#4 Tiempos
Creatividad sin Rumbo: La Desilusión de Baby Assassins | Columna de Guille Carregha
CRITICACIONES
En otra entrega de las hilarantes aventuras de este humilde autor de gustos mamadores dándose el tiempo de ver películas japonesas de manera gratuita en internet, tocó el turno de observar la única opción de acción comedia ofrecida en el Japanese Film Festival Online 2024 – Baby Assassins. Este enunciado aquí presente es su amable recordatorio de que, lamentablemente, ya no es posible ver estas películas de manera legal en el sitio del festival. Énfasis en LEGAL.
Desde el momento en que vi el póster de esta película supe que iba a estar interesado en ella. Sobre un fondo amarillo nivel “soy un candidato del PRD en la capital potosina y estoy obsesionado con pintar toda la ciudad con el color del partido que me enseñó cómo es eso de hacerme de dinero de maneras súper legales a modo de agradecimiento”, aparecen dos chicas de aproximadamente 16 años de edad, apuntándole con unas pistolas a un maniquí de entrenamiento de boxeo. Con tan poca información visual, mis niveles de intriga estaban a tope. O una de dos: o era una historia de unas asesinas especializadas en matar bebés – que, aunque exageradamente oscuro, se presta para ser una premisa excelsa de ser bien manejada –, o estaban haciendo el símil de que son tan jóvenes que es como si un par de bebés fueran asesinos.
Por desgracia para mi imaginación exageradamente activa y que se emociona con mucha facilidad, la película aborda la segunda opción. Aunque, eso no quería que el potencial no estaba, digamos, potencialmente allí. Por lo que, al presionar play me preparé para disfrutar una película que, a lo menos, iba a estar palomera. Además, con solo 95 minutos de duración, era una de las más cortas de un festival empeñado en recopilar películas de 2 horas (o más) de duración.
Baby Assassins es la historia de dos asesinas a sueldo que llevan una cantidad indeterminada de tiempo siendo patrocinadas por “la asociación”. Una vez que se gradúan de la preparatoria, deben conseguir trabajos normales y vivir por su cuenta porque “la asociación” ya no puede patrocinarles sus vidas al ser mayores de edad, y para que aparenten ser miembros útiles de la sociedad. Como suele ser usual en películas japonesas, eso de tener un conflicto no es una necesidad cinematográfica, por lo que, una vez más, no hay conflicto. Son dos chicas que son asesinas, viviendo juntas. A veces se llevan, a veces no. A veces tienen trabajo de asesinas, a veces tienen trabajos normales. Y, pues, ya.
Dentro de lo que cabe, es algo que suena bastante interesante. Si hubiera leído una sinopsis así antes de darle su visionado yo, posiblemente, si hubiera dicho “¡Esa! ¡Quiero ver esa!”.
Pero ahora que ya la vi, estoy conflictuado.
Por un lado, es verdad que Baby Assassins tiene una identidad bien marcada. No es como si tuviera una fotografía bien exagerada, o una corrección de color nivel tipo forros de plástico de libretas de niño de primaria. Visualmente se ve tan normal como cualquier película de acción genérica que, debatiblemente, Netflix escribe con inteligencias artificiales en dos días (o salones llenos de monos con maquinas de escribir, lo que salga más barato) para que Dwayne Johnson o Ryan Reynolds tengan algo que hacer durante la próxima semana. O sea, sin chiste, con colores apagados, y negros tan oscuros que a veces no sabes si sí le subiste al brillo de tu pantalla.
Pero, dentro de ese genérico modo de película de acción gringa con nombres intercambiable, se encuentra una versión de Japón que no se parece a nada que haya visto antes. Los creadores lograron plasmar una locación que sí parece sacada de “la mente torcida del visionario director [inserte aquí nombre de visionario director]”. Se siente como un Japón que no se encuentra en otra historia, con personajes que sólo podrían habitar en esta versión intensificada del país.
El problema es que todos los personajes son desagradables a más no poder. Hay un sinfín de decisiones actorales y de dirección que, la verdad, no termino de entender.
