diciembre 6, 2025

Conecta con nosotros

#4 Tiempos

¿Aniquilar o reconciliar a México con el universo? | Columna de Jorge Ramírez Pardo

Publicado hace

el

1

Enred@rte

 

El hombre colabora activamente a la defensa del orden universal, sin cesar amenazado por lo informe. Y cuando éste se derrumba debe crear uno nuevo, esta vez suyo. Pero el exilio, la expiación y la penitencia deben preceder a la reconciliación del hombre con el universo.

El laberinto de la soledad

Octavio Paz

Los partos como el amor, articulan el dolor de su insalvable tormenta con el acto creacional fascinante. Todo tan humano como la condición de seres inteligentes/pensantes, en proceso continuo de transformación/evolución. Con aspiraciones a ser libres y felices.

Pero…, ¿es eso posible cuando la mitad de la humanidad en la etapa temprana no alcanza a tener los nutrientes mínimos para que su cerebro se desarrolle plenamente?, ¿Cuándo el 1% de los habitantes es dueño del 50% de la riqueza?

Es posible cuando eres esclavo (de tabúes, dogmas, legalismo, consumismo de desechables) y ni siquiera te percatas de ello (pensar, actuar y soñar tienden a están disociados, cuando se relegan amor y conciencia).

Ahora parece que una pandemia, la actual denominada Covid-19, no distingue al 1 del 50% en cuanto a riesgos de contagio, y pone al desnudo la aberrante realidad:

Esto es, media humanidad o más está incapacitada para ejercer su condición, la ser humano con anhelos, recursos y posibilidades para ser libre y feliz.

Varias percepciones de una misma realidad, en México, y en tiempos de coronavirus

Mientras la pandemia asola al mundo y, en México está relativamente controlada con un esfuerzo científico y sanador generosos, pareciera que hay varios Méxicos según se puede percibe en distintos contextos y escenarios.

Es lamentable percatarse, ante una amenaza común:

  • De la guerra desatada de falsas noticias para infundir miedo y desestabilizar al mandato presidencial y la ciencia
  • Ataques y crímenes a personal de salud, el más expuesto, el obligado a ser escudo y remedio

Ante el recuento de hechos del pasado, cuando durante contingencias graves se sobre-endeudó el país a costa del erario público y en favor de una pequeña minoría de grandes capitales, hoy se da prioridad para apoyo a los más necesitados y a las pequeñas empresas, máximas generadoras de empleos en el país.

Citas que reflejan distintas visiones y posturas de un mismo suceder:

CITA UNO.- Visión de un empresario, quien no representa el todo de su micro-universo.

Pedro Luis Bringas, accionista de la cadena de tiendas Soriana, y ubicado en la lista de Forbes, como poseedor de un capital de más de 3 mil millones de dólares. El encabeza un movimiento contra el presidente Andrés Manuel López Obrador llamado Frente Nacional Anti-AMLO (FRENAAA).

En un video publicado el jueves en el Twitter oficial del movimiento, el empresario declaro: “Este grupo está conformado por la iniciativa pública. Así como el coronavirus que no respetó ricos, pobres, estudiantes o profesionistas, así queremos que FRENAAA sea el detonante para que el señor López Obrador se vaya a su casa antes del 1 de diciembre”.

CITA DOS.- La mañana del viernes, justo cuando los ejercicios matemáticos marcaron como día pico en la curva ascendente de contagios covid en México, 3 medios internacionales pusieron en entredicho el conteo de fallecidos en la ciudad de México. Uno de ellos, el New York Times, con información aportada por su corresponsal en México Daniel Berehulak, pese a ser un diario serio y prestigiosos, fue el menos consistente, y puesta en duda de inmediato por Fabricio Mejía en el noticiero Aristegui noticias, quien comentó:

El doctor López Gattel tiene el soporte matemático de un equipo científico. Me parece un insulto al trabajo de médicos y científicos mexicanos del Cinvestav de la UNAM esa afirmación.

