enero 22, 2025

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#4 Tiempos

Distorsiones al orden jurídico | Columna de Víctor Meade C.

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SIGAMOS DERECHO.

 

Hacia finales de la década de los 80, Argentina se sumía en una severa crisis económica: el dólar duplicaba su precio en cuestión de semanas, el alza de las tasas inflacionarias no daba tregua y más y más personas caían en pobreza. El entonces presidente Raúl Alfonsín decidió abandonar su cargo anticipadamente y entregarle las riendas del país sin mayor trámite al presidente electo Carlos Menem. El Partido Justicialista —que llevó a Menem a la silla presidencial— contaba con mayoría absoluta en el Senado, mientras que en la Cámara de Diputados estaban muy cerca de ocupar la mitad de los curules. Con las condiciones de severa crisis económica y gran influencia en el Legislativo, Menem rápidamente envío al Congreso las iniciativas que formaban parte del paquete legislativo de reactivación económica.

Con la excusa de la emergencia, Carlos Menem argumentó que llevar a cabo todo el proceso legislativo para aprobar una ley era extremadamente lento. Aquí comenzaron las distorsiones al orden jurídico. El presidente Menem echó mano de su facultad ejecutiva de emitir decretos que saltaran a todo el proceso legislativo para poder dar el empujón de arranque a su proyecto nacional. Su ministro de Economía le hizo un llamado público para que detuviera estos arranques de unilateralismo y ejercicio excesivo de poder, a lo que Menem respondió con mesura pero muy a su manera. Comenzó, entonces, a enviar iniciativas preferentes al Congreso pero acompañadas de un atento mensaje para los legisladores: si la iniciativa era modificada, Menem la vetaría; si la iniciativa no era discutida, entonces la decretaría. En solo cuatro años, Carlos Menem vetó de manera total 37 proyectos de ley y 41 de manera parcial.

Con el Poder Legislativo en su mano, las distorsiones al orden jurídico y constitucional se siguieron agravando y, entonces, el foco de atención pasó a ser el Poder Judicial. Carlos Menem envió una iniciativa de reforma al Senado para modificar la estructura de la Corte Suprema: aumentar de cinco a nueve el número de ministros. Ante el acoso y presiones institucionales, la iniciativa fue aprobada y dos de los ministros renunciaron, por lo que Menem tuvo la oportunidad de designar a seis de nueve ministros en un solo año. Ya entrado en gastos, Menem también destituyó al procurador General e impuso al suyo, pero esta vez incluso sin acuerdo del Senado. Menem consolidó un gobierno a base de decretazos y logró echarse a la bolsa a cualquier contrapeso.

Gobernó por 10 años: terminó con la hiperinflación y mejoró la calidad de los servicios públicos, por ejemplo. Pero también se duplicó el desempleo; la deuda externa casi se triplicó; creció la desigualdad; y, según el Foro Económico Mundial, Argentina se volvió el quinto país más corrupto del mundo.

Esta breve historia del caso argentino con Menem es solo una de tantas que han vivido/sufrido los países latinoamericanos con presidentes que pretenden presentarse a sí mismos como los portadores únicos del remedio para todos los males, y que logran articular un discurso masivamente convincente y basado en alguna emergencia o imperante necesidad de transformar algo.

Con esas características —genéricas y aparentemente sencillas de reunir— el 1 de junio de 2019 Nayib Bukele asumió la presidencia de El Salvador después de haber ganado la elección con más del 50 por ciento de los votos. Desde entonces, las distorsiones al orden jurídico no han parado: gobierna y manda órdenes oficiales desde Twitter; ha impulsado políticas de cero tolerancia a la delincuencia, lo cual es bien sabido que se traduce en detenciones arbitrarias y terribles viol   aciones a derechos humanos; mantiene condiciones aberrantes en las cárceles; y todo esto le ha sido permitido con unos niveles de aprobación altísimos.

El quiebre definitorio al orden jurídico y constitucional de El Salvador se dio, me parece, el 9 de febrero del año pasado. Días antes, mientras la Asamblea Nacional no se encontraba en periodo de sesiones, Bukele convocó a una sesión extraordinaria para la aprobación de un préstamo de más de 100 millones de dólares destinados a la compra de equipo para la policía y fuerzas armadas

. Ante la negativa —constitucionalmente fundada— de los legisladores a reunirse en la sesión extraordinaria, Bukele entró acompañado del ejército a la Asamblea el 9 de febrero y se sentó en la silla del presidente del Congreso. La Corte Suprema, ejerciendo las facultades que le competen, se pronunció al día siguiente y ordenó lo evidente: que se dejara sin efectos cualquier convocatoria extraordinaria sin fundamentos constitucionales y que se abstuviera de usar a las Fuerzas Armadas en tareas contrarias a las que establece la Constitución.

