febrero 23, 2025

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#4 Tiempos

La historia de Juan | Columna de Juan Jesús Priego

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Conozco a Juan desde hace mucho, desde el tiempo en que éramos vecinos de banco en la preparatoria y estudiábamos juntos por las tardes en el mismo equipo.

Juan. Lo recuerdo con la mirada siempre fija en la lejanía o inclinado ante la página de un libro abierto por la mitad. Hace treinta y cinco años –¡treinta y cinco años ya!- usaba unas gafas gruesas y verdes que lo hacían parecer más viejo de lo que era, y aunque hoy usa unos lentes más delgados y finos y luce más juvenil que hace dos décadas , sigue siendo el mismo Juan.

En aquel entonces caminaba por los pasillos del colegio siempre pegado a la pared, como si no quisiera robar espacio a los demás o necesitase apoyarse en algo para no caer.

Nunca aceptaba nada. Cuando, por ejemplo, lo invitábamos a comer o a cenar, él siempre se sentía en la obligación de pagar la cuenta, y si uno de nosotros le rogaba que no lo hiciera, él se removía en su silla, visiblemente angustiado. Más de una vez, fingiendo tener que ir al baño, se dirigió a la caja para tomarnos la delantera y pagar la cuenta. Los que no lo estimaban se aprovechaban de él, diciéndose entre ellos: «¿Invitamos a Juan para que pague él?»; los que lo estimábamos habíamos dejado de invitarlo a nuestras reuniones por dos motivos: primero, porque sabíamos que no era rico y nuestras invitaciones le eran gravosas, y, segundo, porque no queríamos apenarlo innecesariamente: nos daban lástima sus gestos de tímido, su cara de huérfano.

Una vez, por su cumpleaños, le regalé un libro cuyo título no recuerdo ahora. Quizá era El Principito, aunque no estoy muy seguro. Pues bien, al día siguiente fue a dejar a mi casa un libro todavía más caro y más gordo que el que yo le había obsequiado el día anterior diciendo que desde hacía tiempo había pensado llevármelo a la escuela, pero que no lo había hecho por puro descuido de su parte. «Siempre se me olvidaba meterlo en la mochila», me dijo bajando la voz y cerrando los ojos, cual si estuviera pidiéndome perdón. En otras palabras, con él no había remedio.

Un personaje del mundo novelístico de Flannery O’Connor (1925-1964), la escritora norteamericana, era exactamente como Juan: «Después de cada comida buscaba en el bolsillo un pedazo de lápiz y escribía una cifra: aquella que, según él, costaba la comida. A su tiempo restituiría la suma entera». Juan la restituiría pagando a su vez en la próxima reunión.

Por aquellos días, según nos enteramos, Juan tuvo una novia. ¿Le parece a usted extraño? A nosotros, crueles con la crueldad de la juventud, el hecho no sólo nos pareció insólito, sino incluso ridículo. ¿Juan una novia? Sí, y tanto la quería que diariamente le compraba un pequeño ramo de rosas. Y no sólo eso, sino que además la llevaba al cine, o a alguna plaza comercial para invitarle un helado. ¿Todos los días, todos los días? Sí. «Esto acabará mal», sentenciamos en coro sus amigos. Y así sucedió, en efecto, porque cuando, sacando cuentas, vio Juan que aquella relación lo tenía a un paso de la depresión económica, de la ruina financiera, decidió sencillamente terminarla.

La novia, claro está, ni siquiera lo buscó para decirle lo que suele decirse en tales circunstancias, a saber, que volvieran otra vez, que no le importaba recibir cosas, que con regalos o sin ellos ella lo quería lo mismo, o cosas así, sino que simplemente desapareció de su vida como desaparece una cucaracha por el resquicio de una puerta.

Y entonces, claro está, la depresión económica de Juan adquirió también un sesgo marcadamente psicológico que lo dejó al borde del suicidio. «¿Por qué nadie me quiere, por qué nadie quiere quererme?», nos preguntaba a sus amigos, que lo único que hacíamos era darle inofensivas palmaditas en la espalda.

Hoy, sin embargo, sí sabría explicar por qué la cosa tenía que acabar mal: porque el amor es un intercambio en el que se da y se recibe al mismo tiempo, y Juan nunca recibió nada a cambio de lo que daba. Él era el que tenía siempre que hablar, que invitar, que insistir. ¿Y qué recibía en compensación? Ya lo sabe el lector: nada. Como me dijo una vez un hombre de campo, hay quienes gustan de usar sólo el azadón, y cuando tienen que usar la pala se escabullen. La novia de Juan pertenecía, evidentemente, a esta raza malévola.

