#4 Tiempos
La discapacidad y la inteligencia artificial | Columna de Germán Bautista
HABLEMOS DE DERECHOS
No sé si alguna o alguno de ustedes tuvo la oportunidad de disfrutar la película “WALL•E”. ese robotcito que, en un mundo postapocalíptico, se encargaba de limpiar el planeta tierra, abandonado siete siglos atrás por la humanidad.
Les cuento que yo sí. Allá por el 2008, cometí la osadía de ir al cine a ver esa película de moda. Digo osadía porque lo hice sin acompañante y me di la arrepentida de mi vida, ya que lógicamente carecía de audiodescripción y los diálogos eran mínimos, por lo que me resultó muy complicado comprender la trama.
Mi primer pensamiento se dirigió a las personas Sordas, a quienes supuse, les sería muy sencillo comprenderla a partir de las escenas y los gestos, – ¡Como la Pantera rosa o El Correcaminos! – Imaginé otras caricaturas que tampoco disfruté cuando era niño debido a la ausencia de diálogos, y que supongo a algunas o a algunos de ustedes les sonarán de algo. En fin, lo que es accesible para algunos, a veces es inaccesible para otros.
Al margen de este detalle que puede resultar hasta chusco, cito el filme porque esos seres humanos tripulantes de naves espaciales errantes, eran plenamente asistidos física e intelectualmente por robots e inteligencia artificial que resolvían todos sus requerimientos. En efecto, en ese mundo futurista, la discapacidad no existía.
En un espacio de microgravedad, el desplazamiento mediante las piernas se hace innecesario, y con el apoyo de otros mecanismos para la movilidad en dichas condiciones, el sobrepeso de los cuerpos ni siquiera es importante.
Uso este recurso como punto de partida porque a años de distancia y ante la irrupción de la inteligencia artificial en nuestras vidas, lo lógico es que tengamos dudas y hasta temores, como ocurrió hace más de un siglo con la llegada del teléfono, y como seguirá ocurriendo con cada innovación tecnológica que nos haga confrontar nuestros paradigmas. ¡Por ahí ya se habla del gemelo malvado de chat GPT anidando en las entrañas de la Dark web!
Para mí que me considero optimista, creo que la inteligencia artificial es una herramienta sin precedentes que puede abonar tremendamente a los esfuerzos para eliminar el capacitismo, siempre que se regule apropiadamente su desarrollo y uso.
Una combinación de los avances tecnológicos obtenidos hasta ahora aunados a los progresos en la robótica, se convierte en oportunidades para realizar, incluso a distancia, cosas que antes eran impensables y que requerían de la presencia humana, lo que puede abrir la puerta para fortalecer el teletrabajo.
La inteligencia artificial aplicada a esquemas de conducción para identificar patrones de mayor descuido o cansancio en las personas operadoras de unidades de transporte público o particulares, sin duda puede abonar a la reducción de accidentes de tránsito.
Algunos estudios en los que estaba curioseando, indican la aplicación de la IA en la práctica médica, particularmente en consultas generales. Los resultados señalan que, al inicio de turno, los diagnósticos suelen ser acertados, pero en la medida que se avanza hacia el cierre del mismo, disminuye esa constante. Cuando una IA complementa la tarea, reduce importantemente los márgenes de error, significando para el paciente un diagnóstico correcto.
El reconocimiento de voz y de imágenes asistido por inteligencia artificial, abre grandes oportunidades para las personas sordas, ciegas y con baja visión.
Be my Eyes por ejemplo, es una aplicación que, con el apoyo de personas voluntarias con vista, permite a las personas ciegas y con baja visión cierto grado de autonomía. Si alguien con discapacidad visual desconoce el color de alguna prenda de vestir, desea conocer un texto manuscrito o requiere asistencia para comprender el armado de algún objeto, la aplicación permite establecer contacto a través de videollamada con una persona que mediante su vista, puede apoyarla en el desarrollo de una tarea.
