agosto 8, 2025

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#4 Tiempos

F. Scott Fitzgerald y sus problemas con las mujeres | Columna de Carlos López Medrano

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MEJOR DORMIR

 

Existen mujeres capaces de encender una chispa en el corazón de los hombres. Y así como esta chispa puede iluminarlos, también puede consumirlos hasta que no queda nada de ellos. Se ha escrito mucho sobre el impacto que Zelda Sayre dejó en Scott Fitzgerald, pero se ha hablado un poco menos de Givebra King, quien llegó antes: ella fue la llama que alumbra al escritor estadounidense como solo puede hacerlo el primer gran amor. Un amor imposible que forjó su carácter y que contribuyó a dejarlo en un estado de perpetua melancolía.

Ginevra King, una joven socialité perteneciente al grupo de las Big Four, las solteras más deseables de Chicago, desempeñó un papel fundamental en la formación del temperamento de Fitzgerald y en los temas recurrentes en su obra desde tierna juventud. Aunque Estados Unidos carece de casas reales, su estatus se asemejaba a una especie de princesa de aquel país. Ecos de su personalidad están presentes en cuentos como El joven rico o Sueños de Invierno. Y de manera más prominente en Daisy Buchanan de El Gran Gatsby, que a la fecha hay quienes enlazan erróneamente a Zelda.

El romance entre King y Fitzgerald se desarrolló entre los años 1915 y 1917, cuando ella tenía dieciséis y él dieciocho. Ginevra, hija de padres adinerados y hechicera de hombres (incluso fue expulsada de la escuela por coquetear desde la ventana con un grupo de estudiantes que la admiraban afuera de su habitación por las noches), estaba acostumbrada a una vida llena de lujos, algo que Scott no podía ofrecerle. A pesar de esto, ella se convirtió en la mujer en la que él depositó sus ideales y deseos. Fue el espejismo que a veces perseguimos en un horizonte inalcanzable.

Ginevra tenía numerosos pretendientes provenientes de familias adineradas que le ofrecían beneficios con los que Scott no podía competir. Es famosa la oposición que la familia de King ponía a aquel noviazgo y la frase lapidaria que alguien le soltó al escritor en una ocasión (algunos lo atribuyen al suegro): «Los chicos pobres no deberían pensar en casarse con jóvenes ricas».

Pero estar con ella era alimento para su egolatría y le hacía creer por un tiempo que formaba parte de un mundo en el que no encajaba. Era un esclavo de su propia imaginación como sugirió en A este lado del paraíso. En algunas de sus historias, deja entrever la sensación que lo embargaba: Ginevra había jugado con él. Del mismo modo en que algunos felinos hacen con sus presas, mostrándole interés y una esperanza que a la postre apagan con zarpazos. La felicidad transmutada en agonía.

En adelante, Fitzgerald no conservó los momentos de alegría junto a Ginevra, sino la amargura y el dolor de la separación. Era un hombre ambivalente, navegando entre la luz y la sombra. Ginevra, en todo caso, fue quien moldeó su actitud hacia la vida, y su ruptura lo empujó cada vez más hacia el cinismo. Las inolvidables líneas finales de Sueños de invierno revelan claramente sus sentimientos.

Hace mucho, mucho tiempo, hubo algo en mí, pero ha desaparecido. Ha desaparecido, ya no existe. No puedo llorar. Y tampoco lamentarlo, porque no volverá jamás.

La relación terminó sin que el autor cumpliera con la penúltima línea de ese fragmento. A través de sus cuentos y novelas, Scott Fitzgerald enviaba señales a la mujer amada, relevando sus pareceres a través de personajes con evidente anclaje a su vida personal. También expresaba vendettas hacia aquellos pertenecientes a una clase social que no lo aceptaba y que tenía el monopolio sobre Ginevra. Ella lo leyó, pero ya no hubo reciprocidad. No necesariamente por falta de ganas, imposible saberlo con certeza, pero sí al menos por inclemente sucesión de circunstancias que alejan a las personas que no están destinadas a estar juntas. La vida separa a los que se aman, con suavidad, sin hacer ruido. Y el mar borra sobre la arena los pasos de los amantes separados, decía Jacques Prévert.

