abril 20, 2024

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La migración en la óptica de un cineclub universitario | Columna de Jorge Ramírez Pardo

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Alumnos de Filosofía, Literatura, Antropología, áreas médicas e ingenierías, Hábitat y Ciencias de la Comunicación de la UASLP, optaron por acudir a sesiones de cineclub, durante el semestre escolar en curso: reflexión y análisis del fenómeno migratorio desde la mirada del cine. Esto acontece los viernes por la tarde en el Centro Universitario de las Artes.

La mayoría de alumnos participantes ya estuvieron en algún curso de apreciación fílmica:

  • Nuevos cines mexicanos
  • Cinematografías Latinoamericanas: Cinema Novo, Hacia un tercer cine, El cine junto al pueblo, y más
  • Neorrealista italiano

“La migración -dijo el profe al inicio de la primera sesión de cineclub- no sólo es un hecho doloroso o, como lo quiere imponer Donald Trump, cargado de delincuencia, ilegalidad y, en su modelo, de racismo y oprobio; o, según insisten la mayoría de los medios de comunicación en mostrarlo como un acto sólo desgarrador, sufriente y conmiserador; la migración también aporta multiculturalidad, liberación, construcción o reconstrucción de la condición humana”.

CURVATURAS EN UNA VIDA OSCILANTE

El curso cineclub inició con una película chicana, “Las mujeres verdaderas tienen curvas” (2002), forjada con algunos contrapuntos:

  • Es chicana y la produjo HBO de Estados Unidos
  • Es chicana y la dirigió la colombiana Patricia Cardoso
  • La protagonista representa a una joven México/americana, y es interpretada por la hondureña América Ferrara
  • La protagonista contraviene usos y costumbres tradicionales y, en un contexto machista, es comprendida por el papá y abuelo; no por la mamá, quien refuerza un modelo de vida desventajoso, sumiso y resignado para las mujeres.
  • Las tallas de ropa para la protagonista contravienen los dictados de la moda: empero, ella asume su cuerpo tal cual, como receptor quinta/esencial al margen de “ideales” anatómicos y modas.

PERLA.- Cuando terminó la proyección de “Las mujeres verdaderas…”, Perla, estudiante/migrante Chihuahua-San Luis Potosí, mostró con emoción las bondades de la película y su empatía con el personaje femenino, reflejo de su propia vida.

MiCHELLE, estudiante de literatura, asentó en su reporte escrito: Es una cita que, en las últimas décadas, representa una idea que va adquiriendo más fuerza: las mujeres podemos contribuir al desarrollo de la sociedad como cualquier hombre. Es crucial que la trama plantee la situación de los chicanos, porque entonces, además de proponer la mirada femenina que crítica el sistema mexicano patriarcal de la mujer sumisa, también muestra esa lucha por encajar dos culturas en la creación de una nueva. Patricia Cardoso, de forma inteligente consigue empatía entre los personajes y el público. El que proponga nueva estética (en el vestuario y corporeidad femeninos) es una forma de demostrar que no solo los ideales comerciales y populares de belleza son la única forma de lo hermoso, sino que cualquier mujer es bella. Independientemente de su situación social, cultural y física: lo real de la diversidad es bello. El aceptar eso es una buena manera de ver que no es necesario que los demás te acepten para estar contento con lo que uno es. En conclusión, es un film que, para las nuevas generaciones, representa un punto de partida hacia una nueva conciencia social en muchos sentidos y que invita a todo el mundo a disfrutarla y reflexionar acerca de ella.

MONTSERRAT, estudia medicina ambiental, y opina: La película Las mujeres verdaderas tienen curvas, refleja el peso cultural y de rol de género que se le impone al personaje principal (Ana). Se muestra cómo el esquema familiar se ve alterado debido a la situación por la que pasa ella.  En el momento que Ana tiene la oportunidad de tener acceso a la educación universitaria rompe con la tradición que las mujeres de su familia, y en general, la mayoría de mujeres latinoamericanas migrantes. Muestra que la conservación de tradiciones machistas y rol de género que tiene la cultura de la mujer mexicana fragmenta el desarrollo del capital humano, pues, al privarle de la educación, no podrá desarrollar por completo sus habilidades y seguirá con el ciclo en el que se encuentra gran parte de las mujeres latinas. Ello, respecto a los trabajos ilegales en los que no se cumplen con los derechos humanos o no hay equidad, como en los trabajos que tienen los ciudadanos legales.

