agosto 5, 2025

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#4 Tiempos

Capacidad Jurídica de las Personas con Discapacidad | Columna de Germán Bautista

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HABLEMOS DE DERECHOS

 

Advertencia para nuestras lectoras y nuestros lectores:

Dudé mucho en escribir sobre este tema, pese a que es uno de los tópicos más trascendentes previstos en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. De hecho, representa el lugar número 1 en la agenda del Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ya que fue la primera Observación General publicada por éste, hace más o menos diez años.

Mi duda reside en el hecho de que en primer lugar, es un tema complejo, porque implica tener cierto conocimiento jurídico; en segundo lugar, requiere también conocer los alcances de la convención en nuestro país, y; en tercer lugar, requiere que conozcamos de algunos órganos creados por la convención. Sin embargo, me esforzaré por hacerlo claro para quienes tengan interés por este tema.

Tradicionalmente, en el estudio de la licenciatura en derecho, aprendimos que hay dos tipos de capacidad: la capacidad de goce y la capacidad de ejercicio. La primera , se adquiere al nacer y se extingue con la muerte, y significa que como personas, somos titulares de derechos y obligaciones. De manera muy básica, la capacidad de ejercicio se reconoce al cumplir la mayoría de edad y se relaciona con la posibilidad de crear obligaciones, iniciar procedimientos legales y obligarnos también para cumplir con lo que otra persona jurídicamente espera de nosotros.

No obstante, en casi todo el mundo la capacidad de ejercicio no les era reconocida a las personas con discapacidad, particularmente intelectual y psicosocial, pero ello no excluía que quienes legislan, pudieran ampliar estas restricciones a otras personas con discapacidad, como las personas Sordas, a quienes denominaban sordomudos, o personas ciegas que no supiesen leer o escribir.

La entrada en vigor de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad el 3 de mayo de 2008, supuso una importante confrontación entre la tradición jurídica en México y lo que se debía modificar, en consonancia con su artículo 12, para que a todas las personas con discapacidad les fuera reconocida su capacidad de ejercicio, lo que significaba reformar los códigos civiles y los códigos de procedimientos civiles que establecían limitaciones legales a la capacidad de ejercicio. De hecho, nuestro país fue ampliamente criticado y cuestionado por expertas y expertos en el mundo, debido a que al decretar el reconocimiento y aprobación de la Convención el 24 de octubre de 2007, opuso una declaración interpretativa al artículo 12 sobre cómo éste se comprendería en México, que afortunadamente retiró cuatro años después, previo a la reforma constitucional en materia de derechos humanos del 10 de junio de 2011.

Si desean saber más, visitar: https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5004433&fecha=24/10/2007#gsc.tab=0

A pesar del retiro de la declaración interpretativa, así como de la referida reforma constitucional, fue necesario emprender algunos litigios de carácter estratégico para que México comenzara a reflexionar sobre la necesidad de retirar las barreras jurídicas que de hecho y de derecho, niegan la igualdad a las personas con discapacidad.

Vamos a ver si logramos trasmitirlo adecuadamente sin demasiada terminología jurídica complicada:

Muchos códigos civiles a la fecha, prevén la figura de la interdicción, lo que en términos muy sencillos es un juicio en el que basta con sospechar que la persona ya no puede gobernarse por sí misma, para que de manera temporal, la persona juzgadora ordene como aparente medida de protección de dicha persona, su interdicción provisional, en lo que se determina, mediante la intervención de peritos en salud mental, si en efecto la persona ya ha dejado de ser “capaz”.

Se trata de peritos psiquiatras, comúnmente tres, cuyo costo los asume quien promueve el juicio de interdicción y si dichos peritos determinan que la salud mental de la persona se encuentra comprometida, entonces como “medida de protección” la persona juzgadora declara interdicta a la persona y le asigna una persona tutora, que a partir de entonces, se hará cargo de todas las obligaciones y decisiones legales en nombre y representación de dicha persona durante toda su vida.

