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#Exclusiva | La salida de Konishi del PRI para irse a Movimiento Ciudadano
El diputado dijo que la CTM, dirigida por su padre, seguirá siendo tricolor
Por: Redacción
Héctor Mauricio Ramírez Konishi, diputado potosino y hasta hace unos días ex coordinador de la fracción del PRI en el Congreso del Estado, fue cuestionado por La Orquesta sobre las razones de su partida del instituto que lo hizo diputado en dos ocasiones, los trasfondos de su decisión y los niveles en que se bosqueja un futuro en Movimiento Ciudadano (MC) aún y cuando su padre Jesús Ramírez Guerrero es líder obrero de la CTM afiliada siempre al Revolucionario Institucional.
El diputado reiteró que la decisión de adherirse a Movimiento Ciudadano fue por razones personales y generacionales; además señaló que la CTM ha sido clara de mantenerse dentro del PRI, pero admite que el dirigente de la Central Obrera, su señor padre, fue fundamental y a quien pidió consejo.
El legislador comentó que “el contexto político ha cambiado”, fue por eso que tomó la determinación de formar parte de las filas de Movimiento Ciudadano, partido que “está aprovechando la polarización que se generó en el país” junto con Morena al convertirse en los partidos protagonistas: “Son dos propuestas, Movimiento Ciudadano llega con una propuesta más apegada a la ciudadanía, más apegada a lo que la gente cree que se deben de abrazar esas causas”.
Al ser cuestionado respecto a si desea ser alcalde o gobernador, Mauricio Ramírez puntualizó que se se puede ambas: “buscamos el poder, sí no, no tiene sentido. Si tomas este riesgo lo haces para construir algo más fuerte, para construir algo más sólido y donde todos están bienvenidos, yo no me salgo de un pie de un lado para meterlo a otro, yo salgo a construir a formarme a dirigir o ser dirigido, a cómo se den las cosas”.
Mauricio Ramírez Konishi comentó que la coalición PRI, PAN y PRD trabajó para crear un proyecto para ser la mejor opción para San Luis Potosí, el cual se cumplió; no obstante, consideró, el PRI llegó a un ciclo, el cual ahora “no tiene una maniobrabilidad para hacer una oposición realmente propositiva y con causa”, algo con lo que sí cuenta Movimiento Ciudadano.
El ex priista reiteró que MC no intenta replicar el modelo de Samuel García, gobernador de Nuevo León, pues cada estado es diferente en diversidad, cultura urbana y rural.
“No vamos a hacer que una misma política como la que pasó en Nuevo León, vamos a hacerlo aquí, eso es una tontería, y aunque ese estado es un eje importante nacional, hay que aprender de eso y para tomar estas decisiones hay que tomar la certeza de lo que estamos haciendo”.
Respecto al cuestionamiento de quién podría ser el nuevo dirigente de Movimiento Ciudadano si él o Cruz Fragoso Portales, su suplente y quien también dejó el PRI al mismo tiempo que Konishi, el diputado respondió que esa será una decisión que el partido tomará en su momento, además de que ese asunto no está a su alcance.
El legislador indicó que no se debe dar por hecho que la dirigencia de Movimiento Ciudadano está definida, además de que en su momento se dará a conocer: “ahorita está el dirigente estatal que se llama Eugenio Govea y es el que dirige el partido en este momento. Si estuviera en mis manos, muchas otras cosas se hubieran dicho. Uno apuesta y se arriesga, porque así es, si tu quieres tomar una decisión fuerte, que trascienda te tienes que arriesgar y salir de una zona de confort para hacer una propuesta, sólida, fuerte y congruente”.
Konishi comentó que durante de la reunión con Dante Delgado, dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, el pasado 3 de diciembre fue invitado a formar parte del partido: “Platicamos del proyecto de San Luis, platicamos qué pasó en las elecciones anteriores, porqué se definió de esa manera, fue en lo que las urnas, la gente nos quiso decir que es lo que yo buscaba y después de una buena platica, una extensa plática de ahí, es cuando surge realmente la invitación para ir”.
