diciembre 22, 2024

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#4 Tiempos

Carta a la mamá del que escribe estos apuntes | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

 

Amigos y amigas, hijos de nuestras respectivas mamás.

En ocasión tan especial, comparto con ustedes un texto que me lo dictó desde hace mucho el corazón y ésta noche solamente lo escribí.

Es una carta a un ser tan maravilloso que hasta Dios, no pudo resistirse a tener una propia.

Vaya esta carta también para ustedes mis amigos, tanto a los que tienen el privilegio, como yo de tener a nuestra madre, como aquellos que la tienen ya en el cielo.

Hola mamá, hola madre: Días, noches y todo en orden.

Te mando y publico esta carta como el único regalo que sé que en realidad quieres, y que yo deseo con todo el corazón obsequiarte.

Me enseñaste que los hechos dicen más que las palabras, pero son las palabras la vía en que mejor sé comunicarme.

Vive en paz madre, mi regalo es decirte con amor infinito, que mis tormentos los encontré todos fuera de la casa y de tus brazos.

Lo que encontré en calor de la familia que formamos mi papá, Rossy, tu y yo, fueron siempre dulzuras, amores, enseñanzas y valores.

No sufras por mi, yo estoy bien y en orden, y como ya lo sabes, las decisiones buenas y malas que he tomado han sido todas mías.

Tu criaste a un hombre con esas capacidades, todas, incluidas las de equivocarme y reconocerlo.

Te recuerdo de verde y blanco, te recuerdo trabajando, entregada en tu vocación de enfermera, entregada siempre en tu sacrificio por nosotros, pero también por los demás.

Estoy seguro que no ha tenido jamás el Seguro Social a una trabajadora tan dedicada.

Quiero que sepas que en todos esos años, el beso con el que a diario te despedías de mi para irte a trabajar en el Seguro de Cuauhtémoc en tu turno de urgencias, lo llevo tatuado en el alma para siempre y me acompaña noche a noche.

Te recuerdo manejando la Brasilia ¿te acuerdas? Jajaja, nos llevabas a mi al kínder y a Rossy a la primaria. Llegabas corriendo, mi papá hacía el sándwich y a manejar temeraria para estar a tiempo.

Te recuerdo muy valiente, generosa y muy franca.

Te recuerdo de muchas veces que te fui a buscar al hospital y me sé de memoria todas las cosas buenas que los doctores y tus compañeras me decían de ti. Eres admirable.

Te confieso que lo que me anima siempre en momentos difíciles, o que cuento cuando disfruto mis más altas alegrías, es aquella anécdota que siempre cuentas de cuando nací.

Haces unos ojos especiales cuando platicas que nací muy grande, de no se cuántos kilos, y que mi cabeza era desproporcionada a mi cuerpo.

Siempre se te sale una sonrisa cuando repites que el doctor que atendió mi nacimiento sugirió: “Rosita, a este muchacho ya póngale mochila y mándelo a la escuela”. Presumida.

Me has consentido demasiado, lo tengo que decir con mucho orgullo.

Gracias porque me abrazaste aquel día en que me asaltaron, aquel diciembre en que regresé devastado de México, el otro en que me consolaste porque llegué con el corazón destrozado, y por acompañarme súper elegante en aquel vestido con el que fuiste a mi boda.

Recuerdo también tus aplausos emocionados en esos pequeños triunfos de la vida en los que tú y mi papá me han acompañado.

Cuando mis poesías, cuando la escolta, cuando la Banda de Guerra o la banda de Rock, cuando la guitarra, o cualquier graduación.

Me acuerdo cuando me disfrazaste de ratón, de pitufo, de espadachín o de danzante. Me acuerdo de ensayar contigo bailar el Querreque potosino, o que con paciencia me oías dar mis primeros acordes de guitarra.

Si, ya sé que también te he dado momentos muy malos (Eso hubieras pensado antes jajaja ntc)

Pero no te pido perdón nada más porque ya lo tengo, me lo has regalado en cada ocasión, incluso en esas en que mi cabezota mucho se tardó en reconocer y solicitarlo. Así de buena eres.

En realidad creo que ni siquiera les puedo llamar momentos malos y si acaso, fueron episodios desordenados de mi autoría, por lo tanto no cuentan para ti, sino para mi historial delictivo en mi larga lista de la ingratitud.

“Eres la mejor mamá del mundo”, te escribí alguna vez en la primaria en un portarretrato torpemente construido por mi. Me quedé corto: Eres la más buena de todo el universo.

