marzo 4, 2025

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#4 Tiempos

Me gusta Pozos y me gustas tú | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

Culto Público, me gustó Pozos para regresar. La “delegación en ocaso” la que va de salida, la que está en metamorfosis, es la que se ha aprovechado se seguirá aprovechando en los próximos meses para en la vida pública potosina entretejer historias, desatar especulaciones, amarrar navajas y hasta para hacer negocios inmobiliarios de anticipación ilusoria.

Por ejemplo, tras la votación ayer del cabildo de la capital en un sentido positivo para que se avance en el proceso de municipalización (del que aún faltan muchos pasos por cierto) ya se empezaba a querer amarrar navajas, otra vez, entre el gobierno del estado y el gobierno capitalino. En medio, y como pivote del asunto, el Congreso del Estado que participa como eje vinculante entre la inquietud ciudadana –que no es nada nueva- y los procesos que prevé la Ley para que un deseo ciudadano tome forma hasta la conformación del municipio cinco nueve.

“Es el inicio de la guerra declarada entre Gallardo y Galindo” alguien se animó a soltar en ecos de pasillos y en pláticas de café (de esas en las que como todo el mundo sabe, casi tooodo se resuelve sorbo a sorbo).

La alevosa confusión es resultado de lo que parece una tormenta, pero que no es mas que una salpicada de babas con tos: No hay un solo polígono definido aún. pero eso no es ni impedimento ni criterio definitivo, justamente para eso es que la Ley del municipio libre, prevé que los ayuntamientos colindantes y/o afectados por la creación de uno nuevo, emitan sus opiniones desde su máximo órgano, es decir, el cabildo.

No recuerdo que haya sido tema de escándalo que, Cerro de San Pedro, cuando emitió su opinión definitiva, puso también de manifiesto un par de inconformidades de colindancias en partes de fraccionamientos como La Florida y parte del Real del Potosí.

Tampoco hubo aspaviento cuando el municipio de Zaragoza, en su opinión respectiva, pidió delimitar algunos caminos para que en las líneas de trazo de las colindancias se colocaran a la mitad de algunos caminos y no cruzaran las mismas por uno y otro lado de centros de población.

En el caso de Soledad, tampoco se prestó atención a la opinión positiva simple y sencillamente porque desde la administración de Victoria Labastida en la capital y Ricardo Gallardo Juárez en Soledad, las delimitaciones territoriales en términos de secciones electorales, desde entonces fueron perfectamente definidas (De no haber sido así, habitantes de la colonia Cactus y otras, por ejemplo, seguirían votando como si fueran habitantes de la capital potosina).

De la misma manera, ayer el cabildo capitalino emitió su opinión positiva para el avance del ocaso de la delegación en patíbulo a municipio, sin embargo también observó que, seguramente basados en documentación histórica, registros agrarios, asambleas ejidales y antecedentes tanto administrativos como geográficos, se solicite que en el polígono (que no existe aún, insisto) no se considere a una comunidad en específico que se llama El Jaralito, ya que pertenece de acuerdo a la investigación realizada por la capital, a la Delegación de la Pila y encima una parte de dicha zona se trata de terreno social.

Esa observación fue suficiente para que se diera rienda suelta a la imaginación interesada, es decir, a la especulación sin sustento de los “intereses” en derredor de “más de 2 mil hectáreas”.

En contexto, hijos de mi Pueblo viejo que estás en la colina, debo decirles que esa comunidad de El Jaralito, efectivamente representa una sección electoral, una sola, y que en toda esa comunidad viven no más de 900 personas y que de esas, más del 40 por ciento firmaron como solicitantes para que se iniciara el proceso de municipalización de Pozos.

Es decir, si fuera un asunto electoral, la sección francamente no lo vale, si fuera un tema recaudatorio mucho menos, e incluso siendo muy perversos respecto a intereses de desarrollo e interés “plusválico” (esa palabra no existe pero yo me tomo licencias) en realidad la zona está muy alejada de cualquier sueño industrial, comercial o habitacional para ser explotado ni en el mediano plazo.

Para ser muy económico con esta lectura y el tiempo de Usted, mi Culto Público, en pocas palabras para el próximo municipio de Pozos resulta prácticamente igual contar con esa comunidad o no.

Los Polígonos son cuento aparte.

Definido para la municipalización, insisto por tercera ocasión, no existe, se está construyendo y es parte fundamental para elaborar su final versión escuchar las opiniones de los ayuntamientos involucrados.

