#4 Tiempos
Infodemia nacional covid-19, y potosina de gobernabilidad | Columna de Jorge Ramírez Pardo agosto 3, 2020
Enred@rte
El término infodemia se emplea para referirse a la sobreabundancia de información (falsa) sobre un tema concreto, como por ejemplo en el caso del coronavirus. El término se deriva de la unión entre la palabra información y la palabra epidemia.
Ayer domingo por la tarde, Genaro Villamil, director del Sistema público de radiodifusión del estado mexicano, se unió a la conferencia de salud que encabeza cada tarde el subsecretario Hugo López-Gatell para hablar de la acerca del tema.
México, dijo Genaro Villamil, es el segundo país generador de noticias falsas, sólo superado por Turquía y por encima de Estados Unidos y Brasil; hasta julio, se han registrado un total de mil 294 fake news. De ellas, el 82 por ciento viene de las redes sociales, y es WhatsApp el principal medio por el que se difunden.
Villamil agregó: “Es un fenómeno catalogado por la Organización Mundial de la Salud como tan peligroso o negativo como la propia pandemia, porque tiene como objetivo, busca o pretende, generar pánico social, pánico moral, desestabilización, confusión en la población, por múltiples intereses, que no tiene qué ver estrictamente con lo político, sino con el mercado de intereses mediáticos, de ganar audiencia, de generar notas que llamen la atención.
En las redes sociales, cuando algo es gratis, quiere decir que el negocio somos nosotros.
Pasos para detectar noticias falsas
Genaro Villamil concluyó su intervención con recomendaciones para identificar y descartar noticias falsas.
1.- Revisa la fuente que emite la noticia: Verifica que la información sea emitida por autoridades o por un medio de comunicación de prestigio.
2.- Verifica que la noticia sea actual y se haya realizado en el lugar señalado.
3.- Revisa el contenido de la noticia: Debe ser creíble, original y real, si detectas información incoherente, duda.
En SLP gobiernos fake de bajoalfombra y fiscal fantasma
Como en varias ocasiones se ha comentado en este espacio, un ciudadano, por instinto y gratitud pudiera presumir de sus gobernantes, acudir a tomarse la foto con ellos como un hecho significativo. No es el caso en Puebloquieto.
El gobernador Juan Manuel Carreras (de habitual lento y mustio proceder; cualidades tan potosinas de élite), ex empleado de Felipe Calderón y repetidor de las formas/fondo de los capítulos más impresentables de sus esencias pri/panistas, parece empeñado en concluir su mandato en la oscuridad y acabar mal su carrear política signada por atender intereses minoritarios y favorecer al grupo de élite de donde procede.
Aún está a tiempo Carreras de aprovechar su diplomática relación con López Obrador en el juego de espejos. El siempre citable y distinguido priísta, que también los hay, Jesús Reyes Heroles padre, decía “Lo que parece es” y si el gobernador no hace una limpia a fono en casa, la mustiedad y omisión se nota, aunque esté en el clóset o en la bajoalfombra.
Por su parte, Xavier, el munícipe capitalino y visible delfín a suceder al gobernador, compromete el futuro pagando o pactando cuantiosa propaganda en forma de noticia (fake news de oficio, pues’n) de la parte de su quehacer asistencialista (despensas, foquitos carísimos que se funden a las primeras, coladeras desazolvadas, infraestructura para automóviles, ciclovías inútiles), con lemas campaña adelantada. “En son (pero no) de paz”, sino de juegosucio que parece limpio. “Cerveza que parezca sidral”, pedía el ex presidente Ernesto Zedillo.
