septiembre 16, 2025

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El diputado más faltista de SLP, ¿podría perder su puesto?

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Edgar Anaya del Partido Verde es el congresista que muestra el peor comportamiento en asistencias, por lo que si continúa con dicha tendencia y con la entrada de la nueva reglamentación sería retirado de su puesto

Por: Ana G Silva y Hugo Laussín

El pasado 19 de mayo, el Congreso del Estado aprobó que las y los diputados que se ausenten, sin justificación, de sus obligaciones sean sancionados hasta con la pérdida de su cargo, como ocurre en cualquier empleo. Es por eso que La Orquesta revisó el apartado de “Sesiones Plenarias Retardos-Inasistencias Justificadas-Faltas”, al 12 de mayo de 2022 en la página oficial del legislativo, para conocer qué congresistas estarían en riesgo de perder su trabajo con la nueva reglamentación. Edgar Alejandro Anaya Escobedo (plurinominal por el Partido Verde) es el diputado con más ausencia, por lo que de continuar con el comportamiento que ha mantenido hasta hoy, podría ser expulsado del Congreso.

La iniciativa propuesta por el diputado Edmundo Torrescano (PRI) señala que las sanciones van desde la reducción de percepciones (un día de salario), hasta la pérdida del cargo como congresista, lo cual ocurrirá si se tienen tres faltas de sesiones plenarias o 10 ausencias de otras labores a lo largo de un año, después de lo cual sería su suplente quien tomaría la posición.

De acuerdo con la información del Congreso del Estado, solo Edgar Alejandro Anaya tiene un comportamiento que lo pone en riesgo, pues cuenta con siete faltas, aunque cuatro de ellas están justificadas, las otras tres fueron en dos sesiones de pleno y una en sesión ordinaria. Es decir que en la nueva reglamentación solo necesitaría una falta más a una sesión solemne o siete en sesiones ordinarias para ser retirado de su cargo.

Anaya Escobedo no asistió a la sesión solemne número 12 el 8 de marzo de 2022, a sesión ordinaria número 21 y a la sesión solemne número 13, ambas del 10 de marzo. Mientras que sus inasistencias justificadas fueron en la sesión ordinaria número 2, 8 y 19, con fechas del 23 de septiembre del 2021, 4 de noviembre del 2021 y 24 de febrero de 2022, respectivamente. Esto se le debe agregar la inasistencia de este 23 de mayo del 2022, día en que entra en vigor la propuesta.

La reunión de este lunes de la Comisión de Salud, a la que el legislador pertenece y no asistió, estaba programada desde hace un mes con una representante de casa funerarias, misma a las que acudieron las diputadas Yolanda Cepeda Echavarría, María Aranzazú Puente Bustindui, María Elena Ramírez Ramírez, Emma Saldaña Guerrero y Lidia Vargas Hernández.

La Emma Saldaña hizo un llamado al legislador para “que cumpla sus compromisos, pues es su obligación con el pueblo de San Luis Potosí así como nosotras, las cinco diputadas que conformamos la comisión y que sí asistimos, siendo él el único que no vino por un malestar médico”.

Saldaña comentó que Anaya Escobedo presentó una justificación médica: “pero debemos ser muy puntuales pues esta reunión estaba planeada desde hace un mes. No es nada personal pero los diputados sabemos del gran compromiso y responsabilidad con más de tres millones de potosinos, hay diputadas que son madres y aún así dividen su trabajo para cumplir con la responsabilidad que tenemos”.

Por su parte, la diputada Puente Bustindui, consideró que “cada quién es responsable de sus comisiones, pero mínimo se deben revisar las iniciativas, las propuestas, es importante estar asistiendo y al pendiente de todo lo que suceda en el Congreso”.

Además de Alejandro Anaya, hay otros 15 legisladores que tienen por lo menos alguna inasistencia, aunque justificada, los cuales son: Yolanda Josefina Cepeda Echavarría con dos, José Luis Fernández Martínez con una, Dolores Eliza García Román con una, Rubén Guajardo Barrera tiene dos, José Antonio Lorca Valle tiene dos, Gabriela Martínez Lárraga con dos, René Oyarvide Ibarra con una, María Aranzazu Puente Bustindui tiene una, Héctor Mauricio Ramírez Konishi tiene tres, Bernarda Reyes Hernández tiene tres, Emma Idalia Saldaña Guerrero tiene una, Cinthia Verónica Segovia Colunga tiene dos, Edmundo Azael Torrescano Medina con una, María Claudia Tristán Alvarado con dos y Lidia Nallely Vargas Hernández con dos. Además de que hay otros legisladores con retardos, aunque el único que no ha faltado o no ha tenido retardos es Alejandro Leal Tovías (PRI).

