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#Entrevista | Jorge Zepeda Patterson: el periodista que siempre me ha salvado
Fundador de proyectos como SinEmbargo.mx y Día Siete y autor de la literatura política mexicana más importante de los últimos años, conversamos sobre su carrera, periodismo y López Obrador
Por: Luis Moreno
La primera vez que supe de la existencia de Jorge Zepeda Patterson (Mazatlán, 1952) fue a través de un texto que escribió en la sección «Hasta atrás» del semanario Día Siete, debí tener diez u once años, estaba sentado en el asiento trasero de la camioneta de mi madre, era domingo e íbamos a la casa de mis abuelos. Me gustaba hojear la revista para ver las imágenes y ocasionalmente hacía un esfuerzo adicional para combatir la apatía preadolescente y leer algunas páginas; no estoy muy seguro de qué trataba lo escrito por Jorge, pero desde entonces cada domingo leí esa columna, que siempre alternaba autores, así conocí a varios y varias periodistas, escritores y escritoras.
Recordé el episodio justo antes de comenzar la entrevista que le hice a Zepeda Patterson hace algunas semanas, pensé en mencionarle la anécdota, pero al final consideré que sería imprudente: entrevistar a un periodista siempre conlleva un nerviosismo diferente a hacerlo con cualquier otro tipo de personaje, pues se está frente a alguien que ha realizado la misma labor cientos de veces, en este caso a un nivel infinitamente superior, y que tiene todos los artificios periodísticos bien dominados.
Día Siete se publicó durante casi toda la primera década del siglo XXI y un poco después, Jorge Zepeda estuvo al frente de ella, y para mí representó una brújula que me ayudó a alimentar mis gustos y forjar un corpus ideológico. En sus páginas encontré textos que hablaban sobre las bandas que comenzaba a escuchar y a hacer mías, de los primeros libro que leí por convicción personal, de tendencias, de perspectivas y hechos políticos y sociales de los que no tenía ni idea, pero lo más importante es que en esa revista vi que el periodismo puede ser un medio de conocimiento, belleza, estilo, entretenimiento… por eso cuando algunas veces he llegado a escuchar que Jorge se encamina a convertirse en el patriarca del periodismo mexicano, una especie de sucesor de Julio Scherer García, me parece una apreciación indiscutible, pero con la que él no está de acuerdo:
Jorge Zepeda Patterson: No me ubicaría en esos términos. Sé que he sido un protagonista que ha animado el ambiente sobre todo regional, a diferencia de varios de los grandes referentes del periodismo nacional, que casi todos son de la Ciudad de México. La mitad de mi trayectoria fue en Guadalajara, al hacer periódicos que en efecto fueron vanguardistas, sobre todo en los criterios que se implementaron y en las formas de abordar al periodismo, las cuales después se difundieron. El resto ha sido en la Ciudad de México y debo decir que mucho de este trabajo lo realice con un equipo, a través de hacer la reingeniería de medios en 10 o 12 lugares del país, que fueron no solo de diseño, sino de concepción informativa, lo que ayudó a capacitar cuadros en nuevas lógicas de un periodismo más participativo y ciudadano. Eso ha sido un aporte, pero desde luego nada comparado con los grandes generales que ha tenido el periodismo en el país.
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Zepeda Patterson dirigió SinEmbargo.mx hasta hace pocos años. Cuando fundó el portal, junto a otros grandes comunicadores, por ahí del año 2010, se convirtió de forma instantánea en el medio referente del periodismo digital: sus contenidos multimedia; sus encabezados largos que ofrecían la mayor cantidad de información para el usuario de redes sociales que muy probablemente no iba a leer la nota entera; la profundidad de sus reportajes y sus ejercicios casi literarios que se salían de la norma, eran algo nunca antes visto en México. Eso, sumado a su línea editorial más cercana a la izquierda, hizo que jugara un papel central en la elección presidencial del 2012 y posteriormente durante todo el sexenio de Enrique Peña Nieto. Por entonces yo cursaba la universidad y se volvió un modelo al cual aspirar.
Hubo un texto de Jorge, titulado «El cuarenta y cuatro», que narraba en ficción y desde la perspectiva de uno de los estudiantes, lo que había ocurrido con los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos en el 2014. Aquellas líneas me revelaron una herramienta que hasta entonces desconocida: la ficción como un instrumento para descifrar la realidad. Un artilugio que Zepeda utiliza constantemente y que ha sofisticado hasta niveles en los que su litaratura se convierte en piezas de arte.