El mismo periodista Daniel Berehulak, agregó, hace años hizo un artículo donde Claudio  X. González (uno de los más recalcitrantes opositores a AMLO) era el campeón contra la lucha contra la corrupción en México; y resultó no ser tan cierto lo que él decía; por lo tanto, puedo poner en duda si sus “fuentes confidenciales” sobre el ocultamiento de muertes son válidas o no (…) sería un ocultamiento de proporciones bíblicas; lo que se ve aquí, es tratar de sembrar la duda y colaborar al pánico para servir a intereses como los Claudio X., como varios medios de comunicación lo han hecho.

CITA TRES.- Sobre el mismo tema, Jorge Zepeda Patterson, comentó ayer en su editorial titulado  López-Gatell vs. La prensa extranjera. Verdadero y falso:

Tres diarios extranjeros (…) citan fuentes que aseguran que el efecto de la pandemia es mayor del que arrojan las cifras oficiales. De inmediato, los círculos adversos al presidente Andrés Manuel López Obrador convirtieron las notas, en particular la del New York Times, en argumento definitivo para acusar al gobierno de una estrategia deliberada para esconder la realidad y engañar a los mexicanos sobre los alcances de la pandemia.

Las consecuencias. El impacto en las redes sociales fue tan explosivo como polarizado: unos pidiendo la cabeza de Hugo López-Gatell, vocero del gobierno en esta materia, y otros acusando a la prensa internacional de haberse prestado a una campaña de desprestigio azuzada por la derecha en contra de la 4T

.

Claudio X, Loret de Mola, Javier Lozano, Héctor de Mauleón, Raymundo RivaPalacio, Denise Dresser, Pascal Beltrán del Río, Felipe Calderón o León Krauze no iban a desperdiciar una nota negativa del NYT sobre el presidente y para eso no necesitan ponerse de acuerdo. Al margen de esto, bots orquestados de parte de los dos bandos operan permanentemente; unos para atacar al presidente y los suyos, otros para defenderlo y contraatacar a los críticos.

El New York Times, da la sensación de que seleccionó los datos que confirmaban su hipótesis, en una nota en la que abundan juicios de valor y ningún intento de recoger la versión opuesta o complementaria (…)

Conclusión. A ratos da la impresión de que entre los detractores hay una suerte de frustración porque México no está padeciendo las tragedias por las que ha pasado Nueva York, Italia o España. Incluso con los 700 muertos adicionales que el NYT imputa a la Ciudad de México, las cifras son moderadas, hasta ahora. La falta del desastre anunciado es compensado con una satanización del que da la cara (López-Gatell), con la difusión de las opiniones de los exfuncionarios que dejaron el sistema de salud en los huesos y buscan cargarle la culpa a quien así lo recibió, (…). Solo espero que el infatigable López-Gatell y todo el equipo que está detrás de él no se doble ante una batalla en la que el virus no ha sido su peor enemigo.

CITA CUATRO.- Lorenzo Meyer en su editorial de ayer “Que el futuro no sea lo que era” comenta: La pandemia está reafirmando una realidad: es a los pobres a los que el coronavirus afecta y afectará de manera desproporcionada (esa desgracia, socavará aún más la legitimidad de aquellos sistemas que en los últimos años han propiciado que la disparidad (…) los imprescindibles no son los dueños del capital ni quienes viven en su entorno(…) sino los médicos, enfermeras, los que siembran (…) sería deseable, concluye, que tras la epidemia, logremos que el futuro no sea mera prolongación del pasado inmediato, sino algo menos desequilibrado, más justo.

***

En esta columna de opinión, en diversas ocasiones se ha hecho referencia a un pensamiento y estrategias con visión utopista, esto es, aspirar a lo deseable/posible. Al respecto, hay coincidencias con la siguiente…

***

QUINTA CITA.- Por su parte, Jean Meyer en su texto “¿Despertar colectivo?” publicado ayer afirma: “… para mí, la utopía no es algo irrealizable, sino algo que aún no se ha realizado, una propuesta realizable, un programa de acción. Utopía hoy, realidad mañana.

