#4 Tiempos
Hacia una nueva política de drogas | Columna de Víctor Meade C.

SIGAMOS DERECHO.
Hace unos días me encontré con un informe realizado por el Programa de Política de Drogas (PPD) que lleva a cabo el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en su sede Región Centro, ubicada en Aguascalientes. El informe —publicado en octubre del año pasado— lleva por título «La prohibición de las drogas en San Luis Potosí: elementos para una reforma» y fue patrocinado por el Gobierno del Estado de SLP, con información aportada por la Fiscalía estatal, el Secretariado Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública y diversas instituciones del sector salud. El propósito del informe es recopilar, analizar y presentar evidencia básica de la situación del uso problemático de drogas en el estado para poder tener una discusión informada sobre el impacto que han tenido las políticas prohibitivas en la sociedad e instituciones de San Luis Potosí.
El informe parte del supuesto de que las políticas prohibicionistas del uso de drogas han servido como fundamento para reprimir a las personas usuarias y que; además, pierden de vista que el verdadero problema no se trata del uso de drogas sino de su uso problemático. Esta criminalización a las personas usuarias de drogas —sin entender la problemática como un fenómeno social y de salud pública— resulta, entre otras cosas, en un uso ineficiente de los recursos públicos, en una sobrecarga al sistema penal y en violaciones a derechos humanos. Bajo estas premisas, el informe procede a analizar cuatro elementos importantes de la situación del uso de drogas en SLP, de los cuales me permito resaltar sus generales a continuación.
El primer capítulo del informe (La oferta de tratamiento para el uso problemático de drogas y sus usuarios en San Luis Potosí) analiza el acceso y la calidad de los centros de tratamiento en el Estado para las personas cuyo uso de drogas se considera como problemático. Como uno de sus principales hallazgos, el informe subraya que los centros de tratamiento consideran a los usuarios de drogas como pacientes con alguna patología.
Esto quiere decir que, de entrada, buscan tratar el uso de drogas como si se tratara del padecimiento de una enfermedad, lo cual implica desconocer tanto la dimensión placentera del uso de sustancias como el papel que dicho uso juega en las redes y vínculos con la comunidad. Entender al consumo de drogas como una enfermedad deriva, a su vez, en que la mayoría de los tratamientos contemplan el uso de medicamentos y atención psiquiátrica, lo cual dificulta aún más que las personas terminen los tratamientos.
Ante las problemáticas identificadas que prevalecen en los centros de tratamiento, el informe sugiere, entre otras cosas, transitar a un enfoque sociológico y antropológico que transforme la manera en que las personas se relacionan con las drogas y abandonar la postura centrada en la “rehabilitación” de los “adictos”. En ese sentido, el informe también sugiere tomar medidas que posterguen la edad en que las personas inician su consumo de sustancias, lo cual, indican, se trata de una cuestión de información. En el entendido de que las drogas —legales e ilegales— están ahí, lo importante está en brindar a las y los jóvenes la información completa y herramientas necesarias para decidir qué hacer frente a la alta disponibilidad de sustancias, así como entrenarles para lidiar con la presión social y manejar sus emociones de manera adecuada. Andar entre sombras y a media luz difícilmente lleva a buen puerto, en cualquier situación.
En el segundo apartado (Delitos contra la salud en el estado de San Luis Potosí), el informe analiza el procesamiento de los delitos contra la salud en el estado, así como el funcionamiento de las instituciones policiales y ministeriales. Sobre esto, encuentran que la mayoría de las detenciones por delitos contra la salud se realizan en la capital, por policías estatales, en la vía pública y a hombres de entre 18 y 24 años. El 100% de las detenciones se realizan en flagrancia (motivada por “actitud sospechosa”) y por posesión simple y, en la mayoría de los casos, solo hay una sustancia involucrada. Estas detenciones tienen por resultado castigar al consumo como una política preventiva de otros posibles delitos. Es decir, el punto de partida es, según los cuerpos policiales, que el consumidor va a cometer otro tipo de delitos. Esta estrategia de detenciones a gran escala implica desatender casi por completo la investigación de cómo opera el mercado de drogas ilícitas. Además, las autoridades procesan por posesión simple tanto a comerciantes como a usuarios , sin distinguir efectivamente entre unos u otros.
