julio 21, 2025

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#4 Tiempos

El “Chat Attack y María Luisa Albores” | Apuntes de Jorge Saldaña

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Apuntes

Amigos del “yo no olvido el año viejo” e hijos de “mi viejo caballo de palo”, se acabó el recalentado. Que conste que no es por trasnochado, pero en la práctica es hoy miércoles 5 de enero el día que palpable, real y crudo, arranca en la arena política y social el año para los potosinos.

Este 2022 abre a batir de tambores: esto es guerra y no hablo siquiera de la que apenas deja ver sus armas elevando los contagios vertiginosamente y que ha alertado a los sistemas de salud del gobierno del estado.

Estoy hablando de una guerra en la que se enfrentan dos fuerzas, una aparentemente imparable y otra, aparentemente inamovible (No hay universo donde existan ambas, por eso la acotación de “aparentes”).

Los llamados por las trompetas al combate son ni más ni menos que el poder federal, (léase el presidente, la 4T, AMLO) que se presentan a batalla en contra de las sólidas fuerzas de los poderes fácticos incrustados como roca volcánica del Mesozoico de los grandes capitales en San Luis Potosí. El botín es añejo, pero día con día más valioso: Nada más 111 mil hectáreas de la Sierra de San Miguelito.

María Luisa Albores González es la general que ha enviado el comandante en jefe, Andrés Manuel, para librar esta batalla. En el otro bando figura al frente con espada en alto y caballo blanco, Carlos López Medina, que representa a casi un centenar de “capitanes del capital”. Los primeros quieren Área Natural Protegida, todo o nada. Los segundos quieren convertir en oro 2 mil hectáreas y están dispuestos a lo que sea por ese cofre. Esto es el “Chat Attack”

Apenas el 13 de diciembre pasado, redes sociales, activistas, ambientalistas y voceros celebraban por todo lo alto la declaración completa de la Sierra protegida. El triunfo embriagó a los defensores de las causas: “la cuatro te” había cumplido, el “La sierra no se toca” se hizo realidad, “la Sierra no se vende, se cuida y se protege”, había triunfado sobre el mal…

Espero no ser yo quien rompa esa breve pompa de alivio y aliento, pero es mi deber informar que duró más el gozo de la protección serrana, que una olla de ponche caliente en una vecindad populosa.

El último día del año se tomó el acuerdo y fue publicado en estrados el lunes 3 de enero:

El núcleo agrario denominado Comunidad de San Juan de Guadalupe y Anexos, Tierra Blanca y San Miguelito y anexos promovió, a través del presidente de comisariado y autoridades comunales, un amparo que echa por tierra la declaratoria federal.

Así es, Culto Público. Dos juristas por separado me lo han confirmado y aunque hay lugar a la interpretación, lo que es un hecho es que los dueños de la Sierra, los poco más de 300 comuneros, los herederos de un terreno donde cabría la mitad de otra ciudad, que ha sido de ellos y sus familias prácticamente desde la Independencia, han dicho NO a la declaratoria de la misma como Área Natural Protegida.

No tengo, por supuesto, el testimonio de los más de 300, pero sus autoridades, sus representantes, y en un cálculo mesurado más del 80 por ciento de ellos, están a favor del proyecto inmobiliario y a que el cofre de las 2 mil y pico de hectáreas sean convertidas en oro a favor del bando de los “Capitanes del Capital”.

No hay duda, y si gusta usted comprobarlo es fácil buscar el expediente 1364/2021-VIII del juzgado cuarto de distrito.

Son los dueños de la tierra social y no los voceros o activistas los que buscan detener la declaratoria de ANP en la Sierra de San Miguelito.

La razón es mundana y simple, se llama: dinero.

El bando de los del capital, los que se lanzan en el “Chat Attack” han puesto sobre la mesa más de 80 millones de pesos, 22 de ellos ya en manos de comuneros y representantes de los mismos.