LUZ PARA LA LUZ

Perla, estudiante en la Facultad del Hábitat, presentará el próximo viernes, dentro del subtema “Migraciones y exilios a México”, la película “Luz silenciosa” (2007), de Carlos Reygadas; le dará contexto (trayectoria del director, circunstancias del rodaje, bondades formales y argumentales) y conducirá un diálogo/debate con sus compañeros de cineclub. Perla eligió este film, cuyo telón de fondo es la comunidad menonita que migró a Chihuahua (proximidades de Ciudad Cuauhtémoc), durante el mandato de Lázaro Cárdenas.

VERONIK Y VERONIQUE, UNA SOLA MIGRACIÓN

Michelle, con bagaje literario, redacción y capacidad de análisis consistentes, reporta, sin embargo, que la película “La doble vida de Verónica” (1991) de Krzysztof Kieslowski le resultó insuficientemente luminosa para entender la existencia de un proceso migratorio entre Veronik una varsoviana de Polonia y la parisina Veronique: “Siento que es una película difícil, hasta cierto punto, porque no solo muestra una historia …, se entrevén aspectos más allá del guion: el tema principal se reitera varias veces con variantes, la alegoría de una obra de títeres, la sexualidad, la soledad y el amor nos dejan ver, de manera muy curiosa, una conexión espiritual entre las protagonistas. Probablemente sea una de esas películas que necesitas ver más de una vez y tener un gran bagaje cultural para entender las referencias”. Pero, cuando Michelle, dialoga con el animador cultural, asume que la protagonista de la película representa, no a una mujer sino a un hombre, el propio director de la película quien, como Veronik, muere en Polonia para renacer en Francia como Veronique; es un ejercicio de migración y adquisición de una condición bicultural, liberadora y políglota.

  • Profe, la quiero volver a ver. Como dije, una película que necesitas ver más de una vez.
  • Así es, Michelle, las calidades formales de esta película son indudables, pero sus imágenes simbólicas nos permiten ver una complejidad que demanda análisis y contexto para su mejor comprensión y degustación.
  • Esto me gusta. Entiendo la importancia de la crítica, por eso le solicité algunos libros de los que nos ofreció en pdf.

CINECLUB Y FESTIVALES

Por fin, se avanza en la formación de un público fílmico analítico/crítico, sentido básico de un cineclub; más allá de la sola exhibición de películas denominadas, de autor, experimentales, no comerciales, festivaleras, y más.

Por cierto, entre viernes y domingo próximos, se realizará en SLP la 8ª entrega del Festival CINEMA. Es un evento gratuito, realizado con calidades y pulcritud. En el siguiente sitio encuentras la información a detalle: http://www.festival-cinema.com/.

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#4 Tiempos

¿Existe la ciencia neoliberal? | Columna de León García Lam

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VOLUTA

 

Una polarización creciente se ha cernido sobre el mundo y ha generado una guerra de trincheras por todas partes, que si la derecha, que si los conservadores, que si los musulmanes, que si metemos a la cárcel a los que le caen gordos a la tía Tatis, etcétera. Las multitudes se abalanzan a opinar. Usted no, por supuesto, estimada y culta lectora de La Orquesta. Usted y yo no caemos en esa trampa de la opinión sin ton ni son que nos polariza. Sin embargo, quisiera ofrecerle el humilde punto de vista de un antropólogo acerca de la polémica sobre ciencia e ideología. El nuevo CONACYT con H (CONAHCYT) ha acusado a sus antecesores de practicar una ciencia neoliberal y muchos científicos afirman que tal cosa no puede existir, pues la ciencia no tiene ideología.

Una de las grandes fortalezas de la ciencia —virtud que nunca se le ha visto a un diputado— es que es capaz de reconocer sus errores. La ciencia constantemente se inmola a sí misma sobre sus antecedentes. Es capaz de decirse y desdecirse. Esta virtud se basa en un principio de objetividad. La ciencia es capaz de desapasionarse. Es decir, puede reconocer un resultado, aunque este no sea el esperado o resulte adverso a las emociones, afectos o creencias de sus investigadores. Aquí se puede recordar al gran Lineo, quien empeñado en demostrar que en la naturaleza había un orden establecido por Dios, diseñó una clasificación de plantas que terminó por sentar las bases de la teoría evolutiva.

