#4 Tiempos
F. Scott Fitzgerald y sus problemas con las mujeres | Columna de Carlos López Medrano
MEJOR DORMIR
Existen mujeres capaces de encender una chispa en el corazón de los hombres. Y así como esta chispa puede iluminarlos, también puede consumirlos hasta que no queda nada de ellos. Se ha escrito mucho sobre el impacto que Zelda Sayre dejó en Scott Fitzgerald, pero se ha hablado un poco menos de Givebra King, quien llegó antes: ella fue la llama que alumbra al escritor estadounidense como solo puede hacerlo el primer gran amor. Un amor imposible que forjó su carácter y que contribuyó a dejarlo en un estado de perpetua melancolía.
Ginevra King, una joven socialité perteneciente al grupo de las Big Four, las solteras más deseables de Chicago, desempeñó un papel fundamental en la formación del temperamento de Fitzgerald y en los temas recurrentes en su obra desde tierna juventud. Aunque Estados Unidos carece de casas reales, su estatus se asemejaba a una especie de princesa de aquel país. Ecos de su personalidad están presentes en cuentos como El joven rico o Sueños de Invierno. Y de manera más prominente en Daisy Buchanan de El Gran Gatsby, que a la fecha hay quienes enlazan erróneamente a Zelda.
El romance entre King y Fitzgerald se desarrolló entre los años 1915 y 1917, cuando ella tenía dieciséis y él dieciocho. Ginevra, hija de padres adinerados y hechicera de hombres (incluso fue expulsada de la escuela por coquetear desde la ventana con un grupo de estudiantes que la admiraban afuera de su habitación por las noches), estaba acostumbrada a una vida llena de lujos, algo que Scott no podía ofrecerle. A pesar de esto, ella se convirtió en la mujer en la que él depositó sus ideales y deseos. Fue el espejismo que a veces perseguimos en un horizonte inalcanzable.
Ginevra tenía numerosos pretendientes provenientes de familias adineradas que le ofrecían beneficios con los que Scott no podía competir. Es famosa la oposición que la familia de King ponía a aquel noviazgo y la frase lapidaria que alguien le soltó al escritor en una ocasión (algunos lo atribuyen al suegro): «Los chicos pobres no deberían pensar en casarse con jóvenes ricas».
Pero estar con ella era alimento para su egolatría y le hacía creer por un tiempo que formaba parte de un mundo en el que no encajaba. Era un esclavo de su propia imaginación como sugirió en A este lado del paraíso. En algunas de sus historias, deja entrever la sensación que lo embargaba: Ginevra había jugado con él. Del mismo modo en que algunos felinos hacen con sus presas, mostrándole interés y una esperanza que a la postre apagan con zarpazos. La felicidad transmutada en agonía.
En adelante, Fitzgerald no conservó los momentos de alegría junto a Ginevra, sino la amargura y el dolor de la separación. Era un hombre ambivalente, navegando entre la luz y la sombra. Ginevra, en todo caso, fue quien moldeó su actitud hacia la vida, y su ruptura lo empujó cada vez más hacia el cinismo. Las inolvidables líneas finales de Sueños de invierno revelan claramente sus sentimientos.
Hace mucho, mucho tiempo, hubo algo en mí, pero ha desaparecido. Ha desaparecido, ya no existe. No puedo llorar. Y tampoco lamentarlo, porque no volverá jamás.
La relación terminó sin que el autor cumpliera con la penúltima línea de ese fragmento. A través de sus cuentos y novelas, Scott Fitzgerald enviaba señales a la mujer amada, relevando sus pareceres a través de personajes con evidente anclaje a su vida personal. También expresaba vendettas hacia aquellos pertenecientes a una clase social que no lo aceptaba y que tenía el monopolio sobre Ginevra. Ella lo leyó, pero ya no hubo reciprocidad. No necesariamente por falta de ganas, imposible saberlo con certeza, pero sí al menos por inclemente sucesión de circunstancias que alejan a las personas que no están destinadas a estar juntas. La vida separa a los que se aman, con suavidad, sin hacer ruido. Y el mar borra sobre la arena los pasos de los amantes separados, decía Jacques Prévert.
