#4 Tiempos
“El beso de tres” de Movimiento Ciudadano | Apuntes de viernes de Jorge Saldaña

APUNTES
Amigos del último fin de febrero, hijos de mi carnaval: En Movimiento Ciudadano, en María Cristina, en MC, en el “The Orange its the new Chance” solo les calan, diría Sabina, “los besos que no han dado”.
Me permito en apuntes de viernes, donde me permito todo (igual que todos los días), hablar de la curiosa, pero tensa cortesía política, ese silencio antes del primer beso, que existe entre todos los actores y perfiles que recientemente se han enamorado del partido color de luna a media noche, y del acertijo que se plantearon, sin querer queriendo, ante sí mismos.
Aun siendo la esperanza una emoción intangible, ya toda junta genera latidos de los que hacen ruido y así están ellos.
Cada quien pensando en el 24 y no de febrero, todos pensando en su futuro político, otros en su futuro económico (que no suelen ser los mismos), otros nada más en su provecho y otros buscando precipicio (hay quien no sabe vivir de otra manera).
Cada uno moviéndose a su ritmo, buscando su posición en un tablero que todavía no saben si es de damas chinas, ajedrez o turista.
Pero en algún momento (todo indica que antes del 15 de marzo), Mauricio Ramírez Konishi, Sebastián Pérez García, Cruz Fragoso, Josefina Salazar Báez, Marco Gama, Jorge Lozano Soto, Adriana Marvely Costanzo, Pablo Zendejas, Enrique Galván, Jorge Armendáriz, Emigdio Ilizaliturri Guzmán, Pablo Gil Delgado, Adriana Urbina y hasta el corruptito de Ricardo Villarreal, tendrán que darse un “beso de tres” con Eugenio Govea Arcos, que quiere “bailar con la quinceañera”, y con Dante Delgado que a todos ha prometido “De Eugenio yo me encargo” (cualquier plurinominal que eso signifique).
Las preguntas al acertijo naranja son: ¿De quién será más densa la saliva? ¿De qué está hecho el engrudo que pueda sostener un tri-ósculo tan disímbolo? ¿Quién está dispuesto a volverse loco para intentar articular un proyecto tan horizontal como disperso?
Por eso escribí arriba sobre la “tensa cortesía” que se traduce en un repetido: “Yo sí quiero ser… pero pásale tú primero” “Yo estoy dispuesto a dirigir, pero también a ser dirigido”, “Me gustaría encabezar, pero apoyaría a alguien más…” y todas las variantes del “sí pero no” que este tecleador ha escuchado personalmente de casi todos los nombres aquí mencionados (excepto del corruptito).
Los que se salvaron del antihigiénico beso de tres son: Alejandro Boris Lozano, que con prudencia ha guardado distancia, Juan Carlos Valladares Eichelmann, que leyendo las señales desde temprano, prefirió dar el salto a la vida pública trabajando desde dentro aun en sacrificio de su posición.
También se zafó Héctor Mendizábal, que se mantiene con cautela al margen de los primeros e incómodos momentos. Rolando Hervert ha administrado sus ganas y Gerardo Serrano Gaviño, que aunque fue invitado desde México, prefiere poner atención a los negocios que emprende y dejar que llegue un mejor momento.
Además de ellos, en todo el estado hay muchos, muchos más hombres y mujeres interesados en la esperanza de María Cristina, unos valiosos, otros no tanto y otros de plano son parásitos sin talento.
Lo profundamente curioso del tema, por lo menos para quien esto escribe, es que con apenas una pizca de cálculo y una enorme cantidad de sueños, todos los “new orange” pongan su fe (porque no se le puede llamar de otra manera) en un boleto sin rifa, en un juego todavía sin reglas, en un corrido sin personaje (luego les cuento esa) y en un proyecto sin riendas.
Y es que eso es MC en este momento:
Es una caja de perritos en adopción. Es una obra de teatro sin guión. Es una pecera de tiburones y pececillos. Es una gorda de migas. Es un mole en etapa de ingredientes. Es canción con las estrofas en desorden. Es un no nato de tres padres. Es 20 pesos de marranilla, agua de 10 sabores, músicos sin instrumento, divas sin teatro, corredores sin pista y serenata sin novia.
A pesar de eso, todos quieren con “María Cristina”, y ahí andan esperando el beso no dado entre extraños, esperando un adhesivo, y cito frase robada de un buen amigo: “En el PRI era el poder y en el PAN su democracia interna, pero en MC… ¿qué los aglutina?”. Queda claro que no es la ideología.
Tarde o temprano todos, además de los aquí mencionados, los que quieren construir una verdadera (y posible) oposición a través de MC tendrán que convivir bajo la misma sábana, y quien se acuesta con el poder tendrá que estar dispuesto a lidiar con sus enfermedades (parafraseando a Ron Paul).