¿Existen otros? Sí y aquí se los expondré todos: el primero es conocido como el “Decreto 381” que es lo único que existe como antecedente que “delimita” a la Delegación de Pozos, es el documento que comparte tanto la dirección de cartografía del Inegi como en el que se basa el INE y el órgano electoral local.

El problema con el Decreto 381 es que es el cuello de un gancho de ropa, es un “polígono” que no responde a su definición porque está abierto, es una puntada que no cierra y en pocas líneas es una “U” como la cuerda en la que siempre saltas tú.

El documento por lo tanto, no es fiable ni factible para dar certeza ni a los municipios vecinos ni al próximo que quiere nacer (awww el pequeño 59).

Lo más reciente como polígono propuesto, fue el que elaboró el Congreso del Estado, basado en las firmas y en las secciones electorales que se involucraron en la solicitud.

Ese polígono es el que fue propuesto a todos los ayuntamientos, a ese es al que se le están haciendo adecuaciones. En esa imagen se aprecia la ubicación exacta y dimensión de la comunidad el Jaralito que, de pertenecer a la Pila y tratarse de un ejido (tierra social) podría excluirse.

El último es la comparativa que se ha hecho entre lo propuesto por el plano construido en base a secciones y orígenes de las firmas de solicitud, contra lo que se observa por el gobierno capitalino debería no ser considerado.

El último que aquí dejo para todos ustedes, hijos del mapa accidentado de mi alma, es simplemente la versión satelital para tener una mejor idea de lo que hablamos.

Pozos va. Nacerá el 59 pero meses faltan y mucho trabajo en ellos, ni siquiera el resultado del Plebiscito es el paso final.

¿Se cuenta con los servicios, agua, bancos, capacidad recaudatoria, energía, organización, centros de desarrollo, esparcimiento, movilidad y viabilidad para que sea ésta solicitud encaminada una realidad?

Ese trabajo también se tiene que estar realizando en paralelo. No tropecemos con la piedra especulativa ni caigamos en la tentación de amarrar navajas.

¿Habrá repercusiones administrativas y de recaudación para la capital? Claro, pero no por el Jaralito, sino por el desprendimiento de toda una delegación. Digamos la verdad.

 

Para despedirme quiero expresar mi angustia moderada porque sea 3 de septiembre para ver cómo Va por México presenta a Xochitl como virtual candidata y reparte medallas de plata y bronce.

Quisiera que fuera 6 de septiembre para escuchar el anuncio del triunfo de Claudia y la repartición de la responsabilidad de la defensa de la transformación de Morena.

Quisiera que fuera 24 de septiembre para ir a participar, como todos los potosinos con credencial para votar y dirección aún en la capital, en el Plebiscito de Pozos.

Pero con más ganas quiero que sea 8 de septiembre porque…

Bueno eso se los cuento después porque ahorita ya es noche y ya me puse la pijama. Les regalo mi punto final.

Hasta la próxima.

Jorge Saldaña

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#4 Tiempos

La Síndica General en San Luis Potosí en el siglo XVII | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

Una de las primeras mujeres que tuvo una participación en la vida social y económica potosina sería María Uresti que vivió en San Luis Potosí entre el siglo XVII y el XVIII. Tan importante y conocida fue su labor que en uno de los aniversarios de su muerte se realizó una honra fúnebre donde a manera de sermón el fraile José de Arlegui y otros oradores y poetas profirieron en su honor, acompañada de una misa servida por el propio Arlegui.

Doña María de Uresti, había sido Síndica General de la provincia franciscana de la que Arlegui era ministro provincial; María Uresti fue además generosa benefactora del convento de Frailes Menores de San Luis Potosí. Las honras se realizaron el 23 de diciembre de 1726 en el Convento de San Francisco de San Luis Potosí.

María Esteban de Uresti Bustamante, nació en San Luis potosí hacia 1649; se casó en segundas nupcias con el Lic. Francisco Guerrero abogado de la Real Audiencia de México. La Silla Apostólica le había concedido la patente como síndico general de la provincia franciscana, lo que le otorgaba amplísimas facultades para la administración de los bienes materiales de la orden, así como el poder resolver y destrabar cualquier obstáculo jurídico; el nombramiento se hacía extensivo a su esposa por lo que María Uresti alcanzó el titulo de síndica. Su labor social la llevó a ser conocida en el pueblo de San Luis como la abogada, titulo que ostentaba su esposo Francisco Guerrero.

