#4 Tiempos
¿Cómo detengo una epidemia? | Columna de Andreu Comas García

La Ciencia de la Salud
En las últimas dos columnas expliqué que es y por que se da una epidemia. Recordemos que una epidemia es cuando tengo más casos de los esperados, en un lugar particular para un momento determinado. En donde, además hay una transmisión local efectiva que permita que el crecimiento en el número de los casos no sea lineal. También hemos aprendido que hay varias causas o motivos por el cual se da una epidemia. Hoy la pregunta a contestar es ¿Cómo detengo una epidemia?
La respuesta rápida y teórica es muy sencilla, rompiendo la cadena de transmisión. Aunque la respuesta es fácil, su implementación puede ser complicada. El primer paso sería saber como se transmite el patógeno, sí es por vía respiratoria, por la vía fecal-oral, por sangre, por vía sexual, mediante un vector, etc.
Conocer la vía de transmisión nos permite conocer el tipo de medidas de protección, barrera y asilamiento necesarias para que el patógeno no se siga diseminando por una comunidad. Así mismo, permite elegir cuales los tipos de muestras más adecuadas para hacer el diagnóstico de la enfermedad.
No es lo mismo que un patógeno se contagie por vía respiratoria (influenza, coronavirus, rinovirus, etc), que por sangre (VIH, hepatitis C, hepatitis B), por vía sexual (VIH, Hepatitis C, Hepatitis B, Zika), por vía fecal-oral (polio, Hepatitis A, rotavirus, norovirus, etc) o por vectores (Dengue, Zika, Chikungunya, Fiebre Amarilla, etc).
Sí un patógeno se disemina por vía respiratoria, entonces el aislamiento de contacto y respiratorio es esencial. Sí se transmite por sangre, el no usar drogas intravenosas, el esterilizar material quirúrgico, el usar barreras de protección al estar en contacto con sangre y el detectar los patógenos al donar sangre son las medidas mas eficaces. Aquellos transmitidos por vía sexual se pueden evitar con el uso de condón y mediante el diagnóstico masivo en personas con factores de riesgo. La vía oral-fecal con higiene de agua, alimentos y manos se corta la transmisión. Y al final tenemos dejo lo más difícil, aquellas enfermedades transmitidas por un vector (mosquito, chinche, mosca, pulga, etc), ya que el tamaño de las poblaciones de estos insectos es enorme, no podemos erradicar a estos insectos y por lo tanto, a lo mucho se puede llegar al control vectorial.
Lo segundo es conocer cuatro datos muy importantes: 1) la duración del periodo de latencia (tiempo que tarda alguien desde que se infecta hasta que se vuelve infeccioso); 2) duración del periodo de incubación (tiempo que tarda alguien desde que se infecta hasta que tiene síntomas); 3) la duración del periodo infeccioso; y 4) la relación numérica (proporción) entre infectados con síntomas y sin síntomas.
Estos datos nos permiten saber cuanto tiempo después da la exposición podemos hacer el diagnóstico de la enfermedad. También nos permite calcular el tiempo que tengo que mantener a un individuo aislado o cuanto tiempo el individuo tiene que usar medidas de barrera para no diseminar la infección. Por otro lado, esto permite calcular el tamaño, velocidad e impacto de la epidemia y, por lo tanto, el costo de las medidas (y de no hacer nada).
Sí conocemos la proporción de sintomáticos: asintomáticos infectados, entonces podemos saber que tantas personas tengo que diagnosticar, cuantas tengo que aislar y que tan fácilmente se puede dispersar la enfermedad sin darnos cu enta. En el caso de influenza por cada infectado sin síntomas hay dos con síntomas, en el caso de SARS-CoV-2 por cada persona sin síntomas hay uno con síntomas, pero en el caso del Dengue o del Zika, por cada persona con síntomas hay tres sin síntomas.
No es lo mismo un patógeno que a los 3-4 días de haber estado en contacto una persona empieza a contagiar y que uno o dos días después ya tiene síntomas (por ejemplo, influenza). Estos tiempos cortos nos permiten detectar con mayor facilidad la cadena de transmisión y que el aislamiento a la persona durante un tiempo razonablemente corto (y que así sea posible que la gente lo cumpla). Lo ideal es que el aislamiento de alguien expuesto a un patógeno dure tres veces el periodo de incubación, en este ejemplo serían 15 días.