Scott y Ginevra tuvieron pocos encuentros en persona. Mantuvieron, eso sí, una intensa comunicación a distancia a través de decenas de cartas llenas de coqueteos y provocaciones, por lo que su amor tuvo un cariz de imaginario, teñido de una poderosa idealización. Un esbozo del paraíso anhelado. Sin embargo, su final condujo a lo que Salinger describiría como «el corazón de una historia quebrada», un vínculo que deja esquirlas en el interior de quien ha sido abandonado, esquirlas que cada tanto vuelven a arder. Lo que más quería no pudo ser. Había estado tan cerca, había sentido su calor, imaginado el porvenir a su lado, y un mal día… se difuminó entre sus dedos.

Esta relación frustrada dejó a Fitzgerald con una espina clavada en el fondo. Lloró por ella el resto de sus días. Un chasco que tenía espejo en su situación literaria y financiera. El nervio del escritor correspondía a un hombre sabedor de lo que merecía, sin tenerlo. Un hombre endeudado económicamente que a su vez sentía que la vida estaba en deuda con él. Conocía las altas esferas desde el interior. Los lugares, la ropa, las costumbres, personajes, las bebidas. La fortuna estaba ahí, a la mano, pero no podía aprehenderla.

Críticos como Hernán Poblete Varas han apuntado a esa tragedia fitzgeraldiana: alguien que estaba cerca de sus sueños, quien los veía inminentes, a punto de ocurrir… sin que llegaran a concretarse. Entre el frenetismo de la escritura y la bebida (sobre todo esta última), disimulaba o pretendía olvidar lo que había perdido para siempre. Aunque eventualmente llegaba ese momento en el que un recuerdo se interponía en su labor. Entonces rompía en llanto, como un niño perdido.

Los vaivenes de su obra eran insuficientes para asegurar una permanencia en la gloria. Incluso en sus puntos más altos, carecía del dinero conferido por el linaje, el que en verdad cuenta para los magnates y sus allegados. Dentro de las clases sociales hay estratos que trascienden al signo materialista. El old money que atiza las farras de los Beautiful and Damned y que servía de garantía para aquel tipo de muchachas que buscan más un proveedor que un cariño incondicional; alguien que pueda solventar viajes y atuendos como atributo de la masculinidad. Muchos sacrificios han estado motivados por mujeres de pechos grandes enfundadas en vestidos floreados.

Como Borges decía de Oscar Wilde, Scott Fitzgerald era un superficial muy profundo. Su visión del amor interesado quedó patente en un pasaje de El Gran Gatsby en que uno de los personajes relata el colapso de su matrimonio. Myrtle Wilson se casó enamorada, solo para dejar de amar a su esposo una vez que descubrió que no tenía dinero. El horror llegó al enterarse de que en su propia boda había usado un traje prestado por alguien más. «Me casé porque creí que era un caballero. Creí que sabía lo que es una buena educación, pero no valía ni para limpiarme lo zapatos con la lengua».

Fitzgerald era un crítico feroz de las clases altas, pero al mismo tiempo quería inscribirse en ellas y jugar según sus reglas del juego. En este sentido, tenía una visión opuesta a la de Ludwig van Beethoven. Para el compositor alemán, la distinción del genio superaba la mera circunstancia de aquellos que se amparaban en su cuna y título nobiliario para justificar su ostentación. Beethoven creía firmemente que los verdaderos artistas poseían un don que inclinaba la balanza espiritual. En contraparte, Fitzgerald hacía un esfuerzo sostenido por estar ahí con los potentados que le miraban por encima del hombro. Creía que así podría tener el estatus que tanto anhelaba. Además de sentir atracción, sus sentimientos hacia Ginevra estaban en cierta medida fundamentados en el prestigio que ella podría brindarle.

