#4 Tiempos
Bonus de viernes | Apuntes de Jorge Saldaña
Apuntes
Amigos del veneno en la piel, hijos de mi plástico fino: cada vez disfruto más los apuntes de viernes, los de “bonus”, estos que me permiten (aunque nunca me censuro) contar a Usted sobre las aventuras que se esconden en los a veces escabrosos, pero siempre entretenidos, pasajes y callejones de la vida pública potosina.
Sé que prometí hace unos días darle “santo y seña” de la salida de Arturo Segoviano de la Sedeco, único cambio de primer nivel anunciado oficialmente por mi amigo Guadalupe Torres Sánchez, no obstante, el anuncio de la remoción del titular y ex candidato independiente al gobierno coincidió con la muy lamentable muerte de su señor padre, por lo que me reservaré por respeto al triste acontecimiento, a escribir en esta ocasión del asunto.
La fúnebre casualidad además, dejó en el limbo el cambio, es decir, que aunque es “oficial” no se ha “oficializado nada” porque se ha respetado el luto del ahora ex funcionario y por lo tanto no ha sido posible avanzar en el proceso de entrega al siguiente titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, mismo o misma de quien no conocemos todavía ni su nombre.
Algunos irresponsables y aventurados calculadores, como quien esto escribe, han adelantado que una de las posibilidades radica en que la actual Secretaria de Turismo, Patricia Véliz Alemán, pudiera relevar a Segoviano y en Sectur dar paso a Francisco Reyes Novelo, amigo de los amigos verdes del gobernador en México y ex regidor en Cozumel.
Esta versión circuló profusamente en la semana, derivada de que hay quien asegura que Reyes Novelo ya ha invitado a algunos personajes para colaborar con él y trasladarse muy pronto a Ciudad Valles a estrenar las nuevas instalaciones de la Secretaría de Turismo.
Por su parte, Paty Véliz no ha declarado hasta el momento absolutamente nada al respecto y aunque tengo con ella pactada una entrevista, todavía no se ha concretado porque ha sido institucional y cauta, respetando a que sea el propio primer mandatario quien informe, si es que se dan, los respectivos cambios.
Cabe recordar que Reyes Novelo sonó muy fuerte como primer candidato a Turismo del Estado durante los hervores previos a la presentación oficial del gabinete; sin embargo, con bajo perfil y sin aspavientos tomó la dirección del museo Francisco Cossio y algunos hasta le ponen la medalla de ser pieza fundamental para que el sindicato de Francisca Reséndiz desalojara el tramo de la Avenida Carranza, justo frente al museo, que tuvieron tomado por meses.
Pero nada está escrito hijos de mi Corazón de Tiza en la pared y permitiéndome un “ArmandoAcosteo” le advierto un contundente: “tómelo bajo reserva” (amigo, porque te admiro, siempre quise usar tu frase en alguna de mis entregas).
Otra posibilidad que se calcula, es que el gobernador Ricardo Gallardo pueda valorar una vez más a alguno de los perfiles que le proponen, y han propuesto desde que fue electo, las cámaras empresariales, esos a los que yo he llamado “Antorchistas con Américan Express” que sienten que las cabezas de las áreas económicas del gobierno son su feudo. Repito, todo es posible.
Al que ya cepillaron como aquí lo adelanté en “La lista negra, primeros despedidos del gobierno de Gallardo” fue al efímero director del Cobach y fue relevado por una funcionaria de la propia institución.
Al que le dieron otra oportunidad de ponerse a trabajar tras un buen jalón de orejas fue al titular de la Cefim, al grado que esta semana ya se despabiló y comenzó a dar cursos de certificación para funcionarios municipales. ¿Ah verdad? Si el potencial desempleo no anda en burro.
Otro que está viendo cómo parar un “penalti” es el ex portero Edmundo Ríos, todavía titular del Inpode. El ex jugador anda “desencanchado” de la función pública y ya tiene tarjeta amarilla, así que a la siguiente pues… tendrá que abandonar el terreno de juego.