Para subsanar estas deficiencias, el informe recomienda —entre otras cosas— aclarar con precisión cuáles son los objetivos de la política de drogas del estado y, con ello en mente, registrar con una metodología bien definida los datos de las personas detenidas. Esto permitiría a la Fiscalía entender quiénes son y en qué circunstancias fueron detenidas esas personas, pues hoy la investigación se realiza de manera informal y sin capacidades técnicas ni materiales, lo cual obstaculiza aún más la posibilidad de atender a las causas concretas. De nuevo, en este punto queda de manifiesto la necesidad de estudiar este fenómeno desde una perspectiva socio-antropológica.
El tercer apartado (El impacto de las detenciones por delitos contra la salud en el incremento de los homicidios. Evidencia de San Luis Potosí) busca determinar si existe una relación causal entre las detenciones por delitos contra la salud —principalmente posesión— y homicidios relacionados con el crimen organizado. Con datos proveídos por la Fiscalía sobre detenciones y homicidios de 2011 a 2020, el informe concluye que a mayor número de personas detenidas por delitos contra la salud, más incrementan las tasas de criminalidad de otros delitos. En vez de cumplir con su objetivo disuadir, las detenciones desencadenan una espiral de violencia. De nueva cuenta, las políticas punitivitas demuestran su ineficacia.
En el cuarto y último apartado (El crimen organizado y la violencia en San Luis Potosí), el informe encuentra que existe una mayor presencia de grupos delincuenciales en el estado de lo que indican las fuentes oficiales. Además, el informe reporta que el CJNG es el grupo criminal con mayor presencia en la entidad, mientras que en segundo lugar le sigue el Cártel del Golfo y el Cártel del Noreste en tercero. El informe sostiene que los enfrentamientos y escalada de violencia en estados colindantes (como Guanajuato y Jalisco) han provocado la presencia de más cárteles en el estado. La información documentada por el informe obliga a poner particular atención a la evolución de estos grupos delictivos, pues solo con una visión integral de la complejidad del asunto se le podrá hacer frente de manera adecuada a la crisis de violencia en el estado.
Siempre es una buena señal que los gobiernos —sea el federal, los locales o los municipales— echen mano de investigaciones independientes, serias y de alta calidad técnica, que les muestren una realidad distinta a la que leen solo con sus datos oficiales, generalmente con menos registros de los reales. Sin embargo, estos valiosos insumos proveídos por el CIDE servirán para muy poco si el gobierno entrante no retoma la batuta y le da continuidad a este proyecto solicitado por Carreras. Los hallazgos y recomendaciones del informe deben ser prioritarios para el desarrollo de la política de drogas que emprenda el gobierno de Ricardo Gallardo, pues, si sus intenciones políticas están en el lugar correcto, deberíamos de contar en el futuro cercano con una política de largo aliento y con la prevención del uso problemático y los derechos de las personas usuarias de sustancias en el centro. Este asunto deberá ser uno de los aspectos fundamentales al momento de designar a la persona que llegue a ocupar la Fiscalía.
De continuar con el paradigma punitivista, seguiremos siendo testigos de como San Luis Potosí rema contra corriente en materia de derechos humanos —como suele hacerlo— y el fin de los noventa años de gobiernos conservadores acabará siendo solo un discurso. Tanto a nivel federal como estatal, necesitamos urgentemente de menos retórica y menos gendarmería. La sociedad potosina requiere reestablecer el equilibrio social y avanzar, con innovación e información completa, hacía una política de drogas plural, regulada y sin tabúes.
Tanto la versión completa del informe como el resumen ejecutivo los pueden consultar aquí: https://politicadedrogas.org/site/proyecto/id/20.html.
Lee también: La senadora ha respondido | Columna de Víctor Meade C.
#4 Tiempos
Medio siglo del FIS-MAT, en honor a Mat. Silvia Sermeño | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
En 1975 se realizó el primer Concurso Estatal de Física y Matemáticas para Escuelas Secundarias del Estado de San Luis Potosí, que ahora se conoce como Fis-Mat, el Concurso Regional Pauling de Física y Matemáticas que llega a estar conformado hasta por veintitrés concursos en las áreas de física, matemáticas, biología, química, astronomía, nanotecnología, ciencias naturales, ciencias del espacio, filosofía, donde participan estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria. El Fis-Mat es el segundo concurso más antiguo del país y ha sido de cierta forma el conformador de los diversos concursos en México en las áreas en las que se enfoca, tales como las olimpiadas de física, matemáticas, química, etc.
