#4 Tiempos
Óscar Valle, el farsante | Columna de Jorge Saldaña
Tercera Llamada
Si le hubieran conectado un detector de mentiras al Oficial Mayor del ayuntamiento, Óscar Valle Portilla, durante la entrevista que le hicieron respecto a la evidente ilegalidad en las asignaciones de obra pública, seguramente el aparato se hubiera sobrecalentado al punto de la explosión por tanto embuste que el funcionario navista soltó.
Parece increíble, Culto Público, el nivel de cinismo de este recién llegado a la función pública para que, ante la evidencia, los documentos, la ley y los números verificados, tenga la cara tan dura para sostener que en esta administración el proceso de asignación fue “muy bien cuidado y no hay violaciones a la ley”.
Mentiroso.
La lista que publicó el propio ayuntamiento pone al descubierto su charada, y a menos que el encargado de firmar los contratos y ejecutar los procesos de asignación de recursos no esté enterado de que el propio alcalde en su cuenta de Facebook y la administración entera puso en modo público la lista con los montos y modalidades de asignación de cada obra, las ganas de Valle Portilla por verle la cara a los potosinos imponiendo su versión de las cosas, llega al grado de la ofensa.
Ahí están los números y no mienten. Ahí está publicado en el decreto número 766 en el diario oficial en el que se establecen los montos para las adjudicaciones directas, invitaciones restringidas y licitaciones.
Punto. No hay vuelta de hoja ni lugar a interpretaciones, no pudieron adjudicar directamente las obras mayores al millón 229 mil 600 pesos.
De esa cantidad y hasta los 3 millones 456 mil 800 pesos tuvieron que ejecutar la modalidad de la invitación restringida pero tampoco lo hicieron.
Las obras que superan esos 3 millones 456 mil 800, tuvieron que ser licitadas públicamente. Así de fácil y así de claro.
Pero no. En al menos 27 obras de las 80 que tanto presume el municipio, tuvieron que acudir a la invitación restringida y no fue así. En 4 obras multimillonarias (16 millones de pesos en conjunto) tuvieron que licitar. No hay más y ni para dónde hacerse. Es la Ley y fue justamente la autoridad capitalina la que hizo pública tanto la lista de obras como los montos y el decreto que rige dichos procedimientos.
¿Por qué salen ahora con que es mentira si ellos mismos lo dieron a conocer?
Ahí está en la página, Culto Público, todo cuanto le digo, lo invito a que lo consulte: https://sanluis.gob.mx/wp-content/uploads/2019/01/Obras_Oct_Dic_18.pdf (para más fácil solo acuda a la página, ahí está un recuadro azul que invita a consultar las obras públicas).
Ya estando ahí, Culto Público, revise el monto asignado a la constructora Quid, a la constructora Torres, a la empresa Maquinarias y Rentas y a la empresa PaviAsfaltos, para que usted mismo pueda comprobar que las cantidades superan lo establecido por la ley. (También será muy interesante si usted puede enterarse de quién son dichas empresas y con quiénes del municipio están emparentados los dueños… se lo dejo de tarea)
En fin que el mentiroso, el farsante, el nombrado Oficial Mayor del municipio, prefiere cerrar los ojos y comportarse intolerante a los señalamientos irrefutables sobre sus falacias.
Ya instalados en la soberbia, dan a ver que tienen prohibido aceptar sus errores, quizás porque no lo son, pues parecen más “enjuagues”, “bisnes” y un propósito descarado de consentir a constructores que ellos eligen, con un desdén absoluto hacia la norma y a la legalidad. Al menos eso dejan ver.
Y pensar que se quejaban tanto de Gallardo a los que no les comprobaron nada, y ahora los que se sintieron superiores morales, los navistas, cometen lo mismo y a ojos vistos.
Bien hace su ex asesor en temas de transparencia, el destacado periodista Victoriano Martínez, en exhibirlos al recordarles que están cometiendo justamente lo que tanto criticaron de la administración anterior queriendo publicar mil veces sus mentiras para intentar convertirla en verdad, al mismo tiempo que promueven su imagen con dinero público.
Así está el señor Valle Portilla, queriendo imponer su versión a cualquier costo y se siente como José Alfredo Jiménez por aquello de que “su palabra es la ley”. Al menos en los medios a los que puede controlar.
Total que el mentiroso Óscar dice que no se violó la ley… pero si se violó. Las pruebas lo desmienten.
