diciembre 12, 2025

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2019 en SLP: 10 feminicidios y solo 2 detenidos

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En lo que va del año, en San Luis Potosí se han registrado 12 asesinatos de mujeres, de los cuales 10 han sido considerados como feminicidios

Por: El Saxofón

Entre enero y abril del presente año, en San Luis Potosí han sido asesinadas 12 mujeres, de las cuales, 10 han sido consideradas víctimas de feminicidio, mientras que los otros dos casos se investigan bajo la figura de homicidio doloso.

En contraste, en cuatro meses transcurridos de 2019 solo han sido detenidos dos presuntos feminicidas. Uno de ellos fue capturado apenas una semana después de haber cometido el crimen, gracias a que la hija de la víctima lo identificó plenamente; el otro, se trata de un sujeto que cometió el delito en octubre del 2018, y fue aprehendido apenas el pasado 18 de abril.

También han sido detenidos dos sujetos acusados de feminicidio en grado de tentativa, en uno de los casos, la víctima logró escapar y pedir auxilio; en el otro, un hijo de la víctima perdió la vida al defender a su madre.

Hasta marzo pasado, según las estadísticas oficiales habían sido cometidos ocho feminicidios, lo que colocaba a San Luis entre las diez entidades con las mayores tasas de asesinatos de mujeres por razones de género.

En primer lugar se ubica el estado de Sonora, con 1.29 delitos de feminicidio por cada 100 mil mujeres. Le sigue Veracruz, con una tasa de 1.08; en tercer lugar Tabasco, con 0.79; en cuarto lugar Morelos, con 0.77; en quinto lugar Coahuila, con 0.58; en sexto Chihuahua, con 0.56 y en séptimo San Luis Potosí, con una tasa de 0.55 feminicidios por cada 100 mil mujeres.

La entidad potosina está por encima de entidades como Nuevo León, con una tasa de 0.48; y Puebla y Sinaloa, ambas con tasas de 0.45. La tasa nacional es de 0.35 feminicidios por cada cien mil mujeres.

En abril, dos feminicidios

Aunque las cifras oficiales se darán a conocer hasta mayo próximo, gracias a los reportes de prensa se sabe que en el mes de abril se cometieron al menos dos feminicidios en territorio potosino, uno en el municipio huasteco de Ébano, y otro en Soledad de Graciano Sánchez.

El pasado 6 de abril, el cuerpo de una mujer en estado de descomposición fue encontrado en un sembradío de sorgo en el ejido Ampliación Velasco, del municipio de Ébano. Fue cerca de las 11 horas de ese sábado cuando se reportó que en el lugar indicado estaba el cuerpo sin vida de una mujer, la cual vestía un pantalón de mezclilla azul, una blusa de manga larga roja con blanco y botas industriales color café.

La mujer fue identificada por un familiar, tanto por la vestimenta como por un tatuaje que tenía en uno de los brazos.

Cinco días después, el jueves 11 de abril, en un predio de Fracción Rivera, en el municipio de Soledad fue hallado otro cadáver femenino. La víctima de unos 25 o 30 años de edad, fue encontrada entre unos matorrales y nopaleras muy cerca de la comunidad Palma de la Cruz; presentaba golpes y huellas de estrangulamiento.

El hallazgo del cuerpo se realizó de forma circunstancial cuando, al transitar por un camino de terracería, habitantes de esa zona distinguieron lo que parecía ser un cuerpo, semioculto entre las nopaleras; al confirmar que se trataba de un cuerpo humano dieron aviso a los cuerpos de emergencia a través del 911.

En este caso, las autoridades de la FGE llevaron a cabo las diligencias correspondientes. La mujer vestía pantalón de mezclilla azul, blusa negra y una chamarra de mezclilla azul marino, sin embargo, no fue identificada.

Aunque a simple vista presentaba algunos golpes y signos de probable estrangulamiento, se estableció que tras la necropsia de ley se determinaría la causa real del fallecimiento, aunque esta no se informó posteriormente.

