#4 Tiempos
Lo legal, lo importante y lo humano | Columna de Germán Bautista
HABLEMOS DE DERECHOS
Aprovecharé este espacio para abordar nuevamente un tema un tanto sensible y también en boga. Se trata nuevamente de la consulta, que tanta atención (y tensión) ha generado en el municipio y en el estado de San Luis Potosí. Lo haré desde una perspectiva crítica, pero intentando esbozar una propuesta, porque creo firmemente que la consulta es en extremo relevante, sin embargo, ésta debe necesariamente ser integral y sustantiva.
Dividiré mi postura en tres apartados a los que he denominado, lo legal, lo importante y lo humano.
Lo legal:
San Luis Potosí ha llamado la atención en el orden nacional debido a las sentencias por vulneraciones del derecho a la consulta de las personas con discapacidad, resueltas a favor por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Así mismo, por los amparos 306/2022-II y AMPARO EN REVISIÓN ADMINISTRATIVA 722/2022, que ordenan reponer el proceso de consulta para la elaboración del plan municipal de desarrollo de San Luis Potosí 2021-2024 y del Plan Estatal de Desarrollo del Estado 2021-2027 respectivamente, y que vale decir, son de los pocos en su tipo dedicados a invalidar el proceso de elaboración de políticas públicas por ausencia de consulta.
Estos procesos tienen su relevancia, porque apuntan estructuralmente a generar las condiciones y la cultura para no continuar omitiendo consultar a las personas con discapacidad en los temas que les involucran directa o indirectamente, como lo dispone el artículo 4 numeral 3 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Ojalá tanto el legislativo como el ejecutivo lo comprendan, para que la consulta se haga por convicción y cultura, y no por sentencia.
Lo importante:
El proceso de consulta para la elaboración del plan municipal de desarrollo se llevó a cabo hace algunos meses. Lamentablemente, muy cerca del cierre de la administración, por lo que podría interpretarse como mera simulación, pues dudo mucho que las voces de las personas con discapacidad recogidas durante el proceso hayan adquirido un carácter significativo para la formulación de políticas públicas incluyentes.
Afortunadamente, con el plan estatal de desarrollo no ocurrirá lo mismo, ya que técnicamente el gobierno se encuentra a mitad del sexenio y aunque tarde, todavía pueden ejecutarse algunas acciones, hacia un San Luis incluyente. Sin embargo, es notorio que al momento de la redacción de las presentes líneas, no existe un programa estatal para la inclusión de las personas con discapacidad, el Consejo Técnico de las Personas con Discapacidad previsto en ley no ha sido instalado y por tanto no ha sesionado una sola vez, prevalece un enfoque rehabilitatorio y asistencial institucionalizado, y se aprecia cierta regresividad, pues las responsabilidades de la Dirección de Integración Social adscrita al DIF fueron asumidas, no sé si legalmente, por el Centro de Rehabilitación y Educación Especial, antes, subordinado a la primera. Ojalá todo esto se ventile en el proceso consultivo, hacia un plan estatal de desarrollo inclusivo.
En el marco del proceso consultivo emprendido por el municipio las personas con discapacidad consultadas reclamaron agua, luz, calles limpias y banquetas accesibles, apoyos, despensas, entre otras. Esto es perfectamente natural, porque la discapacidad es un fenómeno humano que no puede concebirse desvinculado de lo urbano, lo rural y por supuesto de lo social. No obstante, temas nodales previstos en la convención y en la ley brillaron por su ausencia, como puede suceder en esta próxima consulta estatal.
¿A qué se debe? ¿Apatía, falta de interés o falta de información?
Yo creo que un poco de las tres, pero las dos primeras, son consecuencia razonable de la última. De modo que, no basta con consultar a las personas con discapacidad sobre cosas que ni siquiera despiertan su interés; se trata de preguntar bien para profundizar en las problemáticas que de manera generalizada y cotidiana aquejan a este sector de la población y que lógicamente, tendrán eco en los preceptos legales previstos por la convención y no al revés.
¿A quién le puede importar opinar sobre capacidad jurídica, acceso a la justicia, educación bilingüe e intercultural para las personas Sordas o turismo accesible e inclusivo cuando las necesidades primarias de la mayoría de la población con discapacidad no están mínimamente satisfechas?
