#4 Tiempos
Bonus de viernes | Apuntes de Jorge Saldaña
Apuntes
Amigos del veneno en la piel, hijos de mi plástico fino: cada vez disfruto más los apuntes de viernes, los de “bonus”, estos que me permiten (aunque nunca me censuro) contar a Usted sobre las aventuras que se esconden en los a veces escabrosos, pero siempre entretenidos, pasajes y callejones de la vida pública potosina.
Sé que prometí hace unos días darle “santo y seña” de la salida de Arturo Segoviano de la Sedeco, único cambio de primer nivel anunciado oficialmente por mi amigo Guadalupe Torres Sánchez, no obstante, el anuncio de la remoción del titular y ex candidato independiente al gobierno coincidió con la muy lamentable muerte de su señor padre, por lo que me reservaré por respeto al triste acontecimiento, a escribir en esta ocasión del asunto.
La fúnebre casualidad además, dejó en el limbo el cambio, es decir, que aunque es “oficial” no se ha “oficializado nada” porque se ha respetado el luto del ahora ex funcionario y por lo tanto no ha sido posible avanzar en el proceso de entrega al siguiente titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, mismo o misma de quien no conocemos todavía ni su nombre.
Algunos irresponsables y aventurados calculadores, como quien esto escribe, han adelantado que una de las posibilidades radica en que la actual Secretaria de Turismo, Patricia Véliz Alemán, pudiera relevar a Segoviano y en Sectur dar paso a Francisco Reyes Novelo, amigo de los amigos verdes del gobernador en México y ex regidor en Cozumel.
Esta versión circuló profusamente en la semana, derivada de que hay quien asegura que Reyes Novelo ya ha invitado a algunos personajes para colaborar con él y trasladarse muy pronto a Ciudad Valles a estrenar las nuevas instalaciones de la Secretaría de Turismo.
Por su parte, Paty Véliz no ha declarado hasta el momento absolutamente nada al respecto y aunque tengo con ella pactada una entrevista, todavía no se ha concretado porque ha sido institucional y cauta, respetando a que sea el propio primer mandatario quien informe, si es que se dan, los respectivos cambios.
Cabe recordar que Reyes Novelo sonó muy fuerte como primer candidato a Turismo del Estado durante los hervores previos a la presentación oficial del gabinete; sin embargo, con bajo perfil y sin aspavientos tomó la dirección del museo Francisco Cossio y algunos hasta le ponen la medalla de ser pieza fundamental para que el sindicato de Francisca Reséndiz desalojara el tramo de la Avenida Carranza, justo frente al museo, que tuvieron tomado por meses.
Pero nada está escrito hijos de mi Corazón de Tiza en la pared y permitiéndome un “ArmandoAcosteo” le advierto un contundente: “tómelo bajo reserva” (amigo, porque te admiro, siempre quise usar tu frase en alguna de mis entregas).
Otra posibilidad que se calcula, es que el gobernador Ricardo Gallardo pueda valorar una vez más a alguno de los perfiles que le proponen, y han propuesto desde que fue electo, las cámaras empresariales, esos a los que yo he llamado “Antorchistas con Américan Express” que sienten que las cabezas de las áreas económicas del gobierno son su feudo. Repito, todo es posible.
Al que ya cepillaron como aquí lo adelanté en “La lista negra, primeros despedidos del gobierno de Gallardo” fue al efímero director del Cobach y fue relevado por una funcionaria de la propia institución.
Al que le dieron otra oportunidad de ponerse a trabajar tras un buen jalón de orejas fue al titular de la Cefim, al grado que esta semana ya se despabiló y comenzó a dar cursos de certificación para funcionarios municipales. ¿Ah verdad? Si el potencial desempleo no anda en burro.
Otro que está viendo cómo parar un “penalti” es el ex portero Edmundo Ríos, todavía titular del Inpode. El ex jugador anda “desencanchado” de la función pública y ya tiene tarjeta amarilla, así que a la siguiente pues… tendrá que abandonar el terreno de juego.
Le cuento también que entre mis mañanas sin hacer nada y mis tardes ya desocupado, me di el tiempo esta semana de encontrar en el expediente de la “Herencia Maldita” algunos datos sobre pagos millonarios, mejor dicho, multimillonarios que se hicieron durante la administración de Juan Manuel Carreras cuando la función de su vocero y jefe de comunicación fue Juan Adrián Vázquez.
Y es que me quedé corto pensando en que con el ajuste económico a los convenios de dos medios de comunicación “consentidos” de la administración anterior, sería suficiente para que la actual pudiera poner holgadamente hasta dos árboles navideños, más caros y más altos en el próximo diciembre.