Cuatro detenidos por violencia contra las mujeres

El 18 de abril la FGE, informó sobre la detención de un individuo acusado de privar de la vida a una mujer en octubre de 2018, en hechos ocurridos en la colonia Seminario La Misión, perteneciente a la ciudad de San Luis Potosí.

Los agentes de la Fiscalía General del Estado (FGESLP) lo ubicaron y le cumplimentaron una orden de aprehensión por los delitos de feminicidio y violación.

El imputado fue identificado como Julio César “N” de 37 años de edad y fue detenido por el 1er Grupo de Homicidios Olimpo de la PDI en la carretera 57, a inmediaciones de una gasolinera de la colonia Jardines del Sur.

Esta persona está presumiblemente relacionada en el fallecimiento de una mujer de 25 años, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en su recámara, debajo de la cama, con huellas de violencia. La causa de la muerte fue por asfixia, según reveló la necropsia de ley, el 30 de octubre del 2018.

Una vez asegurado, fue puesto a disposición de la autoridad judicial que lo requería, comenzando de esa forma su proceso legal, interno en el centro de reinserción social de La Pila en San Luis Potosí.

El 16 de abril se dio a conocer la detención del probable homicida de un joven, también acusado de feminicidio en grado de tentativa.

El día siete de abril del 2019, se recibió el reporte de una mujer lesionada y un joven sin vida en la comunidad de Rodrigo, perteneciente al municipio de Villa de Reyes

.

Los testigos de los hechos señalaron que la mujer lesionada y su hijo de 17 años de edad acudieron a un domicilio ubicado en dicha comunidad, donde se encontraba la ex pareja sentimental de la víctima, a quien le informaron que iban a vender esa casa y ya había una persona interesada en comprar el inmueble.

Esa noticia molestó mucho a Raúl “N” de 41 años de edad, quien sacó un machete y lesionó a la mujer en la espalda, pero el joven intervino cuando vio la agresión, siendo también atacado y lesionado en diferentes partes del cuerpo, perdiendo de manera inmediata la vida.

Mientras trasladaban a la mujer a recibir atención médica, el presunto responsable huyó con rumbo desconocido.
Tras la denuncia, y con las pruebas aportadas, un juez otorgó la orden de aprehensión por lo que los agentes de investigación comenzaron la búsqueda de Raúl “N”, quien fue capturado en la comunidad de la Noria de San José, perteneciente a la Delegación de la Pila, en la capital potosina.

Otro sujeto acusado de intento de feminicidio fue detenido el 23 de abril pasado. Este individuo estuvo a punto de privar de la vida a una mujer el 18 de julio de 2018, en una vivienda del Fraccionamiento Praderas del Río, en Ciudad Valles.

El imputado se encontraba afuera del domicilio de la víctima y al verla salir, la golpeó con los puños en el estómago, con lujo de violencia la metió al inmueble, donde la siguió golpeando en diversas partes del cuerpo; después la atacó con un cuchillo causándole dos heridas en ambos costados.

La arrastró hasta una recámara y continuó agrediéndola, intentando cortarle el cuello, pero la mujer logró empujarlo y pudo salir de la casa para solicitar auxilio. Providencialmente, un taxista detuvo su marcha y le brindó apoyo para trasladarla a recibir atención médica.

Una vez que se repuso de sus lesiones la víctima acudió a denunciar a su agresor a la Delegación Séptima de la Fiscalía, a quien identificó plenamente como Diego “N”, solicitando se procediera conforme a la ley.

En este caso también se aportaron las pruebas necesarias y el juez liberó la orden de aprehensión, por lo que policías investigadores lograron ubicar al acusado sobre el bulevar Lázaro Cárdenas, en el fraccionamiento Infonavit Uno, donde de inmediato se le hizo saber sobre su situación legal y se procedió a detenerlo, tras lo cual fue internado en el Centro Estatal de Reinserción Social, ubicado en Ciudad Valles.

