abril 15, 2024

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Lorena Valle: mujeres podemos gobernar, pero la sociedad no está lista

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La presidenta del DIF estatal habló con La Orquesta sobre su familia, sus aficiones, sus planes para el futuro e hizo una evaluación del gobierno de Juan Manuel Carreras

Por Luis Moreno Flores

Lorena Valle Rodríguez estudió derecho en la UASLP, actualmente tiene el cargo de presidenta del DIF estatal y es esposa de Juan Manuel Carreras López, gobernador priista de San Luis Potosí. Desde el primer momento resulta fácil identificar que hace poco ejerce como funcionaria pública, algo que hoy no es necesariamente negativo: se extiende en introducciones y despedidas como lo haría con sus amigos, rehuye a las respuestas institucionales y prefiere hablar con sinceridad en temas puntiagudos e incluso pide una tregua breve para retocar su maquillaje.

«La prensa siempre me ha tratado bien, creo que entienden que mi cargo es un voluntariado y son muy respetuosos conmigo», responde al preguntarle si alguna vez se ha molestado por algo que un medio haya publicado sobre ella. Al trasladar el cuestionamiento al gobernador, agrega: «No, nunca me he molestado. Juan Manuel está preparado para aceptar las críticas sean o no justas».

A propósito del Día Internacional de la Mujer, Lorena Valle conversó acerca de sus relaciones familiares, los movimientos feministas, aficiones, aspiraciones y realizó una evaluación de la política local.

 

Pregunta: ¿Cómo está integrada su familia?

Lorena Valle: Con mis papás fuimos cuatro mujeres y un hombre, mi hermano murió pronto. Aún tengo a mis cuatro hermanas y a mi mamá que cumplió 94 años. Yo soy la menor y siempre fui la más consentida.

Ahora me recargo mucho en mis hermanas, porque entre nosotras nos apoyamos cuando algo ocurre, por ejemplo si se poncha una llanta, casi siempre le llamo a Juan Manuel para que me ayude, pero muchas veces él está afuera de la ciudad, y entonces recurro a mis hermanas.

Tengo tres hijos, una niña y dos niños, son lindísimos. Cuando me preguntan qué hice en los años previos al DIF, les digo que mi trabajo fue formar a tres mexicanos trabajadores y responsables.

 

P: Tiene usted algunas pinturas y libros en su oficina, ¿podemos hablar de sus pasatiempos? ¿Qué le gusta leer?

LV: Antes leía mucho sobre historia de México y cuando era más joven me gustaban los libros relacionados con el Holocausto. Ahora me gusta la Saga de Millennium de Stieg Larsson. Hay un español, Ildefonso Falcones, que escribió La catedral del mar y La mano de Fátima, es buenísimo. Disfruto de autores latinoamericanos como Jorge Ibargüengoitia y García Márquez.

Con todo lo que se hace aquí en el DIF, últimamente no me queda mucha energía para leer otras cosas además de los documentos del trabajo. Ahora, en mis tiempos libres, me gusta armar rompecabezas. Cuando mis hijos eran niños en la casa había muchos, conforme crecieron los dejamos, pero es una actividad que me relaja.

 

P: ¿De qué fue el último rompecabezas que armó?

LV: Tengo uno pendiente, los armo en una aplicación del iPad, prefiero los paisajes que tienen muchas casas, porque ayudan a tener más referencia de cómo van, porque si hay 300 piezas en un espacio muy pequeño como el teléfono o la tablet, se vuelve complicado.

De las pinturas, mi corriente pictórica favorita es el impresionismo.

 

P: Tiene colgada una pintura de Dalí, ¿le gusta el surrealismo?

LV: Si, Dalí, Leonora Carrington, Remedios Varo… es un movimiento que nos queda muy cerca a los mexicanos, porque México es un país muy surrealista.

 

P: ¿Para bien o para mal?

LV: Para bien, lo que uno pueda ser es para bien. El solo hecho de tener celebraciones para honrar a los muertos ya nos vuelve muy surrealistas, porque es tender puentes a ese otro mundo, para que en algún punto de ese lado también nos los tiendan a nosotros.

