#4 Tiempos
Crisis del agua: caso Aguas del Poniente | Apuntes de Jorge Saldaña
Texto galardonado con una mención honorífica en el Premio Estatal de Periodismo 2023, dentro de la categoría Artículo de Fondo o Comentario: Francisco Martínez de la Vega.
Este año, La Orquesta ha sido honrada con 4 galardones del Premio Estatal de Periodismo, para celebrarlo, publicaremos de nueva cuenta esos trabajos que fueron reconocidos por nuestros y nuestras colegas del medio. Esperamos que los disfruten.
APUNTES
Culto Público, hijos de mis viernes de Dolores, los saludo luego de comer sirena en el desayuno.
Como ya lo sabemos, viene para San Luis y la Zona Metropolitana un golpe seco, una “crisis del agua”, y un verano peligroso.
Si nuestra ciudad fuera una vecindad la situación sería la siguiente: se vació el aljibe, se descompuso la bomba, no hay agua en el tinaco, se rompió la tubería y los vecinos con más billete no han pagado su recibo. No hay de otra… a agarrar cubetas y acarrearla. Tal cual.
El problema que estamos enfrentando es complejo, y se fue formando como la corona, espina por espina.
Una de esas espinas, para entrar en materia y desdoblar el asunto entre lo jurídico, histórico, legal, económico, político, y sobre todo, social que significa, se llama “Aguas del Poniente”.
Desde aquella caliente, caldeada y empujona sesión de cabildo de diciembre del 2008, un grupo desarrollador logró con 12 de 15 votos, obtener una concesión para conectar, distribuir y cobrar el agua potable en un extenso polígono de la zona poniente de la ciudad.
Aquí les dejo el mapa para que nos demos una mejor idea:
Desde entonces, Aguas del Poniente es el “casi algo” de todos los que viven en toda esa zona.
El principal beneficiario de aquella polémica y espinosa decisión edilicia, como todos lo sabemos, es hasta la fecha el ingeniero Carlos López Medina, el buen “Chato López” (yo ya casi no le digo “dueño de media Ciudad Peluche” porque no está bien andar de chistoso y de grosero).
¿Pero por qué digo eso de que Aguas del Poniente es un “casi algo”?
Lo digo porque así como mi ex (jaja es ejemplo no lo tomen literal), Aguas del Poniente tiene todos los privilegios de ser, todas las libertades de no ser y además… paga mal.
Les explico un poco más fácil: aunque Chato López es el que parte, comparte, salpica, contrata, cobra y trata todo lo que tenga que ver con el líquido vital en esa zona, es fecha que no tiene concesión. Es, pero no es.
Es decir que si fuera taxi, Aguas del Poniente andaría circulando sin papeles, pero cobrando los viajes.
Si fuera estación de radio, estaría transmitiendo y cobrando los comerciales pero sin título que lo avale.
Si fuera doctor, andaría operando sin título.
Basta darse una vuelta en la página de la empresa para que usted verifique que no existe el título de concesión y que en su lugar se ha publicado el acta de cabildo de aquel lejano 2008.
Pero viene la contraparte ¿El Chato entonces además de cobrarle a usted, no le paga ni un peso al Interapas?
No, y no porque no quiera sino porque no puede. Ninguna autoridad municipal, desde Victoria Labastida, Mario García, Ricardo Gallardo Juárez, Xavier Nava… previeron en su ley de ingresos, el poder cobrar la parte de la contraprestación que debió ingresar al ayuntamiento desde que Aguas del Poniente “disfruta” de su concesión (que no le han dado…).
Por eso le digo que es un “casi algo” y muy paradójico: Si cobra pero no puede pagar, si es la empresa operadora en la práctica, pero no tiene el título jurídica y técnicamente.
Sobre las cifras que se deben, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí hace unos años realizó un estudio al respecto resultando que Aguas del Poniente ha tenido un impacto en contra del Interapas de unos 290 millones de pesos. No obstante hay algunas interpretaciones que nadie se ha molestado en tomar en consideración, y hay otras voces, incluidas las del propio Chato López, que hablan de un adeudo de apenas unos 6 o 7 millones de pesos y nada más.
