#4 Tiempos
La discapacidad y la inteligencia artificial | Columna de Germán Bautista
HABLEMOS DE DERECHOS
No sé si alguna o alguno de ustedes tuvo la oportunidad de disfrutar la película “WALL•E”. ese robotcito que, en un mundo postapocalíptico, se encargaba de limpiar el planeta tierra, abandonado siete siglos atrás por la humanidad.
Les cuento que yo sí. Allá por el 2008, cometí la osadía de ir al cine a ver esa película de moda. Digo osadía porque lo hice sin acompañante y me di la arrepentida de mi vida, ya que lógicamente carecía de audiodescripción y los diálogos eran mínimos, por lo que me resultó muy complicado comprender la trama.
Mi primer pensamiento se dirigió a las personas Sordas, a quienes supuse, les sería muy sencillo comprenderla a partir de las escenas y los gestos, – ¡Como la Pantera rosa o El Correcaminos! – Imaginé otras caricaturas que tampoco disfruté cuando era niño debido a la ausencia de diálogos, y que supongo a algunas o a algunos de ustedes les sonarán de algo. En fin, lo que es accesible para algunos, a veces es inaccesible para otros.
Al margen de este detalle que puede resultar hasta chusco, cito el filme porque esos seres humanos tripulantes de naves espaciales errantes, eran plenamente asistidos física e intelectualmente por robots e inteligencia artificial que resolvían todos sus requerimientos. En efecto, en ese mundo futurista, la discapacidad no existía.
En un espacio de microgravedad, el desplazamiento mediante las piernas se hace innecesario, y con el apoyo de otros mecanismos para la movilidad en dichas condiciones, el sobrepeso de los cuerpos ni siquiera es importante.
Uso este recurso como punto de partida porque a años de distancia y ante la irrupción de la inteligencia artificial en nuestras vidas, lo lógico es que tengamos dudas y hasta temores, como ocurrió hace más de un siglo con la llegada del teléfono, y como seguirá ocurriendo con cada innovación tecnológica que nos haga confrontar nuestros paradigmas. ¡Por ahí ya se habla del gemelo malvado de chat GPT anidando en las entrañas de la Dark web!
Para mí que me considero optimista, creo que la inteligencia artificial es una herramienta sin precedentes que puede abonar tremendamente a los esfuerzos para eliminar el capacitismo, siempre que se regule apropiadamente su desarrollo y uso.
Una combinación de los avances tecnológicos obtenidos hasta ahora aunados a los progresos en la robótica, se convierte en oportunidades para realizar, incluso a distancia, cosas que antes eran impensables y que requerían de la presencia humana, lo que puede abrir la puerta para fortalecer el teletrabajo.
La inteligencia artificial aplicada a esquemas de conducción para identificar patrones de mayor descuido o cansancio en las personas operadoras de unidades de transporte público o particulares, sin duda puede abonar a la reducción de accidentes de tránsito.
Algunos estudios en los que estaba curioseando, indican la aplicación de la IA en la práctica médica, particularmente en consultas generales. Los resultados señalan que, al inicio de turno, los diagnósticos suelen ser acertados, pero en la medida que se avanza hacia el cierre del mismo, disminuye esa constante. Cuando una IA complementa la tarea, reduce importantemente los márgenes de error, significando para el paciente un diagnóstico correcto.
El reconocimiento de voz y de imágenes asistido por inteligencia artificial, abre grandes oportunidades para las personas sordas, ciegas y con baja visión.
Be my Eyes por ejemplo, es una aplicación que, con el apoyo de personas voluntarias con vista, permite a las personas ciegas y con baja visión cierto grado de autonomía. Si alguien con discapacidad visual desconoce el color de alguna prenda de vestir, desea conocer un texto manuscrito o requiere asistencia para comprender el armado de algún objeto, la aplicación permite establecer contacto a través de videollamada con una persona que mediante su vista, puede apoyarla en el desarrollo de una tarea.
Recientemente, Be my Eyes ha incorporado inteligencia artificial para apoyar mediante la descripción de imágenes proveídas por fotografía, lo que permite dar una idea de las oportunidades que su uso significa para las personas con discapacidad visual.