 

P: México está en un periodo de cambio, ¿lo percibe como algo positivo?

LV: Como presidenta del DIF tengo que decir que parece que viene algo muy bueno, porque la política pública apunta hacia los apoyos sociales, eso nos va a permitir ayudar a muchas más personas.

 

P: ¿Y como Lorena Valle?

LV: Como Lorena Valle me preocupa un poco, porque me gustaría que mis hijos crecieran en un país pujante. También me preocupa que las mujeres que sufren de violencia no tengan la atención debida, ese es uno de los problemas más grave del país.

 

P: ¿Simpatiza con el movimiento feminista?

LV: Mmmm… sí y no. Depende de a qué nos refiramos con feminismo.

Claro que estoy de acuerdo en que debe acabarse la violencia contra las mujeres, que deben pagarse sueldos iguales, que somos igual de inteligentes. Pero en la parte más radical no estoy tan de acuerdo, porque creo que hombres y mujeres sí somos diferentes. Existen características particulares, por ejemplo: una mujer que trabaja y es mamá siempre estará preocupada de que sus hijos se queden solos en casa, siempre el sentimiento la hará poner a su familia por delante y lo hombres son más fríos, pueden enfocarse, dan por hecho que las mamás van ser las que se preocupe.

 

P: ¿Hay alguna figura femenina a la que usted haya admirado? ¿Como quién le hubiera gustado ser?

LV: Nadia Comăneci. De niña practiqué gimnasia. Como todos, cuando empiezas sueñas con ir a unos Juegos Olímpicos, yo veía lo que hacía Nadia y quería ser como ella, claro que después entiendes que nunca lo vas a conseguir porque ella era excepcional. También podría mencionar a otras grandes mujeres de la historia como Sor Juana o Marie Curie, pero en automático recuerdo a Nadia.

P: En 2015, Juan Manuel Carreras ganó la gubernatura de San Luis en una elección muy cerrada contra Sonia Mendoza (candidata del PAN), apenas hubo un margen del 3% de la votación. ¿Considera que San Luis Potosí y México están listos para ser gobernados por mujeres?

LV: No y no es por falta de capacidad de las mujeres, es debido a la mentalidad de la población. En México estamos lejos, en muchos sentidos, de países como Alemania o Inglaterra, donde las personas han entendido que una mujer puede gobernar igual de bien que un hombre. Lo vimos en la elección pasada, se implementó la cuota de género para las candidaturas y, sin embargo, no hubo paridad en los resultados.

 

P: Hay varias mujeres que ocupan un lugar importante en la vida pública nacional, ¿podemos hablar de ellas? Margarita Zavala…

LV: No necesito escuchar el resto de los nombres, tanto Margarita, como cualquier mujer que participe en un tema tan complejo como la política, merece mi respeto y admiración.

 

P: Tatiana Clouthier y Beatriz Gutiérrez han cobrado mucha relevancia.

LV: Claro, yo reconozco su trabajo, pero también puedo dar el nombre de muchas mujeres que están en sus casas y merecen la misma admiración. Respeto a todas las mujeres que hacen un esfuerzo desde el lugar donde les toca estar.

 

P: ¿Le gustaría optar a un cargo de elección popular?

LV: Así de entrada, diría que no. La función pública es un trabajo muy demandante. He aprendido mucho en estos años como presidenta del DIF, me gustaría continuar con mi contribución a la sociedad, no quisiera que ese aprendizaje se perdiera, pero no me veo contendiendo por un puesto de elección.

 

P: ¿Qué le gustaría hacer al terminar su periodo como presidenta del DIF?

LV: Ya me lo he preguntado, últimamente cada que veo algo se me antoja hacerlo en el futuro. Quisiera descansar, dedicarme más tiempo a mi hija y mis hijos que aunque ya están grandes debo aprovecharlos ahora, porque en un futuro serán ellos los que no van a tener tanto tiempo para mí.