Scott y Ginevra tuvieron pocos encuentros en persona. Mantuvieron, eso sí, una intensa comunicación a distancia a través de decenas de cartas llenas de coqueteos y provocaciones, por lo que su amor tuvo un cariz de imaginario, teñido de una poderosa idealización. Un esbozo del paraíso anhelado. Sin embargo, su final condujo a lo que Salinger describiría como «el corazón de una historia quebrada», un vínculo que deja esquirlas en el interior de quien ha sido abandonado, esquirlas que cada tanto vuelven a arder. Lo que más quería no pudo ser. Había estado tan cerca, había sentido su calor, imaginado el porvenir a su lado, y un mal día… se difuminó entre sus dedos.
Esta relación frustrada dejó a Fitzgerald con una espina clavada en el fondo. Lloró por ella el resto de sus días. Un chasco que tenía espejo en su situación literaria y financiera. El nervio del escritor correspondía a un hombre sabedor de lo que merecía, sin tenerlo. Un hombre endeudado económicamente que a su vez sentía que la vida estaba en deuda con él. Conocía las altas esferas desde el interior. Los lugares, la ropa, las costumbres, personajes, las bebidas. La fortuna estaba ahí, a la mano, pero no podía aprehenderla.
Críticos como Hernán Poblete Varas han apuntado a esa tragedia fitzgeraldiana: alguien que estaba cerca de sus sueños, quien los veía inminentes, a punto de ocurrir… sin que llegaran a concretarse. Entre el frenetismo de la escritura y la bebida (sobre todo esta última), disimulaba o pretendía olvidar lo que había perdido para siempre. Aunque eventualmente llegaba ese momento en el que un recuerdo se interponía en su labor. Entonces rompía en llanto, como un niño perdido.
Los vaivenes de su obra eran insuficientes para asegurar una permanencia en la gloria. Incluso en sus puntos más altos, carecía del dinero conferido por el linaje, el que en verdad cuenta para los magnates y sus allegados. Dentro de las clases sociales hay estratos que trascienden al signo materialista. El old money que atiza las farras de los Beautiful and Damned y que servía de garantía para aquel tipo de muchachas que buscan más un proveedor que un cariño incondicional; alguien que pueda solventar viajes y atuendos como atributo de la masculinidad. Muchos sacrificios han estado motivados por mujeres de pechos grandes enfundadas en vestidos floreados.
Como Borges decía de Oscar Wilde, Scott Fitzgerald era un superficial muy profundo. Su visión del amor interesado quedó patente en un pasaje de El Gran Gatsby en que uno de los personajes relata el colapso de su matrimonio. Myrtle Wilson se casó enamorada, solo para dejar de amar a su esposo una vez que descubrió que no tenía dinero. El horror llegó al enterarse de que en su propia boda había usado un traje prestado por alguien más. «Me casé porque creí que era un caballero. Creí que sabía lo que es una buena educación, pero no valía ni para limpiarme lo zapatos con la lengua».
Fitzgerald era un crítico feroz de las clases altas, pero al mismo tiempo quería inscribirse en ellas y jugar según sus reglas del juego. En este sentido, tenía una visión opuesta a la de Ludwig van Beethoven. Para el compositor alemán, la distinción del genio superaba la mera circunstancia de aquellos que se amparaban en su cuna y título nobiliario para justificar su ostentación. Beethoven creía firmemente que los verdaderos artistas poseían un don que inclinaba la balanza espiritual. En contraparte, Fitzgerald hacía un esfuerzo sostenido por estar ahí con los potentados que le miraban por encima del hombro. Creía que así podría tener el estatus que tanto anhelaba. Además de sentir atracción, sus sentimientos hacia Ginevra estaban en cierta medida fundamentados en el prestigio que ella podría brindarle.
Pero nunca nada fue suficiente para Fitzgerald. La redención que encontraba en la opulencia se desvanecía rápidamente. A pesar de sus gastos y su lucha por mantener un estilo de vida propio de los ricos, siempre había alguien con un coche mejor, joyas más deslumbrantes y la capacidad de viajar durante más tiempo, todo sin caer en deudas. La carrera era imposible desde el planteamiento que él mismo deparó para sí. Mientras que para otros, la riqueza les llegaba de forma natural a través de la herencia, él tenía que forjarla con arduo trabajo por medio de una obra que experimentaba altibajos. Eventualmente la flor se marchitó y no volvió a la altura de los días soleados.
