diciembre 19, 2025

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#4 Tiempos

47 años | Columna de Víctor Meade C.

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SIGAMOS DERECHO.

 

Rosendo Radilla Pacheco nació en 1914 en Las Clavellinas, localidad ubicada al oriente del municipio de Atoyac, en Guerrero. Durante su vida, el señor Radilla se dedicó a la ganadería y al cultivo del café. Además, impulsó y gestionó la construcción de varias escuelas en la sierra de Guerrero, promovió la construcción del Hospital Regional de Atoyac y luchó por distintas causas campesinas. Su popularidad y cercanía con su comunidad lo llevaron a ser presidente municipal en 1955. Durante la gestión del señor Radilla se construyeron los primeros puestos del mercado municipal, se adquirió el primer camión de limpieza y se gestionó la construcción de un cuartel militar en Atoyac.

Al término de su gestión como presidente municipal, el señor Radilla dedicó su tiempo a las luchas campesinas y a los movimientos que buscaban la restitución de la tierra, la regulación de los ejidos y la exigencia de servicios básicos. A su vez, Rosendo Radilla se caracterizó por componer corridos sobre la matanza del 67 en Atoyac, de los movimientos campesinos y de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas, líderes guerrilleros de la región. Sin embargo, el clima político se tornaba más y más adverso. Los gobiernos de Díaz Ordaz y Echeverría, haciendo uso de las fuerzas armadas y demás instituciones del estado mexicano, emprendieron una serie de medidas represivas orientadas a la inhibición de los grupos opositores y movimientos sociales del país. A este periodo se le conoce comúnmente como la Guerra sucia.

El 25 de agosto de 1974, el señor Rosendo Radilla y su hijo de once años, Rosendo Radilla Martínez, viajaban en autobús desde Atoyac hacia Chilpancingo. A pocos kilómetros de haber iniciado el trayecto, un retén militar bajó a todos los pasajeros del autobús, revisaron las maletas y posteriormente les permitieron continuar con el viaje. Más adelante, en un segundo retén, Rosendo Radilla fue detenido ‘por componer corridos’ y, paradójicamente, fue llevado al cuartel militar de Atoyac. Desde entonces, el paradero del señor Radilla es desconocido. Sumados a este caso existen registros de al menos otras 600 personas desaparecidas en Guerrero en la década de los setenta, 400 de ellas en Atoyac.

A raíz de la desaparición del señor Rosendo, la familia Radilla Martínez se movilizó para buscarlo con todos los medios y recursos disponibles; en ese contexto, interponer una denuncia ante las autoridades solo hubiese logrado poner en mayor riesgo la integridad de la familia. Fue hasta 1992 —después de la creación de la CNDH en 1990— que la familia logró denunciar la desaparición forzada del señor Radilla. Después de una serie de infructuosas denuncias penales interpuestas ante distintas autoridades, la familia Radilla Martínez acudió en 2001 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El caso fue admitido en 2005 y enviado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que finalmente resolvió en noviembre de 2009 que el Estado mexicano es responsable de su desaparición, así como de los daños causados a la familia Radilla Martínez.

La Corte Interamericana condenó al estado mexicano a conducir eficazmente la investigación penal en contra de los responsables de la desaparición; a continuar con la búsqueda efectiva y localización inmediata de Rosendo Radilla; a realizar distintas reformas al Código de Justicia Militar y al Código Penal Federal; a realizar un acto de reconocimiento de responsabilidad, entre otras cosas. Así, esta fue la primera sentencia en condenar al Estado mexicano por violaciones graves a derechos humanos, lo cual impulsó una serie de discusiones muy pertinentes tanto en el ámbito legislativo como en el judicial.

Para la primera mitad de 2011, el Congreso de la Unión aprobó una serie de reformas constitucionales a varios artículos, de los cuales, sin duda, la más trascendente es la reforma al artículo 1. Dicha reforma consistió en añadir el reconocimiento de los derechos humanos contenidos en tratados internacionales. Es decir, ahora la Constitución reconoce los derechos contenidos en ella y todos los demás contenidos en tratados suscritos por México, lo cual amplía de manera considerable el catálogo de derechos que se deben proteger y, en consecuencia, que se pueden exigir o hacer valer ante las autoridades. Además, el artículo 1 precisó que, cuando una autoridad del Estado mexicano debe aplicar normas de derechos humanos, debe aplicar aquella que sea más favorable a la persona.

