#4 Tiempos
Y entonces… nos fuimos | Crónica de un informe
El cambio de sede es eso, pero fue más.
Es 25 de septiembre, se cumplen dos años y un tercio. Es la escritura en otra página de un gobierno que cambió de manos entonces, y a partir también cambió de estilo, en sistema y estructura, para el subjetivo bien o el subjetivo mal.
Es el informe de dos años de gobierno, el primero en la historia política del estado que se celebra formalmente fuera de la capital.
Se tiene registro de “mensajes” que en el pasado, gobernadores llevaron por ejemplo, a la capital del país, pero no el evento, casi es imposible comparar los casos.
El destino de una clase política, social, empresarial, económica y hasta académica es el mismo que el de los tres poderes del Estado y los tres niveles de gobierno: Ciudad Valles, municipio que se convirtió en un fin de semana, un lunes y casi tres horas, en sede de sociedad y gobierno en pleno.
En el camino y al ganar distancia, se toma perspectiva justamente de los cambios, más allá de la sede.
El camino es de otro color. La temperatura aumenta, el verde se asoma en el avance de los kilómetros, el panorama se transforma, el aire huele distinto, el agua también hasta parece más fresca.
Valles huele a naranja y huele a café. Aquí la comida no es huasteca, es nada más comida y se come bien.
En la entrada también hay cambios, no hay arcos de piedra y yeso rotulados, se recibe en Valles con una estructura, esa del cambio, la parecida a la de los Tangamanga, la de los puentes y las entradas en general que el gobierno ha edificado con un mismo sello y estilo arquitectónico, otra vez, para el subjetivo bien o para el subjetivo mal.
Los hoteles están llenos, la ocupación de los invitados hicieron temporada alta; los “eirbianbis” también hicieron agosto.
Los restaurantes están llenos en punto de las tres, y flojos pero apresurados ya cerca de las 5.
Valles tuvo tráfico del boulevard al antiguo camino al ingenio, y a las calles de la colonia que también lleva ‘Tecnológico’ como nombre.
La vuelta de rueda de los cientos de vehículos que se dirigen al mismo lugar, es acompasado con el avance solar que se desvanece hacia el ocaso dibujando otro contraste, otro panorama.
Más cambios; del asfalto a la terracería, de la ciudad que se movilizó de pronto para ir a un mismo sitio que está tan cerca pero de todos sus visitantes tan desconocido como alejado.
La instalación está transformada, ondean banderas y encaminan vallas. No hay como perderse pero tampoco por dónde escaparse.
Las horas desde el levantarse temprano para el viaje, hasta el “ya es tarde para el evento” pasaron tan rápido como lo que dura un escalón de segundero.
Entrar a la sede se sintió como acceder a un concierto, a estreno de película, o a fiesta de gala pero con gradería.
Y entonces…las tres cosas.
Un nuevo único de lo constante: era informe de gobierno, pero hubo antes una presentación de espectáculo con el personaje “Gobernator”, esa parodia de Samuel García, el gobernador de Nuevo León.
Poca atención recibió y los temas que usó de chascarrillo no estaban fuera de contexto, estaban en absoluto lejos de las referencia del público al que se dirigía.
La gradería festejaba más los “Soledad, Soledad” contra los “Ébano, Ébano” con porras que generaban más algarabía que cualquier chistorete que el comediante intentaba colocar por lo menos en las mesas cercanas.
Desapercibido e inocuo resultó el show para todo aquel que hubiera pensado que su pasaje al evento de Valles tendría a comediante incluido.
También fue estreno audiovisual, la pantalla central con más de veinte metros de longitud, y por lo menos 6 de altura, no la tiene para sus clientes ni la mejor sala del Cinemex del Boulevard.
Ahí, acompañada de otras cuatro pantallas verticales, se transmitió por fin la llegada del gobernador que recorrió el camino de las vallas, la ruta del saludo de la gente, la senda de leer pancartas y tomarse selfie, selfie, selfie.
Llegó Bon Jovi y es “Livin’ On a Prayer” lo que resuena impecable en todo el sitio en el que, asegura la versión de los organizadores, ya esperábamos unas 12 mil personas, mitad en gradas, mitad en mesas, todos con horas encima de expectativa y espera.
Hay efectos especiales, humo y bengalas que flanquean la pasarela por la que el gobernador hizo recorrido-saludo de ida y de vuelta.