El charlatán también apodado “El Papayo” asegura que existen “dictámenes” en el comité de obras que justifican la adjudicación y los montos… pero no los muestra.
También se le olvida al farsante Óscar Valle, que ningún dictamen de un comité podrá estar por encima de la Ley. ¿A quién le quiere ver la cara?
Dice el mentiroso que siempre miente y miente siempre, (JuanGa dixit) que “existe el compromiso de dar a conocer a la opinión pública acerca de cuáles fueron licitadas, cuáles adjudicadas y la de invitación restringida como lo permite la ley”.
Qué bruto, diría el Chavo del Ocho. Eso ya lo publicaron, y de 82 obras, 81 las adjudicaron directamente. ¿Qué no estará enterado de lo que manda publicar su patrón Xavier Nava?
Ya en el colmo del descaro, el mentiroso mayor, digo, Oficial Mayor, aseguró en entrevista que “en cuanto a las contadas obras adjudicadas de manera directa, dejó en claro que se trató de una circunstancia excepcional”.
¿Contadas obras adjudicadas? ¿Pues qué no vio la lista en el que 81 de 82 fueron adjudicadas de manera directa?
No lo decimos nosotros, Culto Público, lo dice el propio Ayuntamiento y lo confirmó además el director de obras públicas, Marco Antonio Uribe Ávila, también en entrevista.
Digo, por lo menos pónganse de acuerdo en sus mentiras
El funcionario Uribe Ávila mínimo sacó la batea de babas de que “fue por las prisas” que adjudicaron todo a los cuates y compadres… ¿pero de plano negarlo, don Óscar?
¿Qué sigue? ¿Que nada más porque lo diga Óscar Valle, tendremos que creer que Juan Gabriel está vivo?
¿Que si lo dice Óscar Valle, desaparecerán por arte de magia los baches?
¿Si Óscar Valle dice que las notas sobre inseguridad en el municipio son Fake News, entonces podremos saltar de gozo y alegría para disfrutar de una ciudad libre de peligros?
¿Que si Óscar Valle hace un dictamen y lo valida un comité a su servicio podrá hacer cuanto quiera por encima de la Ley?
Nada más eso nos faltaba. Ya llegó el mentiroso del pueblo. El Liar Liar de la política potosina. El Liar Lawyer.
Reto públicamente al funcionario a demostrar que no violó la ley al asignar esas obras. Lo reto a que diga de una vez por todas si es o no un conflicto de intereses que su primo sea el tesorero cuando él es el oficial mayor. Lo reto a que confiese que violentó laboral y políticamente los derechos de tres mujeres a las que despidió de comunicación social solamente por su forma de pensar. Lo reto a que explique por qué no licitó los contratos de servicios médicos y gasolina como lo prometió en octubre. Lo reto a que diga, por una sola vez, la verdad.
También lea: Inocentes Palomitas | Columna de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Una carrera interesante | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Hablar de Javier Hernández es repasar una de las trayectorias más influyentes en la historia del fútbol mexicano. Durante más de una década, su nombre fue sinónimo de gol, entrega y ambición. Desde aquel salto meteórico con Chivas y su inesperada irrupción en el Manchester United, su carrera parecía escrita con tinta dorada, la sonrisa eterna, los goles decisivos, la capacidad de transformar oportunidades mínimas en celebraciones memorables.
Fue un delantero que supo abrir puertas donde antes había muros, ese killer del área de los goles inverosímiles, ese que se autoasistía y remataba de forma poco ortodoxa. Marcó en Champions, conquistó Inglaterra, dejó huella en Alemania, se reinventó en Estados Unidos y llevó la camiseta de la selección mexicana con una voracidad que lo convirtió en el máximo goleador nacional. Por años, “Chicharito” representó la imagen internacional del fútbol mexicano, un jugador valiente, de carácter humilde pero competitivo, respetado en los mejores estadios del mundo.
Sin embargo, el final de su recorrido no ha tenido el brillo que merecía. Lo que alguna vez fue una historia ascendente hoy se siente atravesada por decisiones discutibles, lesiones inoportunas y un desgaste emocional evidente. Su último tramo estuvo marcado por conflictos internos, mensajes crípticos, ausencias prolongadas y un regreso al fútbol mexicano que lejos de ser un homenaje terminó convirtiéndose en un episodio incómodo.