Lo humano:
Lo humano es que las personas con discapacidad puedan hacer exactamente lo mismo que las personas sin discapacidad, sin soportar o padecer cargas adicionales que encuentran su justificación en la condición personal. Lo humano es que el estado reconozca sus obligaciones y sus omisiones en materia de derechos y de políticas públicas transversales, inclusivas e integrales para que las personas con discapacidad no tengan qué estar, tiro por viaje, demandando o exigiendo igualdad de oportunidades.
Lo humano es que las personas con discapacidad, al igual que el resto de la población, se involucren y participen en la vida pública y política del estado para incidir, porque en mi querido San Luis, puede que haya activismo en discapacidad pero no incidencia, y si la hay, esta está capturada por quien tiene más saliva o mejores contactos.
Estamos en la cuarta parte del siglo XXI, a seis años de que finalicen los propósitos planteados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y como hace veinte años, los derechos de las personas con discapacidad se siguen negociando con apatía e indolencia, acaparados por sectores o personas que dicen representarnos.
Lo humano es legislar para todas las personas, planificar para todas las personas, construir para todas las personas sin que se considere un favor, un boletito al cielo o un acto de buena voluntad. Lo humano es ver a las personas con discapacidad como seres humanos, y no como meras receptoras de lo que les vaya quedando, o lo que se vaya pudiendo.
La interposición de acciones de inconstitucionalidad o de amparos por la vulneración del derecho a la consulta de las personas con discapacidad no puede ser un ejercicio automatizado desconectado de lo social y de lo relevante en las vidas de las personas con discapacidad. Las movilizaciones ante la violación de este derecho, tienen qué plantearse integralmente para que tengan significado en todas las esferas y ámbitos con que interactúa este grupo poblacional. No basta con agotar lo legal y paremos de contar, lo legal debe tener eco en lo importante y esencialmente en lo humano. Ello también tiene qué ver con el fortalecimiento de las personas con discapacidad, de sus familias y de sus organizaciones para que opinen fundamentada y objetivamente, y no validen por acción u omisión lo que ya ha sido planeado sin ellas.
También lee: Personas con discapacidad: de la representación simbólica a la representación sustantiva | Columna de Germán Bautista
#4 Tiempos
La Primera Geóloga Mexicana | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
La apertura de la Geología en San Luis Potosí, se daría gracias a la participación de Guillermo Labarthe Hernández, Pionero de la Geología en San Luis y baluarte en el desarrollo de esta disciplina en la UASLP. El Ingeniero Labarthe falleció hace unos días y esta columna está dedicada a su memoria.
La participación de la mujer en carreras universitarias tradicionalmente dirigidas a los hombres tuvo un impulso importante en la década de los cuarenta en la Universidad Nacional Autónoma de México, de esta forma sorteando los obstáculos que se les presentaba, comenzaron a cristalizar sus sueños graduándose en carreras tales como matemáticas e ingeniería, asuntos y perfiles que hemos tratado en anteriores entregas.
Una de estas mujeres que abrieron el camino de la profesionalización del género en carreras típicamente masculinas, se encuentra Josefa Cuevas Aguilar que ingresara a estudiar geología y terminara su carrera convirtiéndose así en la primera geóloga mexicana interesada en el estudio de la paleontología.
Mientras que en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí se abría la opción de geología hasta principios de la década de los sesenta, diez años antes se graduaría esta mujer haciendo historia en la ingeniería mexicana. Josefa Cuevas Aguilar nació en Mérida, Yucatán en 1920, donde estudiaría su educación básica hasta la preparatoria, diciendo continuar sus estudios de Geología en la ciudad de México en la Facultad de Ingeniería de la Escuela de Ingenieros de la Universidad Nacional, para entonces había contraído nupcias con el ingeniero Enrique Sansores Manzanilla, factor que facilitaría su formación al recibir el apoyo de su esposo, pues la participación de una mujer a ingeniería era verdaderamente excepcional, al ser uno de los ambientes más masculinos. El año de 1944 que marcaba su ingresó, entrarían otras tres mujeres que no pudieron culminar sus estudios, así que Josefa Cuevas sería la única mujer que pudiera vencer los obstáculos impuestos a las mujeres de una carrera como la Geología.