También eres una gran mujer, profesionista, íntegra, siempre bondadosa en todas las circunstancias, tanto en las tormentas como en los oasis al lado de nosotros dos y de mi papá. Eres roca, eres nuestro pilar.

Confieso y presumo que siendo ya el semejante hombre hecho y derecho que soy, aún eres la mamá que me le sopla a la sopa si está caliente o me coces un botón cuando se caen, todavía me dices párate derecho y ponte suéter. Así de tierna eres.

Eres la de verde y blanco que se quitó el uniforme de enfermera profesión a la que entregaste mucha vida, pero de lo que jamás pudiste jubilarte es de la vocación de ayudar a los demás.

Eres mi primera socia de negocios, mi maestra en emprender cuando hicimos aquellas temporadas en que vendía flanes y me resultó bastante rentable. Buenos tiempos.

Te debo mucho, y nunca me cobras.

Te quiero mucho, aunque lo diga poco.

Se que he sido muy ingrato, pero en mi defensa te diré que es porque me has dado demasiado al grado de no alcanzar en justicia, agradecerlo todo.

Tú me enseñaste a rezar, a comer (papaya no ¿ok?) y a viajar con la imaginación a través de todos esos cuentos y libros que me regalaste.

Me inspiras y se me inflama el pecho de ternura al saber que “la señora Rosy” como todos te dicen, o la “santa de tu madre” como se refieren a ti mis amigos, seas tú, mi mamá.

La de blanco y verde, la del trabajo incansable, la que siempre está ahí, la del portarretrato a mano, a la que dedico mis triunfos, a la que debo y debo y debo tanto.

A la que amo, amo y amo tanto, esa eres tú.

Eres la líder que nos enseñó, en los ochentas, cuando nadie hablaba del tema, sobre la igualdad de genero en todas las circunstancias.

Eres de quien aprendí a valerme por mi mismo, a tratar por igual al más rico y al más pobre, a valorar a todos, a respetar a los adultos y a siempre saber que se puede aprender.

Eres la razón por la que sé rendirme nada más ante Dios, y por la que me queda claro que siempre será mejor dar que recibir.

Me fascina cuando pienso en ti y en esa historia que compartes de tu primer Fíat, o cuando imagino tus alegrías de aquellos días de tu juventud en que estuviste en tus grupos de baile.

Admiro tu entereza cuando, contra todo pronóstico, te lanzaste en aquella empresa de buscar a tu papá en Tula Hidalgo. Fuiste a encontrar la verdad y la paz para todos, él incluido.

No juzgaste y diste tranquilidad a Tita, a la que no dejaste en ninguna circunstancia, hasta esa última en que se despidió de nosotros para siempre tomada de tus manos. Eres muy valiente.

Gracias mamá, gracias madre y no olvides tu regalo:

Mis tormentos son míos, no los encontré en tu casa. Ahí solo tuve, tengo y tendré dulzura.

Vive tranquila madre, que este cabezón que tienes por hijo, gracias a ti, sabe lidiar con cualquier tormenta.

Días, noches y todo en orden.

Tu hijo que te ama, tu “obra maestra”:

Jorge Francisco Saldaña Hernández.

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#4 Tiempos

De éxitos y fracasos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

La Copa Intercontinental, también conocida anteriormente como el Mundial de Clubes, es uno de los torneos más prestigiosos del fútbol mundial. Desde su creación en 1960, el torneo ha reunido a los mejores equipos de Europa y Sudamérica para disputar el título de campeón del mundo, mismo que desde hace algunos años ha tenido esa representatividad, ya que se toma en cuenta a todas las confederaciones del globo.

En cuanto a la participación mexicana en este torneo, es importante destacar que los equipos del país han tenido un papel importante en la historia del Mundial de Clubes. Aunque no han logrado conquistar el título, han demostrado ser unos de los equipos más competitivos y respetados del torneo, así como uno de los países con más participaciones en la justa.

En total, son 54 clubes los que alguna vez han jugado este torneo, equipos que provienen de 24 países distintos, siendo Brasil el que más clubes ha enviado a representar, con 11 equipos, seguido de México con 7 y Argentina con 6.

