junio 22, 2025

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#4 Tiempos

El cadáver que nadie ve | Columna de Óscar Esquivel

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Desafinando

 

 

Surrealismo mágico contra la realidad.

Hablando de necedad y terquedad, pareciera que es una misma condición, pero tienen cada una sus vertientes, en algún punto se encuentran.

Terquedad se relaciona sin duda, a un mal muy grave, lleva al hombre a desaprovechar los consejos ajenos, se aferra con pinzas al análisis dictaminado individual personal, resuelto por las ideas, donde revolucionan hacia su propio yo, olvidando ser prudente y tal vez, poco justo con los demás.

El hombre con poder, difícilmente se previene, es poco cuidadoso pues sale de él orgullo, se transforma en una especie de enredadera que muy fácil crece apoderándose de algunas conciencias. Estos personajes son obstinados, necios y culpables de sus actos.

Se dice que a partir de este plano nace y se adhiere la necedad cíclica, se hace difícil reconocer a un necio en esta etapa cuando se calla y guarda silencio, tal vez los más peligrosos, pues en grupo podía dejar pasar una aportación positiva de algún miembro, pero al cabo de los minutos o las horas, simplemente cambia de parecer y realiza su voluntad a pesar de su aprobación.

Santiago Ramón y Cajal médico español, además artista, fotógrafo, científico, editor, pionero de la neurociencia, dibujó los secretos del cerebro en alguno de sus libro y gráficas donde lo divide. Por extraño que parezca descubrió que el hombre en alguna parte del cerebro guardaba celosamente el comportamiento para ser necio, así como los sentimientos del amor u odio. Creía haber encontrado la sección de la necedad la cual describía que él tenía muy desarrollada esa parte cerebral: “Conoceremos infinitas clases de necios, los más deplorables son los parlanchines empeñados en demostrar que tienen talento”.

Terco y necio, vinculación  íntima, compañeros inseparables, conductas erráticas. Además de dañarse hieren a los cercanos, a sus familias, empleados y hasta a todo un pueblo si se tiene poder. Rige la intolerancia, el necio evade a todos aquellos que no piense de manera igual y los acusa de intolerantes sin determinar que el intolerante es él mismo.

 

LA MUERTE QUE SE IGNORA

Parece San Luis Potosí como un circo dentro de una carpa sellada con muchos espectadores y pocos artistas. Algunos, los parientes del domador, que aplauden las piruetas de los perritos -ya no les alcanzó para los elefantes que eran el espectáculo mayor-. La ovación se escucha cuando salen al ruedo a otorgar su espectáculo los malabarista. Hacen de todo y posteriormente los payasos, tratan de sacar una sonrisa al público indolente que no hace otra cosa más que mirar y esbozar una minúscula sonrisa debido a las graciosas muestras de alegría que tienen los niños. El número esperado, el globo de la muerte donde algunos motociclistas, que parecen policías, se adentran en una jaula circular de acero haciendo rugir los motores, y digo rugir, porque los del Partido Verde se encargaron de aniquilar a todos los felinos y animales de los circos.

Hay de todo: emoción, alegría, asombro, nervios, miedo… de pronto un accidente, el equilibrista había caído de la cuerda floja fracturándose el cuello. Falleció quedando al centro de la pista de aserrín.

La voz campante ante un micrófono y después de recoger el cuerpo del desafortunado equilibrista se escuchó por el altavoz: ¡el show debe continuar!.

De esta forma poco ortodoxa, como ejemplo, actuamos ante la mirada atónita de todos y la simulación alegre del dueño del circo – perdón de las autoridades potosinas-. Cadáveres de muchas. Mujeres jóvenes, decapitadas, mancilladas , deshonradas, lapidadas en su cuerpo y en su alma. Los ciegos  aplauden el actuar policial solo para continuar recibiendo favores gubernamentales. Nunca (y es nunca) se escucha como ejemplo la voz de las cámaras empresariales, de los beneficiarios de tantos incentivos, de aquellos que solo saludan y besan el anillo del poder, mucho menos, algún funcionario que esté inconforme con la actuación policial y de la Fiscalía del Estado.

Una sola voz no se escucha, no hubo autoridades de otras universidades que no fuera la de la última víctima de feminicidio. Los reclamos son siempre del pueblo espectador y poco participativo.

La Alerta de Género se define como: “Conjunto de acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida y/o la existencia de un agravio comparado que impida el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres, en un territorio determinado, la violencia contra las mujeres la pueden ejercer los individuos o la propia comunidad”.

En una entrevista a la diputada priista plurinominal su respuesta sobre el tema fue “Ha sido una farsa el tema de la Alerta de Género pues no ha venido a resolver en nada, al contrario, se ha incrementado el número de actos de este tipo”. A ella le preguntaría, ¿ya le comentó a su jefe político por qué no actúa como debe?

