#4 Tiempos
Aceleres políticos | Desde el tintero de Jorge Saldaña
No es momento de aceleres… pero los aceleres no entienden.
Culto Público, son muchos los llamados y pocos los elegidos, igual que en esta entrega.
Son los temas que se van quedando en el tintero tras los días que corren, acelerados rumbo al siguiente y que cada vez parece llegan más pronto.
Para bien o para mal (solo el tiempo lo dirá) ya se salvó el asunto de la polémica generada respecto de las iniciativas presidenciales sobre reelección y sobre nepotismo. El asunto ya pasó, así como querían que pasara.
Se fueron al 2030 con todo lo que ello significa en los hechos y en lo simbólico, es decir, en lo que se reserva la presidenta para ella y que ya lo adelantó.
Fue justo ahí donde se incrementaron los aceleres en San Luis que aunque no queriendo salió salpicado.
Ya dijo el gobernador Ricardo Gallardo, están fuera de tiempo los que andan metiendo el acelerador electoral y tiene razón, faltan 17 meses para que siquiera comience el proceso.
Aún así, el asunto accionó como la primera ficha de un dominó formado en vertical, generando las especulaciones, abriendo la puerta de par en par para el futurismo y el 3, 2, 1 “arranquen” del golpeteo.
Dígame Usted, mi Culto Público, si no es un verdadero acelere interpretar y circular las encuestas de Rubrum sacadas hace algunos días (recordemos que con las encuestas se puede interpretar cualquier cosa… y el 52 por ciento de la gente lo sabe jeje).
Para empezar no se sabe si fueron mandadas a hacer, o por motivos “desinteresados” la empresa las hizo de motu proprio (ajá…) No obstante corrieron en los grupos de WhatsApp más rápido que un maratonista keniano.
Un bando (ni modo hay que decirlo así) interpreta los números como una debacle para el único candidato no Verde ni Moreno visible, adjudicándole a Galindo solo el 7 por ciento que sacó el PRI en la medición de preferencias por partido.
Sin embargo, por el otro lado si se toman en cuenta que los números de preferencia del PAN (en el de Verónica Rodríguez al frente) estos cuentan el 22.1 por ciento, prácticamente en empate técnico tanto con Morena y con el Verde que tienen 27.1 y 22.5 respectivamente.
En ese escenario de tercios, el 7 por ciento del PRI resulta valioso para el único aspirante visible no Verde, no Morena. El asunto para mayor referencia, se está dirimiendo en tribunales electorales. Puros aceleres caray.
Cubetazos de aguas negras. Guácala
Hablando de lo mismo, pero en el terreno del golpeteo, esta semana sobraron muestras, como la de echar culpas por las aguas negras que llegan cada vez en mayor abundancia al Lago Mayor del Tangamanga uno.
El primer raspado en el caso, fue sin lugar la administración municipal y el Interapas, no obstante si de buscar culpas se trata, habrá que recordar a las administraciones de Fernando Toranzo y Victoria Labastida, que aprobaron bajadas de aguas negras de fraccionamientos privados en el poniente de la capital y al mismo tiempo, la construcción de un hotel a un lado de la plaza Citadella, impidiendo que las aguas de desecho lleguen al colector pluvial que está justo en la entrada del parque.
Esto no le quita responsabilidad a la actual administración ni al órgano intermunicipal, que -mas les vale- ya se pusieron a trabajar y a detectar la causa del aumento y acumulación de aguas del drenaje en el lago tangamanguesco.
Esperemos que pronto, con culpas y todo, con golpeteo o sin golpeteo, con antecedentes o sin ellos, puedan resolverlo. Miles de usuarios lo agradecerían.
Soñar no cuesta nada, pero… ¿y las deudas?
Hablando de más aceleres respecto al Interapas, las novedades son que desde el Congreso, a través (también) del diputado Fernando Gámez Macías se adelantó viene una iniciativa formal para “desaparecer” al Interapas.