A tan sólo dos días de que el presidente López Obrador, procedente de Querétaro y camino a Zacatecas, asista en la capital potosina a una reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores, CONAGO, en la cual los temas prioritarios son salud y economía, será inocultable lo que sistemáticamente los mandantes estatal y municipal de la capital parodian a las fake news de closet y bajoalfombra. Este es el recuento de los ocultamientos y/o distorsiones informativas:
- Que la ya muy desconchinflada avenida Venustiano Carranza –despojada más y más de su señorío, tendrá -¿previa consulta ciudadana, si, te cái?- ciclopista a semejanza de la fallida de avenida Himno nacional. En esta última transita un ciclista por cada 100 automóviles y el pieandante para abordar un autobús tiene que torear vehículos estacionados y muy eventuales ciclistas. Aquí confluyen las actividades del tío del munícipe Xavier con las del ex gobernador Sánchez Unzueta en el Centro histórico –de opacidad en la cuantía y destino de los dineros; y actual frenética actividad puntual antes no tenía- pero estamos en tiempos preelectorales-, y conveniente promoción para su sobrino político Xavier, de primigenio ascenso político Ricardo/gallardista, hoy su “enemigo íntimo” en el juego de apariencias.
- También, donde la suegra no ve, se encuentra en proceso la designación de un Fiscal estatal anticorrupción. El asunto huele mal porque todo indica la búsqueda desaforada de un “fiscal carnal” que hasta el momento tiene nombre, Felipe Aurelio, y apellido, Torres Zúñiga.
- ¿Hay fiscal general estatal? Si lo ves, lector, avisas, porque el 6 de junio un grupo de vándalos, hoy identificados como junior de élite, fueron a agredir su sede y destrozaron ahí mismo una patrulla, luego también hicieron cuantiosos destrozos en la sede del Congreso. Hay numerosas pruebas que inculpan de sobra a Alejandro N, hasta ese día, administrador de la página FRAAR-SLP (Frente Revolucionario Aliado Anti Represión) y a Sebastián, cuya N de presunción la glosa cibernética trocó por el apodo de “Mono blanco”, hijo de Hilda López, directiva de la Secretaría de Cultura cuyo titular es Armando Herrera de tibio y omiso proceder en ello y en el todo de sus ¿i/responsabilidades? Esto lo ve la ciudadanía a través de profusos videos en redes sociales e información en medios de comunicación, particularmente en portales informativos, pero ¿Hay fiscal? Porque sus subalternos sólo identifican falsos culpables (los fakes tan de moda) e inventan cargos a defensores de la Sierra de San Miguelito.
- La criminalidad a tope. Los familiares de Karla Pontigo (con pruebas sobradas del victimario, ahora incluidas en el video documental de Olivia Portillo “Justicia para Karla Pontigo”, realizado a partir de un programa de investigación dirigido por la doctora Oresta López, es sólo uno entre numerosos casos de feminicidios sin indagatoria ni ejercicio de justicia.
- Poco gobierno, mucho munícipe fuera de base, fiscal fantasma y en la cocina anhelo de imponer un fiscal carnal anticorrupción. De última hora se informa que la elección del fiscal anti corrupción se pospone porque se intenta un reacomodo jurídico que le hiciera autónomo. ¿Seráaaa?, ¿o se trata de otro espejismo fake?
- ¿Hay Secretario de Cultura? No se mira. No “se vide”. Ah, raza malpensada.
Más lo que se acumule… en tiempos efímeros de reunión CONAGO.
También lee: ¿Quién manda en la televisión? | Columna de Jorge Ramírez Pardo
#4 Tiempos
Fantasmas y oportunidad | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Este domingo San Luis abre el Alfonso Lastras frente a Tijuana, y no es un choque cualquiera, para los potosinos es una prueba de carácter, de identidad, de si realmente están vivos en este torneo o sólo repitiendo errores bajo otro sol. Para Tijuana, la visita es de las incómodas, estos partidos lejos de casa suelen desnudar sus fisuras, y enfrente estará un equipo que ya aprendió a morder cuando tiene que hacerlo.
