#4 Tiempos
Donald Trump no es Ronald Reagan | Columna de Carlos López Medrano
Luces de variedad
Donald Trump no es Ronald Reagan. En este punto ha quedado claro para casi cualquiera, pero no está de más recalcarlo para poner en su justa dimensión a cada personaje.
Desde que Trump se erigió a sí mismo como aspirante paras las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, tanto él como algunos de sus seguidores quisieron trazar paralelismos entre su candidatura y la que en su momento representó Reagan, ambos outsiders y con notable pragmatismo en sus políticas y sencillo uso del lenguaje, muy propio de sus líneas no ortodoxas y escaso vínculo con la prudencia académica.
La supuesta influencia quedó sellada cuando Trump eligió como eslogan de campaña el célebre (y poderoso, hay que decir) Make America Great Again, un versión del Let’s Make America Great Again que Reagan utilizó en 1979 para llegar a la presidencia en 1980, en tiempos también complicados para la economía estadounidense.
La frase, y esto es una cuestión que se comenta poco, de hecho viene de más atrás, y fue utilizada por primera vez en 1950 por el partido conservador en el Reino Unido, incluso por una de sus más jóvenes representantes: una tal Margaret Thatcher (en aquel entonces Margaret H. Roberts) que con 24 años llegó a utilizar el Make Great Britain great again, con el que no tuvo mucho éxito en las elecciones generales en las que fue derrotada por Norman Dodds en su lucha por el escaño de Dartford.
Aunque algunos siguen encontrando en Trump ese aire fresco que en su momento Reagan representó para revitalizar la imagen de Estados Unidos ante el mundo, es evidente que existe una distancia abismal entre uno y otro. Principalmente porque Ronald Reagan era un caballero.
Con sus virtudes y defectos, el espíritu religioso y de cowboy llevó a Reagan a ser alguien osado en su forma de hablar, pero al mismo tiempo respetuoso. Lo era hasta con sus adversarios contra los que utilizaba de forma recurrente el sentido del humor. De algún modo sus ataques tenían algo de afable que aunado a su carisma natural lo llevaron lejos en la carrera.
En contraste, Trump es soez, inclemente y resulta antipático en casi cualquier aspecto posible. Ronald Reagan estaba conformado por una serie de valores y una sensibilidad notable para atender la realidad. Era un hombre de familia, alguien sonriente y de alta estima por la figura de las mujeres, las minorías y aquellos en situación vulnerable.
Y hay mucho más. Dejando de lado los rasgos personales, hay puntos que separan por completo a ambas figuras, por más se les pretenda ver como equivalentes en lo que respecta al modo republicano de incentivar el capital como concepto básico de acción.
Donald Trump es proteccionista en lo económico y atiza a los peores sentimientos del pueblo norteamericano, mientras que Ronald Reagan apeló en todo momento a los valores universales de su país como una guía que pudiera alumbrar al resto de las naciones en la vertiente mesiánica que durante años caracterizó a la política exterior estadounidense.
En 1988 Ronald Reagan pronunció un mensaje en la radio que parecía premonitorio de lo que vendría con Trump años después, quien en aras de un malentendido supremacismo político-electorero ha fracturado la relación con amigos históricos, en especial en lo que respecta a Europa, Asia y México, con quienes más de una vez ha entablado verdaderas guerras comerciales.
«Todavía en la actualidad, el proteccionismo es usado por algunos políticos estadounidenses como una forma de nacionalismo barato, una cortina de humo para aquellos que no desean mantener la fortaleza militar de Estados Unidos y que carecen de la voluntad de enfrentar a nuestros verdaderos enemigos: los países que están dispuestos a usar la violencia contra nuestros aliados».
«Nuestros pacíficos socios comerciales no son nuestros enemigos; son nuestros aliados. Debemos cuidarnos de los demagogos que están preparados para declarar una guerra comercial a nuestros amigos —debilitando así nuestra propia economía, nuestra seguridad nacional y al mundo libre por completo— mientras de forma cínica ondean la bandera de los Estados Unidos».
Ronald Reagan sabía que el libre mercado y la expansión del comercio no significaba un riesgo para Estados Unidos. Más bien representaba el triunfo de los ideales americanos que llevaban prosperidad a quienes respetaban los derechos individuales y daban cauce al potencial de su gente.