Por eso, la ciencia es capaz de observar objetivamente toda clase de fenómenos y por eso se dice con toda razón que los intereses científicos son ajenos a cualquier ideología.

Sin embargo, la ciencia no solo observa objetivamente átomos, moléculas, células, planetas o microbios. También observa seres humanos, lo cual significa dejar de lado el microscopio y usar el espejo para vernos a nosotros mismos. Las ciencias sociales observan no solo a otros seres humanos, sino a seres humanos que observan a otros seres humanos y esto genera una reflexión muy compleja.

Los colegas físicos, químicos o astrónomos están acostumbrados a una observación directa de los fenómenos que estudian. Los científicos sociales estamos habituados a considerarnos a nosotros mismos en la observación. Esto produce dos visiones científicas de la misma ciencia. Una que supone a la ciencia como una tarea objetiva, neutra y desinteresada y otra que cobra conciencia de cómo los intereses humanos guían a la investigación científica. Entonces para responder a la pregunta ¿existe la ciencia neoliberal? La respuesta llana es sí, sí existe. Hay intereses neoliberales fortaleciendo intencionalmente a ciertos temas científicos. Aun más: hay científicos con intenciones neoliberales practicando ciencia objetiva. Disculpe culta lectora de La Orquesta que dejé abandonado el tema de qué significa ser neoliberal para otra Voluta.

A pesar de la eficacia del método científico y su asombrosa capacidad para darnos conocimientos objetivos, hay suficiente evidencia de que las ideologías de los estados nacionales, las religiones y los intereses económicos juegan un papel fundamental en la llamada ciencia de frontera. La película de Oppenheimer visualiza cómo es que los políticos (y las situaciones históricas por las que atraviesan) manipulan y controlan los avances científicos. Se puede afirmar que el interés científico por la física cuántica no proviene de un interés neutral, sino absolutamente político. No puede existir tal interés inocente o neutro por la ciencia, pues los intereses científicos son dirigidos por intenciones económicas y militares. Una vez reconocida la injerencia de otros aspectos no científicos en la ciencia, habrá que decir que no sólo se trata de acusar al capitalismo o al neoliberalismo como manipuladores del interés científico, sino que también el comunismo, el BRICS y el alter mundo dirige a sus científicos con los mismos intereses económicos y militares.

Las universidades, los centros de investigación, los laboratorios y hasta las bibliotecas responden a los intereses ideológicos de los estados. Abundan los ejemplos: la relación entre las agencias espaciales y los consejos de seguridad, los avances biomédicos, la inteligencia artificial, etcétera.

En otras palabras, la trinchera de discusión que en México se ha abierto intenta responder la pregunta, la ciencia mexicana ¿a quién debe responder? ¿A la sociedad? ¿Al Estado? ¿A sí misma? Si es el Estado quién financia las becas y las estancias de investigación ¿no debe ser entonces quien regule y quien determine los intereses a investigar? Si la ciencia es útil, ¿no debiera dirigirse sus investigaciones al servicio de la sociedad? Pero ¿en verdad la ciencia debe ser útil o debe promoverse la libertad de investigación con independencia de su utilidad? No lo sé.

Por un lado, está la ingenuidad, creer o querer creer que es posible una ciencia desinteresada y desvinculada de los intereses nacionales o globales; por otro, está el terrible pragmatismo que pone a la ciencia como una sirviente del Estado y peor, la constricción a todo espíritu creativo que desee investigar algo y que no responda a los parámetros de la caprichosa sociedad que la mantiene.

En mi opinión, de antropólogo, pero que no necesariamente coincide con mis colegas de profesión y formando parte del fenómeno del que me quejaba al principio, montando el caballo loco de la opinomanía, pienso que la solución es que nuestro sistema mexicano de investigación científica debiera ser lo suficientemente abierto para que coexistamos tanto aquellos investigadores que colaboran entusiastamente en los intereses que atañen al estado mexicano (y que logren por fin la vacuna Patria y los respiradores Écahtl), pero también aquellos que trabajan para intereses corporativos o empresariales y quienes hacemos ciencia artesanal (la cual explicaré en otra ocasión).