El fútbol (caprichoso como es) rara vez permite despedidas perfectas. Pero en el caso de Hernández, la caída se volvió más abrupta porque contrastó con la grandeza de su pasado. El delantero que antes definía clásicos europeos comenzó a perder protagonismo, a caer en dinámicas polémicas y a mostrarse d esconectado del nivel competitivo que lo acompañó tantos años.
El problema no es que el tiempo pase, eso es inevitable, sino que su final se alejó del tono que él mismo construyó, profesional, disciplinado, alegre y comprometido. En lugar de un cierre elegante, lo que quedó fue un recorrido lleno de dudas, con más conversaciones sobre su comportamiento que sobre su fútbol. Y eso, para una figura de su magnitud, duele más que cualquier descenso de rendimiento.
Aun así, su legado permanece intacto. Javier Hernández abrió puertas para generaciones completas. Demostró que un jugador mexicano puede competir, destacar y ser determinante en las ligas más exigentes del planeta. Su historia inspira no por su final, sino por su cima; no por su último capítulo, sino por todos los que escribió antes con una pasión que marcó época.
El cierre no fue el ideal, es cierto. Pero incluso en medio de su declive, hay una verdad que nadie puede borrar: México no ha tenido (ni tendrá pronto) un delantero con su impacto internacional. Su carrera merece leerse como lo que fue, un ejemplo de cómo la disciplina puede convertir sueños improbables en realidades extraordinarias, aunque el final no haya estado a la altura de su legado.
A veces, las grandes historias no terminan como quisiéramos… pero siguen siendo grandes, y por lo menos, interesantes.
También lee: La madrugada en que Tijuana apostó por su nueva joya | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
El Piano eléctrico: desarrollo potosino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Los diseños de pianos electromecánicos tuvieron su auge en 1929 y en la década de los cincuenta del siglo XX comenzaron a usarse en audiciones públicas. La historia de su desarrollo menciona los nombres de Lloyd Loar, Benjamin Meissner, Rudolph Wurlizer, Harold Rodhes y el piano Neo-Bechstein, entre los principales.
Sin embargo, el nombre de Francisco Javier Estrada no aparece en estos recuentos, a pesar de haber sido el primer reporte de un diseño de piano eléctrico a nivel mundial, como resultado de sus investigaciones en reproducción del sonido por medios eléctricos. El reporte público de Estrada se realizó el 19 de diciembre de 1878 en el periódico El Siglo XIX, donde Estrada daba cuenta de sus experimentos con una cuerda vibratoria y su transducción a señal eléctrica, mediante una membrana de tambor que amplificaba el sonido. Estrada, solo presentó su idea y diseño y la puso al servicio de los interesados a finde que pudieran materializarla y mejorarla, al no poder solventar los gastos necesarios para su construcción y la falta de servicios artesanales especializados. Estrada decidía publicar los principios y la descripción del instrumento citado, temeroso de que algún día, no muy lejano, se presentara del extranjero algún instrumento de música idéntico o semejante, o lo que era peor, alguna petición exótica de privilegio con perjuicio de los artesanos mexicanos.
Ochenta años mediaron entre la publicación del diseño de Estrada y la materialización en el extranjero de un piano eléctrico con funcionamiento electro-mecánico.
Para mayores detalles y más información pueden consultar mi artículo alojado en la dirección:
(PDF) Francisco Javier Estrada el inventor del piano eléctrico. Available from: https://www.researchgate.net/publication/396325293_Francisco_Javier_Estrada_el_inventor_del_piano_electrico.
Francisco Javier Estrada insigne científico potosino que destacó a nivel mundial en el ámbito de la física en el siglo XIX convirtiéndose en el físico más importante de México, tiene una numerosa contribución de aportes, de primicias mundiales, las cuales en su mayoría son desconocidas o adjudicadas a otros personajes.
Hemos estado realizando investigación y difusión sobre la vida y obra de este genial potosino, Francisco Javier Estrada y en esta columna del Cronopio en la Orquesta, hemos tratado algunas de esas trascendentales aportaciones.
Una de las aportaciones técnicas de Francisco Javier Estrada que no aparecen en los registros científicos históricos es la propuesta de reproducción del sonido por medios eléctricos. Su tema central de trabajo que implementó en la década de los setenta decimonónicos fue la reproducción del sonido, colocándose en la frontera del conocimiento en ese tema.