Rafael Morales Bocardo en su libro sobre los primeros pobladores de San Luis, recoge parte de su vida; y el padre Peñalosa en su libro sobre letras virreinales da a conocer parte de las catorce décimas y dos sonetos que lucieron en la magnífica pira que un ilustre viudo y fiel devoto mandó erigir en el templo de San Francisco para las honras celebradas el 25 de septiembre de 1727.

Arlegui, en su oración fúnebre dicta: “Quebrado racional espejo que esparciendo reflejos claros de sus fragmentos, administra desengaños y enseña a vivir muriendo”. ¿Quebrado racional espejo? La muerte pudo quebrar este precioso espejo racion al que fue la Señora Síndica; pero no pudo quitarle la luz de sus virtudes con que brilló en vida y nos amonesta en muerte; porque así como al romperse un espejo, cada uno de sus trozos sigue iluminando y retratando, así este racional espejo, quebrado por la muerte, esparce los reflejos claros de sus fragmentos

”.

María de Uresti se consagró a socorrer a los pobres y a los religiosos franciscanos que pasaban por San Luis a las misiones de Texas. Se dedicó a socorrer a los presos de la cárcel pública, a visitar cargada de alimentos y medicinas a los pobres enfermos del Hospital de San Juan Bautista de San Luis Potosí.

Como Síndica, encomienda que suponía un altísimo honor, administraba a manera de ecónoma, junto a su esposo que era el Síndico General, los bienes y dinero de la Tercera Orden de San Francisco en toda la provincia de San Luis Potosí.

Al parecer, el ilustre José Arlegui la tenía en alta estima, aprecio y gratitud que se refleja en el hecho de haber celebrado la misa en el aniversario de su muerte, ante aquella pira y sus poemas.

Que el espejo liberal
luces tantas distribuya,
no al espejo se atribuya,
sí a ése de luces fanal
que de astros en general;
así mi caridad, pues
mucha fue y en verdad es,
mas de Dios participada,
que mía sólo fuera nada
y así a Dios la gloria dés.

Arlegui escribió sobre ella: “tampoco olvidaremos aquella solicitud y esmero que tenía en el aseo del divino culto y ornato de los templos, porque esto, además de ser notorio a todos, ninguno puede negar que no hay iglesia en esta ciudad ilustre y en otras muchas de este reino a cuya fábrica no concurriese con especiales y abundantes y especiales limosnas”.

A trescientos setenta y cinco años de su nacimiento recordamos la labor pública de esta mujer potosina que abrió las primeras brechas de participación de la mujer en San Luis Potosí.

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Por lo menos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO 

 

A toro pasado, ganarle a Chivas no era tan complicado.

El equipo de Guadalajara es el peor visitante del torneo: 0 ganados en 4 partidos disputados, 10 goles en contra y 5 a favor. Chivas es un chiste jugando fuera de casa.

Ahora bien, hablemos del partido de San Luis. Interesante el planteamiento de Torrent para el inicio: salir con 3 en el fondo (Cata, Águila y Cruz), acompañados en las laterales por Sanabria y Torres. Suena bien, aunque me encantaría que intentara la línea de 4 desde el inicio en algún partido. Los 3 en el fondo son un riesgo y ya lo hemos visto.

En media cancha, jugando como doble escudo, tuvo a Dourado y Salles-Lamonge; de interior, a un completamente desaparecido Nájera, y adelante a Vitinho y Klimowicz. Por su parte, Chivas intentó dejar a sus centrales muy abiertos, cubriendo las posibles incorporaciones de los delanteros potosinos, con el “Oso” González como contención, brincando líneas para sofocar cualquier balón que pudiera tomar Nájera, y lo logró.

Es increíble cómo el 24 de San Luis salió a caminar en la cancha. Cada balón que llegaba a su zona se perdía, y peor aún, al tener a Salles-Lamonge atrás, se perdían no uno, sino dos jugadores, mismos que fueron aprovechados por Guadalajara para “bailar” a San Luis.

Los primeros 20 minutos, Chivas fueron amos y señores en el Lastras, mismos minutos que no pudieron capitalizar (afortunadamente) con alguna anotación. Antes de terminar la primera parte, Torrent ajustó: retiró del campo a Nájera, entró Macías, adelantó a Salles-Lamonge, puso a Klimo de 9 y abrió por derecha a Vitinho, dandoles sacrificio a Sanabria y Torres por los laterales. Justo ahí, San Luis comenzó a jugar el partido.

3-0 que al final fue un 3-1. Chivas, un equipo sin ataque, y cuyo delantero tuvo que venir de la banca para levantar el ánimo. San Luis, por su parte, otra vez tuvo muy buenos momentos, pero sobre todo tuvo suerte: suerte de no recibir gol en esos primeros minutos donde fue completamente superado. Suerte de anotar las claras que tuvo.