PREGUNTA: ¿Te sientes más cómodo en la ficción o en el periodismo de rigor?
Jorge Zepeda Patterson: Me siento igual de cómodo en los dos. Me gusta mucho el espacio de la columna, es un pulso de análisis de la realidad; pero del otro lado, la novela política, que es la que yo hago, el thriller de suspenso que trata de desentrañar otros aspectos del poder, me permite ponerle color y sonido, olores a lo que el periodismo, por la inmediatez y el rigor, me limita de dar cuenta de la película completa. La literatura ofrece la oportunidad de hacer una antropología del poder.
Las crisis lectoras son un depredador que acecha a todos y todas, aparecen intempestivamente e impiden leer prácticamente cualquier material; si se les permite alcanzan niveles de padecimiento crónico. Varias veces me he enfermado de ellas y en las dos más serias, la ficción política de Zepeda me ha rescatado, en específico la trilogía de «Los Azules», una colección de novelas compuesta por Los Corruptores; Milena o el fémur más bello del mundo; y Los Usurpadores. En ella se cuentan las aventuras de cuatro amigos: Amalia (presidenta del PRD), Pablo (millonario dueño de una compañía de seguridad privada), Mario (profesor universitario) y Tomás (columnista de uno de los medios más importantes de México), a quienes el destino les obliga a resolver diversos problemas que los llevan a inmiscuirse en las tramas más profundas de la política, la corrupción, los grupos criminales, el periodismo, el dinero… La prosa que Jorge Zepeda desarrolla en estos relatos alcanza una velocidad que impide detenerse a tomar aire; las situaciones son trepidantes, crudas, divertidas, conmovedoras, indignantes… Cuando se tiene uno de sus libros entre las manos y se repara en lo avanzado ya han transcurrido 200 páginas y las ganas de leer se han restablecido, en mi caso no solo eso, sino también el deseo de escribir también volvió.
PREGUNTA: ¿Ves a la trilogía de «Los Azules» convirtiéndose en un clásico de la literatura mexicana de ficción política?
Jorge Zepeda Patterson: Para México sí lo es. Hay autores que han trabajado temas similares, Enrique Serna es uno de ellos, pero desde Luis Spota, que generó una obra que era una radiografía de la política de ese entonces, no había un esfuerzo tan prolongado, al hablar ya de tres libros, que dé cuenta del México actual. Mis libros actualizan mucho de lo que Spota hizo en su momento, cada uno con sus propias peculiaridades. Hay pocos antecedentes, tenemos novelas históricas, también autores como Elmer Mendoza, que aporta mucho con su narco novela, pero estrictamente el tema de la clase política mexicana es poco trabajado desde la ficción.
PREGUNTA: Al leer libros escritos por ti como Muerte contrarreloj, la trilogía de Los Azules o ahora El dilema de Penélope, hay una sensación de vértigo por lo ágil de tu prosa, ¿consideras que esa característica es heredada de tu labor en el periodismo?
Jorge Zepeda Patterson: Sin duda. El periodismo exige una prosa para dar cuenta de situaciones de inmediatez. Me han dicho que uno de los rasgos que caracterizan mis novelas es la intensidad en la trama. Ahora con El dilema de Penélope, amigos y conocidos me llaman para reclamarme, me dicen cosas como “me desvelé a lo pendejo porque tenía que terminarla”.
PREGUNTA: Desde la última parte de la historia de «Los Azules» (Los Usurpadores) en 2017, pasaron siete años, ¿dónde estarían parados hoy Amelia, Jaime, Tomás y Mario?
Jorge Zepeda Patterson: Tendrás que leer mi siguiente novela, porque pienso retomarlos. Estará ubicada al arranque de lo que será el segundo ejercicio del proyecto obradorista; anticipo que Morena ganará las elecciones en un sentido u otro, Claudia o Marcelo, es un contexto perfecto: con la posibilidad de una primera presidenta; entre un segundo sexenio obradorista, pero sin Obrador, y lo que pueda suceder. El momento es ideal para invocar a mis cuatro Azules y a sus hijos, a los chicos, que ya eran coprotagonistas y ahora, siete u ocho años después, ya los encontramos más activos.
PREGUNTA: En el dilema de Penélope, tomas como telón de fondo Estados Unidos, ¿por qué la decisión de narrar algo al otro lado de la frontera?