Automáticamente, la persona tutora entra a sustituir la voluntad de la persona declarada interdicta para la mayoría de los trámites legales, lo que a menudo suele ocurrir con las personas mayores cuando se sospecha que ya no pueden hacerse cargo de sus decisiones.

Se le ha llamado también “juicio injusto”, porque la interdicción se declara sin escuchar a la persona que se busca declarar interdicta, lo que significa que es vencida sin que le sea garantizado su derecho de audiencia.

A partir de la declaratoria legal de incapacidad, la única forma de acudir a la justicia que tiene la persona con discapacidad, es a través de la persona tutora, que puede ser algún familiar y que también se ha documentado, puede ser quien perpetre abusos con garantía de impunidad porque también se convierte en el único medio para que la persona con discapacidad pueda quejarse o denunciar.

Por ello la Convención reconoce la igualdad y la voluntad de todas las personas con discapacidad y su derecho a manifestar esta voluntad por todos los medios disponibles, incluso la asistencia humana para tomar decisiones. Desde este paradigma, la Convención representa un parteaguas en relación al modelo médico que evalúa el grado de discapacidad o limitación, mientras que el modelo social reconoce a la persona, su voluntad, su libertad, su autonomía y sus derechos en igualdad de condiciones con las demás personas dotándole de todos los apoyos para que se respete su independencia.

Al 2024, esta fórmula jurídica que nulifica la voluntad de las personas con discapacidad, sigue impactando en la realidad de algunos grupos de personas con discapacidad, por ejemplo y como ya lo habíamos comentado, al momento de abrir una cuenta bancaria, en procesos de índole testamentario, de compraventa o incluso en la escrituración de bienes inmuebles. Sin embargo, el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares publicado en el diario Oficial de la Federación el pasado mes de junio de 2023, en sus artículos 445 a 455, reconoce la plena capacidad jurídica de todas las personas con discapacidad para tomar decisiones y obligarse en razón de ellas con los apoyos necesarios para lograrlo, lo que implica la necesidad de contar con ajustes razonables y ajustes de procedimiento, de los que hablaremos próximamente.

Representa un reto importante estructurar formal e institucionalmente un sistema de apoyos y salvaguardias para garantizar la libre toma de decisiones de las personas con discapacidad, así como cambiar costumbres y procedimientos en los que por tradición, en actos de naturaleza civil, notarial o financiera, todavía se sigue discriminando a las personas con discapacidad.

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#4 Tiempos

Ángel Blanco y sus guitarras en San Luis Potosí | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

El guitarrista mexicano canadiense Ángel Blanco se presentará en San Luis Potosí y Matehuala como parte de su gira de verano por Europa y México. En anteriores entregas hemos escrito sobre Ángel Blanco dando cuenta de parte de su trayectoria artística y académica, así como su labor en rescatar las aportaciones de músicos revolucionarios como Julián Carrillo y Augusto Novaro de quienes, en guitarras especiales para tocar en sus respectivos sistemas, Sonido 13 y el de Afinación justa de Novaro interpretando sus obras así como transposiciones de contemporáneos y clásicos usando las leyes de metamorfosis de Carrillo.

Después de sus presentaciones en Alemania llega a San Luis para interpretar su trabajo de recopilación de los caprichos de Paganini que han sido traspuestos a guitarra y que interpreta con su guitarra sexta y guitarra eléctrica. Esos conciertos que tendrá en San Luis Potosí capital y Matehuala, estarán basados en los caprichos de Paganini y ejecutará variaciones a los mismos. Esto es parte de su trabajo de años en su investigación sobre transcripciones a guitarra de los conciertos que Niccolo Paganini hiciera para violín.

Ángel Blanco se estará presentando en la Galería 337 el miércoles 13 de agosto a las siete de la tarde noche con un concierto conceptual basado en los caprichos de Niccolo Paganini. La Galería 337 o Gallery 337 Espacio Alternativo, como es su nombre oficial, se encuentra en la calle de prolongación Zacatecas número 337, justo a espaldas del salón Río; el costo de entrada es de cien pesos. La Galería es coordinada por el artista Arturo Castillo en cuyo espacio será la presentación en San Luis de Ángel Blanco.