Además, la legisladora concluyó “pareciera que el tema de mujeres muertas en San Luis Potosí cada día es más común; ¿para qué endurecemos las penas si no detienen a los culpables?, y en el caso de que los lleguen a detener resulta que las carpetas de investigación no están bien integradas”.

Se diría que la diputada tiene toda la razón, pero se le quisiera ver enarbolando alguna marcha con cientos de mujeres priistas, como “líder que es” y con su fuero. Ojalá apoyará a su “jefe político” en resolver el problema. Le hace mucha falta a Carreras quitarse la terquedad y la necedad para atacar los grandes temas pendientes de violencia que sufren los potosinos. Según el gobierno se resuelven los feminicidios pero no se trata de resolver, es tomar acciones de prevención y vigilancia en la ciudad donde también tiene responsabilidad el Ayuntamiento de la capital.

El gobernador no ve, ni oye, ni escucha. Está al filo del abismo y que pareciera ya no importarle, como se los hizo saber a sus colaboradores incluidos diputados en la llamada “cumbre del hangar”.

Cubiertas de lodo, de inmundicia, de pecado, maltratadas, humilladas, violentadas, muchas han muerto solo por ser mujer.

Ahí en su circo de poca calidad humana, al centro de todos los espectadores se han recogido los cadáveres, para llorarles en familia y el estado potosino, todos en su comodidad, gritan a los cuatro vientos, ¡el show debe continuar!.

Recibamos pues con “festejos” el Surrealismo Mágico de la mujer maltratada.

“Hoy vivo entre el aburrimiento y la vergüenza de pertenecer a un género animal como el ser humano, por eso me gustaría ser un elefante salvaje. No dejarme de nadie, aunque la tortura continúa dentro de la poca libertad que logre”, Leonora Carrington.

“No hay que poner la palabra antes de la realidad, hay que poner primero la realidad” ,Leonora Carrington.

Nos saludamos pronto.

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#4 Tiempos

El primer poeta potosino, Pedro de los Santos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

Si bien desde los primeros años de la fundación existieron poetas en San Luis y se cultivó este género, como lo hemos tratado en anteriores entregas, estos personajes serían españoles avecindados en la ciudad; el primer poeta nacido en el siglo XVII en estas tierras en la ciudad de San Luis Potosí sería Pedro de los Santos.

Pedro de los Santos. Este personaje es uno de los nacidos en San Luis Potosí, nacería a mediados del siglo XVII; en 1699 era colegial de San Ildefonso y Familiar y Maestresala del virrey don Juan Ortega Montañés.

Emigraría muy joven a la ciudad de México, al parecer estudiaría también en la Real y Pontifica Universidad de México pues en su Romance aparece el título de Bachiller.

Su Romance es el único poema que se le conoce, fue escrito en 1700 y publicado en 1702 conociéndosele con el título de Romance en elogio a San Juan de Dios en las fiestas que hizo México por su canonización. Poema que tendría el segundo lugar en el certamen poético por la canonización de San Juan de la Cruz, que describió el Pbro. Br. Juan Antonio Ramírez Santibañez; donde se apunta: “El segundo lugar, se le dio al que puede tener plaza de Músico suave, pues tira gajes de cantor en el palacio de Apolo y ser Maestresala de las Musas, al Bachiller donde Pedro de los Santos, maestre de la sala del Exmo. Sr. Dr. Don Juan de Ortega Montañés, del Consejo de su majestad, arzobispo de México, segunda vez Virrey, Gobernador, Capitán General de esta Nueva España y Presidente de su Real Audiencia”.

El Padre Peñalosa asegura que en su poema “no faltan, en el romance, algunas características de la poesía barroca, entonces en pleno apogeo, como la hipérbole, las alusiones mitológicas, la bimembración distribuida en dos versos o tal cual detalle de la luz y de color; pero sin el poderío y la plasticidad, sin el ingenio y la audacia de la verdadera y grande poesía barroca”.

Al decir del Padre Peñalosa una copia fotostática de su romance se encuentra en el Archivo Histórico de San Luis Potosí.

En su romance, los últimos versos dicen:

la misma tormenta corre
haciendo que el aire ocupe
mejor sagrada saeta
del Ave de culpa inmune.

Con ella el piélago vence,
con ella el viento confunde
y no admira que con ella
el mismo Puerto salude.

Con ella pone en Granada
columnas que no caduquen
a las injurias del tiempo,
pues su caridad las sube.

Mereciendo mayor palma,
Porque puso en servidumbre
Al mar, no con armas fieras,
Sino con palabras dulces.