El legislador reiteró que consideró este momento el más adecuado para formar parte de Movimiento Ciudadano, además de salir de la “comodidad” de tener una coordinación para pertenecer a un sector “para arriesgarte porque crees en algo mayor, eso es lo que yo veo, tener la decisión de tomar ese riesgo porque estoy convencido de que es lo que yo quiero, me voy con buenos amigos, me voy con gente que me ha ayudado mucho, que me orientó, aprendí y que les expresé lo que les estoy haciendo”.
Ramírez Konishi argumentó que planea una propuesta meramente que emane de una sociedad civil organizada para que en 2024 Movimiento Ciudadano sea la primera o segunda fuerza nacional y de ahí crear una plataforma para el 2027.
El nuevo integrante de Movimiento Ciudadano reiteró que los partidos políticos han abandonado muchas causas, por lo que invitará a su nuevo partido a quien quiera unirse pues, argumentó, “que estamos en un México de cambios”. Agregó que la incorporación oficial al partido será cuando la coordinación nacional de Movimiento Ciudadano lo decida.
“Acaban de hacer un cambio en la coordinación y en su momento harán su calendario y ya veremos cuándo es, no lo sé, pero estoy seguro que puedo ser más productivo en esa cancha, políticamente hablando, que en esta, porque creo en las causas, creo en como hacen política y porque van más acorde a mi forma de creer y de pensar en la cultura socialdemócrata que en lo que es en este momento”.
Por otro lado, Mauricio Ramírez Konishi manifestó que aunque aparezca en una foto reunido con Dante Delgado no intenta quedarse con el control de la dirigencia estatal de Movimiento Ciudadano, además de que no es un proyecto definitivo. Argumentó que no intenta dejar fuera a Juan Carlos Valladares, empresario potosino, ni a nadie, a pesar de que Valladares Eichelman ha manifestado su contraria opinión a lo ocurrido.
Ramírez Konishi señaló que no ha tenido diálogo con el empresario, no obstante dijo que todos los interesados son valiosos, “pero esto no es un proyecto de una sola persona y créelo así que yo puedo tomar una decisión, ya no, yo estoy asumiendo el riesgo, probablemente yo estoy buscando en algún momento tener la movilidad, para yo tener un proyecto en el cual todos tengamos la oportunidad de hacer las cosas”.
También lee: “Salida de Konishi no debilita al PRI”: Enrique Galindo
Ciudad
Saldo blanco en Villa de Pozos en festejos de 12 de diciembre
La coordinación entre Guardia Civil Municipal y Protección Civil garantizó actividades y celebraciones religiosas en orden
Como parte de la vigilancia implementada durante las celebraciones del 12 de diciembre, el Gobierno Municipal de Villa de Pozos, a través de la Guardia Civil Municipal y la Dirección de Protección Civil, reportó saldo blanco gracias a los operativos preventivos y de supervisión desplegados en diversas zonas de la localidad, con el objetivo de salvaguardar la integridad de la ciudadanía.
La Dirección de Policía Vial de la Guardia Civil Municipal informó que, durante los recorridos de vigilancia, únicamente se desactivaron dos bailes callejeros, uno ubicado en las calles Ciriaco Cruz y Benito Juárez y otro en la calle 32 en la colonia Prados de San Vicente Segunda Sección, acciones que se llevaron a cabo de manera ordenada y sin incidentes.
Por su parte, la Dirección de Protección Civil destacó que, gracias a la presencia permanente de los elementos en templos y zonas de alta afluencia, así como a la pronta capacidad de respuesta, las celebraciones religiosas se desarrollaron con normalidad, en un ambiente de orden y sin riesgos para las y los asistentes.
El Gobierno Municipal de Villa de Pozos resaltó que la coordinación interinstitucional fue fundamental para garantizar la seguridad durante esta fecha de gran relevancia, al permitir que habitantes y visitantes celebraran el 12 de diciembre de manera tranquila y segura, siempre comprometidos con la prevención y el bienestar de la población.