Posteriormente, la Suprema Corte de Justicia se vio orillada a discutir cómo debía de ser la nueva configuración del Poder Judicial, a la luz de la sentencia del caso Radilla y de la reforma al artículo 1. Después de largos y complejos debates, la Suprema Corte determinó que todos los jueces y juezas del país deben de aplicar un control de convencionalidad de oficio. Es decir, los jueces y juezas, sean de la instancia que sea, deben verificar que el derecho aplicable al caso que están resolviendo vaya de acuerdo con los derechos reconocidos en la Constitución mexicana y en las convenciones y tratados internacionales firmados por el país. En discusiones siguientes, la Suprema Corte incluso concluyó que las normas de derechos humanos contenidas en los tratados internacionales tienen el mismo rango jerárquico que aquellos contenidos en la Constitución mexicana, norma suprema de nuestro ordenamiento.

La relevancia que tuvo el caso Radilla para la manera en que hoy entendemos la relación persona-Estado es indudable. Sin la resolución internacional de este caso, otra suerte correríamos los mexicanos y mexicanas al enfrentarnos a las autoridades. Sin embargo, lejos de esos reflectores y proyección nacional, la familia Radilla Martínez continúa combatiendo al Estado mexicano para que den cumplimiento íntegro a la sentencia, que, recordemos, fue emitida por la Corte Interamericana hace más de diez años.

Si bien es cierto que el Estado mexicano ya cumplió con la reparación económica a la familia, ya dio publicidad a la sentencia y a la semblanza del señor Rosendo Radilla, aún no hay ni una sola persona sancionada por los hechos relacionados a su desaparición forzada. Las reformas al Código de Justicia Militar y al Código Penal Federal ya fueron realizadas, pero de manera escueta e insuficiente. Respecto de la búsqueda de Rosendo Radilla, se han realizado seis excavaciones únicamente en los terrenos del entonces Cuartel Militar de Atoyac; sin embargo, dada la poca voluntad y torpeza de la Fiscalía, así como los recursos limitados recursos que se destinan a estas diligencias, las acciones de búsqueda son cada vez más complicadas.

El tiempo corre sin detenerse y la deuda histórica del Estado mexicano se acrecenta. Las víctimas no solo tienen ese carácter por los hechos que les victimizaron en un primer momento, sino que el Estado mexicano les obliga a permanecer en esa calidad durante el transcurso de los años con sus olvido y negación. Este miércoles se cumplirán 47 años de que agentes del Estado mexicano desaparecieron a Rosendo Radilla, pero, día con día, miles de mexicanos y mexicanas se suman a la frialdad de estas cifras. Tan solo de 2006 a 2021, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas reportó  más de 85 mil víctimas. De la misma manera, la fabricación de culpables y los actos de tortura continúan siendo la regla en el actuar de las autoridades mexicanas.

El Estado mexicano debe asumir su responsabilidad y, particularmente esta administración, responder a los compromisos que asumió y plasmó en su Plan Nacional de Desarrollo. Los mecanismos de reparación extraordinaria para las víctimas deben ser activados, y las comisiones de la verdad necesitan ser instauradas lo antes posible. Con consulta o sin consulta; sin simulación.  

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#4 Tiempos

Una vida dedicada a la ciencia, Candelario Pérez Rosales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Hoy, 16 de diciembre, el peotillense Candelario Pérez Rosales, baluarte de la ciencia e ingeniería mexicana y consolidador de la física profesional en San Luis Potosí, estaría cumpliendo noventa y cinco años de edad.

Candelario Pérez Rosales nació el 16 de diciembre de 1930 en Peotillos, comunidad del municipio de Villa de Hidalgo, San Luis Potosí, donde estudió los primeros años de primaria, para luego venir a San Luis Potosí a terminarlos y continuar los estudios de secundaria y preparatoria, ambos en el turno nocturno, donde compartía las horas de estudio con las horas de trabajo. Estudiaría Física en la Universidad de Purdue y vendría a San Luis Potosí a colaborar con la fundación de la Escuela de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, hoy Facultad de Ciencias y del Instituto de Física de la propia Universidad Autónoma de San Luis Potosí, instituciones que están cumpliendo setenta años.