Le cuento también que entre mis mañanas sin hacer nada y mis tardes ya desocupado, me di el tiempo esta semana de encontrar en el expediente de la “Herencia Maldita” algunos datos sobre pagos millonarios, mejor dicho, multimillonarios que se hicieron durante la administración de Juan Manuel Carreras cuando la función de su vocero y jefe de comunicación fue Juan Adrián Vázquez.
Y es que me quedé corto pensando en que con el ajuste económico a los convenios de dos medios de comunicación “consentidos” de la administración anterior, sería suficiente para que la actual pudiera poner holgadamente hasta dos árboles navideños, más caros y más altos en el próximo diciembre.
Nada más con lo que le pagaron los primeros cuatro años de la administración carrerista a un “asesor de medios” de nombre: Rodolfo Peña Rodríguez, que nada más en su casa (del Club de Golf) lo conocen, y que cobró 900 mil pesos mensuales al anterior gobierno, la actual administración puede contar de golpe con un extra en su presupuesto de 43 millones de pesos.
Lo más indignante del asunto es que el señor Peña Rodríguez cobraba los 900 mil por escribir una “tarjeta informativa” mensual para el señor gobernador y de vez en cuando “elaborarle encuestas” no obstante, para evitar la fatiga, le pagaba 60 mil pesos a un personaje de nombre Adán Moctezuma (Economista y Blogger según su propia descripción) para hacer el trabajo.
A estos desconocidos, pero hoy millonarios personajes, se les acabó la teta cuando llegó Raúl Camacho a la coordinación de Comunicación Social, no obstante la ordeña de recursos ya había sido consumada.
Esa loca autopista del derroche fue detenida a destiempo por Juan Manuel y clausurada por fin a la llegada del nuevo gobierno, pero qué lamentable enterarnos hasta ahora que el dispendio en absurdos fue “Lo trágico cotidiano” -como diría Giovanni Papini- y en su momento jamás hubiera sido denunciado.
Ya se que “agüita de limón” saber este tipo de asuntos, pero también hay buenas noticias hijos de la Radiofutura, por ejemplo les puedo adelantar que el próximo lunes se presentará para la capital un nuevo esquema de seguridad pública municipal y que no solamente se trata de poner al servicio de la ciudadanía un centenar de patrullas.
Pero ya los conozco hijos de mis emociones, que la noticia y la foto que vamos a sacar será la de las flamantes 100 nuevas unidades (rentadas también por cierto, pero estas al final del contrato sí nos las vamos a quedar los potosinos) así que les advierto que las auto-patrullas serán solo los fuegos artificiales.
En el fondo, y se los adelanto en exclusiva, se trata de una transformación en el reglamento de seguridad pública y que hoy mismo será presentado para su aprobación en el Cabildo.
El documento, para empezar, convierte la Dirección de Seguridad Pública Municipal, en Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, dotará de nuevas funciones a los policías, que por primera vez en la historia podrán recibir directamente denuncias de nosotros los potosinos.
También por primera vez los policías tendrán capacidad tanto de ser primeros respondientes y se contempla un esquema que se divide a toda la ciudad en cuadrantes y sub-cuadrantes con policías responsables directos de los delitos o eventos que se lleven a cabo en dichas áreas.
Se contará además con nuevas áreas dentro de la nueva Secretaría, tan urgentes como la de inteligencia y atención a delitos cibernéticos, otra nueva ala de atención a los delitos de violencia intrafamiliar y de género así como una unidad de atención de delitos contra el medio ambiente y protección a los animales.
Se fortalecerá el C4, y se arrancará con un sistema, por fin, de semáforos inteligentes.
El proyecto completo fue una de las principales promesas de campaña de Galindo y junto a la próxima creación de la Guardia Civil por parte del Gobierno del Estado, una vez más se hará mancuerna entre los dos niveles de gobierno para, en conjunto, devolverle la paz a los potosinos.
El proyecto completo lo conoce perfectamente ya el gobernador, que será invitado y testigo de honor de la presentación de este nuevo esquema del que se dará detalle el próximo lunes temprano en el Centro de Convenciones.
¿Ya ven hijos del pacto divino? Siempre hay algo que comentar, anunciar y denunciar en estos apuntes de bonus, apuntes de viernes.