Su gira continua en Matehuala donde se presentará el 15 de agosto a las ocho y media de la noche en La Quemada ubicada en Taesa 106 colonia aviación, en Matehuala.

Ángel Blanco se ha convertido en un excelente guitarrista que combina la música clásica con el rock y la música innovadora, como el microtonalismo, en especial Sonido 13 y obras de Augusto Novaro. Cuenta con guitarras especiales para tocar en diferentes sistemas musicales, que incluye la novara, guitarra para afinación en el sistema de Novaro y guitarra en cuartos de tono donde interpreta obras de Julián Carrillo, Rafael Adame y algunos otros alumnos de Carrillo.

Ángel Blanco se desempeña actualmente como catedrático de guitarra en Quebec, lugar donde reside, alternando esas actividades con la de concertista y promotor cultural. Son frecuentes sus visitas a San Luis Potosí y al Altiplano Potosino en sus giras que realiza en México. Comenzó sus estudios en Helmstedt, Alemania con Olaf Sievers, después en la Universidad Autónoma de Coahuila con Jesús Posada y finalmente en la Université Bishop’s de Québec con Andrew McDonald. Ha tomado clase magistral y cursos con renombrados maestros como Karlheinz Stockhausen, Leo Brouwer y Remi Boucher.

Otra de sus grandes aportaciones es la expansión de la técnica del Plectrodedo, que más que una técnica se ha convertido en una Escuela sustentada en la guitarra de concierto. “Sin duda cuando escuchamos o leemos en una partitura algo que rompe paradigmas, lo primero que viene a la cabeza luego del “encanto” inicial y la impresión, es el pensar el cómo se tiene que tañer la guitarra para lograr esos fines. El eximio Maestro venezolano Carlos Reyes ha demostrado a través de su Escuela a Plectrodedo, que los límites para el tañer la guitarra clásica aún no se encontraban cerrados, exponiendo un abanico de posibilidades cuasi infinitas que, con mucho rigor y disciplina, seguro se podrán ir haciendo del dominio común al correr del tiempo”, es lo que nos dice Ángel Blanco sobre el Plectrodedo y que esperamos pueda ilustrarlo con su interpretación en futuras visitas a México.

No se pierdan la oportunidad de escuchar ese proyecto de Ángel Blanco sobre los caprichos de Paganini, que los presenta en estos lugares alternativos en San Luis y Matehuala. Nos vemos en Galery 337 este miércoles 13 de agosto a las siete en punto.

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La diferencia | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS minúsculas

La señorita hace una pausa para secarse el sudor. Desde hace varios días no puede dormir y, lo que es peor, nada hay ya en este mundo –me dice- que suscite su interés o su emoción.

-Antes, por ejemplo, me gustaba ir al cine los fines de semana, y, a la salida, tomarme un café con mis amigas. ¡Cómo disfrutaba entonces de esa única escapada semanal! La disfrutaba, sí, y también la esperaba; pero ahora las cosas han cambiado tanto que…

-¿Qué pasa ahora?

-Que ahora todo me da lo mismo, y cuando mis compañeras me invitan a salir les digo siempre que no. ¡La vida me parece tan triste, tan sin chiste!

A la señorita se le ha estropeado el diapasón que la hacía vibrar interiormente, y hoy ya no quiere sino una sola cosa: que la dejen en paz.

-Antes, cuando llovía, me acercaba a la ventana de mi cuarto para ver las gotas que tamborileaban sobre los cristales; hoy ya tampoco hago nada de esto: la verdad es que me tiene sin cuidado que llueva o no. Que llueva o que haga sol, que granice o que nieve, todo me da igual.

¿De dónde le podía haber venido a esta señorita semejante indiferencia por la vida? Algo había pasado con ella, seguramente, pero ¿qué? Como no soy psicólogo, me guardé mucho de pronunciar la palabra fatal: depresión. ¿Quién soy yo para diagnosticar una cosa como ésta? Sin embargo, para ayudarla, era necesario hacerle a mi interlocutora unas cuantas preguntas. Empecé por la más obvia:

-¿Dónde trabaja usted?

