#4 Tiempos
Saberse protegido por la ley | Columna de Víctor Meade C.
SIGAMOS DERECHO
Bien dicen que para conocer a una sociedad, un buen acercamiento es leer sus leyes. A través de ellas es posible conocer historias, dinámicas, principios y prioridades. Se conoce ahí lo prohibido y lo protegido; aquello que duele y su respectivo remedio.
Hace algunas semanas, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó un dictamen para reformar el artículo 17 de la Constitución. El dictamen propone añadir un nuevo párrafo que reconozca el derecho de las personas desaparecidas a ser buscadas. La iniciativa de reforma dice: «Todas las personas tienen el derecho a ser buscadas; el Estado protegerá a las personas contra las desapariciones, las buscará bajo la presunción de vida, sin estar vinculado a la investigación ministerial. Preservará su personalidad conforme a la Ley y de encontrarla sin vida, las identificará y entregará sus restos de forma digna a quien tenga derecho».
Parece positivo, al menos a primera vista, que se reconozca en nuestra Constitución que todas las personas desaparecidas tienen el derecho a ser buscadas. Sin embargo, incluso aunque esta reforma constitucional no sea aprobada, las autoridades mexicanas ya se encuentran obligadas a buscar a toda persona desaparecida. Es decir, el derecho a la búsqueda y los mecanismos legales para poner en operación a este derecho ya existen; no es necesario que esté reconocido textualmente en la Constitución.
Pensemos en la siguiente analogía: la Teoría del color nos enseña que hay tres colores primarios que, combinados entre sí, pueden producir toda una amplísima gama de colores distintos, por ejemplo, mezclar amarrillo y azul para obtener verde. Sucede algo muy similar con el reconocimiento de los derechos: nuestra Constitución contiene redactados una serie de derechos fundamentales y principios básicos que, combinados entre sí, pueden abrir la posibilidad al pueblo de que exijan a la autoridad que actúe de determinada manera. Un ejemplo muy claro es el derecho a la protesta. Aunque es tan importante en nuestra tradición mexicana, no hay un artículo expreso en la Constitución que nos habilite directamente a protestar. Sin embargo, uniendo el ejercicio de dos derechos básicos, el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la libre reunión, las personas estamos protegidas constitucionalmente para protestar en el espacio público.
Ese es también el caso del derecho que tienen las personas desaparecidas a ser buscadas, que puede construirse a partir de una interpretación del derecho de acceder de manera efectiva a la justicia. Este derecho a la búsqueda y las obligaciones del Estado mexicano de buscar a las personas desaparecidas ya tienen un robusto —aunque todavía inacabado— desarrollo en nuestro marco jurídico. Los tratados internacionales, las leyes, protocolos, reglamentos e incluso los precedentes de la Suprema Corte ya se han encargado de definir el contenido del derecho de las personas a ser buscadas. Es un derecho que, aun sin estar reconocido textualmente en la Constitución, sí puede ser exigible a las autoridades con suficiente fuerza legal. Entonces, ¿de qué le servirá esta reforma a la sociedad, severamente azotada por el monstruoso fenómeno de desapariciones?
Es verdad que el hecho de que las autoridades mexicanas ya se encuentren obligadas a buscar a las personas desaparecidas no ha resultado en que los cientos de miles de familias afectadas se reencuentren con sus seres no localizados. El principal efecto de la eventual reforma, me parece, está en su función comunicativa y empoderante.
La Constitución es el relato fundamental que trata de unirnos a todos y todas como nación; es una fuente de identidad y de cohesión social. En el texto constitucional está escrita, de una u otra manera, una buena parte de nuestra historia, tradición y manera de entender la forma en que la autoridad y el pueblo nos relacionamos. La mirada al pasado que nos ofrece la Constitución es también el cimiento sobre el que se construye el futuro; ofrece una guía para avanzar. Incluir en nuestro relato nacional que hay personas que desaparecen, y que la autoridad tiene el deber de buscarlas, tiene implicaciones de la mayor trascendencia: significa dejar un registro indeleble de que la crisis de personas desaparecidas es una de las grandes enfermedades que padecemos en los tiempos que corren. De aprobarse la reforma, la Constitución entonces le comunicará a todos los mexicanos y mexicanas —al mundo— que el gobierno no puede cumplir con la esencial tarea de decirle a una familia en dónde está su ser querido no localizado.
Este rol comunicativo de la Constitución funcionará como un elemento empoderante para la interacción con la autoridad. El lenguaje legal es un obstáculo infranqueable para que muchas personas puedan acceder a la justicia. En la mayoría de las ocasiones se necesita de un intérprete —un abogado o abogada— para poder hacerle una petición al sistema. Pero cuando nuestros derechos pueden ser fácilmente nombrados y ubicados en la Constitución, el texto legal de más fácil acceso, la experiencia de reclamar su cumplimiento tiene el gran potencial de ser un poco menos desgastante.