***

Como se puede ver, en el primer cuatrimestre de 2019, se han cometido al menos 10 feminicidios, la cifra es idéntica a la registrada en el mismo periodo del 2018. Los victimarios en muchos casos son personas cercanas a las víctimas, y esta es precisamente una de las causales del delito de feminicidio, pues según el Código Penal, en su artículo 135, “Comete el delito de feminicidio, quien priva de la vida a una mujer por razones de género” y “Se considera que existen razones de género cuando ocurra cualquiera de las siguientes circunstancias:

“I. Exista, o haya existido una relación de parentesco; afecto; docente; o laboral, o cualquier otra que implique amistad, confianza, subordinación, o superioridad, entre la víctima y el agresor;

“IV. Existen antecedentes de violencia, sexual, física, psicológica, patrimonial, económica, o de cualquier indicio de amenaza, producidas en el ámbito, familiar; laboral; o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima.

V. Existan datos que establezcan que hubo amenazas, acoso o violencia sexual, relacionados con el hecho delictuoso, del sujeto activo en contra de la víctima;

Si no hay relación alguna entre la víctima y el victimario también se puede considerar feminicidio cuando:

II. Exista en la víctima signos de violencia sexual de cualquier tipo;

III. Se haya infligido a la víctima, lesiones, o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida; o actos de necrofilia; o que generen sufrimiento;

VI. La víctima haya sido incomunicada, o privada de su libertad, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida, y

VII. El cuerpo de la víctima sea expuesto de cualquier forma, depositado, o arrojado en un lugar público.

La ciudad de San Luis Potosí se mantiene en la lista de los cien municipios del país con problemas de feminicidio.

Detuvieron a sujeto que violó y embarazó a una joven en Tancanhuitz

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Una carta con crayolas para el alma | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

Hace poco menos de veinte años, cuando la vida todavía tenía forma de casa compartida y de futuro en plural, aprendí una de esas lecciones que no se anuncian, no se presumen y casi nunca se cuentan. Me la dejó quien fue mi compañera excepcional —la persona que me acompañaba en la vida— junto con una década de recuerdos, una despedida sin rencores y una enseñanza que hoy, por primera vez, me atrevo a escribir.

Nunca he hablado de esto. No por falsa modestia, sino por una creencia muy firme: ayudar en silencio es la única forma honesta de ayudar. No quiero que esto suene a presunción ni a chantaje emocional. Es una crónica pero también un cuento verdadero, una anécdota que se quedó años esperando turno y que hoy les comparto a Ustedes mi Culto Público.

En los primeros años de nuestro matrimonio, una Navidad, el DIF Estatal la llamó —o ella llamó, no lo recuerdo bien— para preguntarle si quería hacerse cargo de una “cartita navideña” de un niño o niña de alguno de los albergues de San Luis Potosí. Dijo que sí. Me involucró de inmediato. Yo también dije que sí (Así funcionan las cosas cuando uno comparte la vida con alguien que tiene brújula moral)

La dinámica era sencilla: los niños escriben su carta; tú compras los regalos; alguien más se encarga de entregarlos.

Durante años fuimos el Santa Claus de infancias invisibles. Nadie lo sabía, nadie lo contaba. Los regalos solicitados eran modestos: muñecas, colores, carritos, tenis, peluches. A veces —con otra letra, más adulta— aparecían tallas de ropa o números de calzado. Las maestras metían mano, porque los niños no piden sudaderas o zapatos… pero las necesitan.

Y entonces llegó esa carta: Una hoja doblada a la mitad con un dibujo torcido que pretendía ser un arbolito de Navidad, y una frase que aún hoy me hace un nudo en la garganta:

“Me llamo Ana (no es su nombre)… tengo cinco años y en esta navidad quiero una bolsa de papitas…para mí sola.”

(Lo juro: cada vez que lo escribo, algo se me rompe un poco por dentro).

Aquí no hay sorpresa solamente.Hay culpa.Hay coraje.Hay rabia contra todos pero sobre todo contra uno mismo.Hay tristeza. Hay un espejo que desnuda.

Porque ante una niña que no ha podido tener en toda su vida una bolsa de frituras para ella sola, cualquier cosa es despilfarro.

