febrero 23, 2025

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#4 Tiempos

Campanas de la discordia | Juan Jesús Priego

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LETRAS minúsculas.

Durante muchísimo tiempo (digamos que durante toda la Edad Media) la campana fue el instrumento de comunicación más eficaz. Con ella se llamaba a Misa, se gritaba el paso de la muerte, se anunciaban las tempestades y se invitaba a los fieles a rezar las horas. En uno de sus bellísimos relatos cortos, Alexandr Solzhenitsyn (1918-2008), autor de novelas tan famosas como El pabellón del cáncer, El primer círculo y El archipiélago Gulag, hace esta observación acerca de las campanas que, durante su niñez, esparcían su sonido metálico por todo lo largo y ancho de la campiña rusa: «La gente siempre fue codiciosa y frecuentemente mala. Pero el tañido nocturno resonante fluía sobre campos, aldeas y bosques, e impulsaba a abandonar las pequeñas preocupaciones terrestres y dedicar en esa hora los pensamientos a la eternidad».

La antigüedad, ciertamente, no desconoció el uso de las campanas. En Grecia se las tocaba para anunciar la apertura de los mercados, y, en Roma, para señalar la hora de los baños, la proximidad de un eclipse o simplemente para anunciar a los esclavos que era ya tiempo de servir la cena. Sin embargo, no hay punto de comparación entre estas campanas y la campana cristiana, que llegó a convertirse, por decirlo así, en un verdadero medio de comunicación social. Aquéllas eran pequeñas y casi siempre de uso doméstico, mientras que ésta fue grande desde el principio (la de la catedral de Viena pesaba 17 toneladas), y desde el principio, también, se la colocó en el centro de la población. Era ella la que invitaba y convocaba, la que llamaba y prevenía.

Es casi un tópico entre ciertos intelectuales hablar de «el oscuro Medioevo». Si lo dicen porque en aquel tiempo la gente carecía de esa bendición llamada luz eléctrica, bien dicho está: en este sentido, la Edad Media no sólo fue oscura, sino oscurísima; pero si lo dicen por otra cosa, se equivocan, pues el Medioevo más que oscuro fue silencioso: de hecho, el tañido de la campana fue el único sonido estruendoso que conoció el hombre de aquella época.

Cuando los misioneros cristianos –a partir del siglo VI- llegaban a algún lugar, inmediatamente se daban a la tarea de construir iglesias y erigir campanarios. Ésta era una práctica invariable, y nunca tuvieron por ello ningún problema, salvo en China, donde el tañido de las campanas era tenido por un sonido maléfico, pues según las creencias de esa gente el tintineo metálico perturbaba los espíritus de sus antepasados y los hacía ponerse inquietos allí donde estuvieran, ya fuera en el aire, en el cielo o en el averno. «Todo lo que ustedes predican está muy bien y pueden seguir predicándolo todo el tiempo que quieran, decían los chinos, pero por favor no toquen esas malditas campanas, que nos ponen los pelos de punta».

Para los piadosos misioneros aquella creencia carecía de todo fundamento, de modo que siguieron tocándolas como si tal cosa. Y cada vez que las tocaban, los chinos se estremecían pensando en sus padres, tíos, tías, abuelos y bisabuelos que seguramente se retorcían de dolor y de pena en algún lugar del inframundo. Tanto conflicto causó en China aquel sonido que hasta el emperador en persona tuvo que tomar cartas en el asunto. Ahora bien, ¿creen ustedes que esto arredró a los misioneros? ¡Para nada! Y así fue como empezó la persecución de los cristianos en China.

Este doloroso acontecimiento histórico fue una dura lección para la Iglesia del siglo XVI, y tanto lo fue que en 1639 un documento de la Sagrada Congregación para la Propaganda de la Fe hubo de recordar a los misioneros católicos del mundo entero la siguiente verdad: «No hay nada más irritante que la alteración de las costumbres ancestrales de los pueblos en beneficio de las costumbres extrañas de reciente importación. Guardaos, pues, de  imponer vuestros usos europeos; tratad, más bien, de adaptaros a los suyos».

La Iglesia aprendió desde entonces que las culturas deben siempre respetarse, y que el Evangelio no es, ni puede serlo nunca, una especie de escoba que llega a una casa sucia. Pero también debe ser una lección para nosotros, hombres del siglo XXI, pues nos invita a practicar esa noble virtud hoy ya en vías de extinción llamada tacto o delicadeza.