Me parece que con esta reforma una madre podrá contar con el empoderamiento para plantarse frente a la autoridad a exigir la búsqueda de su hijo desaparecido, por la sencilla razón de que es su derecho y porque así lo dice —dirá— el artículo 17 de la Constitución. Todo esto sin la necesidad de hacer interpretaciones de la ley —mezclas de colores primarios— o de requerir de un intérprete que conozca a profundidad todas las leyes aplicables y los más recientes precedentes de la Suprema Corte sobre el tema. Será, espero, una experiencia menos aflictiva para las víctimas que tener que explicarle a la autoridad, generalmente indiferente, que con fundamento en un artículo perdido de una ley con un nombre imposible de memorizar, las instancias correspondientes deben iniciar las tareas de búsqueda y la investigación del posible delito.
Se requiere de un consenso a nivel nacional para escribir algo en nuestro relato fundamental. La iniciativa de reforma aún tiene que ser aprobada en el pleno de la Cámara de Diputados, luego en el Senado. Después, más de la mitad de los congresos locales también deberán aprobarla. Pero de nada servirán el consenso, el empoderamiento y el reconocimiento de la realidad si con ello no se acompañan planes, dineros suficientes y personas que trabajen en darle vida a la tinta escrita en el papel. La Constitución no será más que un inerte papel si el empoderamiento de saberse protegido por la ley se esfuma cuando las autoridades no inician la búsqueda de manera inmediata y con todos los recursos al alcance. Ojalá que durante el proceso legislativo se escuche con atención a los colectivos de víctimas y a las organizaciones. Ojalá que las agencias de investigación y las comisiones de búsqueda, la nacional y las de los estados, sean reconocidas con los medios suficientes para lograr tan relevante empresa: volver a unir a las familias desmembradas; volver a unir a la nación partida.
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#4 Tiempos
Malkuth Zavala, entre la educación y la música | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Siguiendo el camino formativo de sus padres, quienes estudiaron física en la antigua Escuela de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Malkuth Zavala Diaz de León, comenzaría a estudiar matemáticas en la ya Facultad de Ciencias de la UASLP. Desde entonces se manifestó su interés y habilidad para la música, camino que seguiría posteriormente en su formación; obtendría su licenciatura como instrumentista en la Escuela Estatal de Música de San Luis Potosí en el año 2012. Sin embargo, en el campo de la ciencia, después de la matemática, seguiría una maestría en educación en la Universidad Tec Milenio donde obtendría el grado de maestra en educación en 2016. Realizó su Doctorado en Gestión Educativa en el Centro de Investigación en Administración Educativa (CINADE).
Este transitar entre la ciencia, la educación y la música ha orientado su docencia en música donde forma a nuevas generaciones de músicos. En la propia Escuela Estatal de Música, su carrera musical ha sido brillante y actualmente es una destacada pianista que forma parte del ambiente musical potosino.
Dentro de su carrera musical, Malkuth Zavala Diaz de León participó en 1999 en el Encuentro Nacional de Orquestas Juveniles en Palacio de Bellas Artes. Obtuvo el primer lugar en el Concurso Estatal para piano Julián Carrillo 2001. Como solista ha participado con la Orquesta Sinfónica Juvenil de México, interpretando el Concierto para Piano y Orquesta en Re mayor de Haydn en el auditorio del Conjunto Cultural Ollín Yoliztli. Actualmente, labora como pianista de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí y como docente en la Escuela Estatal de Iniciación Musical Julián Carrillo, así como en la Escuela Estatal de Música, y en la Escuela Estatal de Danza.
Ha dictado conferencias donde involucra las matemáticas con la música, aludiendo a las aportaciones de Pitágoras en ese campo que incluye los números y la armonía en el concepto pitagórico de la música.
Su presencia en el ambiente cultural potosino relacionado con la música es constante, participando en conciertos de música de los grandes compositores clásicos y barrocos, entre ellos a compositores mexicanos en canciones de concierto, como Julián Carrillo, Arturo Rodríguez, Héctor Marroquín, Leticia Almazán, así como en recitales de música popular acompañando a cantantes. La difusión de autores potosinos no ha quedado de lado en su labor, pues en esos acompañamientos pianísticos con el Chino González daban vida a autores potosinos con boleros y canciones que han llevado a San Luis al escenario nacional en ese repertorio clásico de la canción mexicana.