Pensar en cualquier cuenta de restaurante, todos los excesos a los que luego uno se da el gusto. cualquier viaje innecesario o cualquier fanfarronería, pensar en todo lo que se tiene y andar ocupado como si eso fuera símbolo de éxito, mientras hay alguien que deposita su esperanza navideña en algo tan sencillo…

Ninguno de esos años conocimos a los niños. La institución se encargaba de entregar los regalos. Nos explicaron por qué: evitar vínculos. Muchos de esos niños cargan una herida de abandono. (Creo que esa herida es el requisito número uno para estar en un albergue…) Por lo tanto, conocer a alguien externo, generoso, tierno, y luego volver a perderlo, puede ser delicado, es decir el que llega… también se va.

Han pasado los años.Los agostos después de los julios. Los diciembres antes de los eneros.

No tuve crisis de cuarentón sin hijos (guiño, guiño), pero sí una crisis conmigo mismo: preguntas, silencios largos, rompecabezas sin imagen en la tapa. Los caminos de aquella mujer excepcional y los míos se separaron sin estruendo, sin terceros, sin odio. Un adiós que luego trajo muchas bienvenidas, unas largas, otras no tanto.

Pero la tradición siguió. Estoy seguro de que también del otro lado.

Solo, entre comillas, invité a otras familias: la de sangre y la otra, la del trabajo que con el tiempo se vuelve casa. Desde entonces nunca ha sobrado una cartita. Siempre hay más manos que papel.

Recuerdo que hubo una excepción triste: La de un amigo, de esos del chat de toda la vida, que estalló cuando le llevé la carta:
—Jorge, no tengo tiempo ni para mis hijos. No voy a ir a comprar una sudadera de “Lady Bug” para una niña que ni conozco. Diles que vengan a una de mis tiendas y que agarren lo que quieran.

Pensé, con tristeza: qué pobre es mi amigo.

Con todo lo que tiene, no le alcanza para regalar treinta minutos a una niña que no tiene nada… salvo un deseo dibujado con crayola. El que verdaderamente no tiene nada es él y de verdad me conduelo hasta la fecha.

Pero este año algo cambió: Por primera vez nos avisaron que nosotros (los “cartahabientes”) llevaríamos los regalos en persona . Pregunté por el tema de los vínculos. Me explicaron que las nuevas terapias permiten visitas cuidadas. Los niños no se apegan por un regalo.
—A diferencia de muchos adultos —pensé— que sí se venden por uno.

Llegamos y había 19 niñas y niños sentados en hilera sobre un escalón, esperando turno para romper la piñata.Tan pequeños.Tan vivos. Tuvimos todos que desempolvar de la garganta el “dale, dale, dale, no pierdas el tino”.

Antes, casi al entrar y verlos lo entendí de golpe: Mientras escuchaba el jalón de mocos o la voz entre cortada de alguno de mis compañeros, me di cuenta que los de la hilera en el escalón no estaban tristes…simplemente porque no saben que deberían estarlo.

Ellos no cargan su historia.La historia la cargamos nosotros, los de enfrente. Los extranjeros llenos de culpas.

Los que esperan turno por romper un jarrón que promete dulces, son las 19 almas más puras y energéticas de toda la colonia, quizá de toda la ciudad.

Y entonces nos incorporamos. Vi a Toño arrullar a un bebé dormido. A Charlie jugar a darle de comer a una muñeca. A Fermín repartir paletas y prender un pingüino bailarín.A Ana abrir un celular de juguete. A Adriana contar cuentos.

A mí me tocó jugar a las princesas… con una princesa. Una niña de cara luminosa que tenía la boca pintada de azul por una paleta enorme de esas mucho más grandes que sus pequeños dientes. Le pregunté su nombre varias veces. Nunca le entendí.

Entre otras cosas, me tocó llevar un cuento. Llevé tres de Oliver Jeffers: Cómo encontrar una estrella, Perdido y encontrado y De vuelta a casa. Historias simples que dicen lo que a los adultos nos cuesta décadas entender: que a veces nada está perdido; que volver a casa no siempre es regresar y que las estrellas no se esconden, solo que uno deja de mirar.

