#4 Tiempos
Diez cosas que no sabías sobre el escándalo en Cabildo | Columna de Jorge Saldaña
Tercera Llamada
El deplorable espectáculo que se vivió en la sesión de cabildo el lunes pasado, no es digno ni para la peor emisión de un “TalkShow” de un canal local de la televisión peruana. Fue tan humillante tanto para los protagonistas como para los espectadores.
El productor de tan bochornoso espectáculo no es otro que el propio gobierno municipal y su obsesión por mostrar, un día sí y el otro también, que jamás estuvieron preparados para gobernar una ciudad como la nuestra y que compensan su falta de oficio con actitudes viscerales.
Queda claro que hubo dos grupos en pugna. Ni quien lo dude. El primer grupo se presentó a exigir la renuncia del secretario por ordenar el ultraje a ojos vistos que se cometió en contra de Teresa Carrizales, Oficial número 11 de la oficina del Registro Civil.
¿Había gente afín al llamado “gallardismo” entre este grupo? Sí, por supuesto, y aún así, se debió respetar su manifestación puesto que nada tiene que ver su filias partidistas con el asunto del ultraje a Carrizales, o que alguien me diga desde cuándo los ciudadanos contrarios al gobierno de Nava perdieron el derecho de la libre manifestación. ¿Hay que tener credencial de cierto partido político para poder exigirle justicia a la autoridad? No lo creo.
El segundo grupo, el que inició verdaderamente la violencia atacando a los miembros del cabildo y a los manifestantes con gritos altisonantes y provocaciones (para prueba solo hace falta ver los videos que circulan en redes) es el grupo de guerra sucia que usa el alcalde lo mismo para manifestarse en un partido político, que para gritar en el congreso o, en este caso, para reprimir una exigencia de despido en contra de su secretario general.
Son los autodenominados “líderes de comerciantes” como Juan Rodríguez Chessani, Arturo Pérez Alonso, sus hermanos Teresa y Juan, José Luis Menchaca, Pedro Torres y otras plagas, a los que Xavier Nava ha convidado de plazas dentro de su administración así como de privilegios para sus negocios informales a cambio de ser un grupo de reacción y choque, un reducido, manipulable pero muy ruidoso grupo que no sabe más que gritar en las plazas como en las redes, pero poco sabe pensar. Son changos amaestrados para decirlo en pocas palabras.
Las evidencias del pacto entre éste grupo y el gobierno de Xavier Nava sobran.

Pero antes de que se repita el vergonzoso enfrentamiento, producto de la polarización social generada desde el palacio municipal, me parece indispensable que los potosinos tengamos muy en cuenta algunas precisiones sobre todo por el futuro de nuestra comunidad, más allá de los intereses mezquino/electorales de los grupos políticos que están en pugna.
Si los Gallardo y los Nava quieren pelearse en cada esquina, en alguna cantina, en los tribunales, en lodo, en un ring o en un torneo de albures, que lo hagan…pero que no utilicen a los potosinos como carne de cañón en sus embates. Ni todos somos navistas, ni todos somos gallardistas, pero eso sí: todos somos potosinos y ¿adivinen qué? No somos tontos.
Dejo pues los siguientes apuntes para usted, mi Culto Público:
1.- El origen del altercado en el Cabildo no es un asunto entre navistas y gallardistas, tampoco partidista o de colores como lo quiere hacer creer ante la opinión pública el gobierno municipal en turno.
2.-El origen de la manifestación se encuentra en el justo reclamo social generado a partir de la represión que sufrió Teresa Carrizales de manos de una autoridad torpe, violenta y misógina. Nadie puede perder de vista que la tiranía y hostilidad mostrada en contra de una mujer por parte de un aparato de gobierno debe ser castigada hasta sus últimas consecuencias. No hacerlo dejaría un antecedente barbárico
3.- La libre manifestación es un derecho que debe estar garantizado. Si algunos, muchos, unos pocos, o la gran mayoría quiere o cree que una autoridad debe desocupar su puesto, están los ciudadanos en todo su derecho de exigirlo sin importar su credo, color, creencia o filiación política. Nadie puede ser reprimido por exigir que Sebastián Pérez o Jiménez Arcadia renuncien.