Una amiga con esclerosis múltiple me comentaba que desde hace algunos meses, se ha estado rehabilitando mediante unas gafas de realidad aumentada. El escenario virtual hace pensar a su cuerpo que está caminando, corriendo, subiendo o bajando, lo que estimula en su cerebro algunas conexiones neuromotoras que le están ayudando a lograr mayor movilidad.
La inteligencia artificial puede también ayudar a personas con discapacidad intelectual en la toma de decisiones, como ya ocurre en la actualidad con los algoritmos convencionales que identifican el comportamiento general de la población para comprar, vender o mirar. Sobre este último punto, el acento debe colocarse en los parámetros para asegurarse de que las decisiones son propias, y no inducidas por la IA.
Por lo pronto, la IA está coadyuvando ya en la generación de textos alternativos, particularmente relacionados con la fácil lectura o la escritura a través de pictogramas, lo que permite descargar tremendamente a las personas que realizaban esta tarea. Hasta el momento, la IA demanda la supervisión humana, pero en la medida que avance y se incorpore al quehacer cotidiano, es posible que se reduzca dicha necesidad.
Como en todo, los desafíos existen. Al igual que ocurrió con las nuevas tecnologías y la internet, el uso de la IA puede aumentar o crear nuevas brechas y acentuar la desigualdad social; soportar las nuevas tecnologías y contar con infraestructura óptima para utilizar la IA demanda también recursos económicos, materiales y humanos.
A las personas con discapacidad de a pie lo que nos preocupa, son las regulaciones, las sanciones por el inadecuado uso de la IA, la protección de nuestros datos personales, los parámetros éticos que la sustentan, el que las personas desarrolladoras observen y se apeguen al diseño universal, a la accesibilidad, a la flexibilidad y a la adaptabilidad para que no emule a quien la crea, respecto a reproducir y perpetuar modelos y esquemas excluyentes o discriminatorios.
¿Ustedes están usando ya la Inteligencia artificial? ¿cuál ha sido su experiencia? Por favor, dejen abajo sus comentarios.
También lee: Perspectiva de discapacidad en el Quehacer Público | Columna de Germán Bautista
#4 Tiempos
La semana y sus brincos | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Brincar de la herida social causada por el asesinato de Jorge Dávila Ramírez el fin de semana pasado, al sigilo bobo en el manejo del madruguete para destituir (porque así fue) a Teresa Rivera como concejal de Villa de Pozos y la inmediata designación de Paty Aradillas y rematar con el salto a la noticia del pago del adeudo a la UASLP por parte de gobierno, es como jugar rayuela y ruleta rusa al mismo tiempo.
Entre salto y salto, también vivimos la aprobación de una iniciativa poco socializada y polémica sobre la regulación de la IA, que genera más preguntas e inquietudes que certezas.
Pero repasemos los brincos, en el primer caso, en el del homicidio de Jorge Dávila, hubo un giro inesperado que fue confirmado apenas hoy por la titular de la Fiscalía.
Se respaldó la versión que La Orquesta comunicó a su Culto Público desde el lunes pasado por la noche.
Jorge no iba caminando por una calle solitaria, silbando y soñando con su prometedor futuro cuando dos maleantes encapuchados le salieron al paso y le dijeron “las llaves o la vida” y le dispararon. No, definitivamente no fue así pero así nos lo dibujaron e hicieron creer las primeras versiones.
Jorge acudió al llamado de una solicitud de ayuda (uno ayuda a quien conoce y estima, lo que reafirma que era además un buen ciudadano y buen hombre).
Aquí el “blackout” o el vacío que han de llenar las investigaciones: No se sabe en qué momento se suben (y pongo énfasis que adelante explico) a su auto dos desconocidos.
Por la zona de los Filtros se detienen y le dan un disparo, su acompañante sale corriendo calle abajo y llega a la esquina de Río Papaloapan y Río Nazas.
Minutos después, como se observa en videos en poder de la Fiscalía, y de acuerdo a la declaración de la testigo clave interrogada el lunes por la tarde noche, Jorge llega herido a la misma esquina por su propio pié y se desploma en los brazos de su hasta ahora desconocida acompañante.
El énfasis que hago en que se subieron dos desconocidos es porque la circunstancia es particularmente extraña, pues de acuerdo a los datos de robo de vehículos y hasta para el sentido común, cuando los ladrones despojan a sus víctimas de un automóvil, lo “ba-jan” del carro, no se “su-ben” al mismo.