Como parte de los trabajos de difusión y divulgación sobre personajes de la ciencia potosina que llevo a cabo publiqué en el 2012 un libro intitulado Una Vida Dedicada a la Ciencia, el papel de Candelario Pérez Rosales, que recoge la trayectoria de Candelario Pérez Rosales, cuyo papel para el establecimiento, desarrollo y consolidación de la física en San Luis fue determinante; de esta forma el desarrollo de la ciencia potosina en la segunda parte del siglo XX, en el seno de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, fue posible con la participación de varios personajes, entre los que se encuentra indiscutiblemente Candelario Pérez Rosales. Su papel fue determinante para que la física potosina y en general la ciencia potosina sea lo que es hoy, ese importante polo de desarrollo que tiene un reconocimiento a nivel mundial. Sin su participación, entusiasmo, compromiso y cierto apostolado, la física en San Luis, y la propia universidad potosina, no serían lo que son hoy.

En este sentido la Universidad Autónoma de San Luis Potosí se encuentra en deuda con Candelario Pérez Rosales.

Su aportación a la ciencia e ingeniería mexicana va más allá de su labor en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Continuó siendo pionero en otras aventuras académicas, contribuyendo notablemente al desarrollo de la ciencia mexicana. En particular ingresó como investigador fundador al Instituto Mexicano del Petróleo.

Como investigador del Instituto Mexicano del Petróleo desarrollo una gran cantidad de proyectos que colocaron al país como un innovador en procesos de extracción de petróleo. Larga sería la lista de ellos, mismos que recogen en las páginas del libro que le dedicamos a este importante científico potosino.

Esta larga lista de proyectos que dirigió Candelario Pérez, desarrollados bajo el demandante factor de tiempo, da muestra de la importancia de su contribución al desarrollo de la industria petrolera al enfrascarse en proyectos dirigidos a resolver los diversos problemas técnicos y científicos asociados a la industria petrolera.

Estas tres facetas de Candelario Pérez que se presentan en el libro, constructor de instituciones y formador de recursos humanos, científico orientado a problemas de aplicación en la industria petrolera y escritor científico, lo colocan como uno de los baluartes nacionales en el desarrollo de la ciencia e ingeniería en nuestro país, y muy enfáticamente al desarrollo de la física mexicana.

Candelario Pérez ingresa como investigador fundador del Instituto Mexicano del Petróleo en 1966, como ya hemos mencionado, después de haber sentado las bases y asegurado el desarrollo de la Escuela e Instituto de Física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

En este libro se recoge su labor como escritor científico, profesor e investigador, tareas que suelen ser consideradas como labores fundamentales de las universidades mexicanas. En todas ellas tuvo, y sigue teniendo a pesar de estar retirado, una contribución importante y valiosa, además de sobresaliente.

Sea esta obra un homenaje a uno de los fundadores de la Escuela de Física de la UASLP, ahora Facultad de Ciencias, y del Instituto de Física de la UASLP, que estaban englobados en el Departamento de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, cuya creación se diera el 1 de diciembre de 1955, mediante la aprobación del Consejo Directivo Universitario a un recurso sometido por el Dr. Gustavo del Castillo y Gama.

A los interesados, el libro pueden comprarlo bajo pedido en el correo electrónico de un servidor.

Candelario Pérez murió en San Luis Potosí, el 1 de mayo de 2016. El homenaje que le tributamos, se recogen en una serie de videos que pueden consultarse en youtube en el canal de José Refugio Martínez Mendoza. Para una muestra compartimos el siguiente:

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#4 Tiempos

La evolución creadora | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS minúsculas

 

He aquí lo que escribió hace poco el filósofo alemán Ulrich Hommes: «El crecimiento del miedo en nuestro tiempo es debido a que los hombres de hoy padecen una singular falta de relaciones. Es evidente que la falta de relaciones tiene como consecuencia el miedo, y que el miedo genera una mayor agresividad».

¿Qué quiso decir el filósofo con estas palabras? En realidad es muy simple; quiso decir, sencillamente, que si hoy cunde en nuestras sociedades una especie de pánico generalizado, es porque los hombres estamos más solos que nunca. Como no tenemos amigos (digámoslo aún mejor: como no tenemos relaciones significativas), todo nos aterroriza, pues sentimos que en tales condiciones no seremos capaces de hacer frente a los problemas de la vida.

El viejecito aquel que no tiene ya a nadie porque ha visto morir a todos sus camaradas y partir a tierras lejanas a todos sus hijos, ¿cómo no va a tener miedo de quedarse muerto en la noche mientras duerme? ¿Qué va a ser de él? ¡Ah, con una persona cercana, con una sola con tal de que lo quiera, cómo le sería fácil vivir! Pero no, no tiene a nadie: está solo y por eso se despierta en la madrugada sudando de miedo.

