octubre 9, 2025

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#4 Tiempos

Lo legal, lo importante y lo humano | Columna de Germán Bautista

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HABLEMOS DE DERECHOS

 

Aprovecharé este espacio para abordar nuevamente un tema un tanto sensible y también en boga. Se trata nuevamente de la consulta, que tanta atención (y tensión) ha generado en el municipio y en el estado de San Luis Potosí. Lo haré desde una perspectiva crítica, pero intentando esbozar una propuesta, porque creo firmemente que la consulta es en extremo relevante, sin embargo, ésta debe necesariamente ser integral y sustantiva.

Dividiré mi postura en tres apartados a los que he denominado, lo legal, lo importante y lo humano.

Lo legal:

San Luis Potosí ha llamado la atención en el orden nacional debido a las sentencias por vulneraciones del derecho a la consulta de las personas con discapacidad, resueltas a favor por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Así mismo, por los amparos 306/2022-II y AMPARO EN REVISIÓN ADMINISTRATIVA 722/2022, que ordenan reponer el proceso de consulta para la elaboración del plan municipal de desarrollo de San Luis Potosí 2021-2024 y del Plan Estatal de Desarrollo del Estado 2021-2027 respectivamente, y que vale decir, son de los pocos en su tipo dedicados a invalidar el proceso de elaboración de políticas públicas por ausencia de consulta.

Estos procesos tienen su relevancia, porque apuntan estructuralmente a generar las condiciones y la cultura para no continuar omitiendo consultar a las personas con discapacidad en los temas que les involucran directa o indirectamente, como lo dispone el artículo 4 numeral 3 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Ojalá tanto el legislativo como el ejecutivo lo comprendan, para que la consulta se haga por convicción y cultura, y no por sentencia.

Lo importante:

El proceso de consulta para la elaboración del plan municipal de desarrollo se llevó a cabo hace algunos meses. Lamentablemente, muy cerca del cierre de la administración, por lo que podría interpretarse como mera simulación, pues dudo mucho que las voces de las personas con discapacidad recogidas durante el proceso hayan adquirido un carácter significativo para la formulación de políticas públicas incluyentes.

Afortunadamente, con el plan estatal de desarrollo no ocurrirá lo mismo, ya que técnicamente el gobierno se encuentra a mitad del sexenio y aunque tarde, todavía pueden ejecutarse algunas acciones, hacia un San Luis incluyente. Sin embargo, es notorio que al momento de la redacción de las presentes líneas, no existe un programa estatal para la inclusión de las personas con discapacidad, el Consejo Técnico de las Personas con Discapacidad previsto en ley no ha sido instalado y por tanto no ha sesionado una sola vez, prevalece un enfoque rehabilitatorio y asistencial institucionalizado, y se aprecia cierta regresividad, pues las responsabilidades de la Dirección de Integración Social adscrita al DIF fueron asumidas, no sé si legalmente, por el Centro de Rehabilitación y Educación Especial, antes, subordinado a la primera. Ojalá todo esto se ventile en el proceso consultivo, hacia un plan estatal de desarrollo inclusivo.

En el marco del proceso consultivo emprendido por el municipio las personas con discapacidad consultadas reclamaron agua, luz, calles limpias y banquetas accesibles, apoyos, despensas, entre otras. Esto es perfectamente natural, porque la discapacidad es un fenómeno humano que no puede concebirse desvinculado de lo urbano, lo rural y por supuesto de lo social. No obstante, temas nodales previstos en la convención y en la ley brillaron por su ausencia, como puede suceder en esta próxima consulta estatal.

¿A qué se debe? ¿Apatía, falta de interés o falta de información?

Yo creo que un poco de las tres, pero las dos primeras, son consecuencia razonable de la última. De modo que, no basta con consultar a las personas con discapacidad sobre cosas que ni siquiera despiertan su interés; se trata de preguntar bien para profundizar en las problemáticas que de manera generalizada y cotidiana aquejan a este sector de la población y que lógicamente, tendrán eco en los preceptos legales previstos por la convención y no al revés.

¿A quién le puede importar opinar sobre capacidad jurídica, acceso a la justicia, educación bilingüe e intercultural para las personas Sordas o turismo accesible e inclusivo cuando las necesidades primarias de la mayoría de la población con discapacidad no están mínimamente satisfechas?

Lo humano:

Lo humano es que las personas con discapacidad puedan hacer exactamente lo mismo que las personas sin discapacidad, sin soportar o padecer cargas adicionales que encuentran su justificación en la condición personal. Lo humano es que el estado reconozca sus obligaciones y sus omisiones en materia de derechos y de políticas públicas transversales, inclusivas e integrales para que las personas con discapacidad no tengan qué estar, tiro por viaje, demandando o exigiendo igualdad de oportunidades.

Lo humano es que las personas con discapacidad, al igual que el resto de la población, se involucren y participen en la vida pública y política del estado para incidir, porque en mi querido San Luis, puede que haya activismo en discapacidad pero no incidencia, y si la hay, esta está capturada por quien tiene más saliva o mejores contactos.

Estamos en la cuarta parte del siglo XXI, a seis años de que finalicen los propósitos planteados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y como hace veinte años, los derechos de las personas con discapacidad se siguen negociando con apatía e indolencia, acaparados por sectores o personas que dicen representarnos.

Lo humano es legislar para todas las personas, planificar para todas las personas, construir para todas las personas sin que se considere un favor, un boletito al cielo o un acto de buena voluntad. Lo humano es ver a las personas con discapacidad como seres humanos, y no como meras receptoras de lo que les vaya quedando, o lo que se vaya pudiendo.

La interposición de acciones de inconstitucionalidad o de amparos por la vulneración del derecho a la consulta de las personas con discapacidad no puede ser un ejercicio automatizado desconectado de lo social y de lo relevante en las vidas de las personas con discapacidad. Las movilizaciones ante la violación de este derecho, tienen qué plantearse integralmente para que tengan significado en todas las esferas y ámbitos con que interactúa este grupo poblacional. No basta con agotar lo legal y paremos de contar, lo legal debe tener eco en lo importante y esencialmente en lo humano. Ello también tiene qué ver con el fortalecimiento de las personas con discapacidad, de sus familias y de sus organizaciones para que opinen fundamentada y objetivamente, y no validen por acción u omisión lo que ya ha sido planeado sin ellas.

También lee: Personas con discapacidad: de la representación simbólica a la representación sustantiva | Columna de Germán Bautista

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#4 Tiempos

Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta

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Apuntes

Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.

Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.

Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.

Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.

En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.

Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir

. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.

No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.

Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.

Punto.

Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.

Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.

Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.

Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.

Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.

El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.

Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.

Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.

Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.

Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.

Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.

También lee: Manuel Nava, médico, humanista impulsor de la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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#4 Tiempos

Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?

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APUNTES

 

Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?

La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?

Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.

Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.

¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.

Deme una salida, presidente…

— Ok.

Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú

… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.

—Ganamos.

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña

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Opinión

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