4.- El navismo tiene un grupo de choque bien identificado con nombres y apellidos. Negarlo es mentir. Hay fotos, testigos, antecedentes. No son simpatizantes. Son interesados que reciben privilegios a cambio de gritos y desmanes. Porros sociales. Changos amaestrados.
5.- (Quizás el punto más importante) A quien más conviene este tipo de escándalos es al propio gobierno y a Xavier Nava. A través de su muy pobre e inoperante maquinaria de propaganda, pretenden transferir los negativos de la trifulca que ellos fomentaron (para pelearse hacen falta dos) hacia una manifestación legitima en contra de su abuso de autoridad, es decir, quieren convertir el asunto Carrizales, en un asunto Gallardo contra Nava.
6.- Eso les conviene porque entonces no es un abuso de su gobierno lo que se investiga, si no un conflicto con un adversario electoral…y no hay nada más equivocado.
7.- No hay mucho que investigar. La comisión creada para aclarar el asunto Carrizales es una cortina de humo para distraer a los babosos. No hace falta ser científico nuclear para saber quién pudo dar la orden del desalojo y por ende la comisión del abuso. Nava le puede preguntar a Sebastián Pérez sin protocolos, y deberá despedirlo ipso facto al igual que a Jiménez Arcadia. El abuso está documentado. No hay que buscarle más pies al gato. Eso del debido proceso son puras papas.
8.- Nava está más enojado y más desesperado que nunca. Por eso es errático. Por eso se le acumulan las malas decisiones. Insultar en el cabildo, reírse con sorna de cada cuestionamiento o salirse por la tangente cada que se habla de temas que le incomodan, son muestras de un carácter poco formado y a punto del quiebre. Sabe además que en el tema Carrizales le va su futuro político, pues es una realidad que incluso aunque no prospere el juicio político en su contra, la agresión cometida y documentada será un fantasma que le perseguirá hasta su tumba política cuando ni a la reelección pueda llegar con un mínimo de aceptación social, ya ni hablemos de una aventura hacia el palacio grande. Si el juicio prospera, que se olvide hasta de seguir viviendo en SLP.
9.- El gobierno de Xavier Nava navega en las aguas de fascismo. Ninguna crítica es válida en contra de su gobierno porque en automático se convierte en un enemigo al que se le impone el sello de “gallardista”. Como si López Dóriga, Denisse Maerker, Ciro Gómez Leyva o los medios nacionales que lo exhibieron de represor lo fueran. Como si los baches o las alcantarillas, o las luminarias fundidas o la falta de agua preguntara filiación. Es un peligro que se nos polarice en alto contraste y son signos de la tentación de los dictadores: o estás conmigo o en automático eres mi enemigo. Grave y riesgoso porque así es como gobiernan los cobardes. ¿Qué van a hacer contra la gente que le exige mejores servicios? ¿Mandarles a Chessani?
10.-Que no se les olvide…si no hubieran tratado así como lo hicieron a Teresa Carrizales de su oficina, no habría motivo de este tipo de manifestaciones…No tuvieron tacto o cálculo político para asumir las consecuencias.
Que queden los apuntes asentados en actas. Es cuanto.