Debido a las necesidades económicas urgentes, Fitzgerald postergó sus proyectos de novelas a favor de escribir cuentos para revistas y trabajar en proyectos cinematográficos. Algunos de los cuentos eran memorables, otros estaban hechos con prisas, con la complacencia del lector en mente. Priorizó los ingresos inmediatos que requería por su agitado modo de gastar, decisión que le pesó siempre, ya que consideraba que las novelas eran su camino hacia la inmortalidad literaria. Las angustias financieras y románticas afectaron su productividad artística, justo la arena en la que podía vencer a todos aquellos jóvenes del jet-set que conoció en Princeton y en las fiestas en las que solo encajaba de medio cuerpo.
Al final, solo pudo completar cuatro novelas, habiendo transcurrido nueve años entre la tercera y la cuarta. Estaba agotado y consumido por las prontitudes y los excesos de la noche espirituosa. Tras la publicación de Hermosos y malditos, hubo un periodo de dos años en los que solo escribió seis cuentos y un puñado de artículos. «Un promedio de cien palabras diarias», como diría en una de sus cartas. Una nadería frente a lo que se esperaba de él.
Tras la ruptura con Ginevra, en 1918 Scott Fitzgerald conoció a Zelda, otra chica agitada que reanimó el fuego que creía perdido… hasta que ese fuego también lo consumió. Siempre hay una mujer que te salva de otra, y mientras esa mujer te salva, se prepara para destruirte. Palabras de Charles Bukowski que aplican para el caso, con la salvedad de que la destrucción fue mutua. Un choque de trenes que tuvo una dramática conclusión para ambos.
Tanto para Zelda como para su familia, la estabilidad económica era igualmente un factor crucial a la hora de formalizar y unirse en matrimonio. De modo que Scott inicialmente fue rechazado por ella, ya que en ese momento aún no había alcanzado el estatus de autor consolidado. Sus ingresos en el mundo de la publicidad y publicaciones en revistas podían ser suficientes para ser feliz en la modestia. Pero ni él ni sus aspiraciones lo eran.
Scott luchó por estar a la altura de las expectativas de unos Roaring Twenties que contribuyó a romantizar. Necesitaba solvencia para sostener la ficción que había cimentado y para llevarle el ritmo a los caprichos de pareja. Su primera novela, A este lado del paraíso, fue un campanazo que le hizo soñar con un futuro próspero que no se consolidó. El endeudamiento fue una constante, una presión que retrató con humor en Cómo sobrevivir con 36.000 dólares al año.
Scott Fitzgerald era un tierno animal que cazaba algunas presas para obsequiar a mujeres que miraban con desdén aquello que tanto trabajo le había costado conseguir. Tal vez, si en vez de cazar, hubiera contemplado la belleza de esos pájaros, dejándolos volar, su historia habría tenido menos chascos y sufrimientos. Un error común entre los hombres es obnubilarse ante la fatuidad de quien los desdeña en vez de aliarse con los seres indefensos que cantan para animarlos.
Como uno de sus tantos héroes trágicos, Fitzgerald terminó enfermo, quebrado y sin los reflectores que merecía. Sumido en la humildad, el purgatorio del dandy. La posteridad le reivindicaría. Su obra se vende por decenas de miles en todo el mundo e inspira a noveles escritores. Emblemas que podría presumir ante aquellos ricachones que le acomplejaban y vedaban la entrada a la alta sociedad. Ellos quedaron en el anonimato, mientras que él ocupa un lugar especial en la historia de la literatura. Beethoven tenía razón.
Pero qué más da si Scott no puede enterarse. Falleció en 1940, pocos días antes de Navidad. Tenía 44 años. Al funeral acudieron cuatro gatos. Se marchó creyendo que era menospreciado y que estaba destinado al olvido. Tal vez Ginevra se acordó de él en alguna hora perdida de abril.