Sobre el asunto mucho se ha hablado, el municipio de Soledad ha dicho que le da igual si desaparece e incluso ha adelantado el alcalde Navarro que ellos se saldrán del organismo y que tienen los recursos suficientes para hacerse cargo de su suministro del agua.
Por su parte, Villa de Pozos tiene una postura encontrada: Se quejan todos los días del servicio y de la falta de atención, pero al mismo tiempo aceptan que no tienen otra salida que pertenecer al organismo. Algo así como: “me quejo pero me aguanto”.
De lo que ningún alcalde involucrado habla, y que es en realidad la médula del asunto, es respecto a los compromisos que tiene Interapas como organismo, como por ejemplo el contrato que paga mes con mes a la empresa del Realito y que significa un altísimo porcentaje de lo que entra por las cajas recaudadoras.
Salirse suena fácil y cómodo, quejarse no cuesta trabajo pero, ¿cómo van a desaparecer una institución que está comprometida a pagar, entre todos, casi 10 millones de pesos por mes por al menos otros 7 años?
¿Será que los municipios solo quieren sacudirse de la deuda y cobrar ellos dinero fresco para sus municipios por la prestación del servicio? Esos si son aceleres gruesos y le adelanto que, cuando hablen en serio, el tema de las responsabilidades adquiridas será una gran muralla para dar cualquier otro paso.
Terreno de Shrödingerer
El terreno de la UASLP es la joya inmobiliaria de la ciudad… y así seguirá. Todo indica que los universitarios no verán ni el proyecto que solo existió en renders que circularon en medios de un centro comercial, ni el proyecto de centro deportivo por el que había apostado nuestra Máxima Casa de Estudios.
El tiempo de gracia está por terminar para los empresarios, y tanto para el rector Zermeño como para cualquiera con un poco de criterio, tener los avances estipulados en el contrato de aquí al mes de abril será imposible, ni un ejercito chino podría hacer realidad uno u otro proyecto, situación que además genera algunos cuestionamientos: ¿Empezará a pagar la renta la empresa y cumplirá con el proyecto original? De ser así, la UASLP no tendría ninguna razón para echar para atrás el acuerdo. De otra forma, si se insiste en el uso ventajoso y comercial planteado solo en medios, será causal suficiente para rescindir el contrato.
En resumen, no hemos visto (y al parecer no veremos) ni centro comercial ni deportivo. La “joya de la ciudad” es una paradoja, una superposición de estados.
Elección judicial. Escoja sus números de la suerte.
La elección que viene para el primero de junio no tiene antecedente. Será un gran reto para las autoridades que desde ahora ya están abocados al 100 por ciento en sacarla adelante.
Nos entregarán 9 boletas con listas de nombres y apellidos, cada uno con un número, cada uno para un cargo, por cada cargo se tendrá que elegir a cierto número de candidatos mujeres y hombres, cada uno vendrá señalado por el poder que lo haya propuesto y usted y yo tendremos que escribir los números de los elegidos. Suena complejo, y lo es.
Fernando Chávez y su camioneta observada por Lupillo.
Si alguien ve al secretario General del Ayuntamiento, Fernando Chavez, dígale que lo menos importante por lo que tiene que responder es por el asunto del choque en el que participó hace unos días. A cualquiera le ocurre un accidente y el que esté libre de pecado pues que arroje la primera piedra (yo no estoy libre de pecado, y hasta me gusta pecar, por eso mejor me fijo en la viga que tengo en los ojos)
Sobre lo que sí tiene que responder el funcionario es por el señalamiento hecho por Ciudadanos Observando y solo a uno (el Ayuntamiento ya le respondió con toda puntualidad todo lo demás) y es el por qué las placas de la camioneta en la que viajaba, propiedad municipal, están reportadas en el Estado de México. Mejor dejar las cosas claritas desde ahora, pues es bien sabido que rumor que no se combate… crece.
