diciembre 27, 2025

Conecta con nosotros

#4 Tiempos

Lúculo come a solas | Columna de Carlos López Medrano

Publicado hace

el

MEJOR DORMIR

 

Lúculo (118 a. C. – 56 a. C.), el ilustre cónsul romano, ganó renombre por los festines que celebraba en su morada y por su filosofía de poner a la comida y la bebida como un eje gravitacional de la existencia. No con el pragmatismo de los anglosajones, cuya aproximación culinaria tiende a la desgana o a últimas fechas a lo tacky y la saciedad enfermiza. Lúculo apostaba al sentido de armonía, tonalidades y fondos que un buen platillo en una buena mesa trae para un prodigio militar o, para el caso, un cualquiera.

El deleite extendido a la mantelería, lo platos, el arsenal de cubiertos. Para comerse el mundo antes hay que acabar con el pan y la bebida. Sin bien la inclinación al derroche y los placeres levantaba resquemores en contemporáneos como Pompeyo, quien le profesaba encono sin disimulo.

Es famosa la historia de aquella vez en que Lúculo llegó a su mesa, esperando ser consentido los manjares que el cocinero y los sirvientes solían brindarle. En cambio, en aquella ocasión recibió una comida modesta, lejana a las centellas que gustaba de tener al alcance de bocado, y que tantas veces sorprendieron a diplomáticos, guerreros y gente de alta alcurnia que frecuentaba su casona con varios salones para fiestas y banquetes. Esa noche se había corrido la voz de que Lúculo cenaría a solas. Sin ningún aristócrata o intelectual a su costado. Un momento excepcional para alguien de su popularidad y quien gustaba de las juntas copiosas.

Al adentrarse en el comedor, Lúculo percibió que el vino no era tan bueno y que la comida era aceptable, sabrosa a secas. Al notar la pírrica oferta que sus vasallos habían dispuesto para él, jefe de la casa, llamó de inmediato al equivalente de amo de llaves. «¿Qué clase de medianía es esta?», preguntó. «Perdone, excelencia. Como sabíamos que comería solo, creímos que no necesitaría nada opulento», balbuceó el criado, ya un tanto inquieto ante la mirada del patrón.

La respuesta lapidaria de Lúculo es recordada siglos después y es una declaración de principios a tener en cuenta en la conducción de nuestras respectivas travesías. «¡Pues cómo!», dijo. «Es precisamente cuando estoy solo que necesito que pongan esmero redoblado en la comida. En momentos así, recuerden que Lúculo cenará con el gran Lúculo».

La anécdota se ha contado de decenas de formas más o menos dramatizadas (yo la retomo de Fisher), casi todas con base en lo narrado por Plutarco en Vidas Paralelas. En esta obra, el historiador romano también relata un episodio en el que Lúculo agasajó a unos griegos con cenas lujosas durante varios días. Estos invitados, fascinados por tener al mejor anfitrión, se sintieron culpables al cabo de las comilonas y externaron al político que estaban apenados de hacerle gastar tanto en alimentos y embriagantes. Lúculo les sonrió, pues tales excesos eran parte de su rutina. Con tono de no se preocupen, ternurines, les respondió: «Algún gasto bien se hace por ustedes, pero el principal se hace por Lúculo». Para halagarse hay que recurrir a la tercera persona para no para por egocéntrico. 

La posteridad deparó que Lúculo fuera recordado más por su pasión gastronómica que por sus proezas militares, minucias de nicho para historiadores. E incluso para ellos es difícil no recalar en esta faceta del político romano. El propio Plutarco lo explicó con maestría: «Sucede con la vida de Lúculo lo que con la comedia antigua, donde lo primero que se lee es de gobierno y de milicia, y a la postre, de beber, de comer, y casi de francachelas, de banquetes prolongados por la noche y de todo género de frivolidad

».