Pero si hubiera que encontrar un rasgo distintivo, aquel en el que mejor queda patente la distancia entre ambos personajes, no cabe duda que tendría que apuntar a sus visiones contrapuestas en lo que respecta a la inmigración.
Trump ha enarbolado una retórica xenofóbica y antiinmigrante en su trayectoria dentro de la política. Aparte de una convicción individual, se ha tratado de una forma de llamar la atención y de lucrar estratégicamente con la parte más primitiva y prejuiciosa de su base electoral. Lo ha hecho sin contemplaciones, hablando de muros y generalizando como criminales a quienes buscan una oportunidad lejos de casa.
Ronald Reagan por el contrario fue un gran defensor de los inmigrantes y el papel imprescindible que juegan en cualquier parte del globo. Supo leer la importancia que los foráneos han tenido para fortalecer a Estados Unidos hasta convertirlo en la potencia más grande en la historia de la humanidad.
Así lo manifestó cuando luchó por la candidatura republicana frente George H. W. Bush, en tiempos donde ya había discusiones encendidas y reclamos que un sector de la población tenía contra los inmigrantes, a quienes algunos acusaban de estar quitándole sus espacios.
En uno de los debates de la campaña en 1980, ante una pregunta expresa de un ciudadano texano que le cuestionaba si había que aceptar a niños sin papeles en las escuelas de Estados Unidos, Reagan fue firme al mencionar la relación que debían tener con México.
Implantó una idea fundamental: por el bien de ambas partes, los países vecinos estaban condenados a entenderse.
«Creo que ha llegado el momento de que Estados Unidos y nuestros vecinos, en especial nuestro vecino del sur, tengan un mejor entendimiento y la mejor relación que jamás hemos tenido. […] En vez de hablar de poner una valla entre nosotros, por qué mejor no trabajamos en reconocer nuestros mutuos problemas, haciendo posible para ellos [los inmigrantes mexicanos] venir aquí legalmente con un permiso de trabajo. Y de este modo, mientras trabajan y ganan dinero aquí, también pagan impuestos aquí. Y cuando quieran regresar a sus lugares de origen puedan hacerlo y cruzar. Y abrir así la frontera en ambas vías, entendiendo sus problemas. Esta es la única válvula de seguridad que tienen en este momento, con esos niveles de desempleo que padecen… la válvula probablemente evita que colapsen».
En 1986, ya como presidente, Reagan promulgó la famosa Ley de Reforma y Control de Inmigración, que aunque puso candados a la contratación de trabajadores en situación irregular, dio amnistía y abrió las puertas a cerca de 3 millones de indocumentados que estuvieran dispuestos a llevar un modo honesto de vida.
El presidente dijo que el objetivo era establecer un sistema razonable, justo, ordenado y seguro (palabras que resuenan en el reciente Pacto Mundial sobre Migración) “sin discriminar en forma alguna alguna forma a ningún país en particular ni a su gente”.
Con el paso de los años, el también actor se volvió aún más incisivo al respecto. El 19 de enero de 1989, horas antes de dejar de ser presidente, Ronald Reagan dio su último discurso bajo la investidura del cargo. Una exposición conmovedora que dio acompañado de su esposa Nancy. En él, casi como profecía, se refirió a lo importante que sería defender a los inmigrantes como factor decisivo en la primacía de Estados Unidos como potencia.
«Como este es el último discurso que daré como presidente, creo que es adecuado dejar un pensamiento final, una observación acerca de un país que amo. La idea se entiende mejor en una carta que recibí no hace mucho. Un hombre me escribió y me dijo: “Puedes irte a vivir a Francia, pero no puedes convertirte en francés. Puedes ir a vivir a Alemania, Turquía o Japón, pero no puedes convertirte en alemán, turco o japonés. Pero cualquier persona, desde cualquier rincón de la Tierra, puede venir a vivir a América y convertirse en americano».
«Sí, la antorcha de la Estatua de la Libertad […] representa nuestra herencia, el pacto con nuestros padres, nuestros abuelos y nuestros antepasados», añadió Reagan. «Esa dama es la que nos da nuestro gran y especial lugar en el mundo. Porque es la gran fuerza vital de cada generación de nuevos estadounidenses que garantiza que el triunfo de Estados Unidos continuará sin igual en el próximo siglo y más allá. Otros países pueden tratar de competir con nosotros; pero en un área vital, como un faro de libertad y oportunidad que atrae a la gente del mundo, ningún país en la Tierra se acerca».