Por ejemplo, cerca del principio, vemos como una de las asesinas principales está en su trabajo de medio tiempo: una cafetería chiquita, con dos personas detrás de la barra haciendo la comida y espacio para tres mesitas. Y, de la nada, la actitud de esta chica es la de una persona que se creyó las mentiras de Gonzalo Patiño y se fue a consumir peyote al cerro con un señor que casi le triplica la edad: se mueve de forma errática, se ríe de la nada, baila y canta a la mitad de los pasillos… Actúa como un NPC de Skyrim haciendo ragdolls por alguna falla de código.
Nosotros, como audiencia, se supone que digamos “LOL qué random”, nos acordemos del humor de Dan Schneider en iCarly y pensemos “qué bien me cae la loquita esta” seguido de una carcajada.
Y la mayoría de los chistes son eso: gente actuando raro por el simple hecho de actuar raro. Esta misma chica pone caras extrañas, inclina la cabeza y dice frases sin sentido a lo largo de toda la película. Hay una hija de mafioso que se la pasa brincando y gritando cada vez que aparece nivel “mi chiste es que soy igual de random que la otra”, como si estuviéramos viendo un desfile de personas intentando ser graciosas en los sketches de Saturday Night Live, pero que llegaron ahogados en ácido a la grabación y se les olvidó cómo funciona eso de ser humanos y dar risa.
Grima. La palabra que busco es grima. Esta película me da mucha grima.
Lo cual es bastante triste, porque también tiene escenas majestuosas en el campo de la comedia cinematográfica, como la secuencia en la que observamos a dos yakuza genéricos en un maid café haciendo lo posible por entender el concepto y seguir los preceptos intrínsecos de un lugar como este. Es una maravilla de escena, excelentemente llevada a cabo. Pero, después, reaparece la hija del mafioso emulando a Cat de Sam & Cat (ya nisiquiera de Victorious)… y ese es el chiste. Que hablar chistosón, grita cada tercera palabra y baila como mosquita creyendo que puede sobrevivir al Raid. Y se te olvida que te la estás pasando bien.
A veces, esta película es demasiado japonesa para su propio bien. A veces intenta ser demasiado Nickelodeon de principio de los dos miles. Y, a veces, solo a veces, sí logra su objetivo de ser tan divertida como su premisa cree serlo.
Pero no hay conflicto. Solo son cosas que pasan en las vidas de las protagonistas por un período de tiempo y, oh, mira la hora, se acabó el período de tiempo, así que supongo que créditos finales.
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#4 Tiempos
San Luis frente a Puebla: partido para valientes, no para excusas | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Si San Luis no puede ganarle a este Puebla, que viene tambaleando como boxeador en el último asalto, mejor que empiece a buscar excusas desde hoy. No es crueldad, es sentido común: el rival llega golpeado, con la moral baja y con una defensa que con cualquier ráfaga se desmorona. El que no sepa aprovechar eso, que se dedique a otra cosa.
El antecedente del cuadro camotero es el bochornoso 7-0 contra Tigres, un resultado que no sólo evidenció las carencias defensivas, sino que dejó claro que, cuando se desconectan, el desastre es inmediato. Y aun así, Puebla sigue vivo en la Leagues Cup; un respiro que, aunque breve, les da algo de motivación extra para no hundirse del todo en la Liga MX. Ojo, un equipo que todavía compite en dos frentes no se tira al piso tan fácil, y esa doble agenda puede darle un giro inesperado a un partido que, en el papel, muchos ya ven como trámite para San Luis.
Los potosinos, sin embargo, no llegan con la mesa servida. Apenas el fin de semana pasado, contra Cruz Azul, volvieron a mostrar que las buenas intenciones no alcanzan si el fútbol no es constante. Un partido en el que por momentos parecían competir de igual a igual, pero se diluyeron cuando había que apretar. Si quieren que el discurso post-Leagues Cup no quede como humo, este viernes es el momento para respaldarlo.
En la previa, una noticia que, al menos, les quita una piedra del zapato: la anulación de la expulsión a João Pedro. El delantero podrá estar disponible tras la revisión que borró la roja injusta del juego pasado. Su presencia es vital no sólo por lo que aporta al ataque, sino por la sensación de que, con él en el campo, San Luis tiene una referencia que obliga a los rivales a estar atentos.