Quisiera seguir de largo y platicarle del conflicto de intereses que tiene una regidora de la capital y presidenta de la comisión del agua, con su negocio particular de tratamiento hídrico, quisiera también adelantarle antes que nadie la llegada de la “Pollo Card” (que no debe confundirse con “La Cumplidora”) que dará internet y muchas más bondades a los usuarios del transporte público. También quisiera explicar a Usted el porqué de la interrupción en el fallo en la licitación de 9 obras del Interapas y una muy boba licitación que abortaron sobre la contratación de pipas de agua…
Pero será en otra ocasión o de a poco en la semana, Culto Público, porque a esta hora y a mi tierna edad, pues ya me da sueño…
Así que hasta el martes que nos veamos por aquí, que sí, que sí. (bis)
Atentamente,
Jorge Saldaña.
Lee también: Al tiro y en Guardia | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Un encuentro con la tabla periódica: la participación potosina | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
En la sesión del mes de junio de La Ciencia en el Bar se llevó a cabo la presentación del libro Un encuentro con la tabla periódica, ensayos, cuentos y anécdotas, publicado en 2024 por el Fondo de Cultura Económica, dentro de la serie La Ciencia para Todos, en la cual corresponde al número 262. El libro fue coordinado por el Dr. Juan Carlos Ruiz Suárez, investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) unidad Monterrey y en el cual participaron alrededor de ochenta investigadores del país de varias instituciones educativas y de investigación de los diversos estados de la República Mexicana.
El libro nació de una iniciativa en la conmemoración del Año Internacional de la Tabla Periódica que fuera proclamada por la Unesco en el año 2019; el libro es un recorrido por todos y cada uno de los elementos que conforman la tabla periódica, elementos que son la base para el desarrollo científico y tecnológico de la humanidad. A través de los siglos se han ido identificando estos elementos que al conjuntarse con otros conforman las moléculas y estructuras diversas de la materia y de nuestro universo.
El libro se enfoca en cada uno de estos elementos y es presentado por un investigador de la comunidad científica nacional, sea como un ensayo que acerca al lector al entendimiento del elemento en cuestión y su importancia para nuestra sociedad. Estos acercamientos también se dan, en algunos casos, a manera de cuentos y de anécdotas, tal como se subraya en el subtítulo del libro.
Hasta el momento se conocen ciento diez y ocho elementos, entre naturales y los sintetizados en los laboratorios modernos; la tabla no está cerrada y en años próximos se piensa pueda seguir creciendo con la síntesis de nuevos elementos, si bien, los naturales que son del orden de noventa y dos prácticamente está agotada.
La comunidad científica de San Luis Potosí, también participó en la elaboración de los artículos que conforman este libro encargándose de algunos de los elementos de la tabla periódica. Trece fueron los investigadores de San Luis Potosí que participaron en el libro; figuran así:
La Dra. Mildred Quintana, con el tema, Boro: un elemento primordial en el origen de la vida. La dra. Mildred Quintana es investigadora de la Facultad de Ciencias y del Centro de Investigación de Ciencias de la Salud de la UASLP.
Con el tema: Sodio: la velocidad de aliento, participa el Dr. Braulio Gutiérrez Medina, del Instituto Potosino de investigación Científica y Tecnológica, IPICyT, quien trabaja en sistemas biológicos.
La Dra. Viridiana García Meza, investigadora del Instituto de Metalurgia de la UASLP, que trabaja con microorganismos quimioautótrofos y fotoautótrofos, escribe sobre el Azufre: el elemento oloroso y amistoso del vecindario.
Sobre el Níquel: un duende travieso, escribe la Dra. Vanesa Olivares Illana, quien es investigadora del Instituto de Física de la UASLP y quien se centra en el estudio de interacciones biomoleculares involucrados en el cáncer.
El Dr. Daniel Ignacio Salgado Blanco, investigador del IPICyT, colabora con el tema, Kriptón: el elemento oculto. El Dr. Salgado es especialista en simulaciones moleculares de la materia a escala microscópica y nanoscópica.
El Dr. Pedro Miramontes que es investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM y colaborador como profesor visitante de la Facultad de Ciencias de la UASLP, especialista en evolución biológica en una perspectiva física y matemática, escribe sobre el Rubidio: rojo carmesí.