La delicadeza no es afeminamiento, como generalmente se cree, sino la capacidad de tener ante nuestros ojos los sentimientos del otro para tratarlos con el respeto debido. Es bueno, por ejemplo, decir siempre la verdad, pero la verdad no debe nunca confundirse con un garrote; es bueno ser sinceros, pero la sinceridad que ofende no es ya sinceridad, sino cinismo. «Yo siempre digo lo que pienso», dice el que se cree sincero; sin embargo, basta con ser un poco perspicaces para darnos cuenta de que, al decir esto, miente. A un conocido mío (del que todos huían por su sinceridad animal) le pregunté una vez: «¿Es cierto que siempre dices lo que piensas? Pues bien, te demostraré que eso no es verdad. Cuando vas con tu esposa por la calle y observas con el rabillo del ojo en la acera de enfrente a una linda joven que pasa por ahí, piensas en muchas cosas. Ojalá no las pensaras, pero conociéndote como te conozco, sé que lo haces. Ahora bien, ¿dices siempre a tu mujer todo lo que se te viene a la mente en esos desenfrenados monólogos interiores? Seguro que no, pues conociéndola a ella como la conozco, no creo que pudieras permanecer a su lado ni siquiera un minuto más. ¿Ves ahora por qué digo que no eres todo lo sincero que afirmas ser? En todo caso, lo eres sólo cuando te conviene».

Lo diremos con otras palabras: la delicadeza es la virtud que nos hace tener presentes los sentimientos del otro para no contristarlo innecesariamente. Si yo sé, por ejemplo, que a ti te molesta que utilice ciertas expresiones, no las usaré; si te choca que me suene la nariz, me la seguiré sonando si es necesario, pero sólo allí donde tú no puedas verme ni escucharme.

 

Si te molesta el ruido de las campanas, y para lo que tengo que decirte no es estrictamente necesario ese ruido, ¿para qué las toco?

 

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#4 Tiempos

El mundo en la Liga MX | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

El fútbol mexicano ha sido un destino atractivo para grandes figuras internacionales a lo largo de su historia. Desde jugadores sudamericanos hasta europeos de renombre, la Liga MX ha visto desfilar a estrellas que han dejado una huella impotante. Hoy, la atención está centrada en el posible debut de Sergio Ramos con el Monterrey, mismo que curiosamente se puede dar mañana enfrentando a San Luis, pero antes de hablar de él, es justo recordar a otros extranjeros que brillaron en México.

El fútbol mexicano ha sido testigo de la llegada de jugadores que marcaron época. El brasileño Cabinho, máximo goleador histórico de la Liga MX, es un nombre que ningún aficionado olvida. Su capacidad goleadora con Pumas y Atlante lo convirtió en un ídolo.

Otro nombre legendario es el del chileno Carlos Reinoso, quien brilló como jugador en el América y luego dejó un legado como entrenador.

En tiempos más recientes, jugadores como el chileno Iván Zamorano, el colombiano Luis Gabriel Rey y el paraguayo Salvador Cabañas dejaron una huella profunda en sus respectivos equipos. Y no podemos olvidar a los europeos que llegaron a México en la última década, como André-Pierre Gignac, quien se convirtió en un ícono del Tigres.

Además de estos nombres, el fútbol mexicano también ha recibido a figuras de talla mundial que, aunque su paso fue breve, dejaron un impacto significativo.

Recordemos a Dani Alves, el lateral derecho brasileño, considerado uno de los mejores en su posición, tuvo un breve pero memorable paso por el Pumas UNAM en 2022. Aunque su estancia fue corta, su calidad técnica y liderazgo fueron evidentes. Alves llegó a México después de una carrera repleta de éxitos en Europa y buscaba aportar su experiencia. Su presencia generó un gran revuelo mediático y demostró que la Liga MX sigue siendo un destino atractivo para estrellas de renombre.

Ronaldinho fue tal vez el de mayor revuelo hasta el momento, el mago brasileño, ganador del Balón de Oro y uno de los jugadores más talentosos de la historia, tuvo un paso por México en 2014. Ronaldinho jugó con el Querétaro, donde deslumbró con su habilidad y visión de juego. Aunque su estancia fue breve, dejó momentos mágicos que los aficionados aún recuerdan con cariño.

Antes de convertirse en uno de los entrenadores más exitosos del mundo, Josep Guardiola tuvo un breve paso como jugador en el Dorados de Sinaloa en 2006. Su llegada fue un hito para la liga, ya que el ex capitán del Barcelona y de la selección española aportó su clase y experiencia en el mediocampo. Aunque su tiempo en México fue corto, su influencia en el equipo y en la liga fue notable.

Claudio López, conocido como “El Piojo”, tuvo una destacada trayectoria en Europa antes de llegar al América en 2009.

