mayo 27, 2025

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#4 Tiempos

El Trasplante México, producto de la medicina potosina | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

Guillermo Ruiz Argüelles es un importante médico mexicano egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí donde se recibiera en 1976 con la especialidad en hematología. A lo largo de su vida profesional ha recibido importantes reconocimientos entre ellos los otorgados por el American College of Physicians y la Clínica Mayo. El American College of Physicians es la mayor organización en medicina interna y el segundo mayor grupo médico en los Estados Unidos. La distinción, reconoce a los médicos que tienen una trayectoria destacada en labores de asistencia, enseñanza e investigación.

En 2017 fue envestido por su Alma Mater, la UASLP, con el Doctorado Honoris Causa la que se une a la serie de reconocimientos internacionales que ha obtenido en su carrera médica. El Dr. Ruiz Argüelles es uno de los médicos más reconocidos a nivel internacional, gracias a sus trabajos de hematología y a sus desarrollos para el tratamiento de la esclerosis múltiple. Ese mismo año fue reconocido en Estados Unidos por el Centro Internacional de Investigación en Sangre y Trasplante de Médula (CIBMTR) con el Distinguished Service Award, en particular por sus resultados en el desarrollo del HSCT (Hematopoietic Stem Cell Transplantion), como se conoce al trasplante de células madre para el tratamiento, entre otras enfermedades, de la leucemia y la esclerosis múltiple (EM), método alternativo al uso de fármacos, muy costosos y generalmente inútiles en los grados avanzados del padecimiento.

El pasado 29 de abril fue reconocido con la admisión a la Royal College of Physicians of London, sumándose a la larga lista de reconocimientos.

El Dr. Ruiz Argüelles desarrolló el método para trasplantes de médula ósea para enfermos con esclerosis múltiple por lo que fue premiado en Estados Unidos. A su método lo llamó trasplante México o método mexicano para trasplantar la médula ósea.

El método comenzó a ser desarrollado después de su formación en San Luis y durante su estancia en la UNAM en el Hospital de Nutrición en México, y posteriormente en la Clínica Mayo. Al volver de Estados Unidos e instalarse en Puebla en 1993, donde naciera en 1951, empezó a realizar los trasplantes de acuerdo con la realidad mexicana de manera muy diferente a cómo se realizaban en los países desarrollados que hacían imposibles poderlos desarrollar en países como México.

El método mexicano del Dr. Ruiz Argüelles se enfrentó durante veinte años a descalificaciones de los propios médicos mexicanos y algunos críticos en foros extranjeros.

Tuvieron que pasar veinte años hasta que se dieron cuenta de que lo que empezaron a decir Guillermo Ruiz y sus colaboradores en 1993 era cierto y además muy visionario, hoy en día muchos métodos para trasplantar la médula ósea se apoyan en los métodos que desarrollaron estos médicos mexicanos en esos años.

El trasplante de médula ósea es un procedimiento que consiste en cambiarle la médula ósea a una persona por otra nueva. Técnicamente es muy sencillo, porque se saca de la sangre del donador y se le pone al receptor en las venas y solita va y se mete a donde debe de estar en el interior de los huesos. Así que realmente es una mera trasfusión. La clave ahí está en cómo hacer para que el receptor no rechace la médula trasplantada, y en cómo el donador no lastime al receptor con las células que se le trasplantan.

El Dr. Guillermo Ruiz Argüelles participa como académico en universidades poblanas y fundó la clínica privada Clínica Ruiz, que prosigue la tradición de los Laboratorios Ruiz que desde la década de los veinte ha tenido presencia en Puebla y que fuera formada por su padre Raymundo Ruiz Rosete, quien en cierto momento fue alcalde la ciudad de Puebla y rector de la Universidad Autónoma de Puebla. La clínica Ruiz es el centro de investigación científica de la iniciativa privada más importante de México. La Clínica Ruiz ha realizado en los últimos años más de mil trasplantes de médula ósea y es, con los 305 trasplantes en pacientes con esclerosis múltiple, la punta de lanza en el desarrollo del método alternativo a los fármacos para el tratamiento de esta devastadora enfermedad.