Espero que lo sepan, y que esperanzados o no, interesados o no, puedan encontrar los “New Kids on the Orange” una causa (que hay muchas) o una ruta de largo alcance, o un objetivo social generoso y abierto plasmado en un mapa concreto.
Deseo que en sus diferencias encuentren motores de creación de políticas públicas y que se conviertan en verdadera alternativa, en pocas palabras que aporten algo, lo que sea positivo, pero que no una mera junta de hermanastras a las que no les quedó la zapatilla.
Atentamente,
Jorge Saldaña, el que de los 14 segundos de Elvira, intriga si tienen destinatario o fueron circunstancialmente para nadie. El que independiente y unilateralmente de ello los reconoce certeros. En ocasiones el Paracetamol con Vaporub funcionan por un rato, pero a veces… ocasionan todo lo contrario del mal que se supone alivian.
BEMOLES
JUNTAS DE MEJORAS
Por primera vez el Ceeoac intervino en los procesos de elección de juntas de mejoras en la capital, según entiendo todavía el fin de semana hubo elecciones en algunas colonias y la buena noticia ha sido el incremento en el interés y participación de los vecinos para involucrarse en asuntos de su comunidad. Por otro lado, los resultados han sido señalados, quieren ser envenenados con la inquina y hasta hay mentes perversas que quisieran ver en dichas contiendas un round político-electoral a futuro. Cada quien puede pensar lo que quiera y “futurearle”, pero lo que es cierto es que no son horas de “duelos” ni de “venciditas” y eso le queda claro a todos los órdenes de gobierno.
También es un hecho que el gobierno municipal tiene asegurado y aprobado a través del Consejo Municipal de Desarrollo (que conforman la junta de mejoras) los recursos de más de 230 millones de pesos para infraestructura en vialidades que están ya por iniciar, entonces ¿para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? No le busquemos tres pies al gato y mejor esperemos los beneficios de todo ese recurso en la rehabilitación de nuestras calles a las que tanta falta les hace. #yUrgente.
CON REALITO Y SIN REALITO
Como yo casi no me baño (no me gusta) pues ni cuenta me doy, pero me informan que a pesar de las fallas que constantemente presenta el acueducto del Realito (creo que van 7 en lo que lleva esta administración) la ciudad no ha padecido de la falta de agua. ¿Y cómo le hacen? A diferencia del anterior gobierno capitalino, en el que un día sí y el otro también había manifestaciones por falta del servicio, el gobierno de Galindo ha compensado las fracturas “realitosas” a través de Desarrollo Social y del Interapas. La última semana nada más repartieron 8 millones de litros y en la ciudad no hemos padecido, que “Agusados” ¿no? #Jajaja
NUEVA SECCIÓN: PREGUNTAS DE VIERNES
1) ¿Qué hotel del poniente de la ciudad ha tenido desde su construcción una toma clandestina de agua? Los muy pobrecitos dueños se están quejando de una multa millonaria porque los cacharon de andar “huachicoleando” el agua de todos los potosinos. Los muy inocentes todavía se indignaron y quieren que les cancelen la multa. Una pista: el hotel tiene nombre de capital de Turquía, está en la esquina de Cordillera Central y Rocha Cordero, su nombre empieza con “A” y termina con “NKARA”. A ver ustedes adivinen, yo no le atiné.
2) ¿Betty Benavente cambia de Palacio? ¿Se queda en el que está? ¿Se pasa al de enfrente? ¿Al de Galeana? ¿O se va al “Palacio de Cenicienta de Disney”?.
3) ¿Regresa el maestro Ernesto Barajas a Soledad? ¿Doña Leonor regresa al Senado?
Que quede claro: yo no sé… por eso pregunto.
Hasta la próxima hijos de mi vida. Disfruten su viernes.
También lee: ¡AGÁRRATE LA PILA! | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Tamtoc, cuna del calendario mesoamericano | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
En el año 2005 se llevó a acabo el proyecto arqueológico Tamtoc en la huasteca potosina, donde se localizó una gran lápida esculpida en bajo y alto relieve en el fondo de un estanque que se conecta a un canal que desemboca en la llamada Laguna de los Patos. Junto a la lápida se encontró cerámica a manera de ofrenda cuyos análisis indicaron que correspondían a tradiciones alfareras asociadas a la costa del Golfo de México del periodo 900 años antes de Cristo a 650 años antes de Cristo.
Análisis posteriores indicaron que esa lápida conocida como Monumento 32, así como la escultura femenina asociada corresponde al periodo Preclásico tardío con inicio en 350 antes de Cristo. El monolito en cuestión está labrado con un mensaje simbólico que no se asemeja a ninguna otra muestra de arte mesoamericano.