Hasta la próxima
BEMOLES
ACHIS ACHIS…
¿Qué le pasó al notario Eduardo Martínez Benavente? En esta semana algún mosco le picó al fedatario que lo mismo se puso a destapar panistas a la gubernatura que a cubrir a funcionarios acusados de abuso de autoridad. Unos sospechan que le hackearon las cuentas de las redes. Ojalá que así sea porque no queremos perdernos el sano juicio político al que nos tiene acostumbrados. #NoSeaGuacho
SIERRA DE SAN MIGUELITO
Por mucho que se haya dicho y hecho, parece inminente que el próximo domingo el dueño de media ciudad peluche, Don Camerino López –perdón- Don Carlos López, finalmente se apropie de 2 mil hectáreas de la comunidad de San Juan de Guadalupe y Tierra Blanca (incrustadas en la parte más cercana a la urbanización de la Sierra de San Miguelito) para poder fraccionarlas. A un precio de 30 mil pesos por cada comunero con derechos, es que se comprará la voluntad de la asamblea para que “cedan” sus bienes a favor de una empresa con la que se supone se “asocian”. El truco jurídico es muy sucio, pues por tan pocos pesos, los comuneros perderán para siempre el derecho sobre sus tierras y pasarán a ser asociados sin voz ni voto en una empresa inmobiliaria que hará cuanto le pegue en gana y además sin opinión de la Procuraduría Agraria. Que negociazo y que golpazo para los potosinos. A menos que ocurra un milagro, éste domingo se escribirá una derrota más de los pobres contra los acaudalados dueños eternos del futuro y la especulación inmobiliaria. Los fraccionamientos en la Sierra de San Miguelito serán una triste realidad muy pronto, y la protección de la declaración ambiental poco podrá hacer al respecto porque, si es que llega algún día, tendrá que omitir esas 2 mil hectáreas que prácticamente están ya en las manos de López Medina. 30 mil pesos me recuerdan a 30 monedas de plata…#GanaronLosFraccionamientos
COLLADO DETENIDO, PERO POTOSINO EN LIBERTAD.
Entre el torbellino creado a partir de la aprehensión del abogado Juan Collado, existe un dato poco conocido, y es que, ante la ausencia de Collado en el consejo de administración de la Caja Popular Libertad, quien quedó prácticamente a cargo de todo como secretario del mismo consejo es un joven abogado potosino de nombre Mauricio Gutiérrez Navarro. El paisano tiene credenciales y trayectoria para el cargo y esperemos se conduzca con verticalidad y sabiduría en éste momento de tormenta. #ÉchalePaisa
También lee: Cisma en el corazón municipal | Columna de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
“México, esta niebla que arde” | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Culto Público, si no han leído la novela “Niebla Ardiente” de la muy joven escritora, Laura Baeza, les recomiendo hacerlo como desde ayer
Tuve la oportunidad de conocer a Laura personalmente hará unos cuatro años, ¿Qué les digo? Una de esas circunstancias alineadas que convergieron en el segundo piso de la librería Gandhi del centro, la de los Arcos Ipiña.
Fue en un taller breve de escritura creativa previo a la presentación formal de su libro, el que les recomiendo. Si conocerla fue una circunstancia, convivir con ella e intercambiar casualidades fue de plano como regalo de estrella fugaz.
Fui de los selectos y afortunados que en grupo terminamos sentados con ella en “La Oruga y la Cebada” en el Callejón San Francisco, conversando sobre lo que duele y lo que salva, entre un par de cervezas y una cena sencilla.
Ella me firmó su libro con una frase que ahora, en este 25 de noviembre, regresó a mi atormentada cabeza: “A Jorge, que siempre nos una el deseo por hallar algo más en esta realidad tan rara…con todo cariño, Laura Baeza”. El momento de por sí, ya era una realidad rara.
A la distancia, empiezo a creer que su frase fue más que optimismo, y es más un deber moral, y es que su ficción (vuelta a releer en estos días) se parece demasiado a México.
No es “spoiler” (o como se diga) pero “Niebla Ardiente” detalla el regreso de su protagonista Esther a México pensando en encontrar a su hermana Irene, quien había desaparecido hace años, y a quien creía muerta, cuando de la nada, un primero de enero en un reportaje que vio en la televisión, Esther la reconoce en una marcha y se lanza en su búsqueda.
Pero la novela, la primera de Laura (y creo que premiada) realmente no comienza allí. Comienza donde casi todas las historias de violencia en este país empiezan: en los pasillos de la burocracia, en los que los papeles cuentan más que las personas.
Esther aparece en un México reconocible para cualquiera: expedientes mutilados, archivos “perdidos”, oficinas donde la verdad siempre llega después de que las secretarias coman sus gorditas grasosas y funcionarios que usan el futuro para encubrir lo que nunca harán.