Los espíritus frívolos, al estilo de Lúculo, guardan un pozo de sabiduría: la importancia de apapacharse y celebrarse a uno mismo a través de la exquisitez. No para impresionar a los invitados ni reservando lo mejor para supuestas ocasiones especiales. Triste páramo el de aquel que reserva lo mejor que tiene para una reunión con desconocidos, mientras que a sus seres queridos les concede un trato secundario. O el de quienes solo comen dignamente cuando hay invitados. Gente que limpia la casa y saca la vajilla de ocasiones de excepción porque vienen un amigo no tan amigo o un pariente lejano; cuando todo eso, los cubiertos de plata, la botella empolvada, deberían utilizarse para en el aquí y el ahora, así sea para degustar un tamal. Es justo en la gris cotidianidad cuando uno necesita alumbrar el panorama a base de delicias.

Mariana H. contaba hace mucho el caso de una botella de vino que le había legado su padre. Era un buen vino. Tan bueno que decidió reservarlo. Pasaron los meses, los años, y su padre ya no estuvo más. Así que esa botella adquirió un valor aún mayor, exclusivo para una jornada especial. Sumamente especial, uno de esos dos o tres hitos que uno tiene a lo largo del camino. Durante largo tiempo miraba de reojo esa botella, deseándola y privándose a partes iguales. Algún día, algún día. En una mudanza, una mala maniobra condujo a que la botella se le resbalara y se estrellara contra el suelo. La reserva quedaba hecha ahíncos. decretando el fin de la espera. No había disfrutado de esa joya por aguardar un día que resultó ser más ilusorio que real.

La locutora mexicana entendió entonces la importancia de no postergar. El futuro es impredecible y quizá no estemos en él. Hay que disfrutar lo que se tiene mientras se pueda. Beberte esa copa, ese postre, sacar esa ropa que tanto tienes empollada para otros y la fantochería del día peculiar que nunca llega. Sácalo y disfrútalo para ti. Haz del acto de liberarte de ataduras el instante extraordinario que tanto anhelabas.

Cada día date ese regalo, a solas o en compañía. La generosidad es importante, pero también debes ser generoso contigo mismo. Concédete ese pequeño obsequio cotidiano, como trazaba Dale Cooper. Puede ser lo que sea, nomás no te olvides de consentirte cada día. Cómprate un suéter, pasea por el parque favorito. O disfruta de un buen café. Café caliente y tarta de cereza. Una jodida tarta de cerezas de primera.

 

Contacto:

Twitter: @Bigmaud

Correo electrónico: [email protected]

También lee: Dame septiembre en las venas | Columna de Carlos López Medrano

#4 Tiempos

2025, el año en que Toluca volvió a mandar | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Publicado hace

el

TESTEANDO

 

El 2025 dejó claro que en la Liga MX los ciclos no desaparecen, solo esperan el momento adecuado para reaparecer. Entre torneos cortos, liguillas impredecibles y proyectos que se diluyen con rapidez, hubo una certeza que se fue construyendo jornada tras jornada: Toluca fue, sin discusión, el equipo del año. No por un destello aislado, sino por la forma en la que recuperó autoridad, identidad y presencia en los momentos que definen temporadas.

Los diablos entendieron mejor que nadie cómo navegar el caos natural del campeonato. No fue un equipo espectacular todo el tiempo, pero sí uno profundamente competitivo. Supo cuándo imponer ritmo, cuándo resistir y cuándo ser práctico. En una liga donde muchos confunden intensidad con urgencia, los escarlatas apostaron por la calma y terminaron encontrando resultados. El bicampeonato fue la confirmación de un proceso que dejó de mirar al pasado y decidió construirse desde el presente.

Mientras tanto, América siguió ocupando el papel de referencia obligada. Su regularidad y su capacidad para llegar a finales lo mantuvieron en la conversación durante todo el año. Sin embargo, 2025 también expuso una verdad incómoda para los azulcremas: dominar fases largas no siempre garantiza cerrar con éxito. América fue protagonista, sí, pero terminó cediendo ante un Toluca que entendió mejor los tiempos del torneo.