Fue una excelente estudiante y su actividad comenzó a ser reconocida obteniendo la primera Medalla al Mérito Universitario, por Distinción Escolar, Primer Premio en 1947. Por sus méritos académicos obtuvo una plaza de laboratorista en Mineralogía y Petrografía para las clases de geología. Ayudaba en el cuidado y arreglo de las colecciones de rocas y minerales que entonces tenía la Escuela de Ingenieros. Su examen profesional fue el 7 de octubre de 1950, con la aprobación unánime y mención honorífica. Su título tiene fecha del 9 de enero de 1951.
Josefa Cuevas se convertía en la primera geóloga mexicana. Desde 1946 trabajaba en el Departamento de Paleontología de la Gerencia de Exploración de Petróleos Mexicanos. Empezó como Ayudante de Paleontólogo y fue ascendiendo en categoría a medida que, como ella dice, “fueron mejorando mis conocimientos” hasta llegar la posición de Paleontólogo Auxiliar A. En el año 1949.
Fue trasladada a la Zona Sur, que comprendía todo el sureste de México, para hacerse cargo del Laboratorio de Paleontología. Por las formaciones geológicas que le tocó estudiar, se volvió una experta de la fauna de foraminíferos bentónicos y planctónicos, especialmente del terciario. Estudiaba muestras de geología superficial y también del subsuelo, y sus resultados fueron muy apreciados. Tuvo varios ascensos hasta que alcanzó la Jefatura de Paleontología de la Zona, que desempeñó de 1953 a 1966.
Con el cargo de jefe de paleontólogos realizó exploraciones y estudios en el estado de San Luis Potosí, ampliando los conocimientos de la microfauna del estado potosino, principalmente del Terciario y el Cretácico.
En diciembre de 1969 fue trasladada a la Ciudad de México, comisionada en el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), como jefe del Departamento de Micropaleontología del Terciario, coincidiendo con físico potosino Candelario Pérez Rosales. En el IMP analizó todas las muestras sedimentarias del país, lo que completó aún más su conocimiento de la microfauna y la estratigrafía de México. Estuvo en el IMP hasta 1978, año en que se jubiló.
Continúo trabajando hasta 1998 trabajó junto con su esposo como geólogo independiente para Petróleos Mexicanos, en la capacitación del personal técnico de su Gerencia de Exploración. Josefa Cuevas dedicó su vida a su profesión sin ser conocida fuera de su ámbito, resaltamos su relación con San Luis Potosí con sus estudios paleontológicos desarrollados en el Estado. En 1990 la Sociedad Geológica Mexicana, A.C. le otorgó a Josefa Cuevas de Sansores un diploma en reconocimiento a su labor en beneficio de las Ciencias de la Tierra.
Josefa Cuevas Aguilar murió a los 90 años de edad en el 2010, en el estado de Morelos, donde vivía con su marido desde su jubilación de PEMEX. Josefa Cuevas Aguilar pasa a la historia de la ingeniería mexicana como la primera mujer titulada en esta disciplina.
También lee: Primer poeta potosino, Andrés Diego de la Fuente | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
La seriedad y la risa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
Un amigo mío, ejecutivo de cierta importancia, tan pronto como llega a su oficina arquea las cejas, se compone la corbata y adopta una pose tan autoritaria que a uno le dan ganas de obedecerle en todo. ¡Dios mío, qué transmutación de un minuto a otro y de una puerta a la siguiente! ¡Pero si apenas hace cinco minutos venía en su auto contando chistes rojos! Cuando se apeó del automóvil aún sonreía, pero apenas entró en el edificio adoptó un tono tan cadavérico y malhumorado que ya sólo verlo daba miedo. ¿Estoy ante uno de esos que los psicólogos llaman ciclotímicos?, me preguntaba yo lleno de asombro, pues no me explicaba cómo se podía pasar de un estado de ánimo a su contrario de manera tan radical y, sobre todo, en tan corto tiempo.
-Señorita –dijo mi amigo apretando un botón y levantando una bocina-, ayer por la tarde le pedí que revisara el expediente X. ¿Lo hizo usted?
La señorita tartamudeaba en la lejanía, presa de un pánico feroz.