Pero nunca nada fue suficiente para Fitzgerald. La redención que encontraba en la opulencia se desvanecía rápidamente. A pesar de sus gastos y su lucha por mantener un estilo de vida propio de los ricos, siempre había alguien con un coche mejor, joyas más deslumbrantes y la capacidad de viajar durante más tiempo, todo sin caer en deudas. La carrera era imposible desde el planteamiento que él mismo deparó para sí. Mientras que para otros, la riqueza les llegaba de forma natural a través de la herencia, él tenía que forjarla con arduo trabajo por medio de una obra que experimentaba altibajos. Eventualmente la flor se marchitó y no volvió a la altura de los días soleados.

Debido a las necesidades económicas urgentes, Fitzgerald postergó sus proyectos de novelas a favor de escribir cuentos para revistas y trabajar en proyectos cinematográficos. Algunos de los cuentos eran memorables, otros estaban hechos con prisas, con la complacencia del lector en mente. Priorizó los ingresos inmediatos que requería por su agitado modo de gastar, decisión que le pesó siempre, ya que consideraba que las novelas eran su camino hacia la inmortalidad literaria. Las angustias financieras y románticas afectaron su productividad artística, justo la arena en la que podía vencer a todos aquellos jóvenes del jet-set que conoció en Princeton y en las fiestas en las que solo encajaba de medio cuerpo.

Al final, solo pudo completar cuatro novelas, habiendo transcurrido nueve años entre la tercera y la cuarta. Estaba agotado y consumido por las prontitudes y los excesos de la noche espirituosa. Tras la publicación de Hermosos y malditos, hubo un periodo de dos años en los que solo escribió seis cuentos y un puñado de artículos. «Un promedio de cien palabras diarias», como diría en una de sus cartas. Una nadería frente a lo que se esperaba de él.

Tras la ruptura con Ginevra, en 1918 Scott Fitzgerald conoció a Zelda, otra chica agitada que reanimó el fuego que creía perdido… hasta que ese fuego también lo consumió. Siempre hay una mujer que te salva de otra, y mientras esa mujer te salva, se prepara para destruirte. Palabras de Charles Bukowski que aplican para el caso, con la salvedad de que la destrucción fue mutua. Un choque de trenes que tuvo una dramática conclusión para ambos.

Tanto para Zelda como para su familia, la estabilidad económica era igualmente un factor crucial a la hora de formalizar y unirse en matrimonio. De modo que Scott inicialmente fue rechazado por ella, ya que en ese momento aún no había alcanzado el estatus de autor consolidado. Sus ingresos en el mundo de la publicidad y publicaciones en revistas podían ser suficientes para ser feliz en la modestia. Pero ni él ni sus aspiraciones lo eran.

Scott luchó por estar a la altura de las expectativas de unos Roaring Twenties que contribuyó a romantizar. Necesitaba solvencia para sostener la ficción que había cimentado y para llevarle el ritmo a los caprichos de pareja. Su primera novela, A este lado del paraíso, fue un campanazo que le hizo soñar con un futuro próspero que no se consolidó. El endeudamiento fue una constante, una presión que retrató con humor en Cómo sobrevivir con 36.000 dólares al año.

Scott Fitzgerald era un tierno animal que cazaba algunas presas para obsequiar a mujeres que miraban con desdén aquello que tanto trabajo le había costado conseguir. Tal vez, si en vez de cazar, hubiera contemplado la belleza de esos pájaros, dejándolos volar, su historia habría tenido menos chascos y sufrimientos. Un error común entre los hombres es obnubilarse ante la fatuidad de quien los desdeña en vez de aliarse con los seres indefensos que cantan para animarlos.