Y aquella mujer joven, ¿no tiene miedo también? Cuando piensa en el futuro, siente que la cabeza le estalla. ¿Y si su marido la abandona para irse con otra mujer más de su gusto? ¡Después de todo, es probable que lo haga! Pues, ¿no se oye por doquier, pero sobre todo en la radio y en la televisión, que cuando un lazo nos aprieta demasiado hay que tener la osadía de desatarlo? ¿No se dice continuamente aquí y allá que el matrimonio es una prisión y que cada cual puede y debe buscar otras alternativas cuando los antiguos compromisos no sean ya viables, deseables ni rentables? Y siendo éste el pensamiento que todos repiten alegremente; ¿cómo no va a tener miedo la pobre de que la dejen un día u otro? ¡Separarse es tan sencillo! Por su parte, el marido también padece lo suyo. ¿Y si ya no satisface todas las expectativas de su esposa?, ¿y si ya no reúne todos los requisitos, como se dice? El normal caos del amor: así tituló Ulrich Beck, el famoso sociólogo alemán, un libro suyo que trata, precisamente, de estas angustias nada ficticias. Pero este caos, ¿es tan normal como parece? A juzgar por lo tiempos que corren, sí.

Mas no sólo el viejecito y los jóvenes esposos tienen miedo; también lo sienten los niños. Y si sus padres se separan, ¿qué será de ellos? Amigos casi no tienen, a excepción de aquellos con los que chatean por la tarde, a la hora de los deberes. Pero, ¿pueden estos desconocidos llamarse amigos? ¡Si son unos desconocidos: a lo mucho, sólo saben su nombre y las letras de las canciones que se intercambian en la red! Están solos.

Y el niño que aún no nace, ¿no tiene miedo él también? Gracias a la sensibilidad espantada de su madre, algo sabe ya de los terrores de este mundo. Ni siquiera le ha sido necesario nacer para darse cuenta de cómo están las cosas en este extraño planeta. Sí, tiene miedo, y él más que nadie. Primero porque está indefenso, y segundo porque nada sabe si su madre llegará a tragarse ese cuento que dice que los niños, mientras aún estén en el vientre, no son más que un montón de células desorganizadas o quizá meramente tumores que sería necesario extirpar cuando las cosas anden mal.

Miedo aquí y miedo allá. Miedo que, según Ulrich Hommes, no tarda mucho en convertirse en violencia. Violencia que genera más miedo y que no puede ser aplacada más que con amor: «Lo que sirve contra el miedo cuando nada más sirve es el amor. El amor que me brindan y el amor que yo mismo doy». 

Se realizó recientemente un experimento que dejó boquiabiertos a los que lo realizaron: «Cuando a unas cabras ubicadas cerca de su madre fueron sometidas a un cierto voltaje de corriente eléctrica, se mantuvieron en pie y pudieron soportarlo. Esta misma carga eléctrica les fue aplicada después, cuando estuvieron solas, y entonces ya no pudieron sostenerse, pues o se desvanecían o se volvían locas».

¡Significativo descubrimiento! Cuando las cabras estaban acompañadas, eran fuertes, y sólo caían cuando estaban aisladas y se sentían desamparadas.

«No es bueno que el hombre esté solo». Fue Dios mismo quien lo dijo, es decir, quien creó al ser humano y lo conoce de pe a pa. Ahora bien, si es Él el que lo dice, por algo será. Me discutía hace poco un amigo:

¡Sólo tú puedes tragarte esos relatos inocentes que cuenta la Biblia!

-¿Y por qué inocentes? –pregunté.

-Porque son ingenuos. Por lo menos todos sabemos hoy que el mundo no nació como dice el libro del Génesis.

-¿Y por qué no? –volví a preguntar-. Que Dios haya creado en seis días, ¿no habla, en cierto sentido, de evolución? Según este libro del que te burlas, las cosas y los seres no surgieron todos al mismo tiempo, sino que hubo una gradualidad –una evolución creadora, como la llamaría Bergson- que no es extraña a los modernos descubrimientos de la ciencia: primero fueron la tierra y el cielo, luego las plantas, más tarde los animales y, por último, el hombre…

-Sin embargo –replicó mi amigo-, el libro del Génesis habla de días.