«Amar –dice Erich Fromm repetidamente en uno de sus libros- es esencialmente dar, no recibir». Sí, y, sin embargo, el que nunca recibe termina cansándose de no ser sino el que siempre da. ¡También a él, alguna vez, le gustaría que le dieran algo! Como dijo Benedicto XVI en Dios es amor, su primera encíclica, «el hombre no puede vivir exclusivamente del amor oblativo, descendente. No puede dar únicamente y siempre: también desea recibir. Quien quiere dar amor, debe a su vez recibirlo como don» (n. 7).

Es más, según Anselm Grün, famoso monje benedictino y autor de innumerables libros de espiritualidad, uno de los enemigos de la amistad y del amor es la tentación de estarle siempre dando cosas al otro. «El exceso de favores –escribió una vez- debilita la amistad en lugar de fortalecerla. Hay, efectivamente, personas que regalan muchas cosas a sus amigos. Esto lleva a que el amigo sienta que el otro quiere comprar su amistad. Es verdad que puede reprimir este sentimiento, pero, en seguida, el sentimiento reprimido se transforma en agresividad y, finalmente, conduce al endurecimiento». En otras palabras: los roles acaban consolidándose y el que recibe ya nunca quiere dar; y, así, si el otro esperaba algo a cambio de lo que daba –una palabra de afecto, una declaración de cariño- se queda lindamente con un palmo de narices.

¿Es esto es lo que había pasado con Juan? Tal vez. Pero ojalá haya aprendido la lección, y en su próximo noviazgo –en el caso de que lo haya, aunque ya sea preocupantemente tardío- confíe más en sí mismo y menos en el valor de sus regalos.

(Posdata: ayer vi a Juan en la calle; llevaba sus gafas modernas y, en las manos, una caja de chocolates. Iba, además, muy sonriente. Ojalá no se trate de lo que estoy pensando…).

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#4 Tiempos

El mundo en la Liga MX | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

El fútbol mexicano ha sido un destino atractivo para grandes figuras internacionales a lo largo de su historia. Desde jugadores sudamericanos hasta europeos de renombre, la Liga MX ha visto desfilar a estrellas que han dejado una huella impotante. Hoy, la atención está centrada en el posible debut de Sergio Ramos con el Monterrey, mismo que curiosamente se puede dar mañana enfrentando a San Luis, pero antes de hablar de él, es justo recordar a otros extranjeros que brillaron en México.

El fútbol mexicano ha sido testigo de la llegada de jugadores que marcaron época. El brasileño Cabinho, máximo goleador histórico de la Liga MX, es un nombre que ningún aficionado olvida. Su capacidad goleadora con Pumas y Atlante lo convirtió en un ídolo.

Otro nombre legendario es el del chileno Carlos Reinoso, quien brilló como jugador en el América y luego dejó un legado como entrenador.

En tiempos más recientes, jugadores como el chileno Iván Zamorano, el colombiano Luis Gabriel Rey y el paraguayo Salvador Cabañas dejaron una huella profunda en sus respectivos equipos. Y no podemos olvidar a los europeos que llegaron a México en la última década, como André-Pierre Gignac, quien se convirtió en un ícono del Tigres.

Además de estos nombres, el fútbol mexicano también ha recibido a figuras de talla mundial que, aunque su paso fue breve, dejaron un impacto significativo.

Recordemos a Dani Alves, el lateral derecho brasileño, considerado uno de los mejores en su posición, tuvo un breve pero memorable paso por el Pumas UNAM en 2022. Aunque su estancia fue corta, su calidad técnica y liderazgo fueron evidentes. Alves llegó a México después de una carrera repleta de éxitos en Europa y buscaba aportar su experiencia. Su presencia generó un gran revuelo mediático y demostró que la Liga MX sigue siendo un destino atractivo para estrellas de renombre.

Ronaldinho fue tal vez el de mayor revuelo hasta el momento, el mago brasileño, ganador del Balón de Oro y uno de los jugadores más talentosos de la historia, tuvo un paso por México en 2014. Ronaldinho jugó con el Querétaro, donde deslumbró con su habilidad y visión de juego. Aunque su estancia fue breve, dejó momentos mágicos que los aficionados aún recuerdan con cariño.

Antes de convertirse en uno de los entrenadores más exitosos del mundo, Josep Guardiola tuvo un breve paso como jugador en el Dorados de Sinaloa en 2006. Su llegada fue un hito para la liga, ya que el ex capitán del Barcelona y de la selección española aportó su clase y experiencia en el mediocampo. Aunque su tiempo en México fue corto, su influencia en el equipo y en la liga fue notable.

Claudio López, conocido como “El Piojo”, tuvo una destacada trayectoria en Europa antes de llegar al América en 2009.