Es en esa atmósfera donde la desaparición deja de ser un crimen y se convierte en un proceso. Como alguien escribió: los países se definen por cómo recuerdan; México, al parecer, se define en cómo olvida.
En medio de esa maquinaria oxidada, Esther descubre a un policía. No es un héroe: es un hombre cansado que simplemente no rompe las reglas pero las dobla para que la realidad duela un poco menos. Ese personaje era como algo que escribió una pensadora feminista de la que en este momento no recuerdo su nombre “la dignidad aparece cuando alguien no mira hacia otro lado”.
En fin, siguiendo con la novela y nuestra realidad, este policía mira. Acompaña. Abre una grieta. Y sin embargo, ni siquiera es lo suficientemente poderoso para luchar contra un país donde las fosas clandestinas actúan como el archivo nacional.
La comparativa y reflexión con la novela va porque hoy es 25 de noviembre y México sigue siendo esa tierra donde la violencia parece que no importa, sino que se repite. Casi 2 feminicidios cada día. 3,284 mujeres asesinadas en 2024. 89% de impunidad. Una agresión física cada siete minutos. Más de 10 millones de mujeres violentadas digitalmente. En San Luis Potosí, 24,000 víctimas por cada 100,000 mujeres.
Uno quisiera creer que estos números son de un país lejano, pero no. Están aquí, sobre las mismas banquetas que caminamos todos los días. Ese es el verdadero crimen de México: haber entrenado a la gente para no sorprenderse.
Sí, no se debe negar que mucho se ha hecho pero poco alivia (hoy casi todos los gobiernos e instituciones hablan de esto, pero mañana la rutina sigue).
Sí, con la llegada de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México, llegaron todas…excepto las que no alcanzaron a llegar porque les truncaron la vida.
El nuestro, es un país donde buscar es amor—y protesta.
Igual que como ocurre en la novela de Laura, que no describe un país imaginado sino nuestro México. Uno donde las hermanas encuentran hermanas, donde las madres encuentran hijas, donde las mujeres salvan mujeres. Un país donde todavía hay justicia, pero casi siempre fuera de los edificios públicos.
Y así como Esther enfrenta la niebla, miles enfrentan la opacidad del Estado día tras día: ventanas cerradas, sistemas incompatibles, versiones contradictorias, funcionarios que deletrean la palabra “protocolo” como si lanzaran un hechizo contra la verdad.
México es hogar de una burocracia tan grande que hasta la violencia tiene formularios que completar.
Tras varios años de no recordar la anécdota con la escritora, hoy vuelvo a esa dedicatoria: “encontrar algo más en esta extraña realidad…”
Ese “algo más” no es una esperanza ingenua. Es algo que se parece más a la obligación de nunca acostumbrarse, “la memoria es la única defensa contra la repetición del horror”.
Por esa razón, espero, que por cada mujer desaparecida o mujer luchando por no desaparecer, o lidiando contra cualquier tipo de violencia, recordemos que la niebla espesa arde. Y que si arde, es porque la herida está abierta.
Hasta la próxima. Jorge Saldaña.
También lee: La IA, periodismo, y la coartada perfecta | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Diego José Abad ilustre formador de potosinos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
El majestuoso edificio central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí que fuera construido en el siglo XVII y alojara a la Compañía de Jesús se convertiría en un edificio característico de la educación en San Luis Potosí. En ese edificio funcionaría el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús orientado principalmente a la educación de primeras letras; posteriormente se establecería en dicho edificio el Colegio Guadalupano Josefino instaurado por Gorriño y Arduengo siendo el primer establecimiento de educación secundaria o superior en San Luis, dando paso posteriormente, al reinstaurarse la República al Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí que se convertiría en el primer establecimiento en obtener la autonomía universitaria dando paso así, en el mismo edificio, a la actual Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
De los profesores ilustres que tendría el Colegio de San Ignacio de San Luis Potosí, se encuentra Diego José Abad, uno de los impulsores del pensamiento moderno en México y que tuviera influencia del jesuita Rafael Campoy, también profesor en San Luis Potosí y de quien tratamos en anterior entrega de El Cronopio en La Orquesta.