Ni ese gato tiene tres pies, ni el olmo da peras, ni lo que es parejo es chipotudo:
–Si las autoridades municipales no han querido cobrar a Aguas del Poniente, es por “prudencias” y tamices políticos y no necesariamente con el empresario López Medina, sino con los habitantes de su fraccionamiento.
¿Alguien quiere un pleito con ellos al dejarlos sin agua de la noche a la mañana?
¿El propio Interapas, tiene la capacidad para en un parpadeo, cambiar las tomas de toda la plaza, todo el fraccionamiento y todo el polígono para hacerse cargo del servicio?
-Si el Chato no ha pagado no es porque no quiera, es porque simplemente el “limbo” jurídico se lo permite
-Si para Aguas del Poniente, la deuda es tan poca, el agua no es negocio y le ha dado tantos problemas, pues que se desista de su concesión y listo.
En diciembre se vence técnicamente el término de la misma, aunque se dice que jurídicamente se puede pelear un año y medio extra porque no se disfrutó por completo durante los 15 años establecidos… insisto: si da tantos problemas y no es negocio, pues como para qué pelearse para sostenerla (entre comillas).
Aquí, una observación importante: Aguas del Poniente no es el único deudor ni el único concesionario.
En próxima entrega le podré contar por ejemplo, de la concesión que disfruta el Club Campestre de Golf, que desde 1994 no paga un solo centavo de agua ni tiene por qué hacerlo gracias a los privilegios que les otorgó en su momento el alcalde Mario Leal Campos.
Los vecinos del Campestre pagan a la asociación de colonos y san se acabó. Para ellos nada de sufrir por agua y ni quien se atreva a verificar si su planta tratadora efectivamente siga funcionando y cómo.
También es tiempo de que analicemos el tema de los fraccionamientos como Villa Magna, que se vendieron con la promesa de “agua gratis” (literal en el contrato) y hasta hace apenas muy poco se quieren regularizar en condiciones ventajosas para los desarrolladores y en contra de los intereses de los vecinos que compraron de buena fe.
El fraccionamiento La Vista tampoco reporta un peso, usa su propio pozo y cobra su propia agua.
La mega plaza comercial The Park en periférico sur, que está a unos meses de inaugurarse, tiene la autorización (gracias Xavi Nava) para una sola toma para cientos de locales y viviendas… una sola toma.
En fin (jaja me sentí Armando Acosta pero brincos diera yo) la lista negra del Interapas, el nombre de todos los creadores de los más de mil 190 millones de pesos de deuda, estará pronto en mis generosas y hábiles manos.
El alcalde Galindo hasta la fecha, ha sido muy cortés para revelar con nombres y apellidos a las personas y empresas que han generado durante años un hueco profundo en las finanzas del organismo, sin embargo el que esto escribe no se distingue por ser necesariamente prudente ni discreto y tarde que temprano la solicitud de información al respecto tendrá que estar en mi par de manos favoritas.
Por último, ¿El dinero resolverá la crisis del “golpe seco” que se avecina? No, y lo he dicho en varios formatos: el dinero no produce agua, pero exigir a los privilegiados que no pagan por un servicio que sí tienen, por lo menos genera justicia para los no privilegiados que sí pagamos, pero no tenemos.
A los hijos de mis orientes, nortes y sures de todas las colonias y barrios, es decir al “infelizaje” (Serrato Dixit)
¿Nos perdonan un solo peso, tengamos o no tengamos agua? A nosotros ni una concesión chiquita…
No se vale, todos vivimos en la misma vecindad.
Hasta aquí en apuntes de viernes mi querido y Culto Público, debo ir a ensayar la coreografía de la canción “Soldado del Amor” porque la voy a bailar como desenfrenado mañana en el concierto de Mijares con el que se inaugura el Festival San Luis en Primavera en Fundadores.
Atentamente,
Jorge Saldaña.