Pero la realidad es que este encuentro en el Cuauhtémoc se juega en varios niveles: para Puebla, la oportunidad de lavarse un poco la cara después de ser humillado y de responder ante su gente. Para San Luis, el examen perfecto para demostrar que sabe ganar cuando las condiciones están a su favor. Porque si no pueden sacar tres puntos ante un equipo que viene arrastrando la cobija, entonces el resto del torneo pinta para seguir en esa tierra de nadie que ya conocen demasiado bien, no lo suficientemente malos para dar pena, pero tampoco lo suficientemente buenos para ilusionar a nadie.
Ganar este partido no sería una hazaña; sería apenas cumplir con lo que se espera de un club que dice aspirar a más. Y si no lo logran, entonces el discurso optimista de las últimas semanas quedará reducido a lo que tantas veces hemos escuchado en San Luis: palabras bonitas para adornar otra temporada gris.
En el fútbol, hay partidos que definen un campeonato, y otros que definen una actitud. Este viernes, en Puebla, San Luis no está jugando por la cima, pero sí por algo igual de importante: la credibilidad. Y si la pierden aquí, ya no habrá árbitro, VAR ni anulación de roja que los salve.
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#4 Tiempos
Los torcidos caminos por andar (segunda parte) | Apuntes de Jorge Saldaña
Culto Público, hijos de Sabines y su amor-odio por el poder:
Desde el martes nos quedamos pendientes con el análisis de los caminos torcidos, de todos aquellos eventos y circunstancias que aún faltan por caminar y sortearse. Rumbos de los que dependen los escenarios a formarse.
Apenas estábamos con el escenario uno y repasamos rápido:
De acuerdo al cálculo que se puede mirar desde lejos, el Verde construye todos los días una ruta para llegar a las negociaciones, más que con Morena, con la presidenta Sheinbaum (en el escritorio de madera fina que imaginamos la entrega anterior) con una candidata muy sólida, con ventajas comprobables en las encuestas, con las miras de generar una elección de tercios y en pocas palabras, una carta de negociación que le dice “podemos ganar contigo o sin tí”.
Ponerse así, de tú a tú con la presidenta, y en esos términos de aparente ventaja, no es tan simple, es un paso temerario y audaz que podría dar solo alguien que tenga (spoiler de lugar común) “todos los pelos de la burra en la mano”, o toda la baraja bajo la manga.
Antes de avanzar le comparto el enlace de mi columna anterior por si se lo perdió y para que estemos todos en la misma sintonía.
Bueno ahora sí, continuemos.
Aún si todo se le alinea (como Mercurio, Venus, Marte, Jupiter y Saturno en este momento) al gobernador Ricardo Gallardo, de aquí al 2027 como lo tiene planeado y en primera fase de ejecución, el sabe perfecto que tiene que considerar que la del otro lado de la mesa, la presidenta, no va a llegar con las manos vacías a la charla San Luis.
El argumento de que San Luis “poco importa a la federación” tiene sus goteras, porque todo suma, y lo más importante: La presidenta tiene tatuado a su corazón a Morena y eso no hay que perderlo de vista.
Pero, ¿tiene la presidenta algo en contra de Gallardo?
Fuera de que el Verde junto a Adán Augusto y Monreal le jugaron las contras a Claudia y pospusieron su propuesta anti-nepotismo y anti-reelección para el 2030, de manera particular no es una cuenta que necesariamente la presidenta se la apunte en lo personal a Ricardo Gallardo.
Más allá de lo señalado arriba, no se sabe de algún agravio o animadversión personal o pendiente por cobrar a Ricardo desde la presidencia, sin embargo, aunque no tenga nada en su contra, es difícil creer que Sheinbaum conceda, sin condiciones, que el estado potosino siga gobernado solo por el Verde.
En ese contexto (repito, al que le faltan muchas puntadas por tejer) se abren muchas rutas.