El silencio de la Fiscalía y los pocos avances (aunque apenas mañana se cumplirá una semana) han abierto espacio a todo tipo de especulaciones, y la multiplicación de versiones, lo que es cierto es que la historia original creada en el imaginario público dista de ser la verdad y lo más importante, la exigencia de la comunidad estudiantil por la indignación ante la muerte de su compañero, se suma a las exigencias de una marcha de “batas blancas” organizada por personal de centros de salud que saldrán a las calles para reclamar mejores condiciones de trabajo, material, equipo y personal.
El caso de Jorge Dávila se sigue escribiendo y los renglones cada día se tuercen más, la memoria del joven pasante no merece impunidad ni opacidad, la actuación de la autoridad además de pronta y eficaz, debe ser clara y transparente con la opinión pública.
Nuevo turno: saltemos en un pié en la rayuela semanal, para dar un brinco al tonto manejo, y bobo sigilo con el que el Congreso manejó la salida de Teresa Rivera, que para los términos y fundamentos legales que usaron los legisladores para designar a una nueva presidenta concejal, pues se podría decir que Tere Rivera no renunció… la destituyeron.
Digo lo anterior porque aunque la filtración de la renuncia firmada por la hoy defenestrada Rivera Acevedo, tiene sello de recepción por parte del Congreso del 11 de noviembre, no obstante, el documento en sí mismo no tiene fecha de elaboración, solamente dice al calce la leyenda: “a la fecha de su presentación”.
Preguntando (porque si no pregunto me da comezón en lugares que me da pena comentar aquí) me soltaron que la renuncia fue redactada y firmada el día que tomó el cargo, es decir, ya la tenían lista desde mucho antes para que, en caso de ser necesario, simplemente usarla y así dejar fuera a Rivera a conveniencia pues de quien la designó.
Pues fue necesario. Desde hace meses se sabía que ni para su equipo ni para sus compañeros de la cúpula Tere era bien vista ni recibida, pues el cargo además de que le quedó grande, estimuló demasiado su ego, altivez y prepotencia. Ya no la aguantaban en pocas palabras.
Tras la “filtración” bobalicona de la renuncia así como de la convocatoria de Héctor Serrano para la sesión de la Comisión de Gobernación del jueves, misma en la que se daría entrada a la renuncia y al mismo tiempo se designaría nueva presidenta concejal, pues se concretó lo que muchos habían adelantado: Sale Tere, entra Paty.
¿Por qué? Porque el legislativo manda y -hay que decir- dejó rebasados por mucho a los concejales inconformes. La Ley Orgánica del Municipio Libre no aplicó porque son un Concejo no emanado de la voluntad popular sino por designación legislativa y punto.
Los concejales se vieron, por decir lo menos, lentos, desorganizados, desarticulados y de plano pazguatos.
Al legislativo, lo absorbió la habilidad del presidente de la Jucopo y la Comisión de Gobernación, Héctor Serrano, que ya tenía planchada la operación y la ejecutó.
El municipio bebé cambia de mamá nodriza.
¿Se interpondrán controversias por parte de los concejales? Ganas si tienen, pero dudo que las lleven a cabo. No tienen equipo jurídico, recursos, unidad y para acabar pronto el peso político suficiente. Que mal, pero así es.
Último brinco al diez con voltereta mortal en la semana rayuelésca: El pago de la deuda a la Universidad es un hecho y es cuestión de trámites bancarios para que se refleje en las cuentas universitarias como lo anunció La Orquesta desde la tarde de ayer jueves.
No se ustedes, Culto Público, pero el que esto escribe nunca ha transferido 208 millones de pesos, ni me han transferido 208 millones de pesos (que debe ser lindo) pero por sentido común, tal como lo aceptó el rector en una entrevista hace un rato este viernes, pues no es una cantidad que saques del cajero o que mandes por transferencia desde tu teléfono.
Lo que afirmé ayer, sobre el trámite en curso para que se reflejen los recursos para la uni, tanto como la reunión pactada para el lunes entre el ejecutivo y el rector están confirmadas por los mismos autores.