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#4 Tiempos
Victoria tardía y la misma deuda pendiente | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
San Luis salió de la Leagues Cup con una sonrisa que, si se mira de cerca, es más una mueca de alivio que un gesto de orgullo. Sí, le ganaron 2-0 a Minnesota United y firmaron su primera victoria en tiempo regular en este torneo. Pero, ¿de qué sirve cerrar bien cuando todo el torneo fuiste invisible? La historia no se escribe con epílogos bonitos, sino con capítulos consistentes, y San Luis no tuvo ni trama ni constancia.
El triunfo, adornado por el cabezazo de João Pedro y el buen gol de Sebastián Pérez Bouquet, se siente más como el premio de consolación que te dan en la feria por no haberle atinado a nada en el juego de tiro al blanco. Andrés Sánchez, eso sí, atajó lo que tenía que atajar y firmó su primer cero en el torneo, pero hasta en eso queda la sensación de que llegó tarde la reacción.
Pero no hay que olvidar: este equipo viene de un Clausura 2025 para el olvido, con un horrible lugar 15 que exhibió todas sus carencias. La llegada de Guillermo Abascal inyectó algo de orden y discurso, pero el fútbol sigue siendo tan intermitente como una lámpara con falso.
Ahora, regresan a la Liga MX con un reto mayúsculo: demostrar que este chispazo en Leagues Cup no fue otro espejismo. El calendario no espera y Cruz Azul será su primer examen serio. Si repiten los vicios de siempre defensa frágil, mediocampo sin ideas y delanteros desconectados, la liga los volverá a poner en su lugar.
En resumen: ganaron, sí. Recuperaron confianza, tal vez. Pero mientras San Luis siga viviendo de partidos aislados y no de un proyecto sólido, cada victoria será apenas un paréntesis entre largos párrafos de mediocridad. Y la afición potosina, que no se traga cuentos, seguirá esperando el día en que su equipo no sólo cierre bien, sino que empiece, siga y termine igual de fuerte.
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#4 Tiempos
Semana a paso veloz | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Culto Público, hijos de mi domingo a domingo cielito lindo te vengo a ver: Se arrancaron otros siete días al calendario. Como en rueda de la fortuna Ferial, hubo subidas y bajadas. En estos apuntes de viernes, un resumen, de las altas y las bajas, cronología de las que se leen a paso veloz, tanto como los siete amaneceres con sus ocasos. La vida es un suspiro, así que tomen aire y repasemos:
Alegre y fresca mañanita la del domingo pasado… hasta que llegaron las manifestantes a la inauguración del Paseo Himalaya. No querían diálogo, querían reventar el evento. Dijeron ser de la Garita pero el municipio lo duda. ¿Se cruzaron líneas o ya ven “Moros con tranchete”?
El incidente vino a echar más leña a la fogata de indirectas y muy directas acusaciones y fake news que se lanzan en vaivén entre palacios. Hay quien dice que el pleito no es pleito de jefes, sino de acomedidos: esos que, por ganarse puntos, atacan por la libre y sólo enrarecen el aire. Yo coincido.
El domingo se convirtió en lunes (como casi siempre) Anuncian helicóptero para reforzar seguridad. La UASLP vuelve a sus actividades justo cuando se ventila demanda mercantil contra la empresa que le rentó fallidamente el terreno de Lomas. Hay optimismo: la empresa está rendida y sin un peso para las fianzas. El pronóstico es que pronto vuelva el terreno a posesión universitaria.
No se acaba el día y el gobernador da cifras de homicidios más positivos que los que soltó INEGI: de más de 120 al mes que se registraban al principio de la administración, bajaron a 12-17. Ah bueno. Y hablando de cifras y memoria, cierra “Épocas” y se abre el debate sobre reubicar antros. Lo quieren mandar a la periferia; ya le dicen “Antrópolis”, pero por ahora, el tema está en el terreno de las ideas. Pura música, pero sin lugar para la fiesta.
Mientras tanto, en Seduvop se quejan: les robaron postes y cableado de la Vía Alterna. Tic tac… el gobernador prometió entregarla antes de que termine agosto. El tiempo se agota y los robos no ayudan.
Aparece el refrito de un viejo caso y circula como borrego: el del policía de la era de Nava detenido por abuso de autoridad. Hubo quien quiso colgarle el muertito a la actual administración. No son gajes del oficio, son oficiosos haciendo gajes.