Estoy convencido de que, en la tolerancia a la diversidad de posturas y en que, en nuestro país TODAS tengan una posible expresión y posibilidad pública, está la clave ¿y usted qué opina?

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#4 Tiempos

Xantolo 2023, viejos dilemas a nuevas tradiciones | Columna de León García Lam

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VOLUTA

 

Hace un año me llamaron para una entrevista por MG Radio. Jesús Aguilar me preguntó acerca de la importancia cultural del Xantolo, sin embargo sus preguntas poco me permitieron responder lo que con sinceridad pienso. Por ello, un año más tarde, escribo esta columna, para preguntarme y responderme lo que considero que debe ser preguntado y respondido acerca del famoso Xantolo.

 

Pregunta número 1: ¿Qué es el Xantolo y por qué se le considera tradición de San Luis Potosí?

No existe una tradición de día de muertos que se llame Xantolo, al parecer el término proviene del latín sanctorum (Sancta Sanctorum) y el término refiere a los objetos más sagrados de los templos judíos, vaya a usted a saber qué enredos ocurrieron para que se confundiera al sanctorum con xantolo. Lo que sí, es que en las cabeceras municipales (que no son indígenas) se impuso este nombre para llamarle al festival que organiza el municipio cada año: concurso de altar de muertos, concurso de comparsas, etcétera. Puedo asegurar, estimada y culta lectora de La Orquesta, que la fiesta de las cabeceras municipales, poco tiene de semejanza con lo que ocurre en las comunidades indígenas.

 

Pregunta número 2 ¿Entonces el Xantolo es una falsa tradición? ¿Cómo podemos conocer la verdadera tradición del día de muertos?

Tampoco existen las tradiciones falsas, sino más bien existen las tradiciones inventadas. Es muy común que todo aquello que se presenta como “tradicional” sirve como discurso para legitimar al poder en turno. Los gobiernos parten de crear mitos fundacionales tales como “respetar las raíces” o “preservar las tradiciones” y de ahí a la creación de rituales públicos, como desfiles, procesiones, actos solemnes, etcétera. Todos esas festividades son rituales sin religión, generalmente huecas y vacías, pero efectivas. ¿No le parece raro que esos mismos jóvenes que rechazan todo legado cultural estén encantados en celebrar -según ellos- la tradición del xantolo?

 

Pregunta número 3: ¿Cómo se vive el día de muertos en las comunidades indígenas?

Primero, se vive en comunidad. Segundo, la idea principal es compartir con los difuntos tamales, dulces, chocolate o atole.

Las comparsas representan a los ancestros que vienen del otro mundo y llegan a la comunidad.

 

Ahora, le comparto la carta de una ciudadana que me escribió lo siguiente:

Estimado antrop. León García Lam

Quiero contarle lo que ocurre en mi colonia y saber qué opina usted: Mi vecina de junto pone un altar a la Santa Muerte y el día 2 de noviembre saca al esqueleto para organizarle mitote y jolgorio; lo mismo hace con San Juditas, baile con caguamas, mujeres borrachas y pleito. Yo pienso que todo esto está muy mal, porque esta señora confunde la devoción católica con algo parecido a la brujería o el satanismo. 

Yo pongo altar de muertos, tradicional, como se ponía en el rancho de mi abuelita. En una mesa pongo los retratos de los que ya se fueron, con velas, agua y ofrendas para que los difuntos coman y beban, pues tienen sed. Esa es mi creencia católica y pienso que es la que está bien porque es la más tradicional.

El problema es que frente a los domicilios de nosotras, vive una señora, muy seria y recatada que es hermana protestante y dice de nosotras dos, que adoramos al diablo y a la muerte. Yo por más que le explico que lo que yo hago es muy diferente de lo que mi vecina de al lado hace, ella dice que somos igualmente adoradoras de satanás.

¿Usted qué opina Antrop. Lam? ¿Cuál es la verdadera tradición?

 

Mi respuesta es que, de ahora en adelante, hay que llamarle a todo esto “Xantolo”.

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#4 Tiempos

El paisaje | Columna de León García Lam

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VOLUTA

 

¿Qué es un paisaje? La definición que me gusta afirma que es la “impronta visual de cualquier lugar”. Usted se sube a la azotea de su casa y aquello que perciba como un flashazo (la impronta) es el paisaje de su barrio o colonia.