Uno de los momentos más destacados de la participación mexicana en el Mundial de Clubes fue la actuación del Club Necaxa en la edición de 2000. El equipo mexicano logró avanzar hasta la semifinal del torneo, donde se enfrentó al Vasco da Gama. Aunque finalmente perdieron el partido por 2-1, la actuación del Necaxa fue considerada como una de las mejores de un equipo mexicano

en la historia del torneo.

Otro equipo con una notable participación es Tigres, que en el Mundial de Clubes del año 2021, se convirtió en el primer equipo mexicano en llegar a la final del torneo, donde se enfrentó al Bayern de Múnich. Aunque Tigres perdió la final por 1-0, su participación en el Mundial de Clubes fue considerada un éxito, ya que demostró la capacidad del equipo para competir a nivel internacional. Además, Tigres logró vencer a Palmeiras en las semifinales.

Ahora, el Pachuca participó en la edición actual del Mundial de Clubes. Lo que llamó la atención fue que el Pachuca jugó con un equipo muy joven, con varios jugadores que apenas tienen 20 años de edad. A pesar de la juventud del equipo, el Pachuca demostró ser un rival complejo, y su actuación fue destacada.

La participación mexicana en el Mundial de Clubes ha sido destacada a lo largo de la historia. Aunque no han logrado conquistar el título, los equipos mexicanos han demostrado ser unos de los más competitivos y respetados del torneo. La actuación del Pachuca en la edición actual es un ejemplo de que los equipos mexicanos pueden competir a nivel mundial, incluso con equipos jóvenes y sin mucha experiencia.

Es una lástima que el nivel de los clubes no se refleje a nivel selección, que los talentos se pierdan en el negocio de una liga que ha demostrado poder competir en cualquier nivel ante cualquier rival. Ojalá las cosas retomen el rumbo y la selección pueda ir creciendo de la mano de los clubes, en beneficio del fútbol nacional.

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#4 Tiempos

Corrido: En el IMSS un cochinero | Columna de Ana G Silva

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Corredor Humanitario

 

La tarde del jueves 19 de diciembre se montó una manifestación por el despido de Simón Almanza, un ortopedista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en San Luis Potosí. Mencionó que esta fue porque “alzó la voz” al ser uno de los pocos médicos que denunció la falta de insumos.

Ante medios de comunicación, declaró que el motivo de su despido fue “por pedirle a los pacientes que consiguieran su material, para resolverlo a la brevedad posible”.

Lo que no menciona es que él mismo cobraba por realizar cirugías de ortopedia infantil, además de que pedía a los padres comprar insumos en su negocio.

Esta información llegó por parte de TRES fuentes dentro del IMSS, quienes le detallaron a esta periodista que el doctor Simón tiene cuatro denuncias hechas por derechohabientes por cobrar las cirugías de ortopedia infantil.

Se preguntarán… ¿Cómo nadie lo notó? La verdad es que sí, todos sabían.

Las corruptelas del IMSS se conocen entre sus trabajadores y pocas veces realmente se dan a conocer. La verdadera razón por la que Simón Almanza era intocable es porque era el protegido de la ex delegada María Guadalupe del Rosario Garrido Rojano, involucrada en varios desfalcos dentro del instituto de salud en la entidad.

Garrido Rojano fue jefa de enseñanza del IMSS dónde conoció a Simón como su alumno; lo trae a trabajar a la Delegación en San Luis Potosí como coordinador, donde empezó a consultar pacientes, a pesar de que su puesto lo impedía…

Sí era médico, pero coordinador al fin y al cabo. No podía involucrarse con pacientes, y aún así, el doctor de quirófano que tenían en ese tiempo firmaba como el que operaba, para que no quedara registro de que Simón era el que realizaba los procedimientos.

PD. Por ahí un pajarito me llegó a contar que en su paso por la Clínica 2 del IMSS realizó algunas operaciones que solo le competen a un neurocirujano.

Tan cercano era a Garrido Rojano, que incluso se encargó de operar a Juana Mejia, ex titular de la Jefatura de Servicios de Desarrollo de Personal de la Delegación y otra trabajadora muy cercana amiga de la ex delegada, quien incurrió en el abuso de su puesto y atribuciones para ingresar a cirugía

en mayo de 2023, pues nunca pasó por la lista de pacientes de ortopedia que esperaban su ingreso a una cirugía, y por un padecimiento que no sería considerado de urgencia, mismo que lleva a cualquier otro ciudadano a esperar meses para realizarse.

PD 2. El sujeto también es protegido por Raul Mario Beltran, jefe de Jurídicos que se le ha relacionado con casos de corrupción y acoso sexual, pero con todo y pruebas contundentes es inamoblible.