Si Estados Unidos es grande no ha sido por la cerrazón ni por hacer caso a charlatanes. Si Estados Unidos llegó a ser la gran superpotencia del siglo XX fue debido, entre otras cosas, a la apertura, al respeto de la legalidad y la justicia y a la idea de que podías hacerte de un lugar si estabas dispuesto a trabajar duro por él. Fue así como Estados Unidos logró vencer al monstruo de la Unión Soviética: respondiendo con libertad y pluralidad a la tiranía y al aislamiento.
Estados Unidos es el ejemplo de que la inmigración no debilita, al contrario, fortalece. Fue así que se convirtió algo así como en la selección de “Resto del mundo” que acogió a individuos de orígenes diversos que lograron enriquecer su tierra y sus instituciones. Trabajadores de origen europeo, latinoamericano, asiático, africano y de todos lados aportaron su respectivo grano de esfuerzo.
No, Donald Trump no es Ronald Reagan. Patti Davis, la hija de Reagan, lo manifestó hace tiempo. Su padre jamás respaldaría el comportamiento grosero, mezquino y demencial de quien ahora ocupa y deshonra a la Casa Blanca. Estaría horrorizado con él.
Contacto: [email protected]
También lea: El dilema de la no intervención | Columna de Carlos López Medrano
#4 Tiempos
La lista de invitados | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Estamos a pocos meses del Mundial 2026, y con ello, la lista de países invitados se va llenando poco a poco. Hoy ya conocemos a algunos de los visitantes a Norteamérica el próximo año, y otros que están cerca de firmar su presencia. Revisemos dónde estamos en este momento.
1. Estados Unidos (Anfitrión)
Como uno de los países organizadores, Estados Unidos clasificó automáticamente. Con 11 participaciones en Mundiales, su mejor resultado fue el tercer lugar en 1930. En 2026, buscarán aprovechar la ventaja de jugar en casa para superar sus marcas históricas y llegar lejos en el torneo.
2. México (Anfitrión)
México también clasificó por ser anfitrión. Con 17 participaciones, su mejor desempeño fue llegar a cuartos de final en 1970 y 1986, ambas veces como organizador. En 2026, intentarán romper su famosa “maldición del quinto partido” y avanzar a semifinales por primera vez.
3. Canadá (Anfitrión)
Canadá completó el trío de anfitriones. Con solo dos participaciones previas (1986 y 2022), este será un gran momento para consolidarse como una selección competitiva. Jugando en casa, buscarán dejar huella y ganarse el respeto del mundo del fútbol.
4. Japón
Japón fue el primero en clasificar a través de las eliminatorias asiáticas. Con 7 participaciones en Mundiales, siempre ha llegado hasta octavos de final (2002, 2010, 2018 y 2022). En 2026, su objetivo será superar ese récord y avanzar a cuartos.
5. Nueva Zelanda
Nueva Zelanda aseguró su lugar al ganar las eliminatorias oceánicas. Con solo dos participaciones previas (1982 y 2010), el equipo buscará aprovechar esta oportunidad para ganar experiencia y competir con equipos de mayor nivel.
6. Irán
Irán también clasificó a través de las eliminatorias asiáticas. Aunque ha participado en 6 Mundiales, nunca ha superado la fase de grupos. En 2026, intentarán dar el s alto y avanzar a octavos de final por primera vez.
7. Argentina
Argentina, campeona del mundo en 2022, aseguró su lugar al dominar las eliminatorias sudamericanas. Con tres títulos mundiales (1978, 1986 y 2022), llegan como uno de los grandes favoritos para defender su corona y seguir escribiendo historia.
Por otro lado, tenemos un pequeño grupo de equipos que están cerca y, aunque aún no han asegurado su clasificación, están a un paso de lograrlo. Entre ellos destacan Brasil, Francia, España y Alemania, todas con un historial impresionante en Mundiales y grandes candidatas a brillar en 2026. Mención aparte el caso de Ecuador, que con buen paso en la eliminatoria, hace creer a los suyos.
Por otro lado, existe la clasificación por repechaje, en donde ahora mismo se encuentra Nueva Caledonia, quienes perdieron la final de Oceanía contra Nueva Zelanda (3-0). Aunque no obtuvieron su lugar directo, aún pueden hacerlo ganando su repechaje. La selección de Nueva Caledonia se ubica en el lugar 152 de la FIFA, por lo que es muy probable que tenga que jugar dos partidos en caso de lograr su boleto al Mundial.