BEMOLES
ESTAMOS DE MODA
Me cuentan que en el Tianguis Turístico de la CDMX, San Luis Potosí destacó fuerte. El stand del gobierno estatal atendido por la secretaria Aurora Mancilla, fue uno de los mas socorridos y se hicieron por lo menos 20 acuerdos con estados y con operadores. El stand de la capital llamó mucho la atención por llevar una muestra de la Procesión del Silencio, acto que generó buenos resultados y expectativas. #BuenosVientos
AMD
Con mucho profesionalismo, apertura y madurez, por fin en SLP se conformó una asociación de dueños y directores de medios de comunicación. Celebro y agradezco la iniciativa y sus objetivos. No hay intervención editorial entre sus miembros sino respeto, no hay cables cruzados ni mezquindades. No hay correas, hay oportunidades de dignificar y modernizar al siempre generoso y audaz gremio. #LargaVida
#4 Tiempos
De una semifinal al viernes botanero | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
No cabe duda de que quiero y mucho a este equipo, San Luis ha sido y siempre seguirá siendo el dueño de mi pasión, mis ganas y mis (falsas) esperanzas. Cualquier equipo de mi ciudad merece mi cariño.
Parece increíble que hace apenas unos meses, San Luis era un extraño protagonista en esta liga MX, San Luis estaba en una semifinal, a 45 minutos de hacer historia y colarse hasta a una Concachampions, lastimosamente el resultado en Monterrey nos dejó solo con las ganas de soñar con la final y del torneo internacional, ya ni hablamos.
San Luis fue un buen equipo, jugando bien, siendo invicto en casa y con muchísima suerte, terminó dentro de los 6 primeros, un equipo al que daba gusto verlo jugar, sobre todo en el Lastras, el equipo que históricamente más puntos entregó en una temporada, ese equipo que brilló, el mismo equipo que la campaña pasada, dejó de lucir y perdió rápidamente el invicto de local.
El torneo que recién terminó, fue uno triste para San Luis, jugadores y afición sufrieron, la directiva tuvo que salir a dar la cara y el cuerpo técnico decidió hacerse a un lado, San Luis era una caricatura.
Estamos en el comienzo de una nueva pretemporada, si bien el equipo conserva la base con la que ha venido jugando, ha llegado un nuevo cuerpo técnico, Guillermo Abascal es un entrenador con mucha experiencia aún con su corta edad para el puesto, esto no siempre habla bien de un técnico, los entrenadores que rotan de equipo, normalmente lo hacen por malos resultados. Hay que esperar, el beneficio de la duda, lo tiene.
Por otro lado faltará conocer a los refuerzos, el equipo ha liberado plazas de extranjero y los nacionales también tendrán que aportar, la conformación del cuadro es muy importante para los planes del entrenador, más si tomamos en cuenta que está desde el inicio de la pretemporada.
En fin, de jugar una semifinal, ha estar considerados en muchas jornadas como un equipo de los viernes por la noche, espero y añoro que esta sea una buena temporada otra vez, ojalá volvamos a estar dentro de los finalistas, y dejemos de ser un equipo del montón… ojalá.
También lee: Se acabó el Clausura 2025 | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
Irantza Goytia, brillante estudiante potosina | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Irantza Aleixa Goytia Hernández, jovencita de Tamazunchale, acaba de graduarse en Inglaterra en el nivel medio superior, como parte de su carrera de formación que iniciara en Tamazunchale y que siguiera por el camino de la educación extraescolar, aprovechando los espacios de participación educativa y formativos para niños y jóvenes en el campo de la recreación científica.
En Tamazunchale, la Dra. Pilar Suárez impulsó el programa Expociencias que está dirigido a niños y jóvenes donde desarrollan y defienden un proyecto científico en áreas de las ciencias y las humanidades desde el jardín de niños hasta preparatoria. En este programa Irantza participaría cuando estudiaba la primaria obteniendo uno de los primeros lugares lo que le permitiría representar a San Luis Potosí en Expociencias Nacional, donde a su vez logró acreditaciones para representar a México en concursos internacionales que forman parte del Movimiento Internacional para el Recreo Científico y Técnico, el MILSET.
En Tamazunchale, también participaría en el programa Niñas en la Ciencia que coordina la propia Dra. Suárez. Este programa es un programa internacional de niñas y mujeres haciendo ciencia. Estos espacios fueron detonantes para el reconocimiento al talento de niños y jóvenes en el que destacaría Irantza Aleixa. Desde primero de primaria participó en Expociencias, ganando en dos ocasiones veces a nivel nacional e internacional. Ha participado en diferentes concursos locales. Como la niña presidenta de Tamazunchale, al igual que en foros internacionales sobre STEM.