El Piojo se convirtió en un referente ofensivo para las Águilas, aportando goles y experiencia. Su paso por México fue recordado por su profesionalismo y su capacidad para resolver partidos.

En medio de este legado de grandes extranjeros, el posible debut de Sergio Ramos con el Monterrey ha generado una alta expectativa. El defensa español, considerado uno de los mejores de su generación, llega a México con un palmarés impresionante: múltiples Champions League, campeonatos de LaLiga, un Mundial con España y una reputación de líder innato.

A sus 38 años, Ramos no solo aportará experiencia y calidad defensiva, sino también un carisma y una mentalidad ganadora que podrían ser clave para Rayados en su búsqueda de títulos. Su llegada no solo sería un impulso deportivo, sino también mediático, hacia la Liga MX.

Más allá de su calidad técnica, Ramos representa un modelo distinto de profesionalismo y competitividad. Su mentalidad ganadora y su capacidad para liderar equipos podrían ser un ejemplo para los jóvenes talentos mexicanos. Además, su presencia en la liga podría elevar el nivel de exigencia y atraer a más figuras internacionales de alto perfil.

Sin duda, el debut de Sergio Ramos en el fútbol mexicano sería un hito histórico. Si logra adaptarse rápidamente y demostrar su mejor versión, no solo se sumaría a la lista de extranjeros que han triunfado en México, sino que también podría convertirse en uno de los más importantes de todos los tiempos.

Para darle un toque extra, es muy probable que dicho debut sea mañana frente a San Luis, un equipo que no ve claro su presente y parece rival a modo para que el español tenga un debut soñado en su estadio.

Esperemos y veamos que puede aportar Ramos, ojalá que su calidad se note, tal como James ha estado aportando en León. Sin duda, bienvenidos esos extranjeros que a pesar de ya no estar en su momento más brillante, hacen que la liga Mx, tenga un lugar en la historia de las grandes figuras.

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#4 Tiempos

100 años de música de Sonido 13 | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

El domingo 15 de febrero de 1925 se tocaba por primera vez en el mundo música basada en la teoría musical de Sonido 13 desarrollada por el potosino Julián Carrillo desde el año de 1895. Por entonces se había abierto un sonado debate sobre esa posibilidad, pues a nivel mundial algunos investigadores trataban de construir instrumentos en cuartos de tono sin fortuna. Mientras Julián Carrillo había desarrollado las bases para tener sistemas, no sólo en cuartos de tono, sino en divisiones tales que podía llegar hasta dieciseisavos de tono. Para entonces Carrillo fundamentaba que con el experimento de división de tono que había realizado en 1895 había dado con el proceso experimental de la división del tono en el número deseado de veces y con ello, para entonces había desarrollado todo un sistema que denominaba Sonido 13.

Consecuencia del debate, fue llamado a que demostrara sus dichos para lo cual se dio a la tarea de construir nuevos instrumentos que pudieran tocar en cuartos, octavos y dieciseisavos de tono y ajustar instrumentos en uso, como violín y violonchelo para que pudieran reproducir cuartos de tono.

Con la ayuda de sus alumnos emprendieron tal tarea y tuvieron compuestas obras en divisiones de tono así como los instrumentos adecuados. Con el uso de los tradicionales violín y violonchelo, se agregaban nuevos cornos y arpas que podían reproducir dieciseisavos de tono, el diseño del nuevo instrumento de cuerda para octavos de tono, que fue denominado octavina, y nueva guitarra en cuartos de tono.

Para el mes de febrero de 1925, Carrillo y sus alumnos tenían todo listo para interpretar por primera vez a nivel mundial música en fracciones de tono en un concierto programado en el Teatro Principal de la Ciudad de México, que promocionaba como el concierto en el cual: “por primera vez en el mundo se oirán en un concierto composiciones musicales con dieciseisavos, octavos y cuartos de tono, elementos conquistados por México el año de 1895”.

En ese concierto se estrenaría la obra de Carrillo: “Preludio a Colón” que inauguraba la entrada a un nuevo universo musical; participarían también sus alumnos con composiciones en fracciones de tono basado en la teoría de Sonido 13 con obras de Soledad Padilla, Elvira Larios y Rafael Adame.

Como solistas estarían: la soprano María Sebastiana Ahedo, y los señores Luis G. Galindo y Rafael G. Adame.

Como instrumentistas microtonales participaron: Luis González y González, Manuel C. Ascencio, Luis G. Galindo, Rafael G. Adame, José M. Torres, Gerónimo Baqueiro Foster, Santos Carlos y José López Alavez (compositor de la popular Canción Mixteca).