Como uno de sus tantos héroes trágicos, Fitzgerald terminó enfermo, quebrado y sin los reflectores que merecía. Sumido en la humildad, el purgatorio del dandy. La posteridad le reivindicaría. Su obra se vende por decenas de miles en todo el mundo e inspira a noveles escritores. Emblemas que podría presumir ante aquellos ricachones que le acomplejaban y vedaban la entrada a la alta sociedad. Ellos quedaron en el anonimato, mientras que él ocupa un lugar especial en la historia de la literatura. Beethoven tenía razón.  

Pero qué más da si Scott no puede enterarse. Falleció en 1940, pocos días antes de Navidad. Tenía 44 años. Al funeral acudieron cuatro gatos. Se marchó creyendo que era menospreciado y que estaba destinado al olvido. Tal vez Ginevra se acordó de él en alguna hora perdida de abril.

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#4 Tiempos

La soberbia interrumpe | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

¡Ah, la soberbia…! Veneno que fascina, descarga eléctrica, efímera pero intoxicante, pecadora vanidosa, creadora de méritos exagerados, embustera y cruel consejera. ¿Qué harían los políticos sin ti?

Culto Público, hijos de los mensajes encontrados:

El gobernador Gallardo recibió el mensaje. El mandatario y la presidenta Sheinbaum, a lo lejos y como por telegramas, pero están platicando.

El mensaje con doble filo que vino a traer Luisa María Alcalde, se selló de recibido y ayer mismo fue contestado.

La respuesta del gobernador fue inteligente, calculada y con entrelineas.

El mandatario aseguró estar abierto a las alianzas y al diálogo rumbo a la construcción electoral del 2027.

Es decir, que estaría dispuesto a negociar para que el Partido Verde vaya junto con Morena en la elección que se aproxima aprisa. (El PT es accesorio).

En el subtexto, la declaración fue un: “No te llevo la contraria presidenta, pero vamos negociando…

Y es que abrir esa ventana aliancista (que Luisa María dejó con un solo seguro) implica que el Gallardismo tiene presupuestado en sus escenarios cumplir con las condiciones que tan enfáticamente planteó la líder guinda de no postular familiares de gobernantes, en otras palabras, que el proyecto de la senadora Ruth González podría cambiar de rumbo bajo las condiciones correctas.

Se entiende, claro, que de ser así, el Verde por su fuerza estructural y peso específico que ha construido en el estado, “llevaría mano” para escoger al abanderado.

El escenario es posible, y al menos con los números de ahora, la alianza 4T en SLP generaría una elección dividida en dos pero con muchas posibilidades de continuidad para el proyecto Gallardo.

Repito, con los números y las circunstancias de hoy, pero hay que tomar en cuenta que en estos asuntos las condiciones cambian en minutos, ya no digamos en los 668 días que todavía faltan para el primer domingo de junio del 2027.

En el panorama planteado, Morena otra vez se quedaría mirando, si acaso negociando alguna que otra diputación federal, lo que es una condición de riesgo. No hay que olvidar que, cuando a los Morenistas no les gusta el candidato (Recordemos a Mónica Rangel, Xavier Nava y Sonia Mendoza) prefieren votar por la oposición que cerrar filas a ciegas…

Además, para nadie es un secreto que la líder local de Morena, Rita Ozalia Rodríguez, ha declarado que en su visión y contexto, su partido prefiere ir solo, específicamente sin el Verde.

Tampoco está escondido el hecho que la relación local entre Morena y Verde es tan distante como Australia de Saltillo.

¿Cómo entonces equilibrar la fórmula y aliviar las fricciones? El gobernador comenzó por llamar a la calma.

Falta mucho, andan muy acelerados” dijo.

Tiene razón, sin embargo su invitación a relajar las cosas probablemente ya no esté en sus manos porque sin querer, o queriendo, él mismo fomentó que los tiempos se hayan adelantado y una bola de nieve de bajada no se para de un grito.

Al final en su respuesta a Luisa María el jefe del ejecutivo estatal dijo algo muy, muy importante: aseguró que no había soberbia en su partido como para sentirse que pueden solos…(no estamos “ensoberbecidos” fueron sus palabras) buen remate y un énfasis a su favor.