El “vamos solos y no te necesitamos” puede activar detonadores en el orgullo presidencial y se actúe en consecuencia, produciendo una coyuntura del estilo:
¿Ah, vas solo? Ok, pues “a ver de qué cuero salen más correas…”
También está la otra cara de la moneda, a la que le apuesta el proyecto Gallardista, (otra alineación astral) y es que, la presidenta asuma que San Luis siga siendo Verde a cambio de continuar su alianza en las cámaras e intercambiando el apoyo del partido del Tucán en alguna de las otras 16 gubernaturas en juego (que, seamos francos, en otros estados el Verde no pesa) o concedan el cambio de género en alguno de los estados que estarán en contienda.
Será muy fácil reconocer cual será el resultado de las negociaciones y cual de los dos escenarios expuestos arriba (de muchos otros posibles) es el que se convierta en realidad.
Si la presidenta se siente retada por el Verde y se engancha en ganar San Luis para Morena, entonces elegirán a un candidato, o candidata, muy incómodo para Gallardo, alguien que represente todo lo contrario al proyecto Verde y al que le pondrían a disposición no la estructura de Morena estatal, sino toda la maquinaria del estado.
¿Nombres? Enrique Galindo o Rosa Icela Rodríguez.
En sentido opuesto, en el que la presidenta ceda a la continuidad del proyecto Verde, a cambio de diputaciones federales, la reafirmación de la alianza en cámaras y el apoyo de color limón en otros estados, entonces se mandaría por parte a competir por Morena a algún candidato de sacrificio, un candidato flojito y fácil de vencer para el Verde.
¿Nombres? Gerardo Sánchez o Xavier Nava Palacios.
Se preguntará, y con razón, mi Culto Público, por qué en la entrega anterior escribí que ninguno de ellos podría ser candidato.
Le explico y lo sostengo: El “Batman de Tanquián” Gerardo Sánchez, se enriqueció de súbito, pasó de cero a mansión en tres adjudicaciones directas, se convirtió en rico express, como sopa Maruchan pero con yate, gracias a los contratos que le consiguió Adán Augusto López, enemigo hoy, y rival antes, de la presidenta.
Las puertas a esas pistas, se las abrió Andy (ya no le digan Andy, no le gusta) López Beltrán, hoy enfrentado con Luisa María Alcalde, presidenta de Morena y pieza del tablero de Sheinbaum.
¿Qué mejor manera de exhibir las tranzas de tus enemigos que haciendo candidato a uno de sus cómplices? En la campaña todo sale a flote. La venganza es dulce y en dos por uno: lo mandas a perder y derrumbas a tus antagonistas sin meter las manos.
Sobre Xavier Nava hay poco qué explicar, está en la lona en la percepción pública, no trae nada y en perder por Morena ya tiene experiencia.
Lo sostengo, no pueden ser candidatos, pero me faltó decir… con posibilidades, lo podrán ser para el sacrificio.
Claro, en el camino serán utilizados para ser incómodos y para que no llegue Gallardo al 27 con una carta de negociación irrebatible ni la presidenta con las manos vacías. Es política.
En resumen, diría Jaime Sabines con esa intensidad y complejidad que exploraba el amor y el conflicto con el poder:
“No me digan ustedes en dónde están mis ojos, pregunten hacia dónde va mi corazón.” (Dedicado a Claudia y a Ricardo)
¿Factor Galindo y Factor Rosa Icela? En la siguiente entrega.
Yo soy Jorge Saldaña
Hasta mañana.
También lee: Gallardo y sus mensajeros de algodón | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Gallardo y sus mensajeros de algodón | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Culto público, hijos del dato que mata relato: ¿Quién es un amigo más leal? ¿El que habla con la verdad y advierte del peligro aunque incomode? ¿O el que, por evitar el conflicto, deja que su amigo se caiga al barranco? Las preguntas son retóricas.
Las entrevistas al gobernador, de esas diarias “banqueteras” o del “chacaleo” como se conocen en la jerga reporteril, tienen poco margen de control. El caos siempre se hace presente y casi todo depende de cómo el mandatario capoté los cuestionamientos.
El ejercicio se repite casi a diario, pero ayer específicamente, transitando en uno de esos episodios, el gobernador no solo sostuvo información que es errónea, sino incluso se abalanzó contra quienes la hicieron pública.