Pero sí por ejemplo el periodo de incubación es prolongado como en el caso de la varicela (10-21 días), el asunto se complica. En este ejemplo el asilamiento del paciente tendría que durar de 30 a 63 días, lo cual en la vida práctica es muy difícil de lograr. Otro ejemplo más complicado sería la infección por el VIH, en donde el periodo de incubación va de 5 a 10 años y la persona puede contagiar antes de tener síntomas.
Otra situación importante para el control de la epidemia es poder detectar de manera masiva y rápida a los infectados. Un buen ejemplo de estos ha sido la epidemia de SARS-CoV-2. En los países que han tenido un buen control de la epidemia se realizaron pruebas de detección masiva (asilando a sospechosos y confirmados), lo cual rompía la cadena de transmisión. En cambio, la estrategia centinela propuesta por el Dr. Hugo López-Gatell únicamente permitió detectar unos pocos casos, pero no los suficientes para cortar la cadena de transmisión.
Adicional a todo lo demás, sí existen vacunas y/o fármacos contra la enfermedad que sean empleadas de manera estratégica y razonada (y no populista y electorera), se puede contribuir de manera importante al control de la enfermedad. Esto último ha sido un factor que permitió controlar rápidamente la pandemia de influenza del 2009 y que no ha permitido controlar la pandemia de SARS-CoV-2-
Finalmente, sí a todo lo anterior le agregamos que tanto contagia una persona, con que rapidez ocurre en contagio y sí también se infectan otros seres vivos, entonces podemos diseñar, modelar e implementar la mejor estrategia (con el mayor costo-beneficio posible) que nos permita erradicar, controlar o mitigar una epidemia.
En la próxima columna les contare la historia de un individuo que descubrió virus, que propuso porque se dan las epidemias y pandemias de influenza y que, sobre todo diseñó la mayoría de las vacunas que hoy se usan.
También lee: ¿Por qué se da una epidemia? | Columna de Andreu Comas García
#4 Tiempos
El Porvenir de Gerli y la eterna lucha barrial | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Aquella noche en el barrio de Gerli, en la provincia de Lanús en Buenos Aires, el aire parecía teñido de historia: me acerqué al portón del Club Atlético El Porvenir, en Blanco Encalada 400, rodeado de otras instituciones barriales que comparten el paisaje. Entrar al predio es respirar un siglo de pasión llevada por vecinos, familias y generaciones.
Me recibió el viejo estadio Gildo Francisco Ghersinich cuyo césped guarda las huellas de aquellos fundadores anarquistas de 1915 con sus tablones, su cemento y esa capacidad para aliviar el alma de casi 14,000 simpatizantes. Imaginar su fundación y primeros ascensos, las historias de lucha para conseguir una cancha propia y su gloria en la B intermedia y profesional es entender por qué El Porvenir no es solo un club: es un refugio.
Me tocó conocer a Fede, hincha de toda la vida que cuenta cómo resistieron desde el ascenso hasta el triunfo en la Primera D en mayo de 2023, pasando por aquella legendaria victoria en Copa Argentina frente a Lanús, un símbolo del ascenso que sueña con ser grande de nuevo. Esta es la magia del fútbol íntimo, el fútbol romántico de los clubes de barrio: esfuerzo colectivo, identidad barrial y orgullo poblado de relato y sudor.
Pero la visita también mostró grietas profundas: la dirigencia que encabeza Enrique Merelas (presidente por más de cuatro décadas) no esquiva el conflicto. El Porvenir enfrenta una crisis institucional que pone en riesgo todo ese legado comunitario. En febrero de 2025, la AFA suspendió la afiliación del club tras una denuncia presentada por el intendente Julián Álvarez ante Personas Jurídicas, acusando al municipio de intentar intervenir en la entidad. La intención habría sido deslindar el control sobre El Porvenir, excluyéndolo de todos los subsidios y dejando al Porve a su suerte.
La respuesta del club no fue tímida: se presentó una denuncia penal contra Álvarez por abuso de autoridad, discriminación, violencia institucional y filtración de información confidencial, denunciando marginación y persecución institucional. Las pintadas amenazantes aparecidas en los alrededores del estadio contra Merelas intensificaron la tensión, y la dirigencia llamó a socios y vecinos a defender su autonomía.