Nada más con lo que le pagaron los primeros cuatro años de la administración carrerista a un “asesor de medios” de nombre: Rodolfo Peña Rodríguez, que nada más en su casa (del Club de Golf) lo conocen, y que cobró 900 mil pesos mensuales al anterior gobierno, la actual administración puede contar de golpe con un extra en su presupuesto de 43 millones de pesos.
Lo más indignante del asunto es que el señor Peña Rodríguez cobraba los 900 mil por escribir una “tarjeta informativa” mensual para el señor gobernador y de vez en cuando “elaborarle encuestas” no obstante, para evitar la fatiga, le pagaba 60 mil pesos a un personaje de nombre Adán Moctezuma (Economista y Blogger según su propia descripción) para hacer el trabajo.
A estos desconocidos, pero hoy millonarios personajes, se les acabó la teta cuando llegó Raúl Camacho a la coordinación de Comunicación Social, no obstante la ordeña de recursos ya había sido consumada.
Esa loca autopista del derroche fue detenida a destiempo por Juan Manuel y clausurada por fin a la llegada del nuevo gobierno, pero qué lamentable enterarnos hasta ahora que el dispendio en absurdos fue “Lo trágico cotidiano” -como diría Giovanni Papini- y en su momento jamás hubiera sido denunciado.
Ya se que “agüita de limón” saber este tipo de asuntos, pero también hay buenas noticias hijos de la Radiofutura, por ejemplo les puedo adelantar que el próximo lunes se presentará para la capital un nuevo esquema de seguridad pública municipal y que no solamente se trata de poner al servicio de la ciudadanía un centenar de patrullas.
Pero ya los conozco hijos de mis emociones, que la noticia y la foto que vamos a sacar será la de las flamantes 100 nuevas unidades (rentadas también por cierto, pero estas al final del contrato sí nos las vamos a quedar los potosinos) así que les advierto que las auto-patrullas serán solo los fuegos artificiales.
En el fondo, y se los adelanto en exclusiva, se trata de una transformación en el reglamento de seguridad pública y que hoy mismo será presentado para su aprobación en el Cabildo.
El documento, para empezar, convierte la Dirección de Seguridad Pública Municipal, en Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, dotará de nuevas funciones a los policías, que por primera vez en la historia podrán recibir directamente denuncias de nosotros los potosinos.
También por primera vez los policías tendrán capacidad tanto de ser primeros respondientes y se contempla un esquema que se divide a toda la ciudad en cuadrantes y sub-cuadrantes con policías responsables directos de los delitos o eventos que se lleven a cabo en dichas áreas.
Se contará además con nuevas áreas dentro de la nueva Secretaría, tan urgentes como la de inteligencia y atención a delitos cibernéticos, otra nueva ala de atención a los delitos de violencia intrafamiliar y de género así como una unidad de atención de delitos contra el medio ambiente y protección a los animales.
Se fortalecerá el C4, y se arrancará con un sistema, por fin, de semáforos inteligentes.
El proyecto completo fue una de las principales promesas de campaña de Galindo y junto a la próxima creación de la Guardia Civil por parte del Gobierno del Estado, una vez más se hará mancuerna entre los dos niveles de gobierno para, en conjunto, devolverle la paz a los potosinos.
El proyecto completo lo conoce perfectamente ya el gobernador, que será invitado y testigo de honor de la presentación de este nuevo esquema del que se dará detalle el próximo lunes temprano en el Centro de Convenciones.
¿Ya ven hijos del pacto divino? Siempre hay algo que comentar, anunciar y denunciar en estos apuntes de bonus, apuntes de viernes.
Quisiera seguir de largo y platicarle del conflicto de intereses que tiene una regidora de la capital y presidenta de la comisión del agua, con su negocio particular de tratamiento hídrico, quisiera también adelantarle antes que nadie la llegada de la “Pollo Card” (que no debe confundirse con “La Cumplidora”) que dará internet y muchas más bondades a los usuarios del transporte público. También quisiera explicar a Usted el porqué de la interrupción en el fallo en la licitación de 9 obras del Interapas y una muy boba licitación que abortaron sobre la contratación de pipas de agua…
Pero será en otra ocasión o de a poco en la semana, Culto Público, porque a esta hora y a mi tierna edad, pues ya me da sueño…
Así que hasta el martes que nos veamos por aquí, que sí, que sí. (bis)
Atentamente,
Jorge Saldaña.