-Sí, sí, lo he hecho. ¿Quiere usted revisarlo, licenciado?
Yo miraba a mi amigo como preguntándole: «¿Eres tú? ¿De veras eres tú?». Pero él hizo como que no entendió mi pregunta, y en eso la secretaria anunció la llegada del famoso y temido expediente X.
Entonces recordé lo que, según dicen, aconsejó una vez Anaximandro el filósofo a Pericles el político: «Acuérdate de lo que te digo: para seguir en el poder hay que ser serios». Y sonreí con cierta malicia, como entendiendo por fin de qué iba la cosa. Pero, ¿había leído mi amigo a los filósofos griegos?
Lo dudo. Ya el Memín Pinguín hubiera sido demasiado para él. Y esto lo digo no en plan de mofa, sino ateniéndome a lo que él mismo me dijo un día, a saber: que el único libro que había leído en su vida, y de eso hacía ya muchos años, era el instructivo de una cámara Nikon que acababa de comprar en aquel entonces; pero, de ahí en fuera, nada más…
–Es apasionante leer los instructivos y a la vez muy divertido –me dijo aquella vez-. Pero, ¿quién lee ya estas obras maestras de la concisión? ¡Es la literatura más olvidada de todas! No miento si te digo que mi modesta biblioteca personal, si puedo llamarla así, está formada sólo por esos instructivos o manuales de uso que la gente desecha con desconsiderada facilidad. ¡Tengo más de cien! Algún día leeré los noventa y nueve que me faltan.
¿Bromeaba mi amigo diciéndome estas cosas? Pero no, no bromeaba: recordemos que estaba en su oficina y que él, allí, no se habría permitido ni la sonrisa más discreta.
Pero ahora hablemos de una mujer a la que conozco. En su juventud fue algo hermosa, según pude verlo en viejas fotografías conservadas con devoción por ella misma en un álbum que, de tan pesado, nadie aceptaría cargar durante cinco minutos seguidos. Sí, digamos que fue bella. Pero cometió en su juventud el error de hacer caso a una amiga suya del colegio que le dijo un día:
-No permitas que tu hermosura se estropee. Evita, sobre todo, las patas de gallo.
-¿Y cómo las he de evitar? –preguntó ella, pues realmente le quitaban el sueño todas estas cosas.
-No rías. Y, si puedes, evita también las sonrisas. ¡Estropean el rostro como no tienes una idea! Lo arrugan, lo ajan, lo deforman.
¡Lo mismo pensaba aquel monje amargado de El nombre de la rosa!: «La risa sacude el cuerpo, deforma los rasgos de la cara y hace que el hombre parezca un mono».
Desde entonces aquella mujer ya nunca rió, conformándose, para manifestar su alegría, con estirar la boca y hacer una mueca, cual si estuviera ante un espejo comprobando que no se le ha quedado nada entre los dientes después de haber comido. ¿Sonreír de veras? No, gracias. Debo cuidarme de las patas de gallo.
Y así podría contra infinidad de historias más; baste por el momento con decir que, si bien la sonrisa tiene enemigos, yo preferiría mil veces que nadie me obedeciera y todo se me arrugara, a andar por la vida mostrando una horripilante cara de tabla.
Escribió el padre Auguste Valensin en su diario (anotación del 10 de mayo de 1937): «No sentir miedo de Jesús, no sentir miedo de mi Padre. Me imagino a Jesús con sus apóstoles. Llega a la orilla del lago donde los niños juegan. Y, al verlo, huyen los niños. Una madre le trae a su niñito de seis años y el pequeñín, aterrorizado, se agarra a las faldas de su madre, grita, quiere escaparse de allí. ¡Lo contrario de lo que sabemos que ocurría! Y me pregunto: ¿qué sentimientos hubiera experimentado Jesús? ¡Es tan doloroso darse cuenta de que se infunde miedo! Y todavía el miedo de un niño no puede realmente entristecernos porque es irrazonado, pero Jesús, que vino por amar a los hombres y fue todo amor para ellos, si hubiera visto a los que se acercaban a Él y a quienes ofrecía su afecto retirarse muertos de miedo; si hubiera visto a sus apóstoles tratarle como un maestro severo, mientras que Él se mostraba para con ellos indulgente y suave; si hubiera visto que los pecadores evitaban incluso por respeto su presencia, ¡qué pena hubiera experimentado!».