En uno de los eventos internacionales le ofrecieron una beca para estudiar en Reino Unido, cuando estudiaba bachillerato en el CBTIS 187 de Tamazunchale; en Inglaterra volvió a comenzar sus estudios de bachillerato de donde se ha graduado en Gales Reino Unido en el en el UWC (Colegios del Mundo Unido) Atlantic. La ceremonia donde recibió sus estudios de Bachillerato Internacional, fue presidida por el director, Naheed Bardai estando presente el Primer Ministro de Gales, Eluned Morgan. En esa ceremonia también se graduó Sofía Borbón Ortiz, hija de los reyes de España.
El buen éxito en sus estudios en Reino Unido le permite poder acceder a otra beca para realizar sus estudios profesionales en Inglaterra; Irantza tiene planes también de estudiar en Estados Unidos, aunque la situación actual para estudiantes mexicanos en Estados Unidos no es muy prometedora por la política de Donald Trump.
Irantza Aleixa Goytia Hernández, fue estudiante de la escuela primaria pública Rafael Ramírez Castañeda, de Tamazunchale, entonces, desarrolló un proyecto que se llama “Conociendo la naranja”, el cual propone que el aceite de la piel de esta fruta, conocido como limoneno puede ayudar a degradar el unicel, que normalmente tarda cientos de años.
Mostró este trabajo en la Expociencias Tamazunchale, obteniendo su acreditación para participar en la Expociencias San Luis Potosí, después, en Expociencias Nacional efectuada en Morelia, donde su proyecto fue considerado de los 50 más interesantes de su categoría y, por tanto, fue invitada a participar en la Feria de la Ciencia y la Tecnología en Paraguay.
Por esta vía a participado en las Ferias de Chile y Brasil representando al estado y al país; ya tuvo otras participaciones con proyectos en las Expociencias de Paraguay 2019, Perú 2019, Chile 2020, Guatemala 2021, Chile 2022, Brasil 2023. En 2019 le fue otorgado el Premio Estatal de la Juventud. El encauzamiento de formación no formal que permiten este tipo de programas ha sido aliciente para que Irantza pueda tener esa experiencia internacional que ha ayudado a su formación aprovechando el talento que ha exhibido. Los espacios de participación en Tamazunchale han sido fundamentales y siguen apoyando a niños y jóvenes de la Región Huasteca Sur.
También lee: Micrometría y la paz del espíritu en la Ciencia en el Bar | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
La Habana que vive en Mérida (yo sé que volverás) | Columna de Carlos López Medrano
Mejor dormir
Es difícil decirles que no a algunas mujeres. Basta una inflexión en la voz, un destello felino en los ojos, y uno se queda desarmado. Aquella noche, en Mérida, yo estaba cansado no solo de la jornada, sino del mes entero. El calor del día —una asfixia que oscilaba entre los 38 y 40 grados— había cedido al fin un poco: la luna ofrecía una clemencia que el sol había olvidado. Los tejados coloniales invitaban a dar un paseo.
Ante el acumulado laboral y sus desgastes tuve a bien hacer lo mejor que uno puede hacer en algunas circunstancias: olvidarse de todo y rascarle al día los últimos minutos, con dignidad, porque mañana —ya lo sabes— será otro campo de batalla. No visitaba Yucatán desde que era un bebé, así que debía salir y escarbar algún gramo de historia. Me lo debía, me debía la búsqueda de una grieta. Una ciudad como Mérida no puede reducirse al trabajo. Tenía que salir.
Una breve investigación me reveló la existencia de una cantina: La negrita, la más antigua de Mérida. Buen nombre. Estaba a pocas cuadras del hotel en el que me hospedaba y eso bastó. Salí con la intención de tomar lo que fuera, comer algo sencillo, y luego dormir sin (tantos) remordimientos.
Caminé por la calle 62 en el Centro Histórico de Mérida, en horas en las que ya había bajado el bullicio. La gente andaba sin prisa, las vitrinas mostraban guayaberas bordadas, arte y diseño local; mucho objeto enfocado en turistas que no corresponderán tal amor y que solo le verán el lado kitsch. Las calandrias con sus pobres caballos ya no esperaran a nadie.