El Fis-Mat es el único concurso de este tipo en el país y ha fincado toda una tradición. Con lo cual la edición 2025 del concurso marca cincuenta años de historia de uno de los concursos más importantes del país. Cada año el Fis-Mat es dedicado a un personaje relacionado con las áreas del conocimiento que abarca que haya destacado y contribuido al desarrollo de las mismas. Este año el concurso ha sido dedicado como un homenaje a la matemática Silvia Sermeño Lima por su papel desarrollado a lo largo de treinta años al desarrollo y enseñanza de las matemáticas en la Facultad de Ciencias de la UASLP, por lo que el Fis-Mat se ha denominado XLVI Concurso Regional “Pauling” de Física y Matemáticas “Silvia Elvira Sermeño Lima”.
El Fis-Mat nació como una iniciativa para alentar el estudio de disciplinas científicas en los jóvenes mexicanos con énfasis en los potosinos, apoyando su formación con actividades extraescolares y despertando vocaciones. Fue una iniciativa de los estudiantes de la antigua Escuela de Física y del dos veces galardonado con el Premio Nobel, el Dr. Linus Pauling, por lo que ahora asume su apellido y se dedicada a un personaje en especial como en esta ocasión es la Mat. Silvia Elvira Sermeño Lima.
Silvia Sermeño Lima estudió matemáticas en El Salvador su país natal y vino a México a continuar sus estudios y desarrollarse profesionalmente. En 1981 ingresó como profesora a la entonces Escuela de Física de la UASLP a colaborar en el desarrollo de la carrera de profesor de Matemáticas que acababa de iniciar actividades, así como encargarse de los cursos básicos formativos de las carreras de física y electrónica que existían en aquella época. Posteriormente se abrirían más opciones profesionales en el área de matemáticas y estaría participando en la formación de esas nuevas carreras de matemáticas.
Su labor en la ya Facultad de Ciencias fue intensa y estuvo a cargo de materias de matemáticas y formando a los jóvenes interesados en esta disciplina, en especial a quienes deseaban dedicarse a la enseñanza de las matemáticas en los diversos niveles educativos.
Su profesionalismo y dedicación en la educación y formación de matemáticos en San Luis Potosí fue determinante para consolidar este proceso que en la actualidad sigue siendo formador de matemáticos por la Facultad de Ciencias de la UASLP a nivel licenciatura y de posgrado en las áreas de educación matemática y matemáticas aplicadas.
Como un reconocimiento a su labor en la Facultad de Ciencias desde 1981 hasta el año 2009, cuando se jubiló como profesora de matemáticas se le han dedicado los trabajos del XLVI Concurso Regional “Pauling” de Física y Matemáticas, asignándole su nombre en este marco conmemorativo de medio siglo de existencia de tan importante concurso, donde se han dado cita estudiantes del nivel básico de diversos estados del país y que ha sembrado toda una tradición en nuestro estado.
Felicidades a la Mat. Silvia Elvira Sermeño Lima, y al Fís-Mat.
También lee: LamBot del Tec de Monterrey-SLP bicampeones mundiales de robótica | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
El poder y los tigres que llevamos dentro | Columna de León García Lam
LA VOLUTA
Trump está en el aparador internacional acusado -otra vez- de un escándalo sexual. Quiero aprovechar ese caso -y otros- para comentar que, cuando alguien ostenta una dosis de poder, algo en su interior se desata. ¿Por qué ese descontrol adquiere casi siempre un tinte sexual? ¿Por qué políticos, sacerdotes y artistas son recurrentemente acusados de sexualidad desbordada? Y, sobre todo: ¿por qué deberíamos vigilar especialmente el comportamiento sexual de quienes ostentan cargos públicos?
Vayamos a las civilizaciones clásicas, aquellas que asociamos con bacanales y hieródulas. ¿No prueban esas civilizaciones que el desenfreno sexual es una constante de la naturaleza humana? En efecto, pero hay una diferencia clave: aquel desenfreno era ritualizado y regulado. Si nos parece escandaloso solo es porque lo juzgamos con nuestra moral. El verdadero exceso ocurre cuando se transgreden las normas de la propia época: piense usted culta lectora de La Orquesta, en Calígula o Nerón, cuyas prácticas nefandas —que conocemos por Suetonio—escandalizaron incluso a sus contemporáneos.
