 

 

 

Copyright ©, La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V. Todos los Derechos Reservados