Como hemos apuntado en trabajos anteriores, muchas de sus aportaciones y primicias mundiales han quedado en el olvido y poco a poco se están rescatando para colocar en la palestra mundial el gran genio de Estrada, como el físico mexicano más importante del siglo XIX y uno de los principales a nivel mundial, cuyas glorias no se proyectaron por la idiosincrasia social del país, aunque su genio de cierta forma era reconocido en el país, aunque no lo suficiente.
Sistemas como el motor eléctrico, nuevos sistemas de telefonía y la comunicación inalámbrica son parte de sus aportaciones trascendentes que cambiaron a nuestras sociedades y cuyas aportaciones aprovechadas por otros científicos dejan de lado la aportación primaria de Estrada en la historia de la ciencia y la tecnología. Como una aplicación de sus investigaciones en electromagnetismo y reproducción del sonido, se encuentra su propuesta de un piano eléctrico, cuyos experimentos base realizó en San Luis Potosí y con los que propuso un diseño para la construcción de un piano eléctrico que transformaba las vibraciones acústicas en eléctricas con el fin de amplificar el sonido.
El piano como tal no pudo construirlo por carecer de recursos suficientes, así como problemas para abastecerse de los materiales necesarios y el apoyo de los constructores artesanos; sin embargo, publicó en medios de comunicación masiva sus propuestas con el fin de registrar su idea, sus experimentos y su diseño para la construcción del piano eléctrico y su extensión a otros instrumentos de cuerda.
Su propuesta era resultado de experimentos anteriores de Estrada con sistemas telefónicos, donde había realizado mejoras a los ya existentes, logrando construir teléfonos cuya reproducción del sonido era más clara y de mayor intensidad. Parte de esas mejoras las utilizaría en su propuesta del piano eléctrico, entre ellas los fundamentos de micrófonos de carbón y de la comunicación inalámbrica.
Los potosinos debemos estar orgullosos de Francisco Estrada y colocar su nombre como debe de ser, en la historia de la civilización.
También lee: Diego José Abad ilustre formador de potosinos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Consideraciones sobre la amabilidad | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
Tenía Víctor Hugo, el gran escritor francés, veintisiete años de edad cuando publicó, en 1829, El último día de un condenado, novela o largo relato en el que se pone a describir los pensamientos íntimos, las agitaciones interiores y los estados de ánimo que se apoderan de un hombre que pronto -muy pronto- va a tener que morir. La justicia ha señalado ya el día y la hora en que deberá tener lugar la ejecución; todo, pues, está listo…
Pero, no: ¡no todo está listo! Puede que lo esté el cadalso, puede que lo esté el verdugo, pero este hombre todavía no está listo. ¡Aún no sabe por qué debe morir! «Soy joven, estoy sano y fuerte –gime en el calabozo-. La sangre circula libremente por mis venas; todos mis miembros obedecen a todos mis caprichos; estoy robusto de cuerpo y de mente, preparado para una larga vida. Sí, todo esto es verdad; y, sin embargo, padezco una enfermedad, una enfermedad mortal, provocada por la mano del hombre».
Afuera, en la calle, todos ríen y se gozan: el calor del sol es bueno, la vida es bella. ¡Ah, tienen razón al mostrarse tan alegres! Para ellos hay futuro. ¿Cómo no sonreír cuando a la noche sigue el día, cuando se espera vivir muchas noches y muchos días? En cambio él… ¡Quizá no haya para él ni otra noche ni otro día!
Llama la atención, sin embargo, cómo es que este hombre se da cuenta de que no le queda mucho tiempo: ¡por la amabilidad del personal penitenciario! ¿De cuándo acá se mostraban tan amables estos monstruos de indiferencia? ¿De cuando acá? «El camarero de guardia acaba de entrar en mi calabozo, se quita el gorro, me saluda, pide perdón por molestarme y me pregunta, suavizando en lo posible su voz ruda, lo que deseo para el desayuno. Me entran escalofríos. ¿Será hoy?».
Es decir, ¿será hoy cuando tenga que ser ejecutado? Tanto refinamiento, tanta delicadeza le parecen francamente sospechosos. Hasta hace poco todos le hablaban a gritos, brutalmente, pero hoy se descubren la cabeza para saludarlo y hasta ejecutan ante él respetuosas reverencias. Sí, es posible que sea hoy. El condenado, entonces, se pone a temblar. Es que no era normal, no era normal en absoluto que…
Pero las cosas se complican todavía más cuando, de pronto, la reja del calabozo se abre y aparece en el marco de la puerta una figura pequeña, de largos bigotes negros, y amable hasta la falsedad. «Sí, es hoy –piensa el condenado al ver a este individuo ejecutando todas las ceremonias de la cortesía-. El mismo director de la prisión ha venido a visitarme. Me pregunta lo que me gustaría o podría serme de utilidad; incluso hasta expresó el deseo de que no tuviera quejas de él o de sus subordinados; se interesó por mi salud y por cómo había pasado la noche. ¡Al salir me llamó señor! ¡Sí, es hoy!».