Lee también: Al tiro y en Guardia | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Una carrera interesante | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Hablar de Javier Hernández es repasar una de las trayectorias más influyentes en la historia del fútbol mexicano. Durante más de una década, su nombre fue sinónimo de gol, entrega y ambición. Desde aquel salto meteórico con Chivas y su inesperada irrupción en el Manchester United, su carrera parecía escrita con tinta dorada, la sonrisa eterna, los goles decisivos, la capacidad de transformar oportunidades mínimas en celebraciones memorables.
Fue un delantero que supo abrir puertas donde antes había muros, ese killer del área de los goles inverosímiles, ese que se autoasistía y remataba de forma poco ortodoxa. Marcó en Champions, conquistó Inglaterra, dejó huella en Alemania, se reinventó en Estados Unidos y llevó la camiseta de la selección mexicana con una voracidad que lo convirtió en el máximo goleador nacional. Por años, “Chicharito” representó la imagen internacional del fútbol mexicano, un jugador valiente, de carácter humilde pero competitivo, respetado en los mejores estadios del mundo.
Sin embargo, el final de su recorrido no ha tenido el brillo que merecía. Lo que alguna vez fue una historia ascendente hoy se siente atravesada por decisiones discutibles, lesiones inoportunas y un desgaste emocional evidente. Su último tramo estuvo marcado por conflictos internos, mensajes crípticos, ausencias prolongadas y un regreso al fútbol mexicano que lejos de ser un homenaje terminó convirtiéndose en un episodio incómodo.
El fútbol (caprichoso como es) rara vez permite despedidas perfectas. Pero en el caso de Hernández, la caída se volvió más abrupta porque contrastó con la grandeza de su pasado. El delantero que antes definía clásicos europeos comenzó a perder protagonismo, a caer en dinámicas polémicas y a mostrarse d esconectado del nivel competitivo que lo acompañó tantos años.
El problema no es que el tiempo pase, eso es inevitable, sino que su final se alejó del tono que él mismo construyó, profesional, disciplinado, alegre y comprometido. En lugar de un cierre elegante, lo que quedó fue un recorrido lleno de dudas, con más conversaciones sobre su comportamiento que sobre su fútbol. Y eso, para una figura de su magnitud, duele más que cualquier descenso de rendimiento.
Aun así, su legado permanece intacto. Javier Hernández abrió puertas para generaciones completas. Demostró que un jugador mexicano puede competir, destacar y ser determinante en las ligas más exigentes del planeta. Su historia inspira no por su final, sino por su cima; no por su último capítulo, sino por todos los que escribió antes con una pasión que marcó época.
El cierre no fue el ideal, es cierto. Pero incluso en medio de su declive, hay una verdad que nadie puede borrar: México no ha tenido (ni tendrá pronto) un delantero con su impacto internacional. Su carrera merece leerse como lo que fue, un ejemplo de cómo la disciplina puede convertir sueños improbables en realidades extraordinarias, aunque el final no haya estado a la altura de su legado.
A veces, las grandes historias no terminan como quisiéramos… pero siguen siendo grandes, y por lo menos, interesantes.
También lee: La madrugada en que Tijuana apostó por su nueva joya | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
El Piano eléctrico: desarrollo potosino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Los diseños de pianos electromecánicos tuvieron su auge en 1929 y en la década de los cincuenta del siglo XX comenzaron a usarse en audiciones públicas. La historia de su desarrollo menciona los nombres de Lloyd Loar, Benjamin Meissner, Rudolph Wurlizer, Harold Rodhes y el piano Neo-Bechstein, entre los principales.
Sin embargo, el nombre de Francisco Javier Estrada no aparece en estos recuentos, a pesar de haber sido el primer reporte de un diseño de piano eléctrico a nivel mundial, como resultado de sus investigaciones en reproducción del sonido por medios eléctricos. El reporte público de Estrada se realizó el 19 de diciembre de 1878 en el periódico El Siglo XIX, donde Estrada daba cuenta de sus experimentos con una cuerda vibratoria y su transducción a señal eléctrica, mediante una membrana de tambor que amplificaba el sonido. Estrada, solo presentó su idea y diseño y la puso al servicio de los interesados a finde que pudieran materializarla y mejorarla, al no poder solventar los gastos necesarios para su construcción y la falta de servicios artesanales especializados. Estrada decidía publicar los principios y la descripción del instrumento citado, temeroso de que algún día, no muy lejano, se presentara del extranjero algún instrumento de música idéntico o semejante, o lo que era peor, alguna petición exótica de privilegio con perjuicio de los artesanos mexicanos.
Ochenta años mediaron entre la publicación del diseño de Estrada y la materialización en el extranjero de un piano eléctrico con funcionamiento electro-mecánico.