La física, o filosofía natural, formaba parte del cuerpo de temas de la filosofía en los cursos que de ella se realizaban en Nueva España y se dedicaba una parte a la lectura de temas de física, principalmente la aristotélica. De esta forma existirían manuscritos sobre la física como parte de cursos de filosofía, situación que se haría común, al ser redactados apuntes para los diversos cursos que se ofrecerían en Nueva España. La mayoría de esos textos se encuentran perdidos, pero existen las referencias que aseguran su presencia, los cuales fueron escritos, en su mayoría, por sacerdotes y frailes que pertenecían a diferentes órdenes religiosas.
Diego José Abad, puede considerarse el más profundo de los jesuitas innovadores; su Curso fue muy influyente, es bastante completo y se ven por todas partes las influencias modernas. Este curso, que ya no lleva el nombre de Cursus Philosophicus , sino simplemente el de Philosophia, aparece en un manuscrito del Colegio de San Pedro y San Pablo de México, cuyo contenido se enseñó desde 1754 hasta 1756.
Comprende la lógica, la física y la metafísica. Es el primer intento de asimilar (y no simplemente de atacar, como hasta entonces se hacía las más de las veces) las ideas modernas . En particular, se refiere a Gassendi y los atomistas, y trata de conciliar el atomismo con el hilemorfismo aristotélico. Intenta hacer lo mismo con Descartes, opuesto al gassendismo.
Habla de la necesidad de construir la física con ayuda de la experimentación y la matemática. Acepta el atomismo en el campo físico, mas no en el metafísico. Dice que muchas ideas aristotélicas sobre el cielo han sido abandonadas por los escolásticos después del descubrimiento del telescopio, mediante el cual se han podido ver las manchas del Sol. Lo mismo en cuanto a la noción del vacío, después de los experimentos de Torricelli, Otón de Gericke y Roberto Boyle. Cita a Maignan, y mucho a Descartes en cuestiones de filosofía del hombre. Aunque las más de las veces defiende la tradición, ya se muestra abierto a integrar ideas de la filosofía moderna.
Fue profesor del Colegio de jesuitas de San Luis Potosí donde enseñó gramática a los potosinos y donde fincó su formación filosófica sin rechazar las ideas del pensamiento moderno, pero con una posición crítica.


Diego José Abad nació en Jiquilpan en 1727 y tras la expulsión de los jesuitas moriría en Bolonia en 1779.
Si se interesan en ubicar su obra en el ambiente cultural y científico de la Nueva España pueden consultar nuestro artículo: Manuscritos y libros Novohispanos y Mexicanos de Física y Filosofía Natural, en la dirección:
También lee: Francisco Gándara, primer ingeniero higromensor potosino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Jesús duerme en la popa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
“Al atardecer de ese mismo día, Jesús les dijo: ‘Crucemos a la otra orilla’. Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya. Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: ‘¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?’. Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: ‘¡Silencio! ¡Cállate!’. El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: ‘¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?’. Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: ‘¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?’” (Marcos 4, 35-41).
Todavía hoy, cuando pareciera que hemos alcanzado el dominio total de la naturaleza, viajar por mar –no digo sobrevolándolo en un avión, sino cruzándolo en un barco- es una experiencia sobrecogedora. ¡Qué indefensa viaja nuestra embarcación por los caminos del océanoi¡! Y si durante la noche se desata una tormenta, tanto peor: aun el barco más grande no parece sino una cáscara de nuez. En 1912, los tripulantes del trasatlántico más lujoso y sofisticado del planeta creyeron que el mar, gracias al ingenio humano, estaba ya domesticado; sin embargo, no fue así, y debieron pronto de rendirse a la evidencia: el Titanic se hundía, y ellos con él y en él…
El mar era y sigue siendo el símbolo de lo indomesticable, de lo ingobernable, de lo terrible. Para los antiguos, el mar estaba poblado de monstruos horribles cuyo solo nombre helaba la sangre. Nosotros sabemos, más o menos, lo que son las olas, pero para los antiguos éstas eran el efecto del movimiento de las criaturas marinas. Ahora bien, si tal era el pensamiento de los antiguos, ¿qué de raro tiene que, ante el huracán, los discípulos se pusiesen a gritar, poseídos del pánico más espontáneo y sincero?