Mientras leía, entendí algo brutalmente sencillo: las respuestas que mis noches oscuras no me dieron durante años, estaban ahí, sentadas en un albergue.

El sentido de la vida no era una señal divina. Era un niño que vuelve a casa. Era levantar la vista. Era salir de casa, o de la cárcel interna, para dar un vistazo a los demás. En eso estábamos cuando una adulta nos interrumpió:

—¿Ya te dijo cómo se llama? —preguntó una maestra.
—Sí, pero no le entendí.
Se inclinó y me susurró:
—Se llama Flor… pero ella dice que se llama Flor del Campo.

Flor del Campo. Claro.

No era un nombre. Era una respuesta.

Los perdidos no están ahí. Estamos afuera. Las estrellas no están escondidas.
Y los que tenemos que volver a casa… somos nosotros. Entonces caí en cuenta que este año tuve la mejor cosecha: una Flor del Campo que me sanó el alma.

Gracias, Bárbara.
Gracias, Ximena.
Gracias a todos.

Jorge Saldaña.

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#Crónica | Tres cobertores y una promesa: relato de un camino guadalupano

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Francisco avanzó de rodillas con ayuda de cobertores rumbo al Santuario, mientras cientos de historias pasaban a su lado

Por: Ana G Silva

A las 9:17 de la noche, la Calzada de Guadalupe respira una solemnidad que solo se siente en diciembre. El día 12 todavía no llega, pero desde horas antes la fe ya comienza a mover cuerpos, a sostener promesas, a encender velas que iluminan el camino como pequeñas estrellas terrenales.

Frente al reloj junto al Mercado Tangamanga, Francisco se coloca sobre sus rodillas. No hay ceremonia, no hay discursos; solo el silencio íntimo de dos hombres —él y su primo, Alex— que saben que el camino será duro, pero necesario. A unos pasos, su familia organiza los tres cobertores envueltos con cinta, improvisación que la experiencia ha enseñado para que el pavimento, frío y áspero, no hiera más de lo inevitable.

Inician.

Las luces del reloj en este emblemático corredor peatonal quedan atrás; la Caja del Agua se acerca. Los cobertores se colocan, se levantan, vuelven a colocarse. Dos familiares avanzan unos pasos, extienden el siguiente tramo de tela para que Francisco y Alex puedan seguir. Se turnan sin decir palabra.

La Calzada esta noche no es un tránsito: es una procesión viva. Y aunque hay momentos en que otras personas rebasan a Francisco, también hay instantes en que él y su primo pasan frente a peregrinos que han pausado a recobrar fuerzas. Pero nadie compite. Aquí, cada quien camina —o avanza de rodillas— al paso de su promesa.

A los lados, un río de historias avanza en silencio y oración.

Hay quienes caminan sosteniendo un rosario, murmurando avemarías que se pierden entre las luces navideñas. Muchos peregrinan de rodillas: algunos con rodilleras; otros sin nada que amortigüe el dolor; algunos acompañados solo por una persona que les ofrece agua o un hombro; y otros rodeados por familias enteras que avanzan como escudos humanos para protegerlos del tumulto.

Entre los miles de cuerpos alineados hacia el Santuario, aparece un hombre que llama la atención: camina de rodillas con la espalda descubierta, y en ella luce un gran tatuaje de la Virgen que brilla con el sudor y el reflejo de las luces. A su lado, un amigo lo acompaña de cerca, moviendo un cobertor, ayudándolo a incorporarse cada ciertos metros, dándole palabras de aliento mientras ambos escuchan, desde un aparato portátil, canciones dedicadas a la Virgen de Guadalupe. Sus rostros muestran cansancio y devoción en partes iguales.

En distintos puntos se encuentran elementos de Protección Civil, la Cruz Roja, voluntariado de la iglesia, Policía Municipal y Guardia Civil Estatal. Se detienen junto a quienes necesitan descansar; cargan botellas de agua; preguntan por mareos y dolores; algunos alumbran el camino con linternas mientras otros ofrecen palabras de calma. Son pr esencia discreta pero esencial, un recordatorio de que la fe es un acto personal, pero el camino siempre es acompañado.