Desde entonces, el asedio a las y los integrantes de la Corte Suprema de El Salvador no han parado. Para beneplácito de Bukele, su partido Nuevas Ideas ganó 56 de los 84 curules de la Asamblea Legislativa, que se renovó en su totalidad con las elecciones celebradas este año. El periodo de sesiones inició apenas el sábado 1 de mayo y, sin perder tiempo, aprobaron en minutos la destitución de las y los magistrados titulares y suplentes de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema. Ya entrados en gastos, también destituyeron al fiscal General. Para esa misma noche, los puestos ya habían sido designados a la gente cercana de Bukele. No hay contrapesos ya. La Constitución y el resto del orden jurídico no son más que letra muerta.

Partiendo de la premisa de que las comparaciones son siempre injustas, no pretendo hacer el simplista señalamiento de que nuestro país está encaminado a lo mismo. Será usted quien juzgue las similitudes o diferencias que guarda nuestro contexto nacional con los dos casos que aquí le he platicado.

Pero lo que no podemos dejar de ver es que este gobierno —y hay que decirlo con toda claridad— es aberrante en términos jurídicos. Las pequeñas distorsiones al orden jurídico y constitucional no son cosa menor, pues poco a poco degeneran en algo incontenible y que escapa del control institucional. Las mayorías complacientes —y facciones de la incipiente oposición— en el Legislativo han estado aprobando en fast track absurdos durante todo el periodo de sesiones (que, por ahora, afortunadamente terminó), pero no han podido cumplir con el mandato de la Corte de regular el uso de marihuana. Desde la tribuna matutina, escuchamos todos los días al presidente cargarse en contra de periodistas, militarizar hasta la sopa y desaparecer de un decretazo presupuestos, fideicomisos e instituciones completas sin prueba alguna de la corrupción que tanto alega. Desprecia abiertamente a los organismos constitucionales autónomos, el trabajo de las y los ministros de la Suprema Corte y utiliza instrumentos estatales para investigar a los jueces que realizan su trabajo. Los impresentables de su partido, entre tanto, ya no tienen recato alguno en llamar directamente a la confrontación con la autoridad electoral. Para nadie parece haber consecuencias.

Hay que reconocer cuantos logros legítimos y buenas políticas haya, pero ello no es aliciente para hacerse de la vista gorda ante lo demás. Las distorsiones al orden jurídico comienzan imperceptibles o con conductas que vamos dejando pasar una a una. Esto sin alcanzar a ver que pronto se sale de las manos, y que es la nación —no el gobierno— quien termina pagando los platos rotos.

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#4 Tiempos

Gente que se rindió | Columna de Carlos López Medrano

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Mejor dormir

 

Sobran maneras de identificar a quienes han sido derrotados por la vida. Basta con observar al que no responde a los buenos días soltados por un desconocido, rocas impermeables ante un bello gesto. O al que, en el elevador, presiona con ansia el botón de cerrar la puerta, apenas por ganar un par de segundos, como si el destino que lo espera —ay, el trabajo— fuese algo más que una condena.

Se rinden también quienes ya no se detienen a disfrutar las curiosidades ofrecidas por las calles: la estampa de un borrego pegada en un poste, una hoja seca con forma de corazón, un perro rascándose el lomo con la ayuda de una banca. Poco queda de espíritu en quienes llevan semanas, quizá meses, sin alzar la vista al cielo para contemplar las estrellas por la noche o descubrir, como niños, las formas caprichosas de las nubes.

Hemos perdido a los que olvidan vacacionar al menos una vez al año. No se trata del dinero, que al final siempre encuentra su acomodo; basta con cruzar la esquina para pasarlo en grande si uno sabe cómo acomodar las piernas. También se pierden los que llevan demasiado tiempo sin brindar, como si faltaran motivos, cuando cualquier pretexto sirve para alzar la copa y desbordarse en espuma, aunque sea por el estreno de un tapete en la cocina. Y sabemos que estamos ante un alma en coma cuando alguien deja de celebrar la Navidad. Porque, cariño, aunque la ilusión se haya marchado, hay que forzarse a poner el árbol con luces y esferas. Así es como comienza el ascenso.

Sobre todo, alguien está derrotado cuando deja de arreglarse. Cuando sale al supermercado en pijama o se olvida de la ducha. El pudor es síntoma de amor propio y de cortesía hacia los demás. Soy muy importante como para ser visto en fachas por el vecino, debería pensar uno. Pero mal vamos si ni siquiera eso te detiene. Un hombre conserva su dignidad mientras se afeita o da forma a su bigote; sé que sigo en pie de lucha cuando me miro al espejo y trato componer lo que ya no tiene compostura.