El mar es siempre terrible, sí, pero Dios es más grande que el mar. Únicamente Él puede calmarlo porque es el Señor de los elementos del mundo: “El Señor habló a Job desde la tormenta: ¿Quién cerró el mar con una puerta, cuando le puse un límite con puertas y cerrojos y le dije: ‘Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas’ ”? (Job 38, 8-11).
Al crearlo, Dios puso al hombre un límite: “Podrás comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, pues, si lo haces, perecerás sin remedio” (Génesis 2, 16-17); y, al crear el mar, también le impuso un límite: “¡Hasta aquí llegarás! ¡De aquí no podrás pasar!”. Por eso, cuando Jesús calme la tormenta y las aguas se aquieten al puro mando de su voz, los discípulos se preguntarán unos a otros, maravillados: “¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!”.
Ahora bien, si sólo Dios puede apaciguar el mar, entonces… Entonces los discípulos, por así decirlo, empezaron a sacar conclusiones…
“Un día, al atardecer… Así comienza el relato. Conviene tener presente, pues, que es ya de tarde, y que la oscuridad añadirá un punto de dramatismo a la escena que seguirá, ya dramática de por sí. Según éste, no es sólo que la barca fuese zarandeada por la tempestad: es que el agua se estaba metiendo ya por todas partes.
¿Y Jesús qué hace, mientras tanto? No hace nada. Él, a lo que parece, no se daba cuenta de lo que pasaba, pues “estaba dormido sobre un almohadón”. Los discípulos lo despertaron, y hay en su ruego una pizca de ironía, como si le dijeran: “Oye, Señor, esto va a pique. ¿Podrías hacernos el grandísimo favor de despertarte?”.
“Jesús se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: “¡Silencio, cállate!”. El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: “¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?”. Oligópistoi: así lo llama; con esta palabra griega los reconviene. Hombres asustadizos, apocados, temblorosos: gelatinas vivientes. Oligópistoi: hombres sin fe.
Los Padres de la Iglesia, hombres muy sagaces en la interpretación de la Escritura, vieron en esta tormenta una imagen de las agitaciones del corazón humano y compusieron bellísimos sermones en torno a este asunto. En una de sus Meditaciones (n. 37) dice así, por ejemplo, San Agustín (354-430):
“¡Dios mío, mi corazón es como un ancho mar siempre agitado por las tempestades: haz que encuentre en ti la paz y el descaso. Tú has increpado al viento y al mar para que se calmaran, y a tu voz se han apaciguado; ven a poner paz en las agitaciones de mi corazón, a fin de que todo en mí sea sosiego y tranquilidad, para que pueda poseerte a ti, mi único bien… Oh Dios mío, que mi alma, libre de pensamientos tumultuosos, se esconda a la sombra de tus alas. Que encuentre junto a ti un lugar de refrigerio y de paz, y toda transportada de gozo pueda cantar: ‘Ahora puedo dormir y descansar en paz’… Mi alma no puede gozar de paz y seguridad, Dos mío, si no es bajo la protección de tus alas. Que ella permanezca, pues, en ti y sea abrasada con tu fuego”.
Ya se trate, pues, de agitaciones interiores, ya de percances exteriores, lo importante es esto: que Jesús y nosotros viajamos en la misma barca, y que aunque nos esté permitido algunas veces gritar, no nos lo está, por ningún motivo, desesperar. Aunque parezca que duerme, Dios vela por los suyos; en consecuencia –como ha dicho alguien-, cuando uno está “embarcado” con Jesús no hay nada que temer.
“Jesús permanece cerca de los suyos y éstos pueden contar con su ayuda cercana a pesar de todas las apariencias en contra… Así pues, el peligro para los creyentes está en olvidarse de que están en camino y que Jesús les acompaña en el trayecto” (Joseph Imbach).
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