Ayuntamiento de SLP
Demanada contra el Ayuntamiento asciende a 300 mdp por caso RICH
Galindo señaló que tras el accidente, el municipio actuó de inmediato sancionando al responsable del evento e inhabilitó a los organizadores
Por: Redacción
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Una carta con crayolas para el alma | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Hace poco menos de veinte años, cuando la vida todavía tenía forma de casa compartida y de futuro en plural, aprendí una de esas lecciones que no se anuncian, no se presumen y casi nunca se cuentan. Me la dejó quien fue mi compañera excepcional —la persona que me acompañaba en la vida— junto con una década de recuerdos, una despedida sin rencores y una enseñanza que hoy, por primera vez, me atrevo a escribir.
Nunca he hablado de esto. No por falsa modestia, sino por una creencia muy firme: ayudar en silencio es la única forma honesta de ayudar. No quiero que esto suene a presunción ni a chantaje emocional. Es una crónica pero también un cuento verdadero, una anécdota que se quedó años esperando turno y que hoy les comparto a Ustedes mi Culto Público.
En los primeros años de nuestro matrimonio, una Navidad, el DIF Estatal la llamó —o ella llamó, no lo recuerdo bien— para preguntarle si quería hacerse cargo de una “cartita navideña” de un niño o niña de alguno de los albergues de San Luis Potosí. Dijo que sí. Me involucró de inmediato. Yo también dije que sí (Así funcionan las cosas cuando uno comparte la vida con alguien que tiene brújula moral)
La dinámica era sencilla: los niños escriben su carta; tú compras los regalos; alguien más se encarga de entregarlos.
Durante años fuimos el Santa Claus de infancias invisibles. Nadie lo sabía, nadie lo contaba. Los regalos solicitados eran modestos: muñecas, colores, carritos, tenis, peluches. A veces —con otra letra, más adulta— aparecían tallas de ropa o números de calzado. Las maestras metían mano, porque los niños no piden sudaderas o zapatos… pero las necesitan.
Y entonces llegó esa carta: Una hoja doblada a la mitad con un dibujo torcido que pretendía ser un arbolito de Navidad, y una frase que aún hoy me hace un nudo en la garganta:
“Me llamo Ana (no es su nombre)… tengo cinco años y en esta navidad quiero una bolsa de papitas…para mí sola.”
(Lo juro: cada vez que lo escribo, algo se me rompe un poco por dentro).
Aquí no hay sorpresa solamente.Hay culpa.Hay coraje.Hay rabia contra todos pero sobre todo contra uno mismo.Hay tristeza. Hay un espejo que desnuda.
Porque ante una niña que no ha podido tener en toda su vida una bolsa de frituras para ella sola, cualquier cosa es despilfarro.
Pensar en cualquier cuenta de restaurante, todos los excesos a los que luego uno se da el gusto. cualquier viaje innecesario o cualquier fanfarronería, pensar en todo lo que se tiene y andar ocupado como si eso fuera símbolo de éxito, mientras hay alguien que deposita su esperanza navideña en algo tan sencillo…
Ninguno de esos años conocimos a los niños. La institución se encargaba de entregar los regalos. Nos explicaron por qué: evitar vínculos. Muchos de esos niños cargan una herida de abandono. (Creo que esa herida es el requisito número uno para estar en un albergue…) Por lo tanto, conocer a alguien externo, generoso, tierno, y luego volver a perderlo, puede ser delicado, es decir el que llega… también se va.
Han pasado los años.Los agostos después de los julios. Los diciembres antes de los eneros.
No tuve crisis de cuarentón sin hijos (guiño, guiño), pero sí una crisis conmigo mismo: preguntas, silencios largos, rompecabezas sin imagen en la tapa. Los caminos de aquella mujer excepcional y los míos se separaron sin estruendo, sin terceros, sin odio. Un adiós que luego trajo muchas bienvenidas, unas largas, otras no tanto.