Entre tanto y por si andábamos con el pendiente, Salud avisa: 2 de cada 10 embarazos son de adolescentes y acota que no es un aumento inusual, es decir, la calentura de la juventud potosina sigue en sus rangos.
En la agenda federal, Sheinbaum anuncia nuevo titular de la UIF. Al ex titular le encomienda encabezar los trabajos rumbo a la reforma electoral.
Menos pluris y menos gasto al sistema de partidos parecen ser la columna vertebral de la reforma. No a todos los partidos les gusta la idea. Les duele poder perder curules y sobre todo dinero.
Otros que andaban adoloridos fueron una pareja de adultos mayores de Rioverde que salieron a buscar una farmacia y terminaron en el Estado de México. Sólo fue el susto: se perdieron en el camino. (Las medicinas eran para la memoria).
En el altiplano el gobernador Gallardo continúa con sus programas sociales y es tiempo de repartir mochilas, zapatos y útiles para el regreso a clases que ya vienen.
En el reparto de zapatos, también hubo zapatazos: de regreso a la capital el gobernador acusa al alcalde Galindo de financiar panfletos y medios patito. El primer mandatario tronó cuando le mencionaron la versión del supuesto “búnker” desmantelado. Inventan puro mugrero -dijo- e insistió en que la detención en el Club de Golf se trató de un asunto doméstico.
El alcalde revira de inmediato: con un “yo no fui” ni ordeno esas cosas. Lo dijeron en público y seguro se lo pudieron decir cara a cara en la sesión de la Comisión Urbana Metropolitana donde tuvieron que encontrarse. Ahí hubo saludos, abrazo y foto. Los pleitos se quedaron afuera.
En Soledad, avanza el operativo “escuela segura” que cuida que no desmantelen recintos escolares en época vacacional. En la capital, Galindo arranca obra en Mártires de la Revolución. Mártires, también, algunos taxistas que juran que la SCT los quiso obligar a afiliarse al Verde con todo y familia. Nadie muestra pruebas. Mientras, la Secretaría anuncia transporte gratis para la Fenapo y QR en los taxis para quejarse si dan mal servicio.
Llega el Eurocopter N260WH: nuevo, pero modelo 2017 y todavía con placas gringas . ¿Helicóptero chocolate o ya legalizado?
Legalizados o nacionales, son miles de carros y camiones (todas las rutas de transporte urbano lo usan a diario) los que pasan por el puente de Avenida Universidad, que tras años de cero mantenimiento ya presenta fallas estructurales. Se atenderá pronto, prometió el ayuntamiento y avisa que no hay riesgo en lo inmediato.
En la Sierra de San Miguelito, rescatan a un perro pero la historia no acaba: se habla de un posible envenenamiento de canes en esa zona.
Casi mitad de semana y visita Luisa María Alcalde a San Luis. Dice que sí a coaliciones… pero bajo principios. Gallardo recoge el guiño al día siguiente: sí al diálogo, y deja abierta la ventana a la futura alianza porque -dijo- no hay soberbia. Su partido, en cambio, publica encuesta triunfalista presumiendo casi un “dos a uno”. El mensaje de calma, y de bajar la velocidad al tema electoral les entró por un oído y les salió por algún otro orificio.
Mientras se publicaba la contradicción entre el jefe del partido y el gobernador, Gallardo entregó la prolongación de Avenida Salk: 5 km, 4 carriles, conecta desde Circuito Potosí hasta el eje 122. El mandatario la recorrió pedaleando su bicicleta. En el Senado, Lily Téllez pide renuncia de Adán Augusto y en Tabasco arde el debate.
De regreso a San Luis, el caso Peñasco: la Fiscalía confirma que se atenderá como feminicidio. No podría ser de otra manera, fueron tres mujeres asesinadas y una menor herida. Resultados son los que andan ausentes.
Y desde EU presionan por lo mismo: sigue desaparecido Jonathan Brown, norteamericano radicado en SLP. ¿Para cuándo siquiera una pista? Fiscal, could you take the call?
Arranca el operativo “Fenapo Segura”: patrullas, helicóptero y 600 millones para seguridad. Una ausencia es evidente: ni un policía capitalino fue convocado. En otras palabras a Galindo no lo invitaron a la fiesta y cuando es así, pues es mejor ni aparecerse. ¿Policías de Soledad actuando en territorio capitalino? ¿Qué pasó con ese respetillo? Dice el clásico.