Una voz femenina “en off” agradece a los asistentes, por nombre y apellidos a los nacionales, al secretario de agricultura y desarrollo rural enviado por el presidente, a los senadores, a los dirigentes nacionales del Verde y PT, a las y los titulares de los poderes legislativo y judicial.
En lo general a las cámaras empresariales, a los alcaldes, a los amigos, a los medios y por supuesto a la gente.
Sin más, se pone “play” a un video que en un enorme formato se dispara por la pantalla central, la producción destaca no solo por el tamaño, hubo fotografía, narrativa, ritmo y fluidez en una construcción visual original que administró cifras, datos, historia, testimonio y remate musical. En todos los rubros, destacaron los resultados en casi 20 minutos que mantuvieron atrapados los ojos de todos los invitados.
Terminó el estreno y comenzó el número estelar.
Primero Ricardo Gallardo Cardona escucha el mensaje que le envió el presidente, breve y directo, con reconocimiento y agradecimiento al trabajo logrado, el discurso protocolar con anuncio de gran colaboración entre federación y estado.
Mientras tanto, al gobernador Gallardo lo asisten rápido para colocarse un micrófono de media diadema, seguía en turno a pasarela, tres, dos uno y estás en vivo para toda la audiencia, es decir, para todo el estado convocado, los ciudadanos y una concurrencia digital masiva que siguió el circuito cerrado a dos grúas, cuatro cámaras y dos unidades móviles.
¿Cómo está la huasteca? ¿Dónde están mis ahijados de…Valles, Ébano, Aquismón, Rioverde, Soledad, la capital y un largo etcétera.
Se animó al respetable que aplaudió el mensaje político que tuvo como columna vertebral los contrastes: lo que no se hizo en el pasado, lo que ahora sí se hace, si se hizo y lo que se hará.
El gobernador pasa otra vez por los números, pero enfatiza en programas, en el cambio de vidas, el cambio de estilo, en el lograr lo que antes nadie había logrado, un discurso de hacer “lo imposible” que les ha dado resultados, fundamento del slogan “Ya despegamos”.
El mensaje está claro y se cristaliza con un lenguaje directo, sin tarjetas ni discursos escritos, una presentación que parece al vuelo pero que cumple puntual con la estructura discursiva al grado que si fuera una oración, su intervención fue de sujeto, verbo y predicado.
Fueron casi 12 minutos en los que Ricardo Gallardo se apropió del escenario dando vuelta desde un podio que de la misma forma, giró a ritmo del gobernador en 360 grados.
Contundente en el repaso, emocional con el público, cercano a su familia y sin regateos en los remates de concierto, gala, premier e informe.
Las cifras quedarán consignadas en las notas, las de inversiones por más de 3 mil millones, el sacar de la pobreza a 200 mil familias, el porcentaje de crecimiento en el ingreso, las 600 mil becas alimentarias, los miles de millones en salud, educación con 100 escuelas y un total casi de 12 mil millones en infraestructura, parques, créditos, obras, apoyos, tarjetas, transporte y acciones en todas las zonas del estado.
Por fin el remate, fuegos artificiales, familia, abrazos, gracias multiplicadas, un vaivén del guayaberío, en un lunes que pareció domingo, un lunes de informe, el segundo. El primero en el interior, o en el exterior, depende como se mire, el del 33 punto 33 por ciento del camino de un gobierno que se asume se “despegó” del pasado, se alejó de la capital y despegó del suelo.
Y entonces se escribió historia, y se vivieron un millón de anécdotas.
El cambio de sede fue eso, pero también fue más. Terminó el evento.
Y entonces…nos fuimos.
Por: Jorge Saldaña
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#4 Tiempos
Centenario del concierto de Sonido 13 en el Teatro de la Paz | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Para el mes de febrero de 1925, Julián Carrillo y sus alumnos tenían todo listo para interpretar por primera vez a nivel mundial música en fracciones de tono en un concierto programado en el Teatro Principal de la Ciudad de México, que promocionaba como el concierto en el cual: “por primera vez en el mundo se oirán en un concierto composiciones musicales con dieciseisavos, octavos y cuartos de tono, elementos conquistados por México en el año de 1895”.
En ese concierto se estrenaría la obra de Carrillo: “Preludio a Colón” que inauguraba la entrada a un nuevo universo musical; participarían también sus alumnos con composiciones en fracciones de tono basado en la teoría de Sonido 13 con obras de Soledad Padilla, Elvira Larios y Rafael Adame.