Aún así, hay voces universitarias que piensan que la nota en primicia en la que adelantamos lo anterior fue un invento, que fue producto de la imaginación de quien esto escribe y que si cae el depósito en el transcurso del día (yo di de 24 a 48 horas) y si se reúnen el lunes ambos personajes, será producto de la suerte, y de puritíta casualidad y no por los casi 28 años que llevo dedicándome al periodismo.
En fin, eso no es importante.
Para la UASLP, como para Santo Tomás “hasta no ver, no creer” y quizás tengan razón en la desconfianza.
Aunque lo adelantado se ha cumplido, hasta que tengan la ficha de deposito certificada por el Banco de México (y seguro la filtren a sus consentidos) la UASLP aceptará que les pagaron y que sus “ojalás” fueron escuchados.
Asunto también de poca importancia.
Lo verdaderamente relevante es que la comunidad, maestros, administrativos, funcionarios y jubilados podrán estar tranquilos y seguramente el paro de actividades no será necesario.
Lo verdaderamente relevante es que ganó la responsabilidad institucional después de muchos vaivenes declarativos e interpretaciones equivocadas del convenio y anexo de pagos convertido en compromiso para el gobierno estatal, mismo que estará cumpliendo.
El lunes se confirmarán las cosas y seguro se aprovechará para que, en la Ley de egresos gubernamental que tienen que entregar a mas tardar el 20 de noviembre, no se vuelva a cometer el error de contemplar menos recursos que los que firmen con la federación para que en 2026 no se tengan diferencias.
Si todas y todos somos la UASLP y todas y todos somos SLP, pues ganamos todos. “Ojalá que así sea”.
Llegamos al 10 de un “avioncito” o rayuela, dibujada no con gis, sino con sangre, sudor y lágrimas.
A compañeros, dueños de medios y directores de información que me mandaron comentarios de reconocimiento y todos alentadores: Muchas gracias. A veces el periodismo da satisfacciones, a veces es canalla. Abrazo a todos.
Hasta la próxima.
Yo soy Jorge Saldaña
También lee: Tres heridas: La UASLP entre la muerte, el poder y los sueldazos | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
La incansable divulgadora del conocimiento, Ikram Antaki | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Hace cincuenta años llegaba a México una siria recién graduada de doctora en etnología en la Universidad de París VII, y fincaría su actividad profesional en este país nacionalizándose mexicana y realizando diversas actividades relacionadas con su área de interés convirtiéndose en una de las intelectuales mexicanas más importantes de la segunda mitad del siglo XX en México; Ikram Antaki que había nacido en Damasco en 1947 en el seno de una familia de juristas y humanistas.
Su madre estudió la literatura rusa del siglo XIX y su abuelo que fuera el último gobernador de Antioquía, salvó a miles de armenios del exterminio en 1915, durante el asedio otomano. En 1969 viajó a Europa y siguiendo la vena familiar estudiaría literatura comparada, antropología social y el doctorado en etnología del mundo árabe.
En 1975 abandonó Francia para venir a México; Antaki narra su decisión que tomó abriendo un compás sobre el mapamundi y, siguiendo una línea horizontal imaginaría paralela al Ecuador, determinó que México era el país más lejano a Siria, “era el fin del mundo” un lugar que ella quería conocer. Al poco tiempo nacería su hijo y formaba así una familia mexicana e iniciaba su intenso trabajo intelectual.
Ikram se dedicaría a la docencia, el ensayo, el periodismo y la radio, convirtiéndose en una de las más importantes divulgadoras del conocimiento, encajando de manera natural en la vieja tradición mexicana en divulgación de la ciencia, donde caben de manera conjunta todas las disciplinas y que inciden en el ámbito cultural.
Escribió alrededor de veintinueve libros y agradecía a sus lectores “el deseo de saber”. Libros que proyectó su creación desde los ocho años y que guiarían sus intensas lecturas de obras literarias y de ensayo. Dejó en borrador muchos otros escritos de sus ambiciosos proyectos de divulgación.
Ikram Antaki, se definía a si misma: “Ahora me proclamo, de manera un poco simple, conservadora, aunque de hecho no es exactamente así; en la práctica sigo la frase de Averroes: ‘sean renovadores en todo lo que se refiere a la ciencia y el pensamiento, sean conservadores en lo que se refiere a los asuntos de los hombres’”.