También lee: Alcalde Mayor de San Luis, primer editor de Sor Juana Inés de la Cruz | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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#4 Tiempos

La miseria del sexo | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS minúsculas

Sucede en un cuento de Arthur Schnitzler (1862-1931), el escritor austriaco. Una vez, un joven fue invitado a asistir a un duelo en calidad de padrino de un militar de cierto rango que, al ver ofendido su honor, retó a muerte a un caballero de la alta sociedad vienesa abofeteándolo con su guante. Qué razones había para lavar con sangre esa mancha real o imaginaria, no lo sabemos, pues éstas no quedan muy claras en el relato, aunque todo parece indicar que había unas faldas de por medio, y que estas faldas eran nada menos que las de la esposa del militar.

Como decimos, el padrino nada sabía de los motivos que impulsaron al teniente Loiberger a tomar tan drástica determinación, pero tampoco quiso averiguarlas. ¿Para qué? Como se dice, cada uno sabe dónde le aprieta el zapato; y, además, ¿para qué negar que en aquellos tiempos remotos la gente se mataba entre ella por los motivos más banales y fútiles? «El hecho –dice el narrador de esta historia, es decir, el padrino- de que en ciertos círculos tuviera que contarse con la posibilidad o incluso con la inevitabilidad de los duelos, ya sólo esto, créame, daba a la vida social una cierta dignidad o, al menos, un cierto estilo. Y a las personas de estos círculos, incluso a las más insignificantes o ridículas, les prestaba la apariencia de una continua disposición a la muerte, aun cuando a usted esta expresión le parezca, utilizada en este contexto, demasiado rimbombante».

Digámoslo ahora con nuestras palabras: en aquellos tiempos, batirse a muerte con adversarios verdadero o ficticios era una moda tan extendida, sobre todo entre las clases superiores, que nuestro joven narrador ni siquiera se extrañó cuando el teniente Loiberger solicitó amablemente su padrinazgo. Además, ¿no era ésta la séptima u octava vez que un caballero ofendido le pedía exactamente la misma cosa? Sin embargo, es necesario abreviar, y lo haremos diciendo cuanto antes que el muerto, allí, fue precisamente el señor Loiberger, que cayó al suelo con cierta elegancia y sin demasiados aspavientos a causa de una bala que vino a incrustársele a la altura del corazón. Se llevó la mano al pecho, lanzó un suspiro hondo, se tendió en la hierba como quien se dispone a permanecer en esa postura un tiempo muy largo y murió en el acto.

Una autoridad municipal dio fe del deceso –también sin demasiados aspavientos- y el día transcurrió como de costumbre, cual si en realidad nada grave hubiese acontecido. Sin embargo, un problema quedaba sin resolver, y era que la viuda, que vivía en la capital, es decir, en Viena, debía enterarse de la muerte de su marido. ¡Claro, era necesario decírselo, y cuanto antes mejor! ¿Y quién iba a encargarse de tan desagradable tarea? El padrino, naturalmente, que para eso estaba. Y allá va nuestro narrador. Frau Agathe, la esposa del señor Loiberger, lo recibe amablemente y lo hace pasar al recibidor. En realidad nunca en su vida había visto ella a este hombre, pero no le parece feo y hasta le invita una copa…

¡Dios mío, qué bella era Frau Agathe! Su rostro resplandecía como una hoguera encendida. Ahora bien, ¿para qué ponerse a hablar ahora, precisamente ahora, de cosas tan tristes como son las que se refieren a la muerte? Ya lo haría después; por el momento era preciso beber otra copa y disfrutar el momento. Frau Agathe se veía incluso feliz. ¿Para qué romper el hechizo? Entonces el visitante se puso a hablar con la joven viuda –ella aún no sabía que lo era- de cosas que nunca sabremos. Y tanto hablaron y hablaron, y tanto se gustaron el uno al otro que pronto, sin que nadie supiera cómo ni cuándo, ya estaban los dos tomados de la mano en la alcoba de ella. ¡Oh, no se habían reunido allí para entregarse a la práctica de ejercicios piadosos! Y pasó el tiempo. Cuando el visitante despertó por fin, pudo recordar como entre sueños que había venido a esta casa a cumplir una misión. ¿Cuál era ésta? Trataba de recordarlo. ¡Ah, sí, decirle a Frau Agathe que su marido había muerto en la vecina ciudad de Ischl, en el transcurso de un duelo, precisamente!… Aún no salía completamente de su modorra cuando oyeron ambos a lo lejos un ruido de pasos. Quien llegaba era el doctor Mülling, amigo de la familia, para preguntar a la señora si ya se había enterado de la triste noticia. Cuando la supo, la mujer se deshizo en llanto y pidió ver cuanto antes el cuerpo de su marido.