El bando del gobierno federal les da solo la satisfacción de defender su tierra y les ofrece un programa de siembra de piñón que le dará a cada comunero algo así como 3 mil pesos al año (Sí leyó bien, 3 mil pesos al año para cada comunero).

Hoy será un día vital para el desarrollo de la batalla. Queda claro que el gobierno federal está a favor de defender la Sierra, pero ¿no es también el mismo gobierno que vela por los intereses de los más pobres?

Legalmente, el amparo dicta que “se guarde el estado de las cosas”, es decir, antes de la declaratoria, por lo que la asamblea puede decir “sí” al negocio del centenar de corsarios inmobiliarios y decidir si sembrar piñones o recibir algo así como 60 mil pesos mensuales durante los próximos 20 años, pero ¿urbanizar la Sierra es el futuro que deseamos todos los demás que ni dueños ni socios ni comuneros?

Entre la esgrima se encuentra la postura del Gobierno del Estado. ¿Jugará de lado de la gente? ¿De cuál gente? ¿De los dueños de la Sierra (los auténticos) aun cuando quieran asociarse al batallón inmobiliario? ¿Se jugará del lado del gobierno federal y la declaratoria? Digo, no parece ni tiempo ni circunstancia para que Ricardo Gallardo contradiga a AMLO, pero tampoco su gobierno puede permitir violar un amparo…

Las trompetas llaman a la batalla y los tambores se baten. Ambos bandos tienen caballería, infantería y ataque aéreo (mucho ataque aéreo).

Hoy una de la tarde la general Albores desde Palacio de Gobierno, se espera, dará a conocer la primer jugada de su estrategia y muchas preguntas deberán ser contestadas.

Buen acertijo para el gobernador Ricardo Gallardo que, hay que decir, venció en sus primeros 100 días de mandato todas y cada una de las apuestas que tenía en contra, y supo cumplir cada uno de sus compromisos. Al día 102, el que tiene enfrente es un reto político con repercusiones e impacto en muchos niveles, ya veremos su hilar fino.

Por el momento el que esto escribe se repliega (pero no atrinchera) para llevar a usted esta que, todo parece indicar, será una crónica de guerra.

Atentamente… hoy solo Jorge Saldaña.

BEMOLES

GRAN FONDO

De forma y fondo no es poca cosa que el ciclista Nairo Quintana eligiera a San Luis Potosí para llevar a cabo en octubre su evento “Gran Fondo”. Para los que no sabíamos, el colombiano es uno de los mejores del mundo, lleva en el pecho el triunfo de vueltas ciclistas de talla global y estuvo a poco de ser coronado en el Tour de Francia. El evento, prácticamente significa poner en los ojos del planeta a nuestra capital potosina y será algo nunca visto. Gracias al colombiano por elegirnos y a las buenas artes de la autoridad municipal por hacerlo posible. ¿Quién se anota como voluntario? #FondoEnSLP

ANUNCIO CLASIFICADO

En breve circularán físicamente, en tinta y papel, misivas con información clasificada. Una alternativa única y de alivio que ofrecerá La Orquesta a la impersonal y efímera velocidad digital. Si usted es uno de los elegidos en recibirla, no la divulgue y mucho menos la comparta. Son las cartas de navegación que de a poco le serán reveladas. #CartasDeJorgeSaldaña

PREGUNTA

Cada vez circula con mayor velocidad una leyenda urbana en tierras potosinas. ¿Alguien ha escuchado sobre la “Mujer Tigre”? Es una historia descabellada que reúne peculiares y cuasi heroicos actos de una mujer de honor, valiente, ágil, osada, de mirada penetrante y alma devastada. Acecha a los traidores, a las y los infieles, dicen que toma venganza de las almas heridas o traicionadas… Investigaré cauteloso el caso y, de ser posible, por entregas le contaré de sus andanzas #LMT

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#4 Tiempos

El misterio de los libros | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS Minúsculas