Jesús debió sonreír, y muy a menudo; debió ser incluso un maestro en el arte de la sonrisa, pues de no haber sido así, ¿por qué iban los niños a correr a abrazarlo espontáneamente, como sabemos que lo hacían? Somos más bien nosotros, sus discípulos, quienes hemos caído a veces en la tentación de la seriedad. ¡Como si por parecer serios nuestros enemigos fueran a respetarnos más! Quizá sea demasiado injusto al decir esto, pero un cristiano que infunde miedo –sea cual fuere su trabajo en la viña del Señor-, aún no ha podido ser cristiano más que a medias.
¿O me equivoco, estimado lector?
También lee: Variaciones sobre el mismo tema | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
#4 Tiempos
¿Ascenso otra vez? | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Hace unas horas se ha publicado información por parte de Ignacio Suárez, “El Fantasma”, una supuesta resolución por parte del TAS, para regresar el ascenso en el fútbol mexicano, para la temporada 25/26, de no cumplirse esto, la liga, federación y empresas que la conforman se verán sujetas a sanciones internacionales.
Con esto, parece ser que se da fin a una de las épocas más obscuras del fútbol mexicano, ¿o no?
Tratemos de entender cómo funciona esto. En el año 2020, los equipos de la Liga MX suspendieron el ascenso y descenso de la primera división, argumentando la falta de garantías económicas y deportivas de parte de la mayoría de los equipos de la segunda división, sustentando esto en los problemas económicos derivados de la pandemia de covid-19, dicha propuesta prometía que esta medida era solo provicional y no definitiva, dando un plazo máximo de seis años para regularizar la decisión de forma definitiva. Esto se votó al interior de la liga y fue aceptada por la mayoría de sus miembros, a pesar de las protestas de los dueños de los equipos de la segunda división.
El plazo se ha cumplido, seis años se cumplen al término de la siguiente temporada, y ante la insistencia y reclamos de los equipos de la segunda división (hoy llamada Liga de Expansión), el debate se ha vuelto a abrir.
Equipos, jugadores y aficiones de los equipos de Expansión sueñan con la posibilidad de abrir una oportunidad para buscar el ascenso el próximo año. De la misma forma, equipos en la tercera, cuarta y hasta quinta división (llamadas Serie A, Serie B y Liga TDP) donde inexplicablemente, también se han negado dichos ascensos.
Pero vayamos por partes, la situación de los equipos de las divisiones inferiores en México no ha cambiado mucho, equipos sin finanzas sanas, con muchas dudas sobre la transparencia de sus recursos, con poca infraestructura tanto en canchas de entrenamiento como en estadios, poco interés en formar jugadores y nulo o casi nulo intento por generar equipos femeniles, ponen en entredicho la posibilidad no solo de ascender, sino de una sana permanencia en primera división. Para ser más exactos, hoy solo cinco equipos de la Liga de Expansión tienen su carpeta de cargos completa para poder pensar en un ascenso (U de G, Yucatán, Correcaminos, Atlante y Morelia). Dicho esto, cualquier otro equipo que quisiera pelear por su lugar en la MX tendría primero que remediar su situación.
Ahora bien, se habla del ascenso, pero no de un posible descenso. Mucho se ha manejado la intención de aumentar la liga a 20 equipos, incluso hay propuestas para llegar a 24 o más equipos, emulando un poco la situación de la MLS, y hoy parece que la idea puede llegar a cobrar fuerza.
Y es que pensémoslo bien, la idea de aumentar la liga de 18 a 20 parece no solo posible, sino también interesante, los equipos recién ascendidos tendrían la posibilidad de establecerse económicamente en la Liga MX, sin el riesgo de un eventual descenso en tan solo una temporada, podrían pensar en estabilizarse deportivamente y buscar ingresos importantes en por lo menos dos años.
En fin, según “El Fantasma” la decisión está tomada, la Liga MX tendrá nuevos invitados, aunque me resisto a aceptarlo, creo que los dueños del balón encontrarán la forma de saltarse la regla en beneficio de su bolsillo y (nuevamente) en detrimento del deporte y su desarrollo, en fin.
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