San Luis llega golpeado por la irregularidad. Ha ganado partidos fuera de casa, pero también ha perdido otros en los que se dejó intimidar por rivales que no parecían tener mucho; juegos en los que el pulso se va, la concentración se diluye y los goles encajados parecen inevitables. Esa vulnerabilidad ha sido la constante, una defensa que tiembla, un mediocampo que se pierde cuando faltan ideas y delanteros que dependen demasiado de la inspiración aislada o del error ajeno.
Tijuana, por su parte, no es un paseo. Ha mostrado destellos de buen fútbol, ha sumado resultados decentes, pero también ha dejado ver que le cuesta imponerse fuera de casa cuando el rival presiona alto o lo obliga a construir desde atrás. Su equilibrio se tambalea si el marcador no le favorece pronto, y su carácter depende mucho de momentos puntuales de inspiración.
El historial entre ambos juega en favor de los fronterizos: más victorias, más empates, pocas derrotas. San Luis ha ganado escasas veces contra Tijuana, tanto de local como visitante, y eso pesa no sólo en la estadística, sino en la mente. Saber que enfrente hay un rival que te ha dominado más veces de las que quisieras recordar añade presión extra, obliga a estar mejor preparado, más concentrado y sin margen para regalar minutos.
La noticia que sacude el ambiente es el regreso de Vitinho al Alfonso Lastras. El brasileño, que dejó huella en San Luis por su desparpajo y verticalidad, vuelve ahora vestido de visitante. Su sola presencia añade una dosis de morbo, la afición potosina lo recuerda como una chispa capaz de encender partidos en segundos, y este domingo podría ser precisamente la amenaza que complique al equipo que alguna vez lo arropó. Su regreso no es un detalle menor, es un recordatorio de lo que San Luis tuvo y dejó ir.
Y la urgencia se siente en la grada, los aficionados ya no apuestan por promesas, quieren resultados. Si San Luis no se aferra a la localía, no sale con intensidad y no demuestra identidad desde el primer minuto, este partido puede volverse otro de esos en los que la ilusión apareció en la previa, pero el gol nunca llegó, o llegó demasiado tarde.
Este domingo no sólo se juega un partido, también se reencuentran viejos fantasmas. Si San Luis logra que la vuelta de Vitinho sea anécdota y no sentencia, tendrá mucho ganado. Pero si se deja arrastrar por la nostalgia y la fragilidad que lo persigue, Tijuana podría salir de nuevo airoso del Lastras. La diferencia entre fiesta y tormenta se definirá en noventa minutos.
También lee: El eterno | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
De conformidad con Armani | Columna de Carlos López Medrano
Mejor dormir
Le debo mucho a personas de las que ni siquiera recuerdo el nombre. Hace quince, quizá veinte años, leí un artículo sobre Giorgio Armani en una revista de la que no retengo ni el título ni el autor. Lo único que llevo clavado en el pecho es el párrafo inicial que aún conservo como recorte y que cada tanto acude a mi memoria por dejarme una lección sencilla e invaluable: la de resistir.
El texto decía:
Cuarenta y tantos años y te va… «bien». Ese sentimiento es tan común para muchos hombres. Es una sensación que les da escalofríos en el alma cuando se ven al espejo, porque es el momento en que se dan cuenta de que deben guardar en un cajón sus antiguas ambiciones juveniles. Es la hora de conformarse con lo que se tiene.
Pero Armani decidió que no se conformaría. En julio de 1975…
Es lo único que tengo de aquel artículo, y ha sido suficiente. Ahí estaba lo esencial: no renunciar a los ideales. El autor evocaba el carácter de Armani, esa estrella tardía que rozaba los cuarenta mientras seguía a la sombra; trazando para Cerruti, elogiado a medias, con algunos cumplidos y atenciones, aunque bajo el nombre de otro. Condenado al taller ajeno y volver vacío a casa.
Muchos habrían sido felices con lo que Armani tenía por entonces. No estaba nada mal. Una profesión estable, buena paga, un lugar en la industria, sin riesgos, cierta tranquilidad. Sé feliz con tu trabajo. Si se lo proponía, podría llevar una vida manejable, moderadamente satisfactoria.