Es un fantasma quien ha perdido el pulso amoroso. Quien ha dejado de coquetear y no intenta ya ninguna aventura. El que no suelta un piropo a su pareja, quien no imagina una nueva vida con la mesera o la cajera en el supermercado, muy lejos de aquí, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal; alejados del mundo, donde no haya leyes ni nada.

 

Está muerto en vida quien no se cree merecedor del amor y el deseo, quien descuidado su cuerpo como si no tuviera nada bello que preservar.

 

He topado tantas veces con estos derrotados. Se les percibe en la mirada, en el vacío que se abre paso hacia la negrura. Gente que se rindió. Banderas blancas —lavadas con llanto— tras tantas decepciones y reveses. Los ves derrumbados en el transporte público, indiferentes incluso a las injusticias más obvias, conformes con lo que hay, sin hervidura de sangre (otro síntoma de la debacle: dejar de ceder el asiento a mujeres y ancianos; desprovisto de galantería, un ideal perdido). Son piltrafas resignadas, oxidadas allí donde un día hubo fuentes y jardines.

Y, con todo, me consuela saber que hay remedio para un buen número de estos casos. Los suficiente como para creer que merece la pena luchar por la resurrección. Porque, al final, se trata de un arte: el arte de remontar. Y de entender que nadie lo hará por ti. Nadie ayudará con la parte que más cuenta, la más difícil. Y no desanimarse por ello, al contrario, encontrar ahí un estímulo para imponerse ante la adversidad.

Como Richard Dadier le decía a su esposa en Blackboard Jungle: Sí, me han golpeado, pero no estoy derrotado. Hay una gran diferencia. No estoy derrotado, y no voy a rendirme. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado, frase de Hemingway.

El truco está en la determinación. Seguir el consejo de San Agustín: ser mejores que los tiempos malos. Una fe que baja el humo a los demonios. Levantarse un round más tras notar que el lloriqueo te dejó seco. Eres ya tu propia tierra firme.

Contacto:

Twitter: @Bigmaud
Correo: [email protected]

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Del semi desierto potosino a misiones espaciales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

A principios del siglo XX y durante su primera mitad, hubo una emigración importante de familias del altiplano potosino a los Estados Unidos. Varios matrimonios comenzaron a formar sus familias en los Estados Unidos mientras trabajan para subsistir e incluso apoyar a familiares que quedaban en México, en especial en esa región del semi desierto potosino. Uno de esos matrimonios fueron los padres de Dorothy Ruiz Martínez que de Matehuala emigraron a Texas, donde Dorothy nacería.

En su niñez sus padres la trajeron a Matehuala a casa de sus abuelos donde vivió toda su niñez y parte de su adolescencia, porque la situación de sus padres no era muy estable. Estudió secundaria en la escuela Francisco Zarco, entre otras cuestiones se caracteriza por dar buena enseñanza en matemáticas, es una de las características que tiene esta región comparada con el resto del estado y del país. De esa escuela ha salido mucha gente destacada en matemáticas para posteriormente trasladarse a Texas a continuar sus estudios en busca de mejores opciones de preparación en los temas que ya le habían llamado la atención desde su vida en Matehuala. El área aeroespacial le había llamado la atención cuando, en 1986, le tocó ver en la televisión el accidente del transbordador Challenger, lo que la hizo interesarse por su actual profesión.

Su formación básica en Matehuala le permitió desarrollarse en un lugar donde se suele ser muy competitivo como es en Estados Unidos, donde después de estudiar la preparatoria, Dorothy Ruiz ingresara a la Universidad de Oklahoma y posteriormente a la Universidad de Texas, conocida como A&M a estudiar ingeniería espacial. Al titularse hizo, en 1998, una pasantía académica por medio del programa de Langley Aerospace Research Summer Scholars del centro de investigaciones de NASA Langley lo que le permitió tener su primer acercamiento a lo que sería su carrera profesional.

Tuvo la oportunidad de entrar a varios de los proyectos de la NASA cuando empezaba su formación y eso le ha permitido ingresar a varias áreas relacionadas todas con ingeniería espacial que fue donde se interesó en formarse, pero además dentro de esos proyectos ha estado en contacto con otras agencias aeroespaciales como la Rusa, donde trabajó un tiempo.

Dotothy Ruíz Martínez es una ingeniera aeroespacial que actualmente trabaja para National Aeronautics and Space Administration (NASA), la agencia del gobierno estadounidense más importante del programa espacial, donde realiza actividades como control de misiones de vuelo

. El trabajo de Dorothy Ruíz consiste en enlazar comunicaciones entre la tierra y los astronautas que se encuentran en un satélite espacial.