Aquí no se le cuestiona su calidad como médico, pues también he escuchado trabajos destacados… si no fuera por sus negocios corruptos.

Su manifestación parece indicar que se trata de un intento de derrocar a la delegada actual, Angélica Cristina Rodríguez Nester.

Y no. ¡No! Esta columna no es para respaldarla, pues también es alguien que tiene cola que le pisen.

La falta de insumos y medicinas no es ningún secreto. Mis fuentes dentro del IMSS afirmaron que sí hay desvío de recursos destinados a insumos médicos, para beneficio personal de la querida delegada, como la compra de autos nuevos. Nada que no se haya denunciado en años anteriores.

Rodríguez Nester también prioriza a sus allegados en puestos clave, dejando de lado a personal más capacitado.

Lo que me contaron es que la delegada hace enojar a los trabajadores por cosas “muy burdas”, ejemplo de ello es que no va a dejar salir a los operativos de vacaciones las próximas dos semanas, pero sí a sus amigos.

Por cierto, la delegada cree que nadie se dio cuenta que su secretaria está de vacaciones. Y el resto del personal, bien gracias.

Pero en fin, siempre es lo mismo, el IMSS sigue siendo el mismo cochinero de siempre.

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#4 Tiempos

Aliens, Sexo y Drama; Bienvenidos a la cabaña más incómoda de México | Columna de Guille Carregha

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Criticaciones

 

La Región Salvaje es una mala película envuelta en un vestido de pretensión que da la impresión de que estás viendo algo de verdad bueno. Se plantea a sí misma como una profunda exploración de la importancia que tiene el placer para la humanidad a través de elementos de ciencia ficción, pero termina siendo una mininovela de TV Azteca aderezada con kinks de hentai de tentáculos en live action.

Esta es una película que camina por una delgada línea entre la fascinación y la frustración. Su premisa tiene el potencial de ofrecer una experiencia única. Sin embargo, el resultado final no está a la altura de sus ambiciones, dejándonos con una obra que parece más interesada en impresionar con su estilo que en profundizar en los temas que plantea.

Dando inicio al visionado y notando cómo uno de los puntos clave de la película es la aparición de un extraterrestre que es la encarnación misma del deseo, podría parecer que La Región Salvaje es algo así como la versión mexicana de Under the Skin mezclada con Shivers. Y, la neta, un poco sí. Sin embargo, a diferencia de aquellas películas, esta no tiene tan claro su enfoque. Aún cuando la dirección intenta capturar con precisión quirúrgica las dinámicas tan volátiles y complejas de género, sexualidad y violencia, no puede evitar caer en los clichés más anticuados de las novelas de las 9 de la noche.

Literalmente, a pesar de contar con la existencia de un alien cuya única función es tener sexo violento con quien se le ponga enfrente, la película insiste en enfocarse en las relaciones interpersonales de tres personas. Tenemos a Alejandra, su esposo Ángel, y su hermano Fabián, quienes ya están en medio de una vida caótica y llena de tensiones. Ninguno de ellos conoce al extraterrestre durante los primeros 30 minutos de la película. Lo importante es ver cómo Alejandra y Ángel tiene un matrimonio a medio morir que se mantiene unido solamente por la existencia de sus hijos, y darnos cuenta que tanto a Ángel como a Fabián les pareció una maravillosa idea el tener un amorío homosexual entre ellos a espaldas de Alejandra.

Y el extraterrestre, bien, gracias.

La película empieza a cuajar un poco cuando aparece Verónica en sus vidas. Su presencia no hace más que avivar las inseguridades, la culpa y la desesperación que todos ellos ya cargaban. Y cuando cada uno tiene su “encuentro cercano” con el extraño “compañero extraterrestre” de Verónica, que vive en una cabaña en el bosque, los problemas humanos parecen disiparse… aunque solo sea por un rato. Este alienígena no es cualquier monstruo, es casi la encarnación del deseo sexual más puro y primitivo: no tiene género, no tiene orientación, no tiene moral. Es una fuerza implacable que no discrimina ni razona, solo actúa.

Pero aquí viene el giro oscuro: el sexo no es el único instinto primitivo que la película pone sobre la mesa. Su hermano feo, la violencia, siempre está al acecho. Tanto los humanos como el alienígena tienen la capacidad de hacerse daño brutalmente, y en este constante tira y afloja entre deseo y agresión está el verdadero corazón de la película. Esa dicotomía entre los impulsos básicos del placer y la violencia, y la forma en que los personajes se relacionan con ellos, es lo que define esta historia.