Ciudad de México. Tres y media de la tarde. Salgo corriendo, empujado por los demás, de una estación del metro. Subo corriendo las escaleras, busco la luz, descubro la calle, me echo a andar por ella. De pronto, me detengo. Los libros siempre me detienen, y allí, en ese tenderete colocado en la salida de la estación, hay muchos, muchos libros. Unos están metidos en fundas de plástico, pero la mayoría no; otros ni siquiera conservan la cubierta original. Descubro al instante uno que me interesa: Piloto de guerra, de Antoine de Saint-Exúpery. Me digo a mí mismo que es una lástima, porque ya lo tengo. Sigo. Ahora toca el turno a los Papeles del oficio universitario, de Álvaro D’Ors. ¿Cuánto por éste?

El vendedor lo ve detenidamente, lo acaricia, dice que es un buen libro, que él pensaba leerlo en días pasados pero que de cualquier manera está dispuesto a vendérmelo. «Veinte pesos –dice por fin–. Pero si escoge tres puede llevárselos por cincuenta».

No discuto el precio. Tomo el libro. Y me llevo también el Piloto de guerra para regalarlo a algún amigo necesitado de buenas lecturas.

–Así son cuarenta pesos. Ande, tome usted el tercero para que sean cincuenta.

Vuelvo a planear sobre los libros y encuentro en un rincón del tenderete El rabino de Bacharach de Heinrich Heine. No sabía que hubiera una edición mexicana de esta obra, y el hallazgo, aunque no me hace precisamente feliz, me hace por lo menos sonreír.

Pago y me voy. Y esa misma noche, antes de irme a dormir, empiezo a leer los Papeles

de Álvaro D’Ors. En el frontispicio hay una firma, un nombre y una fecha. «Gastón Pardo P. Marzo de 1969. Guipúzcoa». Cierro el libro. Ya no quiero leer. ¿Quién fue Gastón Pardo P.? Y, sobre todo, ¿cómo hizo este ejemplar para llegar desde Guipúzcoa, en el País Vasco, hasta esta estación del metro, es decir, hasta mí?

Guipúzcoa. El nombre de esta ciudad me hace pensar en San Ignacio de Loyola. ¿Qué manos trajeron hasta acá este libro que hoy he comprado al precio de una cajetilla de cigarros de mediana calidad? Papeles del oficio universitario. No es que lo buscara, no, pero me salió al paso, y ahora está aquí, conmigo. De buscarlo, jamás lo habría encontrado; de buscarlo, acaso habría ido con el vendedor y le hubiera dicho: «Ando buscando los Papeles del oficio universitario de Álvaro D’Ors. ¿Lo tiene usted?». Y él se habría rascado la cabeza, fingiendo preocuparse por mi triste suerte:

–¡Uy, no! Esos libros son muy raros. A veces llegan, pero con frecuencia no. Hay libros que uno no verá nunca en su vida. Pero, ¿por qué no se da usted una vuelta el mes que entra? De cualquier manera, no se pierde nada…

Pienso bajo la luz de mi lámpara de noche que para encontrar un libro lo mejor es no desearlo, sino limitarse a dejar que llegue a nuestras manos cuando quiera, si es que llega alguna vez.

Así me sucedió en una ocasión con los Diarios de Ionesco. Sabía que la editorial Guadarrama de Madrid (hoy desaparecida como un barco en la noche) los había publicado en dos volúmenes, allá por la década de los años sesenta o setenta, con los títulos de Diario I y Diario II, pero me guardé mucho de buscarlos. «Son demasiado raros», me dije cuando los vi incluidos en el catálogo de dicha editorial: «por lo tanto, debes resignarte a no tenerlos». Me resigné todo lo que pude.

Pero un día, aquí mismo, en San Luis, debajo de una montaña de libros en una tienda de objetos usados, vi un tomito de lomo blanco en el que leí: Ionesco. Diario II. Lo tomé con calma, lo pagué y salí del establecimiento evitando dar saltos de alegría para no contrariar ni dar celos a la veleidosa Fortuna.