Y admírese usted: los pensamientos del condenado resultaron ser ciertos; su intuición no lo engañó. Era hoy, precisamente cuando debía morir. No se equivocaba.
¿Por qué los humanos dejamos la amabilidad y la cortesía para el último momento? Al parecer, sólo los muertos –o los que están a punto de serlo- logran conmovernos. «¡Cómo admiramos a los maestros que ya no hablan y que tienen la boca llena de tierra! –exclama el personaje único de La caída , el famoso monólogo de Albert Camus (1913-1960)-. El homenaje se les ofrece entonces con toda naturalidad, ese homenaje que, tal vez, ellos habían estado esperando que les rindiésemos durante toda su vida… Observe usted a mis vecinos, si por casualidad sobreviene un deceso en el edificio en el que usted vive. Los inquilinos dormían su vida insignificante y, de pronto, por ejemplo, muere el portero. Inmediatamente se despiertan, se agitan, se informan, se apiadan».
¡Los hombres sólo somos corteses con los muertos! He aquí lo que el Nóbel francés quiso decir. Pero no sólo lo dice él. He aquí, por ejemplo, lo que Máximo Gorki (1868-1936), el escritor ruso, escribió en su autobiografía: «¡Las misas de difuntos son las más bellas de toda la liturgia! ¡Hay en ellas ternura y piedad para los hombres! ¡Nuestros semejantes no compadecen sino a los muertos!».
Está bien, está bien, así es. Y, sin embargo –me digo-, he aquí un método para cultivar la cortesía: ver en el otro, ese que ahora está junto a mí, un condenado a muerte -¡que lo es, sólo que él no lo sabe, o lo ignora, o no quiere pensar en ello!- y tratarlo como si mañana ya no fuera a estar aquí; tratarlo, en una palabra, con las mismas atenciones que el carcelero dispensó al condenado a muerte en el relato de Víctor Hugo. ¡Ah, si nos viéramos como somos, es decir, como mortales, qué dulces seríamos en nuestras relaciones, y qué corteses!
Dice Aliosha a Lisa en Los hermanos Karamazov, la novela de Fiodor Dostoyevski (1821-1881): «Hay que tratar muy a menudo a las personas como si fueran niños, y a veces como si fueran enfermos». No está mal, no está del todo mal. ¿Con qué delicadeza no trataríamos a una persona si supiéramos que quizá hoy mismo va a morirse? ¿Y cómo estar seguros que no será hoy el día en que morirá? Por eso, más vale ser amables con él.
Otra cita más; ahora la he tomado de Sobre héroes y tumbas, la novela de Ernesto Sábato (1911-2011), el escritor argentino: «¿Sería uno tan duro con los seres humanos si se supiese la verdad que algún día se han de morir y que nada de lo que se les dijo se podrá ya rectificar?».
Todos los hombres son mortales, Juan es hombre, luego Juan es mortal. El silogismo nos sale bien; en el fondo, los hombres no somos tan ilógicos como parecemos a primera vista. Sólo que no siempre sacamos de nuestros razonamientos todas las consecuencias pertinentes al caso.
También lee: Jesús duerme en la popa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
-
Destacadas2 años
Con 4 meses trabajando, jefa de control de abasto del IMSS se va de vacaciones a Jerusalén, echando mentiras
-
Ciudad3 años
¿Cuándo abrirá The Park en SLP y qué tiendas tendrá?
-
Ciudad4 años
Tornillo Vázquez, la joven estrella del rap potosino
-
Destacadas4 años
“SLP pasaría a semáforo rojo este viernes”: Andreu Comas
-
Ciudad3 años
Crudo, el club secreto oculto en el Centro Histórico de SLP
-
Estado2 años
A partir de enero de 2024 ya no se cobrarán estacionamientos de centros comerciales
-
#4 Tiempos3 años
La disputa por el triángulo dorado de SLP | Columna de Luis Moreno
-
Destacadas3 años
SLP podría volver en enero a clases online