30 mil terrenos para quien más lo necesite. ¿Tomará el ejemplo de Don Marcelo de los Santos y el Chato López se formará por uno?
El Gobernador Ricardo Gallardo Cardona anunció que realizará 30 mil donaciones de predios con el respaldo del Colegio de Notarios de San Luis Potosí (un acto político con el gremio que no se veía hace mucho tiempo por cierto, y en el que todo apunta en que el notariado y el gobierno están en el mejor punto de sus relaciones)
Las familias a las que se les done el terreno, el primer año además contarán con paquetes de materiales para construir su casa y por si fuera poco, ayer adelantó que el 70 por ciento de las acreditadas serán mujeres. El Inrevis (antes Invies) ya trabaja en los requisitos que se deberán cumplir, pero las entregas estarán a cargo de Sedesore.
Hasta aquí los elegidos del tintero. ¿Me faltó algo? Les agradezco la fina atención de leerme y hasta la próxima.
Atentamente
Jorge Saldaña.
También lee: No soy de aquí ni soy de allá | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
“México, esta niebla que arde” | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Culto Público, si no han leído la novela “Niebla Ardiente” de la muy joven escritora, Laura Baeza, les recomiendo hacerlo como desde ayer
Tuve la oportunidad de conocer a Laura personalmente hará unos cuatro años, ¿Qué les digo? Una de esas circunstancias alineadas que convergieron en el segundo piso de la librería Gandhi del centro, la de los Arcos Ipiña.
Fue en un taller breve de escritura creativa previo a la presentación formal de su libro, el que les recomiendo. Si conocerla fue una circunstancia, convivir con ella e intercambiar casualidades fue de plano como regalo de estrella fugaz.
Fui de los selectos y afortunados que en grupo terminamos sentados con ella en “La Oruga y la Cebada” en el Callejón San Francisco, conversando sobre lo que duele y lo que salva, entre un par de cervezas y una cena sencilla.
Ella me firmó su libro con una frase que ahora, en este 25 de noviembre, regresó a mi atormentada cabeza: “A Jorge, que siempre nos una el deseo por hallar algo más en esta realidad tan rara…con todo cariño, Laura Baeza”. El momento de por sí, ya era una realidad rara.
A la distancia, empiezo a creer que su frase fue más que optimismo, y es más un deber moral, y es que su ficción (vuelta a releer en estos días) se parece demasiado a México.
No es “spoiler” (o como se diga) pero “Niebla Ardiente” detalla el regreso de su protagonista Esther a México pensando en encontrar a su hermana Irene, quien había desaparecido hace años, y a quien creía muerta, cuando de la nada, un primero de enero en un reportaje que vio en la televisión, Esther la reconoce en una marcha y se lanza en su búsqueda.
Pero la novela, la primera de Laura (y creo que premiada) realmente no comienza allí. Comienza donde casi todas las historias de violencia en este país empiezan: en los pasillos de la burocracia, en los que los papeles cuentan más que las personas.
Esther aparece en un México reconocible para cualquiera: expedientes mutilados, archivos “perdidos”, oficinas donde la verdad siempre llega después de que las secretarias coman sus gorditas grasosas y funcionarios que usan el futuro para encubrir lo que nunca harán.
Es en esa atmósfera donde la desaparición deja de ser un crimen y se convierte en un proceso. Como alguien escribió: los países se definen por cómo recuerdan; México, al parecer, se define en cómo olvida.
En medio de esa maquinaria oxidada, Esther descubre a un policía. No es un héroe: es un hombre cansado que simplemente no rompe las reglas pero las dobla para que la realidad duela un poco menos. Ese personaje era como algo que escribió una pensadora feminista de la que en este momento no recuerdo su nombre “la dignidad aparece cuando alguien no mira hacia otro lado”.