Necesitamos un “despertar colectivo”, inútil soñar con Gobierno Mundial de la Salud (OMS), exigir a nuestros gobiernos concentración y solidaridad internacional, en lugar de huir en un “sálvese quien pueda”, eso debe dejar de ser un sueño.

(…) el hombre tendría que “hominizarse”, en el sentido de merecer el adjetivo de Sapiens. Somos Homo, pero muy poco Sapiens. Si seguimos acumulando tonterías y estupideces, vamos a preparar un porvenir muy negro a nuestros descendientes. Si el hombre desaparece (…) por fin, liberados de sus verdugos, gorilas y todos los simios, ballenas y todas las especies marinas, terrestres y aladas, cantarán aleluya.

Acá en pueblo quieto

Mientas, en la capital potosina, la politiquería variopinta le saca raja a la pandemia y hace alarde exhibicionista con dádivas caritativas con foto de sociales en evidente cargada de diversos poderes fácticos, públicos y privados, para imponer en la sucesión gubernamental a un bebesaurio con genes políticos gallardistas. ¿Cuál reconciliación del hombre con el universo? Se podría preguntar Octavio Paz.

También te puede interesar: Los “moditos” adolescentes, ah… | Columna de Jorge Ramírez Pardo

#4 Tiempos

Una carrera interesante | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Publicado hace

el

TESTEANDO

 

Hablar de Javier Hernández es repasar una de las trayectorias más influyentes en la historia del fútbol mexicano. Durante más de una década, su nombre fue sinónimo de gol, entrega y ambición. Desde aquel salto meteórico con Chivas y su inesperada irrupción en el Manchester United, su carrera parecía escrita con tinta dorada, la sonrisa eterna, los goles decisivos, la capacidad de transformar oportunidades mínimas en celebraciones memorables.

Fue un delantero que supo abrir puertas donde antes había muros, ese killer del área de los goles inverosímiles, ese que se autoasistía y remataba de forma poco ortodoxa. Marcó en Champions, conquistó Inglaterra, dejó huella en Alemania, se reinventó en Estados Unidos y llevó la camiseta de la selección mexicana con una voracidad que lo convirtió en el máximo goleador nacional. Por años, “Chicharito” representó la imagen internacional del fútbol mexicano, un jugador valiente, de carácter humilde pero competitivo, respetado en los mejores estadios del mundo.

Sin embargo, el final de su recorrido no ha tenido el brillo que merecía. Lo que alguna vez fue una historia ascendente hoy se siente atravesada por decisiones discutibles, lesiones inoportunas y un desgaste emocional evidente. Su último tramo estuvo marcado por conflictos internos, mensajes crípticos, ausencias prolongadas y un regreso al fútbol mexicano que lejos de ser un homenaje terminó convirtiéndose en un episodio incómodo.

El fútbol (caprichoso como es) rara vez permite despedidas perfectas. Pero en el caso de Hernández, la caída se volvió más abrupta porque contrastó con la grandeza de su pasado. El delantero que antes definía clásicos europeos comenzó a perder protagonismo, a caer en dinámicas polémicas y a mostrarse d esconectado del nivel competitivo que lo acompañó tantos años.

El problema no es que el tiempo pase, eso es inevitable, sino que su final se alejó del tono que él mismo construyó, profesional, disciplinado, alegre y comprometido.

En lugar de un cierre elegante, lo que quedó fue un recorrido lleno de dudas, con más conversaciones sobre su comportamiento que sobre su fútbol. Y eso, para una figura de su magnitud, duele más que cualquier descenso de rendimiento.

Aun así, su legado permanece intacto. Javier Hernández abrió puertas para generaciones completas. Demostró que un jugador mexicano puede competir, destacar y ser determinante en las ligas más exigentes del planeta. Su historia inspira no por su final, sino por su cima; no por su último capítulo, sino por todos los que escribió antes con una pasión que marcó época.