Jorge Zepeda Patterson: Por varias razones: me descubrí muchas veces pensando en cómo sería el equipo que rodea a Donald Trump, imaginándome su cuarto de guerra electoral. Comencé la novela cuando Trump todavía era presidente y ese equipo se preguntaba cómo hacer para ganar las siguientes elecciones, porque había caído. Planteaban distintos proyectos, unos más locos que otros.
La pandemia suspendió la publicación durante dos años; cuando regresamos al asunto, Trump ya no estaba en la Casa Blanca, tuve que hacer muchas modificaciones, pero aún era válida la idea de cómo actúa la ultra derecha frente a una elección. En Estados Unidos, las campañas ahora están sujetas a nuevas dinámicas que antes solo eran secundarias, como son las campañas de miedo, del enojo, de las redes sociales virales a partir de escándalos, de enlodar al adversario, que siempre han estado presentes en la política, pero como una herramienta, no como la campaña en global.
Los nuevos candidatos ni siquiera tienen que construir un proyecto alternativo, se basan esencialmente en destruir al contrario. Estados Unidos va adelante en esas formas, lo que vimos en Brasil con las manifestaciones en las que trataron de impedir que Lula tomara posesión, es casi una calca de lo que sucedió dos años antes en el Capitolio, tiene que ver con el papel que juegan las redes, con la distorsión de la política hacia la política basura.
Situar mi novela allá me servía como laboratorio para entender lo que está pasando ahora en otros países y el tema migratorio es muy importante a ambos lados de la frontera: en este momento las remesas son ya el ingreso principal para México, por encima del petróleo, el sector automotriz o el turismo, pero además el efecto que tiene al ser un recurso derramado en los sectores sociales que más lo necesitan, hace que se convierta en recurso de sobrevivencia y en Estados Unidos es la piñata a golpear, el miedo a insuflar para la agenda electoral de ese país.
PREGUNTA: El periodismo y la literatura mexicana no se lee tanto en Estados Unidos, a pesar de que tenemos problemáticas y personajes comunes. ¿Cabe tu trabajo literario en la sociedad estadounidense?
Jorge Zepeda Patterson: Milena y Muerte contrarreloj fueron traducidos en Estados Unidos, le fue mejor al segundo, en parte porque la publicó Random House y eso cambia todo. Esta última novela no la quisieron tomar por la incomodidad de los temas políticos, al hablar de un candidato al que solo le cambié el nombre, pero que figura perfectamente como Donald Trump, Random decidió pasar. Mi agente está tratando de colocarla en otro lado, entonces esa respuesta la voy a saber de aquí a un año, si es que la tomaron o no. Debo decir que mi literatura ha marchado mucho mejor en Europa, está traducida a 15 o 18 idiomas, dependiendo de la novela, pero todas están en alemán, italiano, francés, polaco, bulgaro … allá les va muy bien; me la paso casi cuatro meses al año de aquel lado para hacer promoción.
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Zepeda Patterson es una súper estrella del periodismo mexicano, sin embargo, aunque vivimos en una época de hipermediatización, en la que la mayoría de las personas quieren ser famosas y se exhiben para ello en redes sociales, el rostro del periodista se conoce poco, lo mismo ocurre con su voz audible, pese a ello su voz periodística y literaria es influyente, nítida, clara y resonante y está grabada en el imaginario de millones de personas que lo leen como un referente de la política nacional:
Jorge Zepeda Patterson: Siempre he preferido el anonimato. Rehuso hacer programas de televisión o radio porque genera que tengas mucha atención; hice uno con Raymundo Rivapalacio en el 2005, se transmitía por Canal 40, y me di cuenta que no es mi medio. Me siento bien al escribir, me da mucho gusto estar en un restaurante y seguir en el anonimato, es una condición para ser novelista: el escritor es una especie de voyeurista, está atento a la vida para analizarla y describirla; es un requisito que no seas el rey de la fiesta, sino el que está acodado con la espalda en la pared, viendo cómo transcurre. Me resulta más cómodo esto, pero sé que mis columnas son leídas y comentadas por mis ideas y no por una presencia física.
PREGUNTA: Publicas tres columnas a la semana (en SinEmbargo.mx, El País y Milenio), cada medio tiene una línea editorial y lectores y lectoras distintas, ¿cómo eliges el contenido que va en cada una?
Jorge Zepeda: Son medios con actitudes distintas; Milenio, por ejemplo, antes del triunfo de López Obrador predominaba una línea muy crítica en su contra, hay un lector de esa naturaleza, yo escribo con ese lector en mente, trato de dialogar con él, de hacerle ver otras perspectivas. El de Sin Embargo es un lector mucho más de izquierda, cercano a las posiciones lopezobradoristas. Siempre escribo lo que pienso, pero debo manejar los matices en función de quién lo leerá, aunque en ocasiones no hago distingo, porque surgen temas coyunturales que no esperan a la columna del domingo o miércoles.