Al morir en la Ciudad de México en el año 2000, Ikram Antaki estaba completamente dedicada a cumplir con la meta más ambiciosa de su vida: “He descubierto, en este país, que soy un ‘buen maestro’, no solo ‘un buen escritor’, alguien que sabe algunas cosas y que no las quiere guardar, sino compartir”.
Además de la escritura, a la que considera resguardadora de la memoria ante la memoria de la información mediática que es frágil, tuvo un importante papel en medios audiovisuales colaborando en los canales oficiales, once y trece , y en numerosos programas de radio y conduciendo los propios, como fueron los célebres: el Banquete de Platón y el Ágora.
Los interesados en adentrarse al mundo de la divulgación científica, sobre todo cuando no existen instituciones formadoras para ello, pueden recurrir a las obras de Ikram Antaki y aleccionarse con sus narrativas llenas de información y basadas en el pensamiento crítico, como trabajos de síntesis del pensamiento y que traspasan los campos de la especialidad uniendo de manera natural la ciencia y el humanismo y su responsabilidad con la sociedad.
Su programa El Banquete de Platón, ha sido base de varios de sus escritos donde recoge lo tratado en el programa. En especial el libro, mas que recomendado, que lleva como título, simplemente: Ciencia, editado por Penguin en su colección De Bolsillo, no puede faltar en la lectura de quienes se interesan por el pensamiento y conocimiento desarrollado a lo largo de la historia de la humanidad.
Escrito en forma rigurosa y fácilmente asimilable, ayuda al lector a tener una idea rápida y actualizada de la naturaleza humana, el origen de las lenguas, las razas, el racismo, la inteligencia, la genética, el principio del universo, el tiempo, el cerebro y la descorazonada aventura de la modernidad científica que venció el oscurantismo.
Como le decía Ikram Antaki: “El merito de su parte (refiriéndose al lector), está en el hermoso y agradecible deseo de saber. El mérito, de mi parte, está, en la tentativa de síntesis”.
Recordamos así a una extraordinaria mujer que tomó a México como su casa y que contribuyó a la educación del pueblo con base en la divulgación y educación no formal, a través de sus libros y programas audiovisuales, convirtiéndose en una importante divulgadora del conocimiento en México.
También lee: El surcador de los cielos potosinos, Alfonso Ledezma Zavala | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Buscad el alfiler | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
-¡Qué hombre tan amargado! –exclamó una vez una dama de cierta edad señalando con el dedo, desde la distancia, a un compañero al que yo estimaba mucho-. ¿Qué traumas habrá sufrido en su infancia para haber perdido de tal manera el gusto por vivir?
¡Los traumas de la infancia! Sí, he oído hablar de ellos, pero no me convencen ni mucho ni poco. ¿Por qué debemos ir hasta la infancia de un hombre para explicarnos su mal humor de hoy? ¿Y si la infancia, por lo menos en el caso de este conocido mío, no tuviera nada que ver? ¡Ir tan lejos cuando la causa podría estar tan cerca!
Pero yo conocía la razón de ese permanente mal humor, de esa amargura: este amigo sufría a causa de su jefe, un déspota que trataba a sus subordinados como le daba la gana. ¡Ya sólo faltaba que les exigiera a todos bolearle los zapatos! Además, el ambiente de trabajo era, en aquella oficina, atroz y deprimente: allí todos envidiaban a todos y se ponían zancadillas los unos a los otros por el puro placer de ver cómo caían de la gracia de su superior, para observar cómo se despeñaban y se rompían la cabeza. Cada día de trabajo transcurría casi siempre entre gritos, susurros y rumores, y, por lo que he podido saber, nadie estaba seguro –ni lo está todavía hoy- de que mañana seguiría conservando el puesto que ocupaba apenas el mes pasado. Ahora bien, ¿quién no va a amargarse en un ambiente rancio como éste?
Yo conocía pormenorizadamente esta triste historia. Por eso me reí en silencio de las suposiciones de aquella señora que, por haber tomado un curso relámpago de psicología, ahora me hablaba de traumas infantiles y actos fallidos.