Sobre respeto justamente escribió Andy López Beltrán, que está en otra olla caliente, defendió su viaje a Japón y acusa linchamiento conservador. El pleito entre el hijo del expresidente y Luisa María, cada vez es más notorio.
El mismo día advertimos sobre Idealz, patrocinador de la Fenapo: rifa de grandes premios con esquema sospechosamente parecido al de una empresa fraudulenta. Demasiado bueno para ser verdad. Claro, los boletos Fenapo son gratis… pero sólo al principio. Si la gente se engancha será bajo su propio riesgo. Cautela. Las variantes de la estafa Ponzi al principio dan rendimiento y seguro entregarán los premios, el problema viene cuando se vuelve insostenible. Las finanzas no son un juego, por cierto Banxico baja tasa a 7.75%.
Luego de mandarse recados con subtexto apenas un par de días antes, Sheinbaum y Gallardo se encuentran en persona en Palacio Nacional junto con otros gobernadores cuatroteístas y revisan IMSS-Bienestar y la consolidación del hospital de Ciudad Valles. ¿Sólo de eso hablaron? Sí, claro. (Otro guiño por favor).
En Soledad, Navarro va por 100 escuelas rehabilitadas. En la capital, Plan de Ayala recibe obras. Sectur pide más presupuesto. Y en el frente moralista, se juntan 6 mil firmas contra concierto de Marilyn Manson… mientras sus fans ya acampan afuera de la Fenapo.
Ufff, semana movidita y hoy viernes, arranca la Fiesta del verano con expectativa de 8 millones de visitantes. Semana de jaloneos, acusaciones, señales, puentes, abrazos políticos, encuestas triunfalistas, helicópteros nuevos, perros salvados y una vuelta más en la rueda de la fortuna. Ojalá la feria sirva para aflojar un poco el nudo (sin albur)… aunque sea con banda, cumbia o rock satánico.
Hasta el lunes.
Yo soy Jorge Saldaña
También lee: La soberbia interrumpe | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
La soberbia interrumpe | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
¡Ah, la soberbia…! Veneno que fascina, descarga eléctrica, efímera pero intoxicante, pecadora vanidosa, creadora de méritos exagerados, embustera y cruel consejera. ¿Qué harían los políticos sin ti?
Culto Público, hijos de los mensajes encontrados:
El gobernador Gallardo recibió el mensaje. El mandatario y la presidenta Sheinbaum, a lo lejos y como por telegramas, pero están platicando.
El mensaje con doble filo que vino a traer Luisa María Alcalde, se selló de recibido y ayer mismo fue contestado.
La respuesta del gobernador fue inteligente, calculada y con entrelineas.
El mandatario aseguró estar abierto a las alianzas y al diálogo rumbo a la construcción electoral del 2027.
Es decir, que estaría dispuesto a negociar para que el Partido Verde vaya junto con Morena en la elección que se aproxima aprisa. (El PT es accesorio).
En el subtexto, la declaración fue un: “No te llevo la contraria presidenta, pero vamos negociando…”
Y es que abrir esa ventana aliancista (que Luisa María dejó con un solo seguro) implica que el Gallardismo tiene presupuestado en sus escenarios cumplir con las condiciones que tan enfáticamente planteó la líder guinda de no postular familiares de gobernantes, en otras palabras, que el proyecto de la senadora Ruth González podría cambiar de rumbo bajo las condiciones correctas.
Se entiende, claro, que de ser así, el Verde por su fuerza estructural y peso específico que ha construido en el estado, “llevaría mano” para escoger al abanderado.
El escenario es posible, y al menos con los números de ahora, la alianza 4T en SLP generaría una elección dividida en dos pero con muchas posibilidades de continuidad para el proyecto Gallardo.
Repito, con los números y las circunstancias de hoy, pero hay que tomar en cuenta que en estos asuntos las condiciones cambian en minutos, ya no digamos en los 668 días que todavía faltan para el primer domingo de junio del 2027.