Pero la tradición siguió. Estoy seguro de que también del otro lado.
Solo, entre comillas, invité a otras familias: la de sangre y la otra, la del trabajo que con el tiempo se vuelve casa. Desde entonces nunca ha sobrado una cartita. Siempre hay más manos que papel.
Recuerdo que hubo una excepción triste: La de un amigo, de esos del chat de toda la vida, que estalló cuando le llevé la carta:
—Jorge, no tengo tiempo ni para mis hijos. No voy a ir a comprar una sudadera de “Lady Bug” para una niña que ni conozco. Diles que vengan a una de mis tiendas y que agarren lo que quieran.
Pensé, con tristeza: qué pobre es mi amigo.
Con todo lo que tiene, no le alcanza para regalar treinta minutos a una niña que no tiene nada… salvo un deseo dibujado con crayola. El que verdaderamente no tiene nada es él y de verdad me conduelo hasta la fecha.
Pero este año algo cambió: Por primera vez nos avisaron que nosotros (los “cartahabientes”) llevaríamos los regalos en persona . Pregunté por el tema de los vínculos. Me explicaron que las nuevas terapias permiten visitas cuidadas. Los niños no se apegan por un regalo.
—A diferencia de muchos adultos —pensé— que sí se venden por uno.
Llegamos y había 19 niñas y niños sentados en hilera sobre un escalón, esperando turno para romper la piñata.Tan pequeños.Tan vivos. Tuvimos todos que desempolvar de la garganta el “dale, dale, dale, no pierdas el tino”.
Antes, casi al entrar y verlos lo entendí de golpe: Mientras escuchaba el jalón de mocos o la voz entre cortada de alguno de mis compañeros, me di cuenta que los de la hilera en el escalón no estaban tristes…simplemente porque no saben que deberían estarlo.
Ellos no cargan su historia.La historia la cargamos nosotros, los de enfrente. Los extranjeros llenos de culpas.
Los que esperan turno por romper un jarrón que promete dulces, son las 19 almas más puras y energéticas de toda la colonia, quizá de toda la ciudad.
Y entonces nos incorporamos. Vi a Toño arrullar a un bebé dormido. A Charlie jugar a darle de comer a una muñeca. A Fermín repartir paletas y prender un pingüino bailarín.A Ana abrir un celular de juguete. A Adriana contar cuentos.
A mí me tocó jugar a las princesas… con una princesa. Una niña de cara luminosa que tenía la boca pintada de azul por una paleta enorme de esas mucho más grandes que sus pequeños dientes. Le pregunté su nombre varias veces. Nunca le entendí.
Entre otras cosas, me tocó llevar un cuento. Llevé tres de Oliver Jeffers: Cómo encontrar una estrella, Perdido y encontrado y De vuelta a casa. Historias simples que dicen lo que a los adultos nos cuesta décadas entender: que a veces nada está perdido; que volver a casa no siempre es regresar y que las estrellas no se esconden, solo que uno deja de mirar.
Mientras leía, entendí algo brutalmente sencillo: las respuestas que mis noches oscuras no me dieron durante años, estaban ahí, sentadas en un albergue.
El sentido de la vida no era una señal divina. Era un niño que vuelve a casa. Era levantar la vista. Era salir de casa, o de la cárcel interna, para dar un vistazo a los demás. En eso estábamos cuando una adulta nos interrumpió:
—¿Ya te dijo cómo se llama? —preguntó una maestra.
—Sí, pero no le entendí.
Se inclinó y me susurró:
—Se llama Flor… pero ella dice que se llama Flor del Campo.
Flor del Campo. Claro.
No era un nombre. Era una respuesta.
Los perdidos no están ahí. Estamos afuera. Las estrellas no están escondidas.
Y los que tenemos que volver a casa… somos nosotros. Entonces caí en cuenta que este año tuve la mejor cosecha: una Flor del Campo que me sanó el alma.
Gracias, Bárbara.
Gracias, Ximena.
Gracias a todos.
Jorge Saldaña.
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