Para mayores detalles y más información pueden consultar mi artículo alojado en la dirección:
(PDF) Francisco Javier Estrada el inventor del piano eléctrico. Available from: https://www.researchgate.net/publication/396325293_Francisco_Javier_Estrada_el_inventor_del_piano_electrico.
Francisco Javier Estrada insigne científico potosino que destacó a nivel mundial en el ámbito de la física en el siglo XIX convirtiéndose en el físico más importante de México, tiene una numerosa contribución de aportes, de primicias mundiales, las cuales en su mayoría son desconocidas o adjudicadas a otros personajes.
Hemos estado realizando investigación y difusión sobre la vida y obra de este genial potosino, Francisco Javier Estrada y en esta columna del Cronopio en la Orquesta, hemos tratado algunas de esas trascendentales aportaciones.
Una de las aportaciones técnicas de Francisco Javier Estrada que no aparecen en los registros científicos históricos es la propuesta de reproducción del sonido por medios eléctricos. Su tema central de trabajo que implementó en la década de los setenta decimonónicos fue la reproducción del sonido, colocándose en la frontera del conocimiento en ese tema.
Como hemos apuntado en trabajos anteriores, muchas de sus aportaciones y primicias mundiales han quedado en el olvido y poco a poco se están rescatando para colocar en la palestra mundial el gran genio de Estrada, como el físico mexicano más importante del siglo XIX y uno de los principales a nivel mundial, cuyas glorias no se proyectaron por la idiosincrasia social del país, aunque su genio de cierta forma era reconocido en el país, aunque no lo suficiente.
Sistemas como el motor eléctrico, nuevos sistemas de telefonía y la comunicación inalámbrica son parte de sus aportaciones trascendentes que cambiaron a nuestras sociedades y cuyas aportaciones aprovechadas por otros científicos dejan de lado la aportación primaria de Estrada en la historia de la ciencia y la tecnología. Como una aplicación de sus investigaciones en electromagnetismo y reproducción del sonido, se encuentra su propuesta de un piano eléctrico, cuyos experimentos base realizó en San Luis Potosí y con los que propuso un diseño para la construcción de un piano eléctrico que transformaba las vibraciones acústicas en eléctricas con el fin de amplificar el sonido.
El piano como tal no pudo construirlo por carecer de recursos suficientes, así como problemas para abastecerse de los materiales necesarios y el apoyo de los constructores artesanos; sin embargo, publicó en medios de comunicación masiva sus propuestas con el fin de registrar su idea, sus experimentos y su diseño para la construcción del piano eléctrico y su extensión a otros instrumentos de cuerda.
Su propuesta era resultado de experimentos anteriores de Estrada con sistemas telefónicos, donde había realizado mejoras a los ya existentes, logrando construir teléfonos cuya reproducción del sonido era más clara y de mayor intensidad. Parte de esas mejoras las utilizaría en su propuesta del piano eléctrico, entre ellas los fundamentos de micrófonos de carbón y de la comunicación inalámbrica.
Los potosinos debemos estar orgullosos de Francisco Estrada y colocar su nombre como debe de ser, en la historia de la civilización.
También lee: Diego José Abad ilustre formador de potosinos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Consideraciones sobre la amabilidad | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
Tenía Víctor Hugo, el gran escritor francés, veintisiete años de edad cuando publicó, en 1829, El último día de un condenado, novela o largo relato en el que se pone a describir los pensamientos íntimos, las agitaciones interiores y los estados de ánimo que se apoderan de un hombre que pronto -muy pronto- va a tener que morir. La justicia ha señalado ya el día y la hora en que deberá tener lugar la ejecución; todo, pues, está listo…
Pero, no: ¡no todo está listo! Puede que lo esté el cadalso, puede que lo esté el verdugo, pero este hombre todavía no está listo. ¡Aún no sabe por qué debe morir! «Soy joven, estoy sano y fuerte –gime en el calabozo-. La sangre circula libremente por mis venas; todos mis miembros obedecen a todos mis caprichos; estoy robusto de cuerpo y de mente, preparado para una larga vida. Sí, todo esto es verdad; y, sin embargo, padezco una enfermedad, una enfermedad mortal, provocada por la mano del hombre».
Afuera, en la calle, todos ríen y se gozan: el calor del sol es bueno, la vida es bella. ¡Ah, tienen razón al mostrarse tan alegres! Para ellos hay futuro. ¿Cómo no sonreír cuando a la noche sigue el día, cuando se espera vivir muchas noches y muchos días? En cambio él… ¡Quizá no haya para él ni otra noche ni otro día!