Durante los apenas seis minutos en donde se hace referencia al extraterrestre, la película lo usa como un espejo: una herramienta que refleja las tensiones internas de los personajes y su lucha con el deseo, la represión y la autodestrucción. Es un símbolo que desnuda lo peor y lo más visceral de nuestra naturaleza. Logra incomodar, provocar y hacer preguntas importantes sobre lo que significa ser humano. Porque al final del día, no importa cuánto tratemos de escapar de nuestros impulsos básicos, siempre están ahí, acechándonos, esperando el momento para tomar el control. El alienígena funciona como una metáfora de los deseos humanos en su forma más básica, un ser que no distingue entre géneros ni orientaciones sexuales. Sin embargo, estos impulsos, en lugar de liberar a los personajes, los conducen a la autodestrucción. En ese sentido, la película parece decirnos que los deseos más profundos del ser humano siempre van acompañados de su contraparte más oscura: la violencia.

Por otro lado, los personajes humanos, aunque interpretados de forma competente por el elenco, son más planos que cualquiera de las hojas en donde se imprimió el guión. Asumo que la idea de la dirección era transmitir un aura enigmática o una sensación de desgaste emocional a través de ellos, pero a duras penas parecen ser personas que solamente saben sentir desinterés y aburrimiento

– mismo que transmiten a la perfección con la audiencia. Es casi imposible sentirse identificado con cualquiera de estos seres deleznables que, más que personajes, no llegan a ser más que herramientas narrativas. La película parece más interesada en utilizarlos para ilustrar su tesis que en darles agencia o un desarrollo significativo.

            Como buen producto mexicano audiovisual, La Región Salvaje no puede evitar caer en clichés y estereotipos que socavan su mensaje pero que, seguramente, creyeron eran muy interesantes y le daban otra capa de significado a la película. De entrada, la acción se sitúa en Guanajuato, donde CLARAMENTE estamos intentando hacer la dicotomía de ciudad católica panista persignada con los sucesos sexuales que acaecen a lo largo de la película. Pero en ningún momento se aprovecha eso. Solo se hace especial énfasis en mostrar que estamos en Guanajuato y… ya. La población general de la ciudad nunca se entera de nada, nadie hace mención a cómo toda choca con los valores clásicos de la religión, no hay situaciones de desventaja ante quienes se ven involucrados. Es decir, esto podría pasar en cualquier ciudad de México, real o ficticia, y nunca sería nada más que un fondo de pantalla.

            Y ni hablemos de los efectos especiales. En general, el CGI utilizado aquí, sobre todo para representar los cuatro minutos de extraterrestre que nos entrega la película, está bastante bien logrado. Pero hay una escena, una escena clave a la mitad, en donde se decidió que estaría padrísimo representar una orgía de animales en el bosque y… no. Solo no. La poca tensión que estaba sintiendo hasta ese momento murió en el momento en que irrumpí en una carcajada al ver esa escena. O sea, poner muñequitos de felpa motorizados a representar la escena se hubiera visto menos barato.

En última instancia, La Región Salvaje parece más interesada en la forma que en el fondo. A pesar de sus ambiciones, la película no logra profundizar en los temas que plantea, dejando al espectador con más preguntas que respuestas. Al explorar los impulsos sexuales y la violencia, Amat Escalante intenta hacer una crítica de las relaciones humanas, pero el mensaje se diluye en una narrativa que no logra equilibrar sus elementos temáticos y estilísticos.

Más que una obra cohesionada, La Región Salvaje se siente como un experimento que plantea preguntas interesantes, pero no logra responderlas de manera satisfactoria. Su incapacidad para conectar emocionalmente con el espectador y para ofrecer una reflexión más clara sobre sus temas hace que se quede corta. Al final, lo que podría haber sido una exploración incisiva de la condición humana termina siendo una experiencia tan desconcertante como olvidable.

Y, claramente, nadie supo cómo concluir la película. Al final, cuando las cosas finalmente están escalando y parece que llegaremos a algún lugar, el guión dice “¿y si matamos a todos de una vez y vamos a créditos? ¿No estaría más padre? ¿No nos ahorraríamos tiempo y dinero?”

No.

No estuvo más padre.

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Opinión

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