-Días que no tienen por qué ser nuestros días de veinticuatro horas. Acuérdate del salmo que dice que, para Dios, mil años son como un día…

No sé si convencí a mi amigo; pero, además, tampoco me preocupaba convencerlo. Yo sólo quería decirle que no hay que desechar a la ligera esta advertencia divina: «No es bueno que el hombre esté solo». Y que me alegra saber que la ciencia, poco a poco, en la medida de sus fuerzas, va descubriendo esta verdad vieja como el hombre mismo.

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#4 Tiempos

Cinco finales, cinco retratos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

El fútbol mexicano vive instalado en un vaivén que mezcla memoria corta, intensidad desbordada y una elasticidad competitiva que rara vez se ve en otros torneos. Y no hay mejor espejo de esa naturaleza cambiante que las últimas cinco finales de la Liga MX. Cada una reveló una cara distinta del campeonato, a veces impredecible, a veces cuidadosamente edificado, pero siempre dispuesto a romper pronósticos.

La más reciente, la del Clausura 2025, entregó un desenlace que pocos anticipaban. Toluca superó a América y recuperó un lugar que parecía extraviado en la élite. Esa serie tuvo un aire de reivindicación para los escarlatas, que encontraron una mezcla perfecta entre orden, temple y puntería. América, por su parte, llegó con la etiqueta inevitable de favorito, pero terminó cediendo ante un rival que administró mejor la presión. En ese desenlace se confirmó que en México los ciclos pueden renacer más rápido de lo que tardan en extinguirse.

Un semestre antes, en el Apertura 2024, las Águilas habían impuesto su jerarquía ante Monterrey. Fue una final marcada por el contraste entre un equipo construido para dominar y otro diseñado para golpear en ráfagas. América resolvió porque entendió cuándo acelerar y cuándo enfriar; Rayados quedó atrapado en la tentación del vértigo y pagó caro su falta de pausa. La serie se volvió una lección de que, en liguillas, el músculo emocional pesa tanto como el táctico.

El Clausura 2024 repitió campeón, América doblegó a Cruz Azul en un duelo donde la narrativa histórica parecía empujar a los celestes, pero terminó imponiéndose la estructura más estable. No fue una final espectacular, pero sí una muestra de oficio. América manejó los tiempos como si los hubiera ensayado toda la vida y Cruz Azul, que había encontrado ritmo durante la fase final, se quedó sin margen en el momento en que la exigencia aumentó.

En el Apertura 2023, el mismo América se cruzó con Tigres en una final que resumió la última década del fútbol mexicano, dos potencias creando tensión desde su experiencia y su peso institucional. Fue una confrontación áspera, tensa, en la que el primer error podía decidirlo todo. América fue más certero y Tigres, pese a su capacidad para competir siempre, no encontró esa chispa que tantas veces lo salvó en finales previas.

Y antes de que América dominara este tramo de la historia reciente, el Clausura 2023 había dejado un capítulo distinto, Tigres había vencido a Guadalajara en una final que mezcló dramatismo y resistencia.

Chivas llegó con un impulso sentimental fuerte, respaldado por un cierre de torneo que había reavivado ilusiones; Tigres, en cambio, se aferró a la experiencia y convirtió la serie en un duelo donde la paciencia terminó valiendo oro.

Cinco finales, cinco historias desiguales, pero todas con un hilo común, la liga mx vive entre la tradición y la renovación constante. América ha sido el protagonista dominante, sí, pero no en un territorio exclusivo; Toluca reapareció con fuerza, Tigres mantiene su lugar entre los gigantes modernos y Cruz Azul y Monterrey continúan orbitando entre la aspiración y la frustración.

Lo fascinante es que cada una de estas series dibuja una tendencia distinta. A veces gana el que mejor juega; otras, el que comete menos errores; y en más de una ocasión, el que simplemente logra sobrevivir a su propio caos. La Liga MX no premia únicamente la excelencia: premia la capacidad de adaptarse a un torneo donde cada semestre puede contar una historia completamente diferente.

Eso explica por qué sus finales, aunque repetidas entre ciertos protagonistas, nunca se sienten iguales. Cada una deja marcas nuevas, dudas nuevas y certezas que duran apenas unos meses. Y quizá ahí radica la esencia de este futbol, un territorio donde la estabilidad es un lujo, el dramatismo una obligación y el título, el botín que confirma que, al menos por un instante, todo salió bien en medio de un ecosistema que siempre está cambiando. Hoy Toluca puede volver a levantar el título o Tigres recuperar lo perdido hace unos torneos, pero sea cual sea el resultado, no queda duda que esta liga es un reflejo de lo extraño y competido que resulta nuestro casero futbol nacional.

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