Me gustan mucho las plantas, voy a ponerme a cuidarlas. Aquí en el DIF realizamos muchos viajes por el estado y siempre aprovecho para tomar algunas fotografías con mi teléfono, quisiera tener una cámara para que queden mejor; en los próximos años tal vez me dedique a la fotografía.

También he pensado en tener una asociación para ayudar a varios sectores vulnerables. El DIF me ha mostrado las necesidades de las personas y pienso que aún puedo ayudar desde afuera.

 

P: Usted está al centro del ojo público, ¿algunas veces le gustaría tener menos fotos encima?

LV: Hay días que quisiera quedarme en casa y descansar. Podría hacerlo porque mi cargo es voluntario, no recibo ninguna remuneración y no estoy obligada. Al principio, seis años me parecía mucho tiempo, ahora ya han pasado más de tres y me gusta trabajar con el DIF, quiero seguir porque creo que uno se arrepiente mucho más de lo que no hizo que de lo que sí hizo. Ya habrá tiempo para descansar.

 

P: Cualquier gobierno tiene malos y buenos momentos, ¿cuál cree que ha sido el más complejo de la administración de Juan Manuel Carreras?

LV: Ser gobernador siempre será un trabajo complicado. Veo que lo que más le afecta a Juan Manuel es cuando se reporta un asesinato, un robo importante, la desaparición de una persona. Como padre, él se ve reflejado en esas situaciones. La parte de gestionar y administrar recursos, las obras, trabajar con los demás funcionarios, eso no le cuesta, se le facilita.

En San Luis y en general en México hay mucha violencia y todos llevamos una parte de la responsabilidad, tenemos que tratar que, desde las familias, mejoren las cosas.

 

P: ¿San Luis está mejor o peor desde que Juan Manuel Carreras es el gobernador?

LV: Claro que está mejor. No es solo porque soy la esposa de Juan Manuel, sinceramente veo cómo trabaja, es inagotable. Me toca darme cuenta del empeño que pone cada día. A veces las cosas no salen como uno las espera, pero pueden creerme cuando les digo que él es el primer interesado en que San Luis esté mejor. Es la persona que más admiro.

 

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#4 Tiempos

¿Existe la ciencia neoliberal? | Columna de León García Lam

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Una polarización creciente se ha cernido sobre el mundo y ha generado una guerra de trincheras por todas partes, que si la derecha, que si los conservadores, que si los musulmanes, que si metemos a la cárcel a los que le caen gordos a la tía Tatis, etcétera. Las multitudes se abalanzan a opinar. Usted no, por supuesto, estimada y culta lectora de La Orquesta. Usted y yo no caemos en esa trampa de la opinión sin ton ni son que nos polariza. Sin embargo, quisiera ofrecerle el humilde punto de vista de un antropólogo acerca de la polémica sobre ciencia e ideología. El nuevo CONACYT con H (CONAHCYT) ha acusado a sus antecesores de practicar una ciencia neoliberal y muchos científicos afirman que tal cosa no puede existir, pues la ciencia no tiene ideología.

Una de las grandes fortalezas de la ciencia —virtud que nunca se le ha visto a un diputado— es que es capaz de reconocer sus errores. La ciencia constantemente se inmola a sí misma sobre sus antecedentes. Es capaz de decirse y desdecirse. Esta virtud se basa en un principio de objetividad. La ciencia es capaz de desapasionarse. Es decir, puede reconocer un resultado, aunque este no sea el esperado o resulte adverso a las emociones, afectos o creencias de sus investigadores. Aquí se puede recordar al gran Lineo, quien empeñado en demostrar que en la naturaleza había un orden establecido por Dios, diseñó una clasificación de plantas que terminó por sentar las bases de la teoría evolutiva.

Por eso, la ciencia es capaz de observar objetivamente toda clase de fenómenos y por eso se dice con toda razón que los intereses científicos son ajenos a cualquier ideología.

Sin embargo, la ciencia no solo observa objetivamente átomos, moléculas, células, planetas o microbios. También observa seres humanos, lo cual significa dejar de lado el microscopio y usar el espejo para vernos a nosotros mismos. Las ciencias sociales observan no solo a otros seres humanos, sino a seres humanos que observan a otros seres humanos y esto genera una reflexión muy compleja.