Recientemente, Be my Eyes ha incorporado inteligencia artificial para apoyar mediante la descripción de imágenes proveídas por fotografía, lo que permite dar una idea de las oportunidades que su uso significa para las personas con discapacidad visual.
Una amiga con esclerosis múltiple me comentaba que desde hace algunos meses, se ha estado rehabilitando mediante unas gafas de realidad aumentada. El escenario virtual hace pensar a su cuerpo que está caminando, corriendo, subiendo o bajando, lo que estimula en su cerebro algunas conexiones neuromotoras que le están ayudando a lograr mayor movilidad.
La inteligencia artificial puede también ayudar a personas con discapacidad intelectual en la toma de decisiones, como ya ocurre en la actualidad con los algoritmos convencionales que identifican el comportamiento general de la población para comprar, vender o mirar. Sobre este último punto, el acento debe colocarse en los parámetros para asegurarse de que las decisiones son propias, y no inducidas por la IA.
Por lo pronto, la IA está coadyuvando ya en la generación de textos alternativos, particularmente relacionados con la fácil lectura o la escritura a través de pictogramas, lo que permite descargar tremendamente a las personas que realizaban esta tarea. Hasta el momento, la IA demanda la supervisión humana, pero en la medida que avance y se incorpore al quehacer cotidiano, es posible que se reduzca dicha necesidad.
Como en todo, los desafíos existen. Al igual que ocurrió con las nuevas tecnologías y la internet, el uso de la IA puede aumentar o crear nuevas brechas y acentuar la desigualdad social; soportar las nuevas tecnologías y contar con infraestructura óptima para utilizar la IA demanda también recursos económicos, materiales y humanos.
A las personas con discapacidad de a pie lo que nos preocupa, son las regulaciones, las sanciones por el inadecuado uso de la IA, la protección de nuestros datos personales, los parámetros éticos que la sustentan, el que las personas desarrolladoras observen y se apeguen al diseño universal, a la accesibilidad, a la flexibilidad y a la adaptabilidad para que no emule a quien la crea, respecto a reproducir y perpetuar modelos y esquemas excluyentes o discriminatorios.
¿Ustedes están usando ya la Inteligencia artificial? ¿cuál ha sido su experiencia? Por favor, dejen abajo sus comentarios.
También lee: Perspectiva de discapacidad en el Quehacer Público | Columna de Germán Bautista
#4 Tiempos
Gustavo López, presentación de su libro He aquí al hombre | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Una introspección reconstruyendo su propia génesis a través de la palabra Gustavo López Hernández escribe He aquí al hombre, su libro de poemas que recorre sus sentimientos forjados a lo largo de su vida artística y cotidiana. Si el designio del cometa es el regreso el designio de Gustavo López es transcurrir. Transcurrir que describe en su libro, si bien personal, de gozo universal, pues su palabra se disfruta y nos hace reflexionar sobre nuestro propio transcurrir.
Su libro He aquí el hombre, será presentado en la librería Gandhi que se encuentra en el edificio Ipiña en Plaza de Fundadores, el día 12 de septiembre en punto de las seis de la tarde, contando con la participación de la poetiza Fabiola Amaro y un servidor.
Gustavo López es un referente en la música popular mexicana y en especial la denominada folclórica, que tuvo su momento de brillantez en los setenta y ochenta en ese México que se apuraba en formar músicos y cantantes que rescataran nuestras raíces musicales y dieran frescura con nuevas obras a ese arte lirico que mezcla la música y la palabra.
López Hernández participó en la formación de ese tipo de grupos musicales, como el caso del grupo “CADE” que difundía el folklor mexicano y a experimentar con composiciones que mezclan ese folklor con otros elementos musicales. Funda, en compañía de otros jóvenes el Centro para el Estudio del Folklor Latinoamericano (CEFOL). Este Centro fue el crisol en la formación de compositores interpretes y músicos que refrescaron el ambiente musical mexicano. Figuras como Eugenia León, Marcial Alejandro, Guadalupe Pineda, Roberto Morales, entre muchos otros, emergieron de ese Centro.