Otro de los puntos altos del año fue la vigencia de Tigres. Sin el ruido mediático de otros ciclos, el conjunto regiomontano volvió a competir con seriedad, recordando que los proyectos largos no pierden valor de un día para otro. Tigres no necesitó reinventarse para seguir siendo incómodo; le bastó con sostener su estructura y su carácter competitivo.

Pero el 2025 también dejó señales alentadoras fuera de los nombres habituales. La aparición de jóvenes futbolistas en distintos clubes refrescó el panorama. No todos lograron continuidad, pero varios demostraron que el talento existe y que, con confianza, puede influir en el desarrollo del torneo. En un contexto donde la inmediatez suele devorarlo todo, esas irrupciones fueron un respiro. Nombres como el de Camberos, Lainez, y sobre todo Mora,

suenan de nueva cuenta para levantar la mano justo meses antes del mundial, esperanza abierta para sumar un futuro a corto plazo que ojalá se alargue por muchos ciclos mundialistas más.

A nivel colectivo, el año volvió a confirmar que la Liga MX se decide en detalles. Un error tardío, una desconcentración mínima o una racha breve pueden cambiar destinos completos. Toluca lo entendió mejor que nadie: fue sólido cuando debía serlo y oportuno cuando el margen se redujo. Esa lectura fina del torneo fue la diferencia.

Por eso, cuando se haga el balance de 2025, el relato será claro. No fue el año de la espectacularidad permanente ni de un dominio aplastante. Fue el año de la eficacia, la madurez y la paciencia, y en ese contexto, Toluca se levantó por encima del resto.

En una liga que pocas veces permite certezas, 2025 tuvo una, Toluca volvió a mandar. Y lo hizo recordándole al futbol mexicano que los proyectos con identidad, cuando se sostienen, siempre encuentran la manera de regresar a lo más alto.

Por último, en el ámbito local, 2025 fue para el olvido, San Luis no logró los objetivos trazados quedando fuera de competencia en ambos torneos locales y despidiéndose pronto como ya es costumbre de la Leagues Cup, un equipo que a veces resulta ser incómodo para algunos rivales, este año resultó serlo para su afición, hoy San Luis luce poco atractivo y sin mucho que ofrecer a nivel espectáculo, ojalá las cosas mejoren por el bien del equipo local, se ve complejo pero como bien se dice, año nuevo, esperanzas renovadas, ojalá.

También lee: Cinco finales, cinco retratos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Continuar leyendo

Destacadas

El padre de la física potosina, Gustavo del Castillo y Gama | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Publicado hace

el

EL CRONOPIO

 

Con el título de El Padre de la Física Potosina, Gustavo de Castillo y Gama, publiqué un libro conmemorativo sobre la vida y obra de Gustavo del Castillo y Gama, físico potosino que fundó las instituciones educativas y de investigación en física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Este 24 de diciembre estaría cumpliendo ciento cuatro años.

El libro en cuestión es de descarga gratuita y puede conseguirse en cualquiera de las siguientes dos direcciones:

http://galia.fc.uaslp.mx/museo/libros/EL%20PADRE%20DE%20LA%20FISICA%20POTOSINA.pdf

https://www.researchgate.net/publication/357203097_El_Padre_de_la_Fisica_Potosina_Gustavo_del_Castillo_y_Gama

Justo en Noche Buena del 2025, Gustavo del Castillo y Gama estaría cumpliendo ciento cuatro años. Nacería en el famoso Barrio de San Miguelito en San Luis Potosí al dar las últimas campanadas del 24 de diciembre, como lo comentaba el propio Gustavo del Castillo. Su vida se desarrolló en San Luis Potosí, Tampico, la Ciudad de México y las ciudades norteamericanas de Lafayette y Chicago; se nutrió de un ambiente científico desde pequeño, pues al menos, un par de sus tíos trabajaban en astronomía en el Observatorio Nacional de Tacubaya, Rodolfo Jurado y Valentín Gama. Ambos de la dinastía Gama de gran influencia en la sociedad potosina.