También lee: Diputados y diputadas de SLP que falten podrán perder su cargo

#4 Tiempos

Visita presidencial de “caras y gestos” | Crónica de Jorge Saldaña

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“Shhhhhhh… cállense”.
El dedo índice de Rosa Icela Rodríguez, la potosina de carrera en el periodismo y en la política, llevaba y traía su dedo índice hacia sus labios como metrónomo de maestra en salón rebelde. La escena ocurría en la entrada sur del Centro de Negocios Potosí, donde se agrupaban familiares, diputados, dirigentes y devotos de Morena. Esa especie de club VIP de primera fila, que coreaba sin pudor:

“¡Gooo-ber-nadora, gooo-ber-nadora, gooo-ber-nadora!”

La secretaria de Gobernación, vestida como maestra de convento —ataviada de negro, pelo recogido de bolita, lentes de armazón grueso—, parecía cargar todavía las tablas de quien sabe poner orden con solo mirar.

Silencio, les exigía, porque tras de ella estaba por entrar la mujer con la que compartió luchas, marchas, sobremesas y hasta hospedajes serranos en casa de las hermanas Rodríguez Velázquez, allá en Xilitla. Era su amiga de décadas, su aliada, su cómplice: Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México.

La presidenta, la primera en la historia, llegaba a San Luis Potosí. Y no era cualquier visita: era el estreno de su primer informe en territorio potosino, ese suelo donde las lealtades se pintan de guinda y verde fosforescente, y donde la coreografía del poder es más elocuente que cualquier discurso.

El bloque guinda y el invitado inesperado

En el corazón del bloque morenista, tras las vallas que los separaban del resto de mortales, una presencia destacaba como pez en pecera ajena: Enrique Galindo, alcalde de la capital, priista de cepa y panista circunstancial, en un raro equilibrio de acercamientos. Invitado directo desde la oficina presidencial, se estrenaba en un evento federal en su propia ciudad. Una foto en ese lugar y con esa compañía, equivalió a un mensaje cifrado.

El resto del cortejo federal entró casi inadvertido: Mario Delgado, secretario de Educación, prefería mirar su celular que a la multitud; otros pasaban como sombras de reparto en una obra que no les pertenece. La expectativa estaba arriba: Sheinbaum aún no entraba, y ya el aire olía a electricidad contenida.

La entrada del “Pollo”

Un poco antes, del otro lado del recinto, por la puerta opuesta, apareció Ricardo Gallardo Cardona, gobernador del estado. Pantalón claro, camisa blanca de lino, aire festivo pero contenido. Su arribo fue anunciado por el micrófono, pero el sonido falló y nadie pareció darse cuenta. El gobernador, acostumbrado a entradas estruendosas, se detuvo un instante: esperaba reacción, y la reacción no llegaba.

El salvavidas vino de José Luis Fernández, diputado federal y animador de la “pollobancada”. Con brazos en alto, agitó a la multitud como director de orquesta desesperado:

—“¡Ya entró el gobernador!”

Entonces sí, estalló el coro verde:

—“¡Gobernador, gobernador, pollooo, poollooo!”

Aplausos, algarabía, una ola que creció de norte a sur. El gobernador respondió saludando a la primera fila, esa franja VIP donde se mezclaban empresarios, diputados locales, rectores, dirigentes sindicales, dueños de medios y hasta representantes de pueblos originarios con su quesqueme de gala. Un mural de México en miniatura, puesto ahí como escenografía.

De un lado, la élite verde, con chalecos que parecían uniforme; y si en la zona VIP de Morena resaltó la presencia de Galindo, en del Verde se extrañó a la senadora Ruth González.

Entre ambos bandos, saludos medidos y a lo lejos. Sonrisas tensas, cortesías que se dan mirando de reojo. La política en versión zoológico.

El templete y el ruido

El salón estaba lleno: 12 mil asistentes, según el conteo oficial. Playeras blancas con vivos verdes, otras con letras guindas, contingentes magisteriales con camisas del SNTE. Un mosaico tricolor que parecía más un mitin de campaña que un acto de gobierno.

El sonido, pésimo. Se anunciaban nombres y cargos en el presidium, pero la mayoría no escuchaba nada.

