octubre 11, 2025

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#4 Tiempos

Maestras fundadoras de la primaria Ignacio Zaragoza | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Al iniciar la segunda mitad del siglo XX la ciudad de San Luis Potosí crecía de manera importante. Se construían fraccionamientos en las periferias y se habitaban esos espacios un tanto alejados del centro de la actividad. Entre sus muchas necesidades se hacían importantes la creación de espacios educativos para brindar la educación a los niños de esas familias que se aventuraban a poblar esas nuevas colonias. Entre los nuevos fraccionamientos a inicios de los sesenta se encontraba el Fraccionamiento Industrial Aviación entre lo que era la Fracción de El Saucito y el centro de la ciudad de San Luis Potosí.

Entre los programas de desarrollo para esa colonia, un grupo de maestros se dio a la tarea de plantear la fundación de una escuela primaria que pudiera atender a la niñez que para entonces ya habitaba la nueva colonia y que se encontraba en edad escolar. La colonia industrial aviación, como también se le conoce, quedaba muy lejos de la actividad comercial, cultural y educativa, el transporte era prácticamente nulo y esto dificultaba el que los niños pudieran continuar o iniciar sus estudios, sin tener que desplazarse largas distancia y con serias dificultades de transporte.

Los esfuerzos de estos profesores fueron concretándose y consiguieron que el Sr. José Vilet donara terrenos donde se construiría la Escuela Primaria Urbana Federal Ignacio Zaragoza, que a la postre sería una de las primeras primarias urbanas que no pertenecerían al sistema educativo estatal regular.

En marzo de 1963 entraba en operación la Escuela Primaria Ignacio Zaragoza en el Fraccionamiento Industrial Aviación, para lo que se habilitaron algunas casas de la calle once, mientras se construían los salones de la nueva primaria, en los terrenos donados para tal fin, que estarían listos para su inauguración el 5 de mayo de 1963.

Entre los profesores fundadores se encontraban el profesor Luis Colunga Mexicano que fungiría como director, los profesores Crispín González, Helios Barragán y, un par de profesoras, la maestra Gloria Cruz Morán y María del Carmen González Mena.

Estas profesoras continuarían el legado de todas aquellas profesoras que estuvieron formándose en San Luis Potosí, desde la apertura de la Escuela Normal de Profesoras de San Luis Potosí en 1868. Justo ese año, yo iniciaba mis estudios de educación primaria en esa escuela Ignacio Zaragoza en una de las casas de la calle once. Mi maestra, que marcaría mi proceso educativo en los años posteriores sería la maestra María del Carmen González Mena.

Sentados en el suelo alrededor de la maestra Carmen recibíamos las primeras lecciones donde conocíamos las letras y los rudimentos de la aritmética. Acababa de salir la segunda generación de libros de texto gratuitos, que habían inaugurado la década con la entrega en la Escuela Cuauhtémoc en el Saucito.

Las clases de la maestra Carmen me iniciarían en la lectura; recibía toda su atención y eso me motivaba a progresar en ligar las frases del libro de lectura y apurar el lápiz en el libro de trabajo.

Mi formación de educación primaria estuvo regida por la presencia de profesoras, de esta forma seguían ese camino que en San Luis Potosí se abriría de forma importante para las mujeres en la línea de la educación. Por algo el libro de lengua nacional de segundo año, dentro de sus lecturas, tenía una dedicada a las maestras.

Tu mano, puesta sobre mi mano, me enseña a escribir.
Pones todo tu afán en que aprenda yo a trazar bien las letras, y yo te ofrezco con ellas no escribiré mentiras ni palabras sucias.
…Abres, maestra, un libro, y al empezar a leer es como si abrieras una ventana, ventana que nosotros no conocíamos: nos muestras así el cielo claro, el sol brillante, mariposas y pájaros, países lejanos, hombres que han sido heroicos al cumplir con su deber. Por eso nos gustan tus libros, que deseamos tener entre las manos y leer. Por eso hemos aprendido a amarlos.

En esta sección, donde hemos tratado el perfil de algunas profesoras potosinas que han influido en el desarrollo educativo y cultural de San Luis Potosí, queremos recordar la labor de estas profesoras que participaron en la fundación de una de las más antiguas primarias urbanas de San Luis Potosí, la Escuela Primaria Ignacio Zaragoza, las profesoras Gloria Cruz Morán y María del Carmen González Mena.

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#4 Tiempos

Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta

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Apuntes

Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.

Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.

Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.

Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.

En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.

Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir

. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.

No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.

Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.

Punto.

Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.

Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.

Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.

Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.

Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.

El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.

Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.

Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.

Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.

Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.

Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.

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#4 Tiempos

Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?

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APUNTES

 

Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?

La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?

Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.

Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.

¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.

Deme una salida, presidente…

— Ok.

Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú

… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.

—Ganamos.

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña

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