El domingo 15 de febrero de 1925 se tocaba por primera vez en el mundo música basada en la teoría musical de Sonido 13 desarrollada por el potosino Julián Carrillo. Después de este histórico concierto se programaba una gira nacional para dar a conocer el nuevo sistema musical, la cual iniciaría en la tierra natal de Julián Carrillo, San Luis Potosí, anunciándose la llegada del maestro al estado potosino y siendo recibido en Ahualulco, su lugar de nacimiento, en el mes de septiembre de 1925.
El gran concierto de Sonido 13 se efectuaría en el Teatro de la Paz el 13 de septiembre de 1925 para después recorrer la mayor parte del país. El concierto, al igual que aquel concierto inaugural en el Teatro Principal, tenía el carácter de demostración de las nuevas teorías y despedida al mismo tiempo, pues Julián Carrillo iría a radicar por un tiempo a Nueva York.
Carrillo fue declarado Huésped de Honor de la ciudad de San Luis Potosí y fue entusiastamente homenajeado por los artistas, estudiantes, y en general el pueblo potosino, como demostración de su sincero aprecio, como rezaba la nota periodística de Acción, el periódico de esa época en San Luis.
Producto de su visita a San Luis a ofrecer el concierto de Sonido 13 por primera vez en San Luis, el 24 de julio de 1925 se formó el Comité de los 13 pro Julián Carrillo con el objetivo de hacer promoción y organizar los festejos, el cual quedó formado por las siguientes personalidades potosinas: presidente, Juan H. Sánchez; vicepresidente, Lic. Manuel Rodríguez Martínez; tesorero, Juan Silos; secretario, Francisco Salazar; y vocales, señorita profesora Guadalupe Moreno, Rodrigo de G. Arriaga, señorita profesora Esther de Santiago, profesor Lino Gómez, José T. Nevares y Manuel R. Flores.
De los arreglos efectuados por este Comité se logró que el concierto en San Luis Potosí se realizara como prólogo a las fiestas patrias con el fin de que ese año tuvieran un esplendor inusitado . La fiesta se pretendía que fuera doblemente memorable: evocadora de nuestras viejas tradiciones y demostrativa de las actuales glorias.
Carrillo dictaría una serie de conferencias sobre el Sonido 13 como preámbulo al gran concierto; su llegada a San Luis fue apoteótica, después de un cuarto de siglo regresaba a tierras potosinas para iniciar su gira nacional. La recepción que se dispuso en los andenes de la estación de ferrocarril fue grandiosa, a pesar de las inclemencias del tiempo. Distinguidas damas y honorables caballeros lo acompañaron desde la estación al Palacio del Ayuntamiento donde fue declarado huésped de honor.
El Teatro de la Paz sería el escenario del magno concierto de Sonido 13, el 13 de septiembre de 1925, donde se colocaría, en la entrada del recinto, una placa al Sonido 13 que sería retirada años después. Como instrumentistas microtonales participaron: Luis González y González, Manuel C. Ascencio, Luis G. Galindo, Rafael G. Adame, José M. Torres, Gerónimo Baqueiro Foster, Santos Carlos y José López Alavez (compositor de la popular Canción Mixteca).
En los coros participaron: María Sebastiana Ahedo, María García Ganda, Elvira Larios, Cecilia Larios, Soledad Padilla, María del Refugio Lomely, Guadalupe Solís, Anita Valderrama, Josefina Carlos, Marcelina Carlos, Amalia Tamayo, María de los Ángeles Ortiz, Josefina Buendía, Celia Jiménez, y los señores: Luis G. Galindo, Rafael G. Adame, Manuel C. Ascencio, Santos Carlos, Gerónimo Baqueiro Foster, Enrique Rodríguez, Tomás Ponce Reyes, José María Flores, Manuel León Mariscal, Antonio Hernández Montoya, José López Flores, Vicente T. Mendoza (famoso investigador de música popular mexicana) y José López Alavés autor de la célebre canción mixteca.
Seis años después, el 13 de septiembre de 1931 se volvió a celebrar un concierto de Sonido 13 dirigido por Carrillo y con obras clásicas de Mozart y Schubert, en el Teatro de la Paz donde se presentaba por primera vez la Orquesta Sinfónica de la Unión Filarmónica Potosina.
También lee: Gustavo López, presentación de su libro He aquí al hombre | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Elogio de la literatura | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
¡Qué tristes son los personajes de Iván Bunin (1870-1953), qué tristes casi todos sus cuentos! Hay en ellos un no sé qué, una nostalgia que embelesa al lector desde el momento en que toma el libro y que no lo abandona sino muchos días después de que lo deja.