Por su parte la Dra. Marissa Robles Martínez, especialista en efectos antimicótico de nanopartículas de plata y investigadora del Instituto de Física de la UASLP, trata el tema, Antimonio: contra monjes.
El Dr. Eduardo Gómez García, investigador del Instituto de Física, especialista en enfriamiento por láser de gases a temperaturas cercanas al cero absoluto, escribe sobre el Cesio: el átomo del tiempo.
Sobre el Lantano: el titular de la familia rara, escribe el Dr. Luis Felipe Cházaro Ruiz, investigador de la División de Ciencias Ambientales del IPICyT, que entre otras líneas de investigación trabaja en sistemas bioelectroquímicos y sistemas electroquímicos de conversión de energía.
De la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP y tratando el tema Praseodimio: imita al periodoto, participa el Dr. Miguel Ángel Waldo Mendoza en colaboración con Nancy Araceli Rivera García investigadora de la empresa Greennova.
Vianney Rangel, investigadora de la UASLP y especialista en biofísica, trata el tema Naodimio: en imanes poderosos.
Junto a su colega de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Sonia Saucedo Anaya, el Dr. Said Aranda Espinoza, investigador del Instituto de Física, trabajan el tema Gadolinio: excelente en refrigeración, que también desarrolla el tema de Iridio: en honor a la diosa Iris.
Los invitamos que lean el libro en cuestión sobre la tabla periódica que fuera presentado en La Ciencia en el Bar en el cierre de su ciclo número treinta y nueve y previo al vigésimo aniversario de este peculiar programa de difusión.
También lee: Jorge Echevarría y su taller de Sonido 13 | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Apología del silencio | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
Los antiguos, estimado señor –y créame usted que he tardado lo mío en reconocerlo- no eran precisamente unos idiotas. Ellos sabían cosas que nosotros hemos olvidado o que acaso ni siquiera nos interesa ya saber. Pienso, por ejemplo, en lo que enseñaban acerca del silencio.
Recuerdo haber leído en alguna parte que los miembros de cierta tribu africana decían esto a sus hijos para inculcarles desde su más tierna infancia el precioso arte de saber callarse: “Dios os ha dado dos orejas y una boca para que escuchéis lo doble y habléis la mitad”. ¿No es una enseñanza realmente admirable, estimado señor, lo que se dice una enseñanza de vanguardia? Hoy todos se sienten con derecho a hablar o, como dirían los italianos, a dire la sua. ¿Con qué resultado? Con el de que no se cree más en el poder de la palabra. ¿Ha visto usted cómo se desgañitan los panelistas de los talk shows en la televisión? Todos hablan, pero ninguno escucha; todos alegan, pero nadie hace caso al otro. ¡Una vergonzosa orgía de voces de la que no es posible sacar nunca nada en claro!
En cambio, como le digo a usted, los antiguos sabían que existe eso que podría llamarse una retórica del silencio. De los monjes medievales, que eran maestros en el difícil arte de hablar sin palabras, dijo Fray Antonio Pastor en una obra suya de 1661 que “son almas limpias que tienen la lengua hacia dentro, pues saben lo que calla el decir y lo que dice el callar”. ¡Qué frase más elocuente! ¿O no le parece a usted que lo es, estimado señor?
Permítame decirle que durante mucho tiempo mantuve la costumbre de decir siempre lo que pensaba. ¡Y cuánta pena me vino de este malhadado hábito, de este vicio nefando para la paz de los espíritus! Ora se enojaba este conmigo, ora se disgustaba aquel, ora dejaba de dirigirme la palabra el de más allá. ¡Cuántos enemigos me gané a causa de mi imprudente sinceridad! ¡Y cuántos amigos perdí por atreverme a decir lo que debía mantener en secreto! Para decirlo de una vez, tiraba mis verdades al primero que pasaba como arrojan monedas los padrinos al final de un bautizo. Hoy he comprendido que con el silencio podemos decir exactamente las mismas cosas que el hablador -y más cosas todavía-, pero sin la desventaja de parecer demasiado crueles. ¿Qué necesidad tenemos de correr la suerte de los peces? Estas criaturas acuáticas, estimado señor, como usted lo sabe bien, mueren siempre por su propia boca…
¡Qué majestuoso y qué solemne me parece ahora el hombre que sabe callar! Uno lo respeta como a la esfinge, conocedora de todos los secretos. ¡Ah, señor, este que así procede dice más con la boca cerrada que los vocingleros con todos sus discursos!