Gustavo López lleva en la sangre la vena musical de su tierra juchiteca donde nació y de donde fue a la ciudad de México a fincar su formación. Estudiando la preparatoria y posteriormente Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, estudios que combinaba con los de música, haciendo algunos estudios en la Escuela Superior de Música.
El célebre grupo de música folclórica latinoamericana, Los Folkloristas, lo tuvo como uno de sus miembros desde 1978 y hasta 1982. Desde entonces se le conoce como un compositor cuyas obras han sido estrenadas en los mejores escenarios mexicanos y sus canciones se han convertido en refrentes de la nueva música mexicana.
Como artista, también ha incursionado con éxito en la pintura, donde su obra se ha presentado en exposiciones individuales y colectivas en Oaxaca y Ciudad de México, así como fuera del país como fue su exposición en Puerto Rico.
Su impronta en la cultura de su estado ha quedado, además de su trabajo musical y pictórico, en la ilustración y creación de obra en el libro Oaxaca Recóndita de Wilfrido C. Cruz que editara el Instituto de Educación Pública de Oaxaca.
En agosto de 2024 publica su primer poemario He Aquí al Hombre, bajo el sello de Laberinto Ediciones, el cual ha estado promocionando en diversas sedes del país, y que ahora llega a San Luis Potosí, con la presentación del libro el viernes 12 de septiembre a las 18:00 horas en la librería Gandhi de Plaza de las Fundadores.
También lee: José Rafael Campoy padre del pensamiento moderno mexicano | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Periodismo, huachicoleo y agua | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Culto Público, hijos de las palabras que se escriben con tinta… y a veces con sangre.
Decía Kapuściński que “para ser buen periodista hay que ser buena persona”, pero en México esa bondad se paga caro: aquí la verdad muchas veces se escribe bajo amenaza, con incertidumbre y con miedo.
Hoy se conmemora el Día del Periodista, de esos seres raros que toman por oficio la estaca de la verdad con la que de vez en cuando se mata a un vampiro.
Este oficio que da vida, pero también arranca pedazos de ella. Camus escribió que “nombrar las cosas mal es añadir a la desgracia del mundo”, y eso hacemos cada día: nombrarlas bien, aunque duela, aunque cueste, aunque se arriesgue todo.
Abrazo a todos los que estamos en la trinchera de papel, de la voz y de los teclados, en un país donde informar es un acto de fe y a veces de suicidio, a veces las dos cosas al mismo tiempo, viviendo en una permanente cuerda floja en la que caer obliga a tomar bandos por intereses que no son los mismos al ejercicio de informar.
Por cierto: yo no soy buena persona y nadie es puro ni perfecto, pero aspiro a aprender ser mejor todos los días.
Gracias a los periodistas y medios con nombre y apellido. Gracias a los que prefieren sostenerse en el método y el rigor a tener que decir “cuac-cuac”. Gracias a los que no se dejan usar como balas de cañón.
Ustedes saben quienes son… y quién es quién.
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En este lunes, hijos de mis esperanzas, estaré muy atento al video que seguro publicará el “Batman de Tanquián” (también conocido como Gerardo Sánchez Zumaya) en contra de Omar García Harfuch para que le diga “delincuente” y se le enfrente feroz por haber detenido a su familiar político Héctor N. Por ser parte de una red nacional de huachicoleo que el gobierno federal comenzó a desmembrar.
Recordemos que cuando se le quiso investigar a él y a su familia por tener ex marinos armados para su protección y salieron a la luz los contratos públicos de Pemex que lo hicieron millonario de la noche a la mañana, el huasteco vomitó sandeces en contra de la autoridad de la que se dijo perseguido.
También dijo que no tení a miedo, por lo tanto tampoco tendrá miedo de “decirle sus verdades” a García Harfush ahora que arrestó a su familiar involucrado en el robo de hidrocarburos.
¡Enójate también huasteco! ¿O ya bajaste de nivel y, como ya se ha escrito, vas a enfilar tus arranques de ira públicos contra algún funcionario de tercer nivel de Lagunillas siguiendo tu estrepitosa ida a pique?