El cierre no fue el ideal, es cierto. Pero incluso en medio de su declive, hay una verdad que nadie puede borrar: México no ha tenido (ni tendrá pronto) un delantero con su impacto internacional. Su carrera merece leerse como lo que fue, un ejemplo de cómo la disciplina puede convertir sueños improbables en realidades extraordinarias, aunque el final no haya estado a la altura de su legado.

A veces, las grandes historias no terminan como quisiéramos… pero siguen siendo grandes, y por lo menos, interesantes.

También lee: La madrugada en que Tijuana apostó por su nueva joya | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Continuar leyendo

#4 Tiempos

El Piano eléctrico: desarrollo potosino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Publicado hace

el

EL CRONOPIO

 

Los diseños de pianos electromecánicos tuvieron su auge en 1929 y en la década de los cincuenta del siglo XX comenzaron a usarse en audiciones públicas. La historia de su desarrollo menciona los nombres de Lloyd Loar, Benjamin Meissner, Rudolph Wurlizer, Harold Rodhes y el piano Neo-Bechstein, entre los principales.

Sin embargo, el nombre de Francisco Javier Estrada no aparece en estos recuentos, a pesar de haber sido el primer reporte de un diseño de piano eléctrico a nivel mundial, como resultado de sus investigaciones en reproducción del sonido por medios eléctricos. El reporte público de Estrada se realizó el 19 de diciembre de 1878 en el periódico El Siglo XIX, donde Estrada daba cuenta de sus experimentos con una cuerda vibratoria y su transducción a señal eléctrica, mediante una membrana de tambor que amplificaba el sonido. Estrada, solo presentó su idea y diseño y la puso al servicio de los interesados a finde que pudieran materializarla y mejorarla, al no poder solventar los gastos necesarios para su construcción y la falta de servicios artesanales especializados. Estrada decidía publicar los principios y la descripción del instrumento citado, temeroso de que algún día, no muy lejano, se presentara del extranjero algún instrumento de música idéntico o semejante, o lo que era peor, alguna petición exótica de privilegio con perjuicio de los artesanos mexicanos.

Ochenta años mediaron entre la publicación del diseño de Estrada y la materialización en el extranjero de un piano eléctrico con funcionamiento electro-mecánico.

Para mayores detalles y más información pueden consultar mi artículo alojado en la dirección:

(PDF) Francisco Javier Estrada el inventor del piano eléctrico. Available from: https://www.researchgate.net/publication/396325293_Francisco_Javier_Estrada_el_inventor_del_piano_electrico.

Francisco Javier Estrada insigne científico potosino que destacó a nivel mundial en el ámbito de la física en el siglo XIX convirtiéndose en el físico más importante de México, tiene una numerosa contribución de aportes, de primicias mundiales, las cuales en su mayoría son desconocidas o adjudicadas a otros personajes.

Hemos estado realizando investigación y difusión sobre la vida y obra de este genial potosino, Francisco Javier Estrada y en esta columna del Cronopio en la Orquesta, hemos tratado algunas de esas trascendentales aportaciones.

Una de las aportaciones técnicas de Francisco Javier Estrada que no aparecen en los registros científicos históricos es la propuesta de reproducción del sonido por medios eléctricos. Su tema central de trabajo que implementó en la década de los setenta decimonónicos fue la reproducción del sonido, colocándose en la frontera del conocimiento en ese tema.

Como hemos apuntado en trabajos anteriores, muchas de sus aportaciones y primicias mundiales han quedado en el olvido y poco a poco se están rescatando para colocar en la palestra mundial el gran genio de Estrada, como el físico mexicano más importante del siglo XIX y uno de los principales a nivel mundial,

cuyas glorias no se proyectaron por la idiosincrasia social del país, aunque su genio de cierta forma era reconocido en el país, aunque no lo suficiente.

Sistemas como el motor eléctrico, nuevos sistemas de telefonía y la comunicación inalámbrica son parte de sus aportaciones trascendentes que cambiaron a nuestras sociedades y cuyas aportaciones aprovechadas por otros científicos dejan de lado la aportación primaria de Estrada en la historia de la ciencia y la tecnología. Como una aplicación de sus investigaciones en electromagnetismo y reproducción del sonido, se encuentra su propuesta de un piano eléctrico, cuyos experimentos base realizó en San Luis Potosí y con los que propuso un diseño para la construcción de un piano eléctrico que transformaba las vibraciones acústicas en eléctricas con el fin de amplificar el sonido.