Seamos sinceros: nos quejamos demasiado, hablamos demasiado. ¿Y a quién conmovemos con nuestros gemidos? A nadie, señor, y acaso entre más nos quejemos menos nos compadecerán. Sí, tal vez nos escuchen, pero reprimiendo el bostezo y acaso preguntándose para sus adentros: “Y éste, ¿a qué hora va a cerrar el pico?”.
Mucho calla el decir; mucho dice el cal lar. ¿Aprenderemos alguna vez, estimado señor, el arte de guardar silencio? Cada día me resultan más claras estas palabras que Jesucristo dijo una vez a sus contemporáneos: “Nada hay oculto que no llegue a saberse, ni nada secreto que no llegue a descubrirse”. Así hable uno con la pared, los demás siempre se enterarán de lo que dijimos. ¿Cómo le hacen?, ¿qué viento misterioso les lleva nuestros susurros? Mire usted lo que decía ese sabio desengañado que escribió el libro del Eclesiastés (que, no hay que olvidarlo, es incluso Palabra de Dios): “Ni en tu pensamiento hables mal del rey, ni en tu alcoba hables mal del poderoso, pues un pajarillo del cielo le lleva la voz y un volátil le da a conocer tu palabra” (10, 20).
Sí, así hable uno con la pared, los demás siempre se enterarán de lo que murmuramos. ¿No es esto misterioso? Sí que lo es, señor, pero de que se enterará no hay la menor duda. ¡Y cuántas aflicciones nos vienen de estos diálogos que nosotros creíamos confidenciales, cuántos disgustos! Un refrán judío dice así: “Tu amigo tiene amigos; por lo tanto, sé discreto”.
Llevo aquí –déjeme mostrárselo-, oculto en mi cartera, un billete en el que he escrito algunas máximas del abate Dinouart acerca del arte de callar que pienso leerle ahora; escuche usted: “Sólo se debe dejar de callar cuando se tiene algo que decir más valioso que el silencio”. “El hombre nunca es más dueño de sí que en el silencio: cuando habla parece, por así decir, derramarse y disiparse por el discurso, de forma que pertenece menos a sí mismo que a los demás”.
También quisiera leerle –si me lo permite usted- esto que transcribí hace poco en otro billete que aquí traigo: es sólo un pensamiento tomado de un libro famoso escrito por un cierto teólogo jesuita llamado Ladislaus Boros:
“Los hombres más fecundos y arrebatadores son siempre los más callados, aquellos que han aprendido a escuchar a Dios. A lo más íntimo de la existencia cristiana no se llega cuando se habla, sino cuando se calla”. ¿Se asombra usted, amigo? Pero permítame continuar: “Sin embargo, este estar callado hay que aprenderlo. Debemos alzarlo contra el interminable parloteo del mundo. Pero el ruido exterior es sólo una cara del problema, y quizá ni siquiera el peor. La otra cara es la agitación interior, el revuelo de los pensamientos, los temores y los deseos. Una vida bien ordenada ha de incluir el ejercicio de aprender a callar. Hay que empezar por cerrar la boca siempre que lo requiera el deber profesional. Pero esto es sólo el comienzo: deberíamos superar las ganas de abrir la boca. ¡Cuántas cosas superficiales decimos a lo largo del día, y cuántas tonterías!”.
¡Sí, sobre todo cuántas tonterías! ¡Y cuántas injusticias! Señor, recuérdelo: así hable usted con la pared, los demás siempre se enterarán. Medite en ello y saque todas las consecuencias pertinentes al caso. Es una verdad probada. Y si no me cree, mírese usted, por favor, en este espejo.
También lee: Variaciones sobre el mismo tema | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
#4 Tiempos
El sabor uruguayo del futbol potosino | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
El futbol potosino ha tenido muchos rostros, muchas etapas y muchas nacionalidades que han dejado su huella. Pero si hay una que ha sabido ganarse el respeto en la cancha y el cariño en la tribuna, es la uruguaya. No hablo solo de entrega, hablo de carácter, de identidad, de jugadores que supieron ponerse el equipo al hombro cuando San Luis más lo necesitaba.