PREGUNTA: Tus columnas dejan la sensación de que eres un juez imparcial con López Obrador, dices lo bueno y lo malo; pero en ellas casi siempre das como ganador a Andrés Manuel, ¿es una estrategia para convencer?
Jorge Zepeda: No es deliberado. Esto refleja el hecho de que yo pienso que López Obrador fue una buena noticia para el país; ha cometido muchos errores, pero incluso dentro de ellos, el país necesitaba un cambio. Soy optimista sobre lo que sigue: lo más difícil era modificar la trayectoria, se pudo haber hecho mejor, no obstante, hay que agradecer a López Obrador que permitió la existencia, por primera vez, de un gobierno que no está al servicio de las élites; pero también evidenciar lo que no se ha hecho bien. Mi papel es escribir y racionalizar en esa dirección.
PREGUNTA: Hay quien ve la confrontación del presidente contra sus opositores como una cuestión negativa, que se replica en todos los sectores de la sociedad, pero me parece que cada persona tiene derecho a sostener su punto de vista, sin que eso sea al malo. ¿Tú, en el periodismo, ves como algo bueno que caigan las máscaras y se diga de qué lado estamos? ¿Es buena la existencia de un periodismo militante?
Jorge Zepeda Patterson: Todos los periodistas tenemos una posición, el periodismo objetivo es absurdo porque somos sujetos, hacemos periodismo subjetivo. El tema es respetar los códigos profesionales. Más allá de las simpatías, uno tiene que decir cuántos manifestantes hubo, dar cuenta de la otra versión, poner un dato en un contexto honesto, no uno sesgado, eso se debe hacer. Los periodistas podemos estar más o menos a favor de López Obrador, pero más allá de eso al reflejar la realidad debemos recurrir a los códigos profesionales que son el corpus que le da sentido a una profesión.
PREGUNTA: López Obrador en la conferencia matutina recurre mucho a las referencias históricas, literarias y académicas, a veces da la impresión de estar escuchando a un intelectual. Luego llega la oposición a tratar de desarmarlo con insultos que caen en la vulgaridad. ¿Les vendría bien a la derecha contra algunos escritores e historiadores para que les ayude a formar un discurso?
Jorge Zepeda Patterson: Más que el discurso, la sustancia es el problema de la oposición; se la han pasado obsesionados con López Obrador, como si él fuera el problema, sin darse cuenta de que es la manifestación de un descontento enorme que generaron los gobiernos, primero del PRI y luego la alternancia del PAN, que no pudieron satisfacer las necesidades de la gente. Para el 2018 había enormes masas de inconformes que, por fortuna, tuvieron una vía electoral para manifestarse. Eso es López Obrador. Mientras la oposición no construya un proyecto que suene razonablemente viable para las necesidades de las mayorías que han sido dejadas atrás, no tiene ninguna oportunidad. Qué mérito tiene o qué fin tendría demostrar que López Obrador es una mierda. ¿Eso qué significa? ¿Entonces hay que regresar a lo que teníamos antes?
PREGUNTA: La llegada de López Obrador al poder generó una cantidad importante de revoluciones tanto de diversidad sexual, empoderamiento de las mujeres, en los medios de comunicación, el combate al racismo, el clasismo, la corrupción…, pero solo han pasado cinco años, todo es tan veloz que a veces recuerdan a hechos históricos que marcaron coyunturas nacionales, como la muerte de Franco en España. ¿Cómo vislumbras que se van a asentar esos movimientos con un segundo periodo de la izquierda en México?
Jorge Zepeda Patterson: Me siento francamente optimista. López Obrador tuvo el enorme mérito de impedir que las élites siguieran gobernando en este país; implementó un cambio, tal vez rústico, con pocas herramientas, a codazos, nada bonito ni elegante, pero ha abierto brecha en la selva a machetazos; pero con un mucho sentido de responsabilidad hacia las grandes variables macroeconómicas. No ha sido un populista como muchos que se caracterizan por dejar endeudamiento, un gobierno de muchos déficits y pocos ingresos; ha intentado hacer un cambio sin desestabilizar y lo ha conseguido: ahí está el peso, las inversiones extranjeras, el turismo. Nada se ha perdido.