Este será un Mundial único, no solo por su expansión a 48 equipos, sino también por su organización trinacional. La fase de grupos contará con 12 grupos de 4 equipos, y los dos primeros de cada grupo avanzarán, junto con los 8 mejores terceros.
El Mundial parece convertirse ahora sí en una fiesta global. Ojalá esto traiga nuevas selecciones y mayor diversidad. Al momento no hay debuts a la vista, pero falta mucho por escribirse, y es muy probable que, por lo menos entre Concacaf y Conmebol, veamos un nuevo invitado a las copas del mundo.
También lee: ¿Y las Chivas? | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
Centenario de Luis Miramontes, el químico que revolucionó a la humanidad | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Considerado como uno de los más importantes descubrimientos del siglo XX, la píldora anticonceptiva, fue el trabajo que llevó a Luis Ernesto Miramontes Cárdenas a ser uno de los tres químicos más importantes de México y uno de los más prolíficos en cuanto a patentes, pues al menos se le conocen cuarenta en diversos campos.
El pasado 16 de marzo estaría cumpliendo los cien años de edad; nació en Tepic el 16 de marzo de 1925 y falleció en la Ciudad de México el 13 de septiembre del 2004. Después de realizar sus estudios básicos en su ciudad natal, le fue otorgada una beca gracias a la cual pudo estudiar en la Escuela Nacional Preparatoria en la Ciudad de México, ingresaría a estudiar química en la Escuela Nacional de Ciencias Químicas de la UNAM de 1945 a 1949. Sus habilidades en la experimentación química, lo llevó a ser contratado en el Instituto de Química de la UNAM cuando estudiaba el tercer año de la carrera.
Sería contratado en la empresa Syntex, contando con 26 años, en esa empresa realizaría el descubrimiento más importante de su trayectoria: sintetizar la noretisterona, la base de la primera píldora anticonceptiva. A partir de ese descubrimiento, el doctor Gregory Pincus desarrolló la píldora anticonceptiva.
Por entonces trabajaba con Carl Djerassi que dirigía su tesis, donde logró sintetizar la sustancia que se convertiría en la base del primer anticonceptivo oral para mujeres el 15 de octubre de 1951.
El trabajo de Luis Miramontes fue de trascendencia, tanto en el ámbito académico como en el de investigación y de desarrollo tecnológico; sus trabajos abarcaron numerosas ramas científicas, desde la química orgánica a la petroquímica, pasando por la química farmacéutica o la de contaminantes. Sin embargo, no fue reconocido en su justo nivel en el país, sus logros pasarían desapercibidos para el ciudadano común, a diferencia del ámbito extranjero donde su trabajo fue reconocido.
El científico se convirtió en el único mexicano en el Salón de la Fama de los Inventores en los Estados Unidos. Igualmente, su invento fue nombrado uno de los veinte más importantes de la historia por una encuesta realizada por el británico Engineering and Technology Board (ETB) del Reino Unido. El Departamento de Patentes de los Estados Unidos también reconoció el invento y lo incluyó entre los 40 más importantes de los últimos dos siglos. Como resultado, Miramontes fue reconocido como uno de los tres químicos de México más importantes y con mayor influencia en todo el mundo.
Su hijo el Dr. Pedro Miramontes que ha realizado estancias en la Facultad de Ciencias de la UASLP, ha impartido varios cursos de licenciatura y posgrado y dictado pláticas de divulgación de la ciencia sin faltar la difusión del trabajo de su padre. En particular participó en el programa La Ciencia en el Bar, donde habló Del ADN a la Pastilla Anticonceptiva, donde compartió material de su padre que tiene un alto valor histórico, la charla, que recomendamos su consulta, puede consultarse en esta dirección de YouTube.
Luis Miramontes al igual que su hijo Pedro Miramontes han colaborado con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí realizando trabajo académico. Luis Miramontes participó en el programa de los Cursos de Invierno que organizaba la Academia Potosina de Ciencias y Artes y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí en la década de los cincuenta. Dictó el curso de química orgánica y físico-química orgánica sobre hormonas sexuales y síntesis de cortisona en el mes de febrero de 1955.
Pedro Miramontes recordó el centenario de su padre: Hoy hubiera cumplido cien años Luis Miramontes Cárdenas, mi padre. En 1951, siendo estudiante de doctorado en la UNAM, sintetizo la Noretisterona, compuesto que fue la base del primer anticonceptivo oral, facilitando que las mujeres fueran dueñas de su vida reproductiva.