–Señora –dije a la dueña del establecimiento–, éste, como puede ver usted, es el segundo volumen de una obra que andaba yo buscando. ¿No le habrá llegado también el primero?

La señora movió negativamente la cabeza y me dijo que lo que yo veía era lo único que había llegado.

«Bien, Juan Jesús –me dije a mí mismo–. Ya tienes el tomo dos del diario de Ionesco. Confórmate, pues, con esta probadita que el cielo te ha ofrecido hoy».

Y varios meses después, en el mismo establecimiento, ¿qué cree usted? Que me encontré el dichoso tomo uno.

Se lo enseñé a la señora, y ella me explicó que lo que pasaba es que la persona que le había vendido el libro que yo le compré meses atrás apenas hasta ahora había regresado a venderle los demás que le quedaban en su casa. ¿Debo decir que sólo entonces permití a mi corazón brincar de alegría?

Pero continuemos con los Papeles de Álvaro D’Ors. ¿Quién los hizo cruzar el mar? ¿Era un exiliado español el que los trajo en su valija? ¿Y por qué de entre los muchos libros que pudo haberse traído cargó precisamente con éste?

¿O fue más bien un turista vasco que, trayéndolo consigo para leerlo en el avión, lo dejó en México para regresar a su tierra ligero de equipaje?

¡Ah, el misterio de los libros! Nunca sabremos por qué unos nos fueron ofrecidos por la vida y otros, en cambio, negados. Libros que ahora mismo se hallan recluidos a una cuadra de mi casa, jamás serán tocados por mí; en cambio, no me fue negado por la suerte uno que alguien compró en Guipúzcoa en 1969. ¿No es esto realmente misterioso?

Con los libros sucede lo mismo que con las personas: que, entre más se los busca, menos se los encuentra. Los libros, como las personas, sólo llegan a nosotros al precio de no buscarlos.

Me pregunto antes de apagar la luz: ¿Y con la felicidad no sucede lo mismo? Sí, sólo el que ha renunciado a ella la conocerá; sólo el que ha dejado de perseguirla la alcanzará.

Me quedo a oscuras. Y pienso en Dios, que nos da únicamente aquello a lo que ya hemos renunciado. Mi amado, mi querido, mi bendito Dios…

 

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#4 Tiempos

El pasado vestido de visitante | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Hay noches que no necesitan presentación, porque desde que amanece, el aire se siente distinto. Hoy es una de esas. San Luis juega en casa y enfrente no tiene a cualquiera: tiene al Monterrey, uno de los planteles más poderosos del país, pero sobre todo, tiene enfrente al pasado vestido de visitante. Domenec Torrent, aquel técnico que se fue dejando una sensación de proyecto inconcluso, regresa al Alfonso Lastras. Y no lo hace solo: lo acompaña Sergio Ramos, leyenda del fútbol mundial, que hoy pisa el mismo césped que tantas veces fue testigo del esfuerzo potosino. Es viernes, sí, pero de esos que huelen a domingo, a noche grande, a historia por escribirse.

El San Luis llega con cosas por ajustar, sí, pero también con certezas. La estructura que propuso Abascal en su debut tuvo orden, supo competir. La presión en bloque medio, la disciplina para cerrar líneas de pase y la paciencia para esperar el error del rival no son casualidades, son decisiones. San Luis sabe que no puede ganar desde la nómina, pero sí puede competir desde el plan. Y eso es algo que este equipo ha aprendido a hacer. Tiene jugadores con criterio, como Salles-Lamonge, que puede inventar algo cuando el partido parece trabado. Tiene futbolistas como Rodrigo Dourado, que saben cómo hacer que el rival se incomode, cómo romper el ritmo desde una barrida o una cobertura. Y tiene juventud con hambre, como Román Torres, que cada vez se siente más cómodo en este rol de vertical, rápido, incómodo.