Los colegas físicos, químicos o astrónomos están acostumbrados a una observación directa de los fenómenos que estudian. Los científicos sociales estamos habituados a considerarnos a nosotros mismos en la observación. Esto produce dos visiones científicas de la misma ciencia. Una que supone a la ciencia como una tarea objetiva, neutra y desinteresada y otra que cobra conciencia de cómo los intereses humanos guían a la investigación científica. Entonces para responder a la pregunta ¿existe la ciencia neoliberal? La respuesta llana es sí, sí existe. Hay intereses neoliberales fortaleciendo intencionalmente a ciertos temas científicos. Aun más: hay científicos con intenciones neoliberales practicando ciencia objetiva. Disculpe culta lectora de La Orquesta que dejé abandonado el tema de qué significa ser neoliberal para otra Voluta.

A pesar de la eficacia del método científico y su asombrosa capacidad para darnos conocimientos objetivos, hay suficiente evidencia de que las ideologías de los estados nacionales, las religiones y los intereses económicos juegan un papel fundamental en la llamada ciencia de frontera. La película de Oppenheimer visualiza cómo es que los políticos (y las situaciones históricas por las que atraviesan) manipulan y controlan los avances científicos. Se puede afirmar que el interés científico por la física cuántica no proviene de un interés neutral, sino absolutamente político. No puede existir tal interés inocente o neutro por la ciencia, pues los intereses científicos son dirigidos por intenciones económicas y militares. Una vez reconocida la injerencia de otros aspectos no científicos en la ciencia, habrá que decir que no sólo se trata de acusar al capitalismo o al neoliberalismo como manipuladores del interés científico, sino que también el comunismo, el BRICS y el alter mundo dirige a sus científicos con los mismos intereses económicos y militares.

Las universidades, los centros de investigación, los laboratorios y hasta las bibliotecas responden a los intereses ideológicos de los estados. Abundan los ejemplos: la relación entre las agencias espaciales y los consejos de seguridad, los avances biomédicos, la inteligencia artificial, etcétera.

En otras palabras, la trinchera de discusión que en México se ha abierto intenta responder la pregunta, la ciencia mexicana ¿a quién debe responder? ¿A la sociedad? ¿Al Estado? ¿A sí misma? Si es el Estado quién financia las becas y las estancias de investigación ¿no debe ser entonces quien regule y quien determine los intereses a investigar? Si la ciencia es útil, ¿no debiera dirigirse sus investigaciones al servicio de la sociedad? Pero ¿en verdad la ciencia debe ser útil o debe promoverse la libertad de investigación con independencia de su utilidad? No lo sé.

Por un lado, está la ingenuidad, creer o querer creer que es posible una ciencia desinteresada y desvinculada de los intereses nacionales o globales; por otro, está el terrible pragmatismo que pone a la ciencia como una sirviente del Estado y peor, la constricción a todo espíritu creativo que desee investigar algo y que no responda a los parámetros de la caprichosa sociedad que la mantiene.

En mi opinión, de antropólogo, pero que no necesariamente coincide con mis colegas de profesión y formando parte del fenómeno del que me quejaba al principio, montando el caballo loco de la opinomanía, pienso que la solución es que nuestro sistema mexicano de investigación científica debiera ser lo suficientemente abierto para que coexistamos tanto aquellos investigadores que colaboran entusiastamente en los intereses que atañen al estado mexicano (y que logren por fin la vacuna Patria y los respiradores Écahtl), pero también aquellos que trabajan para intereses corporativos o empresariales y quienes hacemos ciencia artesanal (la cual explicaré en otra ocasión).

Estoy convencido de que, en la tolerancia a la diversidad de posturas y en que, en nuestro país TODAS tengan una posible expresión y posibilidad pública, está la clave ¿y usted qué opina?