«Desde entonces –cuenta el narrador- no me dirigió ni una palabra… Efectivamente, aquella misma tarde partió sola y a la mañana siguiente condujo el cadáver a Viena. Al otro día tuvo lugar el entierro al que, por supuesto, asistí… Muchos años después nos encontramos en una reunión social. Mientras tanto se había casado de nuevo. Nadie que nos hubiera visto hablar habría adivinado que nos unía una profunda vivencia común. Pero, ¿realmente nos unía? Yo mismo habría podido considerar aquella estival y tranquila, misteriosa y, con todo, feliz hora como un sueño que sólo yo había soñado: tan clara, tan sin recuerdos, tan inocentemente profundizó su mirada en la mía».

Y así acaba esta historia, que no ha hecho más que confirmar mis sospechas, a saber: que la relación sexual, por sí sola, no puede unir a dos seres que no se aman. Hoy es común, o casi, afirmar que las relaciones sexuales son como el termómetro del amor, de manera que nada puede esperarse de dos seres que no saben -o no pueden- hacerse gozar el uno al otro. Hay quien dice, además, que para enamorarse de una persona antes hay que haberse acostado con ella. Pero esto es falso, pues las cosas, por lo regular, suceden exactamente al revés. Así como los milagros no producen la fe, sino que es más bien la fe la que produce los milagros, así habría que decir también que las relaciones sexuales no producen el amor, sino que, a lo más, cuando éste ya existe sólo lo alimentan. Los que no se amaban antes de ir juntos a la cama, no se amarán más cuando hayan regresado de ella, y hasta es posible en algunos casos que terminen queriéndose menos. Los cuerpos podrán acoplarse todo lo que quieran, pero, si las almas están lejos, entonces no hay nada que hacer.

Me decía hace poco un joven hablándome de su novia, con la que tenía ya estas relaciones y con quien acababa de romper: «Quizá deje más material para el recuerdo una tarde viendo juntos el crepúsculo que una relación sexual». Claro, claro. ¿Podría decirse mejor? He aquí la miseria del sexo.

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#4 Tiempos

Verano futbolero | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Apesar de los pesares, el verano futbolero arranca este fin de semana.

Tanto el mundial de clubes, como la Copa Oro, se jugarán en el territorio de los Estados Unidos, algo que bajo otro panorama sería lo ideal, un país multicultural, con una infraestructura increíble y fortaleza económica como para poder generar ingresos sobrevalorados, todo estaría bien, si no hubiera problemas sociopolíticos en Norteamérica.

Las recientes políticas han comprometido las entradas a los estadios y con esto un posible golpe comercial a las proyecciones de FIFA. Pero pasando al punto netamente deportivo, que al fin es lo que importa para esta sección, las cosas suenan muy interesantes.

Por un lado tenemos el nuevo experimento mundial, juntar a algunos de los clubes más importantes del mundo, en un torneo que buscará enfrentarlos con sus mejores jugadores en búsqueda de un gran premio económico, todos los equipos presentarán lo mejor que tienen y es probable que conforme avancen en el torneo su nivel tenga que aumentar, cuando los equipos que solo van a participar queden fuera, y se cierre contra los verdaderos rivales. Un torneo que levanta expectativas y que promete buenos juegos, sobre todo cuando clubes europeos salten a las canchas con sus figuras mundiales.

A la par de este torneo, se jugará el evento principal de CONCACAF. Si bien la región es tal vez la más olvidada del planeta, y sus selecciones fuertes no pasan por un buen momento, es notable voltear a ver a la zona y su torneo insignia a un año antes del mundial. Administrativamente, vamos a poder ver algunos estadios que serán sede de la Copa del Mundo 2026,

así como los preparativos para ciertas ciudades que recibirán afición y participantes. Por lo futbolístico, vale la pena resaltar el mal momento que vive la selección de los Estados Unidos, un equipo que llega con 4 partidos sin ganar y que busca levantar cabeza con Mauricio Pochettino, quien de hacer un mal torneo seguramente se despedirá por ahora de sus posibilidades de dirigir un mundial. Del lado de México, el Vasco Aguirre tiene que demostrar que su equipo puede levantar la cara a un año de la copa. La obligación de campeonar en la Copa Oro sigue siendo imperante, así como desplegar un buen fútbol ante rivales que parecen a modo.

El resto de las selecciones piensan más en su posible clasificación al mundial y tomarán la participación como partidos de preparación ante lo que viene para el cierre del 2025.

Dos torneos interesantes, un mes lleno de futbol y equipos que disputarán en una de las próximas sedes mundialistas. Atentos con el país del norte, y que la política y lo social no sean impedimento para por lo menos distraer un poco de lo verdaderamente importante, sin perder por completo la atención. Que arranque ya el verano futbolero.

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