El Piojo se convirtió en un referente ofensivo para las Águilas, aportando goles y experiencia. Su paso por México fue recordado por su profesionalismo y su capacidad para resolver partidos.

En medio de este legado de grandes extranjeros, el posible debut de Sergio Ramos con el Monterrey ha generado una alta expectativa. El defensa español, considerado uno de los mejores de su generación, llega a México con un palmarés impresionante: múltiples Champions League, campeonatos de LaLiga, un Mundial con España y una reputación de líder innato.

A sus 38 años, Ramos no solo aportará experiencia y calidad defensiva, sino también un carisma y una mentalidad ganadora que podrían ser clave para Rayados en su búsqueda de títulos. Su llegada no solo sería un impulso deportivo, sino también mediático, hacia la Liga MX.

Más allá de su calidad técnica, Ramos representa un modelo distinto de profesionalismo y competitividad. Su mentalidad ganadora y su capacidad para liderar equipos podrían ser un ejemplo para los jóvenes talentos mexicanos. Además, su presencia en la liga podría elevar el nivel de exigencia y atraer a más figuras internacionales de alto perfil.

Sin duda, el debut de Sergio Ramos en el fútbol mexicano sería un hito histórico. Si logra adaptarse rápidamente y demostrar su mejor versión, no solo se sumaría a la lista de extranjeros que han triunfado en México, sino que también podría convertirse en uno de los más importantes de todos los tiempos.

Para darle un toque extra, es muy probable que dicho debut sea mañana frente a San Luis, un equipo que no ve claro su presente y parece rival a modo para que el español tenga un debut soñado en su estadio.

Esperemos y veamos que puede aportar Ramos, ojalá que su calidad se note, tal como James ha estado aportando en León. Sin duda, bienvenidos esos extranjeros que a pesar de ya no estar en su momento más brillante, hacen que la liga Mx, tenga un lugar en la historia de las grandes figuras.

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#4 Tiempos

100 años de música de Sonido 13 | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

El domingo 15 de febrero de 1925 se tocaba por primera vez en el mundo música basada en la teoría musical de Sonido 13 desarrollada por el potosino Julián Carrillo desde el año de 1895. Por entonces se había abierto un sonado debate sobre esa posibilidad, pues a nivel mundial algunos investigadores trataban de construir instrumentos en cuartos de tono sin fortuna. Mientras Julián Carrillo había desarrollado las bases para tener sistemas, no sólo en cuartos de tono, sino en divisiones tales que podía llegar hasta dieciseisavos de tono. Para entonces Carrillo fundamentaba que con el experimento de división de tono que había realizado en 1895 había dado con el proceso experimental de la división del tono en el número deseado de veces y con ello, para entonces había desarrollado todo un sistema que denominaba Sonido 13.

Consecuencia del debate, fue llamado a que demostrara sus dichos para lo cual se dio a la tarea de construir nuevos instrumentos que pudieran tocar en cuartos, octavos y dieciseisavos de tono y ajustar instrumentos en uso, como violín y violonchelo para que pudieran reproducir cuartos de tono.

Con la ayuda de sus alumnos emprendieron tal tarea y tuvieron compuestas obras en divisiones de tono así como los instrumentos adecuados. Con el uso de los tradicionales violín y violonchelo, se agregaban nuevos cornos y arpas que podían reproducir dieciseisavos de tono, el diseño del nuevo instrumento de cuerda para octavos de tono, que fue denominado octavina, y nueva guitarra en cuartos de tono.

Para el mes de febrero de 1925, Carrillo y sus alumnos tenían todo listo para interpretar por primera vez a nivel mundial música en fracciones de tono en un concierto programado en el Teatro Principal de la Ciudad de México, que promocionaba como el concierto en el cual: “por primera vez en el mundo se oirán en un concierto composiciones musicales con dieciseisavos, octavos y cuartos de tono, elementos conquistados por México el año de 1895”.

En ese concierto se estrenaría la obra de Carrillo: “Preludio a Colón” que inauguraba la entrada a un nuevo universo musical; participarían también sus alumnos con composiciones en fracciones de tono basado en la teoría de Sonido 13 con obras de Soledad Padilla, Elvira Larios y Rafael Adame.

Como solistas estarían: la soprano María Sebastiana Ahedo, y los señores Luis G. Galindo y Rafael G. Adame.

Como instrumentistas microtonales participaron: Luis González y González, Manuel C. Ascencio, Luis G. Galindo, Rafael G. Adame, José M. Torres, Gerónimo Baqueiro Foster, Santos Carlos y José López Alavez (compositor de la popular Canción Mixteca).