Afortunadamente, en marzo la AFA levantó la desafiliación preventiva: El Porvenir pudo volver a competir en la Primera C, debutando oficialmente el 18 de marzo ante Club Mercedes, tras semanas de incertidumbre. Pero aún pesa sobre el club un futuro incierto y una dirigencia cuestionada por aquellos que entienden que 44 años al frente de una institución no pueden justificarse con tradición si dejan estancamiento y despoblación de sueños.
En mi paso por la sede sentí esa contradicción: el club late con fuerza colectiva, con un barrio que lo respeta y lo habita, mientras que en los despachos internos se libra una batalla política que podría definir si El Porvenir se preserva como corazón barrial o se apaga por políticas ajenas.
Este club resume lo mejor y lo más complicado del fútbol argentino: su capacidad de emocionar desde lo modesto y lo comunitario, sin más hierro que la camiseta blanca y negra heredada del Sunderland argentino, y sin más ambición que resistir como espacio de encuentro. Pero también muestra cómo la política pretende apoderarse del alma de los clubes y puede quebrar ese romance que lo hace único.
Mi visita a Gerli me dejó el eco de cantos que nacen en gradas humildes y el pulso firme de gente que no se rinde. Ojalá los clubes de barrio, como El Porvenir, sigan siendo faros de pasión y memoria, y ojalá sus dirigentes internos y externos entiendan que la máxima autoridad no es el poder político, sino el cariño del socio y la voz del barrio.
Ojalá un día en México, entendiéramos un poco del fútbol de barrio.
También lee: El pasado vestido de visitante | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
Medio siglo del FIS-MAT, en honor a Mat. Silvia Sermeño | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
En 1975 se realizó el primer Concurso Estatal de Física y Matemáticas para Escuelas Secundarias del Estado de San Luis Potosí, que ahora se conoce como Fis-Mat, el Concurso Regional Pauling de Física y Matemáticas que llega a estar conformado hasta por veintitrés concursos en las áreas de física, matemáticas, biología, química, astronomía, nanotecnología, ciencias naturales, ciencias del espacio, filosofía, donde participan estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria. El Fis-Mat es el segundo concurso más antiguo del país y ha sido de cierta forma el conformador de los diversos concursos en México en las áreas en las que se enfoca, tales como las olimpiadas de física, matemáticas, química, etc.
El Fis-Mat es el único concurso de este tipo en el país y ha fincado toda una tradición. Con lo cual la edición 2025 del concurso marca cincuenta años de historia de uno de los concursos más importantes del país. Cada año el Fis-Mat es dedicado a un personaje relacionado con las áreas del conocimiento que abarca que haya destacado y contribuido al desarrollo de las mismas. Este año el concurso ha sido dedicado como un homenaje a la matemática Silvia Sermeño Lima por su papel desarrollado a lo largo de treinta años al desarrollo y enseñanza de las matemáticas en la Facultad de Ciencias de la UASLP, por lo que el Fis-Mat se ha denominado XLVI Concurso Regional “Pauling” de Física y Matemáticas “Silvia Elvira Sermeño Lima”.
El Fis-Mat nació como una iniciativa para alentar el estudio de disciplinas científicas en los jóvenes mexicanos con énfasis en los potosinos, apoyando su formación con actividades extraescolares y despertando vocaciones. Fue una iniciativa de los estudiantes de la antigua Escuela de Física y del dos veces galardonado con el Premio Nobel, el Dr. Linus Pauling, por lo que ahora asume su apellido y se dedicada a un personaje en especial como en esta ocasión es la Mat. Silvia Elvira Sermeño Lima.
Silvia Sermeño Lima estudió matemáticas en El Salvador su país natal y vino a México a continuar sus estudios y desarrollarse profesionalmente. En 1981 ingresó como profesora a la entonces Escuela de Física de la UASLP a colaborar en el desarrollo de la carrera de profesor de Matemáticas que acababa de iniciar actividades, así como encargarse de los cursos básicos formativos de las carreras de física y electrónica que existían en aquella época. Posteriormente se abrirían más opciones profesionales en el área de matemáticas y estaría participando en la formación de esas nuevas carreras de matemáticas.