No es de extrañar que orientara su vocación hacia la física, siendo estudiante de preparatoria, en una época donde no existían aún escuelas de física en el país, y, se planteó poder formarse como físico en los Estados Unidos. La situación bélica mundial, lo llevó a seguir estudiando en su ciudad natal, ingresando a la carrera de químico industrial que su grupo de estudiantes de preparatoria había propuesto, de la cual se tituló tocándole el privilegio de ser el primer titulado. De ahí pasó a la Facultad de Ciencias de la UNAM a estudiar la maestría en física y al terminar continuar con su proyecto de formarse como investigador en física en Estados Unidos, donde obtuvo el grado de doctor en la Universidad de Purdue.

Fue de los primeros investigadores que tuvo el Instituto Nacional de la Investigación Científica (INIC) y se incorporó a la UASLP, impartiendo cátedra y formando el Laboratorio de Radiación Cósmica bajo los auspicios y emolumentos del INIC del que seguía siendo investigador. Su ingreso a la UASLP fue afortunado para impulsar el programa académico del Dr. Manuel Nava Martínez que era el rector de la UASLP en la década de los cincu enta. De esta manera se convertía en el primer doctorado que impartía clase en la UASLP y el único con dicho grado en la década de los cincuenta.

Fundó el Departamento de Física de la UASLP, de donde se derivarían la entonces Escuela de Física y el Instituto de Física de la UASLP que constituían un solo ente académico, que dividía el trabajo docente y el de investigación. El Laboratorio de Radiación Cósmica formaría parte del Instituto de Física y con ello inauguraba de manera formal trabajos de investigación científica, como tales, en la universidad potosina.

Creó el programa de construcción de cohetes de sondeo con el fin de realizar investigación científica en las altas capas de la atmósfera colocando al país en los pioneros en desarrollo aeroespacial, programa que ahora es conocido como Cabo Tuna. Su trabajo de investigación en radiación cósmica y en ciencias espaciales colocó a la UASLP en el escenario mundial en investigación en física. Si bien su labor en la UASLP se redujo a un lustro, este fue muy intenso y productivo y sentó las bases para el camino académico que seguiría la UASLP años después recorriendo las sendas y abriendo otras en torno a las raíces sembradas por Gustavo del Castillo, cuestión que luego es menospreciada o en el mejor de los casos olvidada.

La UASLP en la actualidad es reconocida nacionalmente y en algunas áreas internacionalmente gracias al trabajo docente y principalmente al trabajo de investigación científica que despliegan sus investigadores. La UASLP está situada como una de las mejores del país y en áreas como la física dentro de las primeras tres universidades del país. Esta situación se debe a la calidad de su personal académico, pero de manera muy especial por el trabajo pionero que fincara esta tradición por personajes como Gustavo del Castillo y Gama.

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Una vida dedicada a la ciencia, Candelario Pérez Rosales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Publicado hace

el

EL CRONOPIO

 

Hoy, 16 de diciembre, el peotillense Candelario Pérez Rosales, baluarte de la ciencia e ingeniería mexicana y consolidador de la física profesional en San Luis Potosí, estaría cumpliendo noventa y cinco años de edad.

Candelario Pérez Rosales nació el 16 de diciembre de 1930 en Peotillos, comunidad del municipio de Villa de Hidalgo, San Luis Potosí, donde estudió los primeros años de primaria, para luego venir a San Luis Potosí a terminarlos y continuar los estudios de secundaria y preparatoria, ambos en el turno nocturno, donde compartía las horas de estudio con las horas de trabajo. Estudiaría Física en la Universidad de Purdue y vendría a San Luis Potosí a colaborar con la fundación de la Escuela de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, hoy Facultad de Ciencias y del Instituto de Física de la propia Universidad Autónoma de San Luis Potosí, instituciones que están cumpliendo setenta años.