Al respecto se le podrá preguntar a la presidenta en la reciente anunciada visita que tendrá a tierras potosinas el próximo día 13 como parte de su gira a todos los estados con motivo de su primer informe.
En San Luis Potosí el huachicoleo une a personajes de la política aparentemente opositora hasta con los payasitos que estrenaron lo mismo tenis verdes que reloj fino.
Por cierto que un día antes de que venga la presidenta, el diputado Cuauhtli Badillo, rendirá informe del primer año legislativo en un lugar muy reducido ¿será para estar acorde con lo que se va a informar? ¿O para dejar afuera a mucha gente y que el lugar parezca abarrotado? (Por cierto que hoy lo agregamos a estas listas de difusión y es parte de nuestro Culto Público)
Me despido no sin antes compartirles El Atril de este día: ¿Siempre sí o siempre no al proyecto de presa Las Escobas?
Primero la CEA dijo que el proyecto de la presa se había cancelado por ser inviable; luego la presidenta Claudia Sheinbaum lo presumió como parte de sus logros en materia hídrica.
Ahora Conagua dice que no está cancelado, solo pospuesto. ¿Entonces…? Lo cierto es que la infraestructura hídrica es necesaria para la entidad, pero en el proceso se ha vuelto un acto de magia que aparece y desaparece de la agenda según la conveniencia.
El proyecto se ha contemplado desde 2009, pero si las cosas siguen así, pasarán más de 15 años en que la obra no vea la luz y seguirán sin decir realmente si se hará realidad o no.
Entre tanto, créame con reservas, pero si en el panorama hídrico potosino estábamos arrinconados en proyectos hidráulicos inviables o impagables, pronto nos daremos un chapuzón en un anuncio federal que nos dejará empapados de futuro en el tema.
Hasta la próxima.
Yo soy Jorge Saldaña
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#4 Tiempos
La relación glacial | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
No existen Robinsones más que en la literatura, es decir, nada más que en los libros. ¿Qué haríamos en un mundo en el que no hubiera nadie, sino sólo nosotros? Adán, en el paraíso, debió sentir este desasosiego. Pero veámoslo después: ¡cómo brinca de felicidad al contemplar a Eva, su compañera! Y cómo exclama, poseído de la más honda alegría: «¡Ésta sí que es carne de mi carne y hueso de mis huesos!» (Génesis 2,23). Con ella a un lado suyo la vida ya era otra cosa…
Una feminista radical -¿hay que llamar así a las hijas de esta raza siempre descontenta?- encontrará tal vez poco halagadora la expresión de Adán; quizá, incluso, hasta llegue a protestar, llena de indignación: «¡Nosotras no somos hueso de nadie!». Aceptaría la comparación con tal de que se dedujera de ella que los varones son realmente unos perros. Pero antes de dar la razón a la mujer que así se expresara, habría que ver qué es lo que hay en el fondo de ese grito de sorpresa. Dios está allí, cerca de Adán; éste puede casi tocarlo con el dedo; pero, aún así, Dios sigue siendo el totalmente Otro, y lo que Adán quiere es un ser semejante a él. En otras palabras, aunque Dios esté allí como al alance de la mano, por decirlo de algún modo, siempre seguirá haciendo falta el otro hombre, es decir, la ayuda, el semejante.
Quizá jamás comprenderemos del todo lo que dijo Dios casi al final ya de su tarea creadora: «No es bueno que el hombre esté solo» (Génesis 2,18). ¿Por qué nuestras modernas antropologías no parten de allí? ¿Por qué parten, más bien, de otros supuestos? Sí, la soledad mata, y la soledad absoluta mata absolutamente.