Pero para los espíritus de primera línea la conformidad es intolerable. Armani sabía que dentro de sí había algo más, y se decidió a buscarlo. Tuvo la fortuna de un fino soporte: su querido Sergio Galeotti. Los primeros pasos de un visionario precisan de alguna confirmación, un guiño que eche para adelante en tiempos de flaqueza. Galeotti representó eso para él.
Al cabo de un tiempo, ese hombre que parecía llegar tarde acabó por adelantarse a todos. Armani se convirtió en el diseñador italiano más famoso de su época, un emblema del estilo europeo. También un magnate y un símbolo. Su apellido se volvió sinónimo de calidad y seducción.
Mucho aprendí de aquel ejemplo. Un volantazo siempre es posible, incluso cuando el calendario insiste en dictar lo contrario, por mucho que las circunstancias se empeñen a adjudicar espacio en un rincón. He vuelto a esas líneas en mis horas de duda para recordarme que no hay límite de edad para dar la batalla, y que nadie la dará por nosotros. Después he encontrado historias semejantes, de hombres y mujeres que, en sus cuarenta, cincuenta, setenta o más allá decidieron no resignarse y se levantaron de la mesa para reclamar lo que aún podían ser, imponiéndose ante un pa norama sin emoción.
De Armani supe más tarde otras cosas. Cada que me adentraba venía mayor fascinación. Trazó para mí un ideal: ir arreglado y rodeado de bellas mujeres. Morir entonces con lentitud, con la gracia de una hoja que cae en una danza admirable. Su apego a la limpieza, heredado de su madre (desde niño tuvo un paño entre las manos para borrar lo que está mal con el mundo); su capacidad de desprenderse de lo que sobra, de lo chillón, de lo que hace ruido. «Hay que descartar todo lo demasiado llamativo», repetía, «y buscar algo más sutil, más silencioso». Así eran sus trajes, bondadosos en su ligereza, como una segunda piel que no aplastaba a quien la vestía. Supo que la comodidad era una expresión de la libertad. Las tres camisas que llevaba en la maleta.
El tono de su piel recordaba a la pulpa de una naranja madura recién abierta, un resplandor cítrico rodeado siempre de gente guapa, como si la belleza tuviera que escoltarlo. Acqua di Giò fue el primer perfume que convirtió en universal lo exclusivo. Alberto Morillas atrapó en un frasco la luz de un mediodía frente al mar, y Armani supo reducirlo en una frase: lo más importante es ser normal.
Él y sus modelos eran un brillo en medio de la decadencia de la civilización, un lujo popular que los pasajeros de un autobús vislumbraban al pasar frente a un anuncio o al mirar una película de Richard Gere. Supo ser el verano en una piscina, un yate cargado de aceitunas y también un rascacielos con pisos de mármol. Como revés a un verso de aquel poema español del siglo XV «Edechas a la muerte de Guillén Peraza», con Armani no se veían pesares, sino placeres.
Los maniquíes sueñan con portar piezas de Armani y ser acomodados por él en un escaparate, con la calma de un pintor impresionista. Diseños que juegan con los ojos, el anhelado capricho de llevar sus telas, que al final él resumía en su atuendo ligero, camiseta, pantalón, chaqueta, el peinado echado para atrás y esa sonrisa simétrica, flecha del estilo que entra por las fosas nasales. Gracias sus propuestas más de uno se animó a ser un yuppie es vez de caer en las sucias garras del jipismo.
En el delirio de mis comparaciones, pensaba en cierto diseñador estadounidense de cara atomizada como una extensión de Burger King, ahí donde Armani era una vuelta al Mediterráneo. Como Giorgio, desprecio a la gente que se aprovecha de la ingenuidad de la gente para alcanzar el éxito o, en última instancia, llegar al poder.