Su labor en la ya Facultad de Ciencias fue intensa y estuvo a cargo de materias de matemáticas y formando a los jóvenes interesados en esta disciplina, en especial a quienes deseaban dedicarse a la enseñanza de las matemáticas en los diversos niveles educativos.
Su profesionalismo y dedicación en la educación y formación de matemáticos en San Luis Potosí fue determinante para consolidar este proceso que en la actualidad sigue siendo formador de matemáticos por la Facultad de Ciencias de la UASLP a nivel licenciatura y de posgrado en las áreas de educación matemática y matemáticas aplicadas.
Como un reconocimiento a su labor en la Facultad de Ciencias desde 1981 hasta el año 2009, cuando se jubiló como profesora de matemáticas se le han dedicado los trabajos del XLVI Concurso Regional “Pauling” de Física y Matemáticas, asignándole su nombre en este marco conmemorativo de medio siglo de existencia de tan importante concurso, donde se han dado cita estudiantes del nivel básico de diversos estados del país y que ha sembrado toda una tradición en nuestro estado.
Felicidades a la Mat. Silvia Elvira Sermeño Lima, y al Fís-Mat.
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#4 Tiempos
El poder y los tigres que llevamos dentro | Columna de León García Lam
LA VOLUTA
Trump está en el aparador internacional acusado -otra vez- de un escándalo sexual. Quiero aprovechar ese caso -y otros- para comentar que, cuando alguien ostenta una dosis de poder, algo en su interior se desata. ¿Por qué ese descontrol adquiere casi siempre un tinte sexual? ¿Por qué políticos, sacerdotes y artistas son recurrentemente acusados de sexualidad desbordada? Y, sobre todo: ¿por qué deberíamos vigilar especialmente el comportamiento sexual de quienes ostentan cargos públicos?
Vayamos a las civilizaciones clásicas, aquellas que asociamos con bacanales y hieródulas. ¿No prueban esas civilizaciones que el desenfreno sexual es una constante de la naturaleza humana? En efecto, pero hay una diferencia clave: aquel desenfreno era ritualizado y regulado. Si nos parece escandaloso solo es porque lo juzgamos con nuestra moral. El verdadero exceso ocurre cuando se transgreden las normas de la propia época: piense usted culta lectora de La Orquesta, en Calígula o Nerón, cuyas prácticas nefandas —que conocemos por Suetonio—escandalizaron incluso a sus contemporáneos.
Ante el riesgo del desenfreno, las primeras comunidades cristianas optaron por una solución radical: si el poder corrompe, mejor amputar la sexualidad de quienes lo ejercen. Así nació el celibato sacerdotal. Hoy sabemos que la estrategia clerical fracasó en incontables casos—como los “sobrinos” que eran hijos y las “amas de llaves” que eran concubinas—, pero reconozcamos que la intuición católica fue certera: lo reprimido se desata con el poder.
Freud nos ha gritado la respuesta que buscamos en su famoso libro El malestar de la cultura. La civilización exige reprimir nuestros deseos: trabajamos cuando queremos dormir, callamos cuando ansiamos gritar. Esas renuncias se acumulan en el inconsciente como energía latente. No hay ser humano—hombre o mujer— que escape a este control de la voluntad. Todos llevamos tigres agazapados en la psique , esperando su momento de saltar, sacar las garras y desenfrenarse.
He aquí el problema: cuando alguien accede al poder —político, económico o social—, sus tigres hambrientos quedan en libertad. El brillo en los ojos del recién investido es la alegría de la fiera que siente la cercanía de sus presas. Trump es el ejemplo obvio, pero basta mirar alrededor para encontrar casos nacionales y locales —políticos, empresarios, artistas— que usaron su influencia para liberar demonios personales. Redes de niños y niñas, secretarias, alumnas, asistentes, clientas, chicos y chicas buscando fama y un largo etcétera.
¿Está mal ser un libertino? Me parece que no. Siempre y cuando los actos empleados no sean por medio del poder público o en contra de las leyes civiles.
Si exigimos declaraciones patrimoniales a los funcionarios, para garantizar que no se hinchen de dinero con el erario, quizá deberíamos pedir también “declaraciones mentales”. Porque todo poder libera a las bestias interiores.
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