enero 26, 2025

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#4 Tiempos

El tecnólogo pionero de la radio y televisión mexicana | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO 

José Antonio Ruiz de la Herrán Villagómez, conocido en el ámbito académico como el Ing. José de la Herrán, murió el pasado 5 de septiembre en la Ciudad de Acapulco, a la edad de 96 años. El Ing. De la Herrán nació en la Ciudad de México el 16 de diciembre de 1925. Desde niño estuvo ligado al mundo de la ciencia y la tecnología acompañando a su padre en sus tareas de instalación de estaciones de radio, iniciando en la XEW-AM en 1930 iniciando la era de la radio comercial en México, de esta manera se familiarizó en el manejo de los transmisores de radio y el reemplazo de los bulbos.

Su padre, del mismo nombre, estuvo ligado a la radio desde sus inicios en la década de los veinte teniendo su clímax en 1923. En ese año se fundaron algunas radiodifusoras caseras en diferentes puntos del país; San Luis Potosí, no sería la excepción y en 1923 Francisco P. Cabrera comenzaba a transmitir desde su casa el 11 de septiembre de 1923.

El entonces joven José de la Herrán creciendo en ese ambiente tecnológico orientó su formación a la ingeniería cursando la carrera de ingeniero mecánico electricista en la entonces Escuela Nacional de Ingeniería de la UNAM, y profesionalmente continuó sus trabajos en radio y televisión. Participó en la instalación y puesta en marcha de la XEQ-FM siendo la primera estación de frecuencia modulada.

En 1947 construye una cámara de televisión cuando trabajaba en la XEW experimentando en transmisión de imágenes, siendo de las primeras cámaras construidas en México, al parejo de los trabajos de González Camarena. De esta forma estaría participando en la instalación y puesta en operación de los equipos de trasmisión televisiva y estudios de la XEW-TV. Gracias a sus aportaciones, fue posible la primera transmisión televisiva en nuestro país. Fue también el responsable de la instalación y puesta en operación del equipo de transmisión y estudios del Canal 2 de Televisión de la XEW y de la preparación de su personal técnico.

Entre sus múltiples premios destaca el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Tecnología y Diseño de la SEP en 1983 y el Premio Nacional de Divulgación de la Ciencia en 2003.

Su relación con el mundo de la radio lo ligó a los artistas que destacaban en la XEW, entre ellos Agustín Lara de quien siguió su obra aprendiendo a tocar el piano e interpretar canciones de Lara que combinaba en sus conferencias de divulgación científica y técnica.

En conversaciones con el Ing. De la Herrán, me platica su participación en instalación y puesta en funcionamiento de las primeras estaciones de radio comercial en San Luis Potosí y participó en eventos de divulgación científica organizados en tierras potosinas.

El Ing. De la Herrán se convertía en un importante tecnólogo, como le gustaba que se refirieran a él, no solo en el ámbito de la electricidad y la electrónica sino también en el ámbito de la óptica, al interesarse en la astronomía. De esta manera participó en el diseño del telescopio de 2 metros de diámetro, así como su parte mecánica, del Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir. En esta línea publicó varios libros, entre los que se encuentran, Construya usted su propio telescopio, Mosaico astronómico, Fronteras de la astronomía, Astronomía básica y Los inventos.

Aunado a su brillante trayectoria en la ingeniería de comunicaciones se le considera como uno de los pioneros de la divulgación de la ciencia en México, participando en la formación de las primeras sociedades de divulgación como la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica, la Somedicyt.

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#4 Tiempos

La convulsa Liga MX | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Hoy regresa la Liga MX, y arranca aquí, en territorio potosino. El equipo de casa recibe a los Rayos del Necaxa, en un partido donde ambos necesitan sumar. Por un lado, Necaxa que viene con un nuevo proyecto, ahora dirigido por Larcamón, en su regreso a México; por el otro, San Luis que busca volver a sumar en casa después del descalabro en la jornada 1. Ambos equipos quieren llevarse algo.

Pero la liga está revuelta hoy, los movimientos de varios equipos siguen rindiendo frutos del fútbol de estufa, y hay uno que llama poderosamente la atención: Martín Anselmi. El aún director técnico del Cruz Azul, ese que dijo estar enamorado de su hinchada, ese que cantaba y salía a escuchar y hasta llorar con los suyos, ese que “hizo jugar bonito” al equipo, ese que prometió salir campeón y romper maleficios, ese, hoy parece haber viajado a Portugal a seguir su carrera en el viejo continente.

Y está bien, no lo culpo, cualquiera en su posición preferiría ir a dirigir la Champions League que quedarse en la Leagues Cup, ir a vivir a Portugal que vivir en una buena colonia en la CDMX, dirigir en Europa en lugar de México; la elección es fácil. El detalle de eso está en las formas y el momento, si bien está dentro de los tiempos dictados por la FIFA, acá en México el proyecto de los equipos ya arrancó, y dejarlo de la noche a la mañana parece más que una falta de respeto.