En fin, se ganó y se compuso el barco. Un partido que pintaba para ser horrible terminó en lo que tenía que ser: San Luis venciendo al peor visitante de la liga. No cantemos victoria ni pensemos que se va a mejorar. Fue solo un partido con un rival muy débil. Si bien San Luis fue contundente, los errores siguen existiendo, desde Torrent por mover sus piezas hasta todos y cada uno de los jugadores, mismos cuya continuidad y consistencia jornada tras jornada simplemente no existe.

Entiendo perfectamente las limitaciones de esta escuadra: la poca respuesta en momentos clave, la falta de contundencia en la mayoría de los partidos y los errores defensivos que cuestan muchos goles. Aún así, a veces (muy pocas veces) se puede volver a ver un poquito del San Luis que nos ilusionó el torneo pasado.

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Bardo: tres horas de ‘mira que profundo soy’ y nada de sustancia | Columna de Guille Carregha

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Criticaciones

Muy a pesar de todo lo que me representa como ser humano, y contra todo pronóstico, después de ser obligado a ver una película de Alejandro González Iñárritu post-Guillermo Arriaga, no la aborrecí con cada fibra de mi ser. A pesar de haber sido dirigida por un señor cuyo trabajo me parece insoportable desde que alguna persona tuvo a mal decirle en 2008 que escribir guiones era muy fácil y que las historias que a él se le ocurrían valían mucho la pena, no puedo decir que su más reciente película sea mala.

Tampoco puedo decir que sea buena. No vamos a andar mintiendo aquí namás por convivir.

En su momento, cuando se estrenó este bodrio y por lo único que se le celebraba era haber sido rodada en gran parte en Ahualulco, me prometí a mí mismo que jamás vería esta cosa mientras siguiera respirando. Pero, como suele pasar con la vida y los planes que uno hace, no pasó tanto tiempo antes de que el universo me obligara que romper mi propia promesa. Resulta que en la empresa donde trabajo decidieron que TODOS los empleados de mi área teníamos que ver la película porque, supuestamente, es una gran inspiración para el proyecto en el que estamos metidos. No me dieron opción. No hubo escapatoria. Me quejé, hice berrinche, puse cara de fuchi, pero me sentaron a verla de todas formas. Y lo hice. Con cara de asco durante casi todo el metraje esperando odiarla, pero lo hice.

Como es la costumbre con el trabajo de uno de los únicos directores de cine mexicanos que a la gente si le importan, y que no se apellida Franco, Bardo es un golpe de pretensión directo desde la psique de Iñárritu hacia los sentidos de quien se preste a gastar tres horas de su vida escuchando los desvaríos de un señor con más ego que talento. Lo que me sorprendió no es que todo esto fuera un bufido de pretensión que se cree más profundo de lo que en verdad es – eso se veía venir desde lejos –, sino que, de alguna forma, el señor haya logrado hacer algo que no me hiciera querer arrancarme los ojos con una cuchara después de verlo.

Y… ¿pues está bien? O sea, no está al nivel de tortura psicológica que esperaba, pero tampoco es que haya cambiado mi opinión sobre el tipo.

Como absolutamente todo lo que Iñárritu ha cagado en el mundo, esta cosa es una esfera masiva de autofelaciones de principio a fin. La película se cree mucho más profunda e importante de lo que realmente es – un reflecto perfecto del director mismo. Está repleta hasta el borde de imágenes que, supuestamente, te llevan a un gran viaje filosófico, pero la mayoría de estas ideas “grandes” son tan obvias y superficiales que la película pierde en un instante cualquier encanto que podría haber tenido.

Algunas de las grandes ideas que Iñárritu parece creer que descubrió hace poco y que no entiende cómo es que nadie más habla de ellas son:

“El nacionalismo es solo un conjunto de mitos”.

“Los humanos no saben compartir sus sentimientos”.

“La sociedad no tiene sentido”.

O sea, no es que estos temas sean malos de por sí, pero la forma en las que se retratan son derivados de “y, pues, así pasa a veces, ¿cómo ves?” en lugar de pensar en las ramificaciones o razones de fondo por las que suceden. Es un constante “¿Sabías que…?” de datos de trivia escritos para una cuenta de Twitter que aún tiene el límite de los 140 caracteres. Si ya escuchaste a un man que apenas puede articular palabras llegar a estas mismas conclusiones en una peda tornada en mesa de debate filosófica a las tres de la mañana, básicamente ya tuviste la experiencia que ofrece esta película.