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#4 Tiempos

Xantolo 2023, viejos dilemas a nuevas tradiciones | Columna de León García Lam

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VOLUTA

 

Hace un año me llamaron para una entrevista por MG Radio. Jesús Aguilar me preguntó acerca de la importancia cultural del Xantolo, sin embargo sus preguntas poco me permitieron responder lo que con sinceridad pienso. Por ello, un año más tarde, escribo esta columna, para preguntarme y responderme lo que considero que debe ser preguntado y respondido acerca del famoso Xantolo.

 

Pregunta número 1: ¿Qué es el Xantolo y por qué se le considera tradición de San Luis Potosí?

No existe una tradición de día de muertos que se llame Xantolo, al parecer el término proviene del latín sanctorum (Sancta Sanctorum) y el término refiere a los objetos más sagrados de los templos judíos, vaya a usted a saber qué enredos ocurrieron para que se confundiera al sanctorum con xantolo. Lo que sí, es que en las cabeceras municipales (que no son indígenas) se impuso este nombre para llamarle al festival que organiza el municipio cada año: concurso de altar de muertos, concurso de comparsas, etcétera. Puedo asegurar, estimada y culta lectora de La Orquesta, que la fiesta de las cabeceras municipales, poco tiene de semejanza con lo que ocurre en las comunidades indígenas.

 

Pregunta número 2 ¿Entonces el Xantolo es una falsa tradición? ¿Cómo podemos conocer la verdadera tradición del día de muertos?

Tampoco existen las tradiciones falsas, sino más bien existen las tradiciones inventadas. Es muy común que todo aquello que se presenta como “tradicional” sirve como discurso para legitimar al poder en turno. Los gobiernos parten de crear mitos fundacionales tales como “respetar las raíces” o “preservar las tradiciones” y de ahí a la creación de rituales públicos, como desfiles, procesiones, actos solemnes, etcétera. Todos esas festividades son rituales sin religión, generalmente huecas y vacías, pero efectivas. ¿No le parece raro que esos mismos jóvenes que rechazan todo legado cultural estén encantados en celebrar -según ellos- la tradición del xantolo?

 

Pregunta número 3: ¿Cómo se vive el día de muertos en las comunidades indígenas?

Primero, se vive en comunidad. Segundo, la idea principal es compartir con los difuntos tamales, dulces, chocolate o atole.

Las comparsas representan a los ancestros que vienen del otro mundo y llegan a la comunidad.

 

Ahora, le comparto la carta de una ciudadana que me escribió lo siguiente:

Estimado antrop. León García Lam

Quiero contarle lo que ocurre en mi colonia y saber qué opina usted: Mi vecina de junto pone un altar a la Santa Muerte y el día 2 de noviembre saca al esqueleto para organizarle mitote y jolgorio; lo mismo hace con San Juditas, baile con caguamas, mujeres borrachas y pleito. Yo pienso que todo esto está muy mal, porque esta señora confunde la devoción católica con algo parecido a la brujería o el satanismo. 

Yo pongo altar de muertos, tradicional, como se ponía en el rancho de mi abuelita. En una mesa pongo los retratos de los que ya se fueron, con velas, agua y ofrendas para que los difuntos coman y beban, pues tienen sed. Esa es mi creencia católica y pienso que es la que está bien porque es la más tradicional.

El problema es que frente a los domicilios de nosotras, vive una señora, muy seria y recatada que es hermana protestante y dice de nosotras dos, que adoramos al diablo y a la muerte. Yo por más que le explico que lo que yo hago es muy diferente de lo que mi vecina de al lado hace, ella dice que somos igualmente adoradoras de satanás.

¿Usted qué opina Antrop. Lam? ¿Cuál es la verdadera tradición?

 

Mi respuesta es que, de ahora en adelante, hay que llamarle a todo esto “Xantolo”.

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#4 Tiempos

El paisaje | Columna de León García Lam

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¿Qué es un paisaje? La definición que me gusta afirma que es la “impronta visual de cualquier lugar”. Usted se sube a la azotea de su casa y aquello que perciba como un flashazo (la impronta) es el paisaje de su barrio o colonia.