Del otro lado está Monterrey, que viene golpeado por una derrota sorpresiva ante Pachuca, pero que no deja de ser uno de los equipos con más talento individual en toda la liga. Con nombres que pesan en cualquier cancha: Tecatito, Berterame, Jesús Gallardo, Maxi Meza, Alvarado… y ahora, el propio Ramos. Un central con décadas de experiencia al más alto nivel, un tipo que probablemente haya jugado partidos más difíciles en una semana que muchos de sus compañeros en un año. Su presencia no sólo impone desde lo físico; impone desde lo mental. Es un líder que ordena, que corrige, que exige. Hoy, esa jerarquía se pondrá a prueba en una cancha que, aunque pequeña en comparación con los grandes estadios europeos, sabe hacerse sentir.

Y ahí está el meollo del asunto. El partido no se va a jugar sólo en lo táctico. Se va a jugar también en las emociones. Torrent vuelve a la ciudad donde muchos lo consideraban el arquitecto de un equipo en crecimiento. Lo hará desde el banquillo contrario, pero con una libreta llena de apuntes sobre cómo se juega en esta cancha, sobre cómo respira la afición, sobre cómo reaccionan los jugadores locales en ciertas situaciones. Su regreso tiene algo de morbo y mucho de expectativa. ¿Qué tan bien conoce a su exequipo? ¿Podrá utilizar esa información para desnivelar? ¿O será la motivación del grupo potosino lo que incline la balanza?

El partido pinta para cerrarse rápido en la mitad del campo. San Luis no va a regalar espacios. Monterrey tampoco va a lanzarse como loco. La clave estará en quién tenga más paciencia. En quién logre imponer su ritmo. En quién sepa leer los momentos. Si los locales logran contener los primeros intentos rayados y mantener el cero, la confianza irá creciendo. Si Monterrey golpea temprano, entonces cambiará todo el escenario.

No hay partido fácil en esta liga. Pero hay partidos que se sienten diferentes. Y este lo es. Porque tiene historia reciente, porque tiene narrativa, porque tiene regreso y debut, porque tiene al Alfonso Lastras latiendo más fuerte. Y porque hoy, más que nunca, la gente de San Luis quiere creer que este equipo puede plantarse ante cualquiera. Que puede competir, que puede ganar. Que puede hacer historia, incluso si es apenas la jornada dos.

Esta noche el balón rodará con intensidad. Y con él, rodará también la memoria. Porque quizá con el tiempo, alguien recuerde que un viernes cualquiera de julio, en San Luis Potosí, se jugó un partido que no parecía importante… pero terminó siéndolo todo.

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#4 Tiempos

El experimento de Carrillo que abrió la puerta a un nuevo universo musical | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

El pasado 13 de julio se cumplieron ciento treinta años del trascendental experimento donde Julián Carrillo dividió el tono en dieciséis partes obteniendo lo que llamó el Sonido 13 que se agregaba a los doce sonidos conocidos hasta ese entonces, 1895 y al mismo tiempo expandía en noventa seis los sonidos en la octava musical. Carrillo abrió la puerta a un nuevo universo musical, y gracias a la genialidad de su autor logró convertirse en todo un sistema que a últimas fechas ha recobrado especial interés a nivel mundial.

A partir de ese experimento Carrillo desarrolló su teoría del Sonido 13 que revolucionaria el mundo de la música. Controvertidas teorías que causaron en el país, principalmente, a diferencia de otras partes del mundo, un rechazo a la figura y obra de Julián Carrillo que perdura de cierta manera a la fecha, desvirtuando la importancia de ese simple experimento que realizó con la ayuda del violín abocándose a dividir la cuarta cuerda del violín sucesivamente hasta los límites prácticos de ese proceso.

