octubre 9, 2025

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#4 Tiempos

Semana “Santa” potosina en disputa | Jorge Ramírez Pardo

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Semana Santa

Enred@rte

 

Luego de ancestral ejercicio tradicional, con carga ritual de predominio levítico, la denominada Semana Santa, se convirtió para la capital potosina en máximo imán turístico para jalonear clientela en ascenso.

Sin embargo, hay usos y gustos por encima de ello.

Para lugareños y turismo local, persisten costumbres y ritualidades populares sincréticas. Si bien surgidas de una catolicidad doliente, adoptaron elementos de identidad y hedonismo en diversión, cada vez más alejados de sentimientos culpíjenos/atávicos. En suma, se opaca la expiación, quedan la ritualidad y el juego. Son días de vacaciones y rentabilidad.

Hay también oferentes de puestas en escena de predominio artesanal (consabido es que las autoridades le apuestan a la diarrea de programación/amiguismo y no a calidades artísticas). De lo mejor, el ejercicio callejero escénico por la libre. 

Los administradores de presupuesto artesanalizado, se compiten y no alcanzan a forjar una suma de medianías. Hay carteleras con programa estatal y municipal. Esto es, suma de restas y contribución a identidades confusas en baja competencia. En la capital, reciclaje de imagen gallardista o navismo es sólo herencia involuntaria aprovechable.

                    ***

Sin embargo, más allá de lo oficial marchito, hay ejes y condiciones para apuntalar una semana de celebraciones luctuoso/festivas, como son:

La procesión del silencio, evento de fin de jornada durante el denominado Viernes Santo. Elegante parafernalia y montaje; expiatorio para algunos participantes. Desfile en grupos/cofradías de marchantes peregrinos durante 3 horas en un ejercicio escénico capaz de congregar, por excepción, a distintos sectores sociales. Escenificado en la ciudad mexicana más pletórica en clubes privados excluyentes por habitante y kilómetro cuadrado.  Los hombres con el rostro escondido en vestuarios oscilantes entre sádicos kukusklanescos y verdugos de inquisición. ¿Será el inconsciente?, porque las formas remiten ejercicios discriminatorios/vejatorios contumaces. A esta procesión le sucede lo mismo que a los numerosos como débiles museos en la ciudad, son de gran atractivo para quienes no los han visto nunca y de enorme sopor para lugareños cuando ya se vieron una vez, porque carecen de innovación. En ambos casos, la arquitectura juega un papel fundamental como escenario generador de una atmósfera como de película de época.

La procesión del silencio, a inspiración de la Sevilla en España, fue traída a San Luis Potosí por el, entonces torero en plenitud, Fermín Rivera Malabehar y su esposa, de origen peninsular ibero, María de los Ángeles Agüero Ereño.

Su recorrido tiene como punto de partida el templo del Carmen en la plaza de igual nombre. Iglesia, por cierto, en su modalidad barroca/churriguera de las mejor dotadas en esa modalidad. La plaza tiene en su perímetro, un conjunto arquitectónico, si bien ecléctico, armonioso en su diálogo con piezas neoclásicas. Con recorrido en diálogo por un perímetro de amables arquitecturas colonial y neoclásica.

La gastronomía potosina de unos lustros a la fecha, además de enchiladas potosinas, gordas de maíz quebrado horneadas con leña de mezquite, barbacoas, variedad de quesos,  tacos mineros y Camila; la oferta gastronómica local se ha impregnado/enriquecido con platillos huastecos, zacahuil, enchiladas, cecinas y bocoles; afirma guisos d el altiplano árido, menos visibles, pero de recia personalidad, como el asado de boda; y frutos de cactáceas, palmito, tunas cardonas y diversas, garambullos, cabuches; bebidas sagradas, mezcal, colonche, aguamiel y pulque. Hay un postre inigualable, el queso de tuna.

Museos no interactivos. La capital potosina cuenta con una decena de museos de desigual oferta y calidad. De excepcional vitalidad, en este momento, es la Casa de la Cultura en la avenida Venustiano Carranza (oficialmente denominada museo) y el Museo Caja Real. Los hay que tienen valor por sus inmuebles (Teatro de la Paz, Museo de la Máscara) o acervos, pese a la inmovilidad y rigidez anacrónica de sus guiones museográficos. Tal sucede con los museos: Regional potosino, de historia/arqueología, y el escultórico Federico Silva, la exprisión convertida en Centro de las Artes, con un museo temporal armado con piezas prestadas por el legado Leonora Carrington.

El casco fundacional. Obvia apelar a un recorrido por el espacio reticular fundacional o Centro Histórico, dotado de cientos de fincas trastocados, pero numerosos monumentos, y tal cantidad en plazas y jardines, signada por el barón de Humboldt como “La ciudad de los jardines”.

El Parque. También de excepción y por encima de las temporalidades de mando, el Parque Tangamanga es el gran obsequio recreativo/emocional para los potosinos y visitantes.

En fin, hay escenario y fiesta por encima de las medianías de coyuntura.

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Fanfarrias afinadas

El Colegio de Bachilleres de San Luis Potosí celebra su 35 aniversario. Parte de la conmemoración comprende la realización de distintos certámenes. Las premiaciones de distintas categorías, se realizarán en el municipio de Xilitla entre el miércoles y jueves próximos, pero ya hay algunos adelantos.

En la categoría de poesía elaborada por trabajadores, el primer lugar fue para el maestro Alfonso Badillo Dimas, actual director del plantel de Cobach en Moctezuma. Aplausos para él, amigo y colaborador de este espacio de opinión.

 

Murmullos desafinados

No soplan buenos alientos para la designación de quien vaya a dirigir el Centro de las Artes. Dardos apuntan hacia timoratez en reciclaje.

 

BIO: Jorge Ramírez Pardo, [email protected], periodista y cinematografista por la UNAM.

 

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#4 Tiempos

Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta

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Apuntes

Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.

Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.

Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.

Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.

En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.

Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir

. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.

No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.

Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.

Punto.

Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.

Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.

Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.

Yo soy Jorge Saldaña.

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Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.

Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.

Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.

El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.

Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.

Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.

Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.

Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.

Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.

También lee: Manuel Nava, médico, humanista impulsor de la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?

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APUNTES

 

Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?

La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?

Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.

Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.

¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.

Deme una salida, presidente…

— Ok.

Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú

… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.

—Ganamos.

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña

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Opinión

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