En los coros participaron: María Sebastiana Ahedo, María García Ganda, Elvira Larios, Cecilia Larios, Soledad Padilla, María del Refugio Lomely, Guadalupe Solís, Anita Valderrama, Josefina Carlos, Marcelina Carlos, Amalia Tamayo, María de los Ángeles Ortiz, Josefina Buendía, Celia Jiménez, y los señores: Luis G. Galindo, Rafael G. Adame, Manuel C. Ascencio, José López Alavez, Santos Carlos, Gerónimo Baqueiro Foster, Enrique Rodríguez, Tomás Ponce Reyes, José María Flores, Manuel León Mariscal, Antonio Hernández Montoya, José López Flores y Vicente T. Mendoza (famoso investigador de música popular mexicana).

Este gran acontecimiento histórico – musical, como anunciaba el anuncio del concierto, colocó a San Luis Potosí en el foco mundial musical a través de la figura de Julián Carrillo Trujillo nacido en Ahualulco, San Luis Potosí, y que para entonces era reconocido como uno de los grandes músicos y compositores a nivel mundial, así como un gran reformados al dar a conocer su Teoría del Sonido 13 y demostrar que era posible componer música en este sistema y poder ser interpretada con instrumentos clásicos y el poder ser construidos nuevos instrumentos, y ser interpretado por la voz humana como fue ese histórico Preludio a Colón, donde la voz humana tiene el eje central de su interpretación bajo el acompañamiento y los solos de instrumentos novedosos como el arpa y la octavina para dieciseisavos y octavo de tono, respectivamente

Desde San Luis Potosí, celebramos este Centenario del primer concierto a nivel mundial con música microtonal.

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#4 Tiempos

La supremacía de la Liga Mx ¿Realidad o espejismo? | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Esta semana, los equipos mexicanos volvieron a demostrar su dominio en la CONCACAF al avanzar de manera contundente a la siguiente ronda de la Liga de Campeones. Sin excepción, todos los representantes de la Liga MX superaron a sus rivales, dejando en claro una vez más que México es el epicentro del fútbol a nivel clubes en la región. Sin embargo, este éxito reiterado plantea una pregunta incómoda: ¿es la Liga MX realmente superior, o su éxito es el resultado de un desequilibrio económico y estructural en la CONCACAF?

No hay duda de que los clubes mexicanos cuentan con ventajas significativas frente a sus rivales de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe. La inversión en infraestructura, la capacidad de atraer talento extranjero de alto nivel y la estabilidad financiera de muchos equipos les permiten armar planteles competitivos que, en teoría, deberían superar a los de otras ligas de la CONCACAF. Además, la experiencia acumulada en torneos internacionales les da una ventaja táctica y mental frente a equipos que, en muchos casos, no están acostumbrados a enfrentarse a rivales de mayor nivel.

Sin embargo, este dominio no está exento de críticas. Algunos argumentan que la supremacía de la Liga MX se debe, en gran medida, a la falta de competitividad en el resto de la región. Mientras que México cuenta con una liga profesional consolidada y con recursos económicos considerables, muchos países de la CONCACAF luchan por mantener ligas estables y competitivas. La brecha económica entre México y el resto de la región es abismal, lo que dificulta que otros equipos puedan competir en igualdad de condiciones.

Además, el éxito de los equipos mexicanos en la CONCACAF no siempre se traduce en un buen desempeño a nivel global. Aunque clubes como Tigres, Monterrey y América han llegado a instancias decisivas en la Copa Mundial de Clubes,

todavía están lejos de igualar a los gigantes europeos y sudamericanos. Esto sugiere que, aunque la Liga MX es dominante en su región, todavía tiene un largo camino por recorrer para competir con las mejores ligas del mundo.

Otro aspecto a considerar es el impacto que este dominio tiene en el desarrollo del fútbol en la región. La falta de competitividad en la CONCACAF podría estar frenando el crecimiento del fútbol en otros países, ya que los equipos mexicanos no enfrentan un desafío real que los obligue a mejorar constantemente. En este sentido, la supremacía de la Liga MX podría ser un arma de doble filo: mientras que fortalece la imagen de la liga a nivel regional, también podría estar limitando su potencial a nivel global.

En fin, la supremacía de la Liga MX en la CONCACAF es innegable, pero no debe ser motivo de complacencia. Los equipos mexicanos tienen la responsabilidad de seguir elevando su nivel y buscar competir con los mejores del mundo, mientras que la CONCACAF debe trabajar para reducir la brecha económica y deportiva que existe entre sus miembros. Solo así podremos hablar de una verdadera competitividad regional y, eventualmente, de un fútbol más fuerte en toda la CONCACAF. Algo que sí valga la pena.

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Opinión

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