En el panorama planteado, Morena otra vez se quedaría mirando, si acaso negociando alguna que otra diputación federal, lo que es una condición de riesgo. No hay que olvidar que, cuando a los Morenistas no les gusta el candidato (Recordemos a Mónica Rangel, Xavier Nava y Sonia Mendoza) prefieren votar por la oposición que cerrar filas a ciegas…
Además, para nadie es un secreto que la líder local de Morena, Rita Ozalia Rodríguez, ha declarado que en su visión y contexto, su partido prefiere ir solo, específicamente sin el Verde.
Tampoco está escondido el hecho que la relación local entre Morena y Verde es tan distante como Australia de Saltillo.
¿Cómo entonces equilibrar la fórmula y aliviar las fricciones? El gobernador comenzó por llamar a la calma.
“Falta mucho, andan muy acelerados” dijo.
Tiene razón, sin embargo su invitación a relajar las cosas probablemente ya no esté en sus manos porque sin querer, o queriendo, él mismo fomentó que los tiempos se hayan adelantado y una bola de nieve de bajada no se para de un grito.
Al final en su respuesta a Luisa María el jefe del ejecutivo estatal dijo algo muy, muy importante: aseguró que no había soberbia en su partido como para sentirse que pueden solos…(no estamos “ensoberbecidos” fueron sus palabras) buen remate y un énfasis a su favor.
…Pero el diablo no duerme.
Más tardó en tejer su respuesta Gallardo, que su partido en arruinarle el mensaje.
Salió Nacho Segura, presidente del Verde, a derrochar altivez: “El Verde toma la delantera rumbo al 2027 ”.
Sustentado en una encuesta de De las Heras Demotecnia, Segura Morquecho compartió cifras en las que su partido prácticamente es inalcanzable y gráficas en las que casi saca un dos a uno contra Morena.
En un tono, que de plano suena sobrado, aseguró que “reconoce el entusiasmo de Morena (como diciendo ‘échenle ganas’) pero los datos duros favorecen al Verde”.
Pffff… ¿Qué parte no entendió Nacho de lo que dijo el gobernador?
Nadie duda de los números, pero si el primer Verde del estado está tendiendo puentes y diciendo sí al diálogo y a la posibilidad de alianza con Morena, ¿qué necesidad de echarles en cara una encuesta en la que los aplastan?
¿Por qué asumir que la respuesta a la visita de la presidenta de Morena le correspondía darla al presidente local del Verde?
¿Por qué derribar el mensaje de no soberbia y el llamado a calmar las aguas con un discurso de provocación?
¿Desacelerar publicando encuestas?
En términos prácticos, fue un desafiante: “nosotros podemos solitos, somos más grandes, no necesitamos a Morena, les ganamos por el doble, la gráfica te humilla, escupimos más lejos y mi papá es bombero y te moja…” (casi, casi).
Altivez al grado que Ricardo Gallardo fue contradicho: Sí hay soberbia.
(Ni modo, es condición humana, nadie es perfecto ni esta nadie exento, aquí no se tira la primera piedra).
Con razón se enoja el mandatario. Que bueno que mejor se fue a inaugurar la prolongación de Avenida Salk (que le quedó bien).
Dos temas de remate:
Ayer el rector publicó un mensaje en X (antes Twitter) en la que aparece con la secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez. El texto, con cortesías sobre el encuentro, no revela más sobre los temas que trataron, pero por lo seguro no platicaron ni del clima ni de próximo mundial.
Hay una controversia constitucional promovida por la UASLP contra el congreso y contra el IFSE que insisten en auditarlos. La Uni insiste en que su autonomía está de por medio.
También está vivo el tema de la deuda del gobierno del estado con la máxima casa de estudios. ¿Pedirían la intervención federal como en otras ocasiones, pero ahora en Bucareli 99?
Son temas que se me ocurren. Pronto saldré de la duda y se los comparto.
Finalmente, y aunque tarde (como la hora en la que solía llegar jaja), le quiero agradecer a mi amigo Mike Bustamante, mi Patas, Michelle, Gabriel, mi Paita, mi Heber y a todos los que hicieron posible “Epocas”, lugar donde la pasé y me trataron siempre de maravilla. Los años se van, los recuerdos se quedan. Gracias.
Hasta mañana.
Yo soy Jorge Saldaña.
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