Pero recordemos que eso ya ha pasado antes, André Jardine abandonó a San Luis apenas en la pretemporada para irse a dirigir al América, Fernando Gago un día se despertó con ganas de irse de Guadalajara para dirigir a Boca, a mitad de temporada; o sea, el cambio de técnicos sorpresivos no es novedad.

Cabe resaltar que hoy, aunque en la Liga MX se pague muy bien y el nivel de competencia sea alto, hacen falta incentivos para que técnicos y algunos jugadores aspiren a quedarse en el país. La falta de competencia internacional importante, así como la poca presión por temas como el descenso o la competencia por clasificar a algo más que solo la liguilla, generan que los protagonistas del deporte quieran salir a la primera oportunidad, sin importar a qué equipo conforman.

Ojalá los directivos pongan atención y sepan que el fútbol mexicano está en una crisis, no solo de resultados, sino de presente y futuro. Si no lo arreglan pronto, la gallina de los huevos de oro se puede seguir acabando, y para muchos, la liga no es suficiente aliciente para seguir invirtiendo dinero, tiempo o pasión.

Hoy regresa la liga, y regresa a San Luis, en medio de tantas cosas, el equipo de casa recibe no solo a Necaxa, sino a su dueño en el Lastras. Hoy la plana mayor del Atlético de Madrid estará en el estadio. Ojalá y eso sirva para que se pueda recuperar el extraordinario ritmo de puntos de local. Ojalá, en esta convulsa Liga MX.

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#4 Tiempos

Gente que se rindió | Columna de Carlos López Medrano

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Mejor dormir

 

Sobran maneras de identificar a quienes han sido derrotados por la vida. Basta con observar al que no responde a los buenos días soltados por un desconocido, rocas impermeables ante un bello gesto. O al que, en el elevador, presiona con ansia el botón de cerrar la puerta, apenas por ganar un par de segundos, como si el destino que lo espera —ay, el trabajo— fuese algo más que una condena.

Se rinden también quienes ya no se detienen a disfrutar las curiosidades ofrecidas por las calles: la estampa de un borrego pegada en un poste, una hoja seca con forma de corazón, un perro rascándose el lomo con la ayuda de una banca. Poco queda de espíritu en quienes llevan semanas, quizá meses, sin alzar la vista al cielo para contemplar las estrellas por la noche o descubrir, como niños, las formas caprichosas de las nubes.

Hemos perdido a los que olvidan vacacionar al menos una vez al año. No se trata del dinero, que al final siempre encuentra su acomodo; basta con cruzar la esquina para pasarlo en grande si uno sabe cómo acomodar las piernas. También se pierden los que llevan demasiado tiempo sin brindar, como si faltaran motivos, cuando cualquier pretexto sirve para alzar la copa y desbordarse en espuma, aunque sea por el estreno de un tapete en la cocina. Y sabemos que estamos ante un alma en coma cuando alguien deja de celebrar la Navidad. Porque, cariño, aunque la ilusión se haya marchado, hay que forzarse a poner el árbol con luces y esferas. Así es como comienza el ascenso.

Sobre todo, alguien está derrotado cuando deja de arreglarse. Cuando sale al supermercado en pijama o se olvida de la ducha. El pudor es síntoma de amor propio y de cortesía hacia los demás. Soy muy importante como para ser visto en fachas por el vecino, debería pensar uno. Pero mal vamos si ni siquiera eso te detiene. Un hombre conserva su dignidad mientras se afeita o da forma a su bigote; sé que sigo en pie de lucha cuando me miro al espejo y trato componer lo que ya no tiene compostura.

Es un fantasma quien ha perdido el pulso amoroso. Quien ha dejado de coquetear y no intenta ya ninguna aventura. El que no suelta un piropo a su pareja, quien no imagina una nueva vida con la mesera o la cajera en el supermercado, muy lejos de aquí, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal; alejados del mundo, donde no haya leyes ni nada.

 

Está muerto en vida quien no se cree merecedor del amor y el deseo, quien descuidado su cuerpo como si no tuviera nada bello que preservar.

 

He topado tantas veces con estos derrotados. Se les percibe en la mirada, en el vacío que se abre paso hacia la negrura. Gente que se rindió. Banderas blancas —lavadas con llanto— tras tantas decepciones y reveses. Los ves derrumbados en el transporte público, indiferentes incluso a las injusticias más obvias, conformes con lo que hay, sin hervidura de sangre (otro síntoma de la debacle: dejar de ceder el asiento a mujeres y ancianos; desprovisto de galantería, un ideal perdido). Son piltrafas resignadas, oxidadas allí donde un día hubo fuentes y jardines.

Y, con todo, me consuela saber que hay remedio para un buen número de estos casos. Los suficiente como para creer que merece la pena luchar por la resurrección. Porque, al final, se trata de un arte: el arte de remontar. Y de entender que nadie lo hará por ti. Nadie ayudará con la parte que más cuenta, la más difícil. Y no desanimarse por ello, al contrario, encontrar ahí un estímulo para imponerse ante la adversidad.