Sí, los humanos somos muy propensos a generalizar y elaborar hondas teorías que se vienen abajo justo en el momento en que comprendemos que las cosas no eran como pensábamos. De esta manía elucubradora se burló Alain (1868-1951), el filósofo francés, al escribir así en uno de sus Propos sur le bonheur: «Cuando un bebé llora sin consuelo, la nodriza suele hacer las más ingeniosas suposiciones respecto a este joven carácter y a lo que le gusta o le disgusta; invocando incluso a la herencia, ya reconoce al padre en el hijo. Estos ensayos de psicología se prolongan hasta el momento en que la nodriza descubre el alfiler, causa efectiva y real del llanto».
¡Ah, era eso! ¡Había un alfiler entre los pañales! Y pensar que la nodriza ya empezaba a sospechar ciertas cosas…
El hombre, según se ha dicho aquí y allá, es un filósofo que se ignora a sí mismo. Yo de esto nada sé. Lo que sí sé, en cambio, es que muchas veces, en lugar de buscar el alfiler, se pone a concebir graves y hondas teorías cuyo fundamento, para decirlo ya, es más que dudoso.
Una vez se quejaba conmigo un dentista diciéndome:
-¿Por qué la gente ya casi no me busca para arreglarse los dientes? Las nuevas generaciones son muy descuidadas. ¡En qué tiempos tan tristes nos han tocado vivir!, etcétera.
Pero no; por lo menos aquí no se trataba de los tiempos: era que este dentista tenía fama de trabajar sin anestesia –para ahorrarse un dinerito-, y la verdad es que sus pacientes lo que menos querían en su consultorio era ponerse a practicar el estoicismo.
El 4 de julio de 1765, Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799) estaba quitadísimo de la pena leyendo un libro al pie de una ventana cuando de pronto… Pero dejemos que sea él mismo quien nos cuente lo que le pasó aquella vez: «Leía, cuando, de pronto, la mano que sostenía el libro se movió imperceptiblemente y esto hizo que recibiera menos luz. Entonces pensé que una nube espesa debía estar pasando de frente al sol y todo me pareció más oscuro, por más que no había perdido nada de luz». Y concluye el pensador alemán: «Con frecuencia sacamos nuestras conclusiones de esta forma: buscamos en la lejanía causas que muchas veces están junto a nosotros». «¡Oh! –hubiese exclamado otro que no fuera él-. El cielo se está nublando. Acaso llueva toda la tarde. ¡Y maldita la gana que tengo de que llueva esta tarde!». Pero no, el cielo no se nublaba: era el ángulo de su cabeza lo que había variado, produciendo en la página del libro una sombra que en el cielo no existía.
Yo me entretenía recordando estas palabras mientras aquella señora se quejaba de mi amigo. ¿Y por qué había que ir tan lejos -¡nada menos que hasta los traumas infantiles!- para buscar las causas de su amargura, puesto que éstas estaban casi al alcance de la mano? ¡Era el ambiente en el que se movía el que lo sacaba de sus casillas y lo ponía de mal humor! De modo que, una vez aireado ese ambiente, ¡adiós traumas infantiles!
Además, convendría no olvidar la lección que las semillas nos imparten todos los días. ¿Qué lección? Ésta: que no es posible crecer y desarrollarse en cualquier terreno. Una semilla de arroz, por ejemplo, jamás crecerá en el desierto, ni una semilla de mostaza en el frío de la tundra. Cada semilla, para crecer, necesita estar, por decirlo así, en su ambiente.
«Hay que florecer donde Dios nos ha plantado», dice una frase que aceptamos sólo por el hecho de que Dios es un buen sembrador que no se equivoca nunca, aunque por lo demás bien podría ser cursi y hasta falsa. ¡Un grano de trigo, por más que quiera hacerlo, jamás dará nada de sí si es sembrada en los hielos polares!
Y bien, tal es lo que había sucedido con mi amigo: que sencillamente no estaba en su elemento. ¿Y cómo, entonces, iba a crecer y a desarrollarse? «La impaciencia de un hombre –vuelve a decir Alain- tiene a veces por causa el haber estado mucho tiempo de pie; en vez de razonar contra su mal humor, ofrecedle un asiento… No, no digáis nunca que los hombres son malos; no digáis jamás que tienen tal carácter. Buscad el alfiler».
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