Acabo de leer, precisamente hoy, la pequeña antología de sus relatos breves que publicó en 1924 la vieja editorial Calpe y cierro el libro con un suspiro que no sé si será de pena o de dolor. El escritor ruso lo sabe; por lo menos él no se engaña: la vida del hombre está llena de desamparo, de abandono, de tristeza.
El personaje de uno de estos relatos, al ver llegar a su casa a un amigo al que no veía desde hacía mucho tiempo –desde el tiempo en que combatieron juntos en la guerra de Crimea- lo saluda con los brazos extendidos, avanza hacia él y le dice lleno de júbilo: «¡Kovalev! ¿Estás vivo?». ¡Dios mío, qué pregunta! Así nos deberíamos saludar todos, pues la verdad es que nadie sabe si mañana aún estará aquí. A nuestro saludo habitual habría que agregarle una coma para que suene más sincero; no preguntar: «¿Cómo estás?», sino: «¿Cómo, estás?».
Entonces los amigos se abrazan, se besan según la usanza rusa y encienden el samovar mientras afuera, en la estepa, los elementos se enfurecen y la nieve cae sepultándolo todo. «Yakov Petrovich estaba de muy buen humor; pero en el fondo de su alma había nostalgia. Al día siguiente era Navidad…, y él estaba solo. ¡Gracias a Dios que Kovalev no lo había olvidado!». En realidad, Kovalev era el único que no había olvidado a este pobre viejo, pues todos a su alrededor o habían muerto o simplemente habían desaparecido de su vida sin dejar rastro.
¡De cuántas desapariciones puede ser testigo un hombre en el curso de una vida! Sí: envejecer es haber asistido a muchas muertes. «Todo ha pasado y ha desaparecido –dice Yakov Petrovich al amigo recién llegado, al único amigo que le queda-. ¡Cuántos parientes y compañeros tuve! ¡Todos están ahora bajo tierra!».
Sin que él se diera cuenta, el tiempo había pasado. ¿A qué hora crecieron los demás, en qué momento fueron haciéndose mayores y tomando cada uno su propio camino? ¡Huyeron como de puntillas, sin decir adiós! Y ahora, si no fuera por este viejo amigo que aún se acordaba él, Yakov Petrovich tendría que pasar las fiestas de Navidad como había pasado casi todas las horas de su ya larga existencia: solo.
En otro relato del mismo volumen un caballero se encontró por el camino a un anciano que comía en silencio y sin más compañía que los árboles y las piedras. Le preguntó:
«-¿Y tu mujer?
»-Hace seis años que murió –dijo el anciano.
»-¿Y tus hijos?
»-Tuve seis.
»-¿Viven?
»-No; todo han muerto.
»Y de nuevo calló –cuenta el hombre del caballo-, masticando con cuidado la patata. Mientras él estaba sentado y con los ojos bajos, yo examinaba su cara y pensaba: “¡Nunca conseguiré penetrar el misterio de su taciturna tristeza!”».
(Apenas termino de leer esta frase, me pongo de pie y busco entre mis libros la Antología del cuento triste que publicaron hace ya muchos años Augusto Monterroso y Bárbara Jacobs; sólo quería comprobar una cosa: que hubiera en el libro por lo menos un cuento de Iván Bunin. Me digo a mí mismo mientras reviso el volumen: «Si no hay aquí, entre estas 600 páginas, un solo relato de este autor, pensaré que la selección ha sido hecha a la ligera ». Pero no. Ahí estaba, en efecto, el nombre de Iván Bunin; los recopiladores habían elegido uno de sus cuentos más famosos: El caballero de San Francisco. ¡Menos mal!).
En otro de sus relatos aparece un tal Basilio Chkut, y de él dice nuestro autor lo que sigue: «Era alto, ancho de hombros y encorvado. Toda su figura muestra aún el vigor de la estepa. ¡Pero qué triste está su cara! Ya está cerca de la tumba, pero jamás escuchará una palabra cariñosa».
¡Dios mío –pensé al cerrar el libro-, cuánta gente se va de este mundo sin haber escuchado jamás una palabra de afecto! Nunca hubo para ellos una sonrisa, una palmada en el hombro, una declaración de amor. Nada. ¿Qué hacen los que se mueven a su alrededor que parecen estar mudos? ¡Apenas si reparan en ellos! Y me pregunto: «¿He dicho a los que me son queridos cuánto importan para mí? ¿Se lo he dicho, o me he limitado a dejarles la tarea de que ellos por sí mismos lo adivinen?».