De sus primeros trabajos en el área aeroespacial fungió como instructora de astronautas y de operadores de vuelo en el sistema de control y propulsión para el Transbordador Espacial, de ahí pasó al área de Operaciones de Misiones Espaciales como Ingeniera de Planificación de Actividades Espaciales en Tiempo Real (RPE). Ha participado en la planificación total de actividades espaciales de 12 misiones espaciales del transbordador, contribuyendo desde la tierra con otros ingenieros y científicos, en el ensamblaje final de la Estación Espacial Internacional.

Dorothy Ruiz dice con orgullo:

Los nopales, representan la región del desierto del altiplano donde crecí, pero también son parte de mi historia de vida y de mis tradiciones en familia. Mi bisabuela removía las espinas y cortaba las pencas de los nopales en trocitos con una destreza y rapidez incomparables y luego los cocinaba muy al estilo ranchero (de la región donde ella creció en los ejidos de La Puerta de Aguilar y San Miguel, en el municipio de Doctor Arroyo). Esa manera de cocinar los nopales fue traspasado a mi abuela y después a mí.

En el 2011 propuse un proyecto de investigación en la NASA junto con otro colega para estudiar el nopal opuntia y sus posibles usos en la Estación Espacial Internacional. En este proyecto también invitamos a un colaborador científico de México. El proyecto fue aprobado e hicimos la investigación, pero nunca fue mandado al espacio. Aun así, espero un día retomar este proyecto y, que fregón sería, mandar nopales a la luna y a Marte”.

Dorothy Ruiz es un ejemplo de inspiración para jóvenes mujeres que quieren desarrollarse en áreas que en principio no consideran socialmente para mujeres. Su desempeño y formación es digno de alabarse.

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Tiempo de mejora | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Hoy, San Luis enfrenta a Puebla, un equipo que viene con sed de revancha, justo después de dar un muy buen partido en Monterrey, donde salieron vivos con un punto. San Luis, por su parte, tuvo su primer tropiezo en casa en la era Torrent, una dolorosa derrota frente a Tigres que jugó bien y, a pesar de sus errores, pudo controlar el partido y salir con los 3 puntos del Lastras.

En el trámite, parece un partido no tan complicado, tomando en cuenta los últimos torneos de cada equipo, pero las realidades cambian y cada encuentro es una nueva oportunidad. Hay que poner atención a Puebla, equipo al que es más peligroso enfrentar en la jornada 2 que en la 15. Pero hablemos de lo visto en el Lastras.

San Luis perdió en los primeros 90 minutos del torneo su principal fortaleza del campeonato anterior, su invicto en casa. Pero además cometió el único error que no había hecho antes: una expulsión, la de Yan Phillipe fue la primera tarjeta roja de un equipo de Torrent en Liga MX. Lo del brasileño fue un partido para el olvido.

En la zona baja, la ausencia de Cata y de Chávez fue bien cubierta, pero falta coordinación. Tanto Piccini como Águila y Cruz son defensas que pueden sacar el partido, siempre y cuando atiendan en todo momento y se coordinen. Dos goles a balón parado en el mismo partido es imperdonable en jornadas avanzadas.

Por la lateral derecha, Galdames bien, a secas, un jugador que normalmente no veíamos defender, ahora tuvo que cargar con el recuerdo de Chávez y correr toda la banda. Lo hizo bien, pero se nota que necesita acostumbrarse a esa posición.

El verdadero problema de San Luis, al menos en ese partido, fue la zona ofensiva: un equipo perdido, de poca creatividad en la última zona.

En pocas palabras, no hubo delanteros. Vitinho volvió a ser ese jugador que conduce mucho y define poco. Murillo tan solo flotó en la cancha y no tuvo oportunidades. Villal solo estuvo dentro unos minutos, y de Yan Phillipe, mejor no hablamos.

Es preocupante el panorama ofensivo del equipo, teniendo la salida de Boli, la ausencia (espero temporal) de Bonatini y la confianza en un Yan que no ha demostrado ser solución en los partidos que tiene con la camiseta de San Luis. Es criticable que no se haya reforzado aún en esa zona, que se haya dicho que se jugará con jóvenes y sigan los mismos. Algo tendrán que resolver para no tener ese problema.

Confío en que el cuerpo técnico tiene propuestas, confío en que saben bien lo que están enviando a la cancha. Espero que no estén solo intentando, y más bien estén proponiendo. Creo que Torrent y su cuerpo técnico tienen la capacidad y la experiencia para saber si algo hace falta en este cuadro, si es necesario reforzar de forma inteligente lo que pueden tener en el terreno de juego.

El partido de hoy es complicado por la presión del torneo anterior, por haber perdido en el arranque y porque, en el papel, Puebla parece un equipo a modo. Si esta noche San Luis no saca puntos de su visita al Cuauhtémoc, la presión comenzará a subir en un equipo que hasta el momento poco la ha sentido. Sí o sí, es tiempo de mejora.

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