Hoy que el nombre de Juan Manuel Sanabria suena con fuerza por razones fuera del césped, vale la pena recordar a los uruguayos que eligieron a San Luis, que se partieron el alma con esta camiseta, y que con su futbol dejaron una marca imborrable.
Sanabria, quien hasta hace poco fue capitán, referente, y para muchos el nuevo símbolo del Atlético de San Luis, rechazó irse al América. ¿Por qué? Eso solo lo sabe él. Pero mientras unos dudan, otros lo hubieran dado todo por una oportunidad así. Y sin embargo, eligió a San Luis. Eso dice mucho.
Marcelo Guerrero, aquel mediocampista ofensivo que llegó en los años dorados del primer San Luis en Primera. El “Colo” no era un crack mediático, pero tenía talento en los pies y visión en la cabeza. Fue clave en el subcampeonato del Clausura 2006. Ese torneo, donde estuvimos a nada de ser campeones, tuvo mucho del futbol uruguayo. Mucho de Marcelo.
Sebastián Abreu, el “Loco”, pasó brevemente por San Luis pero dejó su sello. Llegó con la fama de goleador nato y aunque no tuvo su mejor etapa, su presencia bastó para sacudir vestidores. Un delantero con personalidad, de esos que no se esconden. Un verdadero referente del futbol uruguayo que, aunque por corto tiempo, defendió los colores potosinos.
Más recientemente, Facundo Waller, otro charrúa que entendió lo que significa este equipo. Su paso por San Luis no solo fue destacable, fue vital. Contundente, técnico, siempre con una actitud ejemplar. Fue de los pocos que en temporadas grises mantuvo el nivel. Un volante moderno, de ida y vuelta, que mostró garra y calidad.
Pero no todos los nombres quedaron grabados en los reflectores. Algunos fueron más discretos, pero no menos importantes. José Enrique García, volante de contención, fue uno de esos gladiadores silenciosos a inicios de los 2000. Siempre cumplidor, sin lujos pero con un orden táctico que todo técnico valora.
Andrés Silva, central uruguayo que también pasó por San Luis en esa época, destacaba por su fortaleza física y su agresividad defensiva. No era un defensa sutil, pero sí un tipo al que no le temblaban las piernas en los partidos complicados. Le tocó vivir años de transición en el club, pero siempre rindió.
Uno que sí fue diferente fue Lorenzo Unanue, que llegó en los años 80, cuando San Luis todavía tenía una identidad más modesta pero una gran ambición. Unanue era fino, creativo, y marcó diferencia en una liga que no siempre apreciaba el talento extranjero. Fue de los grandes uruguayos que se puso esta camiseta, y su huella permanece en quienes lo vieron jugar.
A lo largo de las décadas, han sido los jugadores charrúas quienes más han entendido el código del fútbol en esta tierra: sacrificio, dignidad, talento sin soberbia. Y entre todos ellos, hay un nombre que no se discute: Nery Castillo, el más grande jugador uruguayo que ha pisado una cancha en San Luis.
Nery jugó en el Atlético Potosino durante los años más vibrantes del fútbol en la capital. Era extremo, rápido, elegante. Pero más que sus cualidades técnicas, lo que hacía diferente a Castillo era su entrega. El estadio Plan de San Luis rugía cuando tomaba la pelota. Marcaba diferencias, no solo con goles, sino con personalidad. Fue ídolo, fue referente y fue parte fundamental de una etapa que marcó a toda una generación. Su legado va más allá de la cancha: sembró en San Luis una identidad, una conexión con Uruguay que permanece hasta hoy.
El fútbol potosino no tiene la vitrina de otros equipos, pero sí tiene historia. Y en esa historia, los uruguayos han sido piezas importantes. Jugaron, ganaron, perdieron, sudaron esta camiseta como si fuera suya de nacimiento. Por eso, cuando uno ve a un jugador uruguayo en San Luis, ya sabe que algo bueno puede pasar. Porque si algo saben hacer los charrúas, es dejarlo todo en la cancha. Y a veces, eso es más importante que cualquier fichaje.
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