Eso sí, al menos la forma en la que Iñárritu decide abordar estas obviedades es visualmente llamativa, así que, por lo menos a nivel estético, no es aburrida. Pero tampoco es que las imágenes sean tan impactantes como deberían o que transmiten el mensaje de una forma maravillosa. Todo es tan exagerado, tan forzado, que en lugar de parecer una reflexión profunda, parece un comercial de perfume mal editado.

Por ejemplo, hay una escena al principio en la que un bebé, justo después de nacer, básicamente dice “nel, yo no quiero vivir en este mundo”, y el doctor procede a empujarlo de vuelta al útero de su madre. Esa escena, en cualquier otra circunstancia, debería ser hilarante. Pero la película la filma con una solemnidad tan ridícula que simplemente no funciona. Se siente falsa, innecesaria, cuando debería ser un momento absurdamente gracioso. Es un chiste que se cuenta como si fuera un rezo.

¿Y PUEDES ADIVINAR QUÉ SIGNIFICA ESA METÁFORA? Sí. Lo que sea que hayas pensado primero, eso es. Así de sutil es esta película.

Y ni hablemos de la estúpida conversación que tiene el personaje principal que DEFINITIVAMENTE no es un self-insert del director con Hernán Cortés sobre la Conquista en donde concluyen que “La Conquista es complicada de abordar. No fue ni buena ni mala. Hay matices”.

Si la idea era hacer un comentario profundo sobre la historia de México, de la identidad nacional, o de lo que sea que Iñárritu cree que está diciendo, lo único que logró fue un monólogo de secundaria disfrazado de arte. Es ese momento en una clase de historia donde el maestro dice “y ahora vamos a hablar del contexto social” y todos se duermen.

Las tres horas de esta película son básicamente un monólogo de flujo de conciencia de alguien que probó DMT por primera vez y está decidido a convencerte de que tú también lo hagas. Y si alguna vez has estado en esa situación, sabes perfectamente lo poco atractivo que es y que lo mejor que puedes hacer es sonreír, asentir y esperar a que pase la tormenta para ir a hacer algo mejor con tu vida como, no sé, doomscrollear TikTok por dos horas o algo así.

Pero incluso si intentas verla sin pensar en sus “GRANDES IDEAS PROFUNDAS”, simplemente no tiene sentido. Como historia, si le quitas toda la mamonería metafórica, es completamente plana. No pasa nada. No hay conflicto. No hay tensión. No hay nada a lo que aferrarte si intentas analizarla con lógica. Es la historia de un periodista que regresa a México a recibir un premio y… pues ya. Le dan el premio. FIN.

Exhilarante, ¿no?

O la ves como metáfora o mejor ni la veas, pero las ideas están tan metidas en el tubo de gases de Iñárritu que al final terminas sintiéndote más tonto por haberlo intentado.

Encima de todo, la película es una especie de autobiografía disfrazada de cine de arte, lo cual, bueno, cada quien. Pero hay UNA escena. UNA. Dura unos cinco minutos y es pura verborrea cringe. Básicamente es el personaje-autorretrato de Iñárritu burlándose de su propia película (sí, la que estás viendo), defendiéndose de cualquier crítica antes de que puedas hacerla y, de paso, mofándose de la gente que no ha logrado hacerla en la industria porque “jijiji, todo se logra con trabajo duro”.

El no-Iñárritu hablando con un periodista quien, en resumidas cuentas, le increpa por irse de México para convertirse en el director de cine que siempre soñó. Le reclama que se sienta mexicano a pesar de vivir en Estados Unidos y que, por eso, su discurso es falso.

¿La respuesta magistral de no-Iñárritu?

“Mensos ustedes que se quedan en un país que los trata mal.”

¡MAESTRO DEL DEBATE, GENTE!

Literalmente estamos a un “los pobres son pobres porque quieren” de que esto sea el paquete completo de filosofía boomer.

Si bien no puedo decir que odio esta película con cada fibra de mi ser, sí me recordó exactamente por qué no me gusta el trabajo de este tipo. Y esa escena en particular me confirmó que, como persona, Iñárritu me parece un absoluto imbécil, idea que ha sido corroborada por varios conocidos que han trabajado con él en sus sets de películas.

Sobra decir que, si esto fue la gran inspiración para el proyecto en el que estoy trabajando, alguien debería reevaluar nuestras decisiones creativas. O al menos, buscar inspiraciones que no huelan tanto a pedantería.

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Opinión

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