Hace unos días que regresé al terruño (osease la heroica ciudad de San Luis Potosí), debí esperar 40 minutos en una colonia popular y como vi un restaurante con terraza propuse a mi acompañante irnos ahí.  Pedimos cervezas para medir la velocidad del tiempo. Ya sabe: el calorcito, la terraza, la compañía y el paisaje.

  • ¿Cuál paisaje? —preguntó mi interlocutora.
  • Ése, todo lo que ves. —Respondí, señalando con el dedo un montón de fachadas y azoteas grises con tinacos negros y cables enredados.
  • ¿A eso le llamas paisaje?
  • Efectivamente, es un paisaje urbano popular. Quizá tú pienses que un paisaje debe ser agradable o bonito, pero he aquí uno que no necesariamente lo es. Aunque, a pesar de todo, a mí me gusta, pues siento cierta atracción por la belleza oculta en la decadencia. Todas esas casas fueron pintadas de amarillo, pero afortunadamente ya se deslavaron y ahora son grises otra vez y esperan ser pintadas de verde o del color favorito del poder en turno.

Luego, horas más tarde, veíamos el paisaje de la sierra de San Miguelito desde la azotea de mi domicilio. Muy parecido al anterior, solo que en esta ocasión el paisaje estaba saturado de viviendas blancas que no son precisamente populares. Temo que el paisaje de aquellos tiempos en que gozamos de la ciudad rodeada de cerros de cantera rosa, que enverdecía en estos días de lluvias se perdió irremediablemente.

—Me da tristeza ver este paisaje. —Dije para mis adentros

  • ¿Por qué? —Me pregunté
  • Porque ha cambiado mi paisaje, lo que vi prácticamente todos los días de mi vida, cuando fui niño, luego joven y ahora adulto, ya no existe. Quizá eso sintieron los ancestros, cuando se fundó una ciudad en medio de la nopalera y por ello la famosa bruja se rebeló. Quizá es lo que sienten los ejidatarios o comuneros cuando un fraccionamiento recién autorizado llega a cambiar la fisonomía de su entorno.
  • Pero ¿por qué dices que es tu paisaje? —Me dije enfatizando el “tu”
  • Primero, porque es lo que siento desde un yo muy interior que no puedo controlar, sino solo aceptar y acaso manifestar, aunque esté equivocado
    , pero también porque hay un yo plural. Estoy seguro de que miles de personas sienten algo parecido: los ejidatarios de la Garita, los comuneros de San Juan de Guadalupe y hasta los colonos de todo el sur de la ciudad debemos sentir que nos destruyeron el paisaje.

Todo eso me dije. Cuando un oleaje de contradicciones me invadió.

Efectivamente, todos esos proyectos inmobiliarios deben basarse en el derecho para afectar el entorno, el paisaje y hasta los recursos esenciales como el agua. No hay intención humana que no lo haga. Así se construyeron las grandes ciudades, el progreso y la civilización humana. Piense usted en cómo la Esfinge y las Pirámides de Egipto modificaron el entorno, no sólo por sus monumentos sino por el control de las anchas aguas del Nilo; de la misma manera, las pirámides de Bonampak, el Partenón, el Empire State y la Muralla China, todo ello ¿no ha modificado el paisaje de manera irreversible? Pues sí. Entonces, los empresarios inmobiliarios de San Luis Potosí tienen el mismo derecho de intervención que los egipcios.

Sin embargo, los 6 mil años (más o menos) que la humanidad lleva modificando el entorno ha llegado a su fin. Los recursos se agotaron y hoy somos cada vez más conscientes de que el desarrollo y el progreso no nos llevan a buen puerto. El reto del mundo actual es lograr poblaciones que no solo sean sostenibles y amigables con el medio ambiente, sino que sean regenerativas del paisaje.

¿Qué significa regenerar el paisaje? Significa volver a colocar las condiciones que mantenían un lugar como era, por lo menos antes de las ínfulas del progreso. Dicho de otra manera, es exactamente lo opuesto a lo que los intereses inmobiliarios y nuestros gobiernos estatal y municipales actuales están ejecutando por todas partes.

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