En fin, siguiendo con la novela y nuestra realidad, este policía mira. Acompaña. Abre una grieta. Y sin embargo, ni siquiera es lo suficientemente poderoso para luchar contra un país donde las fosas clandestinas actúan como el archivo nacional.
La comparativa y reflexión con la novela va porque hoy es 25 de noviembre y México sigue siendo esa tierra donde la violencia parece que no importa, sino que se repite. Casi 2 feminicidios cada día. 3,284 mujeres asesinadas en 2024. 89% de impunidad. Una agresión física cada siete minutos. Más de 10 millones de mujeres violentadas digitalmente. En San Luis Potosí, 24,000 víctimas por cada 100,000 mujeres.
Uno quisiera creer que estos números son de un país lejano, pero no. Están aquí, sobre las mismas banquetas que caminamos todos los días. Ese es el verdadero crimen de México: haber entrenado a la gente para no sorprenderse.
Sí, no se debe negar que mucho se ha hecho pero poco alivia (hoy casi todos los gobiernos e instituciones hablan de esto, pero mañana la rutina sigue).
Sí, con la llegada de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México, llegaron todas…excepto las que no alcanzaron a llegar porque les truncaron la vida.
El nuestro, es un país donde buscar es amor—y protesta.
Igual que como ocurre en la novela de Laura, que no describe un país imaginado sino nuestro México. Uno donde las hermanas encuentran hermanas, donde las madres encuentran hijas, donde las mujeres salvan mujeres. Un país donde todavía hay justicia, pero casi siempre fuera de los edificios públicos.
Y así como Esther enfrenta la niebla, miles enfrentan la opacidad del Estado día tras día: ventanas cerradas, sistemas incompatibles, versiones contradictorias, funcionarios que deletrean la palabra “protocolo” como si lanzaran un hechizo contra la verdad.
México es hogar de una burocracia tan grande que hasta la violencia tiene formularios que completar.
Tras varios años de no recordar la anécdota con la escritora, hoy vuelvo a esa dedicatoria: “encontrar algo más en esta extraña realidad…”
Ese “algo más” no es una esperanza ingenua. Es algo que se parece más a la obligación de nunca acostumbrarse, “la memoria es la única defensa contra la repetición del horror”.
Por esa razón, espero, que por cada mujer desaparecida o mujer luchando por no desaparecer, o lidiando contra cualquier tipo de violencia, recordemos que la niebla espesa arde. Y que si arde, es porque la herida está abierta.
Hasta la próxima. Jorge Saldaña.
También lee: La IA, periodismo, y la coartada perfecta | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Diego José Abad ilustre formador de potosinos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
El majestuoso edificio central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí que fuera construido en el siglo XVII y alojara a la Compañía de Jesús se convertiría en un edificio característico de la educación en San Luis Potosí. En ese edificio funcionaría el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús orientado principalmente a la educación de primeras letras; posteriormente se establecería en dicho edificio el Colegio Guadalupano Josefino instaurado por Gorriño y Arduengo siendo el primer establecimiento de educación secundaria o superior en San Luis, dando paso posteriormente, al reinstaurarse la República al Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí que se convertiría en el primer establecimiento en obtener la autonomía universitaria dando paso así, en el mismo edificio, a la actual Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
De los profesores ilustres que tendría el Colegio de San Ignacio de San Luis Potosí, se encuentra Diego José Abad, uno de los impulsores del pensamiento moderno en México y que tuviera influencia del jesuita Rafael Campoy, también profesor en San Luis Potosí y de quien tratamos en anterior entrega de El Cronopio en La Orquesta.
La física, o filosofía natural, formaba parte del cuerpo de temas de la filosofía en los cursos que de ella se realizaban en Nueva España y se dedicaba una parte a la lectura de temas de física, principalmente la aristotélica. De esta forma existirían manuscritos sobre la física como parte de cursos de filosofía, situación que se haría común, al ser redactados apuntes para los diversos cursos que se ofrecerían en Nueva España. La mayoría de esos textos se encuentran perdidos, pero existen las referencias que aseguran su presencia, los cuales fueron escritos, en su mayoría, por sacerdotes y frailes que pertenecían a diferentes órdenes religiosas.