También lee: Conmemorando diez años de filosofía en la UASLP | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Plan A y Plan B de Ricardo Gallardo | Columna de Jorge Saldaña
Tercera Llamada
Ricardo Gallardo y Claudia Sheinbaum están charlando sobre el futuro. Se mandan mensajes respecto al 2027 y más allá. La conversación es, a veces en persona, las menos. Con mensajes de ida y vuelta, con recados dejados entre líneas, las más.
El último telegrama enviado de San Luis a Palacio Nacional fue entregado éste sábado pasado a través de un sólido y tumultuoso evento con fines de afiliación que sirvió de sobre para el mensaje guardado en su subtexto.
Palabras más, palabras menos, el mensaje para el ojo y oído educado fue:
“Señora presidenta, el Verde no le pide la luna, solo San Luis al que tenemos y que no estamos dispuestos a soltar”.
Todos los símbolos de la liturgia Gallardista fueron lucidos en el evento: El apoyo de la cúpula verde a través de Karen Castrejón. Y aunque no vino Manuel Velasco, se dice, estuvo pendiente a través de mensajes desde antes, durante y después del evento.
De los diputados federales no podía faltar ninguno, y no lo hicieron.
Mucho menos Juan Carlos Valladares, al que el gobernador trae muy de cerca en últimas fechas, al grado de soltar, entre broma y broma, que a Juan Carlos “ya hay que empezarle hacer la campaña”.
La anécdota ocurrió a la salida de la presentación del Plan Municipal de Desarrollo de Soledad de Graciano Sánchez, cuando el gobernador tomó el volante de su vehículo y le pidió al diputado Valladares acompañarlo.
Todos son mensajes. Todo dice y todo significa.
De regreso al evento y a los simbolismos desplegados, tampoco faltaron los dos senadores, presidentes municipales, diputados locales, gabinete, y por supuesto el grueso de sus simpatizantes de la zona metropolitana que ahí acudieron para cumplir con su parte esencial: ser capturados en fotografías panorámicas en un recinto que se llenó a reventar.
Esa foto fue la que había que mandar y circular como la punta más verde y más alta del pino, esa en la que todos con playera color pasto primaveral dijera: somos la fuerza política número uno del estado. La única con la demostrada capacidad de convocatoria y movilización. Y sí lo son.
Las selfies, los abrazos y las porras fueron a la crónica local, mientras que el mensaje político fue enviado al Zócalo de la capital de la República, con firma del remitente y en espera de respuesta. Así va la charla.
Por si hubiera dudas, el momento clave del discurso del militante número uno del partido del tucán, fue su decreto como lanzado al universo y a su interlocutora a distancia:
“Ganaremos 2027, 2030, 2033 y más”.
Así de claras las cosas, ni hay necesidad de encriptación de mensajes,. Y en la federación, al menos a la oficina de gobernación, donde despacha Rosa Icela Rodríguez, seguro que llegó el recado y se firmó de recibido.
Un evento así, en tierras de la segunda de abordo del barco México, no pasa desapercibido, asunto que también pesa, simboliza y genera cuestionamientos:
¿Le vas a entrar, Rosa Icela? ¿Dónde está Morena y su afiliación en San Luis? ¿Se nota la diferencia entre la visita de Andy y Luisa María en San Luis (que vinieron a prácticamente nada) y ni siquiera se sentaron con la dirigente estatal, Rita Ozalia?
Seguramente hay muchos más de los que se le ocurren a este aprendiz de reportero. Pero desde esa perspectiva, la de la odiosa comparación, el evento del sábado en el Centro de Convenciones también puede ser interpretado como una afrenta, una provocación a Morena, de quienes el Verde es aliado allá en San Lázaro y en Reforma con Insurgentes.
La disyuntiva es si Ricardo Gallardo jugará por la libre, es decir, si se siente lo suficientemente confiado con su estructura partidista como la mostró de fortalecida como para ir solo, o será disciplinado a lo que se geste, de aquí a dos años en la Ciudad de México y en la oficina de la presidenta Sheinbaum.
Ambos escenarios son posibles, y de ellos dependen las decisiones que se tomen respecto de quienes serán los candidatos; los protagonistas del 2027 para empezar. Sobre todo en la capital, Soledad, Pozos y Villa de Reyes, (la “herradura dorada”) con la que, con un poco más, basta para tener números competitivos a la gubernatura.