Me siento optimista, porque los que vienen los veo como funcionarios profesionales: tanto Claudia Sheinbaum como Marcelo Ebrard no vienen de la oposición, llevan 30 años como funcionarios, su historia de vida es distinta a la de López Obrador: son personas urbanas, que han vivido en el extranjero, que tienen postgrados, hablan varios idiomas, ella es científica, ambos tienen abuelos extranjeros, son mucho más cosmopolitas, con una visión más profesional de la administración pública, no crecieron en el resentimiento, sino en el desafío de la administración. Andrés Manuel hizo lo difícil y a ellos les tocará remendar, armonizar, buscar consensos. Además veo que todos los protagonistas de la vida pública ya están cansados de la polarización y la confrontación. Eso abre una posibilidad de sentarse a ver en qué se puede coincidir.
PREGUNTA: El presidente ha sido la materia prima de tus columnas en los últimos años. ¿Tú tienes un diálogo con López Obrador?
Jorge Zepeda Patterson: No, cero. Sé que me lee, lo ha mencionado un par de veces en la Mañanera y lo he notado por comentarios que hace sin decir que leyó mi columna. Sí tengo un diálogo con la mayoría de su gente: con Claudia, Marcelo, varios del gabinete. No con él.
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El mismo fin de semana de la plática con Jorge Zepeda, también Alejandro Paez Varela y Alvaro Delgado, los otros dos pilares de SinEmbargo.mx, estuvieron en San Luis para presentar su libro (La disputa por México: Dos proyectos, frente a frente, para 2024). Eduardo Marceleño y Erick Almanza, dos de mi amigos más entrañables, se cruzaron con ellos en un puesto de tacos, ya cerca de la media noche; se entendieron a la perfección, y aunque no escribiré la anécdota que me contaron (por si ellos luego quisieran hacerlo), pensar en mis amigos de fiesta con esos dos grandes periodistas y en mí haciendo esta entrevista, me hizo caer en cuenta de los muchos motivos que tengo y que mi generación tiene para sentir agradecimiento hacia ellos, sin importar a que nos dediquemos, pues sin sus plumas, la historia de este periodo de tiempo, la historia de este país, nuestra historia, no sería escrita y recordada como se debe.
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Destacadas
La Orquesta gana cuatro galardones más en el Premio Estatal de Periodismo 2023
Jorge Saldaña, Bernardo Vera y Carlos Sergio López obtuvieron dos terceros lugares y dos menciones honoríficas; con esto el medio llegó a 37 reconocimientos
Por: Redacción
Este miércoles 7 de junio se llevó a cabo la presentación de resultados de ganadores y ganadoras del Premio Estatal de Periodismo San Luis Potosí 2023, donde La Orquesta obtuvo cuatro galardones.
Bernardo Vera se quedó con el tercer lugar en la categoría de Noticia: Jesús Silva Herzog, con el trabajo “Alumnos del Cobach en SLP pagarán 16.9 millones por libros a empresa desconocida”.
Jorge Saldaña ganó el tercer lugar en la categoría Entrevista: Juan Sarabia, con su texto “Un reloj atómico al que lo mueve la fe | Entrevista con William Daniel Phillips“; además de conseguir una mención honorífica en la categoría Artículo de Fondo o Comentario: Francisco Martínez de la Vega, con el trabajo “Crisis del agua: caso Aguas del Poniente”.
En la categoría Publicación o programa de Difusión Cultural: Francisco de la Maza, Carlos Sergio López Medrano obtuvo una mención honorífica por su publicación “Las plazas en el olvido”.
Con esto, La Orquesta llegó a 37 reconocimientos en este certamen, obtenidos en once años de existencia del medio.
Ciudad
Nava y el camino a la destrucción de Carranza: Alberto Narváez
El empresario comentó que el deterioro en esta avenida ha sido por la inseguridad, devaluación de las propiedades, malas políticas públicas y la construcción de la ciclovía
Por: Daniel Rocha
Alberto Narváez Arochi, empresario e integrante del Corredor Cultural Carranza, declaró que se estaría llevando a la destrucción de la avenida Venustiano Carranza, una de las vialidades más importantes de la ciudad, y donde se tiene la estimación que han cerrado más de 70 locales. Esto derivado de las malas políticas públicas que han hecho los gobiernos municipales y estatales, así como la rehabilitación de Venustiano Carranza, que hizo la administración de Xavier Nava Palacios, entonces presdiente municipal de la capital potosina, que derivó en la construcción de la ciclovía y que terminaron afectando en la movilidad capitalina:
“En plena pandemia a la administración de Xavier Nava se le ocurrió, porque a nosotros el constructor nos comentó que en el proyecto original no iba una ciclovía, no estamos en contra de la ciclovía, simplemente no sabemos si ese lugar es el adecuado. Sí al constructor le hubieran dicho que llevaba una ciclovía, en base a la técnica a la ciencia, hubiera hecho la ciclovía y se hubiera puesto en el lugar donde debió haber ido”.