…Pero el diablo no duerme.

Más tardó en tejer su respuesta Gallardo, que su partido en arruinarle el mensaje.

Salió Nacho Segura, presidente del Verde, a derrochar altivez: “El Verde toma la delantera rumbo al 2027

”.

Sustentado en una encuesta de De las Heras Demotecnia, Segura Morquecho compartió cifras en las que su partido prácticamente es inalcanzable y gráficas en las que casi saca un dos a uno contra Morena.

En un tono, que de plano suena sobrado, aseguró que “reconoce el entusiasmo de Morena (como diciendo ‘échenle ganas’) pero los datos duros favorecen al Verde”.

Pffff… ¿Qué parte no entendió Nacho de lo que dijo el gobernador?

Nadie duda de los números, pero si el primer Verde del estado está tendiendo puentes y diciendo sí al diálogo y a la posibilidad de alianza con Morena, ¿qué necesidad de echarles en cara una encuesta en la que los aplastan?

¿Por qué asumir que la respuesta a la visita de la presidenta de Morena le correspondía darla al presidente local del Verde?

¿Por qué derribar el mensaje de no soberbia y el llamado a calmar las aguas con un discurso de provocación?

¿Desacelerar publicando encuestas?

En términos prácticos, fue un desafiante: “nosotros podemos solitos, somos más grandes, no necesitamos a Morena, les ganamos por el doble, la gráfica te humilla, escupimos más lejos y mi papá es bombero y te moja…” (casi, casi).

Altivez al grado que Ricardo Gallardo fue contradicho: Sí hay soberbia.

(Ni modo, es condición humana, nadie es perfecto ni esta nadie exento, aquí no se tira la primera piedra).

Con razón se enoja el mandatario. Que bueno que mejor se fue a inaugurar la prolongación de Avenida Salk (que le quedó bien).

Dos temas de remate:

Ayer el rector publicó un mensaje en X (antes Twitter) en la que aparece con la secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez. El texto, con cortesías sobre el encuentro, no revela más sobre los temas que trataron, pero por lo seguro no platicaron ni del clima ni de próximo mundial.

Hay una controversia constitucional promovida por la UASLP contra el congreso y contra el IFSE que insisten en auditarlos. La Uni insiste en que su autonomía está de por medio.

También está vivo el tema de la deuda del gobierno del estado con la máxima casa de estudios. ¿Pedirían la intervención federal como en otras ocasiones, pero ahora en Bucareli 99?

Son temas que se me ocurren. Pronto saldré de la duda y se los comparto.

Finalmente, y aunque tarde (como la hora en la que solía llegar jaja), le quiero agradecer a mi amigo Mike Bustamante, mi Patas, Michelle, Gabriel, mi Paita, mi Heber y a todos los que hicieron posible “Epocas”, lugar donde la pasé y me trataron siempre de maravilla. Los años se van, los recuerdos se quedan. Gracias.

Hasta mañana.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Idealz y la “Rifa del Tigre” | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

Culto Público, hijos del caprichoso azar, como dice la canción: “Lo siento mi amor, pero hoy te lo voy a decir”.

Como todos sabemos, la Fenapo está en conteo regresivo. Ya huele a tamales oaxaqueños de la entrada, a la mezcla de aceite y azúcar en el aire, y a Zacahuil, y a masa de bocolito de Matlapa en la muestra gastronómica.

En la mente a casi todos el inicio de la feria nos evoca un sinfín de estímulos para todos los sentidos. Es la gran fiesta de los potosinos.

De verdad espero que esta edición también sea un éxito, pero antes debo de contarles una historia:

Este año cobró popularidad una aplicación llamada “CutoMex”. Dicha app se dedicaba a realizar diariamente rifas de artículos muy variados, desde productos de belleza, electrodomésticos, celulares, pantallas, motocicletas y hasta vehículos.