Una vez colocado en su posición original y con estudios sobre su orientación con la ayuda de herramientas de la arqueoastronomía se encontró que la orientación implica una peculiar división del año, la cual define la temporada de iluminación del monolito por los rayos solares. La conclusión actual, por parte de los investigadores, es que Tamtoc es una de las ciudades donde tempranamente se utilizó el calendario mesoamericano.
En Tamtoc se desarrollaron importantes rituales vinculados a la vida y la fertilidad, que concurren en la noción de la cosmogonía mesoamericana y por extensión en la cosmovisión. Resultados que tras largos años de análisis son dado a conocer por uno de los involucrados en los estudios astronómicos de la ciudad de Tamtoc, Jesús Galindo Trejo, en una reciente publicación de los Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
Las primicias de este descubrimiento nos las compartió Jesús Galindo en el 2007 en lo que fue la primera charla del ciclo Noches de Museo que organizamos en el entonces Museo de Historia de la Ciencia de San Luis Potosí. Dieciocho años después, publica sus resultados aportando a la historia de uno de los más antiguos pueblos originarios del país situada en la huasteca potosina y que marca esa cosmovisión huasteca reflejada en el Monumento 32, que es uno de los monumentos importantes de ese sitio arqueológico.
Parte de los cálculos astronómicos que realizó Jesús Galindo nos los reservamos, como nos lo pidiera entonces, hasta que sean publicados.
Jesús Galindo Trejo es Licenciado en Física y Matemáticas por la Escuela Superior de Física y Matemáticas del IPN. Realizó estudios de Posgrado en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Obtuvo el doctorado en Astrofísica Teórica en la Ruhr Universitaet Bochum en la República Federal de Alemania. Fue Investigador Titular en el Instituto de Astronomía de la UNAM durante más de 20 años en las áreas de Plasmas Astrofísicos y Física Solar. Actualmente es Investigador Titular en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Su actividad de investigación se centra principalmente en la Arqueoastronomía de Mesoamérica. Es miembro del SNI. Pertenece a la Unión Astronómica Internacional. Ha realizado investigación Arqueoastronómica en Malinalco, en el Templo Mayor de Tenochtitlan, en Teotihuacan, en Oaxaca, en la Huaxteca, en Baja California y en algunos sitios de la Región Maya.
Sus inicios en la arqueoastronomía se remontan a fines de la década de los ochenta, cuando participó en nuestro programa de divulgación científica Domingos en la Ciencia de San Luis Potosí, charlas en las que nos hablaba todavía de sus investigaciones sobre física solar y nos adelantaba sus inquietudes en iniciar estudios de arqueoastronomía en el sitio de Malinalco cuando conoció al cronista de Malinalco, quien le señaló que en la historia de ese pueblo había aspectos que podrían estar conectados con la disciplina astronómica. Asimismo, su participación en el proyecto coordinado por la doctora Beatriz de la Fuente, del Instituto de Investigaciones Estéticas, sobre pintura mural prehispánica, lo interesó en la cosmogonía de los antiguos mexicanos.
En una entrevista para la revista ¿cómo ves?, Galindo aseguró que el acercamiento al estudio de las antiguas civilizaciones del país lo ha llevado a acercarse a las 60 lenguas de México, porque de esta manera “se puede penetrar en la mentalidad de aquellos que hace más de 500 años construyeron sociedades y levantaron templos, legados actualmente ignorados por muchos mexicanos”.
También lee: Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Meditación sobre el azar | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
-Dudé de Dios –dijo el hombre visiblemente apenado-. Creo, según he oído decir, que es el único pecado que no tiene perdón. Pero es que estaba al borde del colapso…
El hombre se mesaba los cabellos, se secaba el sudor, lloraba más que gemía.
-Incluso hasta llegué a blasfemar. Dije a Dios cosas que no me hubiese atrevido a decir ni siquiera al peor de mis contrarios. ¿Verdad que para esto no hay perdón?
Yo me limitaba a dejarlo hablar. A todas luces se veía que lo necesitaba. Era necesario que lo dijera todo, que se desahogara. ¿Para qué, pues, interrumpirlo?
-Cuando me dijeron que ya no había trabajo para mí, creí que nunca perdonaría a Dios. ¿Por qué me había dado cuatro hijos si ya no iba a poder mantenerlos? Hoy, claro está, veo las cosas desde otra luz, pero en aquellos días de incertidumbre y desasosiego… ¡Quería morirme! Y, lo que es peor, quería que también mis hijos se murieran. ¿Comprende usted que les deseé la muerte?