En el homenaje que le realizamos a Julián Carrillo en el 2015, participó con la interpretación de los seis preludios para piano de Julián Carrillo y contribuyó en la serie de videos 13 conceptos del Sonido 13 que recogieron las aportaciones de Julián Carrillo a la nueva música en el mundo de los microtonos, así como en la música dodecafónica.
Los preludios para piano de Julián Carrillo que dedicara a su hija Dolores Carrillo fueron interpretadas por Malkuth Zavala y pueden verse en las direcciones:
https://www.youtube.com/watch?v=RlauI-bNnVA&t=99s
https://www.youtube.com/watch?v=SdH2-vcw96I
https://www.youtube.com/watch?v=vs3-yc87eTU
Nos congratulamos de contar con artistas y profesionales de la educación como Malkuth Zavala que contribuyen al desarrollo cultural de San Luis Potosí y que participan en la educación de los jóvenes potosinos para contar con una mejor sociedad donde las artes y las ciencias sean los ejes de formación. El Sistema Educativo Estatal Regular reconoció la labor educativa de Malkuth Zavala otorgándole el Premio Municipal en el 2019.
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#4 Tiempos
Sílabas de cicuta: Este no es un cuento… aunque lo parezca
Por: Jorge Saldaña
Alma toma los respiros incompletos. Se encuentra decidiendo si está dormida o despierta. Lo que es seguro es que está enojada. Lo nota porque, aunque ella no puede, su cintura grita.
La bruma que forma su aliento y un poco de vapor van y vienen entre su nariz y su boca. El aire le sabe a óxido. Su pecho arde.
Alma decide que está dormida porque no puede ser de otra manera. Solo en los sueños se puede lidiar con un toro, montar a un búfalo en estampida y volar hacia las estrellas.
-Eso debe ser, se consuela a sí misma: nada más que la continuación de un sueño, pero… ¿acaso la continuación de un sueño no significa también despertar?
El lomo del búfalo es duro, más duro de lo que debería. Como el asfalto. Pero Alma no lo piensa demasiado. Recuerda ir sentada allí, primero quieto, luego desbocado. Sus brazos apretaban en forma de nudo a Veloz, su acompañante, con el que viajaba unida: la espalda de él, el pecho de ella, el abrazo de nudo, el lomo del bisonte y el camino.
Con su galope, Alma y Veloz cortaron la luz gris de una luna presagiosa y díscola, de esas que dejan ver el polvo y que alcanzaba a iluminar apenas a un murciélago posado en el dintel de una puerta.
Vino el estruendo. Un rugido de hierro. Lo que estaba de frente y luego encima, y luego en todas partes, era un toro embravecido, rabioso, envenenado. Negro como la obsidiana en el fondo del océano. Negro como el susurro de la muerte.
Los ojos del astado fueron un par de lanzas de luz penetrante que empaparon a los que venían en el mismo polvoriento camino, pero en sentido contrario.
Las patas desbocadas del búfalo no se detuvieron. Tampoco las del negro envenenado.
Alma saltó al firmamento y extendió sus brazos como queriendo alcanzar una fulgurante. Pero no era una estrella. Era una farola que parpadeó al verla.
Veloz se desató del nudo y soltó violentamente los cuernos del bisonte, que se desangró en el lomo del negro animal embravecido.
Ebrio del estruendo y del golpe, lastimado en su astado, apagadas sus lanzas y derramando veneno, el toro aprovechó lo negro de la noche como su pelaje para continuar su camino sin importarle más que cortar ahora la luz gris de la luna presagiosa y perderse en su destino.
El murciélago, allá arriba del dintel de una puerta, lo vio todo y se encargó de contar lo ocurrido. Le va la vida en encontrar al toro.
—Automóvil embiste a pareja en motocicleta —una voz irrumpe en el sueño de Alma. Es un murmullo, lejano, pero insistente.
Su cintura sigue gritando. Su respiración sigue incompleta. Pero ahora escucha.
—El responsable, en estado de ebriedad, huye de la escena —continúa la voz, más clara, más real.
La bruma de su aliento se disipa. Sus ojos pesan. Algo punza en su costado.
—Alma Báez y su amigo fueron víctimas de un grave accidente…
Un destello. La farola. No, no es una estrella. No es un sueño.
Alma despierta.
Veloz ya no lo será. Por lo menos no será el mismo. Sus piernas están rotas y no le queda más que, tendido como si un toro lo hubiera embestido en el ruedo, rezar por su Alma.
¿De qué serviría encontrar al toro si ya iba camino al infierno? maldito destino indiferente…
*NOTA DEL AUTOR: De acuerdo a reportes periodísticos y de redes sociales, el accidente ocurrió en la colonia UPA en San Luis Potosí, el 15 de febrero del 2025. No se ha encontrado a los responsables a pesar de las evidencias en video.