El integrante del Corredor Cultural Carranza especificó que el deterioró de la avenida Carranza se ha producido desde la calle Terrazas hacia el Centro Histórico, trayecto en donde está ubicado El Nido del Crimen, ubicado en el número 905 de dicha avenida entre las calles Francisco Eduardo Tres Guerras y Francisco de P. Mariel, casa que anteriormente fungía como sede de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (Segam).
Narváez Arochi le atribuye también los problemas de inseguridad, la devaluación en los costos de compra y renta de locales o casas, malas políticas públicas por parte de las administraciones estatales y municipales, la construcción de la ciclovía, la pandemia de covid-19, entre otros factores. Además, comentó que las autoridades han desatendido la seguridad en avenida Carranza y especificó que aunque no es culpa de el Nido del Crimen, es un lugar que se le tendría que poner especial atención: “En ese lugar se concentran gente de la calle, con problemas de adicción , migrantes y son personas requieren atención”.
Alberto Nárvez aseguró que en esta avenida en esta se está devaluando el valor de los edificios y locales comerciales: “Hay edificios que sí valen un peso, a lo mucho les están ofreciendo 15 centavos. Cuando en economía se pierde patrimonio se puede decir que prácticamente ya estás en la loma o sea, estás muerto económicamente”.
Con respecto a la derrama económica que generaba Carranza al año, previo a la pandemia y sin contar a la Beneficencia Española, apuntó que era de un aproximado de 5 mil millones de pesos y actualmente al año solo se generan 100 millones de pesos.
Informó que para que Carranza pueda volver a ser el foco económico que era antes de la pandemia, será necesario que pasen 5 años: “Si hoy empezamos a corregir lo que haya que corregir. Yo creo que cinco años es un tiempo suficientemente razonable, pero no hay que empezar a contar desde ahorita. Esos cinco años, se empiezan a contar cuando las políticas públicas cambien, cuando la autoridad cambie y vea realmente lo que tiene que ver y que haga lo que realmente tiene que hacer ”.
Alberto Narváez explicó que para intentar recuperar un poco el movimiento, la organización Corredor Cultural Carranza realiza eventos culturales en el jardín de Tequis como eventos musicales, exposiciones artísticas, entre otras.
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Destacadas
No desaparece biblioteca de CIIP, se reubica: rector de la UASLP
La asamblea de académicos y estudiantes se reunió con el titular de la máxima casa de estudios del estado
Por: Alex Valencia
Luego que desde inicio de mes comenzaran a correr comunicados oficiales sobre una reubicación del Centro de Información en Investigación y Posgrado de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, una asamblea conformada por investigadores profesores y alumnos de la institución se reunió con el rector Alejandro Zermeño Guerra, a fin de solicitarle clarificar el destino de este centro de estudio.
El investigador Alejandro Rosillo Martínez asumió el rol de vocero de la asamblea en esta ocasión para señalar en rueda de prensa que el rector les dejó claro que no desaparece la biblioteca, aunque si será sujeta a hacer un traslado por cuestiones de seguridad y protección civil ya que un acervo no puede estar en una segunda planta; sin embargo el académico expresó que nunca antes habían tenido nota de algún dictamen de Protección Civil en ese sentido y que en dado caso que el CIIP fuera reubicado se tendrían que cumplir los mínimos estándares de respeto a los Derechos Humanos, “es decir, cumplir con un principio de progresividad o para decirlo más llanamente, no se puede dar un espacio bibliotecario de menor calidad”, así como aspectos de accesibilidad, servicios y que no vaya a ser reubicada en un sitio distante o alejado de su ubicación actual.
Rosillo Martínez denunció que desde el año pasado, la Unidad ha cambiado de giro para llevarlo a lo que oficialmente llaman un “ámbito de vinculación social” y se ha instalado ahí una incubadora de negocios, misma que se extendería hasta el espacio del CIIP, cuyo acervo se repartiría en tres ubicaciones ya existentes, lo cual, de acuerdo a los miembros de la asamblea, vulnera los derechos de la comunidad universitaria.
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