El piano como tal no pudo construirlo por carecer de recursos suficientes, así como problemas para abastecerse de los materiales necesarios y el apoyo de los constructores artesanos; sin embargo, publicó en medios de comunicación masiva sus propuestas con el fin de registrar su idea, sus experimentos y su diseño para la construcción del piano eléctrico y su extensión a otros instrumentos de cuerda.

Su propuesta era resultado de experimentos anteriores de Estrada con sistemas telefónicos, donde había realizado mejoras a los ya existentes, logrando construir teléfonos cuya reproducción del sonido era más clara y de mayor intensidad. Parte de esas mejoras las utilizaría en su propuesta del piano eléctrico, entre ellas los fundamentos de micrófonos de carbón y de la comunicación inalámbrica.

Los potosinos debemos estar orgullosos de Francisco Estrada y colocar su nombre como debe de ser, en la historia de la civilización.

También lee: Diego José Abad ilustre formador de potosinos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Consideraciones sobre la amabilidad | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

Publicado hace

el

LETRAS minúsculas

 

Tenía Víctor Hugo, el gran escritor francés, veintisiete años de edad cuando publicó, en 1829, El último día de un condenado, novela o largo relato en el que se pone a describir los pensamientos íntimos, las agitaciones interiores y los estados de ánimo que se apoderan de un hombre que pronto -muy pronto- va a tener que morir. La justicia ha señalado ya el día y la hora en que deberá tener lugar la ejecución; todo, pues, está listo…

Pero, no: ¡no todo está listo! Puede que lo esté el cadalso, puede que lo esté el verdugo, pero este hombre todavía no está listo. ¡Aún no sabe por qué debe morir! «Soy joven, estoy sano y fuerte –gime en el calabozo-. La sangre circula libremente por mis venas; todos mis miembros obedecen a todos mis caprichos; estoy robusto de cuerpo y de mente, preparado para una larga vida. Sí, todo esto es verdad; y, sin embargo, padezco una enfermedad, una enfermedad mortal, provocada por la mano del hombre».

Afuera, en la calle, todos ríen y se gozan: el calor del sol es bueno, la vida es bella. ¡Ah, tienen razón al mostrarse tan alegres! Para ellos hay futuro. ¿Cómo no sonreír cuando a la noche sigue el día, cuando se espera vivir muchas noches y muchos días? En cambio él… ¡Quizá no haya para él ni otra noche ni otro día!

Llama la atención, sin embargo, cómo es que este hombre se da cuenta de que no le queda mucho tiempo: ¡por la amabilidad del personal penitenciario! ¿De cuándo acá se mostraban tan amables estos monstruos de indiferencia? ¿De cuando acá? «El camarero de guardia acaba de entrar en mi calabozo, se quita el gorro, me saluda, pide perdón por molestarme y me pregunta, suavizando en lo posible su voz ruda, lo que deseo para el desayuno. Me entran escalofríos. ¿Será hoy?».

Es decir, ¿será hoy cuando tenga que ser ejecutado? Tanto refinamiento, tanta delicadeza le parecen francamente sospechosos. Hasta hace poco todos le hablaban a gritos, brutalmente, pero hoy se descubren la cabeza para saludarlo y hasta ejecutan ante él respetuosas reverencias. Sí, es posible que sea hoy. El condenado, entonces, se pone a temblar. Es que no era normal, no era normal en absoluto que…

Pero las cosas se complican todavía más cuando, de pronto, la reja del calabozo se abre y aparece en el marco de la puerta una figura pequeña, de largos bigotes negros, y amable hasta la falsedad. «Sí, es hoy –piensa el condenado al ver a este individuo ejecutando todas las ceremonias de la cortesía-. El mismo director de la prisión ha venido a visitarme. Me pregunta lo que me gustaría o podría serme de utilidad; incluso hasta expresó el deseo de que no tuviera quejas de él o de sus subordinados; se interesó por mi salud y por cómo había pasado la noche. ¡Al salir me llamó señor! ¡Sí, es hoy!».