A los presidentes de CMIC, y de pasada al de Coparmex, les dijo, de muchas maneras lo que en pocas palabras se puede traducir como tontos y mal intencionados en su contra.
En el mismo tono, y con toda la seguridad de quien sabe que está en lo cierto, aseguró hasta con cierta soberbia, que la CEA no se prestaba al “negocio” de las pipas y que por eso ellos no rentaban los vehículos sino que los adquirieron. Dato que también es erróneo.
El gobernador fue desmentido y ni modo, -hay que decirlo- exhibido.
El INEGI confirmó que hay una contracción en la obra pública, y con información de la plataforma de transparencia se encontraron contratos por más de 10 mdp de parte de la CEA que efectivamente, rentó pipas, este y el año pasado. (También compró otras, que quede claro).
Tan fácil que hubiera sido, con una lectura rápida de la agenda periodística, advertir al mandatario que muy seguramente le preguntarían del tema y ofrecerle salidas.
Se me ocurren a la rápida al menos cinco respuestas inocuas con las que Gallardo pudo haber salido al paso.
Aunque según su percepción la obra pública se está impulsando como nunca, y tenga razón en que existen obras multimillonarias como la autopista que se construye a Matehuala por más de 22 mil millones de pesos, no necesariamente quiere decir que esas obras se reflejen en los indicadores que maneja el Instituto Nacional de Geografía e Informática.
“Vamos a analizar los datos del INEGI, pero quiero comentarles que en San Luis se está invirtiendo como nunca en ….”
Hubiera sido una respuesta más ejecutiva, que la de lanzar ofensas a las cámaras empresariales.
(Aunque insisto y esta opinión es personalísima de quien esto escribe, que las cámaras se comportan igual que los antorchistas, y otros grupos que con chantajes quieren beneficiarse del gobierno , con la diferencia de que los líderes empresariales usan American Express en el extranjero y se bañan más seguidos que los seguidores de Aquiles Córdova).
Respecto a la CEA y las pipas… ¿Por qué el gobernador está seguro de que las compraron pero no está enterado de que en algún momento las rentaron? ¿Por qué le escondieron esa información?
Un tercer ejemplo de las contradicciones del aparato gubernamental es el de las declaraciones de la secretaria de Finanzas, Ariana García Vidal, que estos días así y a la muy ligera, declaró que van al corriente con los pagos, en líquido y en especie con la UASLP, que se lleva de maravilla con el rector y que, según ella, seguro los reporteros agarran en mal momento al titular de la Universidad cuando declara sobre los adeudos.
En contraste, solo hace falta ir a la página de la SEP para conocer, con datos duros que los adeudos tienen monto, número de folio, fecha, nombre y apellido, y que las aportaciones en especie nada más no avanzan y eso es visible.
En resumen, ¿qué está pasando? ¿Quién le esconde información al gobernador? (que es lo mismo que mentirle) y… ¿Por qué? ¿Le tienen miedo a su jefe para hablarle con la verdad?
Lo único que se consigue con esas actitudes de “contención” para no llevarse un regaño maquillándole la realidad al mandatario, es que se desgaste la credibilidad del gobernador, se aumente el número de personas que se sienten agraviadas y engañadas por su gobierno, y que en adelante se ponga en tela de juicio todo lo que declare.
El episodio de ayer deja ver eso, y algo más: que cuando no se coincide con la “verdad” gubernamental, se acude a la fabricación de culpables y justificaciones perversas:
“Quieren demeritar el trabajo”, “Es una operación de los de enfrente”, “Nos quieren desgastar” o, lo peor: “son traidores”.
Ricardo: quien esto escribe te puede decir que no son ganas de “chingar”, ni de demeritar nada ni a nadie, pero que te escondan los datos o no te digan la verdad, no te ayuda.
Nadie te quiere traicionar al hacerte ver las cosas, y si hay ganas de algo… es de que no te vayas por el camino del barranco.
Jorge Saldaña.
(Mañana le seguimos con el análisis de los escenarios políticos)
Hasta mañana.
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