Y aunque a esa hora el flujo de peregrinos es constante, conforme la noche avanza hacia las 12:00 de la madrugada, la Calzada comienza a llenarse aún más. Cada vez llegan más personas —familias completas, parejas, jóvenes, adultos mayores— todos atraídos por la misma intención: ir al encuentro de la Virgen.

En el trayecto, Francisco sigue avanzando, lento pero firme. Sus familiares continúan el ritual de los cobertores: uno se coloca bajo sus rodillas, otro se prepara metros adelante, un tercero queda listo para el siguiente turno. El tiempo se convierte en una mezcla extraña: a ratos parece detenerse en el peso del dolor y la concentración; a ratos parece correr, empujado por la multitud que pasa, que susurra, que reza.

En ese mar de historias, ocurre una escena que queda grabada:

Una mujer, también de rodillas, comienza a llorar del dolor. Faltan apenas unos 250 metros para llegar al Santuario. Sus familiares intentan darle ánimo, pero sus piernas ya no responden. Paramédicos de la Cruz Roja se acercan de inmediato; revisan su respiración, valoran si puede continuar. Desde la distancia, Francisco alcanza a ver el movimiento, los gestos de preocupación. Por respeto, no se sabe si la mujer pudo seguir o no. Pero la imagen queda como un recordatorio del límite humano… y de la inmensidad de la fe que empuja incluso cuando el cuerpo falla.

Finalmente, después de una hora y cuarenta minutos, Francisco y su primo llegan al Santuario.

Ahí, la imagen cambia por completo: frente al templo no hay silencio, sino un océano de personas que ya aguardan su turno para entrar, para agradecer, para ofrecer un ramo, una veladora, una intención. Algunos llegan caminando, otros llorando, otros con las rodillas marcadas por el trayecto. Pero todos llegan.

Porque aunque cada uno trae su propia historia —un milagro pedido, una promesa, un agradecimiento, un duelo, un deseo de consuelo—, lo que los une es ese movimiento colectivo, esa peregrinación que no se mide en kilómetros, sino en fe.

Y así, en la víspera del 12 de diciembre, la Calzada de Guadalupe vuelve a demostrar que el camino a la Virgen nunca se recorre solo. Se avanza con la familia, con desconocidos que ayudan, con cuerpos cansados que dan ejemplo, con autoridades y voluntarios que cuidan, con música que consuela… y con la certeza de que al final, la fe siempre encuentra su destino.

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Reforma educativa abre paso para que 30 docentes regresen a aula en SLP

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La medida deriva de una reciente reforma legislativa que busca proteger a quienes enfrentan acusaciones sin fundamento

Por: Redacción

La Secretaría de Educación del Gobierno del Estado (SEGE) estima la reincorporación de 30 docentes que habían sido separados temporalmente de sus funciones tras enfrentar diversas denuncias. Según varios medios de comunicación, esta medida deriva de la reciente aprobación de una reforma legislativa diseñada para salvaguardar al personal docente.

El titular de la SEGE, Juan Carlos Torres Cedillo, explicó que el objetivo de esta nueva legislación es defender a las y los catedráticos que son señalados sin fundamento por parte de padres de familia o tutores. Si bien los 30 docentes aún no han sido exonerados de manera definitiva, su reincorporación es un paso que se prevé gracias al nuevo marco legal.

El funcionario estatal detalló que cuando existe una acusación contra un maestro, ya sea ante la SEGE o la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), se procede a su separación parcial de la impartición de clases. Torres Cedillo reconoció que este proceso administrativo provoca una carencia de maestros

frente a grupo, lo que a su vez genera afectaciones directas a los escolares, quienes pierden continuidad en sus clases.

La reforma legislativa, de acuerdo con las declaraciones del titular de la SEGE, busca mitigar estas afectaciones al proporcionar un mecanismo legal que defiende a los docentes de acusaciones infundadas, permitiendo que la mayoría regrese a sus aulas para continuar con su labor educativa.

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Opinión

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