Hacia la década de los años sesenta, un equipo de psicólogos rusos aisló a varios hombres con el fin de prepararlos para su próximo envío al espacio exterior en calidad de astronautas. Creían estos científicos que al aislarlos ya desde aquí, éstos podrían soportar después con mayor entereza eso que Pascal llamó «la soledad de los espacios infinitos». ¿Con qué resultado? Con el de que casi todos empezaron a delirar y a mostrar comportamientos muy parecidos a los de la locura. «Los resultados comprobaron –escribe la psicóloga checa Eva Syristova- que basta un aislamiento total de catorce días en una cabina que imposibilite cualquier contacto social y permita el mínimo de impulsos desde fuera, para que algunas personas, incluso aquellas que anteriormente estaban equilibradas, presenten síntomas psicóticos». Y prosigue:
«Un estudio informativo fue expuesto también por el doctor Hebb, quien logró evocar, durante sus experimentos de privación sensorial y social, estados totalmente similares a las reacciones psicóticas espontáneas o provocadas farmacológicamente. Hebb dice al respecto: “Se consigue simplemente no dando a la gente absolutamente nada”. Lo único que hizo fue colocar trabajadores jóvenes y sanos sobre las camas en alcobas climatizadas. Las gafas protectoras impedían el paso de la luz. Guantes y tubos de cartón colocados sobre las manos y los brazos privaban a dichas personas de percepciones táctiles. Al mismo tiempo se encontraban aislados de todos los impulsos acústicos y olfatorios. Abandonaban sus pequeñas habitaciones sólo a la hora de comer y para ir al servicio. El resto del tiempo se encontraban tumbados solos, con sus pensamientos, en una especie de vacío psicológico y sin ningún tipo de comunicación social. Este maravilloso reposo los llevó a la psicosis. La personalidad de algunos se desdobló. Afirmaban que no eran ellos, sino dos individuos diferentes e incompatibles en una misma persona. Después de terminar el experimento se tocaban a sí mismos para convencerse de que eran reales. Hasta las cosas les parecían irreales, como sueños. Unos tenían alucinaciones. Otros llegaban al límite de la catatonia».
¡Estos científicos del demonio creían que el hombre era un ser que se adaptaba a todo! Sí, es posible que a todo se adapte, pero a lo que nunca se adaptará, por más que se esfuerce en ello, es a estar siempre solo, a no recibir nada del mundo exterior, pues la soledad es para él veneno puro.
En el largo texto que me he tomado la libertad de transcribir hay una frase que me llena de inquietud y al mismo tiempo me emociona; se trata de lo que dice el doctor Hebb al finalizar sus despiadados experimentos: ¿Quieres que la gente enloquezca de veras? Bien, basta con que no le des absolutamente nada.
Y siendo así las cosas, ¿qué de raro tiene que las relaciones donde esto sucede sean siempre patológicas y lleven, en el mejor de los casos, a la ruptura, y en el peor de ellos a la desesperación? Hay relaciones donde el intercambio ha cesado desde hace tiempo; amistades, por ejemplo, donde el dar y el recibir se han disociado de tal manera que uno es siempre el que da y otro el que recibe: éste vive estirando la mano, pero a cambio de lo que obtiene no da nada, no da nunca nada, pareciéndole que las cosas no podrían ser de otra manera. Pero, ¿qué pasa entonces con el otro? Que termina cansándose y mandando todo a la porra, como dicen en mi pueblo.
¿Quieres que tus relaciones se colapsen, que tus amigos no quieran saber ya nada de ti y tu matrimonio entre en una especie de era glacial? En realidad, es muy sencillo; escucha al doctor Hebb: basta con que no les des, ni a tu esposa ni a tus amigos, absolutamente nada: ni una palabra amistosa, ni un abrazo, ni una llamada telefónica de cuando en cuando, y verás cómo lo consigues.
Ya sé que Erich Fromm dijo una y otra vez en sus libros que «amar es fundamentalmente dar, no recibir». Sí, y, sin embargo, el que da también querría recibir alguna vez. No puede estar sólo dando y el otro sólo recibiendo.
Digámoslo con mayor claridad: allí donde ya no se recibe, allí donde se ha dejado de dar y recibir alternativamente, allí hace su aparición la soledad, y, con ella, o la locura o la muerte. ¡Qué le vamos a hacer: ya dijo Dios que no es bueno que el hombre esté solo, y si es Él quien lo dice, por algo será!
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