Hace unos días que regresé al terruño (osease la heroica ciudad de San Luis Potosí), debí esperar 40 minutos en una colonia popular y como vi un restaurante con terraza propuse a mi acompañante irnos ahí.  Pedimos cervezas para medir la velocidad del tiempo. Ya sabe: el calorcito, la terraza, la compañía y el paisaje.

  • ¿Cuál paisaje? —preguntó mi interlocutora.
  • Ése, todo lo que ves. —Respondí, señalando con el dedo un montón de fachadas y azoteas grises con tinacos negros y cables enredados.
  • ¿A eso le llamas paisaje?
  • Efectivamente, es un paisaje urbano popular. Quizá tú pienses que un paisaje debe ser agradable o bonito, pero he aquí uno que no necesariamente lo es. Aunque, a pesar de todo, a mí me gusta, pues siento cierta atracción por la belleza oculta en la decadencia. Todas esas casas fueron pintadas de amarillo, pero afortunadamente ya se deslavaron y ahora son grises otra vez y esperan ser pintadas de verde o del color favorito del poder en turno.

Luego, horas más tarde, veíamos el paisaje de la sierra de San Miguelito desde la azotea de mi domicilio. Muy parecido al anterior, solo que en esta ocasión el paisaje estaba saturado de viviendas blancas que no son precisamente populares. Temo que el paisaje de aquellos tiempos en que gozamos de la ciudad rodeada de cerros de cantera rosa, que enverdecía en estos días de lluvias se perdió irremediablemente.

—Me da tristeza ver este paisaje. —Dije para mis adentros

  • ¿Por qué? —Me pregunté
  • Porque ha cambiado mi paisaje, lo que vi prácticamente todos los días de mi vida, cuando fui niño, luego joven y ahora adulto, ya no existe. Quizá eso sintieron los ancestros, cuando se fundó una ciudad en medio de la nopalera y por ello la famosa bruja se rebeló. Quizá es lo que sienten los ejidatarios o comuneros cuando un fraccionamiento recién autorizado llega a cambiar la fisonomía de su entorno.
  • Pero ¿por qué dices que es tu paisaje? —Me dije enfatizando el “tu”
  • Primero, porque es lo que siento desde un yo muy interior que no puedo controlar, sino solo aceptar y acaso manifestar, aunque esté equivocado, pero también porque hay un yo plural. Estoy seguro de que miles de personas sienten algo parecido: los ejidatarios de la Garita, los comuneros de San Juan de Guadalupe y hasta los colonos de todo el sur de la ciudad debemos sentir que nos destruyeron el paisaje.

Todo eso me dije. Cuando un oleaje de contradicciones me invadió.

Efectivamente, todos esos proyectos inmobiliarios deben basarse en el derecho para afectar el entorno, el paisaje y hasta los recursos esenciales como el agua. No hay intención humana que no lo haga. Así se construyeron las grandes ciudades, el progreso y la civilización humana. Piense usted en cómo la Esfinge y las Pirámides de Egipto modificaron el entorno, no sólo por sus monumentos sino por el control de las anchas aguas del Nilo; de la misma manera, las pirámides de Bonampak, el Partenón, el Empire State y la Muralla China, todo ello ¿no ha modificado el paisaje de manera irreversible? Pues sí. Entonces, los empresarios inmobiliarios de San Luis Potosí tienen el mismo derecho de intervención que los egipcios.

Sin embargo, los 6 mil años (más o menos) que la humanidad lleva modificando el entorno ha llegado a su fin. Los recursos se agotaron y hoy somos cada vez más conscientes de que el desarrollo y el progreso no nos llevan a buen puerto. El reto del mundo actual es lograr poblaciones que no solo sean sostenibles y amigables con el medio ambiente, sino que sean regenerativas del paisaje.

¿Qué significa regenerar el paisaje? Significa volver a colocar las condiciones que mantenían un lugar como era, por lo menos antes de las ínfulas del progreso. Dicho de otra manera, es exactamente lo opuesto a lo que los intereses inmobiliarios y nuestros gobiernos estatal y municipales actuales están ejecutando por todas partes.

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