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#4 Tiempos

Micrometría y la paz del espíritu en la Ciencia en el Bar | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

Braulio Gutiérrez Medina es un investigador del Instituto Potosino de Ciencia y Tecnología, IPICyT, que realiza trabajo de investigación en biofísica, biomateriales bionanotecnología, siendo especialista en técnicas de Microscopia óptica, que incluyen herramientas de pinzas ópticas y fluorescencia.

Sobre estos temas estará participando con una plática en La Ciencia en el Bar que ha titulado, La Micrometría y la Paz del Espíritu; sugerente título que nos remite a asuntos de medición en sistemas biológicos los cuales tienen tamaños micrométricos y nanométricos y en los que se requiere para su estudio de mediciones de microscopía con luz para muy pequeños tamaños.

La charla se llevará a cabo el jueves 29 de mayo a las ocho de la tarde noche en La Cervecería San Luis, ubicada en la Calzada de Guadalupe número 326, con entrada libre. La charla forma parte del ciclo treinta y nueve de esta serie que corresponde a diecinueve años de actividades. La Ciencia en el Bar es un programa pionero en el país y ha sido replicado en varias partes del país, generando escenarios de interacción entre la comunidad científica nacional y el gran público.

Este jueves, es una buena oportunidad para escuchar al Dr. Braulio Gutiérrez y conocer parte de su trabajo de investigación que realiza en el IPICyT. El Dr. Braulio Gutiérrez es un físico egresado de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1997 y realizó sus estudios de doctorado en Física en la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos en 2004 y un Posdoctorado en Biofísica en la Universidad de Stanford en 2009. Ha recibido los premios Jorge Lomnitz Adler 2018 del Instituto de Física-UNAM y Academia Mexicana de Ciencias en el 2018, y el premio George E. Brown, Jr. UC MEXUS en 2010. Cuenta con un par de patentes, entre ellas método para obtener imágenes tridimensionales usando un microscopio de campo brillante otorgado en 2021.

Con la técnica de pinzas ópticas que ha desarrollado el Dr. Braulio Gutiérrez, ha logrado entender un poco más el funcionamiento de pequeñas proteínas de las células, llamadas motores moleculares, que funcionan como mensajeros al interior de la célula.

En una entrevista que concedió el Dr. Gutiérrez detalló el desarrollo de sus pinzas ópticas: “Construimos un instrumento de pinzas ópticas, que se basa en un microscopio óptico con el cual podemos observar muestras biológicas y micropartículas. Un microscopio óptico utiliza lentes para formar una imagen amplificada de la muestra de interés. La lente más importante del microscopio es el objetivo que se encuentra inmediato a la muestra. Al microscopio le acoplamos un haz láser que hacemos pasar a través del lente objetivo, con lo cual logramos tener el láser enfocado sobre la muestra. Este láser es el que captura y manipula nano-objetos como las proteínas llamadas cinesinas”.

Por lo regular las charlas de La Ciencia en el Bar se realizan en día miércoles, en esta ocasión se realizará el jueves que es día 29 de mayo. Los esperamos este jueves a las ocho de la noche en La Cervecería San Luis y disfrutar la charla del Dr. Braulio Gutiérrez sobre Micrometría y la Paz del Espíritu.

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#4 Tiempos

Buscad el alfiler | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS minúsculas

¡Qué hombre tan amargado! –exclamó una vez una dama de cierta edad señalando con el dedo, desde la distancia, a un compañero al que yo estimaba mucho-. ¿Qué traumas habrá sufrido en su infancia para haber perdido de tal manera el gusto por vivir?

¡Los traumas de la infancia! Sí, he oído hablar de ellos, pero no me convencen ni mucho ni poco. ¿Por qué debemos ir hasta la infancia de un hombre para explicarnos su mal humor de hoy? ¿Y si la infancia, por lo menos en el caso de este conocido mío, no tuviera nada que ver? ¡Ir tan lejos cuando la causa podría estar tan cerca!