El esquema era por demás atractivo: El usuario compraba boletos de participación, que eran limitados, y esperaba a que en la noche, o a veces en la madrugada, se llevara a cabo el sorteo.

Lo maravilloso del asunto era que, si el usuario no ganaba, se le regresaba el dinero de sus boletos y además obtenía bonos económicos por haber participado.

En caso de ganar, había dos opciones: recibir el premio, o devolverlo y que se te acreditara el valor del premio a tu cuenta.

De poco a poco, la gente ganaba dinero por cada vez que participaba y en sus inicios todo parecía funcionar estructuradamente. La gente retiraba sus ganancias sin ningún inconveniente.

Los premios grandes como los vehículos, se entregaban públicamente y se subían fotos de los ganadores que, supuestamente, recibían sus autos.

Para no extenderme más, invito a Usted, mi Culto Público, a que googlee, o use cualquier buscador para enterarse del tema: “estafa CutoMex”.

Ahí se dará cuenta como miles de mexicanos perdieron su dinero, y se enterará de las historias de los supuestos ganadores que jamás recibieron sus premios.

La aplicación, que se promovía con videos de Youtube en los que aparecían personajes de la farándula promoviendo el sitio, de un día para otro simplemente desapareció.

Sí. Todo resultó ser una variante de una estafa Ponzi. Una pirámide construida por incautos (y ambiciosos, también hay que decirlo) que engolosinados por las ganancias terminaron perdiendo.

En este momento hay demandas colectivas en contra de la empresa y de sus representantes tanto en México como de Hong Kong, desde donde supuestamente todo tuvo origen.

Bueno, pero… ¿Qué tiene que ver esta triste historia con la Fenapo?

Mire, espero de verdad estar equivocado, pero la Feria Nacional Potosina adoptó a un patrocinador de premios y regalos llamado “Idealz”

y ¿qué cree? Usa exactamente el mismo esquema que CutoMex.

En la aplicación como en la pagina, los usuarios compran “tickets” para participar en rifas a través de una variante del juego de Bingo.

Claro, los “tickets” (limitados) que se pueden reclamar por vía Fenapo son gratis. Pero de ahí en adelante, si las personas siguen participando, ya les cuesta. Es la clásica “la primera es gratis”.

Los premios también son muy similares: autos, viajes, motos, pantallas, etc.

Su propaganda en redes también usa a actores y famosos para darle credibilidad al sitio y todo se trata de comprar oportunidades para llevarse los premios o ganar dinero de manera fácil, de esas oportunidades que se oyen demasiado buenas para ser verdad.

Quizás esta advertencia llegue demasiado tarde, pues estamos a días de que el evento arranque, pero más vale tarde que nunca o callar.

Lo mejor para todos, sobre todo para quien abrió las puertas e hizo el enlace de la empresa Idealz y el patronato de la feria, Daniel “El Tigre” Guillén, actual representante de San Luis Potosí en la ciudad de México, es que la empresa se conduzca con seriedad y no se preste a ningún tipo de estafas con el aval de un evento tan importante como la Feria Nacional Potosina.

No se vale que se manche a la Fenapo con jueguitos arreglados de canicas y luego nadie sepa “dónde quedó la bolita”.

Por cierto, que “El Tigre” Guillén, después de hacer los amarres empresa-Fenapo, fue ganador de un auto (que todavía no le entregan…). Hay video en Facebook y toda la cosa.

Insisto en mi esperanza de estar equivocado, ojalá que ésta no se trate de una empresa estafadora como la otra, y que muchos potosinos ganen los premios prometidos, sin embargo me parece que no está de más advertir a los ciudadanos ser cautos al participar en este tipo de juegos y a las autoridades estar atentas para no ser utilizadas.

Tengo fe.