Diego José Abad, puede considerarse el más profundo de los jesuitas innovadores; su Curso fue muy influyente, es bastante completo y se ven por todas partes las influencias modernas. Este curso, que ya no lleva el nombre de Cursus Philosophicus , sino simplemente el de Philosophia, aparece en un manuscrito del Colegio de San Pedro y San Pablo de México, cuyo contenido se enseñó desde 1754 hasta 1756.
Comprende la lógica, la física y la metafísica. Es el primer intento de asimilar (y no simplemente de atacar, como hasta entonces se hacía las más de las veces) las ideas modernas . En particular, se refiere a Gassendi y los atomistas, y trata de conciliar el atomismo con el hilemorfismo aristotélico. Intenta hacer lo mismo con Descartes, opuesto al gassendismo.
Habla de la necesidad de construir la física con ayuda de la experimentación y la matemática. Acepta el atomismo en el campo físico, mas no en el metafísico. Dice que muchas ideas aristotélicas sobre el cielo han sido abandonadas por los escolásticos después del descubrimiento del telescopio, mediante el cual se han podido ver las manchas del Sol. Lo mismo en cuanto a la noción del vacío, después de los experimentos de Torricelli, Otón de Gericke y Roberto Boyle. Cita a Maignan, y mucho a Descartes en cuestiones de filosofía del hombre. Aunque las más de las veces defiende la tradición, ya se muestra abierto a integrar ideas de la filosofía moderna.
Fue profesor del Colegio de jesuitas de San Luis Potosí donde enseñó gramática a los potosinos y donde fincó su formación filosófica sin rechazar las ideas del pensamiento moderno, pero con una posición crítica.


Diego José Abad nació en Jiquilpan en 1727 y tras la expulsión de los jesuitas moriría en Bolonia en 1779.
Si se interesan en ubicar su obra en el ambiente cultural y científico de la Nueva España pueden consultar nuestro artículo: Manuscritos y libros Novohispanos y Mexicanos de Física y Filosofía Natural, en la dirección:
También lee: Francisco Gándara, primer ingeniero higromensor potosino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Jesús duerme en la popa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
“Al atardecer de ese mismo día, Jesús les dijo: ‘Crucemos a la otra orilla’. Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya. Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: ‘¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?’. Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: ‘¡Silencio! ¡Cállate!’. El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: ‘¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?’. Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: ‘¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?’” (Marcos 4, 35-41).
Todavía hoy, cuando pareciera que hemos alcanzado el dominio total de la naturaleza, viajar por mar –no digo sobrevolándolo en un avión, sino cruzándolo en un barco- es una experiencia sobrecogedora. ¡Qué indefensa viaja nuestra embarcación por los caminos del océanoi¡! Y si durante la noche se desata una tormenta, tanto peor: aun el barco más grande no parece sino una cáscara de nuez. En 1912, los tripulantes del trasatlántico más lujoso y sofisticado del planeta creyeron que el mar, gracias al ingenio humano, estaba ya domesticado; sin embargo, no fue así, y debieron pronto de rendirse a la evidencia: el Titanic se hundía, y ellos con él y en él…
El mar era y sigue siendo el símbolo de lo indomesticable, de lo ingobernable, de lo terrible. Para los antiguos, el mar estaba poblado de monstruos horribles cuyo solo nombre helaba la sangre. Nosotros sabemos, más o menos, lo que son las olas, pero para los antiguos éstas eran el efecto del movimiento de las criaturas marinas. Ahora bien, si tal era el pensamiento de los antiguos, ¿qué de raro tiene que, ante el huracán, los discípulos se pusiesen a gritar, poseídos del pánico más espontáneo y sincero?