En los coros participaron: María Sebastiana Ahedo, María García Ganda, Elvira Larios, Cecilia Larios, Soledad Padilla, María del Refugio Lomely, Guadalupe Solís, Anita Valderrama, Josefina Carlos, Marcelina Carlos, Amalia Tamayo, María de los Ángeles Ortiz, Josefina Buendía, Celia Jiménez, y los señores: Luis G. Galindo, Rafael G. Adame, Manuel C. Ascencio, José López Alavez, Santos Carlos, Gerónimo Baqueiro Foster, Enrique Rodríguez, Tomás Ponce Reyes, José María Flores, Manuel León Mariscal, Antonio Hernández Montoya, José López Flores y Vicente T. Mendoza (famoso investigador de música popular mexicana).

Este gran acontecimiento histórico – musical, como anunciaba el anuncio del concierto, colocó a San Luis Potosí en el foco mundial musical a través de la figura de Julián Carrillo Trujillo nacido en Ahualulco, San Luis Potosí, y que para entonces era reconocido como uno de los grandes músicos y compositores a nivel mundial, así como un gran reformados al dar a conocer su Teoría del Sonido 13 y demostrar que era posible componer música en este sistema y poder ser interpretada con instrumentos clásicos y el poder ser construidos nuevos instrumentos, y ser interpretado por la voz humana como fue ese histórico Preludio a Colón, donde la voz humana tiene el eje central de su interpretación bajo el acompañamiento y los solos de instrumentos novedosos como el arpa y la octavina para dieciseisavos y octavo de tono, respectivamente

Desde San Luis Potosí, celebramos este Centenario del primer concierto a nivel mundial con música microtonal.

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#4 Tiempos

La supremacía de la Liga Mx ¿Realidad o espejismo? | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Esta semana, los equipos mexicanos volvieron a demostrar su dominio en la CONCACAF al avanzar de manera contundente a la siguiente ronda de la Liga de Campeones. Sin excepción, todos los representantes de la Liga MX superaron a sus rivales, dejando en claro una vez más que México es el epicentro del fútbol a nivel clubes en la región. Sin embargo, este éxito reiterado plantea una pregunta incómoda: ¿es la Liga MX realmente superior, o su éxito es el resultado de un desequilibrio económico y estructural en la CONCACAF?

No hay duda de que los clubes mexicanos cuentan con ventajas significativas frente a sus rivales de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe. La inversión en infraestructura, la capacidad de atraer talento extranjero de alto nivel y la estabilidad financiera de muchos equipos les permiten armar planteles competitivos que, en teoría, deberían superar a los de otras ligas de la CONCACAF. Además, la experiencia acumulada en torneos internacionales les da una ventaja táctica y mental frente a equipos que, en muchos casos, no están acostumbrados a enfrentarse a rivales de mayor nivel.

Sin embargo, este dominio no está exento de críticas. Algunos argumentan que la supremacía de la Liga MX se debe, en gran medida, a la falta de competitividad en el resto de la región. Mientras que México cuenta con una liga profesional consolidada y con recursos económicos considerables, muchos países de la CONCACAF luchan por mantener ligas estables y competitivas. La brecha económica entre México y el resto de la región es abismal, lo que dificulta que otros equipos puedan competir en igualdad de condiciones.

Además, el éxito de los equipos mexicanos en la CONCACAF no siempre se traduce en un buen desempeño a nivel global. Aunque clubes como Tigres, Monterrey y América han llegado a instancias decisivas en la Copa Mundial de Clubes,

todavía están lejos de igualar a los gigantes europeos y sudamericanos. Esto sugiere que, aunque la Liga MX es dominante en su región, todavía tiene un largo camino por recorrer para competir con las mejores ligas del mundo.

Otro aspecto a considerar es el impacto que este dominio tiene en el desarrollo del fútbol en la región. La falta de competitividad en la CONCACAF podría estar frenando el crecimiento del fútbol en otros países, ya que los equipos mexicanos no enfrentan un desafío real que los obligue a mejorar constantemente. En este sentido, la supremacía de la Liga MX podría ser un arma de doble filo: mientras que fortalece la imagen de la liga a nivel regional, también podría estar limitando su potencial a nivel global.

En fin, la supremacía de la Liga MX en la CONCACAF es innegable, pero no debe ser motivo de complacencia. Los equipos mexicanos tienen la responsabilidad de seguir elevando su nivel y buscar competir con los mejores del mundo, mientras que la CONCACAF debe trabajar para reducir la brecha económica y deportiva que existe entre sus miembros. Solo así podremos hablar de una verdadera competitividad regional y, eventualmente, de un fútbol más fuerte en toda la CONCACAF. Algo que sí valga la pena.

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Opinión

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