-En una fábrica.

-¿Y qué hace allí?

-Soy recepcionista. Contesto el teléfono, recibo a los visitantes, atiendo a los proveedores, envío e-mails y también los contesto. ¡En fin, todo eso!

¿Y le gusta lo que hace? –no sé por qué se me ocurrió hacerle esta pregunta, pues pensaba brincar cuanto antes al terreno sentimental.

-No es que me guste, pero necesito el trabajo.

-Lo necesita…

-Mucho. Tome en cuenta que mi madre depende enteramente de mí. Ella es soltera –quiero decir, fue abandonada- y está enferma desde hace meses.

-¿Siempre ha sido usted recepcionista?

-No siempre; antes cuidaba niños en una guardería. Pero eso fue en otros tiempos, en los tiempos en que iba al cine y…

-Y era feliz, si puedo decirlo así.

-Puede decirlo así. Quizá entonces yo era feliz. Feliz sin saberlo, ya me entiende…

-¿Y le gustaba mucho cuidar niños? No a todos les gusta este oficio.

-¡A mí me encantaba! ¡Los niños son mi adoración!

-Usted, pues, disfrutaba de su trabajo.

-La verdad es que sí.

-¿Y por qué lo dejó?

-Porque ahora gano más.

-Pero ahora no es feliz.

La mujer se quedó pensativa durante unos instantes. Volvió a secarse el sudor. Yo la comprendía; quiero decir, comprendía su angustia. Ahora su sueldo era mejor, pero, en el fondo, estaba haciendo algo que no le gustaba.

No hay sentimiento más destructor –dije- que realizar lo que uno no quiere. ¿Será por eso que no puede usted considerarse feliz?

-Feliz, feliz –dijo-. ¿Quién cree todavía en la felicidad? La felicidad no existe.

-¿Y si existiera? Yo todavía creo en ella. Pero no a la manera en que lo hacen los ilusos. Por lo pronto, no creo que sea ese sentimiento eufórico en el quizá está usted pensando ahora. Para mí, la felicidad es algo mucho más modesto: es, simplemente, hacer lo que uno quiere, lo que uno disfruta haciendo: aquello, en fin, para lo que se siente nacido.

Don José Ortega y Gasset (1883-1955), el filósofo español, lo dijo mejor que nadie: «La felicidad consiste en la dedicación a ocupaciones para las cuales cada hombre tiene singular vocación». Y también: «La felicidad es la lucha frenética por conseguir ser de hecho lo que somos en proyecto». Una mujer cuida niños y su tarea la pone contenta, pero luego cambia de trabajo y tiene que dedicarse a hacer cosas que no le importan nada: con ello basta, a mi ver, para que ésta se hunda en la más negra de las noches. Ella y quien quiera que sea. Si a un maestro con verdadera vocación lo quitas de dar clases para ponerlo a ajustar tornillos, y no por un día, sino por toda la vida, no sólo acabas con el maestro, sino que matas al hombre.

Vivimos en la era de las enfermedades mentales, como se ha dicho una y otra vez. Ahora bien, yo estoy seguro de una cosa, y creo que siempre lo estaré: que mucho de ese sufrimiento es debido a que la gente se ve obligada a ocuparse de cosas que no le interesan. ¡No realizar la propia vocación es algo que se paga caro!

-Entonces –dijo la señorita-, ¿usted me aconseja buscarme un trabajo parecido al que tenía, aunque gane menos?

-¿Cuánto gana usted más que antes? –y me dijo una cifra que, la verdad sea dicha,  no me impresionó.

-¿Y cuánto está pagando ahora en antidepresivos y ansiolíticos?

-No he hecho la cuenta.

-Hágala hoy o mañana. Verá que, en realidad, ha salido usted perdiendo.