Pero yo conocía la razón de ese permanente mal humor, de esa amargura: este amigo sufría a causa de su jefe, un déspota que trataba a sus subordinados como le daba la gana. ¡Ya sólo faltaba que les exigiera a todos bolearle los zapatos! Además, el ambiente de trabajo era, en aquella oficina, atroz y deprimente: allí todos envidiaban a todos y se ponían zancadillas los unos a los otros por el puro placer de ver cómo caían de la gracia de su superior, para observar cómo se despeñaban y se rompían la cabeza. Cada día de trabajo transcurría casi siempre entre gritos, susurros y rumores, y, por lo que he podido saber, nadie estaba seguro –ni lo está todavía hoy- de que mañana seguiría conservando el puesto que ocupaba apenas el mes pasado. Ahora bien, ¿quién no va a amargarse en un ambiente rancio como éste?

Yo conocía pormenorizadamente esta triste historia. Por eso me reí en silencio de las suposiciones de aquella señora que, por haber tomado un curso relámpago de psicología, ahora me hablaba de traumas infantiles y actos fallidos.

Sí, los humanos somos muy propensos a generalizar y elaborar hondas teorías que se vienen abajo justo en el momento en que comprendemos que las cosas no eran como pensábamos. De esta manía elucubradora se burló Alain (1868-1951), el filósofo francés, al escribir así en uno de sus Propos sur le bonheur: «Cuando un bebé llora sin consuelo, la nodriza suele hacer las más ingeniosas suposiciones respecto a este joven carácter y a lo que le gusta o le disgusta; invocando incluso a la herencia, ya reconoce al padre en el hijo. Estos ensayos de psicología se prolongan hasta el momento en que la nodriza descubre el alfiler, causa efectiva y real del llanto».

¡Ah, era eso! ¡Había un alfiler entre los pañales! Y pensar que la nodriza ya empezaba a sospechar ciertas cosas…

El hombre, según se ha dicho aquí y allá, es un filósofo que se ignora a sí mismo. Yo de esto nada sé. Lo que sí sé, en cambio, es que muchas veces, en lugar de buscar el alfiler, se pone a concebir graves y hondas teorías cuyo fundamento, para decirlo ya, es más que dudoso.

Una vez se quejaba conmigo un dentista diciéndome:
-¿Por qué la gente ya casi no me busca para arreglarse los dientes? Las nuevas generaciones son muy descuidadas. ¡En qué tiempos tan tristes nos han tocado vivir!, etcétera.

Pero no; por lo menos aquí no se trataba de los tiempos: era que este dentista tenía fama de trabajar sin anestesia –para ahorrarse un dinerito-, y la verdad es que sus pacientes lo que menos querían en su consultorio era ponerse a practicar el estoicismo.

El 4 de julio de 1765, Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799) estaba quitadísimo de la pena leyendo un libro al pie de una ventana cuando de pronto… Pero dejemos que sea él mismo quien nos cuente lo que le pasó aquella vez: «Leía, cuando, de pronto, la mano que sostenía el libro se movió imperceptiblemente y esto hizo que recibiera menos luz. Entonces pensé que una nube espesa debía estar pasando de frente al sol y todo me pareció más oscuro, por más que no había perdido nada de luz». Y concluye el pensador alemán: «Con frecuencia sacamos nuestras conclusiones de esta forma: buscamos en la lejanía causas que muchas veces están junto a nosotros». «¡Oh! –hubiese exclamado otro que no fuera él-. El cielo se está nublando. Acaso llueva toda la tarde. ¡Y maldita la gana que tengo de que llueva esta tarde!». Pero no, el cielo no se nublaba: era el ángulo de su cabeza lo que había variado, produciendo en la página del libro una sombra que en el cielo no existía.

Yo me entretenía recordando estas palabras mientras aquella señora se quejaba de mi amigo. ¿Y por qué había que ir tan lejos -¡nada menos que hasta los traumas infantiles!- para buscar las causas de su amargura, puesto que éstas estaban casi al alcance de la mano? ¡Era el ambiente en el que se movía el que lo sacaba de sus casillas y lo ponía de mal humor! De modo que, una vez aireado ese ambiente, ¡adiós traumas infantiles!