Uno de los puntos que suele criticársele a Julián Carrillo, es el del descubrimiento, por decirlo así, del microtonalismo, suele asegurarse que una gran cantidad de personajes trabajaban en ese aspecto y que habían logrado hacerlo, o bien que sistemas como el hindú y algunos otros tenían música microtonal. Por otro lado, suele cuestionarse también, que fuera justo el 13 de julio de 1895, sin que nadie lo viera y sin que en ese momento se registrara el acontecimiento, salvo, el dicho del propio Carrillo que menciona el descubrimiento y que recurre a uno de sus condiscípulos como testigo de dicho experimento.

Se tacha de chocante la crónica difundida por el propio Carrillo. Esta situación, suele desvirtuar el propio acontecimiento, pues el experimento como tal, fue más allá de su simple realización, abrió la posibilidad de la discusión teórica y experimental acerca del sistema musical en práctica; mientras otros personajes trataban de lograr los cuartos de tono, Carrillo logró los diesiceisavos de tono y desarrolló las respectivas teorías que le permitieron enriquecer, simplificar y purificar la música, construyó nuevos instrumentos únicos en el mundo, ideó un nuevo sistema de escritura musical, escribió música en sistema microtonal demostrando su posibilidad interpretativa y auditiva, e incorporó las importantes y poco estudiadas leyes de metamorfosis musical. Todo ello forma parte del llamado Sonido 13. Existen todas las evidencias contextuales para asegurar, no solo la posibilidad de realización de dicho experimento, sino, los factores necesarios para que una personalidad como la del entonces joven Carrillo, pudiera llegar a la conclusión de la división del tono en dieciséis partes iguales, dieciseisavos de tono.

En San Luis Potosí Carrillo fincaba esa inquietud con la acústica musical y preparaba el terreno para experimentar con el sonido y la dependencia de la frecuencia con sistema de ondas estacionarias como suceden al vibrar una cuerda cualquiera.

Un niño entusiasmado por la música, que comenzaba a manifestar un especial talento por la misma, en una clase donde de cierta forma se le permitía jugar con elementos a su alcance, soñando y desplegando su espíritu inquisidor, le abría la posibilidad de experimentar mediante el juego, moldeando su ingenio. De esta forma, al decir de su maestro de primeras letras Germán Faz en la Escuela número nueve de San Sebastián, Carrillo solía jugar con una de las cintas de su zapato, que entonces tenían un núcleo de resorte, haciéndola vibrar sosteniendo con la boca uno de sus extremos y con la mano el otro de ellos, produciendo sonidos que podía percibir, se moldeaba, como decíamos, el futuro investigador. Por cierto, su profesor comentaba muchos años después, ya cuando se propagaba intensamente las teorías del Sonido 13, que éste, de cierta forma, pudo haberse fraguado en esos regulares juegos con las cintas de su zapato que realizaba el niño Julián, mientras trascurrían las lecciones diarias de aritmética. En ese juego Carrillo podría observar que el sonido producido por la cuerda de su zapato dependía de la forma en que la tensionaba y de la longitud que controlaba con su mano, tal como lo haría con el violín, poco tiempo después, armando notas que deleitaban al oído.

El propio Julián Carrillo en sus escritos en el libro pláticas musicales que editó en 1923 en su volumen dos refiere detalles contextuales del experimento y el nombre del discípulo que ayudó en ese experimento:

“en el último lustro del siglo pasado y queriendo ver si era posible dividir el semitono, intenté con mi discípulo y amigo Eucario Rodríguez, de Guanajuato, un trabajo de experimentación y de una manera primitiva -supuesto que carecíamos de medios apropiados para ello- logramos, subdividiendo la cuerda de un violín con el filo de una navaja, oír entre las notas Sol y La de la cuarta cuerda dieciséis sonidos distintos perfectamente claros”.

El Sonido 13 es mas que este experimento, tiene una estructura compleja que Carrillo desarrollo y cuya epistemología se basa en tres axiomas derivados básicos que se centran en el compromiso o, los principios, de Simplificación, de Purificación y de Enriquecimiento, que Carrillo llamó postulados.

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