La conversación entre esta chica y yo prosiguió durante mucho más tiempo. Pero como no podría transcribirla entera por evidentes y molestos motivos de espacio, yo, por lo pronto, la dejo aquí.

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#4 Tiempos

El Porvenir de Gerli y la eterna lucha barrial | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Aquella noche en el barrio de Gerli, en la provincia de Lanús en Buenos Aires, el aire parecía teñido de historia: me acerqué al portón del Club Atlético El Porvenir, en Blanco Encalada 400, rodeado de otras instituciones barriales que comparten el paisaje. Entrar al predio es respirar un siglo de pasión llevada por vecinos, familias y generaciones.

Me recibió el viejo estadio Gildo Francisco Ghersinich cuyo césped guarda las huellas de aquellos fundadores anarquistas de 1915 con sus tablones, su cemento y esa capacidad para aliviar el alma de casi 14,000 simpatizantes. Imaginar su fundación y primeros ascensos, las historias de lucha para conseguir una cancha propia y su gloria en la B intermedia y profesional es entender por qué El Porvenir no es solo un club: es un refugio.

Me tocó conocer a Fede, hincha de toda la vida que cuenta cómo resistieron desde el ascenso hasta el triunfo en la Primera D en mayo de 2023, pasando por aquella legendaria victoria en Copa Argentina frente a Lanús, un símbolo del ascenso que sueña con ser grande de nuevo. Esta es la magia del fútbol íntimo, el fútbol romántico de los clubes de barrio: esfuerzo colectivo, identidad barrial y orgullo poblado de relato y sudor.

Pero la visita también mostró grietas profundas: la dirigencia que encabeza Enrique Merelas (presidente por más de cuatro décadas) no esquiva el conflicto. El Porvenir enfrenta una crisis institucional que pone en riesgo todo ese legado comunitario. En febrero de 2025, la AFA suspendió la afiliación del club tras una denuncia presentada por el intendente Julián Álvarez ante Personas Jurídicas, acusando al municipio de intentar intervenir en la entidad. La intención habría sido deslindar el control sobre El Porvenir, excluyéndolo de todos los subsidios y dejando al Porve a su suerte.

La respuesta del club no fue tímida: se presentó una denuncia penal contra Álvarez por abuso de autoridad, discriminación, violencia institucional y filtración de información confidencial, denunciando marginación y persecución institucional. Las pintadas amenazantes aparecidas en los alrededores del estadio contra Merelas intensificaron la tensión, y la dirigencia llamó a socios y vecinos a defender su autonomía.

Afortunadamente, en marzo la AFA levantó la desafiliación preventiva: El Porvenir pudo volver a competir en la Primera C, debutando oficialmente el 18 de marzo ante Club Mercedes, tras semanas de incertidumbre. Pero aún pesa sobre el club un futuro incierto y una dirigencia cuestionada por aquellos que entienden que 44 años al frente de una institución no pueden justificarse con tradición si dejan estancamiento y despoblación de sueños.

En mi paso por la sede sentí esa contradicción: el club late con fuerza colectiva, con un barrio que lo respeta y lo habita, mientras que en los despachos internos se libra una batalla política que podría definir si El Porvenir se preserva como corazón barrial o se apaga por políticas ajenas.

Este club resume lo mejor y lo más complicado del fútbol argentino: su capacidad de emocionar desde lo modesto y lo comunitario, sin más hierro que la camiseta blanca y negra heredada del Sunderland argentino, y sin más ambición que resistir como espacio de encuentro. Pero también muestra cómo la política pretende apoderarse del alma de los clubes y puede quebrar ese romance que lo hace único.

Mi visita a Gerli me dejó el eco de cantos que nacen en gradas humildes y el pulso firme de gente que no se rinde. Ojalá los clubes de barrio, como El Porvenir, sigan siendo faros de pasión y memoria, y ojalá sus dirigentes internos y externos entiendan que la máxima autoridad no es el poder político, sino el cariño del socio y la voz del barrio.

Ojalá un día en México, entendiéramos un poco del fútbol de barrio.

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Opinión

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