El mundo bien pueda dividirse en conformistas e inconformes. Los primeros se abandonan al asiento torcido de la rutina en cuanto les parece tolerable (y no les va tan mal); los segundos viven con el aguijón de no estar nunca en su sitio, y por eso se levantan y vuelven a intentarlo en su despecho. No siempre logran lo que persiguen, pero su combate en sí mismo ya es una inspiración. Giorgio Armani contaba que el mayor legado de sus padres fue un «sentido de dignidad», junto con la tenacidad y fortaleza mental suficiente para resistir en los momentos difíciles. Ropajes aparte, la historia de aquel hombre que, cumplidos los cuarenta, se lanzó a por todas, constituye un regalo de buen moño para quienes aún creemos que nunca es tarde para empezar de nuevo.
Contacto
Correo: yomiss@gmail.com
Twitter: @Bigmaud
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#4 Tiempos
Gustavo López, presentación de su libro He aquí al hombre | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Una introspección reconstruyendo su propia génesis a través de la palabra Gustavo López Hernández escribe He aquí al hombre, su libro de poemas que recorre sus sentimientos forjados a lo largo de su vida artística y cotidiana. Si el designio del cometa es el regreso el designio de Gustavo López es transcurrir. Transcurrir que describe en su libro, si bien personal, de gozo universal, pues su palabra se disfruta y nos hace reflexionar sobre nuestro propio transcurrir.
Su libro He aquí el hombre, será presentado en la librería Gandhi que se encuentra en el edificio Ipiña en Plaza de Fundadores, el día 12 de septiembre en punto de las seis de la tarde, contando con la participación de la poetiza Fabiola Amaro y un servidor.
Gustavo López es un referente en la música popular mexicana y en especial la denominada folclórica, que tuvo su momento de brillantez en los setenta y ochenta en ese México que se apuraba en formar músicos y cantantes que rescataran nuestras raíces musicales y dieran frescura con nuevas obras a ese arte lirico que mezcla la música y la palabra.
López Hernández participó en la formación de ese tipo de grupos musicales, como el caso del grupo “CADE” que difundía el folklor mexicano y a experimentar con composiciones que mezclan ese folklor con otros elementos musicales. Funda, en compañía de otros jóvenes el Centro para el Estudio del Folklor Latinoamericano (CEFOL). Este Centro fue el crisol en la formación de compositores interpretes y músicos que refrescaron el ambiente musical mexicano. Figuras como Eugenia León, Marcial Alejandro, Guadalupe Pineda, Roberto Morales, entre muchos otros, emergieron de ese Centro.
Gustavo López lleva en la sangre la vena musical de su tierra juchiteca donde nació y de donde fue a la ciudad de México a fincar su formación. Estudiando la preparatoria y posteriormente Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, estudios que combinaba con los de música, haciendo algunos estudios en la Escuela Superior de Música.
El célebre grupo de música folclórica latinoamericana, Los Folkloristas, lo tuvo como uno de sus miembros desde 1978 y hasta 1982. Desde entonces se le conoce como un compositor cuyas obras han sido estrenadas en los mejores escenarios mexicanos y sus canciones se han convertido en refrentes de la nueva música mexicana.
Como artista, también ha incursionado con éxito en la pintura, donde su obra se ha presentado en exposiciones individuales y colectivas en Oaxaca y Ciudad de México, así como fuera del país como fue su exposición en Puerto Rico.
Su impronta en la cultura de su estado ha quedado, además de su trabajo musical y pictórico, en la ilustración y creación de obra en el libro Oaxaca Recóndita de Wilfrido C. Cruz que editara el Instituto de Educación Pública de Oaxaca.
En agosto de 2024 publica su primer poemario He Aquí al Hombre, bajo el sello de Laberinto Ediciones, el cual ha estado promocionando en diversas sedes del país, y que ahora llega a San Luis Potosí, con la presentación del libro el viernes 12 de septiembre a las 18:00 horas en la librería Gandhi de Plaza de las Fundadores.
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