Iba firme rumbo a La negrita, cuando a una cuadra y media topé con el jardín de una casona: mesas desperdigadas bajo un árbol enorme, luces tenues como de un antiguo parque y el murmullo prometedor de algo que todavía no empieza. Me detuve a mirar. Fue entonces cuando apareció ella. Una joven de acento cubano, sonrisa amplia y esos ojos de quien sabe convencer sin apurar (el tipo de persona que cautiva no porque imponga nada o levante la voz, sino precisamente porque no lo hace). «Buenas noches, pásele», dijo. «Hoy tenemos un trío con boleros en vivo. Comienza a partir de las diez».
Le agradecí, pero seguía firme con mi plan. No quería comprometerme. Sin embargo, aquella muchacha era muy gentil. Y atractiva, con ese brío que alumbra a las mujeres en sus veintes y que al cabo de un tiempo se disipa para no volver jamás. «Ande, venga, se la pasará muy bien. No me diga que no».
Ella era una de esas mujeres a las que es complicado decirles que no. «Vuelvo más tarde», le dije. «Tengo un compromiso con alguien», agregué, sin precisar que me refería a La negrita.
No era un mal plan. Podía beber algo en el otro sitio, tal vez comer algo y regresar después a la casona para los boleros. Al mismo tiempo no estaba del todo convencido. No sería la primera promesa que el viento se llevara consigo. Ya se vería.
La Negrita era distinta a lo que esperaba. Había imaginado una cantina tradicional: uno de esos tugurios perdidos en el tiempo con ventiladores un aspa rota, mesas de madera raspada, y en el que un grupo de ancianos juega dominó y bebe tragos lentos en el afán de arañar alguna memoria. Y no. Aquello era otra cosa. Un sitio grande, con luces neón colgadas como frutas eléctricas, gente de todas las edades moviéndose al ritmo de un grupo en vivo que disparaba ráfagas de cumbia, salsa y alegría.
Me senté en la barra. El calor había vuelto para apretar los labios, así que pedí una cuba servida en una copa de un litro, como si la sed del Caribe tuviera medida. Luego, animado por el ambiente y la seguidilla de temas ofrecidos por el conjunto que alumbraba el escenario, y para no desentonar, me aventuré con una bebida que no acostumbro: un mojito, igual de generoso, que apuré cuando me avisaron que el lugar cerraba a las diez. Lo lamenté, aquel era un lugar magnífico para quedarse encerrado.
Los meseros eran atentos, veloces, con un ritmo que mezclaba profesionalismo y picardía. Uno de ellos me susurró que si quería seguir la fiesta había un sitio con más música, mezcal y mujeres que iría más allá de la medianoche y que todos —él, sus compañeros, varios clientes, quizás hasta los músicos— acabarían allá. Lo descarté. Yo ya venía agotado. Solo quería volver al hotel y envolverme en el aire acondicionado cual si fuera un chapuzón en la alberca.
Aunque ya se sabe, a veces cuando uno se rinde surgen otros planes. Al regresar por la calle 62, antes de doblar hacia el hotel, escuché el eco de un bolero flotando en el aire. Y ahí estaba de nuevo la casona, como si me estuviera esperando para cumplir la promesa que hice a la muchacha cubana que ahí reapareció.
—Estoy de vuelta para tomarme algo con ustedes —le dije—. Creo que llegué a tiempo.
Me sonrió con un gesto sin sorpresa. No soy el primero al que convence.
Entré. Me senté frente al grupo Trío Ensueño que tocaba los boleros. Detrás de mí, dos parejas cuchicheaban sobre sus andanzas de juventud. A mi derecha, un hombre mayor compartía mesa con dos mujeres cubanas que le flanqueaban. Para alguien que mirara de fuera podíamos pasar por nighthawks del Caribe.
La gerente del lugar, una mujer rubia, se acercó a ofrecer la carta. Le pedí un cóctel. Me miró con una mueca de disculpa: el bartender no había venido y ella no sabía preparar bebidas. Tendría que conformarme con una cerveza, a menos que pidiera algo muy simple. Vamos, le dije, creo que usted puede ayudarme. Qué le parece un gin tonic. Solo ponga ginebra en un vaso y complete con agua tónica. Échele un chorrito de limón. Nada más. Está bien, lo intentaré, dijo, como si le propusiera una travesura.
El acento de la mujer rubia también era cubano. Parecía que había aterrizado en una versión paralela de La Habana, esa que vive oculta en el centro de Mérida. Yo encantado. Todo terminó de encajar cuando vi el nombre del lugar en el menú: Bodeguita del Centro.