Como parte de los trabajos de difusión y divulgación sobre personajes de la ciencia potosina que llevo a cabo publiqué en el 2012 un libro intitulado Una Vida Dedicada a la Ciencia, el papel de Candelario Pérez Rosales, que recoge la trayectoria de Candelario Pérez Rosales, cuyo papel para el establecimiento, desarrollo y consolidación de la física en San Luis fue determinante; de esta forma el desarrollo de la ciencia potosina en la segunda parte del siglo XX, en el seno de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, fue posible con la participación de varios personajes, entre los que se encuentra indiscutiblemente Candelario Pérez Rosales. Su papel fue determinante para que la física potosina y en general la ciencia potosina sea lo que es hoy, ese importante polo de desarrollo que tiene un reconocimiento a nivel mundial. Sin su participación, entusiasmo, compromiso y cierto apostolado, la física en San Luis, y la propia universidad potosina, no serían lo que son hoy.

En este sentido la Universidad Autónoma de San Luis Potosí se encuentra en deuda con Candelario Pérez Rosales.

Su aportación a la ciencia e ingeniería mexicana va más allá de su labor en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Continuó siendo pionero en otras aventuras académicas, contribuyendo notablemente al desarrollo de la ciencia mexicana. En particular ingresó como investigador fundador al Instituto Mexicano del Petróleo.

Como investigador del Instituto Mexicano del Petróleo desarrollo una gran cantidad de proyectos que colocaron al país como un innovador en procesos de extracción de petróleo. Larga sería la lista de ellos, mismos que recogen en las páginas del libro que le dedicamos a este importante científico potosino.

Esta larga lista de proyectos que dirigió Candelario Pérez, desarrollados bajo el demandante factor de tiempo, da muestra de la importancia de su contribución al desarrollo de la industria petrolera al enfrascarse en proyectos dirigidos a resolver los diversos problemas técnicos y científicos asociados a la industria petrolera.

Estas tres facetas de Candelario Pérez que se presentan en el libro, constructor de instituciones y formador de recursos humanos, científico orientado a problemas de aplicación en la industria petrolera y escritor científico, lo colocan como uno de los baluartes nacionales en el desarrollo de la ciencia e ingeniería en nuestro país, y muy enfáticamente al desarrollo de la física mexicana.

Candelario Pérez ingresa como investigador fundador del Instituto Mexicano del Petróleo en 1966, como ya hemos mencionado, después de haber sentado las bases y asegurado el desarrollo de la Escuela e Instituto de Física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

En este libro se recoge su labor como escritor científico, profesor e investigador, tareas que suelen ser consideradas como labores fundamentales de las universidades mexicanas. En todas ellas tuvo, y sigue teniendo a pesar de estar retirado, una contribución importante y valiosa, además de sobresaliente.

Sea esta obra un homenaje a uno de los fundadores de la Escuela de Física de la UASLP, ahora Facultad de Ciencias, y del Instituto de Física de la UASLP, que estaban englobados en el Departamento de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, cuya creación se diera el 1 de diciembre de 1955, mediante la aprobación del Consejo Directivo Universitario a un recurso sometido por el Dr. Gustavo del Castillo y Gama.

A los interesados, el libro pueden comprarlo bajo pedido en el correo electrónico de un servidor.

Candelario Pérez murió en San Luis Potosí, el 1 de mayo de 2016. El homenaje que le tributamos, se recogen en una serie de videos que pueden consultarse en youtube en el canal de José Refugio Martínez Mendoza. Para una muestra compartimos el siguiente:

También lee: Enrique Mesta Zuñiga, el filósofo autodidacta | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Continuar leyendo

Opinión

Pautas y Redes de México S.A. de C.V.
Miguel de Cervantes Saavedra 140
Col. Polanco CP 78220
San Luis Potosí, S.L.P.
Teléfono 444 2440971

EL EQUIPO:

Director General
Jorge Francisco Saldaña Hernández

Director Administrativo
Luis Antonio Martínez Rivera

Directora Editorial
Ana G. Silva

Periodistas

Diseño
Karlo Sayd Sauceda Ahumada

Productor
Fermin Saldaña Ocampo

 

 

 

Copyright ©, La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V. Todos los Derechos Reservados