Pensé en esos cuatro niños a los que yo no conocía. ¿Sabrían alguna vez que su padre, en un momento de desesperación, pensó lo que acababa de decirme? Pero no, no lo sabrán. Los pensamientos de su padre quedarán guardados para siempre en el silencio de Dios. ¡Que no lo sepan, que su padre no se lo diga nunca! Hay sinceridades que matan.
¡Y pensar que era necesario que yo perdiera aquel trabajo para poder tener el que ahora tengo! Cuando pienso en esto, me lleno de vergüenza. Sí, era necesario vivir esa pena para conocer la satisfacción que ahora experimento. Mis hijos, hoy, están mucho mejor que antes, y me digo a mí mismo: «¡Qué bueno que perdí aquel empleo!».
Sonreí. Porque siempre he creído que la palabra azar es una palabra bastarda que no debió acuñarse nunca. ¿Quién la inventó y qué quiso decir con ella? ¿Que el mundo se mueve como un barco sin timón? ¡Casualidad! ¿Quién es el tonto que cree en las casualidades? La palabra azar no debería existir en el vocabulario cristiano, pero, ya que existe, habría que darle el significado que le daba, por ejemplo, Anatole France (1844-1924): «Azar: aquello que Dios hace cuando no quiere poner su nombre».
A estas alturas de mi vida he llegado a la conclusión de que ni siquiera los libros que caen en nuestras manos lo hacen por casualidad. A veces pienso que, si nos los encontramos en el estante de una librería cualquiera, es porque Dios ha querido decirnos algo a través de ellos.
Y de los encuentros, ¿qué decir? Que es Dios quien nos envía a estas personas que no buscábamos por una razón que generalmente desconocemos pero que forma parte de su misterioso querer. «El destino, al igual que todo lo humano –dijo una vez el escritor argentino Ernesto Sábato (1911-2011)-, no se manifiesta en abstracto, sino que se encarna en alguna circunstancia. Ni el amor, ni los encuentros verdaderos, ni siquiera los profundos desencuentros, son obras de las casualidades, sino que nos están misteriosamente reservados. ¡Cuántas veces en la vida me ha sorprendido cómo, entre las multitudes de personas que existen en el mundo, nos cruzamos con aquellas que, de alguna manera, poseían las tablas de nuestro destino como si hubiéramos pertenecido a los capítulos de un mismo libro! Nunca supe si se los reconoce porque ya se los busca o se los busca porque ya bordeaban los aledaños de nuestro destino» (Conferencia en la Feria del Libro de Sevilla, 2002).
También ahora, como en los tiempos de Moisés, sólo nos es permitido ver a Dios «de espaldas», es decir, cuando ya ha pasado. Únicamente entonces podemos decir como aquel hombre de quien acabo de contar la historia: «¡Y pensar que era necesario que yo perdiera aquel trabajo para poder tener el que ahora tengo!». Siempre es hasta después cuando se comprende por qué ocurrieron ciertas cosas que en su momento nos parecieron horrorosas, ininteligibles e insoportables.
En un libro sobre Jesucristo (El Jesús desconocido), Donald Spoto hace la siguiente reflexión: «El azar no implica necesariamente falta de propósito; lo que llamamos caos quizá no sea desorden, sino un claro signo de las limitaciones de nuestra comprensión… La experiencia humana valida este enfoque. En nuestra historia individual, ¿no vemos un momento aparentemente accidental o fortuito, a posteriori, como sumamente significativo e incluso como el comienzo de una nueva etapa de la vida? Si yo no hubiera asistido a tal escuela en tal momento, por ejemplo, no habría tenido ese excelente maestro, seguido ese importante curso ni trabado esa duradera amistad. Si nuestros padres no se hubieran conocido en tal momento, nunca jamás lo habrían sido. Si no hubiéramos asistido a tal reunión, no habríamos conocido al amor de nuestra vida ni iniciado una carrera importante. No es exagerado afirmar que los elementos más importantes de la vida del amor dependen tanto de lo que podríamos llamar accidente significativo como deliberación. El novelista y dramaturgo francés Georges Bernanos lo expresó muy bien: Lo que llamamos azar tal vez sea la lógica de Dios».
Vistas así las cosas, aun cuando me halle en cama y afiebrado –y quiera morirme de pura pesadumbre-, debo poder decirme a mí mismo con convencimiento y seguridad:
-Sí, quizá sea necesario que hoy no salga de casa. Si Dios me tiene encerrado aquí, por alguna razón será. ¿Iba hoy a atropellar a un caminante distraído en la avenida, o es que un camión carguero iba a arrollarme a mí? En efecto, tal vez sea éste el motivo por el que no debo salir. Después de todo, es muy posible…
También lee: Pena de muerte | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
#4 Tiempos
Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta
Apuntes
Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.
Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.
Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.
Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.
En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.
Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir
. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.
Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.
Punto.
Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.
Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.
Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.
Yo soy Jorge Saldaña.
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