Además, convendría no olvidar la lección que las semillas nos imparten todos los días. ¿Qué lección? Ésta: que no es posible crecer y desarrollarse en cualquier terreno. Una semilla de arroz, por ejemplo, jamás crecerá en el desierto, ni una semilla de mostaza en el frío de la tundra. Cada semilla, para crecer, necesita estar, por decirlo así, en su ambiente.

«Hay que florecer donde Dios nos ha plantado», dice una frase que aceptamos sólo por el hecho de que Dios es un buen sembrador que no se equivoca nunca, aunque por lo demás bien podría ser cursi y hasta falsa. ¡Un grano de trigo, por más que quiera hacerlo, jamás dará nada de sí si es sembrada en los hielos polares!

Y bien, tal es lo que había sucedido con mi amigo: que sencillamente no estaba en su elemento. ¿Y cómo, entonces, iba a crecer y a desarrollarse? «La impaciencia de un hombre –vuelve a decir Alain- tiene a veces por causa el haber estado mucho tiempo de pie; en vez de razonar contra su mal humor, ofrecedle un asiento… No, no digáis nunca que los hombres son malos; no digáis jamás que tienen tal carácter. Buscad el alfiler».

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#4 Tiempos

Todo para la vuelta | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

La final del Torneo Clausura 2025 de la Liga MX entre América y Toluca se definirá en una serie muy pareja. Los dos mejores equipos del torneo se han colocado en la final con puntos clave importantes que seguramente marcarán diferencia:

Ambos equipos tienen bloques defensivos sólidos y juego por el centro. Los dos equipos prefieren defender en bloque bajo y atacar principalmente por el mediocampo, lo que anticipa un duelo de control y precisión en el medio sector.

El equipo de André Jardine destaca por limitar las oportunidades de alto valor del rival y alternar entre posesión prolongada y contragolpes letales, con Álvaro Fidalgo como eje creativo y generador. Toluca, por su parte, se apoya en transiciones rápidas y un ataque vertical centrado en Alexis Vega, su jugador más destacado, buscando aprovechar la velocidad para desequilibrar.

A balón parado, ambos equipos están entre los mejores (América con 9 tantos y Toluca con 7), por lo que estas jugadas serán armas tácticas importantes para romper el empate.

América tiene ligera ventaja en duelos defensivos (74% vs 71%) y aéreos (63% vs 57%), lo que puede ser clave para neutralizar las ofensivas rivales.
Toluca suele anotar primero con frecuencia, lo que indica que buscarán imponer ritmo desde el arranque de la vuelta para tomar ventaja psicológica.
El enfrentamiento entre Álvaro Fidalgo (América) y Alexis Vega (Toluca) será fundamental para el control del mediocampo y la generación de peligro.

Alexis Vega ha jugado 21 partidos en el torneo, siendo el máximo referente ofensivo con 12 goles y 10 asistencias, con una precisión de pase del 83% y un 69% en pases largos completados. Su regularidad y participación ofensiva lo hacen vital para Toluca.

Del lado de América, Álvaro Fidalgo destaca con un promedio de 90.2% de pases completos, siendo uno de los jugadores con más pases intentados (84.4 por partido) y progresivos (11.4 por partido), lo que refleja su rol como eje creativo y distribuidor del América. Su valoración promedio es muy alta (7.72).

Otros jugadores azulcrema que sobresalen son Henry Martín y Cristian Borja, figuras importantes en goles decisivos en la semifinal, han sido titulares constantes en el equipo. Del lado de Toluca, resaltar sin duda a Marcel Ruiz, Paulinho y Gallardo, por solo hacer mención de jugadores que resaltan en la alineación de Mohamed.

En la dirección técnica, ambos equipos tienen experiencia en finales, técnicos campeones los respaldan, ambos saben muy bien jugar con los tiempos, los cambios y las posibilidades cerradas para el de vuelta.

En fin, la final de vuelta será un choque táctico entre la experiencia y orden del América contra la intensidad y velocidad de Toluca, donde pequeños detalles en defensa, balón parado y transiciones rápidas definirán al campeón, nada está escrito y el domingo en la bombonera, veremos al campeón. Probablemente, el nuevo campeón.

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Opinión

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