Hasta la próxima
#4 Tiempos
El Don Juan Tenorio Potosino de 1627 | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Antes de la publicación de las novelas el burlador de Sevilla de Tirso de Molina en 1630 y del célebre Don Juan Tenorio: drama religioso-fantástico en dos partes José de Zorrilla en 1844, en el entonces Pueblo de San Luis Minas del Potosí, a los treinta cinco años de fundado, hacía de las suyas un vecino de Cerro de San Pedro Potosí, Miguel de Becerril, quien sería acusado de allanamiento de morada y faltas a la moral pública en 1627.
Miguel de Becerril se enamoraría perdidamente de doña María del Castillo, quien estaba al servicio de Martín del Pozo, Teniente de Capitán General en las Fronteras Chichimecas y Alcalde Mayor, y de su esposa, la señora alcaldesa, donde vivía la sirvienta en las mismas Casas Reales del Pueblo de San Luis Minas del Potosí.
Su intenso amor abrió las venas poéticas de Miguel de Becerril y se convertiría en uno de los primeros poetas potosinos que plasmara sus sentimientos a través de las letras, así como en el género epistolar, al escribir un buen número de cartas a su amada, que ahora se conservan en el archivo de su causa criminal, archivados como pruebas de sus criminales acciones al colarse a la Casa Real en busca de su amada. Así viajaba del Cerro al pueblo para visitar a su amada María del Castillo colándose en las noches al aposento de la amada, entrando posiblemente por lo corrales.
No contento con la complicidad de la noche, tuvo la ocurrencia de violar las Casas Reales en plena luz del día, sin importar que fuera visto por la gente del pueblo. El camino de Cerro de San Pedro al pueblo de San Luis se le hacía pequeño en busca de doña María y aprovechaba los días de fiesta, cuando vacacionaba Becerril estando al acecho de la amada, tratando de encontrar el resquicio adecuado para colarse a la casa, y si no insistía por una de las ventanas que daban a los portales de la plaza pública, y ahí bajo el alféizar agotaba los coloquios infinitos hasta la once y media de la noche, “dando el mal ejemplo y qué decir a todos los vecinos que lo veían tan públicamente hablando con ella a deshoras de la noche y hasta el día, poniendo escándalo en la vía pública”, al decir del promotor Fiscal en la acusación. Era un enamorado goloso, incansable, impenitente.
Cuando le era difícil encontrarse con doña María, recurría a las cartas y le escribía versos, que serían a la larga el cuerpo del delito donde se le comprobó sus escandalosas conductas, que lo llevarían a prisión y al destierro, sentencia que le iba a ser impuesta.
Le escribía a su amada: “pienso asistir a México hasta que la flota parta a España a donde, si Dios no lo remedia, pienso embarcarme para España”.
Te pido que alivies mi enorme pena
si no quieres mirarme desterrado,
por mis desdichas, a la vega amena.
En Cerro de San Pedro, posiblemente fuera minero o quizá como comerciante. Eso sí, perito en artes amatorias, de cierta cultura lo que le permitió escribir de los primeros versos en San Luis, convirtiéndose en uno de los primeros poetas de estas tierras, antes de que fuera desterrado de ellas.
La Real Justicia firmado por Lorenzo Velásquez, Promotor Fiscal, lo acusó formalmente ante el propio Teniente de Capitán General y Alcalde Mayor, de allanamiento de morada, nada menos que la residencia oficial del poder, y por faltas a la moral pública, puesto que platicaba con su prometida a vista y escándalo del pueblo. Por lo cual, “a Vuestra merced suplico mande condenar a condene al dicho Miguel de Becerril en las más graves y establecidas penas en derecho para que le sea castigo y a los demás de ejemplo”.
Miguel fue a dar a la cárcel pública y cinco días después, el 17 de abril de 1628, se firmó la sentencia en que, “Mandaban y mandaron que, vía recta de la dicha prisión, salga desterrado de este Pueblo por tiempo de dos años que corran y se cuenten desde el día que se le notificare este auto, y no lo quebrante, pena que, demás de que será castigada por todo rigor, la cumplirá en las Islas Filipinas sin sueldo”. Atrás dejaba el Cerro de San Pedro y Doña María Castillo.
Sus artes amatorias y su vena poética, anteceden al Don Juan y bien podría ser inspiración de Tirso de Molina y José Zorrilla en esos temas que les dieron fama.
Solo a tu piedad le ruego quiera
dolerse de mí en término tan largo,
pues cuanto más inmediata fuera
en tránsito tan fuerte y tan amargo
socorro hallara entre enemigas gentes
y, habiendo ya quedado a tu cargo,
siquiera porque estamos tan ausentes,
merezca algún favor que alivie el fuego,
que el alma arroja por los ojos fuentes.
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