Ante el riesgo del desenfreno, las primeras comunidades cristianas optaron por una solución radical: si el poder corrompe, mejor amputar la sexualidad de quienes lo ejercen. Así nació el celibato sacerdotal. Hoy sabemos que la estrategia clerical fracasó en incontables casos—como los “sobrinos” que eran hijos y las “amas de llaves” que eran concubinas—, pero reconozcamos que la intuición católica fue certera: lo reprimido se desata con el poder.
Freud nos ha gritado la respuesta que buscamos en su famoso libro El malestar de la cultura. La civilización exige reprimir nuestros deseos: trabajamos cuando queremos dormir, callamos cuando ansiamos gritar. Esas renuncias se acumulan en el inconsciente como energía latente. No hay ser humano—hombre o mujer— que escape a este control de la voluntad. Todos llevamos tigres agazapados en la psique , esperando su momento de saltar, sacar las garras y desenfrenarse.
He aquí el problema: cuando alguien accede al poder —político, económico o social—, sus tigres hambrientos quedan en libertad. El brillo en los ojos del recién investido es la alegría de la fiera que siente la cercanía de sus presas. Trump es el ejemplo obvio, pero basta mirar alrededor para encontrar casos nacionales y locales —políticos, empresarios, artistas— que usaron su influencia para liberar demonios personales. Redes de niños y niñas, secretarias, alumnas, asistentes, clientas, chicos y chicas buscando fama y un largo etcétera.
¿Está mal ser un libertino? Me parece que no. Siempre y cuando los actos empleados no sean por medio del poder público o en contra de las leyes civiles.
Si exigimos declaraciones patrimoniales a los funcionarios, para garantizar que no se hinchen de dinero con el erario, quizá deberíamos pedir también “declaraciones mentales”. Porque todo poder libera a las bestias interiores.
También lee: De Ozzy a Marilyn, hay un mundo que no cambia | Columna de León García Lam
#4 Tiempos
La visita | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
Sucede en una novela de Chaim Potok (1929-2002), el novelista judío, titulada La promesa. Un adolescente, hijo de un famoso rabino norteamericano, es ingresado en un hospital psiquiátrico. Nadie sabe en realidad qué es lo que sucede con él, pero a veces se muestra demasiado violento y a menudo demasiado abstraído. Está todo el tiempo como encerrado en sí mismo, y arrancarle una palabra puede llegar a convertirse en la mayor de las hazañas. El mundo exterior le interesa poco y sus respuestas son casi siempre groseras y agrias. El muchacho se llama Michael. Michael Gordon.
¿Por qué se porta así? Eso es lo que sus padres quisieran saber. Sin embargo, poco antes de ser ingresado en el centro, Michael había hecho amistad con Reuven, el novio de una prima suya, de modo que es con él, y sólo con él, con quien puede abrirse libremente… De hecho, una vez habían ido juntos a la feria de un pueblo cercano a Nueva York, y poco después hasta salieron a navegar en un lago a la hora del crepúsculo y la brisa. Sí, eran amigos, de eso no cabía duda; por lo tanto, él era el único ser al que Michael podía confiarse en esta hora de crisis y tinieblas.
Mientras Michael está internado nadie debe verlo, salvo su familia: las visitas le están terminantemente prohibidas, y él se siente solo, profundamente solo. Pero, ¿y su amigo, su único amigo, donde está? ¿Qué hace mientras él se vuelve loco de pesar? Y, así, una noche suena el teléfono en la casa de Reuven; por supuesto, es Michael quien se halla al otro lado del hilo.
«-¿Reuven? Hola, Reuven -¿cómo había hecho Michael para acceder a un teléfono y llamarle? Se produce entonces un largo silencio-. Reuven, ¿me escuchas?».
Sí, Reuven lo escuchaba. ¿Qué había sucedido con este muchacho? ¿Qué nueva desgracia le había caído encima? De momento, una cosa era segura: que Michael no debía estar al teléfono, pues los reglamentos del centro psiquiátrico eran bastante claros a este respecto. ¿Estaba hablando, pues, a escondidas?
«-Reuven, ¿estás bien? –la voz de Michael era como la de un huérfano; las ondulaciones de su voz delataban una infinita tristeza.
»-Sí, estoy muy bien.
»-¿Por qué no vienes a visitarme? Ni una sola vez lo has hecho.
»Apreté con fuerza el teléfono y no dije nada –confesará más tarde Reuven, lleno de vergüenza.