Cuando llegó el turno de la presentación de la secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez, se escuchó un vergonzoso abucheo:
—“Buuuuuuuuuhhhhhh”.

Un bochorno. Gallardo, serio, negó con la cabeza, apretó los dientes y recriminó con la mirada a los suyos, como maestro a niños indisciplinados. Ese gesto, más que regaño, era advertencia: ¿Cómo se les ocurre?

Minutos después, vino el turno del gobernador que dudó de su presentación hasta que se inclinó hacia la presidenta:

—“¿Ya me nombraron? ¿Ya paso?”
—“No sé…”, respondió Sheinbaum.
—“Es que no se oye nada.”

Y se levantó al atril.

Gallardo habló breve, cálido, festivo. Usó la frase de Sheinbaum en Palacio: “Con nuestra presidenta vamos bien y vamos a ir mejor”.

El aplauso verde sofocó los abucheos tímidos de algunos mor enistas y maestros. Otra vez, la marea fosforescente se impuso en volumen.

El turno de la presidenta

Y entonces sí, llegó la voz que todos esperaban. Claudia Sheinbaum, con brazos alzados, saludó a la multitud. El grito fue unánime:
—“¡Presidenta, presidenta!”
Pero el griterío no paraba y la presidenta tuvo que poner orden:
—“¿Me van a escuchar? Les traigo buenas noticias…”

El silencio se abrió paso. Anunció que el gobierno federal apoyaría a San Luis Potosí para pagar a los maestros. No explicó cómo ni cuándo, pero bastó. El alivio se convirtió en aplausos, como si una promesa ya fuera pago en efectivo.

Enumeró programas sociales, destacó la labor de las mujeres, habló del tren de pasajeros, del aeropuerto de Tamuín, de 40 mil viviendas y de un programa de agua. Más que detalles técnicos, ofreció horizonte político. Y como en cada gira, recordó que no se volvería al pasado de la “noche triste neoliberal”.

El evento, con presidenta presente, duró cincuenta minutos. Al final, abrazo con palmadas al gobernador; abrazo fraternal, largo, entrañable con Rosa Icela. Ese gesto se volvió foto, y la foto mensaje.

Caras, gestos y señales

El himno nacional cerró el acto oficial. Todos de pie, todos correctos, todos con la misma solemnidad que en segundos se esfuma cuando el poder baja del templete.

La presidenta, una vez más acompañada de Gallardo, recorrió la primera fila, esa parte que no atendió en su llegada. Saludó rápido a diputados, (extrañamente el diputado Héctor Serrano ya no se encontraba. Testigos aseguran que al llegar la presidenta, se le vio salir apurado del recinto) empresarios, sindicalistas. Pausa breve con el rector Zermeño, y otra pequeña parada para recibir un obsequio y firmar un libro. Más selfies que conversaciones. Más sonrisas que palabras.

José Luis Fernández, siempre dispuesto al guiño, se presentó:
—“Soy diputado federal de la pollobancada.”
La presidenta sonrió.

Pero el tiempo real de Sheinbaum estaba reservado. El reencuentro fue en el bloque guinda, donde Rosa Icela había impuesto silencio al inicio. Ahí, sin prisa, Sheinbaum se tomó fotos con todos, abrazó, escuchó, sonrió. Ahí sí se detuvo.

Afuera, la realidad

Mientras tanto, los asistentes —12 mil según el conteo— esperaban la salida. No había puertas abiertas hasta que la presidenta abandonara el recinto. El aire se hacía espeso, los ánimos cansados.

No llegaron caminando ni tarde. Desde las seis de la mañana, camiones verdes y guindas se estacionaron en el Tangamanga. El acarreo de siempre, con lonas y listas. Para muchos, la visita presidencial duró diez horas entre esperar, escuchar, aplaudir, salir.

La crónica se cierra como se abre: con gestos. El silencio impuesto por Rosa Icela, la sonrisa diplomática de Gallardo, los abucheos inoportunos, el abrazo largo, las palmadas de rigor, los camiones alineados en el parque. Todo cuenta, todo dice.

Así se vivió y se sintió la gira de Claudia Sheinbaum en territorio potosino: un acto de Estado vestido de mitin, una coreografía donde cada quien jugó su papel, un episodio contado con caras y gestos que, más que narrarse, se lee entre líneas.

Una visita que más que registrarse en boletines, se recordará como postal política: entre presencias y ausencias notorias, entusiasmos forzados, abucheos imprudentes, abrazos sinceros y silencios que pesan más que los discursos.