Como Richard Dadier le decía a su esposa en Blackboard Jungle: Sí, me han golpeado, pero no estoy derrotado. Hay una gran diferencia. No estoy derrotado, y no voy a rendirme. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado, frase de Hemingway.

El truco está en la determinación. Seguir el consejo de San Agustín: ser mejores que los tiempos malos. Una fe que baja el humo a los demonios. Levantarse un round más tras notar que el lloriqueo te dejó seco. Eres ya tu propia tierra firme.

Contacto:

Twitter: @Bigmaud
Correo: [email protected]

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Del semi desierto potosino a misiones espaciales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

A principios del siglo XX y durante su primera mitad, hubo una emigración importante de familias del altiplano potosino a los Estados Unidos. Varios matrimonios comenzaron a formar sus familias en los Estados Unidos mientras trabajan para subsistir e incluso apoyar a familiares que quedaban en México, en especial en esa región del semi desierto potosino. Uno de esos matrimonios fueron los padres de Dorothy Ruiz Martínez que de Matehuala emigraron a Texas, donde Dorothy nacería.

En su niñez sus padres la trajeron a Matehuala a casa de sus abuelos donde vivió toda su niñez y parte de su adolescencia, porque la situación de sus padres no era muy estable. Estudió secundaria en la escuela Francisco Zarco, entre otras cuestiones se caracteriza por dar buena enseñanza en matemáticas, es una de las características que tiene esta región comparada con el resto del estado y del país. De esa escuela ha salido mucha gente destacada en matemáticas para posteriormente trasladarse a Texas a continuar sus estudios en busca de mejores opciones de preparación en los temas que ya le habían llamado la atención desde su vida en Matehuala. El área aeroespacial le había llamado la atención cuando, en 1986, le tocó ver en la televisión el accidente del transbordador Challenger, lo que la hizo interesarse por su actual profesión.

Su formación básica en Matehuala le permitió desarrollarse en un lugar donde se suele ser muy competitivo como es en Estados Unidos, donde después de estudiar la preparatoria, Dorothy Ruiz ingresara a la Universidad de Oklahoma y posteriormente a la Universidad de Texas, conocida como A&M a estudiar ingeniería espacial. Al titularse hizo, en 1998, una pasantía académica por medio del programa de Langley Aerospace Research Summer Scholars del centro de investigaciones de NASA Langley lo que le permitió tener su primer acercamiento a lo que sería su carrera profesional.

Tuvo la oportunidad de entrar a varios de los proyectos de la NASA cuando empezaba su formación y eso le ha permitido ingresar a varias áreas relacionadas todas con ingeniería espacial que fue donde se interesó en formarse, pero además dentro de esos proyectos ha estado en contacto con otras agencias aeroespaciales como la Rusa, donde trabajó un tiempo.

Dotothy Ruíz Martínez es una ingeniera aeroespacial que actualmente trabaja para National Aeronautics and Space Administration (NASA), la agencia del gobierno estadounidense más importante del programa espacial, donde realiza actividades como control de misiones de vuelo

. El trabajo de Dorothy Ruíz consiste en enlazar comunicaciones entre la tierra y los astronautas que se encuentran en un satélite espacial.

De sus primeros trabajos en el área aeroespacial fungió como instructora de astronautas y de operadores de vuelo en el sistema de control y propulsión para el Transbordador Espacial, de ahí pasó al área de Operaciones de Misiones Espaciales como Ingeniera de Planificación de Actividades Espaciales en Tiempo Real (RPE). Ha participado en la planificación total de actividades espaciales de 12 misiones espaciales del transbordador, contribuyendo desde la tierra con otros ingenieros y científicos, en el ensamblaje final de la Estación Espacial Internacional.

Dorothy Ruiz dice con orgullo:

Los nopales, representan la región del desierto del altiplano donde crecí, pero también son parte de mi historia de vida y de mis tradiciones en familia. Mi bisabuela removía las espinas y cortaba las pencas de los nopales en trocitos con una destreza y rapidez incomparables y luego los cocinaba muy al estilo ranchero (de la región donde ella creció en los ejidos de La Puerta de Aguilar y San Miguel, en el municipio de Doctor Arroyo). Esa manera de cocinar los nopales fue traspasado a mi abuela y después a mí.

En el 2011 propuse un proyecto de investigación en la NASA junto con otro colega para estudiar el nopal opuntia y sus posibles usos en la Estación Espacial Internacional. En este proyecto también invitamos a un colaborador científico de México. El proyecto fue aprobado e hicimos la investigación, pero nunca fue mandado al espacio. Aun así, espero un día retomar este proyecto y, que fregón sería, mandar nopales a la luna y a Marte”.

Dorothy Ruiz es un ejemplo de inspiración para jóvenes mujeres que quieren desarrollarse en áreas que en principio no consideran socialmente para mujeres. Su desempeño y formación es digno de alabarse.

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