Hasta mañana.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Ángel Blanco y sus guitarras en San Luis Potosí | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

El guitarrista mexicano canadiense Ángel Blanco se presentará en San Luis Potosí y Matehuala como parte de su gira de verano por Europa y México. En anteriores entregas hemos escrito sobre Ángel Blanco dando cuenta de parte de su trayectoria artística y académica, así como su labor en rescatar las aportaciones de músicos revolucionarios como Julián Carrillo y Augusto Novaro de quienes, en guitarras especiales para tocar en sus respectivos sistemas, Sonido 13 y el de Afinación justa de Novaro interpretando sus obras así como transposiciones de contemporáneos y clásicos usando las leyes de metamorfosis de Carrillo.

Después de sus presentaciones en Alemania llega a San Luis para interpretar su trabajo de recopilación de los caprichos de Paganini que han sido traspuestos a guitarra y que interpreta con su guitarra sexta y guitarra eléctrica. Esos conciertos que tendrá en San Luis Potosí capital y Matehuala, estarán basados en los caprichos de Paganini y ejecutará variaciones a los mismos. Esto es parte de su trabajo de años en su investigación sobre transcripciones a guitarra de los conciertos que Niccolo Paganini hiciera para violín.

Ángel Blanco se estará presentando en la Galería 337 el miércoles 13 de agosto a las siete de la tarde noche con un concierto conceptual basado en los caprichos de Niccolo Paganini. La Galería 337 o Gallery 337 Espacio Alternativo, como es su nombre oficial, se encuentra en la calle de prolongación Zacatecas número 337, justo a espaldas del salón Río; el costo de entrada es de cien pesos. La Galería es coordinada por el artista Arturo Castillo en cuyo espacio será la presentación en San Luis de Ángel Blanco.

Su gira continua en Matehuala donde se presentará el 15 de agosto a las ocho y media de la noche en La Quemada ubicada en Taesa 106 colonia aviación, en Matehuala.

Ángel Blanco se ha convertido en un excelente guitarrista que combina la música clásica con el rock y la música innovadora, como el microtonalismo, en especial Sonido 13 y obras de Augusto Novaro. Cuenta con guitarras especiales para tocar en diferentes sistemas musicales, que incluye la novara, guitarra para afinación en el sistema de Novaro y guitarra en cuartos de tono donde interpreta obras de Julián Carrillo, Rafael Adame y algunos otros alumnos de Carrillo.

Ángel Blanco se desempeña actualmente como catedrático de guitarra en Quebec, lugar donde reside, alternando esas actividades con la de concertista y promotor cultural. Son frecuentes sus visitas a San Luis Potosí y al Altiplano Potosino en sus giras que realiza en México. Comenzó sus estudios en Helmstedt, Alemania con Olaf Sievers, después en la Universidad Autónoma de Coahuila con Jesús Posada y finalmente en la Université Bishop’s de Québec con Andrew McDonald. Ha tomado clase magistral y cursos con renombrados maestros como Karlheinz Stockhausen, Leo Brouwer y Remi Boucher.

Otra de sus grandes aportaciones es la expansión de la técnica del Plectrodedo, que más que una técnica se ha convertido en una Escuela sustentada en la guitarra de concierto. “Sin duda cuando escuchamos o leemos en una partitura algo que rompe paradigmas, lo primero que viene a la cabeza luego del “encanto” inicial y la impresión, es el pensar el cómo se tiene que tañer la guitarra para lograr esos fines. El eximio Maestro venezolano Carlos Reyes ha demostrado a través de su Escuela a Plectrodedo, que los límites para el tañer la guitarra clásica aún no se encontraban cerrados, exponiendo un abanico de posibilidades cuasi infinitas que, con mucho rigor y disciplina, seguro se podrán ir haciendo del dominio común al correr del tiempo”, es lo que nos dice Ángel Blanco sobre el Plectrodedo y que esperamos pueda ilustrarlo con su interpretación en futuras visitas a México.

No se pierdan la oportunidad de escuchar ese proyecto de Ángel Blanco sobre los caprichos de Paganini, que los presenta en estos lugares alternativos en San Luis y Matehuala. Nos vemos en Galery 337 este miércoles 13 de agosto a las siete en punto.

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Opinión

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