Esas decisiones no están tomadas. Se están tomando y pueden cambiar todos los días, y por lo que parece, el escenario A y el escenario B está contemplado por el aparato político del gobernador.
Es así que se explica su doble operación, enfilando esfuerzos de su esposa, la senadora Ruth González, en la capital, lo mismo que en el interior del estado. Y al mismo tiempo, estar “preparando” y teniendo de cerca a otro posible candidato emergente, como lo pudiera ser para la capital, Juan Carlos Valladares.
Si fuera un juego de turista, el gobernador tiene dos fichas en el tablero, una en casa y una cerca, y cada que juega lanza dos veces los dados.
Sin ningún impedimento legal, el plan de casa puede ejecutarse para el estado o para la capital, pero no hay nada mejor que en una u otra posición, se acompañe a la candidatura con otro protagonista igual de sólido que sume al proyecto.
Las señales, Culto Público, las señales por lo menos hasta este punto, no dan dirección para sospechar que exista un tercer “bateador emergente” en la figura de Ricardo Gallardo Juárez, quien se ha mantenido de bajo perfil y cumpliendo con sus labores legislativas -no políticas- desde San Lázaro. Su operador de tierra, Gilberto Hernández Villafuerte, hace lo propio desde el Senado y están atentos al paso del calendario. Para el plan A o plan B de Ricardo Gallardo Cardona estarán preparados.
¿Esta siendo demasiado lanzado el gobernante potosino, adelantándose a los tiempos electorales enviando este tipo de mensajes de fuerza? Nadie lo sabe y solo el futuro nos dará respuesta.
Mientras tanto en lo local, y en lo que se resuelven las dudas, las zancadas para adelantarse en el maratón electoral están a la vista en la ejecución de eventos y en las estrategias a las que pone atención el oído de Ricardo.
Mucho se habla de un grupo de foráneos y foráneas consentidos, que hay que decir, le han dado buenos resultados, al grado que se han convertido muy rápido en el primer círculo del jefe del ejecutivo estatal.
Una de las primeras ideas sugeridas, ya sea por este grupo o por otros asesores a los que se presta atención, según se supo, fue la de emprender una “operación erosión” en contra del alcalde de la capital, Enrique Galindo, único contrincante a la vista rumbo a la gubernatura que viene más acelerada que un conejo en cuento de Lewis Caroll.
Las cartas están leídas, los mensajes enviados y sigue la conversación. Esto apenas empieza.
Jorge Saldaña
BEMOLES
QEPD
Desde aquí envío un fuerte y solidario abrazo a mi amiga y colega, María Luisa Paulín Hernández por la irreparable pérdida de su señora madre, la señora Magdalena Hernández. Deseo a su familia y amigos pronta y cristiana resignación. Animo amiga.
NI ADIOS DIJO
Ayer por la tarde de pronto se “regó” la versión de la salida de Jose Luis Ruiz Contreras de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. No hubo anuncio oficial ni declaración o postura que sostuviera la salida. Sin embargo la versión es real, y al interior de la dependencia se pudo confirmar que en su lugar se queda Jesús Juárez en su lugar. Más que los cambios, que ya se esperaban mas temprano que tarde, llama la atención las formas en que un secretario de primer nivel se entera de su renuncia o salida a través de versiones regadas. ¿A quién le soltaron la primicia? Seguramente hoy se tendrá une explicación.
También lee: Los restos: el caso Teuchitlán | Columna de Jorge Saldaña
-
Destacadas11 meses
Con 4 meses trabajando, jefa de control de abasto del IMSS se va de vacaciones a Jerusalén, echando mentiras
-
Ciudad2 años
¿Cuándo abrirá The Park en SLP y qué tiendas tendrá?
-
Ciudad3 años
Tornillo Vázquez, la joven estrella del rap potosino
-
Destacadas4 años
“SLP pasaría a semáforo rojo este viernes”: Andreu Comas
-
Estado1 año
A partir de enero de 2024 ya no se cobrarán estacionamientos de centros comerciales
-
Ciudad2 años
Crudo, el club secreto oculto en el Centro Histórico de SLP
-
#4 Tiempos2 años
La disputa por el triángulo dorado de SLP | Columna de Luis Moreno
-
Destacadas2 años
SLP podría volver en enero a clases online