Llama la atención, sin embargo, cómo es que este hombre se da cuenta de que no le queda mucho tiempo: ¡por la amabilidad del personal penitenciario! ¿De cuándo acá se mostraban tan amables estos monstruos de indiferencia? ¿De cuando acá? «El camarero de guardia acaba de entrar en mi calabozo, se quita el gorro, me saluda, pide perdón por molestarme y me pregunta, suavizando en lo posible su voz ruda, lo que deseo para el desayuno. Me entran escalofríos. ¿Será hoy?».
Es decir, ¿será hoy cuando tenga que ser ejecutado? Tanto refinamiento, tanta delicadeza le parecen francamente sospechosos. Hasta hace poco todos le hablaban a gritos, brutalmente, pero hoy se descubren la cabeza para saludarlo y hasta ejecutan ante él respetuosas reverencias. Sí, es posible que sea hoy. El condenado, entonces, se pone a temblar. Es que no era normal, no era normal en absoluto que…
Pero las cosas se complican todavía más cuando, de pronto, la reja del calabozo se abre y aparece en el marco de la puerta una figura pequeña, de largos bigotes negros, y amable hasta la falsedad. «Sí, es hoy –piensa el condenado al ver a este individuo ejecutando todas las ceremonias de la cortesía-. El mismo director de la prisión ha venido a visitarme. Me pregunta lo que me gustaría o podría serme de utilidad; incluso hasta expresó el deseo de que no tuviera quejas de él o de sus subordinados; se interesó por mi salud y por cómo había pasado la noche. ¡Al salir me llamó señor! ¡Sí, es hoy!».
Y admírese usted: los pensamientos del condenado resultaron ser ciertos; su intuición no lo engañó. Era hoy, precisamente cuando debía morir. No se equivocaba.
¿Por qué los humanos dejamos la amabilidad y la cortesía para el último momento? Al parecer, sólo los muertos –o los que están a punto de serlo- logran conmovernos. «¡Cómo admiramos a los maestros que ya no hablan y que tienen la boca llena de tierra! –exclama el personaje único de La caída , el famoso monólogo de Albert Camus (1913-1960)-. El homenaje se les ofrece entonces con toda naturalidad, ese homenaje que, tal vez, ellos habían estado esperando que les rindiésemos durante toda su vida… Observe usted a mis vecinos, si por casualidad sobreviene un deceso en el edificio en el que usted vive. Los inquilinos dormían su vida insignificante y, de pronto, por ejemplo, muere el portero. Inmediatamente se despiertan, se agitan, se informan, se apiadan».
¡Los hombres sólo somos corteses con los muertos! He aquí lo que el Nóbel francés quiso decir. Pero no sólo lo dice él. He aquí, por ejemplo, lo que Máximo Gorki (1868-1936), el escritor ruso, escribió en su autobiografía: «¡Las misas de difuntos son las más bellas de toda la liturgia! ¡Hay en ellas ternura y piedad para los hombres! ¡Nuestros semejantes no compadecen sino a los muertos!».
Está bien, está bien, así es. Y, sin embargo –me digo-, he aquí un método para cultivar la cortesía: ver en el otro, ese que ahora está junto a mí, un condenado a muerte -¡que lo es, sólo que él no lo sabe, o lo ignora, o no quiere pensar en ello!- y tratarlo como si mañana ya no fuera a estar aquí; tratarlo, en una palabra, con las mismas atenciones que el carcelero dispensó al condenado a muerte en el relato de Víctor Hugo. ¡Ah, si nos viéramos como somos, es decir, como mortales, qué dulces seríamos en nuestras relaciones, y qué corteses!
Dice Aliosha a Lisa en Los hermanos Karamazov, la novela de Fiodor Dostoyevski (1821-1881): «Hay que tratar muy a menudo a las personas como si fueran niños, y a veces como si fueran enfermos». No está mal, no está del todo mal. ¿Con qué delicadeza no trataríamos a una persona si supiéramos que quizá hoy mismo va a morirse? ¿Y cómo estar seguros que no será hoy el día en que morirá? Por eso, más vale ser amables con él.
Otra cita más; ahora la he tomado de Sobre héroes y tumbas, la novela de Ernesto Sábato (1911-2011), el escritor argentino: «¿Sería uno tan duro con los seres humanos si se supiese la verdad que algún día se han de morir y que nada de lo que se les dijo se podrá ya rectificar?».
Todos los hombres son mortales, Juan es hombre, luego Juan es mortal. El silogismo nos sale bien; en el fondo, los hombres no somos tan ilógicos como parecemos a primera vista. Sólo que no siempre sacamos de nuestros razonamientos todas las consecuencias pertinentes al caso.
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