San Luis Potosí, por un día, se convirtió en espejo: verde y guinda frente a frente, disputando el micrófono, midiendo aplausos, compartiendo escenario. Y en medio, una presidenta que promete futuro con frases de alivio inmediato.

Una visita que, como suele pasar en la política mexicana, más que se cuenta… se descifra.

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Grito Histórico de la Primera Presidenta de México

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La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó un Grito de Independencia sin precedentes, marcado por la arenga a las heroínas anónimas

Por Roberto Mendoza

Esta noche de 15 de septiembre de 2025, el Zócalo de la Ciudad de México fue el escenario de una celebración que quedará inscrita en la historia. Ante miles de mexicanos, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo emitió su primer Grito de Independencia, un acto que rompió con el protocolo de años anteriores y reafirmó el enfoque de su gobierno. La ceremonia se distinguió por su notoria austeridad, prescindiendo de invitados especiales, comitivas ampliadas incluso de su familia, con la única presencia de su esposo.

 

El momento culminante de la noche llegó cuando la presidenta, en el balcón central de Palacio Nacional, tocó la campana de Dolores y pronunció una serie de arengas que resonaron en la Plaza de la Constitución.

 

El listado de proclamas fue el siguiente:

“Mexicanas, mexicanos: ¡Viva la Independencia!

Viva Miguel Hidalgo y Costilla.

Viva Josefa Ortiz Téllez Girón.

Viva José María Morelos y Pavón.

Viva Leona Vicario.

Viva Ignacio Allende.

Viva Gertrudis Bocanegra.

Viva Vicente Guerrero.

Viva Manuela Molina, La Capitana.

Vivan las heroínas anónimas.

Vivan las heroínas y héroes que nos dieron Patria.

Vivan las mujeres indígenas.

Vivan nuestras hermanas y hermanos migrantes.

Viva la dignidad del pueblo de México.

Viva la libertad.

Viva la igualdad.

Viva la democracia.

Viva la Justicia.

Viva México, libre, independiente y soberano.

¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!”

 

La arenga a las “heroínas anónimas” y el reconocimiento a figuras como Gertrudis Bocanegra y Manuela Molina, La Capitana, sumado a las proclamas por las “mujeres indígenas” y la “igualdad”, marcaron un fuerte acento de género en la ceremonia. Este enfoque se extendió a su vestimenta y a la banda presidencial. La presidenta lució un vestido morado, confeccionado por una artesana oaxaqueña. Este color, que simboliza la lucha feminista y la transformación, se interpretó como un homenaje a la reivindicación de la mujer en la vida política del país. Asimismo, la banda presidencial que portó fue elaborada de manera especial por mujeres del Ejército Mexicano, un gesto que subraya su papel como primera Comandanta de las Fuerzas Armadas.

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Ricardo Gallardo conmemora el 215 aniversario del inicio de la Independencia de México

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El gobernador del estado realizó la representación del Grito de Dolores desde el Palacio de Gobierno, destacando la importancia de la identidad mexicana

Por: Redacción 

Enmarcado en un ambiente familiar y festivo, el Gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona, conmemoró el 215 Aniversario de Inicio de la Independencia de México, además de realizar, desde el balcón principal del Palacio de Gobierno, la representación del Grito de Dolores que realizó Miguel Hidalgo y Costilla la madrugada del 16 de Septiembre de 1810.

Previamente, Ricardo Gallardo cortó el listón de la Verbena Popular Mexicana que se realizó en la Plaza de Armas, en donde recorrió, junto a las familias potosinas, los puestos que tenían toda clase de antojitos mexicanos que eran ofrecidos gratis a los asistentes, esto, en condiciones de seguridad y tranquilidad social que prevalece en la capital potosina y demás municipios del Estado.

El Gobernador del Estado, además de nombrar a los héroes de la Independencia que destacaron por sus actos en tan importante acontecimiento, enalteció a las cuatro regiones de la entidad potosina: “¡Viva el Altiplano, viva la región Media, viva la Huasteca potosina!”, para terminar con un contundente “¡Viva San Luis Potosí!” y “¡Viva México!”.

Finalmente, Ricardo Gallardo dio paso a la presentación de los Alameños de la Sierra, quienes ofrecieron sus mejores éxitos a los miles de potosinos reunidos en el primero cuadro de la capital potosina para disfrutar, un año más, de la identidad nacional y del orgullo de ser mexicano.

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