Y admírese usted: los pensamientos del condenado resultaron ser ciertos; su intuición no lo engañó. Era hoy, precisamente cuando debía morir. No se equivocaba.

¿Por qué los humanos dejamos la amabilidad y la cortesía para el último momento? Al parecer, sólo los muertos –o los que están a punto de serlo- logran conmovernos. «¡Cómo admiramos a los maestros que ya no hablan y que tienen la boca llena de tierra! –exclama el personaje único de La caída

, el famoso monólogo de Albert Camus (1913-1960)-. El homenaje se les ofrece entonces con toda naturalidad, ese homenaje que, tal vez, ellos habían estado esperando que les rindiésemos durante toda su vida… Observe usted a mis vecinos, si por casualidad sobreviene un deceso en el edificio en el que usted vive. Los inquilinos dormían su vida insignificante y, de pronto, por ejemplo, muere el portero. Inmediatamente se despiertan, se agitan, se informan, se apiadan».

¡Los hombres sólo somos corteses con los muertos! He aquí lo que el Nóbel francés quiso decir. Pero no sólo lo dice él. He aquí, por ejemplo, lo que Máximo Gorki (1868-1936), el escritor ruso, escribió en su autobiografía: «¡Las misas de difuntos son las más bellas de toda la liturgia! ¡Hay en ellas ternura y piedad para los hombres! ¡Nuestros semejantes no compadecen sino a los muertos!».

Está bien, está bien, así es. Y, sin embargo –me digo-, he aquí un método para cultivar la cortesía: ver en el otro, ese que ahora está junto a mí, un condenado a muerte -¡que lo es, sólo que él no lo sabe, o lo ignora, o no quiere pensar en ello!- y tratarlo como si mañana ya no fuera a estar aquí; tratarlo, en una palabra, con las mismas atenciones que el carcelero dispensó al condenado a muerte en el relato de Víctor Hugo. ¡Ah, si nos viéramos como somos, es decir, como mortales, qué dulces seríamos en nuestras relaciones, y qué corteses!

Dice Aliosha a Lisa en Los hermanos Karamazov, la novela de Fiodor Dostoyevski (1821-1881): «Hay que tratar muy a menudo a las personas como si fueran niños, y a veces como si fueran enfermos». No está mal, no está del todo mal. ¿Con qué delicadeza no trataríamos a una persona si supiéramos que quizá hoy mismo va a morirse? ¿Y cómo estar seguros que no será hoy el día en que morirá? Por eso, más vale ser amables con él.

Otra cita más; ahora la he tomado de Sobre héroes y tumbas, la novela de Ernesto Sábato (1911-2011), el escritor argentino: «¿Sería uno tan duro con los seres humanos si se supiese la verdad que algún día se han de morir y que nada de lo que se les dijo se podrá ya rectificar?».

Todos los hombres son mortales, Juan es hombre, luego Juan es mortal. El silogismo nos sale bien; en el fondo, los hombres no somos tan ilógicos como parecemos a primera vista. Sólo que no siempre sacamos de nuestros razonamientos todas las consecuencias pertinentes al caso.

También lee: Jesús duerme en la popa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

Continuar leyendo

Opinión

Pautas y Redes de México S.A. de C.V.
Miguel de Cervantes Saavedra 140
Col. Polanco CP 78220
San Luis Potosí, S.L.P.
Teléfono 444 2440971

EL EQUIPO:

Director General
Jorge Francisco Saldaña Hernández

Director Administrativo
Luis Antonio Martínez Rivera

Directora Editorial
Ana G. Silva

Periodistas

Diseño
Karlo Sayd Sauceda Ahumada

Productor
Fermin Saldaña Ocampo

 

 

 

Copyright ©, La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V. Todos los Derechos Reservados