Antes de apagar la luz de mi cuarto –ya es noche cerrada, como siempre: no tengo otra hora para leer- pongo sobre el buró el libro de Iván Bunin y le acaricio las tapas en señal de gratitud. No fue, la de esta madrugada, una lectura infructuosa. Me recordó que cerca, muy cerca de mí, hay gente que aunque no me diga nunca nada, espera que abra la boca y les diga una palabra que les alegre el corazón. ¿Por qué nunca le he dicho a esta gente cuánto la quiero? ¡Sería demasiado injusto que se marcharan de este mundo sin que lo supieran de mi propia boca!
Y, finalmente, mientras apago la luz, sonrío satisfecho. Hoy la literatura me ha enseñado algo: que las gentes sufren porque están solas y que el tiempo pasa. Pero, ¿es que no lo sabía? Sí, lo sabía, pero aún no se me había ocurrido tomar las medidas pertinentes al caso.
¿Que no sirve de nada la literatura? ¿Que no sirve de nada? Vuelvo a sonreír, pensado en lo equivocados que están lo que esto dicen, cierro los ojos y me quedo dormido. ¡Ah, si no fuera por la literatura, qué poco sabríamos de nosotros mismos!
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#4 Tiempos
Fantasmas y oportunidad | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Este domingo San Luis abre el Alfonso Lastras frente a Tijuana, y no es un choque cualquiera, para los potosinos es una prueba de carácter, de identidad, de si realmente están vivos en este torneo o sólo repitiendo errores bajo otro sol. Para Tijuana, la visita es de las incómodas, estos partidos lejos de casa suelen desnudar sus fisuras, y enfrente estará un equipo que ya aprendió a morder cuando tiene que hacerlo.
San Luis llega golpeado por la irregularidad. Ha ganado partidos fuera de casa, pero también ha perdido otros en los que se dejó intimidar por rivales que no parecían tener mucho; juegos en los que el pulso se va, la concentración se diluye y los goles encajados parecen inevitables. Esa vulnerabilidad ha sido la constante, una defensa que tiembla, un mediocampo que se pierde cuando faltan ideas y delanteros que dependen demasiado de la inspiración aislada o del error ajeno.
Tijuana, por su parte, no es un paseo. Ha mostrado destellos de buen fútbol, ha sumado resultados decentes, pero también ha dejado ver que le cuesta imponerse fuera de casa cuando el rival presiona alto o lo obliga a construir desde atrás. Su equilibrio se tambalea si el marcador no le favorece pronto, y su carácter depende mucho de momentos puntuales de inspiración.
El historial entre ambos juega en favor de los fronterizos: más victorias, más empates, pocas derrotas. San Luis ha ganado escasas veces contra Tijuana, tanto de local como visitante, y eso pesa no sólo en la estadística, sino en la mente. Saber que enfrente hay un rival que te ha dominado más veces de las que quisieras recordar añade presión extra, obliga a estar mejor preparado, más concentrado y sin margen para regalar minutos.
La noticia que sacude el ambiente es el regreso de Vitinho al Alfonso Lastras. El brasileño, que dejó huella en San Luis por su desparpajo y verticalidad, vuelve ahora vestido de visitante. Su sola presencia añade una dosis de morbo, la afición potosina lo recuerda como una chispa capaz de encender partidos en segundos, y este domingo podría ser precisamente la amenaza que complique al equipo que alguna vez lo arropó. Su regreso no es un detalle menor, es un recordatorio de lo que San Luis tuvo y dejó ir.
Y la urgencia se siente en la grada, los aficionados ya no apuestan por promesas, quieren resultados. Si San Luis no se aferra a la localía, no sale con intensidad y no demuestra identidad desde el primer minuto, este partido puede volverse otro de esos en los que la ilusión apareció en la previa, pero el gol nunca llegó, o llegó demasiado tarde.
Este domingo no sólo se juega un partido, también se reencuentran viejos fantasmas. Si San Luis logra que la vuelta de Vitinho sea anécdota y no sentencia, tendrá mucho ganado. Pero si se deja arrastrar por la nostalgia y la fragilidad que lo persigue, Tijuana podría salir de nuevo airoso del Lastras. La diferencia entre fiesta y tormenta se definirá en noventa minutos.
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