»-Reuven –dijo Michael.
»-Aquí estoy, Michael.
»-¿No quieres venir a visitarme, Reuven?».
Éste no sabe qué decir, qué responder. Sí, una vez preguntó a alguien de la familia si podía visitar a Michael, pero como le aconsejaron que no lo hiciera, él ya no insistió más. Le dijo, y no mentía:
«-Pregunté si podía visitarte. Dicen que sólo tu familia tiene permiso para hacerlo».
Otro largo silencio.
«No supe qué hacer –confesará igualmente Reuven después-. No sabía si el hecho de seguir conversando con él y responder a sus preguntas podría resultarle perjudicial, o si era mejor aconsejarle que colgara, puesto que no tenía permiso para llamarme. No sabía qué decirle, ni si debía mantener algún tipo de reserva».
«-Oye, Reuven, ¿quieres visitarme?
»-Sí”.
“-Pensé que no querías. Ahora les diré que quiero verte. Te dejarán venir. ¿Vendrás, Reuven?
“-Seguro.
»-Me alegrará verte. Odio este lugar. ¿Recuerdas las veces que salimos a navegar, Reuven? Me acuerdo mucho de eso… De verdad, quiero verte, Reuven. Voy a gritar hasta arrancarme la cabeza. Te dejarán venir. Por favor, visítame, Reuven. Adiós».
Tan pronto como terminé de leer este diálogo, reproducido aquí a retazos por falta de espacio, cerré el libro y me puse a escribir este artículo. Si Reuven acudió a la cita de su amigo o no, eso todavía no lo sé. Por lo pronto, me basta con la ternura que oculta esa llamada. Y pienso en las personas que esperan nuestra visita y que nunca la tendrán; si ellos pudieran –quiero decir, si se atrevieran-, también tomarían el teléfono reclamando nuestra presencia. Pero no lo hacen por pudor, por vergüenza, por dignidad.
«¿Recuerdas cuando salíamos a navegar? Yo me acuerdo mucho de eso». Pero no: Reuven ya no se acordaba. ¡Qué pena! Pero no se trata ahora de Reuven, sino de nosotros: también nosotros quizá ya hayamos olvidado las hermosas horas que pasamos con algunas personas, pero éstas todavía las recuerdan y suplican a Dios que la experiencia pueda repetirse algún día, alguna vez. ¡Están tan solos! Y odian este lugar en el que nadie piensa en ellos.
Michael no se olvidaba de Reuven: él lo quería… Y me pregunto: ¿por qué las relaciones –todas, sin exceptuar ninguna- son siempre desiguales? Aun cuando una amistad parezca perfecta, siempre hay un amigo que quiere más y otro que quiere menos… ¡La vida es así!
Reuven se atormenta pensando si no le hará mal a su amigo seguir hablando con él. ¡Pero, Reuven, esto es lo único que podría curarlo: tus palabras! Sólo tú tienes la llave para abrir esa puerta, ¿y renuncias así como así a utilizarla? Venga, Reuven, utilízala, no tengas miedo. La palabra es curativa, y la tuya lo es para quien anhela oírla. Venga, habla con él.
¡Extraña manera de practicar la psicoterapia: encerrar a los enfermos, aislarlos todavía más, cuando lo que ellos necesitan es amistad y compañía!
Recuperar el hábito de la visita, hacernos visibles y tangibles para aquellos que nos esperan: ¡ah, si esto fuera posible, si nos diéramos tiempo para ello, no todo estaría perdido!
También lee: El misterio de los libros | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
-
Destacadas1 año
Con 4 meses trabajando, jefa de control de abasto del IMSS se va de vacaciones a Jerusalén, echando mentiras
-
Ciudad3 años
¿Cuándo abrirá The Park en SLP y qué tiendas tendrá?
-
Ciudad3 años
Tornillo Vázquez, la joven estrella del rap potosino
-
Destacadas4 años
“SLP pasaría a semáforo rojo este viernes”: Andreu Comas
-
Estado2 años
A partir de enero de 2024 ya no se cobrarán estacionamientos de centros comerciales
-
Ciudad3 años
Crudo, el club secreto oculto en el Centro Histórico de SLP
-
#4 Tiempos3 años
La disputa por el triángulo dorado de SLP | Columna de Luis Moreno
-
Destacadas3 años
SLP podría volver en enero a clases online