El mar es siempre terrible, sí, pero Dios es más grande que el mar. Únicamente Él puede calmarlo porque es el Señor de los elementos del mundo: “El Señor habló a Job desde la tormenta: ¿Quién cerró el mar con una puerta, cuando le puse un límite con puertas y cerrojos y le dije: ‘Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas’ ”? (Job 38, 8-11).
Al crearlo, Dios puso al hombre un límite: “Podrás comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, pues, si lo haces, perecerás sin remedio” (Génesis 2, 16-17); y, al crear el mar, también le impuso un límite: “¡Hasta aquí llegarás! ¡De aquí no podrás pasar!”. Por eso, cuando Jesús calme la tormenta y las aguas se aquieten al puro mando de su voz, los discípulos se preguntarán unos a otros, maravillados: “¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!”.
Ahora bien, si sólo Dios puede apaciguar el mar, entonces… Entonces los discípulos, por así decirlo, empezaron a sacar conclusiones…
“Un día, al atardecer… Así comienza el relato. Conviene tener presente, pues, que es ya de tarde, y que la oscuridad añadirá un punto de dramatismo a la escena que seguirá, ya dramática de por sí. Según éste, no es sólo que la barca fuese zarandeada por la tempestad: es que el agua se estaba metiendo ya por todas partes.
¿Y Jesús qué hace, mientras tanto? No hace nada. Él, a lo que parece, no se daba cuenta de lo que pasaba, pues “estaba dormido sobre un almohadón”. Los discípulos lo despertaron, y hay en su ruego una pizca de ironía, como si le dijeran: “Oye, Señor, esto va a pique. ¿Podrías hacernos el grandísimo favor de despertarte?”.
“Jesús se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: “¡Silencio, cállate!”. El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: “¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?”. Oligópistoi: así lo llama; con esta palabra griega los reconviene. Hombres asustadizos, apocados, temblorosos: gelatinas vivientes. Oligópistoi: hombres sin fe.
Los Padres de la Iglesia, hombres muy sagaces en la interpretación de la Escritura, vieron en esta tormenta una imagen de las agitaciones del corazón humano y compusieron bellísimos sermones en torno a este asunto. En una de sus Meditaciones (n. 37) dice así, por ejemplo, San Agustín (354-430):
“¡Dios mío, mi corazón es como un ancho mar siempre agitado por las tempestades: haz que encuentre en ti la paz y el descaso. Tú has increpado al viento y al mar para que se calmaran, y a tu voz se han apaciguado; ven a poner paz en las agitaciones de mi corazón, a fin de que todo en mí sea sosiego y tranquilidad, para que pueda poseerte a ti, mi único bien… Oh Dios mío, que mi alma, libre de pensamientos tumultuosos, se esconda a la sombra de tus alas. Que encuentre junto a ti un lugar de refrigerio y de paz, y toda transportada de gozo pueda cantar: ‘Ahora puedo dormir y descansar en paz’… Mi alma no puede gozar de paz y seguridad, Dos mío, si no es bajo la protección de tus alas. Que ella permanezca, pues, en ti y sea abrasada con tu fuego”.
Ya se trate, pues, de agitaciones interiores, ya de percances exteriores, lo importante es esto: que Jesús y nosotros viajamos en la misma barca, y que aunque nos esté permitido algunas veces gritar, no nos lo está, por ningún motivo, desesperar. Aunque parezca que duerme, Dios vela por los suyos; en consecuencia –como ha dicho alguien-, cuando uno está “embarcado” con Jesús no hay nada que temer.
“Jesús permanece cerca de los suyos y éstos pueden contar con su ayuda cercana a pesar de todas las apariencias en contra… Así pues, el peligro para los creyentes está en olvidarse de que están en camino y que Jesús les acompaña en el trayecto” (Joseph Imbach).
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