Al cabo de un rato, llegó el gin tonic. Fresco, bien logrado. La amable gerente me preguntó, con cierta duda en la voz:
—¿Qué tal le pareció?
—Usted tiene una mano con tino. Le dije que lo lograría.
Asintió con la dulzura que caracterizaba a aquel local, una calidez que no estaba en la decoración ni en la carta, sino en las personas. En ella, en la hostess, en otro mesero que me explicó los platillos, en los músicos que me saludaron al llegar como si fuera un viejo cliente. Me sentí en casa, aunque estuviera tan lejos de ella, aunque no la tuviera ya.
Los boleros seguían desfilando sobre el aire tibio del lugar. El Trío Ensueño desgranaba joyas una tras otra: «Usted», «Sin ti», «Bésame mucho», «Noche, no te vayas», «La gloria eres tú». En un impulso íntimo, grabé un fragmento de esta última y lo envié por video a una persona buena, que estaba a cientos de kilómetros, a modo de carta.
Luego vinieron las complacencias. Una para cada mesa, como si cada cliente trajera una herida secreta que necesitara una canción para sobrellevar en paz. Cuando llegó mi turno, pedí «La barca». Esa melodía que, como siempre, me llevó al sentimiento de añoranza que caracteriza a este tema.
Dicen que la distancia es el olvido
Pero yo no concibo esa razón
Porque yo seguiré siendo el cautivo
De los caprichos de tu corazón
[…]
Hoy mi playa se viste de amargura
Porque tu barca tiene que partir
A cruzar otros mares de locura
Cuida que no naufrague en tu vivir…
Terminé conmovido por la música, por el momento. De tanto en tanto intercambiaba miradas cómplices con el hombre de la mesa de al lado y sus acompañantes, quienes también conocían a fondo esas melodías. Seguí pidiendo de beber.
En una ida al baño noté que era tarde y que al día siguiente tendría que madrugar. El lugar, además, empezaba a cerrar. Hay sitios de los que uno no quiere irse, pero de los que es mejor marcharse a prisa, antes de que lleguen los guardias y apaguen las luces o cualquier imprevisto arruine el recuerdo.
Antes de irme, el hombre de la mesa de al lado se acercó.
—Noté que le gustan las canciones Luis Miguel —me dijo.
—Mucho —respondí, sin saber a dónde iba.
—Déjeme presentarme. Soy escritor. Yo escribí la letra de una canción que quizá usted ha escuchado alguna vez.
—¿Sí? ¿Cuál?
—«Yo sé que volverás», de Luis Miguel. Me llamo Luis Pérez Sabido. Mucho gusto.
Me costaba creerlo. Había escuchado esa letra docenas de veces (musicalizada por Armando Manzanero) sin imaginar que un día coincidiría con su autor en un rincón de Mérida, del que pude haberme perdido de haber cedido a la abulia.
—Es un honor —le dije—. Me encantaría mantener contacto con usted, pero me he quedado sin tarjetas.
—No importa. Vuelve aquí. Suelo venir los jueves de boleros.
—Está bien, volveré.
Al salir, saludé a los músicos que ya charlaban con una cerveza en las mesas del jardín delantero. Agradecí tambaleante a la dueña por el gin tonic improbable y, sobre todo, a la hostess, que aquella noche me había abierto la puerta no solo a un gran lugar, sino de algo más profundo: la historia que había salido a buscar.
—Yo estaba perdido antes de verte —le dije—. Y esta noche me has hecho feliz.
Ella sonrió comprensiva ante mi ridículo.
Volví caminando al hotel con el espíritu renovado, recordando una antigua verdad que había olvidado entre correos electrónicos y obligaciones. Lo importante de la vida está allá afuera, escondido en guaridas donde aún suena la música, donde alguien se sienta a conversar sin mirar la hora, donde una desconocida te cambia la ruta con un guiño.
También está en las viejas costumbres: leer, escribir, dejarse tocar por una canción. Me prometí volver a aquella Bodeguita del Centro… y también a eso que más me gusta de la vida. Que nada destruya nuestros amores. Ni los que ya fueron ni los que están por venir.
Contacto
Correo: [email protected]
Twitter: @Bigmaud
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